3 minute read

Vida y Espiritualidad

Next Article
A ti Soci

A ti Soci

Pbro. Fidel Alejandro Munguia Ruiz, Director de la Obra de las Vocaciones

SECCIÓN

Advertisement

VIDA y ESPIRITUALIDAD

Hola queridos lectores los saludo con gusto, deseando que estén muy bien, viviendo este tiempo de alegre espera ante la próxima llegada de Nuestro Señor Jesucristo. Les comparto la carta circular que ha emitido nuestro pastor Monseñor Ruy Rendón, respecto al tiempo santo del Adviento.

“Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos” (1 Jn 3,14).

A TODO EL PUEBLO DE DIOS QUE PEREGRINA EN LA ARQUIDIÓCESIS DE HERMOSILLO. ¡GRACIA Y PAZ!

Muy queridos hermanos y hermanas: En medio de la pandemia de Covid-19, Dios nuestro Señor nos concede la gracia de iniciar, de nuevo, el camino del Adviento que nos lleva, llenos de esperanza, al encuentro de Jesús, el rostro misericordioso de Dios (cfr. Mc 6,30-44; Lc 6, 27-38; 7,11-17; 10,25-37). El profeta Isaías, uno de los grandes personajes del tiempo de la espera, nos invitará a descubrir el Adviento como un camino que requiere de nuestro trabajo personal, familiar y comunitario, a fin de rectificar, quitar y emparejar todo aquello que obstaculiza nuestro caminar hacia el encuentro del Señor en la Solemnidad de la Navidad (cfr. Is 40,1-5.9-11). Les propongo para este tiempo de Adviento no sólo prepararnos externamente al nacimiento del Redentor. Nuestra preparación tiene que ser, ante todo, una preparación interior, una preparación del corazón que se traduzca en actitudes fraternas y llenas de misericordia para con todas las personas, empezando por las más cercanas a nosotros. En este sentido, podemos favorecer tres elementos importantes: las palabras, el lenguaje no verbal, y las acciones. Así es, hermanos y hermanas, las palabras que broten de nuestros labios en este Adviento deben ser palabras que denoten fraternidad y misericordia, palabras que animen, consuelen y bendigan. Los gestos corporales deben expresar cercanía, benevolencia, empatía, amabilidad, concordia y buen trato. Las acciones que realicemos deben favorecer, por otra parte, el encuentro, el perdón, la reconciliación y la solidaridad con todos los hermanos. El Papa Francisco en su reciente encíclica Fratelli tutti nos propone, a partir de la parábola del Buen Samaritano (Lc 10,2537), practicar la misericordia: “Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva … Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos … Cuidemos la fragilidad de cada hombre, de cada mujer, de cada niño y de cada anciano, con esa actitud solidaria y atenta, la actitud de proximidad del buen samaritano” (cfr. núm. 77 y 79). Fraternidad y misericordia en este Adviento serán las bases y el camino para ir transformando, poco a poco, los ambientes de enemistad, egoísmo e indiferencia que imperan en nuestras propias familias y comunidades. La palabra de Dios, la oración, la eucaristía, la reconciliación, y la caridad que nos acompañarán durante este tiempo litúrgico, nos darán, por otra parte, la luz, la fuerza, la perseverancia, la paz, y la alegría para llegar, con renovada actitud, a la gran celebración del Nacimiento del Hijo de Dios. Que San José y la Santísima Virgen María intercedan por nosotros durante el Adviento, y que este tiempo nos ayude a todos a favorecer la fraternidad y la misericordia en nuestros diversos ambientes. Así sea. “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5,7). Dado en la Sede del Arzobispado de Hermosillo, a los 30 días del mes de noviembre del Año del Señor 2020. + Ruy Rendón Leal Arzobispo de Hermosillo

This article is from: