El Día del Señor Hoja Dominical
Año 77 Nº 4209- Octubre 2 de 2016 - 27º Domingo del tiempo ordinario- Ciclo C - Color Verde Semanario Litúrgico Católico. MISIONEROS CLARETIANOS Lic.0450-64 Mingobierno. ISSN 0122-2155 Dirección: Equipo Claretiano de Comunicación.
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PALABRA DE VIDA Además de la dimensión corporal y psíquica, el ser humano posee la dimensión espiritual, es la dimensión de lo profundo, la dimensión que otorga sentido y sabor a la vida. El espíritu no es una parte más del ser humano, sino que es el mismo ser humano en su totalidad, que gracias a su conciencia se comprende como parte integral de un Todo. Por el espíritu tenemos la capacidad de ir más allá de lo inmediato, de lo que rutinariamente vivimos, pensamos, escuchamos y hablamos, superando el ámbito de lo meramente objetivo y trasladándonos al campo de los significados, al juego de las relaciones y de la creatividad. El espíritu nos permite construir experiencias fundantes que inyectan de energía y sentido cada uno de los ámbitos que como seres humanos vamos creando en la comunidad, en la familia, en la escuela, etc. Lucas hace evidente la necesidad de mantener viva la dimensión de lo profundo, de mantener una conexión constante y real con el Trascendente,
con el Dios de la Vida, con el fin de lograr una nueva forma de comprender las realidades y necesidades de la comunidad cristiana, de superar la fe basada en prácticas rituales vacías y lograr vivir una fe comprometida, fundamentada en el amor incondicional y en la confianza plena en Dios, quien es el que, en últimas, actúa, transforma y libera a la humanidad. Es necesario que como creyentes comprendamos que nuestra experiencia de fe nos debe permitir sentir a Dios en cada instante de la vida y hacer que los demás perciban su presencia a través de nuestras actitudes y comportamientos.
«Si tuvieran fe como un granito de mostaza»