2009 alvarez rd1 mr

Page 1

El siguiente texto busca entregar de manera sinóptica una serie de antecedentes para una posible construcción simbólica de Chile. El análisis se plantea en un marco histórico que abarca desde la consolidación del imaginario del proyecto republicano hasta el actual esquema global de imagen-país, referido a la identidad absoluta del mercado como modelo de referencia. The following text seeks to convey a series of antecedents in a synoptical way for a possible symbolic construction of Chile. The analysis is proposed in a historical frame, spanning from the consolidation of the Republican Project’s imaginary to the present-day global scheme of country-image, referred to the absolute identity of the market as a reference model.

Simbología cívica _ imaginario nacional _ exposiciones universales _ marca-país Civic symbology _ national imaginary _ world exhibitions _ country brand.

Pedro Álvarez _ Diseñador UC, Posgrado en Historia UC, profesor e investigador Escuela de Diseño UC.

Sin embargo, con el correr del tiempo casi todos los países dedicarían una atención obsesiva y mucha energía y dinero a crear prestigio e influencia, tanto en el interior como en el exterior, a través de un “intento consciente y deliberado de proyectar una identidad clara y coherente”.1 La idea de nación puede considerarse como relativamente moderna. En las nacientes repúblicas latinoamericanas del siglo XIX se identificó con la noción de “patria”, o bien con el lugar de nacimiento –ciudad o territorio– y con las tradiciones comunes. Esta idea caló hondo en el orgullo comunitario, bajo la protección de un Estado que buscó una forma de representación colectiva a través de imágenes que sintetizaran sus rasgos esenciales. Así también, la dramatización o exaltación de la soberanía nacional impuso el culto a los orígenes como un elemento de íntima cohesión e identificación de las masas con un ideal que fusionaba el concepto de pueblo con el de República moderna. Esta asociación necesitaba un imaginario para constituirse y nuevos medios de comunicación para expandirse. Era lo único que permitiría a una masa de gente, que crecía rápidamente, reconocerse unido al otro, en un inédito concepto de comunidad, donde la condición de casta se renovaba en la recién estrenada noción de ciudadanía.2 La simbología cívica que fundó la naciente República chilena se inspiró en la doctrina revolucionaria nacionalista francesa de 1789; la nueva Francia era mucho más consciente de sí misma como nación, y estaba decidida a crear un concepto de

identidad colectiva a través de dos ideas base: consistencia y coherencia, atributos esenciales del branding moderno. De hecho, fue el país galo el que empezó a desarrollar un branding nacional que traspasó sus fronteras. Según Wally Olins, experto en imagen corporativa, “las cinco repúblicas, los dos imperios y las aproximadamente cuatro monarquías (dependiendo de cómo se cuenten) de Francia ofrecen un fascinante caso de estudio sobre el modo en que la creación y la implantación de identidades han sido decisivas para la consolidación de la legitimidad, el mantenimiento en el poder y la capacidad para influir en los países vecinos”.3 La influencia arcaizante de la cultura neoclásica –que inició una ruptura estilística que desplazó al barroco– sirvió de alimento al imaginario ilustrado en los albores de la independencia nacional, y al mismo tiempo produjo una iconografía que se impuso con la presencia de sus símbolos al imaginario de una exigua población chilena que hacia 1820 no superaba el millón de habitantes. En ese Chile4 se desarrolló la concepción visual y el diseño de los símbolos patrios que hasta hoy nos identifican como República independiente. Las urgencias del momento ameritaban la presencia de elementos unificadores de cohesión social, figuraciones que indicaran la presencia de un código visual de inmediata interpretación para los chilenos. El concepto de identidad colectiva en que se basaron las imágenes decimonónicas de referencia de las naciones lati-

noamericanas, adoptaron una fisonomía homogénea y compacta que buscó sintetizar formas originarias, figuras capaces de representar a la naciente República, expresando en ocasiones, además de la identidad, los sentimientos colectivos de la memoria de los pueblos. Cuanto más se dilata la historia colectiva en el tiempo y el espacio, tanto más tiende a estabilizarse en un cuerpo coherente de símbolos, íconos y rituales en los que la profundidad temporal y la identidad comunitaria encuentran su manifestación más consistente. Por ello, los colores de las banderas se convirtieron en contenidos políticos, más elocuentes que cualquier discurso, dando paso a la construcción de nuevos mitos, a través de una iconografía diseñada para “hacer patria”. Colores que a su vez procedían de la grandilocuente épica edificada por los versos de Alonso de Ercilla en La Araucana; la sangre mapuche vertida en la batalla, el azul del cielo chileno y la blanca nieve de la cordillera de los Andes se conjuraban en un relato que daba origen a la dramatización del mito nacional. Las primeras versiones de nuestra bandera y escudo nacional fueron creadas en el breve pero intenso gobierno de José Miguel Carrera.5 Sin embargo, los emblemas definitivos se establecieron bajo el mandato de Bernardo O’Higgins. En 1817, el en ese entonces Director Supremo, encargó al ingeniero andaluz Antonio Arcos el rediseño de la bandera, cuyo dibujo se atribuye al pintor chileno Ignacio de Andía y Varela. En el nuevo emblema nacional, destacaría el intento por simplificar la

Chile MR: la difícil ecuación histórica entre identidad, imagen y marca-país Construcción simbólica de la República de Chile Toda comunidad, nación, patria o tribu necesita sólidas imágenes mentales para creer en sí misma. Por tal razón, la idea de implementar una marca o identidad visual para un país no es un hecho reciente ni tampoco novedoso. Lo único nuevo es la denominación de “marca”. Identidad nacional e imagen-país son términos utilizados tradicionalmente en este ámbito y no parecen provocar la misma animadversión que el concepto de “marca”. Si bien los actuales estándares de la comunicación no resisten una comparación objetiva con los antiguos métodos y técnicas de difusión, y aunque también la noción de “marca” sea relativamente contemporánea, los conceptos que engloba son tan antiguos como la nación misma. Los padres de la patria que participaron de la creación de simbologías nacionales –léase Carrera y O’Higgins– no pretendieron que su gesta tuviera alcances internacionales ni estaban especialmente interesados respecto de lo que otras naciones pensaban de ellos.

50 DISEÑA DOSSIER

Marca registrada por G. Gockell y Cía. para la comercialización de jabones. Santiago, 1887. Archivo: Departamento de Propiedad Industrial.

1 Olins, Wally; Brand. Las marcas según Wally Olins. Madrid, Turner, 2005, p. 170. 2 Es importante destacar aquí que la noción de “imaginario nacional” no es lo mismo que“iconografía nacional”. Aunque hace uso de ella, el imaginario nacional es mucho más amplio ya que se desarrolla en el marco de un relato autorizado de la historia, compuesto por héroes fundadores, ideas, valores y alegorías patrias, que tienen un efecto vinculante para la vida política y social. Para una revisión más profunda del tema, se recomiendan los artículos y publicaciones de Miguel Rojas-Mix, en especial, América imaginaria, Barcelona, Lumen, 1992. 3 Olins, Wally; op. cit. p. 171. 4 “Chilli” se denominaba inicialmente al territorio

desconocido que se extendía al sur del mundo, al conjunto de valles que atravesaban el desierto y a las leyendas de tierras fértiles y pobladas que supuestamente existían más allá. Algunos cronistas afirman que la palabra Chile podría derivar del canto de un pájaro, el tril. Benjamín Vicuña Mackenna, en cambio, prefirió atribuirla al nombre de un cacique ya que, como apunta el ex intendente de Santiago, “Chile no existía como nación”. 5 La mayoría de las versiones que se conocen del escudo nacional de la Patria Vieja son solo reproducciones a memoria o tomadas de crónicas, ya que el original nunca llegó a ser publicado como dibujo en el periódico Aurora de Chile. Tampoco ha sobrevivido ningún boceto del escudo en su etapa de desarrollo.

51


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
2009 alvarez rd1 mr by disenouc - Issuu