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El servicio de la Pastoral Social en el territorio diocesano

Ante la necesidad latente de encontrar respuestas y soluciones a las problemáticas que hoy día se viven en nuestro territorio antioqueño, la evangelización y el trabajo social de una Iglesia que se da a las comunidades, nos lleva a la reflexión de cómo trasmitir un poco de alegría, paz y tranquilidad, e, incluso ayudar a restaurar vínculos familiares y sociales a tantas familias que necesitan conocer más de Dios y sus bondades.

En palabras del padre Fabián Humberto Silva Zuluaga, director de la Pastoral Social en la diócesis, un reto para la Pastoral Social en este año 2023 será el poder seguir encontrándose con las comunidades para escuchar, ayudar y atender a quienes viven diferentes situaciones de orden social y espiritual.

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Allí juegan un papel importante las administraciones municipales e instituciones de orden regional, nacional e internacional; a través de los diferentes proyectos que desde la delegación de Pastoral Social se lideran. En este sentido se da conti nuidad a programas en beneficio de la comunidad. Estos programas se evidencian en el servicio de restau rante, el uso de las duchas, la aten ción a familias migrantes y vulnera bles, la atención a primera infancia, el ofrecimiento de hospedaje para estudiantes, el acompañamiento en la rehabilitación de personas con problemas de consumo de sustancias psicoactivas, entre otros.

FOTOS: Área de Pastoral Social

A puertas de la cuaresma y con el objetivo de continuar trabajando por las comunidades del Oriente Antioqueño, como cada año, la Pastoral Social de la Diócesis de Sonsón Rionegro activa la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes.

La Campaña busca aportar reflexiones y generar espacios que ayuden en la construcción de comunidades reconciliadas, capaces de recuperar su dignidad. Para alcanzar esto, se ofrecerá desde la Pastoral Social guiones litúrgicos, apoyos para la predicación y subsidios para la realización de talleres.

Además de estos aportes, dijo en su momento Monseñor Héctor Fabio Henao, director de SNPS Cáritas Colombia: “que la campaña invita a los colombianos a ayudar a quienes más lo necesitan. Por ello se invita a participar con su “generoso aporte” y “entregar lo mejor para los hermanos necesitados” (Mensaje en el año 2017).

El miércoles de ceniza que para este año 2023 será el 22 de febrero, se dará inicio a esta Campaña, a través de la entrega de sobres y alcancías donde la comunidad que pertenece a la Diócesis puede contribuir desde su generosidad. De esta manera se obtienen recursos para seguir atendiendo las obras de acción solidaria que se desarrollan desde la Pastoral. Desde la Pastoral Social, se invita a las personas para que durante esta jornada ayudemos con la recolección de estos donativos que beneficiaran a tantas familias y personas que lo necesitan.

Entre el 2006 y 2009 en el marco del II Laboratorio de Paz del Oriente, se llevó a cabo la ejecución del proyecto SIEMBRAPAZ, el cual ya tenía en su esencia y ADN toda la propuesta pedagógica de Sembradores de Paz, y era liderada por la Pastoral Social de la diócesis desde 1995 y venía aportando la mirada de los niños y las niñas de la región frente a la situación de conflicto armado y los sueños de futuro que se visionaban para sus vidas y las de sus familias.

En este marco se afianzó un ejercicio de comunicaciones llamado “Reporteritos de Oriente”, el cual reconocía la voz de los niños y permitía quem a través de la prensa (separatas) o radiom en las emisoras municipales, aprovecharán su comprensión del mundo y su visión a futuro; comunicándolo a todos con sus propias palabras. A través de este ejercicio, se afianzo el amor por contarse y contar las historias de muchos, quienes hoy, son jóvenes apasionados por hacer visible sus territorios, mostrando en la vida de sus habitantes las alegrías y los sufrimientos que los acompañan.

Con la situación que se viene presentando en el Sur Oriente Antioqueño, específicamente en Argelia, una de esas niñas “reporteritas” que soñaba con una región en paz y un lugar distinto para su vida, hoy con dolor la puedo leer así:

Por: Sandra Lucía Espinal Mag. en Educación con énfasis en DDHH

“Siempre fui consciente de que siendo pequeña tenía más miedos que sueños y la verdad es que sí... Muchos jugábamos a "las escondidas" ocultándonos de "los malos", a ser "chuchas paralizadas", pero por el miedo a jugar "el teléfono roto" llevando razones que veíamos en las paredes para los supuestos "sapos".

Unos veinte años después se siente de nuevo el inclemente frío del páramo que bajaba por la montaña y nos encontraba sin luz y sin una aguapanela caliente para ahuyentar el miedo y llamar -la mayoría de las veces sin respuesta- el sueño.

¿Por qué volver a hablar de esto? Y bueno, es que muchos han tildado de "eternas víctimas" a los Argelinos, los mismos que no tienen mayor tema en común que las vivencias de una guerra que a muchos dejó sin padres, sin esposos, sin hijos, sin mulitas, sin tierras.

Entonces, creo que para todos aquellos que crecimos con el miedo, es válido volver a hablar de ese sentimiento que creíamos extin guido, es permitido volver a encerrarnos en casa y sentir que en las calles solitarias vuelven a vagar los espíritus de aque llos que se nos adelantaron injustamente.

Cómo hemos aprendido a resignificar la palabra "PAZ" y cómo nos la arrebatan en un segundo. Cómo cambian los papeles. Antes, mis padres cuidaban de unos niños que debían estar estudiando y jugando, ahora quisiera cuidarlos tanto a ellos, para que no sientan de nuevo que retrocedieron en el tiempo.

Pedimos que no nos abandonen, porque nosotros no queremos vivir otra vez de esperanzas. No queremos morir como nuestros abuelos: soñando con una paz que nunca llegó y que a veces parece que se burla de los menos privilegia dos y alejados de las ciuda des.”

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