El Día del Señor Hoja Dominical
Año 77 Nº 4206- Septiembre 11 de 2016 - 24º Domingo del tiempo ordinario- Ciclo C - Color Verde Semanario Litúrgico Católico. MISIONEROS CLARETIANOS Lic.0450-64 Mingobierno. ISSN 0122-2155 Dirección: Equipo Claretiano de Comunicación.
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PALABRA DE VIDA
La liturgia del día de hoy nos invita a reflexionar sobre dos parábolas que expresan bellamente de qué está hecho el corazón de Dios. El corazón de Dios está hecho de desbordante misericordia, tanta que Lucas se atreve a describir a Dios como un pastor imprudente que prefiere abandonar a noventa y nueve de sus ovejas para ir a buscar, sin saber en dónde, a una sola de ellas; es como una mujer que pone su casa patas arriba para encontrar una moneda de poco valor. Y así
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como el pastor y la mujer celebran con alegría sus preciosos y valiosos hallazgos, así también Dios se alegra infinitamente cuando el ser humano vivencia en plenitud el proyecto de salvación. La oveja perdida y la moneda perdida ejemplifican los primeros destinatarios de la Buena Nueva del Reino: Los pecadores, los pobres, los olvidados, los mal vistos, los enfermos… Ellos y ellas son el motivo de la imprudencia de Dios, por ellos es que el pastor deja a las noventa y nueve ovejas y sale a rescatar la oveja que le falta y cuando la encuentra se alegra con una emoción que se hace fiesta, se hace comunidad porque existe una relación personal y única con ella. Es tan especial el lugar que ocupan en el corazón de Dios los pecadores y los pobres que se compara con aquella mujer pobre que busca hasta en el último rincón de la casa el poco dinero que tiene para sobrevivir. Deberíamos preguntarnos hoy: ¿de qué está hecho nuestro corazón?, ¿cómo expresamos la misericordia de Dios en nuestra vida diaria?
«Alégrense conmigo»