El Día del Señor Hoja Dominical
Año 77 Nº 4210- Octubre 9 de 2016 - 28º Domingo del tiempo ordinario- Ciclo C - Color Verde Semanario Litúrgico Católico. MISIONEROS CLARETIANOS Lic.0450-64 Mingobierno. ISSN 0122-2155 Dirección: Equipo Claretiano de Comunicación.
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PALABRA DE VIDA
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Para Lucas es de vital importancia hacer visible el lugar privilegiado que ocupan los pobres, los enfermos y los pecadores dentro de la comunidad cristiana. Para el evangelista es impensable vivir la experiencia de fe en el Dios de Jesús sin una relación directa con los excluidos, ya que es una dimensión esencial en el seguimiento del Señor y una expresión de la radicalidad del Evangelio. En el texto que reflexionamos hoy encontramos a Jesús de camino hacia Jerusalén; de camino hacia el encuentro con la voluntad de Dios. Y en ese recorrido misionero, pasa cerca de Samaría, lugar poco deseado para los
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judíos, especialmente por la presencia de hombres y mujeres enfermos, que además de sufrir el dolor propio de la enfermedad, sufrían un dolor mayor: la separación y el impedimento de participar del culto y de la vida cotidiana de la comunidad; es decir, que eran declaradas personas estériles, no deseadas, muertas en vida. Es por ello que la acción realizada por Jesús con estos diez leprosos cobra un gran significado, pues se atreve a construir un vínculo vital con ellos: Jesús los mira (al verlos), les habla (les dijo) y los sana (quedaron sanos). Estas tres acciones muestran la compasión de Jesús, hacen presente el proyecto alternativo propuesto por Dios, donde lo fundamental no está ubicado en los límites de la ley, que crea altas y sólidas barreras sociales, sino en la persona, en sus necesidades, en sus dificultades y sus esperanzas, especialmente de aquellos que sufren la exclusión de un sistema social y económico que no mira fijamente a los ojos de los pobres, que no les habla con palabras de esperanza y no les ofrece proyectos de vida que sanen y restauren sus derechos.
«Mientras iban, quedaron sanos»