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b) c) d)
2.
Preparación de las semillas-sembradores y de los diferentes terrenos para la paz. Desarrollo de la siembra por la paz. Percibir los buenos frutos en las actitudes de paz.
La Presentación de ofrendas.
Fue el tercer momento de la celebración, a cargo de los sembradores, con los signos y símbolos del proyecto: La Palabra de Dios, como herramienta principal para sembrar los valores de Jesús en los niños, jóvenes y familias para una cultura de paz, hacia una vida en armonía con Dios, con nuestros hermanos y con la creación. •
Las semillas y la tierra, que se complementan, para dar buenos frutos con la fuerza de Dios Padre, quien da a la semilla la posibilidad de reventar, crecer y dar buenos frutos en niños, jóvenes, viviendo una cultura de paz y de reconciliación. •
El logo “semilleros de paz”, que contiene la tierra, la semilla, el sembrador y la Palabra de Dios; representa la identidad del proyecto semilleros de paz en el proceso de la siembra, de la promoción humana, cristiana y claretiana. •
Carta
RELIGIOSOS por la
PAZ
Consagración de los sembradores de la paz.
Bajo la bendición y protección de la santísima Trinidad, se hizo la Consagración del equipo de trabajo. También se hizo entrega de un camibuso y un denario, por parte de los niños y jóvenes como destinatarios y beneficiarios del proyecto de paz. Luego, cada integrante del comité de trabajo, sembró una semilla en la tierra, como símbolo de compromiso para ser multiplicador y sembrador de paz en la población infantil y juvenil.
3.
6
Diversos países del mundo, 7 de octubre de 2016 Señor JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN Presidente de la República de Colombia Bogotá Pan y el vino, que son el cuerpo y la sangre de Jesucristo derramada y entregada por amor hacia nosotros, para que seamos promotores y constructores de paz, entregando nuestra vida al servicio de la población infantil y juvenil. •
4. Palabras de gratuidad y esperanza.
Se expresaron unas palabras de agradecimiento y compromiso. Gracias a Dios por la oportunidad de poder servir a la paz desde Jesucristo, no la paz de este mundo que promueve la guerra, el odio y la competencia, sino desde un compromiso con esa paz que nace en nuestro corazón, que se forma en la familia y se acompaña en la Iglesia, para que aprendamos a construir comunidad y a compartir los valores del Reino de Dios. En esta coyuntura sobre los acuerdos de paz en Colombia, el proyecto “semillero de paz”, es una luz de esperanza, para que seamos artífices y artesanos de la paz desde la familia, en la calle, en la escuela y en todos los espacios y momentos que compartimos. Terminada la jornada, se dio por presentada la apertura y consagración del proyecto con un almuerzo fraterno entre los integrantes y sembradores del proyecto de nuestra parroquia. Hno. Norbey Tapiero, CMF Cúcuta 2016
“Bienaventurados los que trabajan por la paz, por que ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5, 9) Ref: Carta de líderes y lideresas religiosos/as del mundo claman por que se mantengan los acuerdos y se avance en la construcción de la paz en Colombia. Cordial saludo Lideres religiosos y religiosas de diferentes partes del mundo hemos tenido la posibilidad relacionarnos con comunidades y en particular con las víctimas del conflicto armado en Colombia desde hace muchos años y en los casi seis años de adelantados los diálogos públicos y privados entre su gobierno y la guerrilla de las FARC-EP hemos tenido la posibilidad de un seguimiento permanente, dirigiéndonos a usted, señor Presidente y a la guerrilla, en los momentos que han sido críticos y de los que siempre salió bien librado el proceso hasta alcanzar el acuerdo final que todos conocemos. Estos esfuerzos suyos, de las FARC-EP, de las víctimas y del conjunto de amigos y amigas de la paz en Colombia lo hicieron merecedor del premio nobel de paz que como señaló el Comité Noruego que lo otorga “es un homenaje al pueblo colombiano que, a pesar de todos los abusos sufridos, no ha perdido la esperanza de lograr una paz justa y a todas las partes que han contribuido a este proceso de paz”. Las movilizaciones masivas que se vienen dando a favor de la paz en su país en la que personas que se abstuvieron de participar están haciendo presencia
Misioneros Claretianos Colombia Oriental y Ecuador
y que partidarios del no están siendo convocados; nos confirma que la razón de la estrecha mayoría, no es la razón verdadera, más aún cuando se trata de salvaguardar el valor superior de la paz, en nuestros países y pueblos. Estas constataciones, señor Presidente, y nuestra profunda convicción de que la voluntad de Dios es que construyamos la paz y la justicia, nos permiten invitarlo, respetuosamente, a no echar al traste los logros alcanzados en esos difíciles, intensos y exitosos 6 años de diálogos. La voz de las víctimas también se escucha pidiendo lo mismo. Los acuerdos que usted con convicción propició son los mínimos que pudieron alcanzar con las FARC-EP para iniciar el fin del conflicto más largo del hemisferio occidental y la reconstrucción del país. Por eso, señor Presidente le invitamos a mantener los acuerdos suscritos, que como en el punto quinto de víctimas, se observan equilibrados y posibilitan iniciar el camino hacia la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición. Usted ve en este momento una oportunidad para un gran Pacto Político tal como aparece en el punto de participación política del Acuerdo Final. Nosotros también pensamos, desde nuestra fe, que “Dios escribe recto en líneas torcidas” y nos está llamando a hacer nuestros mejores esfuerzos porque lo acordado entre las partes tenga el compromiso de la sociedad y favorezca, principalmente, a las víctimas que han sido las que de manera directa han padecido la confrontación armada. En ese sentido, lo invitamos a aprovechar esta oportunidad para involucrar a la guerrilla del ELN, del EPL, y a las víctimas, organizaciones sociales y comunidades basadas en la fe, en el pacto que está iniciando. Señor Presidente, cuenta con nuestras oraciones y disposición a seguir contribuyendo con todas nuestras posibilidades en la construcción de la paz estable y duradera que está clamando este bello país.
Fraternalmente, Gloria Ulloa, Presidenta del Consejo Mundial de Iglesias, América Latina. Milton Mejía, Secretario General del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI).
BUSQUEMOS la PAZ y
Edifiquémonos Mutuamente (Romanos 14,19) www.claretianoscolombiaecuador.org
Boletín Mensual Nº 15 Septiembre de 2016
Fundación Nuevo Mundo Nit: 900.779.962-9
Bogotá D.C -Colombia- PBX 3421649
CONTENIDO
Qué es una Aldea de la Misericordia
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Proyecto Semilleros de Paz Presentación y Objetivo Consagración de los Sembradores Presentación de Ofrendas Palabras de Gratuidad y Esperanza
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Carta Religiosos por la Paz
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Qué Es Una ALDEA DE LA
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MISERI CORDIA Armenia, 24 de mayo de 2016
Como parte del programa de extensión institucional y apoyo a la población en condición de vulnerabilidad, La Mana Uni-hombre realizó una visita a las aldeas de la Misericordia en Quimbaya, Quindío. Esta experiencia está liderada por Roberto Restrepo y Marta Silva. La Mana se ha comprometido a brindar acompañamiento psicosocial y formación en salud y nutrición a las 13 familias que conforman esta aldea. En la primera visita, participaron el Hno Guillermo Salamanca cmf, la profesora Marina Rodríguez y el P, Teódulo Quintero cmf .
El resultado de esta visita fue los acuerdos de apoyo que se ofrecerán desde Uni-hombre, involucrando a los docentes y estudiantes de la institución. Queriendo dar una respuesta concreta a la invitación del Papa Francisco a vivir el Año Jubilar de la Misericordia, nos hemos sentido invitados por el Espíritu para crear las Aldeas de la Misericordia, como signo de la presencia amorosa, misericordiosa y eficaz de Dios entre nosotros. Una aldea habla de pequeña familia, pequeña comunidad que evoca las aldeas del Evangelio y las aldeas donde Jesús vivió y trabajó, donde transcurrió su vida y ministerio. En una aldea todos se conocen, todos tienen que ver con los otros, todos desempeñan labores similares. La aldea tiene un sabor a trabajo comunitario, ayuda mutua para subsistir, amistad, intimidad de hogar, vida cotidiana, familiaridad, pan artesanal en el horno de leña, campesinos trabajadores, creyentes, religiosos… Evoca la presencia de María y José en la aldea de Nazaret, en una vida que transcurre en la cotidianidad, entre el trabajo, la oración, los quehaceres hogareños, la formación de Jesús, las celebraciones de las fiestas de la aldea, la convivencia cercana entre familiares, amigos y conocidos, donde cada uno es importante, comenzando por los más pequeños, que tienen un lugar dentro de la comunidad, pues son como hijos y hermanos de todos.
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En una aldea cada oficio es importante y está al servicio de los otros: panaderos, el sacerdote o líder religioso cuando asiste a las celebraciones mayores, la señora de la tienda, el médico, la profesora o profesor, el notario, si lo hay, el inspector, el peluquero, el farmaceuta, el tendero y hasta el lechero; y qué no decir de los agricultores, los campesinos que cuidan los animales. Es una vida de familia compuesta por diversas familias, modelo de vida y organización, escogido por Dios para enviar a su hijo Jesús, lugar en el que vivieron su madre María y su padre adoptivo José. Esta inspiración de la aldea de Nazaret y de las otras aldeas campesinas relacionadas con la historia de Jesús nos hacen soñar con una vida así para nuestra gente y nuestro pueblo sediento de amor, de ser valorado, acogido, posibilitado para tener una vida digna. Ante las megaciudades y toda su impersonalidad y conflictos, ofrecemos un pequeño modelo de vida comunitaria tomado del ayer para vivirlo en el tiempo de hoy, como alternativa de una vida digna y familiar, vida en el Señor, para sus hijos amados. La misericordia es el reconocimiento de la grandeza de la obra de Dios al crearnos a cada uno de sus hijos, acogiendo y valorando a cada uno por su dignidad, que consiste en la llamada a la comunión e intimidad con Dios. La misericordia habla de seres humanos, equivocados muchas veces, débiles y pecadores, perdidos, enredados, pero amados incondicionalmente por el Señor y acogidos por Él como a sus hijos predilectos. Habla de misericordia humana,
transformada por el amor gratuito de Dios en posibilidades de vida, liberación y realización personal.
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Además de las trece casas de las familias, las aldeas podrán tener cerca de ellas unos espacios donde se acoja a personas que vengan a retiro o a compartir la experiencia. Estas casas o espacios no se construirán dentro del bloque de las trece viviendas sino en sus alrededores o en otros lugares convenientes. La aldea no tendrá más de esas trece casas de familia. Si se ve conveniente y crece el número, se debe abrir otras aldeas, que podrían estar incluso en el mismo predio, pero cada aldea tendrá su dinámica propia. •
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Vivir auténticamente como comunidad de vida inspirada y fundamentada en el Evangelio y en la vida de los primeros cristianos, es el objetivo a lograr. Esto es condición necesaria para hacer parte de una aldea de la misericordia. Se buscará una formación permanente hasta lograr hablar todos el mismo lenguaje de amor y fe. •
Doce casas, recordando al grupo de los apóstoles, y una más recordándonos la presencia de Jesús que convoca a la comunidad y en cuyo nombre nos reunimos. Todo construido en torno a un árbol central que simboliza la presencia de Jesús, el árbol de la vida y además, si es posible, en torno también de una fuente de agua o un •
PROYECTO
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Las aldeas de la misericordia son espacios y experiencias de vida en el Señor, vida cristiana, fundamentados en la Sagrada Escritura y en la comunidad apostólica, comunidad de los primeros cristianos: “todo lo tenían en común…” Por tanto, teniendo a Jesús como centro, maestro y guía de la vida, doce familias vivirán como hermanos en nombre de los doce apóstoles, acompañados de una decimotercera familia, o también comunidad religiosa, que hará las veces de Jesús para los otros, formando, acompañando, dirigiendo. La vida de estas familias estará fundamentada en la vivencia del Evangelio, el cual se estudiará cada día y se compartirá en comunidad, como una de las actividades cotidianas, hasta que este lenguaje evangélico sea el lenguaje común hablado por todos.
Apertura, Presentación y CONSAGRACIÓN DEL
Las aldeas serán autónomas. Pueden estar construidas dentro de una Ciudad de Dios, o también en un lugar independiente. •
Las aldeas estarán bajo la dirección y protección de los miembros de la familia de los Carmelitas de san José, pudiendo estos, en algunos casos, delegar esta función en otra institución, comunidad o grupo organizado de personas. En lo posible cada aldea será autónoma y autosostenible. •
pozo que representan y evocan la presencia y centralidad de Jesús en la aldea. Habrá una capilla, lugar de encuentro diario con el Señor, lugar de celebración de la liturgia y a la vez puede servir de lugar de escucha y de oración de sanación por las personas. •
Se dispondrá de un salón comedor para las reuniones de la comunidad, celebraciones de la familia, formación y lugar de encuentro para comer juntos, al menos una vez al día, preferiblemente el almuerzo. El desayuno y la cena pueden ser tomados en familia en cada casa. •
Al menos una vez al mes se realizará un día de retiro para los miembros de la aldea. También se propiciarán espacios y dinámicas de recreación. •
“La Virgen Madre de la Aldea”, nombre que llevará nuestra Señora, ocupará un lugar especial. Será una imagen que hable de acogida y familiaridad, imagen dulce, tierna. Podría ser una réplica de la Virgen de la Compasión o de la Consolación que se tendrá en el oratorio de la casa de los abuelos de Villa de Leyva, “El refugio”. No faltará la imagen de san José, custodio de la Aldea y de sus habitantes. Habrá en lo posible una gruta para la Virgen y otro lugar dedicado a san José. •
Se procurará tener una economía común, según las condiciones de cada uno. Las casas se darán a las familias en calidad de comodato, pero con miras a permanecer allí el mayor tiempo posible, de tal manera que se tenga la sensación de vivir como en casa propia. •
Una familia podría ser retirada de la aldea si no responde a las condiciones exigidas para permanecer en la aldea, de acuerdo con el reglamento de convivencia que se establecerá entre todos. •
Habrá una junta animadora y acompañante de cada aldea, compuesta por el presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y dos o tres vocales. •
La junta será nombrada por un año, pudiéndose renovar si la mayoría de los miembros de la aldea lo aprueba. •
Se creará un grupo de AMIGOS DE LA ALDEA, unos como colaboradores voluntarios y otros como benefactores que hacen sus aportes para el sostenimiento de la misma. •
Las familias vivirán de su trabajo y de algunas ayudas que puedan venir de manera externa. En lo posible se ha de tener una fuente de ingresos fija, de acuerdo a las necesidades y condiciones del lugar, y de los habitantes de la aldea. •
Que el Señor de la Misericordia y la Virgen Madre de la Aldea acompañen, protejan y consoliden este proyecto naciente. •
Fr. José Arcesio Escobar E., ocd
SEMILLEROS
DE PAZ
Se realizó en nuestra parroquia San Antonio María Claret, en la celebración de la Eucaristía, la apertura y presentación del proyecto “Semilleros de Paz”. También fue la consagración del equipo de trabajo los sembradores de paz, entre jóvenes y adultos, quienes están en el proceso de formación como líderes y animadores para acompañar el tiempo de la siembra. Tuvimos cuatro momentos en la celebración:
1.
La presentación del proyecto y su objetivo.
El proyecto semilleros de paz, fue presentado a toda la comunidad como una propuesta pastoral de los misioneros claretianos de Colombia Oriental y Ecuador en la Parroquia San Antonio María Claret de Cúcuta y del Colegio Claretiano, para acompañar los procesos de educación y formación en valores humanos y cristianos en la población infantil y juvenil de los sectores más vulnerables de nuestra misión. Es un proyecto para mitigar los problemas que afectan a esta población como la pobreza, la crisis de valores, los vacíos afectivos, las dificultades de aprendizajes, el consumo de drogas y la violencia intrafamiliar. El objetivo del proyecto, es formar y cultivar los valores del Reino de Dios en los niños y jóvenes, desde la pedagogía del sembrador, por medio de talleres de formación, que permitan crear semilleros y sembradores de una cultura de paz, para el buen vivir de la población infantil y juvenil. El proyecto está organizado en cuatro fases y etapas que muestran la secuencia de la semilla hasta dar los frutos apropiados: a) Identificación de semillas y sembradores para la paz.