Diseñar para la emergencia será entonces un proceso, que incorpore en la etapa de ideación proyectual de cualquier objeto pensado para esa eventualidad, las características y prestaciones propias del estado de urgencia; levedad, movilidad, transformación y doble función, pero como parte del ADN de un producto ideado para ser perfectible; no simplemente eventual, sino capaz de adaptarse y evolucionar hacia lo perdurable. En esto es fundamental la acción del usuario, quien debe tener la claridad de que lo que se entrega como solución de emergencia, puede, por medio de acciones fáciles de realizar, ser durable y no necesariamente desechable.
Mario Ubilla _ Diseñador Universidad Católica de Valparaíso _ Arquitecto y Director Escuela de Diseño Pontificia Universidad Católica de Chile.
Oportunidad _ diseño _ sistemas _ vivienda emergencia terremoto _ provisorio _ mediagua _ acopio perfectible _ habitabilidad _ usuario
Mediagua que es subdividida por medio del colgado de ropa para secado.
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DISEÑA ENFOQUES
La discusión acerca de la idoneidad de algunos sistemas de vivienda de emergencia ha permitido, antes de desplegar cualquier fundamento técnico para respaldar o refutar afirmaciones referidas a sus características, colocar el tema del diseño para la emergencia en la agenda pública y en un amplio debate, precisado y acompañado de la experiencia que miles de compatriotas, desde una situación dramáticamente vivencial, a esta hora sufren desde su acontecer de damnificados. El impredecible y categórico pronunciamiento de la tierra ese 27 de febrero es ahora seguido por el de los habitantes. Ello se manifiesta en requerimientos dentro de un contexto tan inmediato como inestable, donde muchas de las decisiones se toman en terreno, acompañadas de improvisación y urgencia. Esta situación se reconoce como extraordinaria y faculta a asumir críticas determinaciones dentro de un marco de concesiones inevitables y absolutamente justificadas por las necesidades derivadas de la emergencia. De alguna manera, lo que entendemos como emergencia lo atribuimos a un estado de inmediatez. Por tanto, los productos pensados para dicha situación tienen un carácter provisorio, eventual, transitorio y de caducidad, como si fueran objetos con fecha de vencimiento, como un
remedio que sólo tiene sentido mientras dura el tratamiento. En esta lógica, después se dará paso a otro diseño, ya no para el contexto de emergencia, sino para lo definitivo, para un estado asociado a lo que perdurará, a lo que será real. Este modo de entender y actuar determina que lo necesario para cubrir la emergencia siempre esté en bodega, guardado, a la espera, para llegar después o tarde. Se reconoce así que la emergencia es un hecho extraordinario, ajeno a la realidad cotidiana y, lo que es peor, se condena a estos objetos a ser instrumentos de respuesta, de reacción y no de acción o prevención. Si entendemos el concepto de emergencia asociado a un espacio de tiempo singular, desvirtuamos su sentido y transformamos los productos destinados a solucionar esta urgencia en objetos duramente especializados y ajenos al usuario. Estos objetos de diseño terminan siendo elementos extraños, olvidables, como también al final consideramos al mismo terremoto, vale decir, como un hecho singular que no reconoce los miles de sismos que inevitablemente nos asuelan desde siempre. En sentido opuesto, podríamos reconocer en un extintor a un objeto destinado para la emergencia que se hace presente al menos en algunos edificios o recintos de uso masivo. Si bien no se reconoce exactamente su
Designing for emergency will be, then, a process that incorporates in the conceptual phase of a project for any object thought for this contingency, the characteristics and features pertaining to the state of emergency; lightness, mobility, transformation and double function, but as part of the DNA of a product thought to be perfectible; not merely eventual, but capable of adapting and evolving towards lastingness. For this it’s fundamental the action of the user, who must have the clarity that what is delivered as an emergency solution may, by means of actions easy to perform, be durable and not necessarily disposable. Opportunity _ design_ systems _ housing emergency earthquake _ provisory _ shelter _ stock perfectible _ habitability _ user
De alguna manera, lo que entendemos como emergencia lo atribuimos a un estado de inmediatez.
lugar, se intuye su presencia, visible por color y contraste formal, casi siempre expuesto sobre un plano o cara de muro, ubicable. Y sin embargo, no sabemos realmente operarlo llegado el caso, aunque nos suponemos capacitados para su uso. En este sentido comprobamos que este objeto rojo e invisible en la cotidianidad, es de uso extraordinario. Deberíamos tomar conciencia entonces de que los objetos pensados para la emergencia son en realidad un tanto absurdos, ya que siendo fundamental su proximidad y el conocimiento de su operación, son realmente desconocidos, pues sólo están completamente apropiados para lo singular, y en definitiva su uso se reconoce eventual. Es quizás ésta la razón para
no capacitar al ciudadano de a pie en su manejo, cuestión que sería bastante apropiada en algunos edificios de uso público. De alguna manera, nuestra tradicional vivienda de emergencia, a la que por cierto le debemos reconocer muchos atributos —algunos que sobrepasan la objetividad del uso y la colocan dentro de los objetos valorados desde la percepción y el simbolismo—, ha prevalecido por su condición al mismo tiempo oportuna e inmediata, pero también crítica y precaria. Es innegable que como objeto de emergencia cumple cabalmente cubriéndonos, por ejemplo, del agua; así la podemos llamar techo. No obstante, no le podemos pedir que evolucione hacia una vivienda definitiva; no
porque esto sea irrealizable, sino porque el usuario no tiene todas las capacidades para llevar a cabo por sus propios medios un mejoramiento progresivo y efectivo de su vivienda. De hecho, el usuario actúa de las maneras mas insospechadas y suponer que podrá ampliar su vivienda según lo pensado por el arquitecto, diseñador o constructor, incluso por la vía de la autoconstrucción asistida, termina siendo casi ingenuo. Recuerdo lo difícil que fue encontrar un martillo en una villa a finales del 2005 cuando fuimos a levantar mediaguas. Relaciono lo anterior con nuestro concepto de emergencia, pues a diferencia de todos los equipos diseñados para dicha situación, la mediagua perdura. Como sea que
Situación del acopio exterior en lote con mediagua.
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Sólo pretendemos reconocer que la emergencia supone un estado de tiempo no precisado e incontrolable, que se asocia a un contexto que no deberíamos considerar
vaya evolucionando, mantiene su existencia, casi siempre condenada en el tiempo hacia un inevitable deterioro de sus componentes, y es imposible esperar que su usuario realice esfuerzos por su mantenimiento sistemático. Este hecho, sin embargo, esconde la principal razón de su deterioro, que desde mi punto de vista no está asociado solamente a su expresión material o estructural, sino a la interacción que el usuario tiene con este objeto-vivienda. Si observamos con detención, cada habitante de mediagua inevitablemente interviene su vivienda. Ello se debe no sólo a las urgencias específicas por espacio, sino a la condición humana que se funda en la diferenciación por necesidad cultural y uso. Estas acciones, entonces, no deben ser solamente atribuibles al escaso tamaño de las mediaguas, sino a las interacciones internas y externas, las que se ven afectadas por dos factores: la necesidad de sectorizar o crear recintos que cautelen una habitabilidad mínima y el problema del acopio o el guardado. Por muy pequeña que sea la casa, el usuario interviene creando espacios, y al mismo tiempo tiene permanentemente el problema del guardado, que no sólo se resuelve con muebles apropiados a la realidad de dicha vivienda, sino que interviniendo en el diseño inicial del sistema
constructivo. El acopio de ropa, utensilios, menaje, etc. en dichas casas hace imposible el confort y una percepción saludable del medio. Al mismo tiempo, muchos diseños realizados para intervenir en dicha área abordan equivocadamente el problema del mueble sin considerar las lógicas del sistema constructivo de la vivienda, que al final determinan su tamaño y módulo. En base a una reflexión sobre el trabajo académico realizado por el diseñador Federico Monroy, sobre el diseño de mobiliario para vivienda de emergencia, concordamos en que se trata de un problema sistémico que se aborda desde su concepción modular, desde sus espesores e intersticios, de manera de no coparla desde el interior, sino de integrar los objetos en la estructura originaria. Hemos puesto el caso de la mediagua para advertir solamente sobre un problema que es mayor, y que ha sido traído a presencia por esta catástrofe reciente. De ninguna manera queremos desconocer las bondades que como solución rápida posee este sistema constructivo por componentes, pero no desconocemos sus problemáticas asociadas a su conservación objetiva, que le exige más tiempo de uso del que realmente puede sostener. Sólo pretendemos reconocer que la emergencia supone un estado de tiempo no precisado e incontrolable, que se asocia a
un contexto que no deberíamos considerar extraordinario, sino que absolutamente posible. De esta forma, cabría reflexionar sobre incluir dentro de las políticas de participación en el diseño de espacios el del mobiliario, asociado a un concepto de subsidio parecido al de las viviendas sociales; u otra instancia, que haga apropiados los compartimentos de guardado y soporte en estas viviendas a lo que ellas mismas son formal y constructivamente, sin desconocer los objetos que por tradición cultural y deseo posee el usuario, pero cautelando que llegada la emergencia existan sistemas de objetos que aseguren una habitabilidad mínima también en las viviendas de interés social, de manera de hacerlas perdurables y conformando un esquema de transferencia desde la emergencia a lo definitivo. Diseñar para la emergencia será entonces un proceso que incorpore en la etapa de ideación proyectual de cualquier objeto pensado para esa eventualidad, las características y prestaciones propias de la emergencia: movilidad, acción del usuario, adaptación, transformación y doble función, pero como parte del ADN de un producto ideado para ser perfectible, no simplemente eventual, sino capaz de adaptarse y evolucionar hacia lo perdurable. De esta forma constituye, al día de hoy, una clara oportunidad de diseño. DNA
en el diseño de la vestimenta en los Andes*
extraordinario, sino que absolutamente posible.
Soledad Hoces de la Guardia Diseñadora _ Profesora asociada, Escuela de Diseño _ Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos _ Pontificia Universidad Católica de Chile.
Oposición de conceptos, sistemas constructivos y silueta
relación que se establece entre la superficie textil y el soporte tridimensional del cuerpo, y ellas son:
Los artefactos textiles, y consiguientemente el vestuario, tuvieron y tienen una especial relevancia en el territorio enmarcado por los Andes, tanto así que el tejido andino ha sido considerado como un arte mayor (Murra, 1989), constituyéndose en un vehículo privilegiado para la difusión de ideas, siendo sus producciones actualmente validadas por numerosas investigaciones en su calidad de textos portadores de un particular sistema de comunicación. (V.
• de envolvente, en que telas envuelven y se amarran en torno al cuerpo, caso en que la prenda se entiende como una interacción entre la tela y su usuario. La forma queda definida a partir del cuerpo. • encajado, en base a la unión de planos, donde la prenda mantiene su estructura aun fuera del cuerpo. • de forro, en que tejido y prenda son una sola. Es el caso de los tejidos de punto. Al observar la vestimenta de la época de la conquista y colonización, tanto la europea como la andina corresponderían a la categorización de vestuario encajado, pero con notables diferencias
Cereceda, 1978, G. Silverman, 1993, M. Frame, 2001, D Arnold, 2000, E. Fischer, 2008).
Los estudios sobre el vestuario describen básicamente tres tipologías técnicas acorde a la
Los textiles y la indumentaria son soportes particularmente sensibles para expresar los avatares históricos.
* Este texto ha sido desarrollado en el marco del proyecto Fondecyt 1080600 y los estudios de Magíster en Estudios Latinoamericanos, Universidad de Chile.
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