En Harbín, la capital de la provincia china de Heilongjiang, ubicada entre Siberia y Corea del Norte, se celebra un festival de fantásticas esculturas y construcciones de hielo y nieve bajo un frío extremo desde principios de enero hasta fines de febrero. Aunque no es antiguo, exhibe los conceptos tradicionales chinos de color y la total dedicación de los artistas a sus efímeras obras. In Harbin, the capital of the Chinese province of Heilongjiang, located between Siberia and North Korea, a festival of fantastic figures and constructions made of ice and snow takes place under extreme cold from early January to late February. It’s not ancient, but it shows traditional Chinese color theory and the artists’ complete dedication to their fleeting creations.
Cristóbal Edwards
China _ diseño _ artesanía _ teoría de color. China _ design _ handcraft _ color theory.
Arte muy bajo cero
Licenciado en información social por la Universidad Católica de Chile y máster en periodismo por Northwestern University, EE.UU. Profesor de la Facultad de Comunicaciones UC. Director internacional de la Society for News Design. Fotógrafo y redactor freelance. Bachelor in Social Information, Pontificia Universidad Católica de Chile _ MA in Journalism, Northwestern University, United States _ Professor at Pontificia Universidad Católica de Chile, Faculty of Communications _ International director of the Society for News Design _ Freelance photographer and editor.
Extreme sub-zero Art
Cuando hacen 15 grados bajo cero, como es común incluso a pleno sol de invierno en Harbín, en el noreste de China, no se siente realmente más frío que unos pocos grados bajo cero, pero duele respirar. El aire helado traspasa el pasamontañas más grueso y raspa las vías respiratorias hasta dar un golpe seco dentro de los pulmones. Un golpe, una inspiración tras otra. La humedad de cada expiración genera un hielo instantáneo en el pasamontañas que raspa los labios y obliga frecuentemente a removerlo con los guantes gruesos y torpes con que uno intenta proteger las manos. El frío no parece afectar los ojos, pero si uno lagrimea contra el sol o le corre la nariz, de inmediato se forma un extraño e incómodo hielo. Las manos se vuelven tiesas de frío de un momento a otro cuando uno se saca los guantes para eliminar ese hielo de las pestañas y la nariz, sonarse o manipular la cámara fotográfica. De inmediato uno las pone contra el cuerpo bajo las capas de ropa para que recuperen el calor. El dolor de las manos cuando se empiezan a descongelar es intenso.
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