AÑO 82/OCTUBRE 2020/#8982`
Directorio
Año 82, Octubre 2020, Edición #898 Fundado el 25 de Diciembre de 1938
La misiÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA BOLETÍN MENSUAL “ESFUERZO” DE LA OBRA PONTIFICIA DE LAS VOCACIONES
EDITADO EN EL SEMINARIO MAYOR DE HERMOSILLO BLVD. LUIS DONALDO COLOSIO SIN NÚMERO, COL. SEMINARIO C.P. 83000 HERMOSILLO, SON, MÉXICO. TELÉFONO: 2.16.42.42 IMPRESO EN LOS TALLERES DE CINCO MINUTOS DE ORACIÓN, MAGDALENA, SONORA. ¿Desea hacer su aportación bancaria a la Obra por las Vocaciones Sacerdotales? BANCO BANCOMER CUENTA: Arquidiócesis de Hermosillo A. R.
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Rector del Seminario: Pbro. Lic. Daniel Millán Lanz
Coordinador:
Pbro. Fidel Alejandro Munguía Ruiz
Promoción:
Sem. Jesús Valenzuela Ojeda Sem. Fernando A. Burrola Sánchez Sem. Emmanuel A. Martínez Olmeda
Diseño y administración: Lic. Daniela J. Gutiérrez Iglesias
Índice 4
Carta Editorial
Pbro. Fidel Alejandro Munguía Ruiz/ Director de la Obra.
El Seminario
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Estos días en el Seminario
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Desde Rectoría
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Desde el Intro
Sem. Jesús Valenzuela
Vocacional
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Inquietud Vocacional Sem. César García Muñoz, I de Filosofía
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Tema Central
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Análisis de la realidad, experiencia en tiempos de pandemia..
Pbro. Lic. Daniel Millán Lanz, Rector del Seminario
Sem. Alan O. Gutiérrez Daniel
Experiencia Vocacional
“Visita a enfermos COVID-19” Pbro. Jorge Estrella Morales
Formación Cristiana
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La voz del Papa
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Cumpleañeros y aniversarios del mes
Sem. Emmanuel A. Martínez Olmeda
Pbro. Fidel A. Munguia Ruiz
Espiritualidad
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Meditación Evangelio
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Vida y Espiritualidad
Sem. Fernando A. Burrola Sánchez, I de Teología
Pbro. Fidel A. Munguia Ruiz
La Obra
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A ti Soci@
Sem. Fernando A. Burrola Sánchez, I de Teología
Octubre
Editorial “Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado” Mc 6,30.
Pbro. Fidel A. Munguía Ruiz Director de la Obra
En mis años de vida, nunca me había enfrentado a un acontecimiento de suyo desconocido y paralizante, para muchos de los ámbitos en los que se desarrolla nuestra vida, como lo ha sido la crisis de coronavirus, que nos ha enseñado mucho y nos ha hecho emprender un camino de reflexión y de afrontamiento, desde todo aquello que para nosotros es sentidificante: a saber, la fe y confianza en Dios.
Por ello muy queridos y amados lectores de nuestra suscripción mensual, los saludo con una profunda alegría, con un gozo enorme y un abrazo desde del alma. Agradecido con Dios que nos ha permitido estar de vuelta con un giro históricamente novedoso, que hemos asumido como un reto y que es la publicación digital de nuestro Boletín Esfuerzo, medio por el cual nos mantenemos cercanos y por el cual el Seminario te abre sus puertas y corazón, agradezco también a cada uno de ustedes permanecer cercanos a nuestra Casa de Formación y por todo su apoyo generoso. Estos meses han sido de una profunda reflexión sea a modo personal o eclesial, pues nos hemos dado cuenta que Dios nunca ha dejado de auxiliarnos con su amor y su cercanía constantes. Dios nos ha sostenido en medio de las incertidumbres y temores que esta pandemia ha traído a muchos de nosotros. Por ello creo convencidamente que esta forma de hacernos cercanos a ti, es también un signo de este amor de Dios manifestado a nuestra Casa de Formación. Deseo que a través de estas páginas que compartimos para ti, comunicarte la alegría de lo que el Señor nos ha regalado en este tiempo de pandemia, de todo aquello cuánto hemos visto y oído. Ruego a Dios misericordioso nos siga teniendo en sus manos amorosas de Padre, pedimos desde el Seminario por cada una de sus intenciones y necesidades. Los abrazo desde el alma, con el afecto de siempre. Pbro. Fidel Alejandro Munguia Ruiz Director de la Obra de las Vocaciones 4
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EL SEMINARIO
ESTOS DÍAS e l
SEMINARIO Sem. Jesús Valenzuela
Nuevo equipo de promoción de la Obra de las Vocaciones.
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e envío un saludo cálido a ti que nos lees en este boletín. Con gran alegría te comparto que este año han cambiado los miembros que ahora conforman el equipo de la Obra de las Vocaciones Sacerdotales del Seminario mayor de Hermosillo. Con el Padre Fidel Munguia a la cabeza, el seminarista Emmanuel Martínez y un servidor, Jesús Valenzuela, nos anexamos con el seminarista Fernando Burrola para conformar el equipo que te estará acompañando a lo largo de este ciclo escolar 2020-2021, a través de este boletín, el boletín Amigos y otras diversas actividades que tendremos para esta familia que conformas. 5
EL SEMINARIO
A
pesar de lo difícil que ha sido el regreso a casa después de meses de estar fuera de ella, la comunidad se reúne una vez más para continuar la formación y compartir la vida, alegres de experimentar el llamado. Sin duda una de las cosas que más extrañábamos era la convivencia y fraternidad con nuestros hermanos seminaristas.
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EL SEMINARIO
on el compromiso de fortalecer la fraternidad y propiciar un ambiente seguro en nuestro caminar, nos unimos para fomentar una “cultura del buen trato” en el seminario, donde todos compartamos el amor al estilo de Jesús. Este mes también vivimos un retiro espiritual, tiempo de reflexión y silencio interior para escuchar la voz de Dios en este camino de la vocación.
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EL SEMINARIO
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DESDE
RECTORÍA Pbro. Lic. Daniel Millán Lanz, Rector del Seminario.
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ue gusto poder estar de nuevo en contacto con ustedes queridas socias y socios de la gran Obra de las Vocaciones, reciban un saludo cordial deseando que la paz que proviene de Dios colme toda su vida. Gracias a Dios hemos podido regresar a la casa de formación de los futuros sacerdotes de nuestra Arquidiócesis de Hermosillo, con todas las medidas de cuidado de la salud pertinentes ya nos encontramos viviendo el proceso formativo en el Seminario. Poco a poco las actividades formativas fueron tomando su curso y hasta el día de hoy la Providencia nos ha socorrido para que todo salga de la mejor manera, de acuerdo a su voluntad, sin contratiempo alguno. 8
Después de regresar del confinamiento en sus casas, la gran mayoría de los seminaristas comparten que ya extrañaban bastante el ritmo y las actividades formativas llevadas a cabo aquí en el Seminario, tales como orar juntos, clases presenciales, itinerarios formativos juntos y presenciales, Eucaristía diaria, practicar algún deporte, entre otras más. Aunque el proceso formativo no se detuvo, no es lo mismo llevarlo a cabo en comunidad, caminando junto a los demás hermanos que han sido llamados a compartir la vocación. Creo que la experiencia de estar en casa durante cinco meses hizo que valoráramos más lo que el Seminario nos va ofreciendo día a día. Mientras sigue la pandemia la OSMEX (Organización de Seminarios Mexicanos) ha tenido
EL SEMINARIO
a bien recomendarnos que los Seminarios se conviertan en “claustro”, es decir, que se evite la entrada y salida de personas para que el coronavirus no llegue a las casas de formación. A dos meses de esta experiencia podemos calificarla como una experiencia interesante, creo que ha traído cosas muy positivas para los seminaristas, aunque esperamos el momento de poder entrar en contacto más directo con la realidad, con las comunidades parroquiales y con las familias, mientras tanto a Una pregunta que surgía en el equipo formador, sobre la formación de los muchachos, era la de cómo se iban a realizar las actividades de la dimensión pastoral, tan significativa para los seminaristas, y después de orarlo, discernirlo, consultar las experiencias de otros seminarios y platicarlo entre
nosotros decidimos que las redes y plataformas sociales iban a ser una muy buena plataforma para entrar en contacto con las diferentes comunidades en las que están sirviendo, pedimos a Dios el regalo de que esta nueva experiencia sea de mucha bendición para los seminaristas y para las comunidades, y que les ayude a continuar escuchando su voz que los invita a seguirlo. Agradecemos su apoyo y oración, gracias por entrar en contacto con el Seminario a través de esta revista digital. Que Dios bendiga su amor, solidaridad y cercanía. Nos seguimos encomendando a sus oraciones y cuenten con las de nosotros.
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EL SEMINARIO
EL INTRO Sem. Alan Omar Gutiérrez Daniel, Curso Introductorio
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stuve orando por ti y tu vocación” — dijo aquel sacerdote desconocido con una media sonrisa dibujada en el rostro. Yo había pasado un largo periodo sin acercarme al templo, y, después de una buena confesión me había reencontrado con el sagrario para rezar un rosario. Un sacerdote, joven, con una negra e impecable sotana se avecinaba para orar junto a mí, y, terminar el rosario, me dice aquellas palabras que removieron algo en mi interior. Surge en mí, el deseo de encontrar mi vocación. Dios nos habla, si, a través de la voz en nuestro interior, a través de su palabra, de la liturgia; sin embargo, muy frecuentemente, nos habla a través de las palabras de las demás personas. “Recuerdo con emoción cuando el padre Benjamín Amaya me invitó a unirme al acompañamiento espiritual, y reafirmó en ese entonces mi esperanza de ser sacerdote algún día” comentó Kevin Peralta, uno de mis compañeros del curso introductorio. Y es que, como jóvenes en crecimiento aún, necesitamos ese impulso, esa
Otro de mis compañeros, José Buzani, nos cuenta cómo el testimonio del entonces seminarista Gabriel Ruiz, le impulsó a interesarse sobre la vida del seminario: “fue gracias a que pude compartir con él mis inquietudes, me contó sobre su propia experiencia antes y durante el seminario y me ayudó a contactar al promotor vocacional para iniciar este proceso, quiero ser un sacerdote al estilo de San Juan Bosco”. No menos importante es tu oración. La oración que nos conecta con el infinito amor de Dios y, maravillados, buscamos seguirle. “Sin duda fue la oración personal la que me hizo sensibilizar mi corazón, escuchar a Dios y disponerme a su llamado, sin embargo, la oración de mis madrinas, de mis amigos, y familiares, me dio ánimo y fuerza, una fuerza que me hizo darme cuenta de lo mucho que disfruto de esa búsqueda de Dios” nos cuenta Carlos Gutiérrez, seminarista también, del curso introductorio. Sabemos en nuestro corazón, nuestros lectores y lectoras, que estamos en sus oraciones. Dios que ve en lo secreto les sonríe bondadoso. Y son sus mensajes alentadores, la certeza de que alguien hace oración por nosotros, una fuente de alegría que fortalece nuestra esperanza y determinación. ¡Dios les bendiga! 11
EL SEMINARIO
DESDE
reafirmación tuya, querido lector, que nos confirma esa voz de Dios que tenemos ya en el interior.
EL SEMINARIO
INQUIETUD
VOCACIONAL
Sem. César García Muñoz, I de Filosofía.
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ola! que tal, mi nombre es César García Muñoz seminarista del primer año de la etapa estructuradora/ discipular (2do año de la formación sacerdotal) un gusto socias y socios el poder contactarlos, aunque sea mediante esta plataforma virtual para compartirles un poco de mi persona y para que me conozcan, esperando a que muy pronto podamos coincidir presencialmente porque realmente si nos hace falta la convivencia y sobre todo el apoyo mutuo que se da cuando toca coincidir, también abro un espacio para comentarles como ha sido este año
muchas vueltas sobre el seminario, pero solamente las veía como preguntas que suelen salir de la nada.
Empiezo mi caminar de sentirme pertenecido a la Iglesia como joven que es invitado a un encuentro de fin de semana del grupo de adolescentes de la parroquia San Martin de Porres a la cual soy perteneciente y mas que los contenidos que vi en ese retiro puede palpar en la convivencia una paz y una tranquilidad que no había experimentado antes, realmente en ese instante pensé cuan de valiosa es la vida, nunca se me olvida ese momento. Después de ese momento empiezo a esforzarme para ser servidor de los próximos retiros y así hacer que más jóvenes conozcan al Señor como un día yo lo conocí, me adentro a la vida de servicio pero ahora sintiéndome pertenecido al ambiente parroquial donde pude ofrecer mi servicio en la Eucaristía, actividades parroquiales, estaba en el equipo de proclamadores, de acólitos y es ahí cuando me identifico como integrante activo porque era un ambiente muy bueno y así pude conocer a la gente que antes veía solamente de saludo, fue muy grato apoyar y al mismo tiempo sentir que tu comunidad te respalde en ciertos aspectos.
Realmente esas inquietudes que empezaron por preguntas se fueron agrandando y comencé a interesarme en los retiros vocacionales, y recuerdo que no iba por miedo a que me gustara y quedarme, aunque suena un poco ilógico así fue, hasta que me anime a ir y como era de esperarse me gusto mucho el ambiente que se formaba en cada platica, tema, deporte, misa, etc.
Ahí mismo en el grupo de jóvenes conozco a un amigo que por cierto coincidimos en la coordinación del grupo y es ahí cuando el empieza a contarme sus experiencias vocacionales, sus inquietudes, su interés por la vida sacerdotal pero antes de eso veía yo en el un deseo de conocer mas sobre nuestra Iglesia, y en una ocasión veo una foto de seminaristas que vi gracias a él, considero ese momento muy clave porque fue ahí cuando empezaron las preguntas de: ¿Qué es el seminario?, ¿Qué hacen los seminaristas?, ¿Cómo es su formación?, etc. Mi mente daba
Me identifique mucho con los compañeros que iban así como iba yo con miedos, muchísimas dudas, altibajos en cuestión de pensar en si entraba en la universidad o el seminario, total termine entrando al Seminario curso introductorio que lo podría considerar un año de mucho crecimiento, un autoconocimiento profundo en el cual vi detalles de mi persona a trabajar que se convierten en áreas de oportunidades para crecer, al principio si fue difícil por el echo de que pues es un cambio muy brusco refriéndome que 18 años viviendo con mi familia y que de un día para otro ya no fuera así, pienso que tuve un buen cierre de año en pandemia pero pues anormal a como lo fue creo que la mayoría de las cosas. Ya aquí en el seminario mayor llevando un mes y unos días de haber entrado me eh sentido muy tranquilo y acoplándome a una comunidad mas extensa y adaptándome a los nuevos contenidos académicos, también eh tenido mis días no muy buenos como otros, pero es parte de mí misma formación, espero y hayan podido conocerme tan siquiera un poco para cuando nos toque coincidir ya me identifiquen, muchas gracias por el apoyo que me das con tu oración y por promocionar este material.
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EL SEMINARIO
y dos meses mi experiencia dentro de la casa de formación y también porque no mi experiencia fuera.
VOCACIONAL
EXPERIENCIA
VOCACIONAL Pbro. Jorge D. Estrella Morales, Formador del Seminario
MI EXPERIENCIA EN HOSPITALES COVID-19. Visitar a más de 2500 personas enfermas en un tiempo aproximado de dos meses es algo extraordinario, por fuera de lo común. Fueron visitas cortas y breves dada la situación y me dejé experimentarla desde diversas perspectivas, como la de los pacientes, la del personal médico, la del público en general y, por supuesto, la mía. Todo esto, por supuesto, es mi interpretación de lo que vi y escuché. En una visita recuerdo que muchos se quisieron tomar foto conmigo. Me dio mucha gracia. Pienso que esas fotos las compartieron con sus familiares para también ellos, desde su cama y enfermedad, brindarles algo de apoyo y tranquilidad; es que también somos presencia del Señor resucitado. También hubo muchos quienes no pudieron vernos y no sé si habrán podido sentirnos y escucharnos. Eran muchos los que visitamos intubados e inconscientes. Aun así me gustaba acercármeles al oído, presentarme y decirles que haría oración por ellos. La mayoría de pacientes que eran de otra denominación cristiana me deja-
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ron hacer oración por ellos. Recuerdo especialmente a dos que con gusto hicimos oración juntos. Uno era pastor de una Iglesia. Sentí que su oración me ayudó mucho a mí; otro lo visite tres semanas seguidas. Me pidió una foto en la segunda y tercera visita. Me dijo se las mandaría a sus hermanas que viven en Italia. Alguno no quisieron hacer oración y me gusta respetar. Pienso que la oración es algo que nos une en vez de dividirnos más. Visité también a un tipo de personas con las que me sentí muy identificado. Esas personas eran servidoras en la Iglesia. Me comentaban brevemente que ellas participaban en esta o aquella parroquia; algunas eran ministros de la comunión, etc. una de ellas, a mí y a mi sombra, nos bendijo y dio su bendición, ahí desde su cama, boca abajo. Es un grato recuerdo lleno de ternura. También, en el recorrido que hacía, visité a lo más importante del hospital, enfermeros, camilleros y doctores. La mayoría eran enfermeros, aunque yo no distinguí a nadie pues utilizando los EPP todos nos parecíamos. Nosotros comenzamos a utilizar calcomanías de citas bíblicas o de una cruz en las batas quirúrgicas para identificarnos. El personal médico también las utilizaba con sus nombres personales. Algunos de ellos se acercaban a mí para que les diera la bendición. Otros se acercaban para pedirme que fuera con uno de sus pacientes que estaba grave. A muchos me toco juntarlos en grupo y hacer oración y darles la bendición y un
A alguno escuche en los vestidores a expresarse desde su miedo o desde su necesidad de supervivencia sobre el deseo de alejarse de su trabajo. Jamás me atreví a juzgarlo y me hizo caer en cuenta de la difícil situación en la que todos están trabajando. Las mismas horas de costumbre pero adheridas con una gran preocupación: no contagiarse ni a los suyos; además cargar con los EPP es demasiado agotador y doloroso. Muchos, a no ser que todos, invierten de su patrimonio para tener más protección que la institución puede o quiere proporcionarles. Siempre entramos con una sombra, la cual era o una doctora o una enfermera. Bonita y generosa acción de caridad la que hacen ellas. Además de proporcionar cuidado físico a los pacientes, también se preocupan por la salud espiritual de ellos. Ellas nos traían por los pasillos asignados para las visitas. Nos ayudaban a revestirnos con los EPP, nos cuidaban dentro explicándonos algunas situaciones, poniéndose enfrente de pacientes muy riesgosos, nos ponían gel antibacterial en la mano después de cada paciente. Este proyecto no hubiera sido posible sin ellas, sobre todo sin el interés y el apoyo de una doctora, la cual no escribo su nombre porque sé que lo borrará después, y que se encargó de organizar la capacitación, así como todas las visitas y contactarnos con otros hospitales. Mis oraciones por todas las Mamás Doctoras. Retomando la palabra apoyo, considero que esta iniciativa es lo que deseaba, ser apoyo espiritual para el enfermo y su familia, así como para el personal médico. Y es que también
tenemos una dimensión espiritual, la cual también decae con la enfermedad y se ve tocada por el desánimo, la soledad, el dolor, el sin sentido. Es a esa parte donde quisimos poner nuestro granito de arena. Es muy bueno y saludable dejar tocarnos esta dimensión y desde ahí también recuperar la salud, la paz, la tranquilidad, el amor. Finalmente, quiero decir que en este proyecto toque la fe, la esperanza, el apoyo, la amistad, la caridad, y también, el miedo, la desesperanza, la enfermedad, la solidad, la duda, la agonía, la muerte. En todo esto toqué la vulnerabilidad, tanto de los demás, incluyendo a familiares, como la mía propia. Llegué a pensar durante mucho tiempo que la vulnerabilidad era más mala que buena, pero innecesaria para mí, y claro, un poco de ella también me hacía falta, sobre todo para empatizar con los demás. La consideraba mala porque me hacía mirarme frágil, le tenía miedo. Después de haber tocado mi vulnerabilidad he descubierto muchos aspectos bondadosos de ella y he comenzado a integrarla en mi vida, confieso, no con facilidad. Es ella la que me recordó el gesto humano y de caridad que tuvimos para hacer las visitas y poner en riesgo nuestra salud y la de nuestros más allegados, más allá que pueda considerarse nuestra labor y servicio. Es ella la que me recordó que puedo seguir apoyando desde otras formas y sin que ello sea menos. Es ella la que me recordó que también necesito del apoyo de los demás, de su cariño, de su presencia. También me recordó que necesito seguir mirándome, valorarme, creciendo. Finalmente, y entre otras tantas cosas más, que el equilibrio entre el trabajo y el descanso es sano y necesario.
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VOCACIONAL
sincero agradecimiento por su trabajo, vocación y esfuerzo especial en esta situación.
TEMA CENTRAL
LA MISIÓN EN TIEMPOS
DE PANDEMIA Pbro. Fidel A. Munguia Ruiz
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a crisis del coronavirus nos ha sorprendido a todos, como una tormenta que descarga de repente, cambiando súbitamente a nivel mundial nuestra vida personal, familiar, laboral, creyente y pública. Muchos han tenido que lamentar la muerte de familiares y amigos queridos. Muchas personas han caído en dificultades económicas, otras han perdido su puesto de trabajo. En muchos países fue imposible celebrar comunitariamente la eucaristía en público ni siquiera la pasada Pascua, la fiesta mayor de la cristiandad, para obtener fuerza y consuelo de los sacramentos. Esta dramática situación ha puesto en clara evidencia la vulnerabilidad, caducidad y contingencia que nos caracterizan como humanos, cuestionando muchas certezas que cimentaban nuestros planes y proyectos en la vida cotidiana. La pandemia nos plantea interrogantes de fondo, concernientes a la felicidades de nuestra vida y al amparo de nuestra fe cristiana. La crisis es una señal de alarma, que nos hace considerar con detenimiento dónde se hallan las 16
raíces mas hondas que nos sostienen en medio de la tormenta (Dios, la familia, los otros, etc.). Nos recuerda que hemos olvidado y postergado algunas cosas importantes de la vida y hace que nos preguntemos qué es realmente importante y necesario y qué tiene solo importancia menor o incluso meramente superficial. Es un tiempo de prueba y de decisión para reorientar de nuevo nuestra vida hacia Dios como apoyo y meta nuestra; nos ha mostrado que, especialmente en situaciones de emergencia, dependemos de la solidaridad de los otros; y nos invita a poner nuestra vida al servicio de los demás de un modo nuevo. Debe concientizarnos de la injusticia global y despertarnos para escuchar el clamor de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. En medio de esta crisis la Iglesia ha sido misionera, ha celebrado la Pascua, escuchando el mensaje pascual de la victoria de la vida sobre la muerte. Este mensaje nos dice que, como cristianos, no debemos dejarnos paralizar por la pandemia. La presencia de Dios
TEMA CENTRAL
que la Iglesia alienta en medio del mundo nos proporciona esperanza, confianza y ánimo, y nos fortalece en la solidaridad; nos habla de superar las rivalidades del pasado y de reconocernos, mas allá de toda frontera, como miembros de una misma gran familia, donde unos llevan la carga de los otros. El peligro del contagio a causa de un virus tiene que enseñarnos otra forma de contagio, como lo ha afirmado el Papa Francisco: el contagio del amor, que se transmite de corazón a corazón, a cuantos de nosotros no nos ha admirado sobremanera que la misión de los cuidadores, médicos y sacerdotes ha sido el signo del amor mas desinteresado, hecho servicio para nuestros hermanos enfermos, esto es realmente la fuerza que procede de la fe en Dios.
La Iglesia ha intentado sólidamente, ser madre amorosa para sus hijos e hijas afligidos y desesperanzados, tocados al fondo por esta experiencia de pandemia que nos ha llevado a re significar lo que somos, para lo que hemos sido creados y para conocer cuál es la finalidad que persigue nuestra vida aquí en la tierra. La Iglesia se ha enfrentado al reto de comunicar la alegría y la vida del Evangelio a través de todos los medios digitales posibles, ha irrumpido con el soplo del Espíritu la vida de muchos hogares, de muchos hospitales para llevar paz y consuelo, para hacer crecer y madurar en nosotros la certeza más grande de nuestra fe en Cristo Jesús y sus palabras:
“Yo estaré con ustedes todos los días”…
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FORMACIÓN
La voz del Papa Sem. Emmanuel A. Martínez Olmeda , I de Teología
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ola queridas socias y socios de la obra de las vocaciones! Es un gusto poder compartir con ustedes este artículo, en el cual, conoceremos y nos uniremos más a una intención particular que el Santo Padre, el Papa Francisco, ha motivado a toda la Iglesia a poner en manos de Dios. En este mes ha motivado a reconocer la misión de los laicos en la Iglesia, pero específicamente en el papel de la mujer dentro de la dinámica eclesial.
En muchísimas ocasiones he escuchado durante mis años del seminario, que con quién compartiremos continuamente nuestro ministerio, en su mayoría son mujeres, esto para ir cultivando y valorando el lugar que ha de tener en nuestro proceso vocacional.
Cada uno de nosotros, por simple hecho de haber recibido el Bautismo, somos incorporados a la Iglesia como hijos de Dios, gozando de la misma dignidad. “Nadie es bautizado como cura u obispo, a todos nos bautizaron como laicos”, comparte el Papa en el video del mes. El protagonista de la acción de la Iglesia es siempre el laico, pero especialmente el papel de la mujer dentro de la Iglesia es fundamental.
Intención de Octubre: «Recemos para que, en virtud d mente las mujeres, participen más en las instancias de 18
FORMACIÓN
¡Qué gran responsabilidad, cariño y respeto se les ha de tener! Como seminario el experimentar la cercanía con las socias de la obra de las vocaciones, trabajadoras, cocineras y demás mujeres presentes en nuestro proceso formativo, sin duda nos muestran un rostro cariñoso y orante, que nos compromete a de igual manera corresponder ese cariño y oración para con ellas. Comparte el Papa Francisco: “El papel de la mujer en la organización eclesial, en la Iglesia va más allá y debemos trabajar en este más allá, porque la mujer es la imagen de la Iglesia madre, porque la Iglesia es mujer; no es ‘el’ Iglesia, es ‘la’ Iglesia”. La mujer aporta una riqueza y una visión muy distinta a la del hombre, le agrega su toque especial ante cualquier situacion y dentro de la Iglesia no es la excepción.
“Ya no existe diferencia entre judíos y no judíos, entre esclavos y libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús.” (Gal 3,28). Que Dios nos motive a siempre buscar la unidad entre todos los miembros de la Iglesia, que nos ayude a crear una cultura de integración, admiración y responsabilidad hacia el papel que juegan los laicos dentro de la dinámica de la Iglesia, pero sobre todo el lugar digno que merece la mujer en medio de nuestra Iglesia de Hermosillo. ¡Que Dios nos bendiga y acompañe!
del bautismo, los fieles laicos, especialresponsabilidad de la Iglesia» 19
ESPIRITUALIDAD
MEDITACIÓN DEL
EVANGELIO Sem. Fernando A. Burrola Sánchez, I de Teología Este mes de octubre la liturgia de la palabra dominical, hace referencia al Evangelio de Mateo, uno de los doce apóstoles de Jesús, quien saca a relucir las parábolas del Maestro. Dirigido a los Israelitas que se convierten al cristianismo. Te sugiero acoger la palabra de Dios con tu mente y corazón para que rinda buenos frutos en tu vida misma y la de los demás. DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO Mateo 21, 33-43
“Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?” En este evangelio se nos muestra a labradores que cuidan de una viña que produce frutos y terminan apoderándose de la viña; la viña es todo aquello que le pertenece a Dios y en ocasiones nos hacemos dueños de la viña, es ahí donde surge el problema. Dios siempre tiene la iniciativa y nos ofrece una nueva oportunidad para cambiar esa actitud. Para fomentar buenas comunidades y administrar bien los dones que Dios no da, debemos producir ese fruto que se necesita, no debemos atesorarlos para nosotros mismos, sino ponerlos al servicio de toda la
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Iglesia. ¿Qué frutos ofrezco a Dios? ¿Estoy compartiendo mis frutos con los demás? DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO Mateo 21, 33-43
“A todos los que llamadlos a la boda”
encontréis,
Este evangelio hace referencia a un llamado que Dios en vuestra vida nos hace, nos llama a todos, aunque no todos responden. Con este enfoque nos damos cuenta que no hay distinción alguna entre los invitados. Sin embargo, nos podemos dar cuenta que hay alguien rechazado, y Dios a través de este evangelio nos invita a ser cercanos a este tipo de situaciones, siendo generosos y bondadosos con los menos agraciados a los ojos de la sociedad. ¿He escuchado el llamado que Dios me hace? ¿Para qué me podría llamar Dios a mí? DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO Mateo 22, 15-21
“Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”
ESPIRITUALIDAD
Este evangelio es una llamada al compromiso y conciencia de nuestra propia realidad, diferenciando lo divino de lo mundano. No queramos por conveniencia desligarnos de una cosa o de otra, por eso dice Jesús: “Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, es decir, dar a Dios lo que le corresponde, es dar amor, solidaridad, fraternidad a Él y al prójimo; actitudes que se nos enseñan para edificar un pueblo de Dios más justo. ¿Qué le ofrezco a Dios? ¿Realmente estoy dando lo que me corresponde para edificar el reino de Dios?
agrega: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Dios nos ha creado con amor, para hacernos partícipes de su vida, amar y dejarnos amar por Él y amar a los demás. Por tal motivo Jesús se nos ofrece en la Eucaristía, que bien sabemos es expresión máxima de amor hacia nosotros. Por tanto, cuanto más nosotros, tenemos la obligación de poner amor en las cosas que hagamos, en el necesitado, es el mismo amor de Dios que le da sentido a nuestra vida. ¿Amo a Dios? ¿Qué actitud debo eliminar de mi vida para poder amar a Dios y al prójimo?
DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO Mateo 22, 34-40
“Amarás al Señor tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo” En este evangelio Jesús les responde a los fariseos, mismos que lo querían poner a prueba, preguntándole que si cuál mandamiento de la Ley era el más grande. Pero éstos no se esperaban tremendo alcance en la respuesta de Jesús: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Y
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ESPIRITUALIDAD
DIOS TIENE LA ÚLTIMA PALABRA
Pbro. Fidel Alejandro Munguia Ruiz, Director de la Obra de las Vocaciones
SECCIÓN
y ESPIRITUALIDAD
VIDA 22
ueridos lectores de nuestro boletín, que la paz y el amor de Dios sigan sosteniendo en su caminar de fe. Esta sección se ha creado, que la intención es brindar herramientas para profundizar nuestra relación con el Señor a través de la reflexión y la meditación de cada uno de los contenidos aquí propuestos. Por tal motivo te agradezco siempre tu generosa atención para acoger mensualmente lo compartido. La pandemia del coronavirus y la consiguiente angustia por el futuro pasarán, lo mismo que han pasado muchas épocas malas en la historia del mundo. No solo en esta pandemia, sino en todas las catástrofes naturales y en todas las suertes personales de la vida, podemos confiar en el cuidado y la providencia de Dios, a pesar de que esos tiempos parezcan tristes y dolorosos. Como seres frágiles, podemos en la fe aprender a aceptar nuestros propios límites y confiar a Dios nuestras angustias: «Por todas partes nos aprietan, pero no nos ahogan» (2 Cor 4,8). Las llagas de Jesús fueron para Tomás el lugar para experimentar al Señor resucitado (cf. Jn 20,24-29). Las llagas de esta pandemia ¿podrían ofrecernos ocasión también para hacer una experiencia nueva de Dios? Si, como creyentes, insertamos confiadamente nuestra propia fragilidad y la de nuestros semejantes, la necesidad de salvación de todos, en el plan salvífico de Dios para salvar la creación entera, entonces brota en nosotros una energía nueva. Cristo es el Salvador, que nos puede sanar. Es el Redentor y Salvador del mundo. Solamente Él es nuestra esperanza. Ante los múltiples riesgos y amenazas de la vida, cada uno de nosotros tiene la misión de entregarse según sus posibilidades, desde la fuerza de su fe, a hacer avanzar un desarrollo sostenible e integral de toda la familia humana. Desde la perspectiva de la fe cristiana, debemos tener siempre en consideración a los débiles y los necesitados, a los pobres y los enfermos, y emprender todo lo posible para aliviar y
suprimir su necesidad. Para ello extraemos nuestra energía de nuestra vivencia de relación con Dios. Nuestro Dios es un Dios para nosotros y un Dios que va con nosotros. Permanece con nosotros todos los días de nuestra vida. No nos abandona tampoco en este tiempo. Su presencia sanadora y salvífica es para los creyentes una certeza y una fuente de vigor. Los cristianos vivimos de la esperanza. La muerte es solo la palabra penúltima: la última palabra la tiene Dios mismo y es la resurrección, la vida en plenitud y la vida eterna. Si nos abandonamos a la fidelidad de Dios y confiamos en Él, tenemos la certeza que nos apacigua: los seres humanos no tenemos todo bajo control, pero estamos en las manos de Dios. El cristiano no da forma a su vida por su propio poder, sino por el poder del Espíritu Santo. En tiempos de inseguridad podemos confiarnos a su guía con toda confianza. Con su don de sabiduría podemos asumir la vida y darle forma en sus límites y posibilidades. Con su don de entendimiento aprendemos a considerar, atender y preservar la vida en su santidad y belleza. Con su don de consejo podemos elegir lo necesario y correcto en situaciones de decisión. Su don de temor de Dios nos capacita para desarrollar la reverencia por la vida y por la creación y vivir humanitariamente por amor a la humanidad universal. No solo la crisis actual, sino también muchas catástrofes locales y mundiales pueden convertirse en una interpelación a nuestra fe y una prueba para ella. Pero no nos deben llevar a la desesperación, sino a una certidumbre creyente y una fortaleza en la fe, así como a un conocimiento más profundo de que Dios es el Señor y conductor de la historia, el presente y el futuro. Él puede guiarnos a través de cualquier crisis, y en sus manos permanecemos a resguardo. En una hora en que la humanidad entera padece bajo la amenaza de la pandemia, nuestra fe puede proporcionarnos esperanza y confianza. La fuerza de la fe puede mostrarse como el poder que supera el poder de la angustia.
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ESPIRITUALIDAD
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LA OBRA
A ti soci@
La grandeza de contar con alguien como tú Sem. Fernando Burrola Sánchez, I de Teología
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n verdad es un gusto, pero sobretodo una bendición, el poder estar de regreso escribiendo con mucho entusiasmo estas siguientes líneas para ustedes, estimadas(os) socios de la Obra de las Vocaciones Sacerdotales. Este tiempo en el que todos de alguna manera hemos sido afectados por la pandemia, nos ha hecho reflexionar sobre el cambio que debemos hacer en nuestras vidas para adaptarnos a la nueva normalidad; sabemos que les ha sido difícil el no poder abrazar, saludar, visitar, asistir a la celebración Eucarística, a las juntas que con mucho cariño preparamos para ustedes. Todas estas situaciones a las que estábamos acostumbrados a disfrutar y nos hacían tanto bien. Incluso hasta nosotros como seminaristas tuvimos algunas dificultades desde nuestras casas; las clases, juntas de comunidad del seminario, itinerarios formativos, entrevistas con los padres formadores, el llevarlos de forma virtual nos pareció un obstáculo en primer momento, pero fue tu oración la que nos ayudó a superar y saber adaptarnos a este gran cambio, que, si no fuera por el amor que Dios nos tiene y por ti, tal vez nos hubiera sido un poco más tardado. Por tal motivo, te seguimos agradeciendo tu intercesión, tu cercanía, tu cuidado, en custodiar nuestra vocación desde tu casa aun en tiempos difíciles por medio de tu oración.
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Pasando a otro tema también importante, quiero traer a colación la primera junta virtual que tuvimos en Julio de este año; momento histórico en el seminario y para la obra de las vocaciones sacerdotales, proyecto al cual perteneces. Agradecemos hayas podido estar presente por medios tecnológicos; impresionante la buena utilización de la tecnología, la cual nos permitió tener un espacio para primero saludarnos, saber de ti, conocer tu experiencia durante la pandemia, unirnos en oración, y más que nada saber que nuestro vínculo sigue siendo fuerte porque la fuente es Dios. No cabe duda que esa experiencia quedará guardada para siempre en nuestro corazón, ya que nos llenó de emotividad el verte; más aún que estando cada quien desde nuestras casas, pareciera que estábamos presencialmente juntos. En verdad ya nos hacía falta verte, saludarte y seguir orando por ti. Sigamos formando ese vínculo fraterno que nos caracteriza como familia, la obra de las vocaciones sacerdotales, llevada de la mano de Dios en tiempos difíciles, no hay obstáculo que la detenga, al contrario, seguimos orando y propiciando la generación de nuevas vocaciones. Por el momento es todo de mi parte, te envío un fuerte abrazo acompañado de mi oración. ¡Dios te bendiga!
MURO DE
INTENCIONES Por todos los enfermos de COVID Por el fin del aborto y la violencia Por todos los matrimonios en crisis Por las autoridades de nuestro País Por el fin de la pandemia y COVID-19 Por las vocaciones sacedotales y religiosas Por los bienhechores del Seminario de Hermosillo 59° Aniversario de la Casa del Seminario Mayor de Hermosillo
OCTUBRE CUMPLEAÑEROS 05
Sem. Jesús Fco. Samaniego Mtz. Año de Pastoral
17 28
Pbro. Benjamín Amaya P. Formador del Seminario
Sem. Fernando A. Burrola Sánchez I de Teología
ANIVERSARIO SACERDOTAL 18
Pbro. Jorge Daniel Estrella Morales, Formador del Seminario
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Oración por las Vocaciones Sacerdotales Oh Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada. Señor, necesitamos mayor número de sacerdotes, multiplica las vocaciones y santifica más y más a nuestros sacerdotes, te lo pedimos por la inmaculada virgen María de Guadalupe, tu Dulce y Santa madre. Oh Jesús, danos muchos y santos sacerdotes según tu corazón y todas las vocaciones que la iglesia necesita. Amén.