3 minute read

Pastoral Educativa

Next Article
In memoriam

In memoriam

¡Eso es de pastoral!

En nuestros ambientes salesianos es común hablar de pastoral, ya que ella está presente en todo lo que hacemos, mejor aún, lo que hacemos es pastoral. La escuela no es la excepción y hablamos de pastoral educativa o de pastoral de la escuela para referirnos a la acción orgánica que se realizan dentro de la comunidad educativo-pastoral y que tiene como finalidad la evangelización y por tanto ayudar a cada uno, maestros y alumnos, a crecer en la fe y hacer camino juntos, para formar al buen cristiano y al honrado ciudadano.

Advertisement

Al hablar de la pastoral en la escuela no podemos reducirla a un espacio dentro de ella como si habláramos de catequesis, de una clase de matemáticas o de ciencias sociales. Tampoco se puede reducir a intervenciones específicas como los “Buenos días”, la celebración de la Eucaristía al inicio del año escolar o en fiestas litúrgicas importantes, y menos a los espacios de juegos organizados que se realizan durante el año.

Tampoco hay que pensar que la pastoral es un grupo pequeño de personas que se llaman “equipo de pastoral” y que son los responsables, amos y señores de la pastoral de la escuela.

Lamentablemente para muchos miembros de la comunidad educativo-pastoral de la escuela, la pastoral es todo lo anterior, de ahí que cuando se pide una intervención a alguien, que no pertenece al “equipo de pastoral”, para colaborar en el desarrollo propio de nuestra misión, se escuchen frases como estas: “¡es que eso es de pastoral!”, “a pastoral que lo haga”, “eso no me toca a mí”, “yo no sé de eso, pregúntale a los de pastoral”, “para qué hay que hacer convivencias, eso atrasa la planificación”, “¡Misa!, otra hora de clase perdida”, “¡aquí solo saben rezar!”, entre otras.

La pastoral es el centro, el corazón de la escuela, ya que todo es pastoral. No se puede pensar en escuela católica, y en nuestro caso en escuela salesiana, sin la pastoral, la cual no busca hacer católicos, sino evangeliza desde el currículo educativo y formar en la fe; busca ayudar a cada uno a descubrir sus valores y su vocación; busca humanizar creando relaciones fraternas, sinceras y transparentes; busca la relación con la trascendencia.

La pastoral en nuestras escuelas salesianas se desarrolla bajo el binomio educación-evangelización: “Evangelizar educando y educar evangelizando”. No se puede separar uno del otro. Se trata, por tanto, de evangelizar el currículo educativo, por un lado, y por otro ayudar a cada miembro de la comunidad educativo-pastoral a tomar conciencia de que sus intervenciones educativas, dentro y fuera del aula, son al mismo tiempo evangelizadoras porque están permeadas de los valores evangélicos.

En ese sentido se hace pastoral en el patio como en una clase de lengua española, se hace pastoral en una clase de educación física como estando en misa, se hace pastoral con una palabra oportuna (la palabrita al oído como decía Don Bosco) como en la fiesta, y todos hacemos pastoral desde el director hasta los conserjes, desde el equipo administrativo hasta los alumnos de preprimario. La pastoral abarca todo y a todos.

En fin, si “eso es de pastoral” significa que eso también me corresponde, porque “… es necesario que los jóvenes encuentren en la escuela una referencia positiva”. Esto se consigue con profesores que den “un sentido a la escuela, al estudio y a la cultura, sin reducir todo a la sola transmisión de conciencias técnicas, sino apuntando a construir una relación educativa con cada alumno, que debe sentirse acogido y amado por aquello que es, con todas sus limitaciones y sus potenciales” (Papa Francisco, 14 marzo de 2015).

This article is from: