Año 76 Nº 4113 - 18 de Enero de 2015 2º Domingo del tiempo ordinario - Ciclo B - Color verde
La misión de Juan Bautista En la Tradición cristiana más moderna la importancia del profeta Juan Bautista se ha visto un tanto disminuida, pero en los tiempos antiguos este profeta era reconocido y aceptado por la población pobre y sencilla. La comunidad cristiana antigua pronto descubrió la evidente continuidad entre Juan Bautista y Jesús, pero al mismo tiempo señaló las profundas diferencias entre los dos. Juan es un profeta de los últimos tiempos, que anuncia la reconciliación, el perdón de los pecados y la inminente llegada del Reino de Dios; Jesús de Nazaret, aunque tiene plena conciencia del actuar de Dios sobre Israel, pone todo el énfasis en la esperanza salvadora. Dios es para Jesús el Padre bueno y cariñoso, el Dios de la justicia y de la esperanza. En la comunidad cristiana se encontraron muchos de los que fueron simpatizantes e incluso, discípulos de Juan Bautista. En ese momento, sin embargo, se habían converti-
do en discípulos del Galileo. Los seguidores de Juan descubrieron pronto que Jesús era el único que en esa época era consecuente con las enseñanzas de Juan y que, aún más, llevaba el anuncio del Evangelio a unos límites inimaginables. El Evangelio nos invita hoy a que sigamos a Jesús y aprendamos de Él como se aprende de un maestro. Las enseñanzas de Jesús no se limitan únicamente a prácticas religiosas, sino que abarca toda nuestra vida personal y eclesial.
«Este es el Cordero de Dios»