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Los retiros espirituales del clero de Bogotá, que tuvieron lugar en los meses de noviembre del año pasado y enero del presente, son siempre una ocasión interesante para ver en un solo momento las muchas caras que en la Arquidiócesis tiene el sacerdocio único de Cristo.
Aunque los prelados piden que el encuentro se desarrolle en silencio monacal, los presbíteros llevan tantas historias en sus corazones y tantas experiencias de fe y pastoral, que es imposible guardar del todo la noble recomendación del Arzobispo y del predicador.
En un año de trabajo pastoral, los sacerdotes de Bogotá realizan infinidad de ta reas, entran en contacto con miles de personas, acuden a los lugares más recónditos de la ciudad, auxilian a infinidad de personas, predican la palabra de Dios todos los días y varias veces en una misma jornada, etc. Es como si Cristo mismo asumiera mil formas, mil voces, mil acciones, mil pensamientos para hacerse presente en el pueblo de Dios en la capital de Colombia.
Y esta presencia múltiple de los sacerdotes en Bogotá es una historia que nunca será suficientemente narrada ni abarcada. En efecto, los ministros de Dios en esta ciudad, hacen presencia en prácticamente todos los sectores de la ciudad, sin im portar estratos, cercanía o lejanía, con o sin templo. Hacen presencia en los hospita les y clínicas de la ciudad, en colegios y universidades, en instituciones oficiales, en los hogares, en los centros comerciales, en los parques públicos, en instituciones de caridad y solidaridad. Esto quiere decir que entre el clero de Bogotá hay una clara conciencia de que ha sido llamado para llevar a todas las gentes y lugares la palabra de Dios, la caridad de Cristo, la luz del Espíritu Santo. El encuentro de los sacerdo tes en los ejercicios espirituales resulta ser, entonces, un momento de reanimación mutua al compartir fraternalmente todo lo que se hace, con aciertos y errores, pero siempre en el único plan de ser heraldos de la Buena Nueva para todas las gentes. Esto que sucede en los retiros, además de toda la oración común, tiene más im portancia de lo que a primera vista aparece. Existe hoy en día, aun dentro de la mis ma Iglesia, una tendencia a hacer del clero el blanco de todas las críticas y a señalar a los sacerdotes como responsables de todas las deficiencias de la comunidad eclesial. Esta visión es parcial y ciertamente muy injusta. Por eso, los presbíteros de Bogotá gozan en el encuentro de cada año manifestando ante sus hermanos lo que han logrado, los esfuerzos que están en marcha, las ilusiones de sus proyectos, los gozos y las alegrías de su vida pastoral, las preocupaciones por lo que no resulta bien. Y muy seguramente comparten más íntimamente sus situaciones de limitación y de bilidad buscando consejo y fortaleza. Los momentos de compartir, los cenáculos de oración, las caminatas por los prados, la mesa de los alimentos, todo es ocasión en los retiros para que el clero sienta como un solo cuerpo que es el sacerdocio único de Cristo el que fluye por sus venas y al cual se trata de llevar en la forma más digna y santa posible.
Y no está por demás anotar que la mayoría de los sacerdotes de Bogotá se des empeñan en parroquias y que este servicio es el que caracteriza sus vidas. Algunos quisieran que tuvieran como características de monjes o anacoretas u oficinistas, pero son sobre todo párrocos y están marcados por el oficio hasta las fibras más íntimas de su personalidad. Es un tarea bella y retadora. Es el encuentro diario con la población de Bogotá, llena de logros y plena de dificultades y problemas. Es la relación que nunca termina con los penitentes y las asambleas litúrgicas. Es el encuentro interminable con los pobres que tocan las puertas de las parroquias en busca de ayuda y auxilio. Y muchas cosas más. Este diario vivir es el que en últimas da forma y fondo a los sacerdotes de Bogotá y nunca se debería perder esto de vista para entenderlos, apoyarlos, criticarlos menos y guardarles la espalda. Lógicamente que siempre habrá posibilidades de mejorar las cosas, de hacerlas con más empe ño, de reflejar más claramente ese sacerdocio único de Cristo. Pero hay que saber querer lo que en realidad puede darse y es esta amalgama de hombres y voluntad divina, sacerdotes y población, ideales y realidad. Buena imagen de cómo son las cosas en verdad se puede captar perfectamente en lo que comparten los presbíteros en sus encuentros anuales de ejercitación espiritual. También eso hace parte de los retiros y ayuda a que el sacerdocio de Cristo sea visibilizado por todos sus ministros y así se reconforten unos a otros. Eso es también fraternidad.
Padre Rafael de Brigard Merchán DirectorEl señor cardenal Rubén Salazar Gó mez, arzobispo de Bogotá, ha creado tres parroquias en las vicarías del norte de la ciudad por “la salud de las almas, el bien espiritual y la necesidad ur gente de una Nueva Evangelización” y porque el proceso de formación de este sector ha llevado una vida pastoral dinámica y una vida litúrgica y sacra mental intensa, teniendo como objetivo la creación y promoción de la concien cia de ser una comunidad cristiana con miras a configurarse como una nueva Parroquia, entre otras razones.
Parroquia Santa Cecilia Romana, creada por el decreto No. 1303 del 25 de octubre de 2018, en territorio de la Vi
caría Episcopal Territorial Padre Mise ricordioso. Como su primer párroco ha sido nombrado el padre Camilo Alberto González Suárez.
El territorio de esta parroquia ha sido segregado de la parroquia San Calixto Caravario e incluye los barrios: Santa Cecilia Alta y Santa Cecilia Baja, en el Nororiente de la ciudad.
Parroquia Santa María, Madre Admirable, creada por el decreto No. 1304 del 25 de octubre de 2018, en terri torio de la Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso. Como su primer párroco ha sido nombrado el padre Ed win Germán Chaves Quintero.
El territorio de esta parroquia ha sido segregado de la parroquia San Nor berto y su territorio está conformado por el barrio Santa Bárbara, al norte de Bogotá.
Parroquia Santa María de la Al hambra, creada por el decreto No. 1305 del 25 de octubre de 2018, en terri torio de la Vicaría Episcopal Territorial de San Pedro. Como su primer párroco ha sido nombrado el padre Ovidio Her nei Pérez Velásquez.
El territorio de esta parroquia ha sido se gregado de la parroquia San Ambrosio y su territorio está conformado por el ba rrio la Alhambra, al norte de Bogotá.
La arquidiócesis de Bogotá hizo un sentido reconocimiento a algunos colaboradores de la Curia que cumplieron 25, 20, 10 y 5 años de labores, desempeñando su trabajo con los talentos dados por Dios y demostrando compromiso, responsabilidad y amor en sus labores asignadas.
El Señor Cardenal acompañó esta celebración en la que se entregaron recuerdos, distintivos y un premio en especie. F
La presencia del Señor Arzobispo en las múltiples actividades de la Iglesia en Bogotá sería difícilmente “recopilable”, pues es tan variada y abundante como las mismas programaciones y actividades de las 300 parroquias, los grupos apostólicos, los seminarios, etc. Pero estas son una muestra de la diversidad de actos que cuentan con su presencia.
La parroquia El Señor de la Bienaven turanzas tiene un templo sui generis, su capilla del Sagrario, también lo es.
La parroquia del Señor de las Bien aventuranzas fue creada en el año 2008, el 12 de diciembre. Está a punto de cumplir diez años. Su territorio es el extremo occidente de la Arquidió cesis; está formado por oficinas, ho teles, centros comerciales y multitud de conjuntos residenciales de apar tamentos y casas de estratos altos. Se creía que no habría espacio para un templo.
Pero como el Señor es providente, el Centro Comercial Gran Estación, y en especial sus constructores, la fami lia Salazar, han cobijado la presencia de la Iglesia arquidiocesana. Por eso en sus corredores empezó a formar se la comunidad parroquial, luego se construyó un pequeño templo en la terraza y, ahora, un bello oratorio, que acaba de ser consagrado por el cardenal arzobispo de Bogotá, Rubén Salazar.
Gran Estación se ha distinguido como modelo de inclusión, casi todo su personal de seguridad se movili za en silla de ruedas, o tiene alguna discapacidad, todos demuestran gran capacidad y profesionalismo cam biando los esquemas tradicionales del cómo ver a personas en situación de discapacidad. En la semana de la
La Iglesia en salida no es una simple expresión, en la Arquidiócesis es ya una realidad. Parroquias que sin templo reúnen a sus comunidades en espacio novedosos como los centros comerciales, los nuevos areópagos.
inclusión, el párroco, padre Jesús Ma ría Mesa, invitó a la consagración del oratorio y capilla del Sagrario, que es tarán abiertos para que los visitantes tengan la oportunidad de un encuen tro personal con Jesús.
La Eucaristía de consagración fue presidida por el Señor Cardenal y concelebrada por el Vicario Episco pal Territorial, monseñor Daniel Del gado, los padres Jesús Mesa y Luis Eduardo López.
En un encuentro realizado con medios de comunicación católicos, el señor cardenal Rubén Salazar Gó mez, arzobispo de Bogotá, presentó la Asamblea Arquidiocesana 2018, la cual se realizó el pasado 17 de no viembre en el Movistar Arena y don de se reunieron alrededor de 14.000 personas.
Durante el fraterno encuentro, el Señor Cardenal presentó a los dife rentes medios católicos la Asamblea Arquidiocesana 2018. “Hemos reali zado desde hace tres años una gran asamblea a final de año, donde se hace un balance de la tarea evangeli zadora del año que termina y empuje el trabajo del año siguiente”, indicó el cardenal Salazar.
Explicó el Señor Cardenal que se busca consolidar el proceso traba jado por el Plan de Evangelización, que cuenta con tres etapas. En este momento se desarrolla la segunda “El Nuevo Rumbo”. “Por eso necesitamos que todo el proceso se consolide y afiance, los proyectos concretos que se han realizado en las parroquias y la Arquidiócesis se fortalezca, que no sean aves de corto vuelo, sino que sea algo duradero, que permanezca”.
Para finalizar el encuentro se abrió una sesión de preguntas, en la cual los periodistas tuvieron una conver sación con el Señor Cardenal, quien les resolvió sus inquietudes. F
Un criterio renovador de la vida cristiana y de la acción pas toral en nuestro tiempo es sin duda el concepto conciliar de re velación en cuanto manifestación de Dios “por obras y palabras intrínsecamente ligadas” (Dei Verbum, 2). El Señor, que siempre asiste a la Iglesia, prometió la acción de su Espíritu guiándonos a la verdad completa, de modo que con el transcurrir del tiempo venimos profundizando en la revelación y en esta labor la vida y el contexto social y cultural en el que se desarrolla la existencia cristiana han actuado como catalizador para que se venga de cantando el dogma cristiano.
La responsabilidad cristiana de buscar la verdad se ha dado en la comprensión del sacramento de la confirmación. Fue en el proceso de fragmentación de la iniciación cristiana, que se comenzó a dar durante el siglo IV, donde la Iglesia adquirió conciencia de la voluntad de Cristo acerca de un acto específico para la donación del Espíritu Santo a cada bautizado en par ticular; en aquellas circunstancias el obispo, mediante el gesto de imposición de manos, ‘perfeccionaba’ a quien había sido bautizado por un diácono o un presbítero. O el mismo obispo que bautizaba imponía las manos para significar la donación del Espíritu Santo al recién bautizado. Algunas tradiciones locales en lugar del gesto epiclético de imposición de manos vieron más expresiva la unción con el crisma, así San Agustín en su mista gogía: “[en el bautismo ustedes] han sido como amasados con el agua para convertirse en pan. Pero todavía falta el fuego, sin el cual no hay pan. ¿Qué significa el fuego, es decir, la unción con aceite? Puesto que el aceite alimenta el fuego (ignis nutritor), es el símbolo del Espíritu Santo. (…) Después del agua llega el Es píritu Santo, que es fuego, y ustedes se convierten en el pan que es el cuerpo de Cristo” (Sermón 227).
Las conversiones masivas al inicio de la cristiandad (siglos IV - VI) fueron instaurando la práctica general del bautismo de niños lo más próximo al nacimiento, por aquel tiempo, en la visita pastoral el obispo confirmaba a los infantes que fueron bautizados desde la ocasión última en la que estuvo de visita. En este ambiente, en el que lo natural se interpretaba como re flejo de lo sobrenatural, los escolásticos explicaron la práctica sacramental parangonándola con la vida natural: nace un niño, se bautiza; luego el organismo del recién nacido debe terminar de madurar a fin de poder digerir el alimento, la confirmación
madura al bautizado para alimentarse; un organismo maduro se alimenta, el bautizado que ha madurado mediante la confir mación ya puede recibir la Eucaristía. Esta llevó a justificar la confirmación como sacramento de la maduración del bautismo para acceder a la Eucaristía. Luego, ante la baja participación en la recepción de la sagrada Comunión, los pastores incentivaron la comunión a la más temprana edad, entonces algunos comen zaron a comulgar sin haber participado de la confirmación, ya no tuvo sentido hablar de un ‘sacramento de la madurez’. La falta de un testimonio explícito en los relatos de los evangelios llevó a los reformadores protestantes del siglo XVI a descono cer la sacramentalidad de la confirmación, la consideraron ‘rito eclesiástico’ que realizaban los obispos; el concilio de Trento de fiende la sacramentalidad al declarar que: “Si alguno dijere que la confirmación de los bautizados es ceremonia ociosa y que no es un verdadero y propio sacramento, o que antiguamente no fue otra cosa que una especie de catequesis, por la que los que estaban próximos a la adolescencia exponían ante la Iglesia la razón de su fe: S.A.” (Sesión 7ª., 3 de marzo de 1547 [DS 1628]).
La cultura actual, que tiene en alta estima al individuo, viene impulsando a algunos a entenderse ellos mismos como prota gonistas de la confirmación: ‘Yo confirmo’; no falta quien ex plique la confirmación como el rito en el cual un adolescente se apersona de la respuesta con la que los padres y padrinos ratificaron la fe de la Iglesia antes del rito del bautismo, tal expli cación cuenta un error en su punto de partida, pues es falso que en el rito del bautismo de niños padres y padrinos responden en nombre de quien en aquel momento no es consciente. Si el sacramento consistiera en confirmar lo que otros dijeron por uno, no tendría sentido la confirmación en quienes se bautizan en la edad adulta y que por ello hacen personal profesión de la fe cristiana antes de recibir el bautismo. Una concepción de la revelación como la manifestación de Dios en la historia de cada persona para salvar, puede hacernos comprender que los sacramentos son iniciativa divina y que por tanto es Dios quien confirma; a partir de ello podríamos explicarnos la confirma ción como el sacramento del don del Espíritu con el que Dios (Padre) confirma la alianza realizada con cada persona en el bautismo. “Es Dios quien a nosotros y a ustedes nos fortalece en Cristo, el que nos ha ungido, nos ha marcado con su sello y nos ha dado su Espíritu como garantía de salvación”(2Cor 1, 21-22).
La confirmación hace parte del proceso de iniciación cristiana, por el cual Dios, mediante la gracia, llega a configurar discípulo de Jesús a quien se abre a la fe. F
La responsabilidad cristiana de buscar la verdad se ha dado en la comprensión del sacramento de la confirmación.
Tadeo Albarracín, Pbro. Doctor en Liturgia
El Santa María, que es una funda ción arquidiocesana presidida por monseñor Daniel Arturo Delgado Guana, vicario episcopal territorial de la Inmaculada Concepción, inau guró un gran centro para el desarro llo y cultivo de las artes musicales y escénicas.
El colegio fue fundado en 1963 por la comunidad de las Hermanas Bene dictinas del Monasterio del Sagrado Corazón en Minot, ahora Richard ton, Dakota del Norte, EEUU. Llega ron a Bogotá por invitación del arzo bispo de entonces, el señor cardenal Luis Concha Córdoba, quien estaba fundando parroquias y colegios en el sur de la ciudad para atender una de las tantas migraciones que ha re cibido la Capital, esta debido a la ola de la violencia partidista posterior al Bogotazo.
Sin embargo, tuvo la visión de bus car educar a la mujer, dentro de los más altos estándares internacionales. Pidió la creación de un colegio bi lingüe y en el Norte. Así llegaron las primeras hermanas benedictinas y fundaron el colegio Saint Benedict´s Academy, de calendario B.
Años después, cuando el Colegio estaba posicionado y era una acade mia muy respetada, la comunidad abandonó el país, pero no el colegio ni sus niñas: los entregó a la Arqui diócesis, entonces se creó la Funda ción que hoy lo rige.
Desde el año 2017 hay un nuevo rector y es el primer hombre en la historia del Santa María, Hernan do Rojas Leguízamo, quien acaba de inaugurar el centro de desarrollo para las artes, como parte de la gran apuesta para la formación holística de la mujer.
Como es tradición, cada dos años, se realiza una sesión de actualización teológica.
La de este año, que fue sobre Teología Moral, tuvo por título “Responsabilidad ética en el ejercicio del ministerio sacerdotal”.
Dentro de los objetivos propuestos se había establecido reflexionar sobre tres as pectos: el sentido teológico y ético que conlleva un adecuado ejercicio del minis terio sacerdotal en las condiciones del mundo presente; los límites relacionales y el adecuado manejo de las rutas de atención en la protección de los menores y la teología moral actual, en lo referente a la relación del ministerio sacerdotal y la ética en las redes sociales.
Para cada una de estas sesiones de reflexión se invitaron verdaderos especialistas en el tema: Luis Manuel Alí, obispo auxiliar de Bogotá y miembro de la Pontificia Comisión para la protección de los Menores; Germán Humberto Barbosa Mora, presbítero de la diócesis de Engativá y doctor en Teología Moral de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y Roberto Noriega, padre de la Orden de San Agustín, doctor en Teología Moral.
El evento tuvo lugar el auditorio del Centro de Convenciones de la Universidad Ca tólica de Colombia. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá -El Cardenal, al ver los retos del mundo y de la ciudad, ha hecho una apuesta generacional.
Son tres vicarios muy jóvenes, quienes vienen a dar todo lo que una nueva generación, desde sus conocimientos y formación, puedan aportar a la nueva evangelización, ya que como dice el Documento de Aparecida, este es un momento de cambio, un cambio de época. Al final del año 2018 se realizaron cambios en tres de las Vicarías Territoriales Episcopales. Los padres Juan Álvaro Zapata Torres, Nelson Ortiz Rozo y William Casas Velásquez fueron nombrados por el Señor Arzobispo como Vicarios en Padre Misericordioso, Cristo Sacerdote y Santa Isabel de Hungría,respectivamente.
Nació en Bogotá el 17 de junio de 1974, en el hogar conformado por Álvaro de Jesús y María Inés. Rea lizó sus estudios secundarios en el Colegio Los Andes de Bogotá. Los estudios de Teología y Filosofía los realizó en el Seminario Conciliar de Bogotá. Fue ordenado presbítero el 2 de diciembre del 2000, por el señor cardenal Pedro Rubiano Sáenz, para el servicio de esta Arquidiócesis.
Es Licenciado en Teología Espiritual con Especialización en Formación Sa cerdotal (2009) de la Pontificia Univer sidad Gregoriana – Roma. Licenciado en Teología (2011) en la Universidad Pontificia Bolivariana de Bogotá.
Inició su servicio pastoral como adscrito en los Doce Apóstoles, pá rroco en Santo Tomás Becket, miem bro del Equipo de Pastoral Vocacio nal Arquidiocesana, adscrito en la parroquia San Michele Arcangelo de Roma, miembro del Equipo de For madores del Seminario Mayor, dele gado arquidiocesano de la Pastoral Vocacional, director del Departa mento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal de Colombia –CEC.
En la CEC también fue Secretario Adjunto y Director del Departamento de Lugares Eclesiales para la Vivencia de la Comunión del Secretariado Per manente del Episcopado Colombiano “SPEC”. Párroco en Santa Beatriz, di rector de la Escuela Arquidiocesana de Animadores y Coordinador Aca démico de la Escuela Diaconal.
Acaba de ser nombrado Vicario Episcopal Territorial de la Vicaría de Padre Misericordioso, Vicario Gene ral de la Arquidiócesis de Bogotá y
VET Santa Isabel de Hungría VET Padre Misericordioso Juan Álvaro Zapata Torres Nelson Ortiz Rozo William Casas Velásquez VET Cristo Sacerdote Fraternidad -Director del CEPCAM y de la Escue la diaconal.
“Recibo este nombramiento con mucha gratitud a Dios, pues no es sino don y misericordia, porque uno no tiene méritos, sino es Él quien confía y lo llama a una tarea o a un servicio y Él lo capacita a uno, también lo re cibo como una gran responsabilidad con la esperanza de poder responder al Señor Cardenal y a la Iglesia por esta confianza depositada e mí… Es una tarea grande, importante, con grandes retos, y mi idea es darle gloria a Dios con todo lo que haga y responder a la confianza de nuestro Arzobispo, que quiere y ama a esta arquidiócesis y está buscando seguir cumpliendo con la misión que Cristo nos ha confiado a todos nosotros”.
Monseñor Nelson OrtizHa sido la cabeza de la coordinación arquidiocesana de la evangelización de la familia desde el 2016, llega a una vi caría heterogénea, conformada por 42 parroquias y el trabajo de 60 sacerdo tes, en su gran mayoría jóvenes, quie nes se enfrentan día a día con grandes y diferentes realidades pastorales.
La Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote cuenta con un te rritorio urbano que va desde el río Arzobispo, que nace en los cerros orientales de la ciudad, hasta la calle 100, la avenida 68, y abarca las locali dades de Barrios Unidos, Chapinero y Teusaquillo, también tiene una par te rural que corresponde al municipio de la Calera, en donde hay dos parro quias, Nuestra Señora del Rosario y Santa María del Monte.
Monseñor Ortiz, nació en Bogotá el 15 de octubre de 1973, en el hogar conformado por Luis Enrique Ortiz y Ana Beatriz Rozo. Fue ordenado pres bítero el 5 de diciembre de 1998, por el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, para el servicio de la arquidiócesis de Bogotá. Realizó estudios en Filosofía y Teolo gía en el Seminario Mayor de Bogotá. Además, es profesional en Ciencias Bíblicas de la Corporación Minuto de Dios y es licenciado en Teología del Matrimonio y la Familia en el Pontifi cio Instituto Juan Pablo II de Valencia – España. Doctor en Teología del Ma trimonio y la Familia en el Pontificio Instituto Juan Pablo II – Roma.
Monseñor Ortiz inició su servicio pastoral como vicario parroquial en Nuestra Señora de Perpetuo Soco rro. Fue párroco en María Estrella de la Evangelización, en San Marcelino Champagnat y en Jesucristo Reden tor desde el 2015 hasta esta nueva designación.
Monseñor William Casas Velásquez
Es el nuevo vicario episcopal terri torial de Santa Isabel de Hungría de la arquidiócesis de Bogotá.
El señor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, con siderando que en los últimos años el crecimiento urbanístico y demo gráfico de la zona sur de Bogotá, decidió en al año 2017 crear la Vi caría Episcopal Territorial Santa Isa bel de Hungría, nombrando como su primer vicario a monseñor Jorge Acevedo. La vicaría se ocupa de la atención pastoral de la mayor parte del territorio de la localidad Ciudad
Bolívar, con 33 parroquias para casi un millón de fieles.
Monseñor William Casas Velás quez nació en la ciudad de Bogotá hace 51 años, desde su infancia sin tió el llamado de Dios a ser sacerdote, siguiendo el ejemplo del párroco de su comunidad en esa época, el padre José Vicente Muñoz. “Era un sacer dote español que marcó la vida de la comunidad. Él se presentó como un gran ejemplo y desde niño quise ser como él”.
Después de una formación en el Seminario Mayor de Bogotá, fue ordenado sacerdote el 4 de diciem bre de 1993, por monseñor Enrique Sarmiento Angulo. Desde entonces ha desempeñado varios cargos pas torales, entre los que sobresalen: pá rroco en San Antonio (Fosca), en el Espíritu Santo, miembro de la junta directiva de la Fundación Instituto Tecnológico del Sur, de la Comisión de Formación Permanente del Clero y se encontraba actualmente como párroco en Santa Isabel de Hungría y rector en el colegio parroquial del mismo nombre.
Asume el cargo con gran responsa bilidad y entusiasmo, por eso como primera labor se ha dedicado a co nocer las parroquias y los sacerdotes que hacen parte de la vicaría “es una exigencia muy grande, la vicaría es muy compleja tiene una situación de pobreza, de hacinamiento en muchos lugares, pero me asombra la fuerza y el empuje que tienen los sacerdotes de la vicaría”. F
Ilustrísimo monseñor Jorge Humberto Acevedo Quintero, en Santa Isabel de Hungría, Vicaría Episcopal Territorial del Espíritu Santo.
Señor presbítero Adolfo Vera López, en Nuestra Señora de las Lajas, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concepción.
Decreto de cambios y nombramientos en la arquidiócesis de Bogotá
El señor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, ha decretado los siguientes cambios y nombramientos:
Ilustrísimo monseñor Nelson Enrique Ortiz Rozo, en la Vicaría Episcopal Te rritorial de Cristo Sacerdote.
Ilustrísimo monseñor Juan Álvaro Za pata Torres, en la Vicaría Episcopal Te rritorial Padre Misericordioso.
Ilustrísimo monseñor William Casas Velásquez, en la Vicaría Episcopal Te rritorial de Santa Isabel de Hungría.
Ilustrísimo monseñor Alberto José Ojalvo Prieto, en la parroquia Santa Clara, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Ilustrísimo monseñor Álvaro Vidales Bedoya, en la parroquia Santa María Goretti, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Ilustrísimo monseñor Carlos Julio López Ramírez, en Santa Beatriz, Vica ría Episcopal Territorial Padre Miseri cordioso.
Ilustrísimo monseñor Gabriel Londo ño Sepúlveda, en Santos Cosme y Da mián, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concepción.
Señor presbítero Ancízar Martínez Blandón, en Santa Rita de Cassia, Vi caría Episcopal Territorial de Cristo Sa cerdote.
Señor presbítero Andrés Barrero Alva rado, en Santa Águeda, Vicaría Episco pal Territorial de La Inmaculada Con cepción.
Señor presbítero Astolfo Ricardo More no Salamanca, en Jesucristo Redentor, Vicaría Episcopal Territorial de San Pe dro.
Señor presbítero Camilo Alberto Gon zález Suárez, en Santa Cecilia Roma na, Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso.
Señor presbítero Campo Elías Robayo Cruz, en Santa María Soledad Torres Acosta, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concepción.
Señor presbítero Carlos Alberto Wanu men Martínez, en La Santísima Trini dad, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Señor presbítero Carlos Santiago Gra nados Rocha, en San Jorge, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacer dote.
Señor presbítero César Iván Carrillo Rey, en Santa María de Jerusalén, Vi caría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Conrado de Jesús Sán chez Posada, en San Roque, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concepción.
Señor presbítero Edwin Germán Cha ves Quintero, en Santa María Madre
Admirable, Vicaría Episcopal Territo rial Padre Misericordioso.
Señor presbítero Efraín Mejía Gallego, en San Atanasio, Vicaría Episcopal Te rritorial de San Pablo.
Señor presbítero Fidel Castro Roa, en Jesús Nazareno, Vicaría Episcopal Te rritorial de La Inmaculada Concepción.
Señor presbítero Héctor Mauricio Chinchía Arias, en Nuestra Señora del Consuelo, Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso.
Señor presbítero Henry Rojas Becerra, en San Pascual Bailón, Vicaría Episco pal Territorial de San Pedro.
Señor presbítero Jairo Salazar Gómez, en Santa María de la Esperanza, Vica ría Episcopal Territorial de San Pablo.
Señor presbítero Johnier de Jesús Mon toya Castaño, en San Martín de la Ca ridad, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Señor presbítero Jorge Gonzalo Marín García, en La Catedral de Bogotá – San Pedro, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concepción.
Señor presbítero José Alberto Rey Rozo, en Santa Helena, Vicaría Episcopal Te rritorial de La Inmaculada Concepción.
Señor presbítero Leonardo Cárdenas Téllez, en Nuestra Señora de Lourdes, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Señor presbítero Luis Eduardo Torres Ojeda, en Santo Toribio de Mogrovejo, Vicaría Episcopal Territorial de San Pa blo.
Señor presbítero Nelson Humberto To rres González, en San Juan XXIII, Vica ría Episcopal Territorial Padre Miseri cordioso.
Señor presbítero Ovidio Hernei Pérez Velásquez, en Santa María de la Al hambra, Vicaría Episcopal Territorial de San Pedro.
Señor presbítero Raúl Alzate Alzate, en Santa María del Prado, Vicaría Episco pal Territorial de San Pedro.
Señor presbítero Rubén Roncola to, F.S.C.B., en Nuestra Señora de las Aguas, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concepción.
Señor presbítero Saúl Ovidio Monte negro Rodríguez, en San Isidro, Vicaría Episcopal Territorial de San José.
Señor presbítero William Romero Ber nal, en Beato Santiago Alberione, Vica ría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Reverendo padre Luis Alfonso Sando val Buitrago, M.D.R., en Santa Luisa de Marillac, Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Reverendo padre Wilson Martínez Cuervo, C.J.M., en San Felipe Apóstol, Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Edgar Enrique Rivera García, en San Agustín de Hipona, Vi caría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Edgar Javier Barbosa Morales, en Santos Joaquín y Ana, Vi caría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Gerardo Herrán Gon zález, en San José Gabriel Brochero, Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Jesús Arroyave Res trepo, en Santa María Micaela, Vicaría Episcopal Territorial de San José.
Señor presbítero Julio Hernando Casti llo Guerrero, en Santa María de Caná, Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Lucas Blanch Queral, en Santa Teresa de los Andes, Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Luis Eduardo Pabón Cardona, en San Andrés Apóstol, Vica ría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Luis Francisco Rodrí guez Rosas, en San Blas, Vicaría Epis copal Territorial de San José.
Señor presbítero Mauricio Herrada Mazo, en Nuestra Señora de Nazaret, Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero Pablo Esteban Mar tínez Bertozzi, en Santa María de Pen tecostés, Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Señor presbítero William Romero Ber nal, en Santa Silvia, Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Reverendo padre Ovidio de Jesús Ren dón Castrillón, en Nuestra Señora del Carmen – Iglesia Santa Teresita, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Señor presbítero Fabi Said Castro Casti lla, en El Espíritu Santo, Vicaría Episco pal Territorial de La Inmaculada Con cepción.
Señor presbítero Jhovannys Canole Pe ñaranda, en Nuestra Señora del Car men – Las Cruces, Vicaría Episcopal Te rritorial de la Inmaculada Concepción.
Señor presbítero Juan Felipe Quevedo Rubiano, en San Miguel – Choachí, Vi caría Episcopal Territorial de San José.
Señor presbítero Juan Miguel Blandón Ruiz, en Santa María del Camino, Vica ría Episcopal Territorial de San Pedro.
Señor presbítero Óscar David Coy Leal, en La Inmaculada Concepción – Cá queza, Vicaría Episcopal Territorial de San José.
Reverendo padre Daniel García Rodrí guez, A.A., en el Colegio Parroquial San Luis Gonzaga – SEAB, Vicaría Episco pal Territorial del Espíritu Santo.
Señor presbítero Camilo Alberto Gon zález Suárez, en el Colegio El Santo Án gel, Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso.
Señor presbítero Conrado de Jesús Sán chez Posada, en la Clínica Universitaria Colombia, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concepción.
Señor presbítero Gerardo Herrán Gon zález, en el Colegio Parroquial Monse ñor Emilio de Brigard – SEAB, Vicaría Episcopal Territorial del Espíritu Santo.
Señor presbítero Gonzalo Arias Cárde nas, el Colegio Provinma, Vicaría Epis copal Territorial Padre Misericordioso.
Señor presbítero Iván Felipe Galindo Rodríguez, en el Gimnasio Monseñor Manuel María Camargo – SEAB, Vi caría Episcopal Territorial del Espíritu Santo.
Señor presbítero Jesús Arroyave Res trepo, en el Liceo Parroquial San José –SEAB, Vicaría Episcopal Territorial de San Pablo.
Señor presbítero Leonidas Ortiz Losa da, en la Sede de Usaquén de la Funda ción para Personas Mayores – FUNDA MA, Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso.
Señor presbítero Luis Francisco Rodrí guez Rosas, en el Colegio Paroquial Ad veniat – SEAB, Vicaría Episcopal Terri torial de San José.
Señor presbítero Mauricio Herrada Mazo, en el Colegio Parroquial del In maculado Corazón de María - SEAB, Vicaría Episcopal Territorial del Espíri tu Santo.
Señor presbítero Yoany Víctor Cupitra Díaz, en la Facultad de Ciencias de la Salud y en la Facultad de Ciencias Na turales y Matemáticas de la Universi dad del Rosario.
Seminarista Maximilian Josef Pie chowiak, adscrito en la parroquia San Martín de Porres, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 11
Señor Kenny Lavacude Parra, Director Ejecutivo y Representante Legal de la Fundación San Antonio.
Ilustrísimo monseñor Juan Álvaro Za pata Torres, Director y Representante Legal del Diaconado Permanente y del Centro de Estudios Pastorales Carde nal Aníbal Muñoz Duque – CEPCAM.
Señor presbítero Wilfran Oyola García, Director Ejecutivo y Representante Le gal de la Fundación de Atención al Mi grante – FAMIG.
Señor presbítero Edwin Raúl Vanegas Cuervo, Rector del Seminario Conciliar de Bogotá.
Señor presbítero Edwin Nebardo Vega Machado, Asistente de la Capellanía General del SEAB.
Ilustrísimo monseñor Jorge Humberto Acevedo Quintero, Rector en el Colegio Parroquial Santa Isabel de Hungría –SEAB, Vicaría Episcopal Territorial del Espíritu Santo.
Señor presbítero José Vicente López Mogollón, adscrito en la Parroquia San Manuel Morales, Vicaría Episcopal Te rritorial Padre Misericordioso.
Señor diácono permanente Carlos En rique Sánchez Ariza, adscrito en San José Cafasso, Vicaría Episcopal Territo rial Padre Misericordioso.
Señor diácono permanente Carlos Hernán Suárez Dávila, adscrito en San Tarsicio, Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso.
Señor diácono permanente Expedito Velandia Pinto, adscrito en Santa Ceci lia Romana, Vicaría Episcopal Territo rial Padre Misericordioso.
Señor diácono permanente Fernando Samacá Bautista, adscrito en Los Doce Apóstoles, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concepción.
Señor diácono permanente Francisco Segura Alvarado, adscrito en Santa María del Cenáculo, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Señor diácono permanente Gilberto Enrique Rodríguez Tobón, adscrito en Nuestra Señora del Campo, Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericor dioso.
Señor diácono permanente Héctor Alfonso Arévalo Barrera, adscrito en San Wenceslao, Vicaría Episcopal Te rritorial Padre Misericordioso.
Señor diácono permanente Idignael Alirio Linares Gómez, adscrito en Ma ría Auxiliadora, Vicaría Episcopal Te rritorial de San José.
Señor diácono permanente Juan Carlos Contreras Ramírez, adscrito en San Juan María Vianney, Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericor dioso.
Señor diácono permanente Juan José Cepeda Escudero, adscrito en La Asunción de Nuestra Señora, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacer dote.
Señor diácono permanente Luis Er nesto González Pérez, adscrito en Jesucristo Obrero, Vicaría Episcopal Territorial de La Inmaculada Concep ción.
Señor diácono permanente Luis Gui llermo Martín Guzmán, adscrito en San Fernando Rey, Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote.
Señor diácono permanente Luis Leo nardo Peña García, adscrito en Nues tra Señora de las Lajas, Vicaría Epis copal Territorial de La Inmaculada Concepción
Parroquia Beato Pablo VI por el nombre de parroquia San Pablo VI de la Vicaría Episcopal Territorial de San Pedro.
Parroquia Beato Santiago Alberione por el nombre parroquia de Nuestra Señora de la Salud, Vicaría Episcopal Territo rial Santa Isabel de Hungría.
Seminarista Fabián Camilo Herrera Pérez.
Candidatos Camilo Andrés Torres Gon zález, Jonathan Alexander Rozo García, Juan Sebastián Romero Araque, Juan Carlos Matiz Matiz, Juan Felipe Garzón Gutiérrez, Edison Fabiany Buitrago y Camilo Agudelo Linares.
Señores Daniel Fernando Almanza Ro mero y Andrés Felipe Lasso Cedeño.
Diáconos Juan Felipe Quevedo Ru biano, Jesús Arroyave Restrepo, Juan Miguel Blandón Ruiz, Fabi Said Castro Castilla, Oscar David Coy Leal, Pablo Esteban Martínez Bertozzi, Julio Her nando Castillo Guerrero y Luis Francis co Rodríguez Rosas.
Señor presbítero Miguel Francisco Puyo Calderón, por motivo de misión itinerante.
Señor presbítero Marino Marín Mar molejo, por un (1) año.
Bogotá, 29 de noviembre de 2018 F
Siempre atenta a cualquier requerimiento, Catalina Manrique, recepcionista y encargada de la biblioteca de la arquidiócesis de Bogotá, recibe con una sonrisa y de manera cálida a todos los visitantes que ingresan al Palacio Arzobispal.
Desde hace 20 años Catalina ha desempeñado diferentes cargos en la arquidiócesis de Bogotá. Actualmente es la recepcionista, puesto que ejerce con dedicación, esfuerzo y constancia. Más que una persona que organiza papeles, que saca fotocopias y recibe llamadas es parte activa de las diferentes áreas de la Arquidiócesis.
Desde la recepción se encarga de recibir llamadas de personas que necesitan información sobre diferentes temas como partidas de bau tismo, autenticaciones, el teléfono de alguna parroquia o simplemen te buscan a alguna persona que trabaje en la Curia. Además, saca las fotocopias de las demás dependencias y envía la correspondencia que sale de la Arquidiócesis y recibe, radica y entrega la que llega. Por otro lado, también es la encargada de la biblioteca de la Curia, su trabajo consiste en mantener organizados todos los libros y publica ciones que se encuentran allí, y recibir y clasificar los que llegan. La biblioteca cuenta con diferentes publicaciones de carácter religioso, espiritual, ético, moral, histórico, geográfico, de arte sacro y publica ciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, el CELAM y el Vatica no, entre otros. Aunque es para uso interno de sacerdotes y seminaris tas, las personas que necesiten consultar algún libro lo pueden realizar acercándose o llamando a la Arquidiócesis para pedir la autorización respectiva.
ficina de Calidad de la curia ar quidiocesana está a cargo de Carlos Hernán Riveros Galeano, quien tie ne como objetivo crear, coordinar y acompañar la gestión de los procesos establecidos en la cu ria para alcanzar un nivel de sa tisfacción mayor en el cumpli miento de los requisitos y en los servicios que esta ofrece a los sa cerdotes, feligreses e institucio nes eclesiales.
Carlos es de esas personas que se conocen y no se olvidan, siempre está presto a ayudar, sonríe y si no puede solucionar, propone.
Cuando empezó el trabajo de Gestión de Calidad muchos se preguntaron si tendría sentido una certificación de la Arquidiócesis, como si se tuviera que competir con otra entidad simi lar, pero el objetivo era mejorar los procesos en cada una de las oficinas, para que el trabajo fuera más eficien te, menos gravoso y más amble, tan to para quien lo ejecutara como para quien lo recibiera.
Mucho de ese resultado es obra y pro puesta de la oficina de Calidad.
Como Carlos ha estado siempre en los entretelones de las actividades eclesiales, pues ha sido un activo fiel de varias parroquias y formador académico en colegios parroquiales, conoce las necesidades de los fieles y los tropiezos administrativos. Su experiencia de vida se transformó en su mejor herramienta por conocer la institución desde adentro y desde afuera.
Ahora motiva, apoya y acompaña la acción evangelizadora en nuestra Iglesia particular para hacer efectivo el Plan E. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 13
Cien años sirviendo y orando
Esta congregación fue fundada por la religiosa colombiana Margarita Fonseca Silvestre, en el año 1918 en la ciudad de Bogotá. Su misión ha ra dicado en ser agentes de cambio en la sociedad, transformando enalteciendo y dignificando la vida de las mujeres más vulnerables en todas las edades.
Su espiritualidad está centrada en Cristo Sacerdote, el Servidor del Padre, en la Iglesia, como sacramento uni versal de Salvación y en María, la hu milde servidora del Señor y Madre de la Iglesia, en la vivencia del Evangelio, la contemplación, el servicio y en la docilidad al Espíritu Santo.
La celebración fue presidida por el se ñor cardenal Rubén Salazar Gómez y fue la primera celebración del nuevo Nuncio, el arzobispo Luis Mariano Montemayor.
Vale recordar que en 2016 fue abierto el proceso para la causa de beatifica ción de la hermana Margarita, funda dora de la comunidad.
La arquidióceis de Bogotá, el Plan E y el diaconado permanente han acep tado el reto del Papa: ser una Iglesia en salida, caminante, que lleve el Evan gelio del Amor a todos los lugares, aun los más apartados y difíciles, por eso están en los cerros nororientales bogotanos
La Carrera Séptima es una vía emblemática de Bogotá. Sobre ella están las instituciones de poder político, económico, social. Al oriente se encuentran los barrios más exclusivos… hasta más o menos la calle 150. De ahí en ade lante la pobreza extrema, las invasiones; las primeras casas de cartón y latas se han ido transformando en precarias edificaciones “de material” que se agarran desesperadamente de la montaña para dar un paupérrimo abrigo a miles de familias que huyen de la violencia en los campos, que protegen a sus hijos de las pandillas y que buscan un trabajo y una vida dignos.
El 12 de diciembre de 2002 el cardenal arzobispo de Bogotá, Pedro Rubia no Sáenz, creó la parroquia san Calixto Caravario para la atención pastoral de este territorio, donde ya estaban los padres salesianos, desde los años 60. Calixto Caravario, salesiano, tenía menos de treinta años cuando fue marti rizado y muerto en China, por ser misionero católico.
El párroco es el padre Francisco Gutiérrez que en su extenso y montañoso territorio pastorea más o menos veintemil almas de los estratos más vulne rables de Bogotá. No tiene un gran templo y por lo grande de su territorio tiene cuatro capillas regadas por las montañas, como en un pesebre.
El diácono Bernardo Vanegas es el coordinador de la pastoral urbana y trabaja de la mano con un equipo conformado por estudiantes de todos los semestres de la escuela y algunos diáconos voluntarios. F
Las Siervas de Cristo Sacerdote celebraron los cien años de entrega radical al servicio de los más pobres, especialmente a mujeres de sectores marginados de la ciudad.
Joven, divertido y con gran conocimiento del trabajo evangelizador en las redes, el padre Luis Zazano, a su paso por Colombia con motivo de su participación en la tercera Asamblea Arquidiocesana de Bogotá, tuvo un encuentro con los comunicadores digitales, en la parroquia de Cristo Rey.
El padre Luis Zazano es un joven pres bítero argentino –de Tucumán- que dirige Misioneros Digitales, cuyo apostolado es comunicar la palabra de Dios a través de las redes sociales. Zazano fue ordenado sa cerdote en la Catedral de Tucumán el 23 de marzo del 2012, es graduado en Teología de la Universidad Católica de Argentina, Magister en Liturgia de la Sociedad Argen tina de Liturgia y actualmente está cursan do una licenciatura en orientación familiar en la Universidad Austral.
En su segunda visita a Colombia, el pa dre Zazano reunió a comunicadores que desean aportar su trabajo en los medios digitales, la conferencia abarcó partes teó ricas generales, métodos y modos para presentar la información y formación en las redes y una evaluación, no sólo de la charla, si no del trabajo en los medios que representaban.
El padre Luis tuvo una importante par ticipación en la Asamblea Arquidiocesana del sábado 17 de noviembre, en el Movistar Arena de Bogotá. F
Fraternidad,
Su legado enumerado se haría interminable. Enuncio estos seis aspectos porque pueden servir como grandes ejes de aglutinación cada uno de ellos, de otros mu chos valores humanos que dejaron honda huella entre nosotros. Invito a hacer este ejercicio, en un acto de memoria agradecida y en una feliz evocación.
A la vez, estoy seguro que no habrá un solo sacerdote en Bogotá de los que le fuimos cercanos y de los que sostuvieron alguna relación esporádica con el padre Arturo, que no hayamos sido confrontados por sus ideas, instados a mejorar frente a sus cuestionamientos, indispuestos por su estilo directo, concreto y franco de ex presar sus opiniones, sin reparar a quién le fueran dichas o sin cálculos del impacto que podrían causar. Signo éste de libertad y transparencia. Y, también, han de ser muy pocos, los que no hayan gozado sus apuntes humorísticos, el estilo agradable de sus charlas, la originalidad de sus conversaciones íntimas o de sus reuniones informales.
Arturo fue un educador en toda la extensión del término, usó magistralmente el vínculo profundo entre la educación y la pedagogía, consiguiendo con este enfoque, una acción pastoral eficaz en diversos escenarios, incidir en públicos heterogéneos, generar altos resultados, valorar los modestos logros. Su mediación pedagógica fue puesta al servicio de su claridad teológica y pastoral: la centralidad del Reino de Dios. Esta dinámica espiritual la denominó “seguimiento de Jesús de Nazaret y de su Causa”. Fue un horizonte que puso en su vida la certeza de saber para dónde se va, la serenidad para asumir ese reto, la pasión con que se abraza el Evangelio cuan do la prioridad son las personas y su condición humana; este realce de lo humano, hizo de Arturo un hombre abierto, un sacerdote convencido del valor del laicado para nuestra iglesia, un estudioso hasta el que más, un pastoralista innovador y vi sionario, un amigo capaz de comprender a fondo los momentos difíciles arraigados en el corazón de los otros.
Su sencillez fue sincera. Evitaba elogios y reconocimientos. Motiva al propio mi nisterio presbiteral, que más allá de títulos académicos que los obtuvo en la Francia inquieta socialmente de la época, Arturo degustó el saber teológico siempre, el de producción europea de tono preconciliar, el del seno mismo del Vaticano II, como el que vino inmediatamente después, optando por los grandes pensadores de ese tiempo. Conectado con el espíritu de Medellín 68, se sumergió en el quehacer teo lógico latinoamericano, especialmente en sus vertientes de pedagogía y educación liberadoras y teologías de la liberación. Profundización que hizo sobre todo en Bra sil. Sobre estas bases diseñó su propia producción, en las áreas de la pastoral edu cativa académica, la pastoral urbana y la espiritualidad. El principio rector de sus convicciones fue el Principio Compasión Misericordia, el cual hizo norte preclaro de su servicio pastoral y de su propia existencia. Este fue su punto de sintonía con el papa Francisco. La escuela terapéutica, la espiritualidad liberadora, la vuelta a la verdadera imagen de Dios, un nuevo modelo pedagógico para una nueva sociedad, son lugares de obligado encuentro, entre otros, con su valioso legado.
La accidentalidad irrumpió bruscamente en su existencia, pero no vulneró la sín tesis de su vida prodigada a todos, sin distinciones de ninguna índole, en el último tramo de su viaje por este mundo; tampoco fueron sorprendidos el talante humano y la esperanza viva que aguardó el abrazo con el Padre, a quien llamó “nuestro Dios”, “el Dios de Jesús de Nazaret”.
Murió en Bogotá el 5 de diciembre de 2018.
Pbro. Alberto Camargo Cortés.Padre Arturo Silva un del
El padre Cayetano Aceros Archila, originario del municipio de San José Mi randa (Santander) falleció el pasado 20 de noviembre a la edad de 90 años, de los cuales 59 los dedicó a la labor pastoral, toda una vida al servicio de Dios.
El padre Cayetano nació el 18 de enero de 1928. Creció en el amor una familia numerosa, conformada por sus padres y sus cinco hermanos. Desde pequeño mostró interés por la vocación presbiteral, debido a que su hermano mayor fue sacerdote y encontró en él un ejemplo a seguir.
En 1946 se desplazó a Ocaña (Santander), para ingresar al Seminario Menor. Pasados cuatro años, tomó la decisión de continuar sus estudios en el Seminario Mayor de la ciudad de Santa Marta. El 19 de marzo de 1958 fue ordenado presbí tero, por el obispo de Santa Marta, monseñor Norberto Forero García.
Después de su ordenación, el padre Cayetano fue nombrado como vicario pa rroquial en Ocaña, donde estuvo hasta 1962. Posteriormente, fue enviado tres años a apoyar la parroquia del municipio del Banco (Magdalena). Fueron varias parroquias del norte de Colombia en las que ejerció su labor pastoral, antes de tomar la decisión de ir a Bogotá.
Su llegada a la capital, se dio en el año 1967. El arzobispo de Bogotá en aquella época, monseñor Aníbal Muñoz Duque, lo envió a la parroquia del Santísimo Sacramento de Ciudad Kennedy, allá estuvo nueve meses. Recordaba con satis facción los cinco años que pasó en la parroquia Santa Teresita del barrio Ricaurte “me tocó con el padre Juan Antonio Garzón, aprendí mucho de él, estuve muy contento, muy sabroso porque compartimos el peso de la parroquia”, indicó el padre Cayetano en una entrevista concedida en enero de 2018. En marzo de 1983, fue su incardinación a la arquidiócesis de Bogotá.
Su servicio pastoral lo llevó a recorrer varios municipios, siendo párroco en los municipios de Sibaté y Fosca ubicados en Cundinamarca. Lugares en los cuales se ganó el cariño y la admiración de los feligreses.
Su última parroquia fue San Victorino – La Capuchina, en el centro de Bogotá, allá estuvo desde el año 1994 al 2003 cuando cumplió la edad para sur retiro.
El padre Cayetano consideró como providenciales los años como emérito, en los cuales tuvo muchas experiencias y viajes pastorales que Dios le concedió, “mientras más corren los años, se despierta la sabiduría y la experiencia pastoral que he tenido”. “Siendo emérito es cuando más he sentido la presencia de Dios en mi vida”. “En todas las épocas de la vida, es en este momento cuando más he sentido cerca Dios que es mi Padre en mi corazón”.
Como emérito colaboró en varias parroquias de la arquidiócesis de Bogotá, en su mayoría al sur de la ciudad. Fue capellán en la Adoración Nocturna Colombia na y en la casa de retiro Mi Casa.
Pasó sus últimos días en tranquilidad y contemplación, en la casa de retiro Mi Casa, de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, donde residió 15 años. Agradeció al Señor por todas las bendiciones recibidas a lo largo de su vida y sobre todo el aprecio de los arzobispos y sacerdotes que siempre lo vieron como un referente. F
El padre Cayetano Aceros Archila, entregó su vida al servicio de DiosFraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 17 vida
Junto a consolidar, convocar es uno de los verbos que que remos conjugar intensamente durante el último año del nuevo rumbo y que seguramente será necesario seguir conjugando en el nuevo ritmo.
El empeño común por la trasformación misionera de la Ar quidiócesis nos ha mostrado que esta sólo será posible si invo lucramos a un número importante de laicos que colaboren en la animación de las comunidades y que asuman responsabilidades en la realización de los diferentes proyectos evangelizadores.
Sin embargo, esta constatación no se refiere sólo a un medio o a una estrategia. Lograr que quienes creen en Cristo se con viertan en misioneros y asuman tareas dentro de la comunidad eclesial es una meta decisiva del proceso evangelizador. Todavía más, como quedó patente en la formulación de los diferentes proyectos evangelizadores, el sujeto de la evangelización son las comunidades. El cura, “secundado” por unos cuantos laicos, no es propiamente el sujeto de la evangelización.
La puesta en marcha del proceso de transformación misio nera con sus proyectos nos ha confrontado con las limitaciones que tenemos respecto de:
El volumen de animadores de la evangelización, disponibles para animar e impulsar los diferentes procesos.
to de la celebración dominical son cada vez menos eficaces. Es necesario que nuestras invitaciones al compromiso apostólico se den cada vez de forma más personalizada en el contexto de verdaderas relaciones humanas que broten del ejercicio de la cultura del encuentro.
Tenemos también que ir a buscar animadores más allá de los muros de nuestros templos y capillas, salir a buscarlos en los va riados escenarios humanos donde muchas personas ponen ya al servicio de la sociedad sus talentos. Todo esto supone capacidad de diálogo y disposición para acompañar a quienes se vayan in volucrando en tareas misioneras.
La convocatoria implica también superar el clericalismo. Llama la atención la insistencia con la que el Papa lo fusti ga. No se trata solamente de contar o no con laicos, sino del modo de relacionarnos con ellos. Es necesario creer en ellos; es necesario suscitar y promover su iniciativa y no limitarnos a controlar lo que hacen; hay que saber escucharlos e involu crarlos en el nivel del discernimiento y de las decisiones, no simplemente encargarles tareas; es indispensable que los equi pos parroquiales de evangelización misionera y los de asuntos económicos, se conviertan en verdaderos órganos de expre sión y fortalecimiento de la comunión.
Nuestra capacidad de convocatoria.
La tarea que nos incumbe, como ministros ordenados, de ayudar en el discernimiento de los diferentes carismas y ta lentos de los fieles laicos.
El liderazgo como una capacidad importante para el ejerci cio del ministerio ordenado en las parroquias y capellanías.
Por ello, nos proponemos durante este año, como fruto del proceso de evaluación del nuevo rumbo, trabajar en nuestra ca pacidad de convocatoria y de liderazgo.
Nadie desconoce que en una ciudad como la nuestra los rit mos de vida son complejos; que, a veces, pareciera que nadie tiene tiempo para nada. Y, sin embargo, también hemos visto en los últimos años, cómo, a raíz de diversas iniciativas kerigmáti cas, muchos laicos, hombres y mujeres, en plena edad produc tiva, están ofreciendo de manera efectiva su disponibilidad y su tiempo para servir al Señor y a la Iglesia.
La capacidad de convocatoria pone en juego dos actitudes fundamentales a las cuales nos ha llamado el papa Francisco: la cultura del encuentro y el dinamismo de salida. Tenemos la impresión de que las convocatorias masivas dentro del recin
Hay un tipo de convocación sobre el cual queremos insistir fuertemente: se trata del llamamiento al ministerio sacerdotal. Los hechos son tozudos. El número de seminaristas disminuye. Hay años en que el número de incardinaciones supera al de las ordenaciones sacerdotales. Sólo un quince por ciento de las pa rroquias de la Arquidiócesis está representado en el Seminario. Y, mientras tanto, la ciudad no para de crecer y los desafíos a los que debemos responder se vuelven cada vez más complejos. Todo esto debe inquietarnos y urgirnos a la acción. Es cierto, como lo acabamos de ver, que necesitamos comunidades vivas con muchos animadores laicos, pero estas comunidades recla man y necesitan de la presencia de los presbíteros.
¿Qué hacer? En primer lugar, orar con más insistencia al due ño de la mies. También es necesario que los proyectos arqui diocesanos de pastoral juvenil y educativa, en plena gestación, tengan en cuenta la dimensión vocacional como un elemento constitutivo de su dinámica. Asimismo, los sacerdotes debemos empeñarnos por vivir de manera cada vez más transparente y gozosa nuestro ministerio. Y, finalmente, también debemos atrevernos a proponer esta opción.
El Papa nos decía durante su visita en Medellín, que aquello de que no hay vocaciones es un “cuento chino”. Si ello es así, hay que crear las condiciones para que los jóvenes escuchen el llamado y puedan responder. F
No se trata solamente de contar o no con laicos, sino del modo de relacionarnos con ellos. Es necesario creer en ellos; es necesario suscitar y promover su iniciativa y no limitarnos a controlar lo que hacen.Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo auxiliar
En una ceremonia presidida por el señor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, fue consagrado el nuevo templo y al tar de la parroquia el Señor del Monte de Galilea.
Expectantes y alegres, los habi tantes del barrio el Bosque de la localidad de Usme, participaron de la ceremonia de consagración de su nuevo templo y altar. Des pués de varios años de lucha in cansable se logró construir un es pacio digno, adecuado y cómodo para todos los fieles del sector.
Gracias al crecimiento urbanís tico y demográfico de la zona sur oriental de Bogotá ha exigido una mayor atención pastoral y, por ende, la necesidad de responder con la creación de nuevas parro quias y espacios de evangelización. De esta manera, fue erigida por el señor cardenal Rubén Salazar Gó mez, en el año 2012 la parroquia el Señor del Monte de Galilea (se gregada de la parroquia San Ata
nasio), su actual administrador parroquial es el padre Edgardo Robles Torrecilla.
Durante la ceremonia, el señor cardenal Rubén Salazar Gómez agradeció a Dios por el nuevo templo “Lo hemos logrado, gra cias al trabajo incansable del pa dre Edgardo y con colaboración de ingenieros y arquitectos. Que esto sea un motivo grande para dar gracias al Señor por todos es tos beneficios que recibimos de Él, y sea un motivo para que nos sin tamos llamados a participar cada día más en la Iglesia”.
La obra fue diseñada en conjunto con el padre Edgardo Robles y por ASM Arquitectura; arquitectos Álvaro Sánchez Mojica y Mónica Cerón. La construcción del templo tardó aproximadamente cinco meses y puede albergar a unas 300 personas. F
Ser el Rector del Seminario Conciliar de Bogotá no es cualquier encargo pasto ral, además de estar académicamente preparado para dirigir los estudios de Filosofía y Teología, se necesita ser una gran persona, un gran pastor y una suerte de padre espiritual y de fa milia.
El padre Edwin Raúl Vanegas Cuer vo ha sido nombrado para este cargo, además para coordinar la pastoral vo cacional y acompañar a los sacerdotes en su formación permanente. Frater nidad habló con el padre Edwin sobre sus nombramientos y él “con temblor y temor” respondió sobre sus retos y expectativas.
El padre Vanegas es bogotano, nació el 21 de mayo de 1975 en el hogar de Pedro Juan y Mariela y tiene dos her manos. Fue ordenado presbítero por el cardenal Pedro Rubiano Sáenz el 4 de diciembre de 1999. Bachiller del colegio parroquial San José hizo sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario.
En la Universidad Pontificia Gregoria na de Roma se especializó en Teología Fundamental, en la Pontificia Boli variana se licenció en Teología y en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid es candidato a Doctor en Teo logía Fundamental.
Fue vicario parroquial en Santa María Madre de Jesús y párroco en San Juan Neumann; ha sido miembro del equi po de pastoral vocacional arquidioce sano y del equipo de formadores del Seminario Mayor; coordinador arqui diocesano de diálogo ecuménico e in terreligioso, del centro estratégico de anuncio, formación en la fe y diálogo con la cultura; revisor de los escritos para la causa de beatificación y ca nonización del Siervo de Dios, Emilio Sotomayor.
Recientemente había sido nombrado como animador del equipo arquidio cesano para la formación permanente del clero, cargo en que permanecerá.
Fraternidad: Padre, cómo recibe este nombramiento:
Padre Edwin Vanegas: Primero con mucha gratitud por la confianza que la Iglesia y el Señor Cardenal ponen en mi persona, pero también como un reto, un desafío, porque los momentos en los cuales estamos viviendo el tema de la formación sacerdotal son urgentes hay muchas situaciones que ameritan una respuesta inmediata, una respues ta creativa, una respuesta contundente; entonces, obviamente soy responsable, pero también reconozco cuáles son esos retos. Mi mejor expresión es asu mir con temor y temblor como el após tol Pablo, pero con la confianza siempre en que Dios va caminando con noso tros. ¡Eso sí lo tengo muy claro!
(F): Padre, para contextualizar un poco esta entrevista, ¿normalmente cuántos seminaristas caben en el seminario?
(PEV): Esta casa puede albergar alre dedor de 100 o 120 seminaristas en una acomodación holgada, pero en los úl timos años el promedio de estudiantes que tenemos -haciendo la salvedad que aquí no solamente están los de Bogotá, también los de Facatativá y Engativá- a alrededor de entre 60 y 70, al año, en los últimos cinco años
(F): Hemos tenido ocho ordenados este año, pero ¿cuántos entran?
(PEV): Para el Seminario Mayor de Bogotá, cuatro nuevos seminaristas al ciclo propedéutico o introductorio. Tenemos otros dos que reingresan, es decir ya habían estado en el Seminario y por algunas situaciones tomaron un tiempo, estudiaron e hicieron su vida laboral y académica y vuelven a otros grupos. Para Bogotá tendríamos seis, entre comillas, nuevos de estudiantes.
(F): El reto de conseguir vocaciones también depende del seminario o es una entidad aparte un grupo aparte (PEV): Precisamente es parte de la confianza que el Señor Cardenal ha de positado en nosotros, este nuevo equi
po de formadores, y tiene que ver con esa unidad que debe haber pre cisamente entre la pastoral vocacio nal, la formación inicial, que se vive acá, y la formación permanente.
Vamos a apuntarle a un proyecto integral, de tal manera que ninguno se desvincule de esta preocupación. Claro, acá tenemos que formar a los sacerdotes, pero también es im portante que hagamos una promo ción de la vida sacerdotal, para que vengan nuevos, y al mismo tiempo cuando salen no dejarlos solitos sino acompañarlos en esa forma ción permanente.
(F): ¿Qué podemos hacer noso tros, los laicos, nosotros los miem bros de familia, para que se produz can vocaciones; es decir, para que los muchachos vuelvan a creer en el mi nisterio sacerdotal como una opción verdadera de vida?
(PEV): El primer camino que tenemos claro es la oración por las vocaciones. Un pueblo que no ore pidiendo sus sacerdotes tendrá más difícil que el Señor le ayude a hacer el discernimiento.
Yo, en mi historia vocacional per sonal y en el tiempo que llevo la for mación tengo una idea muy clara en mi corazón y que le transmito a los muchachos y creo que también puede ayudar en este momento para lo que me preguntas: si soy sacer dote no es por mis grandes virtudes o porque ha sido escogido; soy sa cerdote porque hay un pueblo de Dios que ha orado pidiendo este sacerdote. Yo creo que es el primer cambio: todos comprometidos en una oración permanente por las vocaciones y concretamente a la vida sacerdotal en la arquidiócesis de Bogotá. Con nombre propio.
Lo segundo, creo que hay que empezar a sembrar esta vida desde la familia y desde la infancia; vamos de pronto olvidando, que es ahí en
la familia donde crecen las vocacio nes, que es ayudarle a ver a la familia que no es descabellado que Dios esté llamando unos sus hijos y propiciar los medios para que desde pequeños vayan viendo un acompañamiento.
Y lo tercero, la juventud. El prome dio de edades que están viniendo al Seminario apunta a que sean jóvenes que ya han tenido una experiencia, bien sea académica o laboral, enton ces hay que ir a buscar allá donde es tán ellos para hacer la propuesta de la vida sacerdotal como algo posible. El Señor Cardenal, de hecho, está muy dispuesto a promulgar, si es el caso, una urgencia y un dinamismo de pas toral vocacional. En eso trabajaremos con los equipos correspondientes de pastoral vocacional, pastoral juvenil e infancia. F
Recibo este nombramiento con mucha gratitud por la confianza que la Iglesia y el Señor Cardenal ponen en mí, pero también como un reto por los momentos en que estamos viviendo, particularmente en materia de formación de los sacerdotes.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 21
El sábado 17 de noviembre será fecha para recordar, pues marcó un hito en cuanto a reuniones arquidiocesanas se refiere: catorce mil personas colmaron el nuevo escenario bogotano, el Movistar Arena, para celebrar, alabar, escuchar y comprometerse en la evangelización de la ciudad.
Tras un año de preparación, todo salió a pedir de boca. El renovado coliseo bogotano abrió sus puertas desde las 12:00 m y en cuestión de minutos completó su aforo. Desde el inicio la música fue el hilo conduc tor, pues entre las conferencias y los testimonios, los grupos de música profética animaron a los asisten tes. Misión Jericó y Estigma dieron muestra de su fe, pero también de su calidad y profesionalismo.
Las filas sobre la Carrera 30 fueron largas, pero llenas de orden y cama radería, grupos parroquiales, cole gios, jóvenes, religiosos, servidores, expositores, músicos… todos sinto nizados con el lema: ¡Súmate, lo que hacemos cuenta!
Las conferencias fueron para todas las edades, monseñor Julio Solórza no, consistente en la teología de la misión y del encuentro; el padre Luis Zazano, cercano, divertido y sabio en sus conocimientos sobre las nue vas tecnologías y la evangelización; María Estela Rodríguez, teóloga, ha bló de la unidad y la comunicación, a través de la hermosa metáfora de la comunicación de los sistemas vege tales vivos como los bosques. Caras alegres y expectantes en el público, que fue generoso en aplausos.
Los testimonios fueron sobreco gedores, lágrimas de esperanza y alegría entre los asistentes al oír a Juan Manuel Correal, ya que de él se tiene la imagen de Papuchis, el gran tomador de pelo. Oírlo hablar de fe, de esperanza y de paz luego de su en fermedad fue un verdadero golpe a quienes aún dudan de que la fe mue ve montañas.
Al Movistar Arena también fue ron las fundaciones e instituciones católicas para hacer conocer su tra bajo y generar cercanía con los pre sentes
La Ayuda a la Iglesia que Sufre es una Fundación Pontificia que tiene la misión de apoyar la evangeliza ción ayudando a financiar proyectos pastorales en países donde católicos y cristianos están en dificultades, ya sea por pobreza, persecución reli giosa, guerras o catástrofes natura les. En Colombia su Presidente es el padre Astolfo Moreno Salamanca.
La Fundación Universitaria Mon serrate, regentada por la arquidióce sis bogotana, estuvo presente para promover sus carreras universitarias y también toda la oferta educativa a través del SEAB, el sistema Educa tivo de la Arquidiócesis de Bogotá, que tiene19 colegios, a través de los cuales la Iglesia forma a más de 14.000 estudiantes desde el preesco lar hasta la maestría.
No podían faltar las instituciones arquidiocesanas como el FAMIG, el Banco de Alimentos, la Catedral y la Vicaría de Evangelización, cada una con sus historias y servicios; el FA MIG cautivó a los caminantes con sus historias de ayuda humanitaria a los migrantes.
Y luego, el momento esperado: la Eucaristía, amorosamente preparada, con música hermosa y pensada para que toda la asamblea pudiera seguir la, cantarla y disfrutarla. El momento del acto penitencial, bellamente diri gido por el Señor Cardenal, en el que, como cabeza de esta porción del pue blo de Dios, pidió perdón por la falta de ardor misionero; por la tibieza y la falta de compromiso; por cuantas veces se haya entorpecido el floreci miento de la verdad; por los minis tros que han generado escándalo; por haber sido obstáculo en la acción del Espíritu Santo; por la débil adhesión a la persona de Jesucristo… ¡por todos nuestros pecados! El salmo fue com puesto para la ocasión, por la compo sitora bogotana Lala Violetta (Laura Sandoval Alvarado) e interpretado por la vocalista de Estigma, Adriana Rojas: ¡Vayan por el mundo entero y prediquen el Evangelio! Y así empezó su homilía el Señor Cardenal.
La comunión fue inesperada, más de la mitad de los asistentes comul garon. El Santísimo había sido enco mendado, para su traslado y entrega, a los diáconos permanentes, que hi cieron una pequeña capilla de adora ción hasta el momento de la distribu ción.
Terminada la Eucaristía, se dio paso al concierto del grupo Alfareros, de República Dominicana, quienes lle garon de Las Vegas, Nevada, luego de recibir el Grammy al mejor álbum de música católica: Setenta veces siete.
Al salir, se veían rostros alegres, en tusiastas y comprometidos, de fieles de todas las edades y condiciones. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 25 Uno de los momentos más emocionantes fue la entrada de la procesión inicial: los fieles aplaudieron y cantaron, el Arzobispo con su consejo episcopal, los vicarios y algunos presbíteros invitados contagiaron su emoción y alegría.La sociedad tiende, sin embargo, a la rabia del momento, a la respuesta irreflexiva y provocada por los medios de comunicación, a la reacción más a la mano. Pero el creyente ha de ponderar todo esto con mayores conocimientos, mejor valoración de las fuentes y prudencia en el juicio.
Hace años, durante una visita a la Cartuja de Mon tealegre en España, tuve la oportunidad de conocer el cementerio de la comunidad: tumbas blancas sin nom bre ubicadas en el centro mismo de uno de los patios, como un signo evidente de lo que reza su propia tradi ción: memento mori. A pesar de la ausencia de identifi cación, los monjes sabían quienes estaban allí y a diario su plegaria se extendía sobre todos aquellos que habían edificado como piedras vivas la Iglesia orante y con templativa que era su vocación específica.
A cada instante, tristemente, oímos de muertos a causa de la barbarie del país y del mundo. Conocemos sus rostros y sus historias, su juventud o su vejez, sus sueños truncados y el dolor de sus familias. Durante algunos días, la noticia se amplía y se debate sobre las consecuencias. La indignación genera actividades y di versas respuestas. Pero con el paso del tiempo, vuelve el olvido en medio de otras noticias y dispersiones.
Sin embargo, uno de los fundamentos de nuestra fe cristiana es la memoria. Todo el sistema sacramental es recuerdo y actualización por medio de la gracia. Los dichos y gestos del Señor se hacen presentes en el memorial de la Palabra sagrada que los recuerda y ac tualiza. Vivimos en la memoria agradecida de nuestra salvación. La fe, bajo algún aspecto, es el recuerdo vivo del Amor que nos antecede, abarca y espera.
La sociedad tiende, sin embargo, a la rabia del mo mento, a la respuesta irreflexiva y provocada por los medios de comunicación, a la reacción más a la mano. Pero el creyente ha de ponderar todo esto con mayo res conocimientos, mejor valoración de las fuentes y prudencia en el juicio. Ninguna acción tiene solo una versión. Lo que se ofrece debe pasar por la criba de la razón y el corazón para convertirse en respuesta evan gélica. No cabe aquí el puro instinto, pasajero y ciego.
La violencia de un hecho no justifica la violencia de su interpretación.
Un servicio de nuestras comunidades ha de ser la me moria y la reflexión permanentes sobre nuestra historia vivida, las víctimas y el dolor que engendramos no sólo en acontecimientos demenciales, sino en la cotidiana exclusión e injusticia, en la pobreza y la marginación, en el abandono y la soledad. Un empeño importante consiste en recordar siempre a quienes han sufrido la violencia y la muerte como a miembros venerables de Cristo en su Pasión.
Hay que pasar de la noticia al conocimiento, y del sentimiento a la conversión. Recordar la muerte pro pia y la de otros es una forma de reconocer el carác ter efímero y sagrado de la condición humana, ajena al descarte, porque todos hemos sido amados desde siempre por Dios y estamos vivos ante Él (Lc 20,38) y debe motivarnos a orar siempre en nuestra liturgia por quienes ya no están ente nosotros, particularmente por esos nombres olvidados ya en los medios, pero vigen tes en el corazón de quienes los amaron.
En alguna línea, la actriz alemana Hanna Schygu lla decía: “Cerramos los ojos a los muertos, pero son ellos quienes nos abren los nuestros”. Que tanto dolor y sinrazón ocasionado por la destrucción inmisericorde no se pierda para la Iglesia, que nuestras celebraciones evoquen el sufrimiento y pidan el consuelo de Dios, que los nombres no se pierdan en las estadísticas ni en las subsiguientes noticias, que no vivamos el vacío pre sente de los entretenimientos mediáticos que ahogan el pensar y el cambio moral. Es labor de la Iglesia en medio de la civilización recordar la sangre de Cristo en la historia y no dejar que caigan en el anonimato y el olvido las acciones de los hombres que nos hacen derramarla una y otra vez. F
Martín Gil, Pbro. Párroco en Santa Gema GalganiEn el desarrollo del tercer encuentro por el cuidado del agua y de la cuenca del río Bogotá, de la provincia eclesiástica, se hicieron presentes párrocos de las ocho diócesis, fundaciones, la Corporación Autónoma Regional-CAR, la Secretaría Distrital del Medio Ambiente y animado res de la pastoral vocacional de las parroquias comprometidos todos con el cuidado de la casa común.
En el encuentro se reunieron más de 150 personas pertenecientes a la provincia eclesiástica de Bogotá, conformada por las diócesis de En gativá, Fontibón, Soacha, Zipaquirá, Girardot, Facatativá, el Obispado Castrense y la arquidiócesis de Bogotá, que lidera estos espacios de for mación, desde la coordinación de la Dimensión Social de la Evangeli zación.
Uno de los puntos principales de este encuentro fue el proyecto para el cuidado de la cuenca del río Bogotá, que atraviesa con sus 380 km la mayor parte del territorio de la Provincia.
Quienes acudieron a este tercer encuentro, en la Conferencia Epis copal de Colombia, son personas dispuestas a seguir trabajando y am pliando esta red eclesial para crear cultura, concientización y armonía frente al medio ambiente, igual que el cuidado y rescate de la cuenca del Bogotá.
El proyecto marco del “cuidado de la casa común”, liderado por la arquidió cesis de Bogotá, inicia desde un diag nóstico sobre situaciones reales para generar un compromiso que se pro yectará a nivel vicarial y una pastoral vocacional, que se está organizando específicamente con este tema am biental, desde las parroquias. F
Apasionados por las familias, nuestra principal fuente de inspiración en la búsqueda de una mejor sociedad.
Fue el sábado 1° de diciembre, la cita era a las 10 de la mañana, pero los preparativos habían empezado días atrás. Los ocho jóvenes diáco nos llegaron acompañados de sus familias y amigos, de sus párrocos y formadores; el presbiterado arquidiocesano se fue acomodando en las cuatrocientas sillas dispuestas alrededor del altar; la ceremonia empe zó puntualmente y los acordes del órgano y el coro del Seminario Ma yor, dirigido por el padre César Nieto, invitaron a la asamblea a cantar.
Jesucristo ha sido fiel conmigo Juan Felipe Quevedo Rubiano, bogotano, tiene 30 años de edad y es el segundo de cinco hermanos que conforman su familia.
Al igual que su compañero Óscar, pertenece también y ha sido formado en el Camino Neocatecumenal, su experiencia e iniciación cristiana dentro de esta comunidad lo llevaron a dar el sí ante el llamado que le hizo el Señor hace más de 11 años, para servirle a través del sacerdocio.
Siente y experimenta en cada momento la fidelidad del Señor: “Dios ha estado conmigo siempre, he experimentado su fidelidad, lo que Él me ha prometido, lo ha cumplido”. Afirma Juan Felipe.
Se siente muy contento por este nuevo tiempo en que iniciará ya como sacerdote y añora seguir sirviéndole al Señor desde cualquier lugar. En este momento se encuentra en la parroquia rural arquidiocesana de San Miguel, en el municipio de Choachí.
Espero ser un hombre con corazón de pastor Jesús Arroyave nació en la ciudad de Medellín hace 30 años, es el noveno hijo de once. Empezó a vivir la fe desde muy pequeño debido a que su familia pertenecía al Camino Neocatecumenal. Siempre observó a los sacerdotes de su comunidad como un gran ejemplo a seguir. Pero fue hasta el año 2004 cuando en una eucaristía escuchó una frase que lo marcó para siempre “el Señor me amaba como yo era”, desde ese momento sintió el llamado de anunciar a Jesucristo.
Así que, a los 18 años, manifestó a su familia y su comunidad el deseo de ser sacerdote e ingresó en el año 2006 al Seminario RedemptorisMater
Después de la ordenación continuará su labor pastoral en la parroquia Santa María Micaela, donde se encuentra desde hace un año como diácono adscrito, acompañando al padre Gabriel Méndez. Conoce muy bien a la comunidad y espera darles a conocer a Jesucristo, “Espero para ellos ser un hombre con corazón de pastor, servir en todo lo que pueda y estar incondicionalmente
Para Fabi Said Castro Castilla, un joven vallenato, el haber encontrado la misericordia del Señor en un momento de grandes sufrimientos, el saber que le amaba como era, prendió la chispa de su vocación.
Perteneciente al Camino Neocatecumenal, luego de terminar su formación académica superior en Contaduría, se decidió por la vocación sacerdotal y vino al seminario RedemptorisMater de Bogotá.
El diácono Castro contó parte de su experiencia de fe y compartió sus sentimientos sobre el momento que está viviendo: “yo he sido llamado y el Señor me ama; esto me ha movido también a poder disponer mi vida al servicio para que otros también puedan conocer esta buena noticia, así como el Señor ha sido generoso conmigo, así como el Señor me ha rescatado y me ha dado a conocer su amor, que yo he podido experimentar, y me ha llenado de felicidad, así mismo por reciprocidad yo quiero que también muchas otras personas se encuentren con esta buena noticia para que puedan experimentar esta misma alegría y esta misma esperanza”.
Este nuevo presbítero irá a servir pastoralmente a una parroquia tradicional del barrio Teusaquillo, El Espíritu Santo, barrio de casas hermosas y grandes que ya han ido perdiendo su esencia familiar y se ha convertido en lugar para buscar ovejas en las oficinas que ahora llenan las amplias calles del lugar.
Pablo Esteban ya no es extranjero
Nació en San José de Costa Rica, en el seno de una familia del Camino y hace once años está en Colombia. A los diez y siete años quería casarse, estudiar arquitectura y creía tener asegurado, no sólo el presente sino el futuro.
Pero no se sentía pleno, un vacío interior lo inquietaba y buscó consejo en un presbítero, hombre mayor y sabio, que lo invitó a una serie de charlas vocacionales “y yo empiezo a descubrir cómo es la vida, pues mi vida estaba propiamente cimentada en lo que yo proyectaba, en lo que yo planeaba, pero no en la vocación o a lo que el Señor me estaba llamando… y empiezo a descubrir qué es el presbiterado, a lo que el Señor me estaba llamando y es donde se parte en cierta manera mi vida y empiezo a darme cuenta que la felicidad no se encuentra en realizarme a mí mismo -aunque también yo veo como el Señor suple todas mis necesidades también como persona- sino que se encuentra en dar la vida por los demás”.
A la ceremonia de ordenación vendrá su familia desde Costa Rica, ellos, al principio estaban preocupados por Pablo, debido a la imagen del país, pero ahora están tranquilos y, según el diácono, se vendrían a vivir a Colombia.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá Fabi Said Castro Castilla Pablo Esteban Martínez Bertozzi.Julio Hernando volvió para quedarse Siendo aún más joven, al salir del colegio, entró al Seminario Mayor de San José para su formación presbiteral, pero después del primer año le pidieron una pausa, la cual tomó más tiempo del previsto. Entró a la Universidad y estudió Trabajo Social; como profesional viajó por Colombia, fue al llano y vivió muchas experiencias. Pero… alguna pieza faltaba. Como hijo pródigo volvió al Seminario, ya más maduro y probada su fe ha sido llamado al presbiterado.
Su primera misión será en Ciudad Bolívar, al límite con Soacha, en el barrio Caracolí, donde queda la parroquia Santa María de Caná.
“Tuve la oportunidad de conocer la parroquia hace algunas semanas; es una comunidad que tiene todo para trabajar. Digamos que está todo el terreno para comenzar a hacer comunidad, que creo que es la tarea principal. Afortunadamente tiene ya alguna estructura de templo donde se pueda celebrar, pero sobre todo será acompañar inicialmente, yo creo que es la primera etapa: acompañar. Luego conocer, visitar, acercarnos, que sepan, que ya hay un sacerdote ahí en medio de la comunidad, porque era otro padre el que atendía eventualmente –tenía dos parroquias- entonces sencillamente es hacer presencia, que sepan que la arquidiócesis, que la Iglesia, que Nuestro Señor Jesucristo quiere estar en medio de ellos”.
Yo tuve un encuentro con Dios en la confesión Uno de estos jóvenes es Óscar David Coy Leal, nació hace 32 años en Bogotá, pertenece al Camino Neocatecumenal desde los 12 años. Allí inicia su amor y adhesión al Señor. Estando en la comunidad se sentía libre, guiado y escuchado ante las realidades que vivía durante su crecimiento. Fue un proceso su decisión: “Yo tuve un encuentro con Dios en la confesión, aquí sentí su amor profundo y escuché su llamado”, afirma Óscar.
Prestando el servicio militar, se encontró con compañeros con adicciones, como la droga, y descubrió una oportunidad para hablar de Dios, de poder llevar una palabra de esperanza a esos jóvenes sumidos en esta clase de realidades.
Signos que fueron guiando su proceso de formación en la fe y, por supuesto, afianzando su decisión vocacional. Se siente misionero y con una gran labor por desarrollar. Su familia está feliz. Ha recibido el apoyo de sus padres desde el inicio y sus dos únicos hermanos admiran su proceso.
Julio Hernando Castillo Guerrero Óscar David Coy LealQuiero construir comunidad aunque no haya un templo parroquial Luis Francisco Rodríguez tiene 36 años y nació en Bogotá. Su familia proviene del campo de Boyacá y Cundinamarca. En el año 2009 se graduó como diseñador gráfico de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, hasta ese momento no tenía en sus proyectos convertirse en sacerdote.
Siempre tuvo un vínculo con la pastoral juvenil, la cual le permitió llegar a la casa de convivencias en el Seminario Menor, organizando varios encuentros. Allí varios sacerdotes y seminaristas le plantearon la idea de hacer el proceso de discernimiento vocacional, aunque varias veces rechazó la invitación, después de unos meses trabajando en las convivencias aceptó la propuesta e inició el proceso.
“Llegan los miedos y las dudas de saber si es una verdadera vocación o una motivación falsa, pero llegó ese momento de poder decir que sí se trataba de un llamado”, indicó el diácono Rodríguez. De esta manera, ingresó al Seminario Mayor de Bogotá.
Al momento de la ordenación estaba como diácono adscrito en la parroquia de San Blas, pero continuará su labor pastoral en la parroquia de San Cristóbal como vicario. Espera poder ayudar a transformar la mentalidad de la comunidad, incentivando la evangelización y el sentido de pertenencia por su parroquia y su fe.
El Señor me iba llamando, a través de mi historia Juan Miguel Blandón Ruiz, nació en Medellín, Antioquia. Tiene 29 años de edad. Ocupa el puesto número 5 dentro de seis hermanos que componen su familia. Ha prestado su servicio como diácono en la parroquia Santa María del Camino, al norte de Bogotá. Fue descubriendo, poco a poco, a través de su historia de vida personal, cómo el Señor lo iba llamando al sacerdocio e iba poniendo en lo profundo de su corazón, su vocación.
Juan Miguel se formó en la fe a través del Camino Neucatecumenal. Adelantó estudios de Licenciatura en Ciencias Sociales, en la Universidad de Antioquia. También, alcanzó a estudiar música, como carrera profesional. Sin embargo, en algún momento de su vida, dejó todo esto para seguir al Señor.
Lo que no ha dejado es la práctica del deporte. Le gusta montar en bicicleta y se desplaza por la ciudad a través de este medio de transporte, que lo lleva a todas partes. Se siente feliz y seguro con su decisión: “Cada vez percibo más la importancia de servir a Dios y a los demás”. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 31 Luis Francisco Rodríguez Juan Miguel Blandón RuizEl órgano es uno de los instrumen tos más antiguos de la humanidad. Son instrumentos de viento, -y durante mucho tiempo- funciona ron con unos fuelles inmensos que insuflaban el aire hacia las flautas o tubos, se necesitaban varias per sonas para manejar los fuelles y deberían ser tan importantes como el mismo coro. Después, con las primeras tecnologías se pusieron unos motores que reemplazaron a los “fuelleros” y estos motores se encargaron de poner el aire necesa rio en los tubos. Años después vino la tecnología electrónica y fueron los impulsos eléctricos los que pu sieron el aire. Hoy es la tecnología digital –particularmente creada y desarrollada por Bert Jan de Waard, para el caso de los órganos- la que permite oír a los mejores y más tra dicionales instrumentos del mun do… en cualquier parte.
Ahora es posible tener el sonido de un órgano de tubos, como el de las gran des catedrales, en su parroquia; la tecnología lo permite. El domingo 25 de no viembre se inauguró el primero en Colombia, en la parroquia de Cristo Rey.
Las catedrales históricas del mundo se han caracterizado, entre otras cosas, por su música. Parte primordial de ella es el instrumento litúrgico por exce lencia, el órgano tubular. Sin embargo, los instrumentos tradicionales son muy difíciles de construir, mantener e interpretar. Pero para eso está la tecnología, que no ha dejado nada sin tocar, mejorar y ponerlo todo al alcance de todos, los órganos y la música, no son la excepción.
La parroquia de Cristo Rey, que se caracteriza por saber decir sí al cambio y aceptar los retos evangelizadores, inaugura un órgano de esta época, de estas nuevas tecnologías.
El coro de adultos de la catedral primada de Colombia, dirigido por el maes tro Nivaldo Guinche; el maestro Mario Fernando López y los sonidos del ór gano, no ya electrónico sino digital; el cardenal Rubén Salazar, los presbíteros y diáconos y, por supuesto, la comunidad parroquial, se reunirán para celebrar la fiesta patronal de Cristo Rey e inaugurar el órgano.
El órgano de Cristo Rey
Cuando entre al Templo no busque los tubos, ahora hay 26 juegos de parlan tes por los que sale el sonido, real, previamente grabado y mezclado para que en el momento de la interpretación la música se eleve al cielo, seguramente, usted, amigo lector, también.
Los sonidos han sido grabados, tomados de órganos históricos, sin embargo, de acuerdo con la acústica de cada templo, se programa el que mejor se ajuste en variedad de sonidos; el que se escogió para el templo de Cristo Rey es el de la Iglesia Saint-Martin de Dudelange, de Luxemburgo.
Mario Fernando López es un organista de amplia trayectoria y ha estado vinculado a programas y proyectos culturales muy importantes, como el Ciclo Bach en Bogotá, desarrollado durante año y medio en la Catedral de arquidio cesana. Él representa a la Compañía Mixtuur –holandesa- que ha desarrollado esta nueva tecnología, que permite llevar la música de órgano a lugares remotos, exóticos o donde simplemente, por razones arquitectónicas no cabe un órgano tubular. F
La parroquia Cristo Rey dispone de una bella cripta con cenizarios para la venta.
Mayor información en el despacho parroquial: Transversal 18 No. 96-90 Teléfono: 2579144
El presidente Belisario Betancur (1982-1986), en el –entonces- tradicional Te Deum en la Catedral, presidido por el cardenal Aníbal Muñoz Duque, arzobispo de Bogotá (1972-1984). A la izquierda se ve a monseñor Óscar Urbina, entonces miembro del equipo de formadores del Seminario Mayor; a la derecha la señora Rosa Helena Álvarez de Betancur, primera dama. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 33
16 de febrero de 1778 en favor de la erección de la diócesis de Mérida (hoy Arquidiócesis)
31 de agosto de 1804 en favor de la erección de la diócesis de Antioquia (hoy arquidiócesis de Santa Fe de An tioquia)
25 de septiembre de 1835 en fa vor de la erección de la diócesis de Nue va Pamplona (ahora Arquidiócesis)
29 de julio de 1880 en favor de la erección de la diócesis de Tunja (hoy Arquidiócesis)
8 de junio de 1898 tomó el nombre de arquidiócesis de Bogotá en Colom bia, y el 12 de enero de 1953 se simplifi có el nombre en arquidiócesis de Bogotá por un decreto del papa Pío XII
3 de junio de 1903 en favor de la erección de la prefectura apostólica de Intendencias Orientales (ahora arqui diócesis de Villavicencio)
1 de septiembre de 1951 en favor de la erección de la diócesis de Zipaquirá
29 de mayo de 1956 en favor de la erección de la diócesis de Girardot
16 de marzo de 1962 en favor de la erección de la diócesis de Facatativá
La arquidiócesis bogotana ha sido eje de la histo ria eclesial del país, desde que fue trasladada de Santa Marta a este altiplano, el 22 de marzo de 1564 y elevada al rango de Arquidiócesis metro politana con la bula InsupremadignitatisApos tolicaespecula, del papa Pío IV.
De esta arquidiócesis se ha segregado el territorio de 5 diócesis y 5 arquidiócesis.
El 6 de agosto de 2003, de su territorio se crearon las diócesis sufragáneas de Fontibón, Engativá y Soacha.
Ocupa, sin embargo, la mayor parte del territo rio de la Bogotá Metropolitana, está organizada en ocho vicarías episcopales territoriales y cubre aproximadamente 14 de las 20 localidades bogo tanas.
Según el anuario pontificio, la Arquidiócesis tie ne 4,399,944 habitantes, de los cuales 3,791,872 se declaran católicos, esto es el 86.2%.
Para el año 2018 las parroquias arquidiocesanas suman 300, más los 12 tradicionales templos, iglesias y rectorías. Hay 501 presbíteros con car go pastoral, religiosos y diocesanos. 130 diáconos permanentes y alrededor de 2.500 religiosos.
La celebración de los quince años de creación de las diócesis urbanas ha sido motivo de regocijo, reunión, remembranzas y encuentros de viejos amigos.
Después de que el cardenal Aníbal Muñoz Du que creara las vicarías territoriales y propusiera la creación de las diócesis urbanas pasaron años antes de ver cristalizado este proyecto. Fue has ta el año 2003, durante el gobierno pastoral del cardenal Pedro Rubiano Sáenz, que el papa Juan Pablo II dio vía libre y, a través de las respectivas constituciones apostólicas, creó las tres diócesis urbanas.
Ahora, después de quince años de trabajar por la evangelización en las localidades de Fontibón y Kennedy; Engativá y Suba; Soacha, Bosa y Sibaté, se volvieron a encontrar para celebrar un cum pleaños especial.
La cita fue en el CUR, donde tradicionalmente se celebra la última reunión anual del clero de Bogo tá, esta vez se reunieron casi todos los presbíteros de esta ciudad-región. Muchos hacía tiempo no se veían, entonces vinieron los abrazos, las anéc dotas, las fotos.
Los obispos de las tres diócesis urbanas monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, de Fontibón; monseñor Daniel Falla Robles, de Soacha y monseñor Francis co Nieto Súa, de Engativá, fueron homenajeados por Compensar, la Arquidiócesis propició el encuentro y preparó un video para contar la historia (que puede verse en elcatolicismo.com.co), recordar los primeros obispos y unirse a las celebraciones diocesanas. F
La Vicaría para el anuncio la Formación en la fe y el diálogo presentó ante el presbiterio un balance positivo del Nuevo Rumbo, segunda etapa del Plan arquidiocesano de evangelización.
El Nuevo Rumbo plantea el camino necesario para lograr una evangeliza ción misionera y más creativa. Y los resultados desde el año 2017 cuando se dio inicio a este periodo, hasta la fecha, arrojan cifras positivas e inte resantes como que de las 300 parro quias hay una participación activa de más de 3.300 laicos comprome tidos con la Iglesia, en los diferentes ministerios, acciones pastorales o de formación a nivel parroquial y siendo misioneros.
Esto demuestra una participación mayor del laicado, debido a la am pliación de las ofertas formativas, re novación de la dimensión social, vi sibilizando las acciones sociales de la Iglesia.
Un cambio de mentalidad con re lación a la misión y por supuesto un acercamiento mayor dentro de todas las acciones evangelizadoras que pro pone la arquidiócesis. Así mismo, se evidencia una mayor vinculación de los miembros de la vida consagrada a las acciones arquidiocesanas.
Dentro de las actitudes que han favorecido esta renovación o trans formación misionera se destacan la conversión espiritual, comunitaria y evangelizadora. Lectura creyente de
la realidad. Espiritualidad de comu nión. Disponibilidad frente a las di rectrices del Arzobispo. Interés por la formación y, por supuesto, el acom pañamiento a los laicos por parte de los presbíteros y diáconos.
Dentro de esta evaluación del Nue vo Rumbo -hasta la fecha- se propo ne, además, fomentar la adaptación y el sentido del proceso. Ahondar en la mística y espiritualidad misionera. Y, por supuesto trabajar en un proyec to de evangelización para los jóvenes, entre otros.
Monseñor Pedro Salamanca, obis po auxiliar de la arquidiócesis de Bo gotá y vicario episcopal de evangeli zación habla para Fraternidad:
(MPS): El balance del nuevo rum bo es positivo. Yo sí creo que vamos avanzando, hemos dado pasos muy importantes, hemos ido tocando as pectos neurálgicos de la evangeliza ción; obviamente todavía nos falta mucho, pero creo que estamos real mente encaminándonos a un nuevo rumbo, a una transformación misio nera de la Arquidiócesis y en el ba lance aparecieron todos los signos que nos hablan de esa efectiva trans formación misionera de la arquidió cesis de Bogotá.
(F): También es sorprendente ver el aumento de la participación de los laicos
(MPS): Esa es sin duda una de las señales que más contentos nos tiene y la asamblea pasada fue una prueba fe haciente de cómo hay muchos laicos
que se sienten realmente pertenecien tes a la arquidiócesis de Bogotá y que la quieren y que están en una enorme disponibilidad para trabajar en favor del anuncio del evangelio.
(F): Dentro de los proyectos está entonces ahora la evangelización en los jóvenes y la educación…
(MPS): Sí, los jóvenes son una prio ridad decisiva en la vida de la Iglesia. El papa Francisco nos ha hablado de eso -por activa y por pasiva- y nos ha dicho que ellos no son solamente el futuro sino el presente de la Iglesia. Cree mucho en lo que los jóvenes pueden aportar a la vida de la Igle sia, entonces tenemos la esperanza de convocarlos y de recibir de ellos en la medida en que se vayan acercando muchos aportes que sin duda van a contribuir de manera muy eficaz en la renovación misionera de nuestra Iglesia de Bogotá.
(F): Entonces el llamado es a unirnos, a sumarnos.
(MPS): Sí, el lema de la asamblea “Súmate, lo que hacemos cuenta” nos ha llevado a convocar más gente. Ya tenemos mucha, pero los desafíos son enormes, las posibilidades de traba jo son inmensas, tenemos necesidad de más personas y, por otra parte, a consolidar lo que ya tenemos, porque cuenta, porque vale, porque respon de a un proceso de discernimiento de muchos años y vale la pena. Ya está produciendo frutos. F
Efectiva transformación misionera de la arquidiócesis de BogotáFraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 37
Arreglos florales, cambios en la decoración, limpieza y mejoramiento de la calidad del sonido son elementos externos que también son importantes en este momento en el que se busca que este espacio de la fe católica sea un lugar de acogida y de encuentro con el Señor.
Dentro de los esquemas de formación y vida pastoral se rea lizan cursos para novios que aún no tienen el sacramento de la confirmación. Y, se realizan también, encuentros prematri moniales con fines a la preparación para recibir el sacramen to. Los horarios de las eucaristías son de lunes a sábado a las 12:00 del día y a las 5:00 de la tarde.
El día domingo el templo se abre desde las 9:00 de la maña na y se cierra a las 6:00 de la tarde, se celebran las eucaristías y el sacramento de la reconciliación, lo mismo que la exposi ción del Santísimo en horas de la tarde.
A nivel musical continuarán los conciertos de música culta, con organistas de todo el mundo, invitados a través de la coordinación del maestro Vincent Heitzer, organista titular de la Catedral.
Así mismo, otro de los proyectos que se implementarán, con el apoyo del gobierno local -y por ende el Instituto Distrital de Turismo, -IDT-, será el de los recorridos turísticos dentro del
La Catedral Primada, ubicada en el centro his tórico de la ciudad, en la plaza de Bolívar, tiene nuevo párroco y por supuesto, novedosas accio nes pastorales para potenciar los servicios del principal templo católico de Bogotá. Además de ser un espacio de fe y de evangeliza ción, la catedral de Bogotá reúne grandes obras de arte y un importante legado cultural. Tam bién aquí se encuentra plasmada gran parte de la historia de Colombia. “Es todo un tesoro por descubrir”, afirma el padre Jorge Marín, nom brado a finales del 2018 como nuevo párroco de la catedral.
templo, para que los visitantes, nacionales e internacionales, puedan conocer el legado histórico de la catedral.
El padre Jorge Gonzalo Marín García nació en Bogotá hace 53 años. Fue ordenado presbítero el 30 de noviembre de 1991 por el cardenal Mario Revollo Bravo. Adelantó estudios de Doctorado, con especialización en Jursiprudencia en la Pontifica Universidad Gregoriana de Roma. En la Pontifica Universidad Javeriana realizó una licenciatura en Derecho Canónico, lo mismo que una Licenciatura en Teología. Y, en la Universidad de los Andes, cursó una Maestría en Sociología.
Dentro de algunos encargos pastorales está haber sido pá rroco en Nuestra Señora de las Lajas, Santa María Soledad Torres Acosta, María Auxilio de los Cristianos y San Eugenio. Ha sido juez del Tribunal Eclesiástico Arquidiocesano, arci preste y capellán, entre otros oficios. F
El padre Marín García se siente feliz y considera que con trabajo y ahínco y con la ayuda de Dios, logrará que la Catedral Primada de Bogotá brille con luz propia
Catedral Primada de Bogotá, un tesoro por descubrir
Para una Iglesia local, como la arquidiócesis de Bogotá, la orde nación de nueve hermanos diáco nos es motivo de profunda alegría, porque siguiendo las directrices del Plan de Evangelización, todo aquello que tiene que ver con la dimensión social de la evange lización, todo aquello que tiene que ver con el amor caritativo del Señor, está encomendad de manera especial a los diáconos. S on ellos los que en los diferentes campos de acción: el campo de la evangelización de la política; de la economía; la ecología; de la salud; de la caridad; de la solidaridad… tendrán que ayudar a todo el pue blo santo de Dios a encontrar el compromiso concreto que le va a permitir ser fiel a las palabras del Señor: ‘como el Padre me amó, así yo los he amado a ustedes, per manezcan en mi amor’.
Con la ayuda de los diáconos vamos a poder permanecer en el amor del Señor” (Apartes de la homilía del Señor Cardenal en la Eucaristía de ordenación).
La arquidiócesis de Bogotá re cibió con gozo nueve diáconos permanentes para el servicio de la caridad, la palabra y la liturgia, los cuales fueron ordenados el pa sado sábado 3 de noviembre, en la Catedral Primada, por el señor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá.
Héctor Alfonso Arévalo Barrera; Santiago Manuel Martínez Petro; Luis Leonardo Peña García; Fran cisco Segura Alvarado; Carlos Hernán Suárez Dávila; Mauricio Castiblanco Beltrán; Juan Carlos Contreras Ramírez; Idignael Ali rio Linares Gómez y Carlos Enri que Sánchez Ariza son los nuevos diáconos, que recibieron asigna
ciones pastorales en diferentes pa rroquias de la ciudad y tienen una importante presencia en la crea ción de comunidades, en especial en los sectores de mayores dificul tades sociales. F El diácono es aquel que representa de una manera especial, sacramental, a Cristo servidor, al interior de la Iglesia. Lo representa haciendo que el amor se materialice, se concrete en el amor al pobre, al necesitado, al que tiene necesidad, de alguna manera.
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¿Reunirse un mes con el Papa?, pues sí, verlo casi todos los días, oír sus intervenciones, conocer de cerca lo que piensa… se dio en el sínodo de los obispos sobre los jóvenes, la fe y su papel en el mundo. El padre Carlos Iván Martínez, vicerrector de la Fundación Universitaria Monserrate, fue invitado como auditor.
Una de las buenas tareas que dejó como herencia el Con cilio Vaticano II fue la de los sínodos, que son una mane ra en que la Iglesia universal ha creado unos espacios para pensar, reflexionar y meditar sobre temas medulares de la Iglesia. Los sínodos son en cuentros de obispos, expertos y auditores que se reúnen a rededor de un tema, duran te un mes, para proponerle al Papa un documento con el fin de que él plantee una reforma, escriba una exhortación apos tólica, en fin, es un instrumen to para el Papa. Hay sínodos ordinarios y extraordinarios. Los primeros se dan cada cin co o seis años; los otros, según la coyuntura.
¿Cómo se piensa un sínodo? Al revisar el acontecer de la Igle sia Universal o según el pare cer del Papa, se hacen consul tas, pero finalmente es el Papa quien decide. Recientemente se hicieron dos sínodos sobre la familia y ahora sobre los jó venes, temas que reflejan mu cho la línea pastoral de Fran cisco, que hace una opción por los pobres, pensando en Amé rica Latina, en los jóvenes y en la familia. Esta preocupación la ha llevado a acciones muy concretas como los sínodos.
Este último sínodo trató, ade más, dos variables de acerca miento: el discernimiento vo cacional, es decir, acompañar al joven en el proceso en que toma decisiones sobre su pa pel en el mundo y el papel de la fe en ese discernimiento.
Fraternidad habló con el pa dre Martínez sobre esta expe riencia.
Fraternidad (F): Padre, ¿cómo se escogen los representantes al Sínodo?
Padre Carlos Iván Martínez (PCIM): Las conferencias episcopales escogen unos obispos para que las represen ten. De Colombia fueron tres. Mon señor Roberto Ospina, de Buga; el de Florencia y el de Ocaña. Se escogieron diez superiores generales masculinos y unos auditores invitados, treinta, de los cuales veinte eran jóvenes de dife rentes partes del mundo y otros diez que éramos unos sacerdotes y religio sas y algunos muy puntuales. Dentro de esos treinta estaba yo. Estos audi tores se escogían por nombramiento directo del Papa. Por el tema se mira ron en el mundo personas que hubié ramos trabajado y tenido experiencia en el ámbito juvenil.
A mí me llegó un nombramiento directamente el Santo Padre donde decía que había sido nombrado au ditor para el Sínodo. Sospecho yo, porque no conozco los criterios en detalle, pero sospecho que por el ca mino que he tenido en mi trabajo, unido al ser director de un instituto de sacerdotes que trabajan con jóve nes, la experiencia de la pastoral uni versitaria y las jornadas mundiales de la juventud creería yo que esos fueron los criterios que tuvieron, pero de finitivamente la gracia de Dios y la misericordia del Señor, porque uno encontraba allí personas con reco rrido bastante amplio en el tema de jóvenes.
(F): ¿Qué hace un auditor y parti cularmente usted, Padre, cuál fue su intervención y su experiencia?
(PCIM): Nosotros teníamos las mismas dinámicas de los padres si nodales teníamos la oportunidad de hacer una presentación de cuatro mi nutos; todos teníamos que hacer la presentación de cuatro minutos y po díamos intervenir como los demás. la única restricción que teníamos los
auditores, con respecto a todo el gru po, tenía que ver con la votación final de los articulados.
Nosotros nos integrábamos con to dos en la sala del sínodo, nos reunía mos todos los días con el Papa, escu chábamos las presentaciones, luego si había interpelaciones, reacciones o intervenciones lo podíamos hacer; luego nos reuníamos en círculos más pequeños, los círculos menores, por idiomas, teníamos un ejercicio que era revisar los documentos uno a uno; número a número para ir pro poniendo la construcción de un nue vo documento. Era participar en los diálogos, es contribuir desde la expe riencia. Es un ejercicio de construc ción conjunta de un documento final. Yo, en particular hice una presentación sobre el tema de las estructuras que apoyen el trabajo con lo juvenil, partiendo primero de un ejercicio de reconocer qué está pasando en ese sentido, de la necesidad de tener estructuras mucho más cercanas a la realidad juvenil.
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(F): Cada uno de los participantes tenía un discurso específico, un tema que se les había pedido con anterio ridad o era, digamos adlibitum, cada uno lo que quisiera.
(PCIM): El momento tenía tres partes y uno escogía sobre qué parte quería hablar; presentaba con an terioridad su relatoría y la oficina central del Sínodo organizaba las presentaciones siguiendo esa lógica de primera, segunda y tercera parte. Yo, en particular hice una presenta ción sobre el tema de las estructuras que apoyen el trabajo con lo juvenil, partiendo primero de un ejercicio de reconocer qué está pasando en ese sentido, de la necesidad de tener estructuras mucho más cercanas a la realidad juvenil y luego lanzarse hacer una propuesta en términos de cómo hacerlo.
El documento tenía tres momen tos: uno primero que era reconocer, acercarse a la realidad juvenil; el segundo en un ejercicio de discer nimiento y el tercero era proponer. En esas tres categorías se planteó el documento. Mi intervención en par ticular tenía el ejercicio de proponer una lógica de trabajo con los jóvenes.
(F): Cuéntenos entonces esa pro puesta.
(PCIM): La propuesta partía de un presupuesto que es: la Iglesia se ha alejado de los jóvenes y no son los jóvenes los que se han alejado, nosotros nos hemos alejado de los jóvenes.
(F): Pero, eso es darse muy duro, ¿no? (PCIM): Sí. El Papa, por ejemplo, en su primer discurso nos invitó a hablar con sinceridad, con franque za, con valentía y creo que en mu chos ese cometido se dio, porque hubo planteamientos muy interesan tes, fuertes, de avanzada, de contro versia en el marco en que estábamos ¿por qué los jóvenes no están? Hubo muchas voces de que los jóvenes no están, de que las iglesias están vacías de jóvenes. Pero había un clamor en general en el mundo de que los jóvenes se habían alejado. Mi plan teamiento tenía que ver con que la Iglesia se alejó de los jóvenes.
Entonces, desde ese principio es cómo sugerir unas estructuras mucho más sencillas, mucho más acordes al joven, cómo oler a oveja joven, que fue un planteamiento que también estaba en la postura, un planteamien to que invita a tomar las lógicas de los jóvenes, como por ejemplo el mundo digital, y hacer propuestas allí, donde se combine fiesta, encuentro, partici pación, protagonismo; una invitación a que la mujer, y la mujer joven, tenga participación real en la Iglesia. Uno de los grandes avances, donde coin cidimos muchos de los participantes, y que se planteó en un articulado que fue muy controvertido, fue el tema de la mujer.
(F): Eso le iba a preguntar, porque todo gira en torno a la masculinidad, de los diez invitados de las congrega ciones religiosas, eran diez superiores generales, entonces…
(PCIM): Cuando la realidad reli giosa en el mundo es que el 83 por ciento son mujeres. Precisamente, uno de los elementos bellísimos del Sínodo es como se toma el tema de la mujer y se pone a nivel de una ca tegoría sinodal y se le dice al Papa: es importante –y se plantea en el ejerci cio sinodal- que la mujer ocupe, en la Iglesia, lugares reales de protago nismo no solamente un ejercicio de apoyo operativo sino reales y, vuelvo repito, es un de los artículos de mayor controversia, pero que finalmente fue planteado como elemento del sínodo.
También hay un elemento conec tado con la parroquia. El modelo de parroquia no responde al imaginario del joven, hay que pensar otros mo delos o potenciar, proponer e invo lucrar otras realidades. Esa lógica de parroquia territorial, de cuadras, no corresponde ni al mundo de hoy ni al mundo de los jóvenes. Los jóvenes, desde el mundo digital, no tienen el concepto de fronteras, no existen y nosotros les seguimos poniendo unas fronteras. Entonces, ¿cómo dialogar con esas lógicas? Invitando a una re comprensión de las parroquias.
También se trataron otros temas como la dedicación de personas ex clusivas al trabajo con jóvenes, la importancia de los movimientos y asociaciones que logran generar es pacios de acogida y acompañamiento –temas que fueron muy reclamados, como la escucha, también-, el inte grarlos para dar una respuesta a los jóvenes.
(F): Padre, todo eso suena estupen do, pero ¿cuándo podemos empezar a ver esos cambios?
(PCIM): Bueno, el planteamien to es: el Sínodo reflexiona, el sínodo plantea unos elementos, se entregan al Papa. La Iglesia, después del Síno do, tiene un documento hermosísi mo. Con esos elementos el Papa va a proponer una Exhortación Apostó lica, se espera que en marzo o abril. Luego se irá aterrizando en las confe rencias episcopales.
El mejor ejemplo de esto lo vimos en el mismo Papa. Estar un mes con él todo el tiempo y verlo cercano, compartir con cualquiera de noso tros, tomar café, tomar, mate, hablar de la manera más sencilla… El Papa fue muy fuerte en el clericalismo.
(F): Ha sido uno de sus temas más insistentes.
(PCIM): Tres veces: quiero una Iglesia sin clericalismo principesco de poder. Porque eso aleja a los jóve nes, porque se alejan las nuevas gene raciones. El mejor ejemplo que tuvi mos de sinodalidad, de compartir, de construcción, de cercanía, de acogida fue el Papa.
Para mí personalmente fue una ex periencia hermosísima ver al Santo Padre, ver algunas personas, algunos obispos que van caminando en esa tónica y eso ayuda muchísimo, refres ca mucho la Iglesia F
A la izquierda la reconstrucción del templo parroquial de Santa María Mazzarello, a la derecha, casa Papa Francisco en Anapoima.
Finalizando el año, como de costumbre, se realizó la reunión del clero en los salones de Compensar. Esta fue una reunión parti cular, pues se unieron los presbíteros de las diócesis urbanas de Soacha, Fontibón y Engativá.
Monseñor Rafael Cotrino, vicario general de la Arquidiócesis (vicario episcopal de asuntos económicos y administrativos), presentó un balance de la gestión administrativa.
De un lado, sobre la pregunta ¿de dónde sale la plata? Fue muy claro, mayormente de donaciones y colectas. Sobre la otra, ¿en qué se gasta? Fue muy obvio: en obras y caridad.
Alrededor de cuarenta fundaciones e instituciones fueron ayu dadas a través de la Fundación para la Solidaridad Buen Sama ritano, creada en el año 2005, durante el gobierno pastoral del cardenal Pedro Rubiano Sáenz, bajo la dirección y representa ción legal de monseñor Cotrino.
La fundación tiene por objeto social colaborar a la Arquidióce sis, a las parroquias y a todos los organismos arquidiocesanos en todos los servicios pastorales que estos organicen, para la construcción, mejoramiento, reparación y mantenimiento de sus sedes y centros de culto, como en las actividades y servicios pastorales que organicen y presten a las comunidades de fieles; también a clérigos y religiosos con su manutención, en caso de necesidad.
La Fundación ha ayudado en el sostenimiento de las parroquias más pobres de las vicarías Santa Isabel de Hungría, San Pablo y San José mayoritariamente. También las parroquias recién crea das en Padre Misericordioso y algunas de las demás vicarías.
Una de las obras que merece resaltarse fue la construcción, dota ción y puesta en funcionamiento de la Casa Papa Francisco, para el retiro, descanso y recuperación de los sacerdotes mayores F
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El pasado domingo 20 de enero, en algunas ciudades colombianas, el pueblo se manifestó contra la violencia, contra el terrorismo y contra la muerte, venga de donde viniere.
Los marchantes en Bogotá se reu nieron en los alrededores del Parque Nacional y por la carrera Séptima se dirigieron al centro histórico para terminar en la Plaza de Bolívar, allí, el Presidente y su gabinete, el Alcal de y los altos mandos de las Fuerzas Armadas se dirigieron a la Catedral Primada para asistir a una Eucaristía por los cadetes muertos en la Escuela de Policía General Santander.
La Eucaristía fue presidida por el señor cardenal Rubén Salazar Gó mez, arzobispo de Bogotá, concele braron el obispo castrense, monseñor Fabio Suescún Mutis y el Secretario de la CEC, monseñor Elkin Álvarez, obispo auxiliar de Medellín; el padre Silverio Suárez, quien es general de la Policía; el padre Jorge Marín, párro co de la Catedral y muchos sacerdo tes vinculados pastoralmente con la institución policial. Asistió el Nuncio Apostólico, monseñor Mariano Mon temayor y el secretario de la Nuncia tura, monseñor Matjaž Roter.
El Cardenal, en su homilía, tomó un versículo de Evangelio, el de las bodas de Caná, y empezó diciendo que nos falta el vino de la paz:
“La palabra del Señor que acaba mos de escuchar nos arroja una luz intensa sobre la situación tan doloro sa que nos ha congregado. Como en las bodas de Caná, la Virgen María, nuestra Patrona bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá, lleva al Señor nues tra angustia. ‘No tienen vino’. Sí, Se ñor. No tenemos vino, no tenemos el vino de la paz. El estallido feroz del carro-bomba que sembró muerte y desolación nos ha hecho traer a la memoria todas las situaciones de vio lencia que vivimos en nuestro país. Violencia terrorista, violencia guerri llera, violencia de bandas criminales armados, violencia de delincuentes que acechan por doquier a la pobla ción, asesinato sistemático de líderes sociales, abusos permanentes contra las mujeres y los niños, violencia in trafamiliar, violencia en los barrios, en los vecindarios, en el campo, en la ciudad. Violencia también a la na turaleza con la explotación inmiseri corde de nuestros recursos y la des trucción sistemática de nuestro suelo.
Violencia cuyo horror miramos hoy de frente al encogerse nuestro corazón con la muerte trágica de nuestros cadetes y el caos sembrado en una de nuestras instituciones más queridas.
También hoy, como en las bodas de Caná, el Señor responde a nuestra angustia y nos pide llenar las ánforas de agua. Nos pide que nos unamos profundamente como país, como nación, como estado, para derrotar a la violencia con las armas de la justi cia, de la igualdad, de la equidad, de la fraternidad, de la solidaridad. Nos pide que dejemos a un lado todo lo que nos separa, nos enfrenta, nos di vide, todos nuestros egoísmos, nues tras polarizaciones ideológicas y per sonalistas, que busquemos el interés de la patria y el bien común de todos, sin distinciones de credo, raza, cul tura, condición. Nos pide poner por encima de cualquier interés personal o grupista la búsqueda efectiva del bienestar de todos y cada uno de los colombianos, por medio del diálogo y la completa justicia social. El Señor pide también a todos los violentos un arrepentimiento sincero que les per mita cejar en su accionar destructor, aceptar el castigo merecido y reparar el daño causado.
Y el Señor responde a nuestros es fuerzos convirtiendo nuestra agua en vino, dándonos el don inmenso de la paz que se construye sobre la base sólida de la justicia integral, del apor te de cada uno al bien común, de la construcción de una sociedad en la que no haya marginados ni exclui dos, sino que todos se puedan sen tar a la mesa de la vida alcanzando la plena realización de sus derechos y cumpliendo sus deberes para con sigo mismo, para con la familia, la comunidad, la Patria. De esta mane ra, nuestro corazón se llena de espe ranza. La muerte y el dolor, sufridos por tantos colombianos a lo largo de nuestra historia y ahora por estos ca detes sacrificados por la insania del terrorismo, no queda inútil, sino que se hace sangre fecunda que engendra una nueva aurora en la que se vis lumbra la fuerza poderosa del amor fraterno, alimentado por el perdón, la reconciliación, la ayuda mutua. El Señor nos conceda esa gracia que an helamos”. F