A ti, catequista Por: María Luisa Valdéz Pereyda, Laica comprometida del Seminario
dentro de las posibilidades de cada uno. Para los niños puede ser común o práctico y eso lo vuelve aún más complicado pues no estamos compartiendo de manera fraterna el amor más bello, siempre es bueno convivir y sentir el amor de Dios en comunidad.
Con mucha alegría les saludo de nuevo en este gran boletín. Esperando que la gracia de Dios te haya permitido vivir unas fiestas muy significativas y sobre todo en compañía de quienes amas. El año que terminó fue algo diferente, la pandemia ha sido una muestra muy clara de lo frágiles que somos, nunca pensamos que algo así vendría a cambiar nuestra rutina y a darle un significado nuevo a muchas cosas.
El año que terminó representa también una reflexión sobre la fortaleza propia que tal vez muchos de nosotros no conocíamos, aprendimos que el amor y encomendar a Dios nuestra vida y la de los demás es siempre reconfortante sea cual sea la situación.
Como catequistas tenemos el honor de conocer y vivir la palabra de Dios, no es algo nuevo para nosotros el que esté presente en nuestra cotidianeidad; sin embargo, en nuestra calidad de eres humanos, a veces las situaciones actuales nos sobrepasan; podemos estar pasando por momentos muy impactantes y eso nos puede llevar a perder la esperanza.
Por el momento no sabemos que nos espera este 2021 pero quién mejor que Jesús, esperanza viva, para sentirnos tranquilos y auxiliados. El Señor nos acompaña y lucha nuestras batallas, no nos desampara y sobre todo nos cuida y nos La evangelización es también ama. No hay que olvidar eso, un reto, más hoy en día que la esperar en el amor del Padre es catequesis se ha vuelto virtual confiar en él, es sentirnos también
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