Los entornos urbanos ya no se entienden sólo como una escena material que soporta nuestras prácticas sociales, sino que como un entorno complejo, dinámico y diverso que incorpora, entre otras dimensiones, el hábitat construido, las formas de organización social, las prácticas cotidianas y los imaginarios personales. Sin embargo persiste en la discusión académica sobre la ciudad una fuerte resistencia a incluir las redes digitales de información e interacción dentro de los referentes del concepto. La exclusión de estas redes se sustenta en una supuesta incompatibilidad entre la experiencia social e individual en la ciudad y los rasgos propios de los entornos digitales. No obstante, los casos estudiados en el presente trabajo demuestran que la escisión entre las redes de información y la vida cotidiana es una ficción culturalmente construida y políticamente cargada. Binomios como los de privado y público, nómade y sedentario, humanista o bárbaro pierden su eficacia como descriptores de los entornos urbanos contemporáneos. Las nuevas prácticas cotidianas y políticas en el contexto de un entorno social digitalmente aumentado interpelan estas categorías, hasta ahora casi hegemónicas en la discusión y planificación de lo urbano como sistema. Urban environments are no longer understood as a material scene that contains our social practices, but rather as a complex, dynamic and diverse surrounding that incorporates, among other dimensions, built habitat, social organization forms, everyday practices and personal imaginaries. Within the academic discussion about the city, however, a strong resistance persists to include digital information networks among the referents of the concept. The exclusion of these networks is based on a supposed incompatibility between social and individual experience in the city and digital environments own features. However, cases studied within the present work demonstrate that the split between information networks and everyday life is a culturally constructed, politically charged fiction. Couples like private and public, nomadic and sedentary, humanist or barbarian lose their efficacy as descriptors of contemporary urban environments. New quotidian and political practices in the context of a digitally augmented social environment challenge these categories, until now almost dominant in the discussion and planning of the urban thing as a system. Realidad aumentada _ política digital Oliver Mongin _ prácticas íntimas Augmented reality _ digital politics Oliver Mongin _ intimate practics
Ciudad Virtual, Ciudad Real:
Olivier Mongin, 2005, p. 31
“I Want to Spend the Rest of My Life Everywhere, with Everyone, One to One, Always, Forever, Now.”
Damien Hirst, 2006
conflicto y emergencia de un nuevo entorno urbano Pablo Hermansen
_ Diseñador y Doctor (c) en Arquitectura y Estudios Urbanos
Pontificia Universidad Católica de Chile _ Docente e investigador en la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Marcos Chilet
_ Diseñador Pontificia Universidad Católica de Chile _ Licenciado en Artes
Universidad de Chile.
Introducción Quienes vivimos en entornos urbanos usamos espontáneamente la palabra ciudad para nombrar un continuo de edificaciones, mobiliario y espacios públicos. Sin embargo, en el debate sobre lo urbano ya no se considera la ciudad como una escena material que soporta nuestras prácticas sociales, sino que como un entorno complejo, que incorpora, entre otros, hábitat construido, formas de organización social, prácticas cotidianas e imaginarios personales. Lo urbano adquiere hoy especial relevancia, debido a que los asentamientos humanos desarrollan nuevas configuraciones, tamaños, condiciones de vida y dinámicas de interconectividad. Un reflejo de estos cambios en el debate es que las nuevas urbes, hipertrofiadas e interconectadas, reciben calificativos distintos al de ciudad, como son los neologismos “‘metrópolis’, ‘megápolis’, ‘megalópolis’, ‘ciudad mundo’, ‘ciudad global’ y ‘metápolis’”. (Mongin 2005, p. 21). Consecuentemente, las ciudades están siendo sometidas a una metamorfosis planificada por sus gestores y administradores, con el propósito de ganar relevancia en el concierto global. Intelectuales como Olivier Mongin1 han argumentado que los cambios morfológicos, metabólicos, de interconectividad e interdependencia en las ciudades contemporáneas estresan el sistema de lo urbano, modificando tanto la experiencia personal como la organización social. A pesar de la tendencia a incorporar en el concepto de lo urbano variables que le exigen representar una realidad diversa, dinámica y compleja, persiste una fuerte resistencia a incluir las redes digitales de información e interacción dentro de sus referentes. De hecho, uno de los fenómenos más demonizados, suerte de amenaza al ideal europeo de ciudad, es la denominada “ciudad virtual” (Mongin 2005, p. 217), plataforma sucedánea de lo urbano, simulacro de la ciudad que pende de las redes digitales de información.
Fotografías: Pablo Hermansen, Felipe Pattillo. Ilustración realizada en Processing.org: Marcos Chilet. 40 DISEÑA DOSSIER
“La condición urbana (... ) designa tanto un territorio específico como un tipo de experiencia de la que la ciudad es, con mayor o menor intensidad según las circunstancias, la condición de posibilidad.”
1 La caracterización que el autor hace es representativa de una corriente de pensamiento central en la reflexión contemporánea sobre la ciudad. Reseñando “La Condición Urbana: La ciudad a la hora de la mundialización”, Felipe Link describe el marco de referencias con que Mongin construye su libro: “... el autor entrega en este libro una presentación exhaustiva de los diversos discursos, abordajes y argumentos en torno a la ciudad, recopilando y sistematizando los trabajos de importantes autores de este campo, como Choay, Magnaghi, Ascher, Sassen, Veltz, Donzelot, entre otros.” (Link, 2007).
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