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Del Oficio a la Profesión: Transformando el Rol de los Choferes

Lic. Natalia Elizabeth GONZALEZ
Licenciada en Transporte y Logística Operativa, UdeMM. Directora de empresas, IGEP Miembro del comité Agro y Sostenibilidad.Fundadora de Escuela de Choferes.

La importancia de una educación sólida en el transporte de cargas. Con la reciente modificación de la LINTI, se destaca el debate sobre la formación de conductores en el transporte, resaltando la escasez de choferes capacitados y su relación con los avances tecnológicos. Analizar la evolución de la profesión es clave para proponer soluciones sostenibles.

En los últimos días, fue de público conocimiento un anuncio del gobierno, sobre la modificación de la LINTI; Este cambio ha generado diversas opiniones al respecto, algunas a favor y otras en contra. La LINTI es una Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional, que habilita a conductores para transportar cargas sobre los vehículos que conducen. Se obtiene como complemento a la licencia nacional profesional, que es otorgada por los municipios. Para conseguir la LINTI, se requiere un examen psicofísico anual y un curso de capacitación teórico y práctico, en algunos casos mediante el uso de simuladores. Hasta diciembre, cuando entre en vigencia la modificación, es posible que surjan más cambios según las negociaciones entre las partes interesadas. La situación que rodea la LINTI pone de manifiesto un tema importante y latente en el sector del transporte de cargas: el problema es la falta de choferes profesionales con habilidades necesarias para adaptarse a la evolución de las empresas de transporte que viene dado por el desarrollo tecnológico en el sector

Históricamente, el oficio de chofer ha sido herencia familiar, transmitida de generación en generación. Siempre de padre a hijo, de tío a sobrino, o de tío postizo a vecino. Un oficio de hombres por el tipo de actividad donde la fuerza física era necesaria para cambiar cubiertas, bajar o subir puertas de semirremolques o acoplado, poner lonas para cubrir la mercadería, entre otras funciones. Además, este oficio ha sido visto como una opción para quienes tenían la necesidad de trabajar para cubrir los gastos del hogar, lo que lo ha vinculado a la clase baja. Así, las opciones eran trabajar o estudiar, por lo cual quien decidía ser chofer, no tenía la posibilidad de estudiar. Con el tiempo, esta transmisión de conocimiento de boca en boca mediante la práctica de acompañante, se ha perdido ante la necesidad del sector de un marco legal que minimice los riesgos en la actividad. Por ejemplo, las grandes empresas prohíben que los conductores lleven acompañantes no vinculados a la empresa, ya que, ante un siniestro, las compañías de seguro no cubren a terceros transportados.

Este contexto ha llevado a la situación actual, en la que una encuesta* revela que el 70 % de los conductores no tienen estudios secundarios, con un promedio de edad de 41 años. También se observa un número notable de personas en edad jubilatoria que continúan trabajando por la falta de aportes necesarios para su retiro, y solo 1% de las licencias está a nombre de mujeres. Para entender estos datos, es fundamental conocer la historia del sector, lo que permitirá pensar en soluciones adecuadas y con perspectivas de futuro. Entonces ¿Cómo se forman los conductores hoy? Oficialmente, hay pocas posibilidades para quienes quieren ingresar al mundo del transporte. La Fundación Profesional del Transporte (FPT) ofrece una de las pocas capacitaciones en el país, que consta de 124 horas entre teoría y práctica. Esta capacitación brinda los conocimientos mínimos indispensables para la conducción de vehículos de gran porte. Sin embargo, al ser una entidad privada, los aspirantes deben cubrir el costo de su formación.

Alineados con la FPT, Scania ha implementado un programa denominado ¨Conductoras¨ con el objetivo de promover la inclusión de mujeres en el transporte. En este 2024 va por su sexta edición por lo que a fin de año lograra 72 conducto -

ras egresadas. En la edición anterior, fueron 6000 mujeres de todo el país las que se inscribieron, pero el programa tiene cupos limitados, con solo 12 plazas por edición. Esta información abre la posibilidad de preguntar ¿Qué sucede con las mujeres que desean ser choferes, pero no logran inscribirse?, ¿Dónde podrían formarse?

La misma interrogante aplica a cualquier persona que busque una salida laboral tan bien remunerada como es el transporte, ¿Dónde aprende?, ¿Dónde se forma como un verdadero profesional?

Las empresas de transporte tienen la urgencia de cubrir puestos de trabajo hoy, ahora. El país está sentando las bases para comenzar a crecer a un ritmo sostenido durante la próxima década, si todo sale tal cual lo planifica el gobierno de turno, ¿Cómo van a crecer las empresas si no cuentan con los recursos humanos necesarios?

La formación de las personas, no se puede acelerar de la misma manera que la compra de diez unidades 0 km a través de un crédito; por el contrario, profesionalizar el sector, mejorar la seguridad vial, minimizar riesgos y costos, requiere un enfoque a largo plazo.

Para abordar la profesionalización del transporte, es esencial reformar las bases sobre las que se forman los futuros conductores. Es necesario que los aspirantes tengan sus estudios secundarios completos, no como un requisito más, sino por una razón de peso que impactará positivamente en su desempeño profesional. Durante la adolescencia, entre los 12 y los

Lo que antes era simplemente conducir, ahora se ha convertido en un papel integral en la cadena de valor del producto transportado “ ”

18 años, periodo que coincide con la educación secundaria, se desarrolla lo que se llama pensamiento hipotético-deductivo, en palabras más simples, sería algo así como pensar las consecuencias de los actos. Este desarrollo permite imaginar escenarios futuros, y alternativas de acción, para evaluar cuál es la más conve -

niente. Tras esta etapa, se puede continuar evolucionando hacia un pensamiento crítico-reflexivo durante el periodo que va desde los 19 a los 25 años, periodo de estudios superiores o profesionales. En síntesis, para formar profesionales que piensen y actúen conscientes de las posibles consecuencias de sus decisiones y que

puedan discernir entre una buena maniobra y una riesgosa, es fundamental establecer bases cognitivas sólidas que hayan abarcado todos los periodos de educación obligatoria. Esto permitirá formar profesionales con criterio y una comprensión profunda del impacto de la actividad del transporte en la sociedad y el medio ambiente. Para lograr este cambio la formación teórica y práctica deberá extenderse a dos años, aprovechando el período entre que los jóvenes se egresan del secundario y cumplen 21 años edad, edad en la cual pueden solicitar la licencia profesional. De esta manera se podría atraer a los jóvenes al sector y cubrir las 25.000 vacantes proyectadas para el 2030. Sin distinción de género, cualquier persona inte -

resada en formar parte de transporte podría formarse en igualdad de condiciones. Finalmente, es fundamental comenzar a considerar la palabra “eficiencia” en el futuro del transporte. Si bien dos años de formación pueden parecer mucho tiempo ante la urgencia de conductores en la actualidad, sin una solución que transforme las bases del sector, es casi imposible pensar en una verdadera eficiencia. Tal vez sea necesario trabajar en un enfoque híbrido, donde se capacite a los aspirantes que recién terminan el secundario durante dos años, mientras simultáneamente se implemente un programa de un año para adultos mayores de 21 años que deseen obtener su licencia profesional. Estas son propuestas

posibles que pueden abrir el debate y permitir pensar el desarrollo del sector desde una mirada multidisciplinaria.

Hay una realidad innegable, un nuevo paradigma: el rol del chofer en la cadena de abastecimiento ha cambiado radicalmente. Lo que antes era simplemente conducir, ahora se ha convertido en un papel integral en la cadena de valor del producto transportado. Por ello, es crucial cambiar el enfoque y considerar nuevas soluciones, ya que las respuestas del pasado ya no se ajustan a las necesidades actuales. Es momento de adaptarse y evolucionar.

*Encuesta realizada personalmente. Validando los resultados con la información oficial de la FPT presentada en Expo Transporte 2022.

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