AÑO 83/ENERO 2021/#9012`
Directorio
Año 83, Enero 2021, Edición #901 Fundado el 25 de Diciembre de 1938
Año nuevo: UNA RENOVADA ESPERANZA. BOLETÍN MENSUAL “ESFUERZO” DE LA OBRA PONTIFICIA DE LAS VOCACIONES
EDITADO EN EL SEMINARIO MAYOR DE HERMOSILLO BLVD. LUIS DONALDO COLOSIO SIN NÚMERO, COL. SEMINARIO C.P. 83000 HERMOSILLO, SON, MÉXICO. TELÉFONO: 2.16.42.42 IMPRESO EN LOS TALLERES DE CINCO MINUTOS DE ORACIÓN, MAGDALENA, SONORA. ¿Desea hacer su aportación bancaria a la Obra por las Vocaciones Sacerdotales? BANCO BANCOMER CUENTA: Arquidiócesis de Hermosillo A. R.
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Rector del Seminario: Pbro. Lic. Daniel Millán Lanz
Coordinador:
Pbro. Fidel Alejandro Munguía Ruiz
Promoción:
Sem. Jesús Valenzuela Ojeda Sem. Fernando A. Burrola Sánchez Sem. Emmanuel A. Martínez Olmeda
Diseño y administración: Lic. Daniela J. Gutiérrez Iglesias
Índice 4
Carta Editorial
Pbro. Fidel Alejandro Munguía Ruiz/ Director de la Obra.
El Seminario
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Estos días en el Seminario
Sem. Fernando A. Burrola S., I de Teología
Vocacional
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Inquietud Vocacional Sem. Pablo Abraham López Bernal, I de Filosofía
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Desde Rectoría
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Desde el Intro
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Tema Central
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Año nuevo: Una renovada esperanza
Pbro. Lic. Daniel Millán Lanz, Rector del Seminario
Sem. Alan O. Gutiérrez Daniel,
Experiencia Vocacional
Pbro. Martín E. Peralta Pérez
Formación Cristiana
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La voz del Papa
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Vida y Espiritualidad
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Muro de oración
LDG. Daniela Gutiérrez, Laica Comprometida
Sem.Emmanuel A. Martínez O. I De Teología
Espiritualidad
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Meditación Evangelio Sem. Fernando A. Burrola S. I de Teología
Pbro. Fidel A. Munguia Ruiz
La Obra
24 25
A ti Soci@
Sem. Fernando A. Burrola S., I de Teología
¡Conócela!
Sem. Emmanuel A. Martínez O. I de Teología
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Cumpleañeros del mes
Enero
Editorial uisiéramos todos que el año al que Q hemos entrado fuera mejor que el que se fue. Es un deseo más que legítimo.
Con todo, no desechemos el que se fue, no lo cataloguemos como el año peor que ha existido, como una desgracia. Nos ha dolido la partida de muchos seres queridos; nos ha lastimado sufrir la desigualdad, Pbro. Fidel A. la inseguridad económica, el miedo al Munguía Ruiz contagio. Todo lo llevamos como marca Director de la Obra sangrante en el alma. Sin embargo, la vida es vida, siempre, por doquier, de cualquiera y en no importa en cuál situación. Encarémosla con dignidad, con la cabeza levantada, con el gusto de arremangarnos la camisa y de trabajar con honradez. Echamos de menos la sonrisa de los seres amados, tapada por mascarillas, ensombrecida por el miedo. Pero aprendimos a querer aun en la ausencia, en la ardiente nostalgia del encuentro. La muerte nos ha rozado, la enfermedad asechado. Con todo, estamos vivos. No podemos olvidar que la existencia es frágil y en un pestañear de ojos se acaba. Cada instante es precioso. Es precioso el año que pasó, precioso el que viene. Precioso es el encuentro negado, precioso es el que se nos concederá gozar. Gracias a Dios. Gracias por lo que pasó, gracias por lo que vendrá. Que no nos falte nunca una razón para agradecer. Feliz y bendecido 2021 en el que podamos vivir una renovada esperanza, confiados en el amor de Dios que nos asistirá en cada uno de nuestros proyectos y necesidades personales, familiares y comunitarias. Con mucho cariño los abrazo y bendigo P. Fidel Alejandro Munguia Ruiz Director de la Obra de las Vocaciones 4
e n
EL SEMINARIO
ESTOS DÍAS e l
SEMINARIO Sem. Fernando A. Burrola Sánchez, I de Teología
C
on mucha alegría y espíritu renovado por este año que comienza, te comparto algunos hechos, que con la gracia de Dios pudimos a bien presenciar en días pasados.
E
l pasado 01 de Diciembre, celebramos con alegría el 132° Aniversario de fundación de nuestro Seminario Mayor de Hermosillo, “Juan Navarrete y
Guerrero”. Casa que muchos de ustedes conocen y donde se forma el corazón de los futuros sacerdotes de la Arquidiócesis de Hermosillo. Dando lugar con la celebración eucarística de acción de gracias y convivencia deportiva, donde participaron seminaristas y padres formadores.
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EL SEMINARIO
S
e compartió el segundo capítulo de nuestro video blog “Desde dentro”, donde el Sem. Roberto González nos habla de una forma natural y expresiva sobre las Fiestas del Seminario 2020. Si aún no has visto el video te invitamos a verlo, lo encuentras en la página de Facebook del “Seminario de Hermosillo” en la sección de videos.
T
ambién en este mes de Enero, tuvimos nuestro cuarto retiro vocacional, donde 11 jóvenes de nuestras parroquias estuvieron presentes de forma virtual, introduciéndose en este proceso de discernimiento-acompañamiento que los ayudará a clarificar a lo que Dios los llama. De igual forma, te exhortamos a seguir orando por las vocaciones sacerdotales, para que Dios ayude a todos los jóvenes de nuestra diócesis a escuchar su voz.
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EL SEMINARIO
U
n acontecimiento fruto de la oración de todos por las vocaciones sacerdotales lo fue, la ordenación sacerdotal de los hoy ya presbíteros José Carlos Martínez Clark y Gabriel Gerardo Ruíz Medina, así como también del hoy diácono Jesús Emmanuel Hoyos García el día 08 de Diciembre; momento que pudimos estar presentes de forma virtual pero acompañándolos con el corazón.
E
ste mismo mes pasado, subimos los boletines del mes de diciembre, espacios donde compartimos la vida y la vocación con cada uno de ustedes. Si aún no tienes acceso a ellos, te invito a que,
a través de la página del Seminario de Hermosillo en Facebook, te hagas colaborador mensual; donde al mismo tiempo estarás apoyando a nuestra formación y tendrás acceso a estos boletines que con cariño realizamos en conjunto sacerdotes, seminaristas y laicos comprometidos con nuestra casa el Seminario.
Y
finalmente, tuvimos la misa con motivo a la Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe. Expresamos nuestros deseos para ti esta Navidad y de año nuevo.
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EL SEMINARIO
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DESDE
RECTORÍA Pbro. Lic. Daniel Millán Lanz, Rector del Seminario.
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eliz y bendecido año nuevo, que la gracia de Dios colme su vida y la de su familia durante este nuevo año y siempre. Iniciamos un nuevo año civil, una nueva oportunidad que Dios pone en nuestras manos para vivir como hijos suyos y como hermanos de los demás, y este regalo debe traer consigo una buena dosis de esperanza, ya que si Dios, en su infinito amor y misericordia, sigue confiando en nosotros, nos sigue dando la oportunidad de responderle, de experimentarlo como compañero de camino, esto debe cargar nuestro corazón de esperanza y de confianza pues como dice San Pablo “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rom. 8, 31). Después de tantas realidades afectadas por la pandemia de Covid-19 el año pasado, este año debe ser una muy buena oportunidad para en 8
fe y con profunda esperanza abandonarnos al amor de Dios, para confiar y experimentar que Él camina a nuestro lado, para continuar haciendo su voluntad en nuestra vida, para hacer crecer sus sentimientos en nuestro corazón. En nuestra casa de formación continuamos con el firme compromiso de seguir formando los sacerdotes sanos, sabios y santos que nuestra iglesia arquidiocesana necesita, esos pastores al estilo de Jesús que tengan en su corazón los mismos sentimientos del Buen Pastor. Aún no sabemos que nos depara, debido a la pandemia y a las condiciones sociales, en este año, sin embargo estamos plenamente convencidos que la gracia de Dios nos sostiene y acompaña en el proceso formativo de los seminaristas, y que la oración y el apoyo de su pueblo siempre se hacen presentes. Confiamos en que la formación de los muchachos siga adelante y que
EL SEMINARIO
los retos que la realidad nos plantea podamos aprovecharlos para continuar formando los sacerdotes tan necesarios en la actualidad que sepan llevar la Buena Noticia a todos los rincones, viviendo como discípulos y misioneros de Jesucristo. Un modelo claro de cómo confiar en el Señor y crecer en la esperanza nos lo brinda nuestra Madre Santísima, la Virgen María, ella que en fe supo decir “hágase en mí según tu palabra” (Lc. 1, 38), que en Cana de Galilea dijo a los sirvientes de aquella boda “hagan lo que él les diga” (Jn. 2, 5) y que siguió a su hijo hasta los pies de la cruz. Pidámosle que interceda por nosotros en este año y que nos enseñe a hacer siempre la voluntad de su Hijo, para como ella experimentar la bienaventuranza verdadera. También San José, patrono de nuestro querido Seminario, a quien el Papa Francisco ha
dedicado este año, nos muestra cómo crecer en la esperanza, ya que después de aquél sueño decidió participar en el proyecto que Dios tenía para él, recibe en Belén, junto con María, a su hijo amado, huye a Egipto cuando se le revela que Herodes anda buscando a Jesús para matarlo y va lo busca cuando se pierde en el templo de Jerusalén. Que la esperanza que San José pone de manifiesto nos impulse a pedirle que interceda por nuestras familias y por nuestro Seminario. Agradezco de corazón su oración, cercanía y apoyo para nuestro Seminario, gracias por tenernos siempre presentes, siéntanse correspondidos y acompañados con nuestra oración. Pido a nuestro Padre Dios les bendiga abundantemente y que este año nuevo transcurra en su presencia y lleno de su paz.
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EL SEMINARIO
DESDE
EL INTRO Sem. Alan Omar Gutiérrez Daniel, Curso Introductorio
CON LOS OJOS SACERDOCIO
EN
EL
U
n grito de alegría se dejó escuchar en las instalaciones del curso introductorio cuando por primera vez, nuestro arzobispo, Don Ruy Rendón Leal, se refirió como “padre Gabriel” a nuestro formador, a quien tenemos en casa, aquí cerquita de nosotros, con quien convivíamos diariamente como diácono, y con quien ahora sentimos una extraña sensación al nombrarle “Padre”. Quizá, sea oportuno comentar este sacramento, desde el interior, tanto de aquellos que aspiran a la ordenación sacerdotal como del corazón. “Sin duda alguna que la ordenación de Gabriel me ha dejado un buen mensaje, me ha motivado para seguir adelante, estoy muy contento por el paso que acaba de dar Gabriel, sin duda alguna que es algo maravilloso ver como un amigo y formador da ese sí al Señor para seguirlo toda su vida, entonces ha sido de bastante motivación para ponerme a pensar y meditar 10
si este es el camino o no para mi vida”. Expone nuestro compañero Joseph García. “La ordenación del Gary para mí es muy significativa. Aunque no hayamos asistido presencialmente yo creo que estuvimos muy presentes ahí con él a través de las redes. Ver a un sacerdote ordenarse te da ánimos de seguir dándole ese “Si” sincero al Señor cada día. Gary nos lo dijo, que viviéramos la ordenación, que viéramos todo lo que pasaba, porque era muy especial, y claramente si lo fue. Yo creo que es lo que significa para mí la ordenación de Gary, Tato y Emmanuel: seguir dándole ese “Si” a Dios, para en un futuro estar ahí también si Dios quiere”. Coincide Fabián Durán. Y es que, por razones evidentes debido a la pandemia, no pudimos asistir
EL SEMINARIO
presencialmente a la ordenación, sin embargo, pudimos participar por medio de las transmisiones en las redes sociales.
inmerecido pero que aún así podemos alcanzarlo”. Profiere Andrés Chávez, seminarista del curso introductorio.
Por otro lado, hay quien pone énfasis en el impacto que tiene en toda la comunidad este hecho: “Pienso que para mí la ordenación de Gary fue un momento muy importante, un ejemplo para mí y tal vez para muchos. Yo creo que el paso que dio Gary no lo dio solo, sino que lo dio con todos los seminaristas, formadores, y demás sacerdotes que han estado en su caminar. Pienso que para todo el clero católico de la arquidiócesis de Hermosillo es muy significativo tener un nuevo pastor en la comunidad. En lo personal tomo esta ordenación como un ejemplo a seguir, como un objetivo a alcanzar, un logro, como dice el padre Gabriel, totalmente
Sin duda alguna, un evento como este no pasa desapercibido. Si bien es inspirador, también nos llama la atención fuertemente, nos mueve a prepararnos a conciencia para ese momento, pues ser sacerdote es una gran responsabilidad que requiere de gran compromiso y entrega. Dios nos siga inspirando, también gracias a sus oraciones de intercesión, queridos lectores, para que demos cada día una respuesta enérgica al llamado: El seguimiento de Jesús.
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EL SEMINARIO
INQUIETUD
VOCACIONAL
Sem. Pablo Abraham López Bernal I de Filosofía.
H
ola a toda la comunidad de socias y socios de la obra de las vocaciones, y a todos aquellos que se dan el tiempo de leer este artículo, me presento, mi nombre es Pablo Abraham López 12
Bernal, soy seminarista (Seminario Mayor de Hermosillo) curso mi segundo año de formación, es decir, mi primer año de la etapa estructuradora-discipular (filosofía), tengo 19 años de edad, soy de Hermosillo, Sonora y pertenezco a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (Catedral). Me da alegría, pero también cierto nervio compartir mi experiencia vocacional, sin más que agregar comencemos.
Desde que yo estaba pequeño mi mamá se encargaba que siempre fuera a misa y a la catequesis y hasta me tocó que fuera mi maestra. Todo el servicio que mi mamá prestaba a la Iglesia, me llevó a entrar a un grupo juvenil al cual asistían puros jóvenes de la colonia, quienes estuvimos juntos toda la catequesis. A los 16 años vivo mi encuentro de Arcoíris y fue en ese encuentro donde en mí se presenta una conversión, la cual estaba destinada al servicio del grupo y de la parroquia, también fue en ese encuentro donde descubrí la alegría y energía para servir a los demás. En ese encuentro se encontraba un amigo y pieza fundamental en mi camino vocacional, Óscar Martínez (seminarista), el cual se encuentra ahora mismo cursando el tercer año de la formación en el Seminario. Nos hicimos buenos amigos, en el grupo juvenil pude observar su camino vocacional antes y después de ingresar al Seminario. Recuerdo que fui a su misa de bienvenida (cuando ingresa él al Curso Introductorio)
sin saber que al año siguiente estaría devuelta ahí pero ya como seminarista. Siguió pasando el tiempo y después de servir mi primer encuentro me di cuenta que podía dar más de mi servicio, no sabía de qué forma, pero sentía que Dios me exigía algo más. Fue entonces que, en una jornada vocacional mixta, le pregunte por primera vez a Dios: ¿qué quieres de mí? Daba la casualidad que al día siguiente había retiro vocacional al cual decidí ir; en primera porque había deporte, y en segunda por que no me costaba nada intentar. Después de ese retiro entre al acompañamiento (proceso antes de entrar al Seminario) y fue una experiencia gratificante y enriquecedora, a la que le debo mucho. Ya con ese acompañamiento con el padre Benjamín Amaya, la oración, la cercanía con mi hermano parroquiano Óscar, el grupo juvenil y sobre todo con ese amor al servicio, le dije que “SÍ” al Señor para entrar a la formación en el Seminario. Decido entrar para no quedarme con la duda, de que hubiera pasado si no hubiera entrado y por que no tengo miedo de descubrir que quiere Dios de mí. Muchas gracias a todos ustedes socias y socios de la obra de las vocaciones, gracias por estar al pendiente de nosotros y de su oración que es pilar fundamental en nuestra vocación, sigamos orando unos por otros. Dios los bendiga.
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EL SEMINARIO
No puedo iniciar o platicar mi experiencia vocacional, si no agrego a mi madre, la cual se ha encargado desde el vientre a llevarme a la parroquia, especialmente al centro de Santa Lucía, ubicado en el Cerro de la Campana. Ella ha sido clave en los tres llamados que Dios me ha hecho, siendo el primero, el llamado a la vida, segundo, el llamado a la vida cristiana, y tercero, el llamado a la vida cristiana específica, el cual sigo descubriendo dentro del Seminario.
VOCACIONAL
EXPERIENCIA
VOCACIONAL Pbro. Martín E. Peralta Pérez Formador del Seminario
TENER ESPERANZA EN LA ADVERSIDAD Un año más en nuestras vidas que queda en el ayer, un año que marca su huella y nos hace vivir nuestra vida de un modo distinto, un año que iniciamos con esperanza, sueños, proyectos y metas que realizar... y la vida nos sorprendió. Las noticias no hablan mas que de enfermedad y muerte, llevándonos a una vida de confinamiento, muchas personas han perdido el empleo buscando así cómo tener lo necesario para vivir, no hemos podido celebrar las fiestas navideñas como acostumbrábamos hacerlo, las fiestas de cumpleaños las hemos postergado o las hemos celebrado en reuniones virtuales, nuestras comunidades parroquiales han quedado abandonadas o han quedado sillas vacías de las personas que la formaban, familiares, amigos y conocidos han enfermado, otros han sido vencidos por la enfermedad. 14
En nuestro proyecto de vida nunca pensamos pasar por algo semejante, pensamos que las viejas epidemias que han narrado y marcado la historia de la humanidad eran algo muy lejano o imposible de vivir, el dolor, la tristeza y el sufrimiento pareciera apoderarse de nuestras vidas, un año que quisiéramos borrar de nuestra vida y de nuestro pensamiento. Y ante todo esto nos preguntamos ¿Dónde esta Dios? ¿Acaso está dormido? ¿Hace caso omiso a mis súplicas? ¿Acaso hemos perdido la esperanza? Las palabras del Génesis: “Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era una soledad caótica y las tinieblas cubrían el abismo, mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas. Y dijo Dios que exista la luz y la luz existió…” (Gn 1,1-3). Y en medio de esta obscuridad hay una luz que brilla, aun la fe aunque pareciera débil por lo que estamos experimentando, nos anima a creer en Dios, en su Palabra, hemos tenido que recurrir a medios electrónicos para hacernos presentes en nuestras asambleas, en nuestras comunidades, sabemos que no es lo mismo pero es esa luz que existe, nutre y alimenta. Y en medio de esta tempestad hemos aprendido a trabajar y a hacernos presentes con los necesitados,
Ser discípulo de Jesús no implica librarnos de las pruebas y las adversidades que el mundo nos presenta, no es que Dios nos abandone o se olvide de nosotros, Él se hace compañero en nuestro andar, la desesperanza no nos deja contemplar la luz que en nuestro caminar surge para sostenernos y animarnos. “El Dios de toda la Gracia que en Cristo Jesús los llamó a su gloria eterna, Él mismo, después de un corto sufrimiento, los restablecerá, afianzará, fortalecerá y consolidará. ¡A Él sea el poder para siempre! ¡Amén! (1Pe 5,10-11). Entonces, ¿qué es tener esperanza?, en el cristianismo es una virtud teologal por la que se espera que Dios otorgue los bienes que ha prometido, así lo define la Real Academia Española. El Papa Francisco nos dijo en la homilía de Navidad: “Dios viene al mundo como Hijo para hacernos hijos de Dios. ¡Qué regalo tan maravilloso! ¿Tienes la sensación de no salir del túnel de la prueba? Dios te dice: ‘Ten valor, yo estoy contigo’. No te lo dice con palabras, sino haciéndose hijo como tú y por ti, para recordarte cuál es el punto de partida para que empieces de nuevo: reconocerte como hijo de Dios, como hija de Dios. Este es el punto de partida de cualquier renacer. Este es el corazón indestructible de nuestra esperanza, el núcleo candente que sostiene la existencia, más allá de nuestras
cualidades y de nuestros defectos, más fuerte que las heridas y los fracasos del pasado, que los miedos y la preocupación por el futuro, se encuentra esta verdad: somos hijos amados. Y el amor de Dios por nosotros no depende y no dependerá nunca de nosotros: es amor gratuito, pura gracia”. No podemos perder la esperanza ante las pruebas, sino aferrarnos a la fe en el Señor y en la firme convicción de que Él se hace uno entre nosotros para caminar con nosotros, ya el Señor lo ha dicho: “que exista la luz. Y la luz existió” (Gn 1,3b), aprendamos a descubrir esa luz en las personas que salen en nuestro encuentro, médicos, enfermeras, amigos, sacerdotes. Hoy es un tiempo de ser fuente de esperanza para el que se siente cansado, agobiado, vencido. Es ahí donde a nosotros se nos exige que en este tiempo nos esforcemos por responder en nuestra misión pastoral. El llamado a ser testigos y profetas es urgente, es una respuesta en el amor al servicio en y desde la Iglesia, en una respuesta generosa de hacer vida el amor en el hermano, en la escucha, en la acogida, en ser quien sale a ese encuentro con el Jesús que sana, consuela, perdona, abraza y libera. La misión no es de unos cuantos, es de todos nosotros los que formamos la Iglesia, los primeros en dar ese testimonio somos nosotros los que hemos dicho “Si” al Señor, “Si” a seguirlo, seamos pues esperanza para los hermanos.
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VOCACIONAL
con los enfermos de COVID en los hospitales, con las familias de escasos recursos, con el hermano abatido, con el que ha perdido a un ser querido y no pudo despedirse de él, estamos aprendiendo a humanizarnos más con los hermanos.
TEMA CENTRAL
Año nuevo: Una renovada esperanza
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¡H
ola querida socia y socio de nuestro boletín! Por primera vez me animo a dirigirte unas palabras en este inicio de año. Quiero compartir contigo una reflexión sobre como mantener la esperanza renovada a lo largo de nuestra vida y muy especialmente en este tiempo de pandemia. Seguramente nos hemos sentido decaídos más de una vez al ver aspectos de nuestra vida fuera de nuestro control, en áreas como nuestra salud, nuestras relaciones familiares, nuestra dinámica de trabajo, rutina diaria, nuestra participación en la vida comunitaria dentro de la iglesia y hasta nuestra relación con Dios. Como cristianos tenemos una ventaja, la virtud de la ESPERANZA, una virtud teologal infundida por Dios en el alma de los fieles para hacernos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna. La esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad. (CEC 1818)
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TEMA CENTRAL
LDG. Daniela Gutiérrez, Laica comprometida
Es por esto que como cristianos no podemos llenarnos de miedo y desfallecer. San Juan Pablo II nos invita a redescubrir la virtud de la esperanza, que “por una parte, impulsa al cristiano a no perder de vista la meta final que da sentido y valor a toda su existencia y, por otra, le ofrece motivaciones sólidas y profundas para su compromiso cotidiano en la transformación de la realidad para hacerla conforme al plan de Dios” (Tertio millennio adveniente). Para mantener la esperanza renovada hay que tener una actitud orante y confiada en Dios, tener el corazón dispuesto a recibir las inspiraciones del Espíritu Santo y obrar según la voluntad de Dios, aprovechando el tiempo intercediendo por los demás que se encuentran en dificultades y ayudándolos como nos sea posible. A pesar de todo hay una cosa que ninguna pandemia puede detener, y es el amor de Dios. Como dice en su Palabra: “Nada nos podrá separar jamás del amor de Dios, en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom 8, 39). Este amor que nos llena de vida, nos transforma, nos libera, nos sana, nos llena de esperanza y nos enseña a amar, así como Dios nos ama, este amor que a pesar de la distancia podemos seguir compartiendo con nuestros seres queridos a través de llamadas, nuestros cuidados con los que tenemos en casa, escuchándonos unos a otros y acompañándonos aún en la distancia. Que Dios renueve nuestra esperanza cada día y vivamos confiados en Él, con la mirada puesta en la verdadera felicidad, la vida eterna.
FORMACIÓN
La voz del Papa
Sem. Emmanuel A. Martínez O., I de Teología
ola queridas ¡H socios de la las vocaciones! Es
socias y obra de un gusto poder compartir con ustedes este artículo, en el cual, nos uniremos como Iglesia a las intenciones del Papa Francisco que mes con mes nos comparte. En esta ocasión ha iniciado el año con una intención especial: La fraternidad humana. El Santo Padre pide, frente a todos los desafíos de la humanidad, que nos abramos y unamos, como humanos, como hermanos y hermanas, “con los que rezan siguiendo otras culturas, otras tradiciones y otras creencias”. Es necesario construir puentes entre los pueblos y las culturas. “La fraternidad nos lleva a abrirnos al Padre de todos y a ver en el otro un hermano, una
hermana para compartir la vida o para sostenerse mutuamente, para amar o para conocer”. Una fraternidad que mira hacia dos sentidos: reconocernos hijos de un mismo Padre que nos ama y reconocer al otro como don, donde Dios se hace presente en ese mismo amor. ¿Qué significa estar al servicio de la fraternidad? 1) Significa profesar un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Que no encontremos límites para reconocernos hermanos. 2) Significa sembrar paz por todas partes y caminar cerca de los pobres, de los abandonados, de los enfermos, de los descartados, de los últimos. ¡Que mayor ejemplo encontramos en la persona de Jesús! 3) Significa entender que Dios ha creado a todos los seres
Intención de Enero: La fraternidad humana. Que el Señor nos dé la gracia de vivir en plena fratern otras religiones, rezando unos por otros, abriéndonos a 18
FORMACIÓN
humanos iguales de derechos, deberes y dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos. Comenta el Papa Francisco “Los creyentes debemos volver a nuestras fuentes y concentrarnos en lo que es esencial. Lo que es esencial de nuestra fe, la adoración a Dios y el amor al prójimo.” Que curioso que como cristianos nuestra mirada ha de estar en estos dos sentidos, hacia Dios y hacia el prójimo, amar a Dios y al prójimo. Dentro de la formación en nuestro Seminario, el espíritu fraterno se cultiva durante todo el proceso en vista a pertenecer
dentro de la familia sacerdotal, se es hermano de camino, que sabe que cuenta con el otro para compartir las alegrías, tristezas e inquietudes. Hoy en día aunque la pandemia nos limite un poco seamos verdaderos cristianos con espíritu fraterno, donde reconociéndonos hijos e hijas de un mismo Padre, podamos compartir con los demás este mismo sentimiento de ser fraternos con todo aquel que lo necesite, a través de un sencillo mensaje, de una pequeña oración por el otro nos impulse a acercarnos más con un corazón fraterno. ¡Dios nos bendiga!
nidad con los hermanos y hermanas de a todos. 19
ESPIRITUALIDAD
MEDITACIÓN DEL
EVANGELIO Sem. Fernando A. Burrola S., I de Teología
Hola apreciables lectores de este boletín ESFUERZO, primero que nada, quisiera expresar mis mejores deseos para ustedes este nuevo año 2021 y que el amor que llegó a nuestras vidas por el nacimiento de Jesús, logremos mantenerlo durante todo este año esperanzador. En esta Solemnidad celebramos al Hijo de Dios, Bendito por naturaleza, que viene a nosotros a través de la Madre, la bendita por gracia. María nos trae de ese modo la bendición de Dios. Donde está ella llega Jesús. Por eso necesitamos acogerla, como santa Isabel, que la hizo entrar en su casa, inmediatamente reconoció la bendición y dijo: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!» (Lc 1,42). La Virgen María nos enseña que la bendición se recibe para darla. Ella, la bendita, fue bendición para todos los que la encontraron: para Isabel, para los esposos de Caná, para los Apóstoles en el Cenáculo. También nosotros estamos llamados a bendecir, a decir bien en nombre de Dios. 20
El mundo está gravemente contaminado por el decir mal y por el pensar mal de los demás, de la sociedad, de sí mismos. Pero la maldición corrompe, hace que todo degenere, mientras que la bendición regenera, da fuerza para comenzar de nuevo cada día. Ella no es sólo el puente entre Dios y nosotros, es más todavía: es el camino que Dios ha recorrido para llegar a nosotros y es la senda que debemos recorrer nosotros para llegar a Él. A través de María encontramos a Dios como Él quiere: en la ternura, en la intimidad, en la carne. Sí, porque Jesús no es una idea abstracta, es concreto, encarnado, nació de mujer y creció pacientemente. (HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO, Basílica de San Pedro, Viernes 01 de Enero de 2021). Las palabras del Santo Padre el Papa Francisco, en el Ángelus del Viernes 01 de Enero de 2021 desde la Biblioteca del Palacio Apostólico; en el cual nos propone que empecemos este nuevo año, ponernos bajo la mirada materna y amorosa de María Santísima, encomendando nuestras angustias y nuestros tormentos a aquella que todo lo puede. María nos mira con ternura materna, así como miraba a su Hijo Jesús; nos invita a voltear a ver el pesebre de nuestras casas, y nos dice: vemos
ESPIRITUALIDAD
que Jesús no está en la cuna, y me dicen que la Virgen ha dicho: ¿Me dejan tener en brazos un poco a este hijo mío?”. Y así hace la Virgen con nosotros: quiere tenernos entre los brazos, para cuidarnos como ha cuidado y amado a su Hijo. La mirada tranquilizadora y consoladora de la Santísima Virgen es un estímulo para que este tiempo, que nos ha dado el Señor, sea dedicado a nuestro crecimiento humano y espiritual, sea tiempo de suavizar los odios y las divisiones, donde sea tiempo de sentirnos todos más hermanos,
sea tiempo de construir y no de destruir, cuidándonos unos a otros y de la creación. Un tiempo para hacer crecer, un tiempo de paz. Santa Madre de Dios, a ti te consagramos el nuevo año. Tú, que sabes custodiar en el corazón, cuídanos. Bendice nuestro tiempo y enséñanos a encontrar tiempo para Dios y para los demás. Nosotros con alegría y confianza te aclamamos: ¡Santa Madre de Dios! Y que así sea. 21
ESPIRITUALIDAD
fratelli tutti
Pbro. Fidel Alejandro Munguia Ruiz, Director de la Obra de las Vocaciones
SECCIÓN
y ESPIRITUALIDAD
VIDA 22
a publicación de la carta encíclica Fratelli tutti —firmada el 3 de octubre de 2020 junto a la tumba de san Francisco de Asís y en la víspera de su fiesta—, ha confirmado que las cuestiones relacionadas con la fraternidad y la amistad social, siempre han estado entre las preocupaciones del papa Francisco (cf. FT 5). De hecho, en sus palabras introductorias el Santo Padre nos revela la urgencia de la dimensión universal del amor fraterno: “Entrego esta encíclica social como un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras”(FT 6). También en América Latina y El Caribe experimentamos la necesidad de ser hermanos y hermanas sin fronteras, de dejarnos impregnar por el testimonio de fraternidad, sencillez y alegría del Poverello de Asís. La pandemia del Covid-19 nos ha urgido a renacer, entre todos, a un deseo mundial de hermandad, para soñar ... como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos (FT 8). Si bien reconocemos que “las sombras de un mundo cerrado” (capítulo primero) se ciernen sobre esta Patria Grande, nos alienta el anhelo de ser prójimos sin fronteras, porque “un extraño en el camino” (capítulo segundo) nos interpela y nos
motiva a ser, cada vez más, Iglesia samaritana. Con nuestro hermano Francisco sabemos que es imperativo “pensar y gestar un mundo abierto” (capítulo tercero), y tener “un corazón abierto al mundo entero” (capítulo cuarto). Para ello en necesario aspirar a “la mejor política” (capítulo quinto) que lo haga posible y a la fecunda caridad que nos permita redescubrir una nueva cultura en “el diálogo y la amistad social” (capítulo sexto). Estamos llamados a recorrer “caminos de reencuentro” (capítulo séptimo) — con ingenio y audacia—, que nos permitan reconocer a Dios entre los últimos, los empobrecidos, los más vulnerables. Por eso, “si hay que volver a empezar, siempre será desde los últimos” (FT 235). Cuando cobra un nuevo sentido la vocación de “las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo” (capítulo octavo), el Consejo Episcopal Latinoamericano - CELAM presenta estas ocho meditaciones desde América Latina y El Caribe, inspiradas en cada uno de los capítulos de Fratelli tutti —de ahí el título de cada meditación—, con el propósito de animar la esperanza y el compromiso con la cultura del encuentro y del diálogo, que nos lleve a construir puentes de fraternidad y amistad social, porque “cada uno de nosotros está llamado a ser un artesano de la paz, uniendo y no dividiendo, extinguiendo el odio y no conservándolo, abriendo las sendas del diálogo y no levantando nuevos muros” (FT 284). Por ello presentaré durante los siguientes meses cada una de las meditaciones para provecho de todos ustedes queridos lectores.
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ESPIRITUALIDAD
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LA OBRA
A ti soci@
La grandeza de contar con alguien como tú Sem. Fernando Burrola Sánchez, I de Teología
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on mucha fe y esperanza iniciemos este nuevo año, estemos dispuestos y preparados para recibir la gracia de Dios. Hagámos de nuestro corazón un lugar donde acojamos en amor misericordioso que Dios nos da sin medida. Eso nos ayudará a mantenernos cerca con él y guiar nuestra atención hacia las personas con las que contamos. Nuestra familia, amigos, conocidos, personas que no conocemos pero que en algún momento nos relacionamos con ellos durante el día atendiendo a una necesidad según sea el caso, sacerdotes, seminaristas. Personas que conocemos hay bastantes, las cuales vamos conociendo a lo largo de nuestra vida, pero que la mayoría de las veces se nos olvidan que están ahí. En el seminario sabemos que contamos contigo, oramos por ti y tu familia. Personalmente me siento agradecido con Dios porque me dio la oportunidad de reflexionar en este tiempo sobre eso; el valor tan grande de la amistad, de ser fraternos unos con otros, de amar sin esperar recibir algo, de la maternidad y paternidad, de ser familia, de ir caminando juntos, de tener alguien como tú orando por mi vocación y la de mis compañeros. Personas como tú, cuidan de mi formación, alientan mi caminar vocacional, por eso tengo la certeza de que será un año en el que sin duda seguirás ahí disponiendo tu tiempo para orar
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por otros, ese es el cuidado que también la Virgen María tiene con cada uno de nosotros y nuestras familias. Tomemos ese ejemplo y contribuyamos a que en la diócesis de Hermosillo se formen santos, sanos y sabios sacerdotes. También sabemos que experimentaste un año no muy grato, nos lo compartiste en las juntas pasadas. Gesto que agradecemos, esa apertura y confianza puesta en nosotros que al mismo tiempo además de ponerlo en oración, nos invita a tomar responsabilidad, pero sobretodo sensibilidad por el sufrimiento del otro. Sigamos juntos este año, pidiendo a Dios la salud que necesitamos y bajo la protección de la Virgen María, tomemos la actitud de reconstruir nuestro interior, que si bien se vio tentado por la vivencia de la pandemia, nos ayudó el alimento indispensable, que es la oración. Mantengámonos cercanos con Dios, busquemos el tiempo suficiente para poder escuchar su voz y distinguir su paso por nuestra vida. Para finalizar este compartir, quiero darte las gracias a nombre de todos los formadores y seminaristas por este año que pasó y te sentimos cerca, aunque las circunstancias nos obligaron a separarnos. Gracias por colaborar con tu casa el Seminario de Hermosillo. Gracias por siempre estar ahí para nosotros, gesto que es correspondido de nuestra parte por medio de la oración. Dios te bendiga, la Virgen María te proteja y sigamos cuidándonos para que pronto sea el momento en que nos encontremos de nuevo presencialmente.
¡Conócela!
Ella es Albita Tapia
Sem. Emmanuel A. Martínez Olmeda, I de Teología
¡F
eliz y bendecido año nuevo! en este artículo te compartiré el testimonio de una integrante de la familia de la obra de las vocaciones. Ella es Alba Imelda Tapia Fernández o también conocida como Albita Tapia, pertenece a la Cuasi-parroquia San Juan María Vianney y tiene como apostolado ser celadora y también la catequesis infantil. Ella es miembro de la obra de las vocaciones desde hace aproximadamente dos años y conoció este apostolado por medio del Pbro. Roberto Montañez quien la motivo a que comenzara a distribuir el boletín Amigos a los niños de la catequesis. Ella comparte “Al tiempo Juanita me incluyó en el grupo de la obra y me animó mucho la idea.” Otro aspecto importante sobre lo que la mantiene cercana al seminario es que le interesó conocer y acercarse a la formación que reciben los futuros sacerdotes, donde a través de la oración por las vocaciones, ha encontrado también un medio para permanecer cerca y así apoyar en todo lo que le ha sido posible durante el tiempo que ha permanecido en este apostolado. Una pregunta que le compartía, que puede ser muy común dentro de nuestras comunidades, es ¿Por qué es importante apoyar a la formación sacerdotal? Y justo ella comparte: “porque
necesitamos más sacerdotes, y con nuestra oración continua y nuestro apoyo moral y espiritual los motivamos a seguir el llamado de Dios y seguir adelante para ser santos y buenos sacerdotes”. Un gesto que a ojos de muchos es simple pero en verdad es de gran valor y creo que hablo por todos quienes formamos parte del Seminario que, en verdad es de gran apoyo y motivo de seguir disponiendo de nuestra persona para responder a este llamado que Dios nos hace. Ustedes son parte de la fuente donde alimentamos nuestra vocación. Por último comparte acerca de los frutos que le ha dejado pertenecer a la obra de las vocaciones, satisfacciones sobre todo espirituales y que gracias a las reuniones de cada mes se volvían una convivencia tanto con socias y socios como con los mismos seminaristas. Comparte: “sobre todo la constante oración, el apoyo moral y espiritual que tenemos en el grupo más en esta pandemia que hemos vivido este tiempo, como que hemos estado más cercanos por medio de las diferentes plataformas y yo al menos he estado más en oración en este tiempo que en tiempo normal, me ha dado mucho gusto conocer más de cerca a los seminaristas”. Esto y más ha sido la experiencia de Albita Tapia dentro de la obra de las vocaciones, a pesar del poco tiempo a diferencia de otros miembros de la obra, ha traído para su vida una cercanía y cariño que es bien correspondido por parte de la familia del seminario. ¡Gracias por ser parte de esta obra de Dios!
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MURO DE
ORACIÓN ENFERMOS Alberto Hurtado Carmen Martínez Alejandro Navarro. Ma. Lourdes Lizarraga de Peralta Yolanda de Soto y Ernesto Soto Lourdes, Manuel, Irma, Nora e Hilda Daniel Fuentes Ma. Dolores Navarro V. José Elías Souffle Estrada Evangelina Navarro Valle Josefina Quiñónez Iván Toledo José Carlos Contreras María Luisa Rodríguez Marcos y Martha Cebreros Virginia Campa García Julio Iglesias Carlos A, Ladriere Carmen Alicia Iglesias Héctor Moreno Flores Jesús Plascencia Alejandra Moreno Luz María Iglesias G. Ana Rosa Iglesias G. Luis Iglesias Rocío Lizarraga
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DIFUNTOS
Mercedes Treviño Pablo,Yolanda, Aarón Antonio Huguez Valdez Consuelo y Carlos José Manuel Huguez Espinoza Mtz. Teodora Medrano Josefina Díaz Ávalos Víctor Manuel Hoyos Raúl Padilla Facundina Alcaraz Héctor René Felix Carlos Quiñónez Fernando Mendez Rolando Ordaz Atondo Alberto Lugo Rosario García Mario Carrillo Navarro Octavio Arnoldo Aganza Oralia Valenzuela Celina Leyva Ramón Córdoba Miguel Humberto José Ángel Duarte Vásquez Q. Jesús Robles, Sebastián Corella Padre Hugo Montaño Quijada Jesús Valdez Aguirre Humberto Quijada Rosalba Oceguera Espinoza de Sanabria Jhonatan Romero Jesús Robles Barraza Rodríguez Ramón Granillo Ana Laura Navarro Ma. Luisa Yomans Rosa Ma. Ortiz Alejando Heredia Reina y Concepción González Joel Valenzuela Moramay Moises Diana Montaño Ma. Elena Baldenegro Aida Guzman Daniel Escalante Berenice Moreno Noé Jiménez Ortega Luz Quintana Jesús Ortega Cresencia Ortega luz Aida Lugo Jesús Yañez Trujillo
ESPECIALES Aniversarios Matrimonial de: Fidencio y Marielos Rentería Torres Jesús y Cecilia Castañeda Martínez. Alejandro y Lupita Bernal Hull Por el fin del aborto Por los enfermos de covid Por el personal de la salud Por todos los matrimonios y familias Por la salud de la comunidad de Huépac Por nuestros gobernantes y autoridades Por el próximo nacimiento de Aria Guzmán Por los formadores y coordinadores del Seminario Por cada uno de los Seminaristas y Vocaciones Sacerdotales Acción de gracias por el cumpleaños de Armando Casas y Alexa Muñoz Por los que no tienen trabajo, que la Divina Providencia les conceda uno
ENERO CUMPLEAÑEROS 06
Sem. Miguel Ángel Valdez Madrid, I de Filosofía
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Sem. Juan José Andrade Esquer, II de Filosofía
Sem. Martín E. Figueroa Rodríguez, I de Filosofía
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Oración por las Vocaciones Sacerdotales Oh Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada. Señor, necesitamos mayor número de sacerdotes, multiplica las vocaciones y santifica más y más a nuestros sacerdotes, te lo pedimos por la inmaculada virgen María de Guadalupe, tu Dulce y Santa madre. Oh Jesús, danos muchos y santos sacerdotes según tu corazón y todas las vocaciones que la iglesia necesita. Amén.