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Liturgia de la Palabra DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

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de los Evangelios

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Recordando que unos novios vienen narrando lo concerniente al sacra mento del matrimonio, hoy relatan una parte importante en la celebración. “Preparando nuestro matrimonio nos hemos encontrado con una parte de la celebración y es la Liturgia de la Palabra”. En el ritual de la celebración este momento está pensado especialmente para los novios y la realidad de las fami lias que asisten ese día a la celebración del sacramento.

“Con la ayuda del sacerdote hemos decidido acompañar a quienes, como nosotros, se preparan para este sacramento o quieren saber un poco más acerca de su celebración”. Palabras del sacerdote: “Queridos hijos, recuerden que el día de su matrimonio es una fecha muy especial en la cual ustedes, como invitados especiales, son acompañados y orientados por el sacerdote en la preparación de la liturgia”. La Iglesia, para la celebración del matrimonio, cuenta con unas lecturas especiales tomadas siempre de la Sagrada Escritura, que expresan de manera particular la importancia y la dignidad del matrimonio en el misterio de la salvación (prenotanda 62, Ritual del sacramento del matrimonio).

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“Quiero recordarles que no son válidos otro tipo de textos que, aunque bellos, no tienen la riqueza y profundidad de la Palabra de Dios, la cual es siempre actual y nueva; y habla con fuerza al corazón del hombre, guiándolo como una luz inagotable en cada paso que da en la vida”.

Los novios se preguntan:

“Entonces, padre, ¿podemos elegir cualquier lectura de la Palabra de Dios para el día de nuestra boda?”.

Este les contesta sonriendo: “la Iglesia ha seleccionado unos textos de la Palabra que iluminan de manera concreta la realidad de la pareja y la vida matrimonial, haciendo la comparación de ésta con Dios y su pueblo en las lecturas pertenecientes al Antiguo Testamento; y a Cristo y su Iglesia en las lecturas del Nuevo Testamento. Para esta elección de las lecturas les sugiero que se acerquen al sacerdote para que él los oriente en esta preparación, y puedan acordar cuáles serán las lecturas y el evangelio que serán proclamados en la celebración del sacramento”. Si el Matrimonio se celebrase en uno de los días en que las lecturas no pueden ser modificadas, se leerán las propias del día (Ritual romano, capítulo I, celebración del matrimonio dentro de la misa, 2002).

El sacerdote prosigue: “Queridos novios, muchas veces la pregunta de algunos de ustedes es si pueden los contrayentes ser los proclamadores de la Palabra el día de la celebración. Mi recomendación es que encomienden esta tarea a algún miembro de la familia o amigo que lea bien, dando así dignidad al momento de proclamar la Palabra; de esta manera, ustedes pueden abrir el corazón y escuchar más atentamente lo que el Señor les comunica en este día tan especial”. “Cuéntenle al sacerdote que los acompañará el día del matrimonio acerca de su historia de amor, las cosas que han pasado juntos, los aciertos y los desengaños; aquello que los llevó a desear casarse pero, sobre todo, hablen sobre sus proyectos, lo que sueñan, lo que espera Dios del camino matrimonial que juntos van a vivir”.

El sacerdote termina diciendo: “El día de la celebración, el sacerdote, después de la proclamación del Evangelio, dirigirá a ustedes unas palabras que los acompañaran siempre, en las cuales les dará algunas indicaciones para la vida matrimonial, el misterio grande que encierra el matrimonio cristiano, la dignidad de su amor, sus deberes matrimoniales y la invitación a permanecer en el amor” (prenotanda 63, Ritual del sacramento del matrimonio).

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