DIARIO DE LA VISITA PREVIA JARDIN DE NINOS DIANA LAURA RIOJAS DE COLOSIO. DIANA SUSANA GARCÍA RAMOS. Por la mañana mis compañeras y yo llegamos con puntualidad al jardín de niños, en la entrada fuimos recibidas por la maestra Enriqueta, que se encontraba repartiendo gel antibacterial a quien entraba. Enseguida pasamos a la dirección a informar acerca de nuestra visita y en qué consistía, una vez más fuimos bienvenidas, llegada la hora cada una pasamos con el grupo correspondiente, no sin antes saludar a las demás maestras. Al llegar al salón, saludé cordialmente a la maestra Flor y a los niños, además de informarle a titular, la intención de nuestra visita. Después de un rato, empecé a hacer anotaciones para éste diario… Como siempre, la mañana inició con un “buenos días” de la maestra hacia los niños, y fue reciproco. Observé que los niños llegaban con frascos, la maestra les preguntó si habían llevado su tarea, y que levantaran la mano quienes habían cumplido, la mayoría levantó la mano, a excepción de unos cuatro, porque no habían ido a la escuela el día anterior, o porque lo habían olvidado. Para mi sorpresa, en el interior de este frasco, se encontraban insectos, en su totalidad predominaban las hormigas, algunas rojas y otras negras, obviamente los niños se encontraban ansiosos e interesados por ver qué había llevado el compañero, así que estaban hablando mucho, la maestra quiso callarlos, así que usó un canto, pero no fue el mismo canto que escuché en la observación anterior, aunque tenía algunas similitudes porque incluía el movimiento de las manos, sin embargo ambos tenían el mismo fin, controlar al grupo, pues aquel nuevo canto repetía “a callar” dejando a primera vista lo se pretendía. Al observar que el acomodo de lugares que tenían los niños no resultaría prudente para la actividad, la maestra decidió formarlos afuera y volverlos acomodar, pero mixtos, al mismo tiempo iba contando cuantos niños y niñas asistieron y sólo faltó Cristo. Una vez acomodados, la maestra le preguntó a cada niño qué insecto llevaba en ese frasco, hubo desde cochinillas a lombrices e incluso arañas. Procedió a preguntarle a todos qué eran esos animales que llevaban y contestaron que insectos, después les preguntó si aquellos insectos tenían huesos y algunos decían que sí, otros que no.
Les dijo que más tarde investigarían en la computadora si todos los animales que llevaban eran insectos, que dibujarían los insectos y más tarde con ellos harían carreras. La directora solicitó la presencia de la maestra Flor en dirección, pues la directora se encontraba revisando junto con las maestra “la lista verde” de cada grupo, para que cuando ellos ingresaran a primaria, no existiera algún problema con su documentación o su nombre. Así que me encargó el grupo, mientras que ella se ausentaba, nos sin antes comentarme que ese pequeño asunto ya le había modificado su planeación y que si se le hubiera informado desde antes, hubiera planeado otra cosa. Le repartió el cuaderno a los niños y les dio la consigna de que dibujarían los insectos en su cuaderno, los que habían llevado y los demás que conocían, usando colores o plumones. A mí me pidió que les fuera preguntando qué insecto habían llevado y que los apuntará uno por uno en pizarrón, para que los niños escribieran el nombre en su cuaderno junto al insecto correspondiente y así lo hice. Le pregunté a cada niño qué insecto llevaba y lo iba escribiendo en el pizarrón, entre ellos hubo hormigas, pinacates, caracoles, cochinillas, lombrices, arañas, grillos, etc. Algunos los llevaban dentro de frascos de plástico y otros de vidrio. Mientras ellos iban dibujando yo observa sus dibujos, y escribía en el pizarrón el nombre de los insectos, al momento de querer escribir el nombre me preguntaban donde decía cierta cosa, yo les señalaba con el marcador y ellos lo copiaban en su cuaderno, después la mayoría de los niños ya habían terminado, pero sucedió un accidente, se había caído un frasco, se rompió y se salieron dos hormigas, rápidamente los niños gritaron y se subían a las sillas analicé la situación rápidamente y decidí no alterarme pues eso sólo provocaría que ellos se alteraran más, así que primero recogí el frasco roto, tomé un vaso desechable y con ayuda de una carta de lotería metí dentro del vaso una hormiga, con la otra pretendía lo mismo pero un niño ya la había matado, les expliqué que no debían de matarlas pues son seres vivos y tenemos que respetarlos.
Enseguida llegó la maestra, le informé de lo que había pasado, y fui por una escoba y recogedor para limpiar lo de los vidrios y así evitar accidentes. Yael y Dayana no habían terminado aún y llevaban poco trabajo así que la maestra les dijo que si no terminaban no los dejaría salir al recreo, entre los niños que iban con un rito de trabajo diferente al de los demás se encontraba Guillermo, pero si trabajó la actividad correctamente. La mayoría de los niños sólo dibujó los insectos que llevaban, a excepción de algunas niñas, que dibujaban mariquitas, abejas entre otros, e incluso hubo niños que dibujaban víboras. La mayoría de los niños le escribe su nombre a su trabajo, y cada que terminaban se paraban a enseñármelo.
Como siguiente consigna la maestra les dijo que observarían a los animales con lupa y los dibujarían en otra hoja de su cuaderno, le repartió a cada uno una lupa, como no se callaban volvió a usar el canto anteriormente mencionado. Les preguntó cómo se llamaba aquel instrumento y para qué servía, dijeron que era una lupa y que con ella se veían más grandes. Les escribió “con lupa” en el pizarrón y les dijo que escribieran eso arriba de su hoja. Mientras estaban observando pude ver rostros llenos de asombro, por la manera en que ahora veían a los insectos, una vez que terminaron, guardaron sus cosas, y siguieron con la actividad de las carreras. La Maestra ya tenía a los niños colocados por equipos a cada equipo le dio una “pista” era un pedazo de papel cascaron forrado con contar y en su centro dibujado algo así como el tiro al blanco pero con más círculos, les repartió una cuchara y un abate lenguas a cada equipo, con ello agarrarían a los insectos, la maestra sacó los insectos en el primer equipo y los puso al centro de la pista, había un grillo, una cochinilla y una hormiga, todos los niños emocionados fueron a ese equipo a observar, y decían ellos quien creía que iba a ganar, primero ganó la hormiga, luego fue remplazad por una lombriz y cuando la maestra la roció de agua ganó la lombriz pues deslizaba con más facilidad. Yo acudí con otro equipo y le ayude a hacer lo mismo con los demás insectos, sólo que yo no les echaba agua, la maestra le dijo a los niños que yo y ella sacaríamos a los insectos porque a ellos les daba miedo, más que nada les daba asco y ansias, pero pude observar que esto sucedía cuando la maestra hacía gestos, así que decidí no hacer lo mismo y mostrarme contenta y sin hacer expresiones de desagrado, lo cual impactó en los niños pues hicieron lo mismo que yo. Hice lo mismo con otro equipo sólo que esta vez ganaron los pinacates, enseguida la maestra dijo que guardaran los insectos, así que le ayudé a los niños, cerramos los frascos, los niños pasaron a dejarlo en una mesa y la lupa en el lugar correspondiente, ya aguardar sus cosas, pasaron las niñas a lavarse las manos y luego los niños, al final la maestra y yo.
Después sacaron su lonche, en su totalidad llevaban lonche saludable, como tortas, quesadillas, sándwich, tamales o fruta. Mientras comían algunos platicaban con naturalidad al parecer sin alguna dificultad. Ya era hora de salir al recreo, así que cuando los niños terminaban de comer y recogían su lonchera y basura, podían salir a jugar. Una vez que terminaron todos, fui al lugar donde le tocaba guardia a la maestra, en el patio principal, y me quedé comiendo y cuidando, niños y niñas se perseguían y se gritaban al unísono “mamacitas” o “papacitos”, otros niños jugaban al trompo, etc.
Ya terminado el recreo, le dije a algunos niños que ya era hora y pasaron a su salón, yo acudí con la maestra Flor y el grupo de 3°A, al llegar al salón estaban los padres y el hermano de yuleidi en el salón, pues llevaban pastel y un collage de yuleidi, ya que era la niña estrella. Le dijeron a Yuleidi que explicara el collage pero lo hizo su papá, una vez que terminó, todos dijimos una porra para Yueidi, es costumbre que los padres pongan una actividad a los niños y así fue, aunque Yuleidi escogió los juegos, las niñas juagarían a los listones y los niños al futbol. Se salieron al patio, Yuleidi les dijo el color a cada niña, llegó Bryan que quería jugar y si lo juntaron, mientras los niños jugaban al futbol, una vez que terminaron pasaron al salón. Ya que los niños no se callaban, la maestra usó un canto nuevamente. Cantamos las mañanitas, Yuleidi repartió pastel y se dijo otra porra y mientras comíamos, la maestra Flor le preguntó a los niños cómo era Yuleidi, dijeron que bonita y que portaba bien, como “todos” lo hacían. Todos dimos las gracias, y se dio la hora de la salida, llegaban los padres de familia y los niños salían según iban llegando por ellos, una vez que los niños se fueron me quedé hablando con l maestra acerca de los campos formativos, me dijo que habían visto poco de exploración, que aprovechara en cuestión de experimentos, me dio una competencia y me dijo que según mi experimento yo eligiera los aprendizajes esperados, además de que trabajaré con el libro de convivencia escolar, le tomé fotografías para saber qué trataba, una vez que nos pusimos de acuerdo y me comunicó todo, me dijo que me sintiera libre, que ambas estábamos ahí para aprender una de la otra, agradecí el trato durante mi estancia, me despedí de ella, de las demás maestras y del personal, y me fui hacía mi casa.