El Día del Señor 4 de Mayo de 2014

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Año 75 Nº 4073 - 4 de Mayo de 2014 3º Domingo de Pascua - Ciclo A - Color blanco

El camino de Emaús a Jerusalén Con el relato de Emaús, se da respuesta a dos preguntas que nos hacemos los cristianos de todos los tiempos: ¿Cómo conocer a Jesús? Los cristianos y especialmente los católicos tenemos que reconocer que conocemos poco a Jesús porque leemos poco su Palabra. Leer y orar la Palabra de Dios, al menos cinco minutos al día, y vivir esta Palabra las 24 horas del día, nos permitirá como a los discípulos de del corazón de estos discípulos, Emaús, sentir un corazón ardiente para que puedan ver y entender que no es con el triunfalismo melleno de la presencia de Jesús. siánico, sino con el sufrimiento del En segundo lugar, ¿Cómo encon- siervo de Yavé, que se conquista el trar a Jesús? Reino de Dios; un sufrimiento que En la celebración de la Eucaristía, no es masoquismo, sino opción de que comienza en la Misa, pero que amor por la humanidad. continúa en todos los momentos ¿Cuántas veces Jesús sigue cade nuestra vida, en cuanto memo- minando con nosotros sin que lo rial de entrega y compartir de la reconozcamos? Ensaya con la Bivida. blia y la Eucaristía, verás que se

Serán las Escrituras las primeras abrirán tus ojos y reconocerás al gotas que Jesús echa en los ojos Maestro.

«Lo reconocieron al partir el pan»


El Día del Señor. Mayo 4 de 2014

RITOS INICIALES

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Rito de entrada

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Oración inicial

COMENTADOR: Celebrar la Eucaristía es un serio compromiso que va mucho más allá del rito, de las palabras, de la mera presencia física en el templo. La Eucaristía es un llamado a realizarnos progresivamente como creyentes. Colaboremos para que esta misa, que ahora iniciamos produzca y acreciente en nosotros esos frutos.

CELEBRANTE: Que tu pueblo se regocije siempre, Señor, al verse renovado y rejuvenecido, a fin de que, al gozarnos ahora de haber sido restablecidos en nuestra dignidad de hijos tuyos, esperemos, en alegre confianza, el día de nuestra resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALAB R A

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Primera lectura

MONICIÓN: La Resurrección del Señor es, desde el día de Pentecostés, el objeto central de la predicación apostólica. Ella es la que permite comprender el sentido de lo que Jesús de Nazareth hizo durante su ministerio, reconocer la acción de Dios en su enseñanza, así como en los signos y prodigios que la acompañan. Jesús resucitado nos hace partícipes del Espíritu que Él ha recibido en plenitud. De los Hechos de los Apóstoles 2,14.22-33

Después de la venida del Espíritu Santo sobre los discípulos, Pedro, acompañado de los once apóstoles, se presentó ante la multitud y les habló así: «A todos ustedes, habitantes de Judea y cuantos se encuentran en Jerusalén, tengo algo que anunciarles: escuchen con atención mis palabras. Les anuncio a Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes cuando por medio de Él les mostró su poder con los prodigios y milagros que ya conocen. Ustedes lo entregaron y le quitaron la vida clavándolo en la cruz por mano de paganos, siguien-

do sin saberlo un plan trazado por Dios, que todo lo prevé. Por eso Dios lo resucitó poniendo fin al suplicio de la muerte. ¡Imposible que la muerte lo retuviera bajo su dominio! Pues aludiendo a Él dice David: ‘Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se goza mi lengua, y mi carne descansa serena: porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia’. «Hermanos, permítanme que les hable con franqueza acerca del patriarca David: Él murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta y sabiendo que Dios le había prometido con juramento que a uno de su linaje lo pondría sobre su trono, habló previendo la resurrección del Mesías, que fue quien no quedó abandonado a la muerte, ni conoció la corrupción en su carne. A Jesús fue a quien Dios resucitó, y de eso todos nosotros somos testigos. Exaltado, pues, a la derecha de Dios, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido y lo derramó sobre nosotros. Esto es lo que ustedes están viendo y oyendo.» Palabra de Dios.

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Salmo 15

TODOS: Me enseñarás el sendero de la vida. -Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: Tú eres mi bien. El Señor es mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. /R. -Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré. /R. -Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la


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muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la predicación cristiana de todos los tiempos, derivan de su coherencia con lo que dice la Biblia. corrupción. /R. -Me enseñarás el sendero de la vida, me Según San Lucas 24,13-35 saciarás de gozo en tu presencia, de El mismo día, primero de la semana, dos alegría perpetua a tu derecha. /R. de los discípulos iban a un pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros Segunda lectura de Jerusalén. En el camino iban hablando MONICIÓN: La resurrección de Cristo, objeto y de todo lo que había ocurrido. Mientras fundamento de la fe y la esperanza de los cristiaconversaban y discutían, Jesús en pernos, debe inspirar y guiar toda su conducta “al sona se acercó y siguió caminando con final de los tiempos”. Es lo que proclamamos cuando recitamos el Credo y celebramos con ellos. Pero estaban como ciegos y no lo reconocieron. Él les dijo: «¿Qué venían gozo la eucaristía dominical. comentando por el camino?» De la Primera Carta del apóstol San Pedro 1,17-21 Queridos hermanos: Si invocan como Pa- Ellos se detuvieron. En sus rostros se dre a Dios, que juzga imparcialmente se- veía la tristeza. Uno de ellos, llamado gún las obras de cada uno, pórtense con Cleofás, le respondió: «Tú serás el único temor durante el tiempo que les queda de forastero en Jerusalén que no se ha enterado de lo que pasó allí en estos días.» peregrinación en este mundo. «¿Qué pasó?» -les preguntó. Ellos resYa saben que ni la plata ni el oro, bienes pondieron: «Lo de Jesús de Nazaret: era al fin perecederos, pudieron rescatarlos un profeta poderoso en obras y palabras de esa vida vacía que habían aprendido delante de Dios y de todo el pueblo, y de sus padres; el precio de su rescate fue nuestros sumos sacerdotes y nuestros la sangre de Cristo, cordero inmaculado y jefes lo condenaron a muerte y lo crusin defecto. Había sido escogido desde cificaron. Nosotros esperábamos que Él antes de la creación del mundo, pero se fuera el liberador de Israel. Y además de manifestó solo ahora, en el último motodo eso, ya van tres días que sucediemento, para bien de ustedes. Gracias a Él ron estas cosas. Es verdad que algunas creen en Dios, que lo resucitó de entre los mujeres de nuestro grupo nos han dejado muertos y lo glorificó. Y así su fe y espesin saber qué pensar: fueron de madruranza están puestas en Dios. Palabra de Dios. gada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les Canto habían aparecido unos ángeles y les haTODOS: Aleluya, aleluya, aleluya. bían asegurado que Él está vivo. Algunos -Señor Jesús, explícanos las Escrituras; compañeros nuestros fueron al sepulcro enciende el fuego en nuestro corazón y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a Él no lo vieron.» con tus palabras. Jesús les dijo: «¡Qué duros de entendiTODOS: Aleluya, aleluya, aleluya. miento son ustedes! ¡Cómo les cuesta Evangelio creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No ven que era necesario que el Mesías MONICIÓN: Para comprender lo que le ocurrió soportara esos sufrimientos para entrar a Jesús de Nazareth, tenemos que remitirnos a las Escrituras. Estas revelan el sentido de los en su gloria?» y comenzando por Moisés signos, como es el de la tumba vacía y la frac- y continuando con todos los profetas, les ción del pan La credibilidad del testimonio y la explicó todo lo que en las Escrituras se enseñanza de los apóstoles, la veracidad de la refería a Él. Cuando llegaron cerca del

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pueblo a donde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le hicieron fuerza diciéndole: «Quédate con nosotros, que es tarde y ya va a anochecer.» Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Y al punto se les abrieron a ellos los ojos y lo reconocieron, pero Él desapareció de su vista. Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No es cierto que, a lo largo del camino, iba Él encendiendo el fuego en nuestro corazón con sus palabras, a medida que nos mostraba el sentido de las Escrituras?» En ese mismo momento se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás compañeros, que estaban diciendo: «¡Es verdad: el Señor resucitó y se apareció a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo se les había dado a conocer al partir el pan. Palabra del Señor.

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Oración Comunitaria

CELEBRANTE: Hermanas y hermanos: Llenos de alegría porque verdaderamente el Señor ha resucitado, supliquémosle confiadamente al Padre, que nos colme con la fuerza de su Espíritu en estas celebraciones pascuales, diciendo: TODOS: Quédate con nosotros, Señor. COMENTADOR: Te rogamos Señor, por tu Iglesia extendida por todo el mundo. Santifícala y haz que cumpla su misión de salir al encuentro de los más necesitados. /R. –Te pedimos por los que sufren los rigores de la violencia, para que pongan en ti toda su confianza. /R. –Dios del amor, abre nuestros ojos para reconocer a tu Hijo en medio de la comunidad de creyentes y seamos atentos servidores de ellos. /R. CELEBRANTE: Escucha, oh Padre, las oraciones que te dirigimos y danos la alegría de acoger a tu Hijo en el camino de la vida de cada día, para que lo podamos conocer y amar en la entrega gozosa a nuestro prójimo. Por Jesucristo nuestro Señor.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

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Oración sobre las ofrendas

CELEBRANTE: Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia exultante de gozo, y pues nos diste motivos de tanta alegría, concédenos también la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

Santoral Lunes 5 Martes 6 Miércoles 7 Jueves 8 Viernes 9 Sábado 10

y

citas

San Antonio Santo Domingo Savio San Jeremías Santos Job e Hilda Santa María Mazzarello San Juan de Ávila

Oración después de la comunión

CELEBRANTE: Has renovado a tu pueblo, Señor, con estos divinos misterios; míranos propicio y concédenos llegar a la gloriosa resurrección de nuestros cuerpos. Por Jesucristo nuestro Señor.

bíblicas de Hch Hch Hch Hch Hch Hch

6,8-15 7,51-8,1a 8,1b-8 8,26-40 9,1-20 9,31-42

la

Salmo Salmo Salmo Salmo Salmo Salmo

118 30 65 65 116 115

Seman a Juan 6,22-29 Juan 6,30-35 Juan 6,35-40 Juan 6,44-51 Juan 6,52-59 Juan 6,60-69


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