Año 75 Nº 4057 - 26 de Enero de 2014 3º Domingo ordinario - Ciclo A - Color verde
Jesús mensajero del Reino El evangelista Mateo retoma las reflexiones de Isaías y ve en el lugar de nacimiento de Jesús un presagio de esperanza. Al igual que la esperanza de Israel y la promesa de unidad del pueblo de Dios se vislumbraron con el retorno de los exiliados en Babilonia; de la misma manera, la esperanza de una vida nueva, renace con un hombre enviado por Dios que viene de la Galilea de los gentiles. El anuncio de Jesús continúa la obra y el camino preparado por Juan Bautista. El río Jordán se había convertido en el escenario de una cruzada por la vida y la dignidad que había retomado las banderas de un profetismo casi extinto. El Bautista intentó transformar la decadente mentalidad de los dirigentes de Israel y de toda la gente que lo apoyaba en la ultra ortodoxa provincia de Judá; ahora, Jesús, emprende esa misma tarea, pero comenzando desde los pobres y sencillos. Para realizar esta misión elige a un grupo de Pescadores, personas rudas y sin mucha formación religiosa, pero dispuestos a transformar el mundo en compañía de Jesús.
Mientras muchos de sus coterráneos entendían ‘El Día del Señor’ en un sentido puramente nacionalista e inmediato, Jesús entendía el reinado de Dios como una propuesta de vida, abierta a todas las naciones, actuante en el presente pero proyectada hacia el futuro. La semilla del reinado de Dios ya aparecía claramente en los profetas y en el libro del Deuteronomio: Dios invitaba a transformar este mundo de miseria y muerte en una realidad de vida y solidaridad.
¿vivimos nuestra vocación cristiana como una oportunidad de encuentro con otros hermanos y hermanas?
«inmediatamente dejaron sus redes y lo siguieron»