Confessions al Pare Domènec
Àlex Domènech Institut Can Planas B2A Curs 11-12
Sóc el Pare Domènec O.P, nascut a Crucelles, a Lleida, l’any 1834. El meu desideràtum és explicar i fer saber tot el que per davant meu ha passat essent confessor.
Bien me quieres, bien te quiero, no me toques el dinero. Diocesis Cordubensis, 1856: Feligresa:
Ozú padre, perdón por el escote, y Ave María purísima.
Pare:
Sin pecado concebida. Yo por eso no pillo rebote, e intentemos que haya rima.
Feligresa:
Padre, soy María Chicote, aunque tengo el alias de «la Finísima».
Pare:
Bueno, pues dígame rápido, que tengo prieta la agenda.
Feligresa:
Lo que le contaré es digno de en un estudio ser adenda, pues es que esto que le explicaré es peor que ácido, por todo ello, yo soy peor que bicho acárido, por, a la Iglesia, en estos días no pagar la renda.
Pare:
¿Qué decís?
Feligresa:
Lo que oís.
Pare:
¿No será esnob de vulgo, que copia lo que sucede en el burgo?
Feligresa:
No, padre, no me sea ahora verdugo, y respete, que yo en lo suyo no hurgo. Simplemente un lapsus fue, pues hablando con Manuela, cojitranca, bigotuda y sanguijuela, que alter ego mío no es, como usía ve, se me olvidó echar la limosnilla.
Pare:
Nada pasa, hija mía si de accésit me trae morcilla, pero no de Burgos, de Sevilla. Puede ir en paz.
El buen vino es oro fino. Diocesis Calaguritana, 1856: Feligresa:
Ave María purísima, capellán.
Pare:
Sin pecado concebida.
Feligresa:
Es primera vez en mi vida que topo con un catalán.
Pare:
Y, ¿qué la trae por aquí?
Feligresa:
Apunte, padre, en su memorándum porque ayer, con aquel maremágnum, la botella de vino rompí.
Pare:
Tranquila, pues estoy seguro que en el Vaticano habría quórum para otorgarla el perdón y, por conseguir de toda grey la salvación, un plus la otorgarían, y aseguro que no en vano.
Feligresa:
Pero el quid de la cuestión es que fue botella económica, sé que la situación tiene vis cómica, pero usía me matará en saber el colofón. Se la compré a Don Andrés Trozado, y el súmmum hará que se ría, pues era regalo para usía.
Pare:
Después a mí me tildan de malvado, pero es que el ultimátum ya fue dado. Postdata: rezar cuatro rosarios y traerme vinos varios. Como ve, no es nada complicado. Puede ir en paz.
El que a otro quitó la vida, la suya juzga perdida. Diocesis Albasitensis, 1857: Feligrès:
Ave María purísima, monseñor.
Pare:
Sin pecado concebida. Diga usted, señor.
Feligrès:
Me han ultrajado, insultado y ofendido. Vaya, que estoy bien jod…
Pare: Feligrès:
¡¿Qué ha sucedido?! Ha habido en estos días casus belli, grave cual cualquier muerte, pues lo que le contaré es muy fuerte, y todo por culpa del raro de Don Félix, un señor que en la Casa Consistorial trabaja de ayudante como concejal de medio ambiente o medio rural, pero que ha robado más que el Cachuli, y esto lo saben todos, es vox populi. Pues, la cosa, que, con este personaje, que es extraño, rara avis, le falta un engranaje, por tema de unas lindes le maté, acabé con su vida.
Pare:
¡Ha dejado viuda a Aída! Pues ahora no te me amezquindes ya que el modus operandi me has de explicar. ¡Es que esto es peor que irse a robar!
Feligrès:
Como sabe usía, mi modus vivendi es mi viña, y él me quitó parcela y tuvimos una riña, pero juro que ha sido mi opera prima, no ando por ahí dando con la navaja albaceteña.
Pare: Feligrès:
¡Es usted un bruto! Oiga, que eso no rima. Esto al statu quo no puede volver; me voy a por leña.
Pare:
¡Espere! Que el tótum revolútum que ha formado aquí, pues, mire usted, es que no se arregla así como así. Quid pro quo para conseguir perdón de Dios. ¿Usted le dio un navajazo? Pues él le dará dos; y no me diga que él está muerto; no es excusa, y váyase de aquí, que es usted gentuza. Aunque si de traerme un vinito se ve usted capaz, en fin, también le podría dar la paz.
Para torear y casarse, hay que arrimarse. Archidiocesis Tarraconensis, 1858: Feligresa:
Ave Maria puríssima, explico la meva desdita?
Pare:
Sens pecat fou concebuda. No hi ha horari de visita, això és sine die, clar que sí, expliqui.
Feligresa:
No, millor no li dic això d’en Riqui a suo tempore, en altre moment, ara no toca.
Pare:
Si ha pecat, expliqui’m-ho ara mateix.
Feligresa:
És que m’han dit que vostè és dur com una roca, així que, a priori, jo surto del confessionari.
Pare:
Cago en Déu! Qui digui això: menteix! Hic et nunc parli’m sobre això que succeeix.
Feligresa:
Però pare Domènec, som ante meridiem a punt de fer les dotze, d’estar a post meridiem, i jo he de fer el dinar pel meu marit, en Gregori.
Pare:
Està bé, però ho farà a posteriori d’haver-me contat, ipso facto, la història.
Feligresa:
Bé, veurà, la meva filla, la Gregòria, en una situació in extremis, m’ha mentit.
Pare:
Què ha dit?
Feligresa:
Que marxava al llit, però realment ha anat, durant la nit, a casa d’en Riqui, el seu futur marit.
Pare:
Per Déu! Per això no passa res! Tot i que pensant-ho millor, sí que passa, sí: gran pecat és l’amor. Demà, d’ampolles de vi, porti’m tres. Pot anar en pau.
El sexo no se explica, se practica. Archidiocesis Granatensis, 1859: Feligrès:
Ave María purísima. Mi confesor, he pecado.
Pare:
Sin pecado concebida. Usted dirá, señor, ¿en que ha errado?
Feligrès:
Cierta noche me acosté en la cama con mujer de compañía, mas al llegar la luz del día comprobé que no era dama.
Pare:
Usted lo hizo ex profeso: así no le puedo dar la paz. Vamos, sea claro, no mienta, sea usted veraz.
Feligrès:
Yo no me considero hombre falaz, y aunque cueste, de decirle lo cierto seré capaz: La mujer era un hombre, un caballero, para ser exactos, Ruicardo Borriquero, el herrero; yo me declaro, motu proprio, como bisexual. Y ahora, hable usía, o ¿es que le da igual?
Pare:
Hombre, me lo ha dicho tan ex abrupto usted que in albis me ha dejado, tengo blanca la tez. Así, ¿es usted sarasa, maromo y sodomita?
Feligrès:
En lato sensu sí, pues con hombres tuve alguna cita; en stricto sensu: también me acosté con alguna palomita. Para entendernos, si yo fuese premio de competición ex aequo me ganarían una mujer y un varón.
Pare:
Y ¿esto va in crescendo o esto va ya decayendo?
Feligrès:
Sea como fuere, copulase como copulare, padre, yo lo hago gratis et amore.
Pare:
Ad hoc sólo hay una solución sin que se entere la grey, así que vamos pronto a la sacristía, rey, pues es que yo también soy gay, así que ya sabes la condición sine qua non no tendrás la salvación. Puede ir en paz.
La fe, sin ojos ve. Diocesis Septensis, 1860: Ferigrès:
Sin pecado concebida.
Pare:
Oiga, no se me ofenda pero eso lo dice el menda, o ¿es que le ha dado a la bebida?
Ferigrès:
No, yo no bebo que de facto soy musulmán.
Pare:
¿Qué me dice? Esto es Ceuta, y en España ha de ser católico, y no invente ninguna patraña que ya veo que practica usted el ramadán.
Ferigrès:
No lo entiende usía, pues de iure soy cristiano, me convirtieron mis padres en las pasadas fiestas, pues soy menor y ellos tienen mi patria potestas.
Pare:
Lo siento, dura lex, sed lex, y usted no será hermano hasta que no demuestre con gran serenidad que cree en la Santísima Trinidad. En este templo es usted persona non grata.
Ferigrès:
Padre, ¡con sus palabras me mata! Yo quiero un hábeas corpus de inmediato para demostrar que en Dios creo, chato. Yo traigo tras de mí armonía tranquilizadora.
Pare:
Si vis pacem, para bellum, que yo le confieso ahora que aquí no trae más que desgracia. Pero pensándolo mejor necesito de creyentes: los domingos la iglesia está vacía que todos van a la playa, a la montaña o al centro de día, y el templo queda solo, sin compañía, y eso es un error. Así pues, a lo sumo podría santiguarle con mi mano, y que todo quede sub iúdice cual crimen sin resolver.
Ferigrès:
¡Eso sería genial, increíble! ¡Todavía no lo puedo creer! Mañana mismo le traigo un buen vinito jerezano.
Pare:
De ser así, yo tendré que actuar in dubio pro reo pues es que cada vez menos cosa mala en usted veo.
Ferigrès: Pare:
Salam aleikum. Aleikum salam. Y usted ya puede irse en paz.
De Dios para abajo, cada cual vive de su trabajo. Diocesis Abulensis, 1862: Feligrès:
Ave María purísima, padre dominico.
Pare:
Sin pecado concebida. Dígame, Federico.
Feligrès:
Verá, que desde que gobierna el Partido Liberal tenemos una crisis y unas reformas que van muy mal. Yo estoy en el paro, y ciertamente que eso está fatal, pues en la mí casa, no entra un solo jornal. Padre, le traigo mi Currículum Vitae para que lo vea. Pone todos mis oficios: gañán. Espero que usted lo lea.
Pare:
¡Pero a eso no puede venir a confesar! Mas lo cierto: necesitamos gente; hay déficit de personal, pero comprenda que no es decisión mía la de contratar, debería someterlo a referendo y ver la opinión general.
Feligrès:
Me paso horas en la ermita, es mi hábitat natural y es sabido por todos mi gran religiosidad. A parte de mi magna generosidad, pues sé que la Parroquia de dinero está necesitada y yo me veo capaz de crear superávit económico, que para eso soy católico, y poder poseer una millonada.
Pare:
No lo pongo en duda, hijo mío, y no piense que de usted me río, pero deberíamos calcular el ratio, haciendo divisiones, de lo que significaría que usted aquí viviría, y eso nos llevaría un buen rato.
Feligrès:
Ya, pero es que ahora han subido los impuestos y en el gravamen de la casa se nota, que para pagarlo, he tenido que vender hasta mi bota.
Pare:
Si la lleva puesta. El pie está vestido, con todo bien puesto.
Feligrès:
Padre, esa bota no, me refiero a la del vino.
Pare:
¡Uy! Eso sí que es triste, que mal sino. Pues como no tiene ya donde guardarlo tráigalo para poder degustarlo, catarlo y disfrutarlo. Calculo que serán unos cuarenta litros, más o menos, litro per cápita, que somos cuarenta y nadie nos pone freno. Si lo hace le contratamos y, por supuesto, le pagamos. Puede ir en paz.
Al erizo, Dios lo hizo. Diocesis Oxomensis, 1863 a. D.: Ferigrès:
Ave María Purísima, sacerdote.
Pare:
Sin pecado concebida. Pero yo a usted le conozco. ¿No es usía Monseñor Orozco?
Feligrès:
Sí, soy el prior y ya sabe, peco de jugar al guiñote. Soy un poco ludópata, me incita el padre Antonio, mas ya sabe que no tiene importancia, es peccata minuta.
Pare:
Padre prior, es que se está apartando de la buena ruta, y si no le castigo, caerá en manos del demonio, así que aparte de usía a Lucifer, grite conmigo: ¡vade retro Satana!
Feligrès:
Padre, ¿no lo entiende o no lo quiere ver? Soy su superior, ¡a mí usted no me manda! Es que encima para más INRI me quiere hacer gritar esa oración absurda urbi et orbi, a los cuatro vientos, para que lo oiga todo Dios. Pues no lo haré, lo siento.
Pare:
Tiene toda la razón, mea culpa, pero de humanos es errar.
Feligrès:
Mañana me traerá tres cubas de vino. Irá a Osma que le venderán del fino.
Pare:
Está bien, pero… ¡Ay Señor! ¿Qué le pasa? ¡No se muera! …Se murió. Pues bien le está, por blasfemo y pecador. ¡Menudo era el padre prior! Le cantaremos un réquiem a esta fiera por acompañar con música la dación de exequias. Pero no merece ser enterrado, le echaremos en una acequia. Así que requiescat in pace, malote, que ni merecías ser prior ni sacerdote, Y vete al Infierno, al hogar de Satanás, per saecula saeculorum, por siempre jamás. Amén. Y como no hay mal que por bien no venga,
no sólo me libro de esta persona abadenga, sino que, también, de ir a por vino. ¡Qué final más divino! Puedo irme en paz.
Dijo la sartén a la caldera: ¡quítate allá, ojinegra! Diocesis Turiasonensis, 1864: Feligresa:
Ave María Purísima, que vengo a confesar.
Pare:
Sin pecado concebida. Pues dígame, empiece a hablar.
Feligresa:
Pues vengo tan sulfurada, que no sé si mis labios podrán gesticular, mas usía es realmente sabio. Intentaré no balbucear con las prisas, pues como dijo el anterior rey, Fernando VII, de Carlos IV hijo: «vísteme despacio que tengo prisa». ¡Qué mente!
Pare:
Y como dijo el emperador Augusto: «festina lente». Así que dejemos estas conversaciones de dementes y cuénteme su desgracia lentamente.
Feligresa:
Verá, yo, que soy Lola Mento, critico mucho al concejal, el señor Don Francisco Rupto. Está en la Casa Consistorial por ganar votos con falsas promesas, y eso está muy mal; ¡Facta, non verba! Pues aseguró hacer un nuevo corral, pero se ha hecho para sí un palacio muy señorial. Además parece que no exista yo para ese animal, no me dirige ni la palabra ni la mirada: eso está fatal, y lo digo porque se apoderó de mi trigal alegando que no encontraba ningún historial que le recordase que era mío ese terrenal. Cogito, ergo sum, que yo no tengo duda existencial, pero este tío me ignora; tiene una conducta demencial: parece olvidar que la menda vive en el término municipal. Aunque reconozco que sabe el lema que Carlos I de España puso a este país: plus ultra, pues resulta que esta alimaña se lleva más allá de lo que posee el Ayuntamiento, y créaselo, padre, que no le miento. Y no es por presumir; es que si no lo digo reviento: en el pleno, veni, vidi, vici: reproché el mal cubrimiento de una nueva calle, y se llevó un buen sarmiento. La cuestión es que a este hombre le huele el aliento, y cuando se acerca, lo que en mi interior yo siento es cerrarle la boca para no olérsela, y de ello me arrepiento.
Pare:
Tiene usted razón hija, eso es pecar de pensamiento. Así que ni piense cosas malas ni tenga tan larga la mano. Y ahora, dejando de hablar en castellano recuerde que mente sana in corpore sano;
Aguante ese aroma, sea buena: no será en vano. Feligresa:
Está bien, pero ¿cuándo se le irá ese hedor de estercolero?
Pare:
Ad Kalendas graecas.
Feligresa:
¿Eso cuando cae? ¿En enero?
Pare:
¡Es ironía, no existen, ni en enero ni en febrero!
Feligresa:
No se ponga así padre, errare humanum est, y más en los pueblos, que no hay estudios, así es, mas ha venido un maestro a enseñar, y a ver que tal, desde luego, alea iacta est. Espero que no vaya de listo como usía, que aquí en la zona ni sabemos de reyes ni de latín, al menos aquí en Tarazona. Y cuando usía hace uso de su cultura, nos hace sentir fatal.
Pare:
No volveré a usar un latinismo más en la iglesia parroquial si me trae un vinito Campo de Borja, que es genial. Puede ir en paz… ¡Ite missa est!
Quien roba a un ladrón, cien años de perdón. Archidiocesis Burgensis, 1865: Feligrès:
Ave María Purísima, padre tonsurado.
Pare:
Sin pecado concebida. ¿Cuál es su pecado?
Feligrès:
Vengo de la sacristía, de robarle libros, algún papel, estatuas, etcétera. Pero no me tome por un infiel.
Pare:
Así que ha sido usted, Enrique Cido…
Feligrès:
Ídem. Se lo explicaré: yo he ido y he cogido tanto como he podido. Pero que esto no salga de aquí, esto queda ínter nos.
Pare:
Ahora mismo iré a los picoletos. ¡Cago en Dios! Que desde luego, ya me habían comentado y advertido que es usted un prenda, sui géneris; un mal nacido. Menos mal que le he pillado in situ, soy todo un detective.
Feligrès:
No exagere, que estando mi vida en declive fui yo quien ha venido a explicarle. Mas no desvele el secreto de confesión, id est, no me querelle.
Pare:
Verbi gratia, imagine, para comprender mi situación, que entro en su casa y le quito hasta el zurrón. Pues eso es lo que ha sucedido con la desamortización. Ya sabe, ahora estamos Iglesia versus Estado y vamos perdiendo, pues es que nos han quitado hasta nuestro antiquísimo campanario. Por eso ya no se oyen las campanas de este santuario.
Feligrès:
Increíble. Pero sea realista, viceversa también sucede, pues le recuerdo que el alguacil del consistorio ahora trabaja de sacristán en el oratorio, y no es casualidad, que usía lo ha contratado adrede. En fin, ¿puedo irme en paz?
Pare:
Quien se va en paz soy yo, que ya me siento incapaz
de seguir con este disfraz. Así que cuelgo el hábito, me retiro de la cristiandad. Pero antes, por chorizo, le condeno a traerme de la bodega un buen vinito Ribera, que sea de Caleruega, que dicen que es bueno. Pero rápido, que en una semana me voy para siempre, a alguna tierra lejana. Puede ir en paz. D’aquesta manera van acabar els meus anys com a pare confessor. Moltes més són les anècdotes que podria explicar, però, fa falta? Amb això m’acomiado fins que ens veiem al Cel... O a l’Infern. P.S.: Des d’aleshores visc amb una mulata a la Riviera Maia.