Año 75 Nº 4101 - 16 de Noviembre de 2014 33º Domingo ordinario - Ciclo A - Color verde
El valor de los talentos En la ‘Parábola de los talentos’ hay una pregunta escondida: ¿qué pasará en los últimos días? Mateo nos expresa con esta parábola que a todos se nos ha dado unos dones, unos regalos por libertad y amor de Dios, que en este caso sería el dueño. Cada uno de nosotros respondemos a ese amor de Dios, a esos carismas siendo fieles a ellos y haciéndolos fructificar en la comunidad. Hermanos, hemos recibido distintos dones y habilidades. Lo que nos corresponde a nosotros es ser fieles a los talentos recibidos y hacerlos fructificar para el progreso de la comunidad. En el Día del señor, cuando regrese el dueño de todo, presentaremos como frutos aquellas obras que hemos hecho para construir un mundo mejor, con menos injusticias y más fraternidad. Al final de nuestros días veremos que lo que realmente importa en nuestra vida ha sido aquellos momentos en los que hemos sido capaces
de sacrificarnos por algo o por alguien, de dar lo mejor de nosotros por una causa o un proyecto. No se trata de guardar, sino de sembrar. La rendición de cuentas ha de hacerse sobre los frutos. No es cuestión de una simple restitución. El dinero guardado intacto se convierte en motivo de condenación, no en elemento de salvación. Se trata pues, de dar lo mejor para que esta sociedad injusta y desigual sea más parecida al sueño de Dios.
«fuiste fiel en lo poco, te confiaré lo mucho»