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SIEMPRE HAY UNA PRIMERA VEZ Aunque seguimos sin entender por qué Koyi K Utho no está en el cartel de Marilyn Manson en Colombia (Parqueadero Salitre Mágico, 22 de septiembre), aplaudimos que tenga su propia fecha de lanzamiento para su nuevo y contundente “Vio-logic” (Teatro Jorge Eliécer Gaitán, 27 de septiembre). Este lanzamiento -junto con sus nominaciones a Grabación del Año y Mejor Banda Rock Duro en los Premios Shock 2007 (Corferias, 20 de septiembre)- reafirman los corrosivos pernos de su música actual, no pensada para el mainstream pero con todas las características y notoriedades necesarias para probar cualquier tipo de suerte en la gran industria. Lo de la banda bogotana, autodenominada como hardcore industrial según sus integrantes en entrevista con DISIDENCIA, es uno de los latidos más cercanos que, en muchos años, el rock nacional ha dado en su constante búsqueda por situarse más allá de los mitos, las carencias, las imitaciones y las pretenciosas búsquedas experimentales. Es una realidad, la de Koyi K Utho y su más reciente producción discográfica, tanto que DISIDENCIA, por primera vez en toda su historia, decidió ceder su portada a un grupo de rock colombiano. No por descreídos, sino por mantener el perfil internacional que siempre ha caracterizado a nuestra publicación, esta primera vez incluso se da por una invitación misma de la revista, que por fin encontró una musa cierta a la cual referir a sus lectores sin el riesgo de caer en el abismo patriotero de otros magazines de música. No estamos descubriendo el agua tibia, ni estamos apostando por una banda en proyección. Se trata de dar a Koyi K Utho el reconocimiento que se merece, por sus años de trabajo y por mantenerse fiel a sus instintos en medio de una escena nacional que no siempre es agradecida con aquellos que no siguen su juego. Y si el rock colombiano, en toda la extensión de la palabra, de algún modo se ve reconocido en esta primera portada que otorgamos al género en Colombia, que así sea. Y que más bandas colombianas se animen a crear producciones sólidas, detalladas y prominentes como “Vio-logic”, para que esta primera vez de DISIDENCIA no quede como un recuerdo vago en los anaqueles de la historia de la revista sino como una opción viable para nuestras futuras ediciones. disidencia2000@hotmail.com
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DISIDENCIA AÑO 13 NUMERO 27
SINGIN’INTHERAIN Nuevamente, Velvet Revolver desafía al mainstream. LIBERTAD, su segunda placa discográfica, es un pendenciero acto de esa vieja y peligrosa escuela rockandrolera que tanto echamos de menos. Ponerse los zapatos es, para Velvet Revolver, una tarea complicada. No porque no se ajusten a su talla sino porque, al contrario de lo que se cree, es una banda que vive a la sombra de dos fantasmas que la siguen pisando muy fuerte. Superar lo que hicieron Guns n’ Roses y Stone Temple Pilots no es una tarea fácil. Conformado por tres de las estrellas de GN’R (Slash, Duff McKagan y Matt Sorum ), el cantante de STP y el guitarrista Dave Kushner, el útimo de los llamados mega grupos se encuentran de gira soportando su nuevo disco, LIBERTAD. De entrada, Velvet Revolver recibe a quien lo oye con una descarga de energía titulada “Let It roll”, una divertida tonada punk con tintes hard rockeros que, por lógica, incluye la marca registrada de Slash en todos los solos de guitarra presentes. Para esta ocasión, Scott Weiland se vistió de gala cantando de una manera recargada y clara, que junto a la magistralidad del ya referido Slash y al desempeño certero de los encargados de la base rítmica, logran un punto bastante equilibrado en la conceptualización del sonido. Los Velvet Revolver de este disco son mucho más acoplados que los de su debut, CONTRABAND, un disco lanzado en el 2004 bajo una condena de expectativas como pocas. LIBERTAD reproduce en su portada la imagen de un ángel rompiendo unas cadenas (imagen que apareció en la moneda de 10 pesos que circuló en chile durante el régimen de Pinochet ), y es muy posible que sea el gesto con el cual Velvet Revolver pretende insinuar
que aunque su sonido no es muy actual, sí es un trabajo digno de escuchar y disfrutar hasta la médula. Un trabajo que se aleja del bombardeo inmisericorde del emo- punk y todas sus derivaciones, y que se toma las libertades necesarias para contrarestar esa marea de tendencias de radio a la cual nos ha sometido la industria musical en los últimos años. Canciones como “Get out the door” y “American man” permiten apreciar la verdadera fusión entre Guns n' Roses y Stone Temple Pilots, “She mine” da un respiro y “She builds quick machines” -primer single del nuevo álbum- es una canción indeleble que deja saborear ese rock and roll rítmico y divertido que sólo las bandas clásicas saben plasmar. “For a brother” y “The last fight”, por su parte, otorgan melancolía a la atmósfera del álbum (las dos canciones están inspiradas en el hermano de Scott Weiland, Michael, quien murió por una sobredosis de heroína); y el cover de “Can’t get it out of my head" (del grupo ELO) es otro acierto y un acercamiento mas a la lucha interna de Weiland por controlar sus impulsos más oscuros, y de un grupo que incluso es capaz de adentrarse en el country-folk para adornar un disco impulsivo que posee la hemoglobina pendenciera de los grandes actos de la old school.
Korn se reencuentra –por primera vez en mucho tiempo- con el verdadero credo y mística de su música. Su nuevo álbum de estudio es, de lejos, lo mejor que ha grabado la banda de Bakersfield desde 1999.
Despues de muchas vueltas, el ahora trío de Jonathan Davis, James (Munky) Shaffer y Fieldy descifran el puzzle de su propio sonido. El conjunto de canciones que Korn ha puesto en esta octava producción de estudio es, de hecho, el mejor material que en años ha escrito el grupo, no sólo desde su álbum “Issues”, de 1999, sino incluso desde el rabioso “Life is Peachy”, de 1996. Casi una década se ha tomado el decano del neo metal para desenredar su propia pita y encontrar un disco que realmente hablara de un presente musical y no de su pasado en el género. Éste es, en definitiva, ese ahora donde la banda va más allá de contemplar su propio reflejo distorsionado en el agua, y se concentra en interpretar un repertorio realmente notorio, con canciones que tienen un tortuoso nacimiento y lentamente van llegando a feliz término; con letras que no chapucean solamente en el dolor sino en muchos otros aspectos de la vida; con melodías y ritmos blancos que a veces sólo necesitan de algunas notas de piano y de guitarra acústica para crear un ambiente sombrío; con capas de texturas que no se sobrecargan entre sí como en sus discos anteriores, con juegos de voces que de inmediato remiten a Korn pero que a la vez dejan ver una ruptura, una nueva forma de hacer las cosas a su estilo.
Con su ex baterista David Silveria en casa, la biografía de su ex guitarrista Brian (Head) Welch en las estanterías de las librerías cristianas y algunas críticas favorables aún rondando las incidencias de su anterior álbum (el “MTV Unplugged”), la homónima nueva gesta de larga duración de Korn no se molesta en dar detalles o explicaciones que, a la larga, sobran en la gran industria de los discos. Su reinvención es, valga la reiteración, la música por la música, sin ni siquiera tener que usar la palabra “evolución” para convencer a la prensa y a su ahora vieja escuela de fans (aunque así se titule uno de sus primeros sencillos promocionales del álbum, la canción “Evolution”). Este Korn renovado y que enfila baterías para lo que podría ser otra etapa de productividad y redefinición de tendencias como la que ya vivió en los años 90. Como Head, que fue bautizado en el río Jordán algunas semanas después de haber dejado a la banda, Korn se sumerge en el caudal de su propio nombre y encuentra la mística y el credo en un nuevo
disco de transpiración continua y moderada. Pando y con fina violencia musical entre sus aguas, es el regreso discográfico que muchos estaban esperando para un grupo que sigue empuñando la espada de su propia percepción de la justicia y el rock. En una de las páginas del bien ilustrado cuadernillo del disco (también conocido como “Untitled”), Jonathan Davis carga a un neonato mientras una serpiente trepa por su brazo, James Shaffer se decapita a sí mismo en una panorámica de pirámides y Fieldy aparece crucificado bajo el revuelo de un numeroso grupo de aves negras.
Con un renovado brío y una nueva disquera, los músicos de Dream Theater renacen con un disco titulado “Systematic Chaos”.
La historia de la banda es ya conocida. Fundada por músicos académicos egresados del Berklee School Of Music, cifras con números de seis ceros en ventas, siete giras mundiales con presentaciones en más de 42 países, y una trayectoria de 21 años con pocos altibajos.
por sus poros. No será tan autentico como “Metropolis”, pero sí tiene algo de esa magia que la banda plasmo en “Awake”. Una apuesta que lo hace un álbum respetable que no se olvida del status musical que los Dream Theater han construido a través de años y años de trabajo.
Hoy, su regreso está marcado por la sombra protectora y el apoyo incondicional de su nueva disquera, Roadrunner Records, que les ha brindado libertad total. La banda esta muy satisfecha (promoción a gran escala, videos, e-cards, una edición del álbum con DVD), y su sonido en este nuevo disco ha tomado una distancia prudente de su propio paradigma. Con el perdón de sus fans más progresivos, el reciente “Systematic Chaos” se aleja de la exagerada preponderancia dedicada a cada instrumento y de las somníferas y lentas composiciones de más de 20 minutos que siempre han diferenciado al grupo; y en su sustitución a dado paso a un concepto mucho mas metálico. Unas guitarras distorsionadas y thrasheras, que no pierden la esencia de la banda y que no se van por caminos menos que difíciles.
Otro de los factores que hacen distinto a “Systematic Chaos” es el cambio de ingeniero en sonido. Ahora, con Paul Northfield en las perillas, las cosas se ponen más rudas que antes. “In the presence of enemies part 1” es la canción encargada de abrir el disco, y aunque en realidad es una sola pieza junto a la parte 2 (que cierra el álbum), de entrada advierte que el repertorio tiene todos los elementos que hacen de “nosotros lo que somos”, según su guitarrista, John Petrucci.
Dream Theater resulta, en “Systematic Chaos”, más que una banda progresiva. Es una progresión musical sin precedentes, una entidad musical dinámica y auto sustentada por la indiscutible virtuosidad musical de cada uno de sus integrantes. No es música para escuchar y tomar a la ligera -su original manera de componer e hilar sus trabajos está ceñida por un complejo concepto conceptual y numérico-, y aunque la critica les ha caído encima porque su nuevo trabajo está empotrado en el heavy, “Systematic Chaos” respira novedad
“Constant motion” es la canción más fuerte (guitarras ensambladas entre teclados y una base rítmica poderosa), pero la impresión más contundente la plasma el tema “The dark eternal night”, donde a través de 8 minutos y 50 segundos se puede oír una sinfonía de pesadez que se aventura con los efectos de voz y que cuenta la historia de un monstruo que viene a embrujar un pueblo. “Repentance: VIII. Regret / IX. Restitution” y “The Ministry of Lost Souls” son la apuesta más sobrias y ceñidas al sonido calmado del grupo, mientras que “Prophets Of War” demuestra que el metal con voces prístinas no desentona. La canción “Forsaken”, a su vez, conserva los suaves intros de teclado con distorsiones a través de las cuales Dream Theater suele desarrollar sus fantasiosas letras de amor (esta vez entre un mortal y su amante vampiro); y le pone sangre melodramática a un álbum accesible y de conjunto técnico impecable.
En un momento en que el rock colombiano apunta a terminar otra década sin mayores ademanes ni saltos sobrecogedores en la industria de la música –sólo un lugar de privilegio en la mitad de un mercado sin presupuestos de promoción y un creciente desinterés por la opción de la exportación del talento de las bandas que no hacen eco a los dictámenes de la radio-; el nuevo álbum de Koyi K Utho parece tener, indirectamente, más de una respuesta a las preguntas que todos se hacen. La primera, la más obvia, es cómo no morir en el intento con un demoledor disco que no tiene un solo ápice de fachada ni de pose, sino una puntiaguda y acre fanegada de trigo que un espantapájaros que conoce de las enfermedades del mundo vigila celosamente. Del flirteo con las máquinas de su anterior álbum “Mechanical Human Prototype” (EMI, 2005) a este nuevo “Vio-logic” (EMI, 2007), Koyi K Utho ha reptado hacia una musicalidad de escuela, hiriente y funcional, que remite al oyente a otros episodios de ira con conciencia de bandas como Pantera, Metallica, Ministry o NIN. Llevar las cosas al límite de lo audible para dar una advertencia al estilo tipográfico de Dead Kennedys, sin merchandise y sin separar la fruta podrida de los vegetales sanos (como sí lo hizo Al Gore y su Súper Tazón de rock y televentas, el Live Earth). Para transmitir el tiempo de vida que le queda a la civilización, tal como la conocemos, Koyi K Utho se despacha con un disco tan contundente que, respuesta a la segunda pregunta, es uno de las producciones más consecuentes y serias del rock nacional en su historia. Rock en su estado más corrosivo y al alcance de cuantas asociaciones de géneros quieran hacerse (hardcore industrial, cyber punk, metal industrial o cyber core), pero que en manos de su propio sonido deja absolutamente en claro que no necesita ser etiquetado para ser oído. Qué emisora comercial se arriesgaría a programar cualquiera de las 13 nuevas canciones de la banda colombiana, es la pregunta que
sigue, y para la que el grupo tiene una respuesta tan sólida como la música de “Viologic”: no hará' falta para quien compre esta producción sin cortapisas, una grabación con sentimientos extraídos del thrash, del movimiento industrial europeo o del lado más new wave del noise; tendencias que Koyi K Utho no ligó por separado ni previendo un amasijo de públicos que les permitiera pescar en río revuelto. “Vio-logic”, en todas las tiendas de discos del país, pasó por una etapa de trabajo de más de un año y las canciones incluidas fueron producidas por Keith Hillebrandt, diseñador de los sonidos electrónicos del suntuoso álbum “The Fragile” de NIN. Luego de ser grabado en Bogotá bajo las pautas de Hillebrandt, el material fue enviado hasta Los Ángeles (EE.UU.), donde el ingeniero peruano Germán Villacorta lo mezcló y masterizó sin perder de vista el carácter que la banda y el hombre de confianza de Trent Reznor habían depurado en el estudio (Villacorta ha estado inmiscuido en proyectos discográficos de Ozzy Osbourne, The Rolling Stones, Saliva, RATM y Limp Bizkit). El resultado no necesita de más palabras para contextualizar su ferocidad, el compromiso de su mensaje en un tiempo donde hablarle a los individuos del final de los tiempos es un cliché, y la calidad de su trasegar musical para desmarcarse del resto de las bandas del país y en ocasiones de su propia imaginería (sin perder el impulso de su estética). Un disco que podría marcar muchas más diferencias, si todos a quienes compete sacar al rock nacional de las aguas tibias del mercado discográfico se preguntaran, al menos, por qué no lo hacen cuando a sus manos llega una banda como ésta. Esa es la última pregunta de la lista.
¿Qué hace la diferencia entre “Mechanical Human Prototype” y este nuevo “Vio-logic”? En el primer disco aprendimos muchas cosas, como no trabajar contra el reloj. También aprendimos que muchas de las situaciones que nos presentan los discos de la gran industria no son ciertas, el virtuosismo en los sesionistas americanos, por ejemplo, no es tan palpable a la hora de grabar. Por eso, a la hora de grabar “Vio-logic” hicimos algo mucho más minimalista, fuimos paso por paso y nos dimos tres años –entre un disco y otro- para desarrollar mucho más nuestro estilo, hacer música más elaborada y lograr una evolución que se sintiera realmente.
¿Cuál fue el papel que jugó Keith Hillebrandt en el nuevo álbum de Koyi K Utho? A la gente le gustaba el “Mechanical Human Prototype” pero se encontraba con que no era lo que la banda hacía en vivo. El disco sonaba a una cosa y la banda en vivo sonaba mucho más fuerte. Lo que hizo Keith en “Vio-logic”, básicamente, fue explotar nuestras mejores características, maximizar las posibilidades de cada músico y grabar detenidamente con cada uno de los instrumentalistas del grupo, después de haberlos observado con detenimiento.
¿Cómo se depuró y se alimentó “Vio-logic”?
Escogimos el material más seguro que teníamos para grabar. En el primer disco buscamos un estilo para la banda, un camino que fuera el adecuado, y para este nuevo disco –además de nuestra propia música- escogimos elementos muy específicos de bandas como Ministry, Front 242 o Front Line Assembley. Al final, Keith Hillebrandt redireccionó todo en un mismo embudo, y sin perder de vista las características de una banda de hardcore industrial como la nuestra, incluso nos llevó a depurar y resaltar elementos y secciones propias que al comienzo pensamos que no iban a sonar tan macizas.
El disco es demoledor pero al mismo tiempo es acoplado… Es un disco que suena apretado porque tiene una gran cantidad de fuentes de sonido. Una banda normal tiene batería, bajo, guitarra, voz y de pronto una segunda guitarra, pero nosotros tenemos la batería -más las partes electrónicas de la batería-, así como un bajo sintetizado que a su vez son tres líneas, otro bajo que también está botando intervenciones electrónicas y dos bloques grandes de guitarras y voces.
Las voces son, justamente, una de las mayores características de Koyi K Utho. ¿Cuál fue la propuesta vocal para este nuevo álbum? Cartridge quería una voz mucho más cruda, no una tan procesada como en el “Mechanical Human Prototype”. Así que en “Vio-logic” usamos efectos de voz, pero muchos fueron generados por la voz como tal. Grabamos algunas tomas y les generamos delays de la misma voz para dar la impresión de un efecto.
En definitiva, lo que mejor habla de “Vio-logic” es la musicalidad alcanzada por el grupo, incluso en esas partes suaves que hay en algunas canciones…? Keith se refería a esas partes como “partes dramáticas”. Él, como diseñador de librerías de sonido para NIN, lo que hizo para Koyi fue proponer tipos de colores para las guitarras de cada una de las canciones, por ejemplo, y nos mostró cómo se iba afectar el resto de las canciónes a partir de allí. Fueron técnicas que el nos enseñó a manejar. Otra de las cosas que Keith rescató fueron los bloques musicales enteros. En el disco anterior la voz principal se escucha desde el primero hasta el último segundo del repertorio, y este nuevo álbum tiene secciones donde se retiró intencionalmente la voz para que la banda saliera a poner la cara por su propia cuenta.
KOYI K UTHO
Zetha (batería) / Mono (guitarra) / Cartridge (voces) EDU (bajo 2) / JIO (bajo)
Dave Mustaine arrancó este año a toda marcha. Su más reciente disco, UNITED ABOMINATIOS, se ha ubicado entre los más vendidos y las entradas a su Giant Tour se agotan.
Para esta ocasión (y como ha sido habitual en la carrera de la banda) su alineación ha cambiado (aunque debe reconocerse que esta vez por fin ensambló una máquina muy compacta). Dave Mustaine, acompañado de Glenn Drover ( King Diamond), su hermano Shawn Drover (Eidolon) y James Lomenzo (White Lion y Black Label Society), apretó el corsé del mejor trabajo de Megadeth desde el disco Countdown to Extinction. Además de riffs feroces, Mustaine se centró en una serie de letras críticas e inteligentes que marcan la diferencia frente al metal oxidable de esta era que no se compromete con nada sino que, por el contrario, se desvía por atajos como la apología de la violencia. “United Abominations” es, de hecho, una especie de desfibrilador para la escena heavy. “Alguien tiene que hacer solos, ritmos metaleros y buenas letras otra vez”, dice Dave Mustaine. “Es realmente gratificante volver a tocar thrash y speed metal –continua- y amo la forma como me hace sentir esa música”. Desgarrándose en temas como “Sleepwalker”, el eterno frontman de la banda deja en claro que de todos modos no es un trabajo que pueda desarrollar un intérprete cualquiera. Como muchos otros de los temas incluidos, la canción galopa con un ritmo desbocado al que sólo antecede un suave chasquido de teclados y una guitarra acústica, y pone de manifiesto el regreso del clá'sico sonido Megadeth (con el tipo de texturas guitarrudas que el grupo exhibió en álbumes como “Kill is my bussines” y “Rust in Peace”). “United Abominations” se gestó en numerosas sesiones de Dave con Jeff Balding y el mago de la producción Andy Sneap, y además del fervor técnico que ofrece es una entrega fehaciente de los versos más comprometidos de Mustaine. Desde la canción “Blessed are the Dead” pasando por “Amerikhastan” (basada en la galardonada serie de televisión “24”, protagonizada por Kiefer Sutherland), Megadeth se va lanza en ristre contra la política internacional de los Estados Unidos y, principalmente, de las Naciones Unidas (organización internacional de países de disímiles intereses que, en definitiva, no sirve para nada). “Si tienes una buena música puedes decir lo que quieras”, confiesa Dave Mustaine, “y en este trabajo hablo de cómo me siento con la MTV, de cómo me siento con las Naciones Unidas y qué pienso del nuevo orden mundial. De la apatía que nuestros líderes demuestran cada vez que planean liderar bien nuestro país, y de lo lejos que están ellos de nosotros.”
POISON’D! CAPITOL-EMI 2007 Uno de los regresos más esperados de los últimos años tiene aroma de covers. Se trata de Poison, quienes andan de tour presentando la alineación original de sus abriles dorados (los años 80): Bret Michaels (voces), C.C. DeVille (guitarra), Rikki Rockett (batería) y Bobby Dall (bajo). Y es esta misma alineación la que ha grabado su más reciente trabajo en estudio, “Poison’d!”, trece versiones de éxitos grabados por artistas como David Bowie, The Rolling Stones, The Cars, Sweet, Tom Petty & The Heartbreakers. Temas favoritos de Poison por años. El álbum, producido por Don Was en los Hensen Recording Studios en Hollywood, se lanzó al mercado vía EMI/Capitol y está disponible en Colombia. Entre las canciones más importantes podemos destacar “A Little Willy” de Sweet, “Just What I Needed” de The Cars y “What I Like About You” de The Romantics. El álbum también incluye una versión de “Rock And Roll All Nite” de Kiss, grabado por Poison para la banda sonora de la película “Less Than Zero”; y “You Don’t Mess Around With Jim” en un demo de Poison de 1987. Grandes bocas del rock con la sobredosis de labial de un Poison muy situado en sus divertidos días de gloria. OLD SKOOL OF ROCK VARIOS ARTISTAS UNIVERSAL MUSIC 2007 Heavy, Hair metal, glam y Hard rock son la columna vertebral de este compilado, que en dos discos compactos describe los sonidos ejecutados por las mejores bandas del género. Las “Crazy Crazy Nights” de Kiss, seguidas por el “Poison” de Alice Cooper y el “Cherry Pie” de Warrant, son las referencias que en primera instancia saltan a la vista. Pero “Gimme All Your Lovin” de ZZ Top, “Girls Girls Girls” de Motley Crue y joyas
como “Ace Of Spades” de Motörhead, “Paranoid” de Black Sabbath y “Living After Midnight” de Judas Priest, hacen que esta colección se sitúe ad portas de lo que se podría considerar como una Biblia del metal. Un álbum sagrado para todo amante de esta cultura, y una compilación indispensable para todo neófito que quiera enterarse de la historia sonora del género LOS AÑOS MARAVILLOSOS DEL ROCK Y POP DELUXE VARIOS ARTISTAS UNIVERSAL MUSIC 2007 Pocas son las veces en que los compilados llaman la atención y las razones sobran: malas canciones incluidas entre unas cuantas buenas; géneros compilados opuestos o demasiado parecidos. Este compilado de Universal Music es la excepción. El concepto de la compilación gira en torno a éxitos de reconocidos interpretes del rock y del pop de los últimos 20 años (The Cure, Bon Jovi, Keane y Asia, entre otros), un total de 36 canciones recopiladas en dos discos empacados en una bonita caja de colección estilo DVD. TRANSFORMERS BANDA SONORA K-DISCOS 2007 “Transformers” ha sido una de las mejores cintas de acción y ficción de este año, no solo por los espectaculares efectos especiales y la adaptación de la historia de estos gigantes robots que se vienen a luchar a la tierra, sino porque también tiene una de las mejores bandas sonoras que ha producido la industria del cine en mucho tiempo. Artistas de la talla de Linkin Park, Smashing Pumpkins, HIM y Disturbed prestaron sus sonidos a los momentos más interesantes de la cinta.
LIVE IN MILAN – TOURING THE ANGEL DEPECHE MODE Simply irresistible, como diría el extinto Robert Palmer. La vida musical de Depeche Mode tiene tantos picos, directrices, dinámicas, dramatismo y latidos que más que un grupo fundamental, es una experiencia cardinal. Este “Live in Milan” –con dos DVD’s y un disco compacto- es un panal inobjetable de la miel de la ninfa británica, la banda de Martin L. Gore que en su sola pubertad encontró una forma no menos majestuosa y exacta de deformar la música convencional y recomponerla a un único modo, simplemente llamado Depeche Mode. El bonus CD es un Doctor Octopus de sus composiciones más recientes, desde “Precious” hasta “John the revelator”. Y los dos DVD’s contienen 21 puntos de referencia de toda su discografía (del álbum “Speak & Spell” de 1981 a “Playing the Angel” de 2005). La edición de este documento audiovisual sigue con celo a la vitalidad de un grupo que no apagan los años, y cuyas luces nunca se han prendido en vano o por la fuerza del mercado. WE ARE THE NIGHT THE CHEMICAL BROTHERS Y más que la noche, el día de la frontera donde el rock se encuentra con la electrónica. El regreso de The Chemical Brothers no es un disco redentor sino una continuidad clara para todos los entendidos en la materia, un resplandor sobre la cabeza de todos y cada uno de los que han hecho espacio en la pista a una electrónica menos purista, menos convencida de que la suma de revoluciones por minuto es la única opción de hacer la diferencia. Este nuevo álbum del dúo de Manchester es una entusiasta y psicodélica moderación de entre tiempos y melodías preciosistas que no se hacen líos
ONCE RASQAS VELANDIA Y LA TIGRA CINECHINCHERA REPRODUCCIONES 2007 Algunos dicen que Jimi Hendrix y Led Zeppelin trepan por las lianas de esta montaña de música colombiana con un don especial de sismo resistencia política. Otros que no, que su autor obviamente conserva las referencias clásicas de cualquier otro guitarrista moderno, pero que es su interés artístico y sentimental por la música de fiesta de las veredas y los pueblos la que hace de su música un caso aparte en el rock colombiano. Su autor, para estar más a gusto, dice que sus musas son en realidad Julio Jaramillo, Rómulo Caicedo y otros que no se nombran dentro de las huestes del rock and roll; pero que al final de cuentas todos tienen razón, hasta los que comparan a Velandia y La Tigra (banda de Pie de Cuesta, Santander) con The Mars Volta. Algo hay de razón en eso también, pero habría que aclarar que esta banda colombiana sería como una vuelta a Marte dentro de una tienda de pueblo con rocola de fondo y chicha sobre la mesa. Su líder, Edson Velandia, estuvo en Cabuya y ahora armó casa aparte, una con vista al Cañón del Chicamocha y al panorama de un disco (“Once Rasqas”) que sorprende por el buen manejo de sus tiempos y los recursos, la musicalidad inherente y el don de gentes de cada uno de los ritmos animales que uno se va encontrando por el camino.
al momento de partir hacia el oído de quien escucha. De todos los discos de The Chemical Brothers es, de hecho, el menos abocado a dictar una tendencia de baile y el que más se acerca a una experiencia de tacto, casi individual. Más allá de convencer al grupo, los experimentados Tom Rowlands y Ed Simons le hablan a cada quien de las posibilidades de vivir a sus anchas en un paisaje de montañas nevadas y dos manos con ojos bajo un cielo estrellado y luminoso. TASTY – B SIDES PLASTILINA MOSH Colección doble, esta de los mexicanos Plastilina Mosh, (entre otros aspectos) un testimonio de que muchos fueron los iniciados pero pocos los que ligaron a lo grueso en esto del rock electrónico latinoamericano. Y no se trata de destellos de rock, funk o pop en medio de un convencionalismo de género. Este “Tasty – B Sides” es, tema a tema y secuencia a secuencia, engreído y decoroso diccionario de un estilo propio donde la goma de mascar, el glamour burrito y la piñata de fiesta han coincidido. Entre un disco y otro de esta producción de empaque notorio, hay temas inéditos, rarezas, remezclas y éxitos (“Niño bomba”, “Afroman”, …'c9); lo pausado y el acelerador a fondo, el ritmo y la contra cadencia de un dúo que no necesitó de grandes efectos técnicos para atrapar audiencias. Decir que este álbum es lo que Plastilina Mosh deja por herencia a la música de este continente en cuanto a electrónica se refiere, es no ver más allá de las propias narices. Un grupo ligero, pero a lo grande, merece consideración aún entre las filas de quienes no ven con buenos ojos que el rock luzca playeras y gafas de sol.
MASTERS OF THRASH NEUROSIS NEUROSIS MUSIC 2007 Un homenaje al género, pero ante todo, un tributo a todos los seguidores de una banda colombiana que, como pocas, ha dado la pelea con dignidad y desobediencia. Mientras otras nóminas fundacionales del metal nacional lo hicieron, Neurosis no dio (ni da) el brazo a torcer, en una escena y en un mercado donde el público exige, los escenarios son limitados, la promoción en emisoras es casi nula y las discotiendas de cadena no quieren saber nada del asunto. Su última obstinación, “Master Of Thrash”, es un disco con 13 covers y dos bonus tracks. Versiones enfadadas de canciones célebremente rabiosas como “Postmortem” (de Slayer), “Forgotten past” (Death), “United Forces” (S.O.D.), “Leper Messiah” (Metallica) y “Raining blood” (de Slayer, nuevamente); y dos canciones propias de Neurosis, “La marcha de los rebeldes” y “Salvación”. GRANDES HITS VOL.1 5.27 RECORDS 5.27 RECORDS Tras casi veinte años de trayectoria, el llamado escuadrón 5-27 (a.k.a. LA ETNNIA) decidió editar el primer número de colección de su propio y homónimo sello discográfico (que, como tal y según cuenta el cuadernillo del disco, “fue fundado en el año de 1994 con el único y exclusivo fin de prensar, lanzar y promocionar artistas de la escena HIP HOP de diferentes latitudes del mundo”). Doce canciones en total sellan este primer volumen de rap firme, raizal, contestatario y decidido, en boca de artistas que han machacado el underground para luego situarse en posiciones de privilegio y respeto. Este disco de grandes hits del 5-27 está basado en 12 lanzamientos que el mismo sello independiente realizó a lo largo de su historia, entre ellos los discos de artistas como FULL NELSON y TRES CORONAS, y las compilaciones RAP LATINO, GHETTO PROS y RUIDO DE LA ESQUINA. Los éxitos de LA ETNNIA tampoco se quedaron por fuera del repertorio (seleccionados entre sus cinco discos de estudio), y entre los que se incluyeron hay que hacer una mención especial a la versión remasterizada del clásico tema “Manicomio 527”.
LA VIDA SIGUE TR3S DE CORAZÓN UNIVERSAL MUSIC COLOMBIA 2007 Hay de todo en este nuevo álbum de Tr3s de Corazón: relaciones sentimentales, fútbol, historias de barrio, canciones que claman justicia. El trío pone el listón alto con un disco redondo (tercero de su discografía, primero para la multinacional Universal Music Colombia), al que (en lo técnico) hay que aplaudirle dos particularidades: la forma en que fueron grabadas las voces de los 14 temas incluidos (13 de ellos nuevos y una versión de su clásico ¿Qué se yo?) y las tomas de guitarra. La grabación del disco se realizó a finales del 2006 en los estudios Southern Signal de la ciudad de Monterrey (México) y la producción estuvo a cargo de Maurizio Terracina (productor de División Minúscula). Las expectativas para este álbum de la popular banda de nuevo rock de Medellín no podrían ser mejores, y “La vida sigue” (el álbum en cuestión) queda como el momento más idóneo para escuchar una propuesta que recorre varias instancias rítmicas, desde los aires caldeados al mejor estilo de la old shool punk hasta la reflexión pausada del rock emocional de esta década.