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Revista Desafío Exportar N° 212.
Sin “plan soja”, la balanza comercial vuelve a ser deficitaria
Eliana Scialabba
Directora Ejecutiva CEEAXXI.
A finales de 2022, el gobierno, ávido de divisas, lanzó dos “plan soja” casi de manera continuada, que permitió a los exportadores hacerse de una cotización por encima de la oficial vigente al momento de la liquidación.
Esto permitió, a pesar de la grave situación de activos de reserva que enfrenta el BCRA, obtener el pasado año la mayor liquidación del campo de la historia. No obstante, como dice el popular dicho, esto constituye “pan para hoy y hambre para mañana”.
¿A que nos referimos con esto? La mayor liquidación de divisas permitió al gobierno cumplir las metas con el FMI, a costa de sacrificar recursos correspondientes a este año. Podría leerse como una señal que se ven virtualmente fuera del gobierno a fines de 2023
Resultados comerciales
A nivel agregado, durante 2022 las exportaciones de bienes y servicios totalizaron USD 88.446 millones, debido en parte importante a los altos precios internacionales, mientras que las importaciones sumaron USD 81.523. De esta forma, el saldo comercial alcanzó los USD 6.923 millones.
No obstante, esto implica una caída de más de la mitad del resultado neto de balanza comercial, que en 2021 totalizó USD 14.750 (el valor de las exportaciones fue de USD 77.934 y las importaciones USD 63.184).
Ya con datos del primer mes de 2023, podemos tener una panorámica de lo que se viene para el resto del año, en términos de resultados y dinámica comercial.
Durante enero, las exportaciones sumaron USD 4.900 millones, el valor más bajo en para este mes en tres años, mostrando una disminución del 11.7% respecto a enero de 2022; mientras que las compras al exterior alcanzaron los USD 5.384 millones, con un alza del 2.5% interanual. De esta forma, el “rojo” comercial de este mes fue de 484 millones.
Si extrapolamos los resultados para el resto del año, se estima, en base al REM del BCRA, una caída de las exportaciones en torno al 8% (como piso) y una desaceleración de las importaciones, que nos llevarían a cerrar, en el escenario más favorable, con un saldo positivo por debajo de 2022.
BALANZA COMERCIAL ARGENTINA: 2021-2024*
No obstante, es posible que las exportaciones tengan una dinámica mucho más moderada que la estimada en el REM del BCRA, ya que la sequía hará que 2023 sea el año con menor producción de granos de los últimos cinco años, sumado a que parte importante de la cosecha de este año se ha vendido ya de manera anticipada para aprovechar el “plan soja”
En tanto, a fin de lograr la caída de las importaciones estimadas, debería darse una fuerte contracción económica, sumada a una mayor restricción a las compras externas, lo que se traduciría en efectos nocivos para la economía, considerando que parte importante de las importaciones se trata de bienes intermedios, de capital y energía. Por otra parte, a fin de considerar el resultado comercial, tenemos que analizar la dinámica del tipo de cambio real. Si bien la cotización oficial de la divisa estadounidense viene acelerando su ritmo de depreciación, este siempre se encuentra por debajo de la tasa de inflación, que roza ya los tres dígitos. De mantenerse esta tendencia, el tipo de cambio real seguirá apreciándose, dando un impulso adicional a las importaciones (que solo podrán frenarse, como expresamos anteriormente con mas controles)
Balanza Comercial
Lo analizado indica que para lograrse un resultado positivo en términos comerciales debemos esperar que se mantengan los precios de las exportaciones relativamente altos en el mercado internacional, y que el freno de la actividad y controles adicionales sobre las importaciones, con un mayor ritmo de depreciación nominal, de lo contrario, será complicado alcanzar el escenario estimado por los analistas del REM del BCRA en 2023 y 2024.
Consideraciones finales
La economía argentina se encuentra sumida en un escenario de perdida constante de divisas, y desde el gobierno de turno no dejan de atacar a los principales generadores de las mismas: los exportadores: tipo de cambio nominal atrasado para venta, con costos indexados a cotizaciones paralelas; restricciones cualitativas y burocráticas, y todo tipo de “palos en la rueda” que uno pueda imaginar.
Por otra parte, los importadores, principales beneficiados, se aprovechan del poder de lobby para ingresar productos a precios muy bajos y revenderlos a los consumidores a cada vez mayores precios, obteniendo una renta extraordinaria. Podríamos decir que están “cazando en un zoológico”, una metáfora que bien puede ilustrar el comportamiento de una gran parte de los sectores que cuentan con el beneplácito de importar.
En tanto, el gobierno se encuentra ante el dilema de si incrementar el tipo de cambio nominal a una mayor tasa para fomentar el ingreso de divisas en concepto de exportaciones, odejarlo “planchado”, para que esto no tenga efectos extra sobre los precios relativos de los bienes transables y no transables, que generen, a su vez, mas descalabres sobre el nivel general de precios. Frente a un año de elecciones, probablemente el gobierno elija la segunda opción, ya que dado que los argentinos que deciden la elección (casi un tercio de los votantes que no se encuentran conformando el núcleo duro de ningún partido y/o coalición de gobierno) suelen votar con el bolsillo. Una aceleración de la inflación podría asestar un mayor golpe al gobierno en las urnas, que un menor nivel de reservas.
Asimismo, como mencionamos anteriormente, algunas políticas llevadas a cabo por el gobierno durante los últimos meses se encuentran más alineadas a lo que podríamos llamar el “plan aguantar” que a un reacomodamiento de la macroeconomía.
Saldo comercial y tipo de cambio real
De esta forma, en los escenarios analizamos, podríamos estimar un sector externo con una dinámica como la planteada, de mantenerse el contexto planteado. Cualquier cambio brusco de las condiciones económicas o externas mencionadas tales como la sequía, la previsión del tipo de cambio y la inflación y los controles de importaciones, será necesario volver a realizar las estimaciones, incorporando la mayor información que vayamos obteniendo a medida que transcurra el año.