Año 75 Nº 4074 - 11 de Mayo de 2014 4º Domingo de Pascua (El Buen Pastor) - Ciclo A - Color blanco
Para que tengan vida... Al pastor de la puerta principal, las ovejas reconocen su voz y le siguen, mientras al ladrón de la puerta de atrás, no lo siguen sino que huyen. Da tristeza constatar, que los ladrones de la puerta de atrás, han perfeccionado tanto su maldad, que imitando la voz y el discurso del Buen Pastor, se convierten en líderes políticos, económicos y religiosos que sólo piensan en acumular, pero que mantienen miles de seguidores, porque de ellos depende un trabajo, una beca o un plato de comida. Jesús en cambio es puerta de libertad y abundancia. La gran diferencia entre los proyectos de Jesús y de las autoridades políticas y religiosas de Israel, está en que el de Jesús da vida en abundancia, mientras que el otro proyecto genera muerte y destrucción.
Asusta mirar los modelos económicos y políticos que dominan el mundo de hoy y su oposición radical al proyecto de Jesús. El que no tiene es excluido, no existe, pues no posee tarjeta de crédito o algo por el estilo, que es la “cédula” de identificación en el mundo globalizado. Las consecuencias nefastas no se dejan esperar: millones de personas en el mundo sufren desnutrición crónica; millones de niños mueren al año, por desnutrición. Uno de cada siete niños nacidos en los países pobres morirá antes de cumplir 5 años. Mientras millones de dólares se necesitarían anualmente para acabar el hambre en el mundo, este mismo mundo, invierte millones de dólares anualmente en el gasto militar. Muchos quieren preparar un mundo no para vivir con el otro, sino para vivir del otro o contra el otro. ¿Qué hacer como cristianos?
«Yo soy la puerta de las ovejas»