Para María Eugenia, mamá
Laboratorio Literario San Martín Lee
Para María Eugenia, mamá
Andrés Otero - Cristina Ramognino - Ricardo Colacioppo - Loreto Di Mascio María Esperanza Menardi - José Huberman - Rubén Sardas - Amalia Fuino Daniel Frini Laboratorio Literario San Martín Lee.
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Andrés Otero
Carta a Eugenia Cara Carmela: La mia adorata nipote. Non potró dimenticare mai, quello que lei ha fatto per me. Tu sei uno pezzo dal mio cuore. Mi torna sempre in mente il tuo atto eroico. Lei ha sacrificato la sua propia vita con la simulazione nel suicidio e loro conseguenze: la posibilitá di perderé la libertá, cambiare la identidá e lo bisogno di partire. Tutto per que io avere l’assicurazione e cosi vivere. Ancora continuo ascoltando lo colpo di pistola que ha fatto credere a tutti gli altri e a tutto il mondo, que lei era morta. Immagina la mia goia cuando ho scoperto que serai mamma. Un pezzo da tuo proprio corpo, si separerá da te per chiamarme nonna. Io estoy qui sploto di felicitá. Questo grupo di scritori che sanno la veritá sopra la tua simulazione del suicidio, sempre hanno chesto per te. Imagina adesso cuando hanno scoperto la tua maternitá ¡Saltarano di felicitá! E como proba del grande afetPara María Eugenia, mamá
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to que loro senteno per te, hanno deciso regalarti questi scritti, que con tanto amore che ognuno ha fatto. Con tutto il cuore, adesso, ora te li mando. Tu sei per me la ragione piu grande per vivere. Un bacio enorme, cara mía. Auguri. Molta fortuna con la nascitá. Tua Nonna
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Cristina Ramognino
Ser madre Ser madre es detener el aliento, acaramelar la mirada, suavizar aún más las caricias, endulzar el canto, lentificar el tiempo, multiplicar al infinito la energía, abrazar el paraíso, revivir con quien te usurpó el corazón.
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Ricardo Colacioppo
Una noche cualquiera Una noche cualquiera dejaste de ser, el deseo y la pasión de dos que se aman, para convertirte en realidad, y mi cuerpo concibió la gestación de tu vida, hubo momentos que prisa y ansiedad, me hacían imaginar que sobre mi regazo, a mis brazos te aferrabas, más la voz de tu padre me volvía a la realidad con calmas palabras, y juntos ensayamos, un cuento a contarte, una canción de cuna. si dentro de mi vientre como en ceremonia, tu cuerpecito se movía, y yo eufórica me reía. y pronto a cumplirse ya los nueve meses, Para María Eugenia, mamá
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seres que expectantes aguardando tu arribo desbordan de alegría, te imaginan en sus brazos, mas yo celosa madre después de tanto esperarte, te quiero solo para mi.
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Loreto Di Mascio
Palabras para una madre ¡Mamá!, Palabra simple que pronunciamos siempre Como si fuera en rezo de fe, de amor, de devoción ¿Qué misterio tendrá tu vientre, que el eterno creador Depositó en él lo más sublime de su obra? ¿Qué encantamiento tiene tu alma, testimonio de generosidad? La sonrisa de tu rostro nos habla de esperanza sin fin. Tu llanto es una lluvia bendita que riega el corazón. Tu natural ternura es una caricia en tiempos de desilusión.
Querida María Eugenia, en este tiempo de espera para recibir el fruto maduro de tu amor, te deseo lo vivas con alegría, con plenitud espiritual con paz interior, y rodeada del cariño de tus afectos. Loreto 3 de octubre de 2020
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María Esperanza Menardi
En octubre, de parto Florece el jazmín en octubre y tu vientre redondo se cubre de flores y de primavera. Crece la vida y germina brotando despacio desde la cimiente. Sueña perfumes nuevos de un niño que se abrirá camino y respirará el aire tibio que olerá a tu cuerpo. Un hilo invisible permanecerá intacto, aunque el tiempo pase y pasen los inviernos. La vida te llamará Madre y harás el milagro de parir lo eterno.
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José Huberman
Nana Dice un proverbio maya: «Así como en el niño descansa el porvenir del mundo, la madre debe sostener al niño en su regazo, para que sepa que ése es su mundo. Y el padre debe llevarlo a la colina más alta para que vea cómo es su mundo».
Nana para un bebé por venir Porque te están esperando Porque vos ya vas viniendo Tu nido ya está muy blando A tu cuna sólo le faltas vos Vos con tu ternura chiquita.
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Rubén Sardas
Para María Eugenia En tu vientre está el tesoro engendrado por la pasión. Es parte de tu carne y tu sangre, es una parte tuya, te pertenece, hasta que quiera aprender a disponer de su propia libertad. Pero antes que llegue ese momento vos lo alimentarás, lo cuidarás, lo instruirás y lo llevarás por los caminos en los que creas convertirlo en una buena persona. Eso es lo más importante. Tal vez sea rico o pobre en bienes materiales, pero es tu obligación hacerlo millonario en valores. Mucha suerte en esa lucha que no te va a resultar nada fácil, y que deberás emprender con el mismo amor y la misma pasión con que lo engendraste.
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Amalia Fuino
Sólo tú La mesa estaba servida, las copas burbujeantes y una alegría intensa flotaba en el aire. La casa bailaba en día de fiesta. Ellos gozaban cada minuto, cada mirada. Una mano buscó la suya y el abrazo permitió que la ternura los cubriera. ¿Una noche más? No, ya no sería una noche más. Acaba de comenzar el año y con él, una lucecita de amor se había apoderado de dos corazones. Pasaron los días y se confirmó la alegría. Pasaron los meses y empezó a ocupar un lugar. Pasaron los miedos y llegaron los buenos deseos. Algún lugar se transformó y entonces la ropa pequeña empezó a guardarse con cuidado y con amor. Ya nada oscurecerá la alegría. Ninguna noche será una noche más. Sin palabras, ambos sonríen esperando el momento. Con los ojos cerrados y el corazón abierto, suspiran. El mundo parece pequeño ante tanto amor. En sueños te imaginamos y contábamos los días, sólo por ver tu cara. Hoy nos acaricias el corazón con tu mirada. No, ya no será una noche más.
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Daniel Frini
Canción de cuna Mirá, bebé, qué linda está mamá mirándose al espejo y piensa tus pasitos y sus lunas cantándote bajito su canción de cuna soñando tu carita y su buena fortuna, Mamá cierra sus ojos y adivina el día en que vendrás y se sonríe Yo la veo, bebé, y acá en el pecho (Justo al lado del lugar donde guardo a mamá y a vos te espero) aparecen una lágrima y un nudo una dulce sensación de estar entero una gota de Dios y una sonrisa, unas ganas de gritar y un viento mudo. Mamá te mira mirándose por dentro y yo miro a los dos (cuánto los quiero) Mamá se ríe al vestirte y cuando teje; yo veo las manos de mamá (y toco el cielo) Para María Eugenia, mamá
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Mirá, bebé, qué linda está mamá mientras te espera. Cantale desde adentro tu canción de cuna Hacé que se duerma soñando tu carita y su buena fortuna.
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