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Château Palmer
Vinos Grands Crus clasificación 1855
LOS VINOS DE CHÂTEAU PALMER SE ENCUENTRAN ENTRE LOS MÁS PRESTIGIOSOS DE BORDEAUX Y SON ALTAMENTE CONSIDERADOS EN TODO EL MUNDO. GRAND CRUS CLAS-SIFICATION OF 1855. THE WINES OF CHÂTEAU PALMER ARE AMONG THE MOST PRESTIGIOUS IN BORDEAUX AND ARE HIGHLY REGARDED THROUGHOUT THE WORLD.
Château Palmer está en Bordeaux, en la región de Médoc, en la ribera izquierda del río La Garonne, muy cerca de Margaux, una de las primeras apelaciones de Bordeaux. Palmer tiene una larga historia. En el siglo XVIII, la propiedad se llamaba Domaine de Gascq y pertenecía a una familia de la aristocracia francesa. Le Gascq y sus vinos ya eran presentados como grandes vinos de
Bordeaux.
En 1814, el General Charles Palmer, de la
Armada Británica -que volvía de luchar contra
Napoleón con el Duque de Wellington-, compró la propiedad y le dio su nombre. Charles desarrolló los viñedos, y como noble de reputación en la corte británica logró que su vino se tomara en
Inglaterra y fuera apreciado por el rey George IV.
Sin embargo, en 1853, Palmer tuvo que vender la propiedad, que quedó con los hermanos Péreire, banqueros. Los Péreire construyeron el castillo que hoy vemos en las etiquetas de los vinos.
En 1938, Château Palmer volvió a venderse, esta vez, a cuatro familias de las que hoy quedan solo dos, las familias Sichel y Mähler-Besse, que continúan la tradición de Palmer en el mundo, un vino poco conocido por el público pero muy respetado por los coleccionistas y los amantes del mundo del vino.
Las viñas de Château Palmer (AOC Margaux) hoy cubren 52 has. de gravilla Garonne y están compuestas por 47% Cabernet Sauvignon, 47% Merlot y 6% Petit Verdot. La combinación de tierra y variedades de uva ha sido siempre el mayor activo de Château Palmer (3ème Cru Classé). En estos viñedos, tradición y evolución han ido de la mano, siempre respetando las características de este extraordinario terroir. Sus vinos están entre los más prestigiosos de Bordeaux, altamente considerados en el mundo.
Nos reunimos en Asunción, con el Export Director de Château Palmer, Damien Grelat, en su visita a Monalisa, su distribuidor en Paraguay.
¿Cómo se expresa el terroir en sus vinos?
Es una pregunta amplia... Nuestros viñedos se encuentran en arcilla y arena, al igual que tierras profundas; un gran terroir con mucha grava que permite hacer vinos estructurados de mucha precisión, que permite la maduración fenólica, taninos delicados y precisos, elegancia y gran frescura, la característica principal de la apelación de Margaux: vinos frescos y delicados, con mucha precisión aromática. Los terrenos más arenosos son más apropiados para los vinos aromáticos, con expresión menos sofisticada pero con frutas puras y simples generosas.
¿Qué ofrece Palmer en sus vinos?
Somos un cru clasificado de Bordeaux y buscamos ofrecer autenticidad, simpleza, expresiones puras del terroir. Ofrecemos un buen compromiso entre el cabernet sauvignon y el merlot, nuestras dos variedades emblemáticas. Respetamos el estilo de la apelación haciendo un vino con frescura, estructura, grandes taninos, boca aterciopelada, intensa y profunda.
¿Qué parámetros siguen para vinificar?
Nuestros vinos son clásicos en comparación a otros crus clasificados de Bordeaux. Para nosotros, en Palmer, lo mejor es intervenir lo menos posible. En 2008 comenzamos a convertir el viñedo en orgánico. Es un trabajo largo; comenzamos con 3 hectáreas y luego nos expandimos aplicando métodos ancestrales: volvimos a traer animales a la viña, vacas para hacer nuestro abono, ovejas para evitar caracoles... lo ideal para vinificar es conservar la pureza, la precisión del sabor de la fruta, para quedar dentro de la expresión más auténtica del terroir, lo más cerca posible de su ADN.
¿Cuál es su potencial de guarda?
Seguimos la tradición de Bordeaux, sofisticación e intensidad aromática que confieren al vino acidez y precisión de estructura; esto da grandes vinos con potencial de guarda. Por otro lado, un vino con una reputación menor también puede envejecer bien. Es un tema impreciso, una ciencia muy inexacta. Hoy podemos tomar un Palmer 1928, cosecha legendaria para nosotros, o un Palmer 1961, emblemático. Hay varias buenas cosechas, por ejemplo 1983 fue un año impecable para Bordeaux, igual que 1995. Puede haber muy buenas sorpresas al igual que no tan buenas, es más o menos como en la ruleta.
¿Quién es su enólogo?
Nuestro director general y winemaker es Thomas Duroux, un apasionado por los vinos, un hombre de espíritu muy abierto, libre de prejuicios y conceptos. Somos un pequeño equipo en Palmer y todos participamos en las decisiones para dirigir la propiedad.
¿Qué premios ha ganado Palmer?
Nosotros no concursamos en competencias. Tenemos la historia que hemos heredado. Hacemos lo mejor que podemos para dirigir en tradición, poniendo esfuerzo tecnológico y conocimiento, buscando el compromiso entre la modernidad, la tradición y el arraigo a la expresión del terruño. Pertenecemos a la clasificación de 1855 ordenada por Napoleón III para la Exposición Universal de París, el mismo año en que se concretó el proyecto de la Tour Eiffel. Fuimos clasificados en el Concurrent Agricole, y desde entonces no obtuvimos otro premio. Tenemos, sí, el reconocimiento de grandes periodistas y críticos que comentan nuestros vinos todos los años... James Suckling nos dio 99/100 por la cosecha 2016. Los periodistas nos ayudan a mostrar lo que somos, haciendo más accesibles los grandes crus al público del mundo.
Tienen una línea llamada Alter Ego. ¿Por qué lleva ese nombre?
Este vino se hizo para tomar más rápido. El terroir de los viñedos donde se elabora Alter Ego es arenoso. Entonces, estos vinos son más aromáticos, contemporáneos y modernos. Cuando se descorcha un Alter Ego, causa placer al amateur. Buscamos simpleza, expresión de fruta en nariz, y un poco de ingenuidad. Alter Ego es fácil de descubrir, se revela fácilmente. Es genial para tomarlo a los 3 años de estiba, pero si le das 10 años y en función a su cosecha, seguirá siendo simple pero de gran carisma, con un lado seductor muy latino; carismático, por sus frutas suaves y su lado descontracturado.
En 1998, pensamos en el nombre latino Alter Ego, otro yo, doppelganger, o autre-moi, una interpretación diferente de Palmer pero con el mismo ADN, el mismo estilo, las mismas uvas y parcelas. Queríamos un vino de igual espíritu e identidad pero más abordable y accesible para la gente joven. Una versión más moderna y contemporánea para el amateur.
¿Estos vinos son para hablar o tomar?
Definitivamente, para tomar. No hay nada más triste y aburrido que pasar horas mirando una copa hablando de frutas cuando no estamos de acuerdo: la frambuesa, la fresa, el cassis, el no sé qué... la gente tiene sensibilidades y paladares diferentes; es terriblemente aburrido. Hacemos este vino para complacer a una buena cena.
En 1853, Charles Palmer vendió la propiedad, que quedó en manos de los hermanos Péreire, quienes construyeron el castillo que vemos en las etiquetas del vino. In 1853, Charles Palmer sold the property that was finally acquired by the Péreire brothers, who built the castle we see on the labels of the wines.
Va con gran gastronomía igual que con un momento relajado entre amigos, familia, celebrando. Hay que mantener en vista la naturaleza del vino: placer y pasión. Saber sobre vino, analizarlo y hablar sobre él está bien, pero hay que saber parar y simplemente disfrutar.
Tienen también un vino blanco...
En el castillo tenemos botellas de blanco Palmer de 1925. Existía esa tradición en el Médoc, aunque la prioridad era hacer tinto. Nos dieron ganas
Damien Grelat, Export Director de Château Palmer, junto a Faisal Hammoud, presidente de Monalisa, distribuidora de Château Palmer en Paraguay.
de recrear ese vino, y plantamos 1,4 hectáreas; producimos 1500 a 2000 botellas desde 2007. Elegimos cepas originarias Muscadelle 50%, Loset 35% (una cepa que ya no existe por la phliloxera) y 15% Sauvignon Gris. Es un vino único por estilo, sabor y carácter. Lo servimos solamente en el castillo, pero quienes lo probaron preguntan: ¿cómo conseguimos este vino? Entonces lo vendimos a amateurs y coleccionistas, y en 2014 decidimos venderlo a restaurantes 50 Best y Guías Michelin y a los sommeliers que nos pedían. Chefs como Renzo Garibaldi y Virgilio de Central tienen nuestros vinos, 30 botellas por lugar, y ahora Monalisa es una de las primeras importadoras que tendrán nuestro vino, Château Palmer, blanco. C hâteau Palmer is located in Bordeaux in the Médoc region, on the left bank of the the Garonne River very close to Margaux, one of the top Bordeaux apellations. Château
Palmer has a long history. In the eighteenth century the property was called
Domaine de Gascq and belonged to a family of French aristocracy. Le Gascq’s wines were already recognized as great
Bordeaux wines.
In 1814, General Charles Palmer of the British Navy - returning from fighting against Napoleon alongside the Duke of Wellington - bought the property and gave it his name. Palmer developed the vineyards and as a nobleman with a good reputation in the British court, he managed to have his wine tasted in England and appreciated by King George IV.
However, in 1853, Palmer was forced to sell the property to the Pereire brothers, bankers. The Pereires built the castle we see today on the wine labels.
In 1938, Château Palmer was again sold, this time to four families of which only two remain today: the Sichel and
Mahler-Besse families who continue
Palmer's tradition in the world, crafting a wine little known by the public but highly respected by collectors and wine lovers.
The vineyards of Château Palmer (AOC Margaux) today cover 52 hectares of Garonne soil and are composed of 47% Cabernet Sauvignon, 47% Merlot and 6% Petit Verdot. The combination of land and grape varieties has always been the greatest asset of Château Palmer (3ème Cru Classé). In these vineyards, tradition and innovation have always gone hand in hand, respecting the characteristics of this extraordinary terroir. Its wines are among the most prestigious from Bordeaux, highly regarded throughout the world. We met with Damien Grelat, Export Director of Château Palmer, in Asunción during his visit to Monalisa, the distributor in Paraguay.
How is the terroir expressed in your wines?
That is a broad question ... Our vineyards are found in clay and sand, as well as deep soils; it is a fantastic terroir with a lot of gravel that allows us to make structured wines of great precision, it allows for phenolic maturation, delicate and precise tannins, elegance and freshness, which are the defining characteristic of the Margaux apellation: fresh and delicate wines with aromatic precision. The sandy terrains are more appropriate for aromatic wines with less sophisticated expression, but with fruits that are pure, simple and generous.
What does Palmer offer in their wines?
We are a classified Bordeaux Cru and we seek to offer authenticity and simplicity, pure expressions of terroir. We offer
a good compromise between cabernet sauvignon and merlot, our two most emblematic varieties. We respect the style of the apellation, crafting a wine with freshness, structure, great tannins, a velvety palate, intensity and depth.
What guidelines do you follow in winemaking?
Our wines are classic compared to other classified Bordeaux wines. At Palmer, we believe it is best to intervene as little as possible. In 2008 we started to make the vineyard organic. It's a long process; we started with 3 hectares and then we expanded our application of traditional methods. We brought animals back to the vineyards, cows to make our fertilizer, sheep to eliminate snails ... Ideally, with winemaking, one should preserve the purity, the taste of the fruit , to remain within the most authentic expression of the terroir, as close to its DNA as possible.
What is the aging potential of your wines?
We follow the tradition of Bordeaux, sophistication and aromatic intensity that give the wine acidity and structural precision. This results in great wines with aging potential. On the other hand, a wine with a lesser reputation can also age well. It is an imprecise subject, a very inaccurate science. Today we can drink a 1928 Palmer, a legendary harvest for us, or a 1961 Palmer, emblematic. There are several good harvests, for example 1983 was an impeccable year for Bordeaux, as was 1995. There may be nice surprises as well as not so nice, it is more or less like roulette.
Who is your winemaker?
Our general manager and winemaker is Thomas Duroux, a wine enthusiast, an open minded man, free of prejudices. We are a small team at Palmer and we all participate in the decisions to direct the property.
What awards has Palmer won?
We do not compete in competitions. We have the history that we inherited. We do the best we can to lead in tradition, putting forth efforts in technology and knowledge, looking for a compromise between modernity, tradition and the roots of the land. We belong to the 1855 classification ordered by Napoleon III for the Universal Exhibition in Paris, the same year that the plan for the Eiffel Tower was put in place. We were classified in the Concurrent Agricole and since then we have not been awarded another prize. We have, yes, the recognition of great journalists and critics who comment on our wines every year ... James Suckling gave us 99/100 for the 2016 harvest. Journalists help us to show what we are, making the grand crus more accessible to the public. You have a line called Alter Ego... This wine was made to drink more quickly. The terroir of the vineyards where Alter Ego is made is sandy. So these wines are more aromatic, contemporary and modern. Uncorking an Alter Ego is pleasing to the amateur. We look for simplicity, an expression of fruit on the nose, and a little ingenuity. Alter Ego is easy to discover, it is easily revealed. It is great to drink after 3 years of aging, but if you give it 10 years, depending on its harvest, it will remain simple but with great character, with a seductive Latin side. Charismatic, due to its soft fruits and informal structure. In 1998, we thought of the name Alter Ego, a different interpretation of Palmer but with the same DNA, the same style, the same grapes. We wanted a wine with the same spirit and identity but more accessible to young people. A more modern and contemporary version for the amateur.
Are these wines to talk about or to drink?
Definitely to drink, there is nothing more sad and boring than spending hours looking at a glass talking about fruit when we do not agree: raspberry, strawberry, cassis, I do not know what ... people have different tastes and palates… It is terribly boring. We make this wine to complement a good dinner. It goes with great gastronomy just as it goes with a relaxed moment shared between friends or family celebrating. We must keep in mind the nature of wine: pleasure and passion. Knowing about wine, analyzing it and talking about it is fine, but you have to know when to stop and just enjoy.
You also have a white wine ...
In the castle we have bottles of 1925 white Palmer. There was a tradition of white wine in the Médoc although the priority was to make red. We wanted to recreate that wine, and we planted 1.4 hectares and we have produced 1500 to 2000 bottles since 2007. We chose to use 50% Muscadelle, 35% Loset (a strain that no longer exists due to phylloxera) and 15% Sauvignon Gris. It is a wine with unique style, flavor and character. We served it only in the castle but those who tried it asked, “How do we get this wine?” So we sold it to amateurs and collectors and in 2014 we decided to sell it to restaurants ranked by 50 Best and Michelin Guides and to the sommeliers who asked us. Chefs like Renzo Garibaldi and Virgilio from Central have our wines, 30 bottles per place and now Monalisa is one of the first importers to have our wine, Château Palmer, white.
Una renovación completa de las instalaciones de Chateau Palmer comenzó en 2010, haciendo las innovaciones necesarias para elaborar el mejor de los vinos. Major renovations took place at Chateau Palmer starting in 2010, making the improvements needed to produce the best wine possible.