Año 75 Nº 4059 - 9 de Febrero de 2014 5º Domingo ordinario - Ciclo A - Color verde
El ayuno que agrada a Dios La palabra de Dios el día de hoy, contiene un profundo llamado de atención para todo el pueblo cristiano, en torno a la responsabilidad social y la solidaridad que resultan como consecuencia de la fe en Jesús. El profeta Isaías confronta, de manera magistral, las formas como el pueblo comprendía y realizaba las prácticas de ayuno. Y anuncia con toda claridad que el ayuno que agrada a Dios, es la justicia, el ser-
vicio, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, hospedar al forastero, en fin, eliminar todo tipo de desigualdad y opresión para dar paso a estructuras regidas por el amor y la solidaridad. Pablo deja claro que la sabiduría del crucificado, no está en grandes discursos, con lenguajes complejos y poco entendibles; sino en el testimonio de entrega total y desinteresada que hizo Jesús y quieren también realizar sus seguidores. En el Evangelio, Jesús hace un mandato para toda la comunidad: ser SAL, para dar sabor y LUZ, para iluminar. Las dos condiciones son necesarias en la vida cristiana, pues no podemos estar en la sociedad sin ser hombres y mujeres al servicio de la vida; incansables en la promoción de la justicia y en la construcción de la paz. Pidamos a Dios que fortalezca nuestra capacidad de entrega, para “saborizar” e iluminar la vida con más fuerza y preguntémonos ¿De qué manera puedo aportar, desde mi fe, en la construcción de una sociedad más justa?
«Ustedes son sal y luz del mundo»