El Día del Señor Hoja Dominical
Año 77 Nº 4208- Septiembre 25 de 2016 - 26º Domingo del tiempo ordinario- Ciclo C - Color Verde Semanario Litúrgico Católico. MISIONEROS CLARETIANOS Lic.0450-64 Mingobierno. ISSN 0122-2155 Dirección: Equipo Claretiano de Comunicación.
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PALABRA DE VIDA Como hemos venido reflexionando a lo largo de los últimos domingos, es incompatible el seguimiento de Jesús y el servicio a las riquezas. No es posible servir al Dios de la Vida y al mismo tiempo al dios dinero (mammón). Los discípulos deben ser totalmente fieles al proyecto propuesto por Jesús, y solamente se es fiel compartiendo solidariamente los bienes y el dinero con los demás, especialmente con los que tienen necesidades. El evangelista Lucas insiste en expresar que la misión de Jesús es totalmente inclusiva: bus-
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ca a los perdidos, a los pecadores, a los que no tienen esperanza, a los que las estructuras de poder han condenado a la pobreza, la miseria y la muerte; Jesús los busca a ellos para restablecerlos en la comunión con Dios. Este es el contexto en el que se desarrolla el evangelio que leemos hoy, que comúnmente conocemos como la parábola del rico Epulón y Lázaro. En esta parábola se reafirma que el fundamento de las relaciones humanas y de la vivencia del Reino de Dios son las personas y no las riquezas, es la solidaridad, la sensibilidad por el que sufre y pasa alguna dificultad. Hoy en día encontramos muchas personas y comunidades que en la cotidianidad de la vida dedican parte de su tiempo, de sus fuerzas y sus recursos al servicio de los demás, convencidos que su obrar aporta a la construcción de una nueva manera de relacionarnos y de convivir. No debemos esperar que las realidades cambien mágicamente, debemos actuar misericordiosamente con las personas, particularmente con las más indefensas de nuestra comunidad.
« Aunque un muerto resucite, no le harán caso»