PRIMER PREMIO LATINOAMERICANO AL DISEÑO EDITORIAL
Auspicioso tour editorial en Buenos Aires FIRST LATIN AMERICAN PRIZE FOR EDITORIAL DESIGN AUSPICIOUS EDITORIAL TOUR IN BUENOS AIRES
Pedro Álvarez Caselli Diseñador, Pontificia Universidad Católica de Chile _ Magíster en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile _ Cursa el Doctorado en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Designer, Pontificia Universidad Católica de Chile _ Master in History, Pontificia Universidad Católica de Chile _ PhD in History student at Pontificia Universidad Católica de Chile.
Stefanie Schelleis.
Rubén Fontana.
Recientemente, la Fundación del Libro de Argentina realizó un llamado a participar en el Primer Premio Latinoamericano al Diseño Editorial, convocatoria dirigida a diseñadores nacidos en América Latina con obras publicadas por editoriales de la región. Desde 1984, esta entidad sin fines de lucro organiza diversas actividades con el fin de impulsar la difusión del libro y el fomento de la lectura. Igualmente, cuenta con el apoyo de la Sociedad Argentina de Escritores, la Cámara Argentina del Libro, la Cámara Argentina de Publicaciones, el Sector de Libros y Revistas de la Cámara Española de Comercio, la Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines, y la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines. El premio en cuestión busca poner en valor la presencia del factor “diseño” en la cadena de producción del libro, marcar altos estándares de calidad y, fundamentalmente, promover todo aquello que aporte a una mejor experiencia de lectura. Ahora bien, el hecho de que nuestros vecinos —quienes atraviesan por un escenario macroeconómico por ahora incierto— organizaran un concurso donde el factor “diseño”, más allá del lugar común del “valor agregado”, debía evaluarse en función de su adaptación a los contenidos y su aporte a la construcción de sentido del texto, refleja el interés por conocer el “estado de salud” del que actualmente goza el libro diseñado, editado e impreso en Latinoamérica; en otras palabras, la voluntad de examinar la escena del diseño editorial de nuestro continente. Fui invitado a formar parte del jurado de esta primera expedición editorial, compuesto por una terna a la que también fueron convocados Rubén Fontana, tipógrafo argentino de excepción, y Stefanie Schelleis, diseñadora germana encargada de la línea de producción de la prestigiosa editorial muniquesa Carl Hansen. En fin, ya instalado en el Centro Metropolitano de Diseño de Buenos Aires, y ante la
Gabriela Adamo. Directora Fundación del Libro.
Pedro Álvarez.
posibilidad de curiosear, leer, admirar, tocar, oler o escrutar un cúmulo de 800 libros ordenados cuidadosamente por categorías temáticas, la honorable misión se tornó deleite, a pesar de la responsabilidad —no menor— de estar a la altura de las circunstancias. Con la complicidad de ambos colegas, evaluar el despliegue de columnas de texto de lectura fluida o activadora de presbicia; libros livianitos, incluso agradables al tacto, pero también tan pesados como incómodos; ediciones limitadas, facturadas con cariño y pasión, pero en el límite del formato libro-objeto decorativo; colecciones multiformato o, por el contrario, fieles a algún patrón de diseño para orientar al posible lector, se tornó un desafío tan demandante como inspirador. La tarea de examinar el total de los impresos, que felizmente no fue condicionada por los organizadores del concurso o alguno de los tres jurados, se produjo, en jerga computacional, por default. Cada uno de nosotros, por separado, realizó una selección de cien libros que al día siguiente se redujo a la mitad. Que se produjera una relativa coincidencia en ambos procesos de filtrado era algo previsible; que en su mayoría las ediciones provinieran de Brasil resultó, más que una sorpresa, algo así como una diagnosis, una señal luminosa a considerar dentro de nuestra región. La media centena de libros escogidos significó, como es habitual en este tipo de certámenes, primero desmalezar y luego acordar un primer lugar, además de nueve menciones honrosas correspondientes a las categorías definidas para postular al concurso. Para llevar a cabo y fundamentar la selección se consideraron algunos parámetros tales como el concepto general de la propuesta, el layout de diseño, el uso de la tipografía, la calidad de las imágenes utilizadas, la elección del papel, la impresión fina y el efecto general de la edición en tanto producto dirigido a un lector (desde su manufactura
hasta variables como el apego al libro tradicional o la incorporación de ideas innovadoras). La decisión de optar por un solo ganador no fue asunto fácil, ya que había al menos cuatro libros que cumplían con los requisitos para adjudicarse el premio (que además del reconocimiento, otorga un incentivo de cinco mil dólares). Finalmente, se distinguió a los diseñadores brasileños Paulo André Chagas y Nathalia Cury por la colección Octavio Paz, integrada por los dos volúmenes Filho do barro y O arco e a lira, y editada por Cosac Naify. Impresos ambos en papel Munkel Pure Rough y diseñados íntegramente con las fuentes Alegreya y F37 Bella, su elección obedeció principalmente a la calidad del concepto integral de su edición, a su refinamiento tipográfico y acabada impresión y, por cierto, a su peso y tamaño, justo y necesario, lo que tornaba un agrado su manipulación. En resumen, se trata de una serie finamente concebida que no resulta pretenciosa y cuyo diseño facilita al lector la interpretación de los contenidos. De hecho, ninguno de los trabajos finalistas respondió a una lógica de producción muy compleja o especialmente costosa, señal inequívoca de que un buen diseño no necesariamente es sinónimo de un gran presupuesto. Respecto a las menciones honrosas, fueron reconocidos los siguientes títulos y diseñadores: Avenida Niévski, de Gabriela Castro y Elaine Ramos (cubierta); Linha do tempo do design gráfico no Brasil, de Elaine Ramos (libro artístico ilustrado); Esopo. Fábulas completas, de Flávia Castanheira (ficción); Letra e música, de Elaine Ramos y Tereza Battinardi (no ficción); Colección de poesía Editorial Almadía, de Alejandro Magallanes (poesía); Contos maravilhosos infantis e domésticos, de Flávia Castanheira (infantil); Diccionario del caos, de Alejandro Magallanes (referencia), Gabo, memorias de una vida mágica, de César Garzón
y Rey Naranjo (cómic), y la serie Folios MUAC, de Cristina Paoli Charles (colección). Valga destacar que cinco de las menciones fueron obtenidas por profesionales brasileños; tres de ellas por diseñadores gráficos mexicanos, y una, la categoría cómic, por colegas colombianos. Asimismo, los cincuenta libros seleccionados por el jurado pasaron a formar parte de una exhibición en el marco de la cuadragésima versión de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, “amén” de ser incluidos en la postulación al Premio Internacional de Diseño (The Best Book Design), organizado por la fundación Stiftung Buchkunst, que anualmente otorga uno de los galardones más prestigiosos del rubro a nivel mundial. Si bien los envíos provenientes de Chile no quedaron entre los diez premiados del certamen, al menos tres de ellos fueron escogidos para integrar la muestra: Ética al zancudo, cuya portada fue diseñada por Pablo Martínez Brignardello para La Pollera Ediciones; Editado en Chile, cuya dirección de arte estuvo a cargo de María de los Ángeles Vargas Torres de Quilombo Ediciones, y Caperucita Roja, diseñado por Philippe Petitpas y publicado por Editorial Amanuta. Como apunte final, cabría mencionar dos cosas. Primero, la destacada participación de los diseñadores brasileños y el protagonismo de Cosac Naify, editorial paulista que además de disponer de un magnífico catálogo, invierte en diseño, algo a estas alturas imperativo para el consumo del libro impreso. Menciono esto último, para abordar el segundo punto. En esta primera organización del concurso no se consideró el diseño de libros digitales. No hay que ser pitoniso para darse cuenta de que se trata de un mercado en franca expansión, aun cuando este tipo de interfaces y dispositivos no ha logrado superar algunas prestaciones que ofrece el texto impreso desde hace poco más de quinientos años. Cuando ello ocurra —el desapego hacia el libro tradicional—, ya veremos. DNA
PRIMER LUGAR LIBRO GANADOR
O arco e a lira, libro. Primera colección. Os filhos do barro, libro. Segunda colección.
LIBROS QUE POSTULARON
MENCIONES HONROSAS SIETE CATEGORÍAS LIBRO FICCIÓN
LIBRO INFANTIL
LIBRO POESÍA
LIBRO NO FICCIÓN
LIBRO ARTE ILUSTRADO
LIBRO MEJOR PORTADA
LIBRO REFERENCIA
LIBRO REFERENCIA