REVISTA DISIDENCIA No. 28

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NÚMERO 28

ISSN 0122-8331

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SCARS ON BROADWAY BLACK TIDE DISTURBED SLIPKNOT OPETH EL SIE7E CARAJO

DEATH MAGNETIC,

METALLICA VIVE www.disidencia.net


LA REVISTA PARA LEER A TODO VOLUMEN

DIRECTOR MIGUEL EDUARDO RUGET

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Disidencia, por favor Para Disidencia el 2008 ha sido un año de transformaciones, mudanzas y nuevas esperanzas. También ha sido un año de dificultades, hay que decirlo, comenzando por el paro obligatorio de nuestra edición impresa debido al problema de siempre: la escasez de anunciantes, una sequía que tiene que ver con la crisis de las grandes discográficas y que cada vez más difículta la impresión de nuestra edición mensual. Pero como a lo largo de 14 años de duro trabajo Disidencia siempre ha estado al frente de la cultura musical, no nos vamos a quejar. !Ni por el putas!. Como medio independiente, hemos experimentado y ofrecido un producto con criterio en sus contenidos y su aspecto gráfico, y siendo consecuentes con nuestras opiniones nunca nos hemos arrodillado para lograr objetivos comerciales y tampoco nos hemos cerrado a un público limitado. Nuestra decisión, en este caso, es implementar una nueva estrategia y mudarnos de forma paulatina a los territorios cibernéticos, donde desde hace varios años tenemos una página web con contenidos seleccionados de nuestra edición impresa, incluyendo un archivo que va desde la edición número 12 hasta la número 27. Por otro lado, y sin que tenga que ver con ese discurso manido y malintencionado con el que ahora todos hacen dinero; esta decisión nos permite -así sea en un 0,0001%- ayudar en la disminución de la contaminación y la destrucción indiscriminada de árboles. A muchos les podrá sonar pretencioso, pero honestamente nos abruma ver cómo todos los días los grandes almacenes de cadena inundan las porterías de los edificios con arrumes de catálogos que nadie toma y que al final de la semana terminan en la caneca de la basura sin haber sido de ninguna utilidad. A eso hay que sumarle las toneladas y toneladas de papel, tinta e insumos para impresión de los demás catálogos, revistas, periódicos y volantes que mensualmente van a parar a los ríos y basureros. La materia prima del papel es la madera, los miles de árboles que se talan para esto no son renovables, y en el proceso de blanqueamiento del papel -como si fuera poco- se emplean químicos nocivos como el cloro y se contaminan grandes cantidades de agua. Eso sí, mientras el mundo sigue talando árboles para hacer volantes de pizzerías y revistas de farándula para que la gente tenga algo en qué entretenerse mientras está en la peluquería tratando de arreglar lo que Dios hizo mal (o esperando a que lo atiendan los burócratas de su EPS de confianza); el look de Disidencia -sin talar un solo palo de paleta- seguirá siendo atractivo y mejor, ya que no tendremos limitaciones de páginas. El formato de la revista en Internet podrá descargarse en pdf, un formato que permite tener un acercamiento real a la forma en que leemos los impresos y que cualquier navegante con una conexión promedio y después de diligenciar un corto registro podrá descargar desde www.disidencia.net.

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DISIDENCIA AÑO 14 NÚMERO 28



Disturbed nació cuando el nuevo metal estaba en su mejor momento, y alcanzó la cima del éxito en una época donde (supuestamente) los solos de guitarra estaban pasados de moda. Su álbum, Indestructible está conquistando los primeros lugares en ventas y radiodifusión, mientras que el resto de bandas sobrevivientes de los noventas están relegadas a los rincones y los ringtones.

DING DONG DESTRUCCIÓN

Muchos se preguntarán cuál es la fórmula de esta banda de Chicago, que ha sabido reciclarse y desmarcarce de la etiqueta “neo metal”. ¿Se trata solamente de incluir solos de guitarra en su nueva grabación, ó, por el contrario, se debe a que es una banda con mucho talento y carácter que le pone pecho a las tendencias y construye un álbum honesto y lleno de rabia, oscuridad y buenos riffs? El sonido de Indestructible es contundente y está unido a la voz única de David Draiman; rock pesado con guitarras afiladas y una técnica que desde su disco Ten Thousand Fists han pulido y perfeccionado. El álbum puede sonar repetitivo, a veces, pero la energía desplegada en las guitarras de Dan Donegan -junto al tono agresivo pero a la vez agradable de su líder y la contundencia de la banda acoplada como una máquina perfecta- lleva las canciones a feliz término, con una contundencia eficaz y un voltaje a veces metido en los terrenos del rock industrial. Indestructible posee todos los elementos necesarios para defenderse por sí mismo, y canciones como Inside the Fire, The Night o Perfect Insanity lo demuestran con fuerza y cambios rítmicos; mientras que otras como Criminal y Divide recapitulan su vieja etapa de caracteristicos gritos entre melodía y detonación.


Responsable en gran parte de varios de los éxitos de SOAD y compositor absoluto de todo el material en este primer álbum para Scars On Broadway, la nueva propuesta del talentoso guitarrista y cantante se encuentra a medio camino entre el rock más comercial y el metal agreste y pegachento que posicionó a SOAD como uno de los grandes del nuevo rock. ”Me gusta dejar que mis canciones se marinen a través del tiempo, esto me ayuda a determinar cuál de ellas me habla más fuerte”, explicó Daron Malakian sobre los temas incluidos en el álbum debut Scars On Broadway, muchos de los cuales tienen su origen hace varios años y para este nuevo proyecto están más inyectados de rock que de metal (hay claras influencias de Iggy Pop, David Bowie y Neil Young, pasadas obviamente a través de un colador de influencias electrónicas, música tradicional Armenia, thrash, death, black y doom metal. Todo este coctel dañino para el hígado musical -de algunos- logra producir síntomas de cirrosis especialmente a los seguidores de SOAD, quienes ven en éste un disco a medio camino de System Of A Down; mientras que para otros se trata de un álbum genial y experimental, que parece tener muchos matices pero que en definitiva posee un hilo conductor que mantiene unidas las canciones. La prueba es They Say, el primer sencillo del disco, cuyo sendo video se filmó en Los Angeles y fue dirigido por Paul Minor, quien ha trabajado para otras bandas como MUSE y THE QUEENS OF THE STONE AGE. El video clip es un collage de alarmantes imágenes de nuestro tiempo, sucedidas en la naturaleza, las guerras, los desastres provocados por el hombre, la fauna salvaje, la interacción humana o los fenómenos climáticos.

Serious, el tema encargado de abrir el disco es energético, rápido y certero, mientras que Funny, su sucesor dentro del track list es más pausado, con una vocalización suave y adornos electrónicos. Después de Stoner-Hate, una composición que tiene mucha fuerza y una onda SOAD saliéndole por los poros, el álbum se destaca por canciones como Chemicals, Whoring Streets y Cute Machine, un corte electrónico, uno agresivo y una balada ciertamente rara dentro de un álbum que se alimenta de todo y que no cansa. Scars On Broadway estuvo en importantes festivales como el Coachella 2008, donde su actuación fue calificada como “una de las presentaciones más importantes del festival” por el diario Los Angeles Times. Adicionalmente, la banda abrió para Metallica en un concierto benéfico y se perfila como uno de los grandes actos en vivo del año.


Gabriel García es un muchacho que no supera los dieciocho años, y que desde que tenía 11 se ha dedicado a tocar guitarra desarrollando una técnica bestial. También es la voz principal de una adolescente y virtuosa banda de Miami que ya se montó en el tren de las grandes ligas tocando junto a Ozzy y Lamb Of God.

ROCKEAMOS DESDE LA CUNA “Mi tío Mario fue quien me enseñó a tocar guitarra, y desde ahí le he metido el culo a practicar”, dice Gabriel, quien con apenas 15 años ya es figura en el ámbito rockero mundial. Con influencias de Metallica, Pantera, Iron Maiden y Megadeth, bandas con las que aprendió a tocar guitarra y a las que luego de seis años de duro trabajo está en capacidad de igualar con los prometedores resultados de Light From Above. El álbum debut de su banda Black Tide para el sello Interscope, dinamita en estado puro, riffs agrestes, velocidad supersónica y solos electrizantes que definitivamente avergüenzan a muchas otras bandas de mayor edad y trayectoria. Gabriel, junto a Alex Nunez, se encargan de las guitarras mientras que Zakk Sandler del bajo y Steven Spence de la batería, para comerse el escenario como una verdadera pandilla callejera desplegando energía cruda y música muy bien desarrollada, mientras cientos de jóvenes de ésta y otras tendencias acampan en sus canciones. Estos pelaos lógicamente no vivieron los ochentas, pero sí que se han alimentado de las bandas de esa época. Tanto de hardrock como de thrash metal (Guns N` Roses, Megadeth, Metallica, Iron Maiden y Slayer), que hoy Black Tide contextualiza con el sonido actual para lograr un infierno metálico bastante contundente.

BLACK TIDE

Shockwave, la canción que abre su álbum es puro thrash clásico, pero no copia de los héroes de antaño: es tal vez más rápido y ligeramente speed, con solos chillones y guitarras torturadas al límite, una sólida batería marchando con doble bombos descarriados y una crudeza que se empalma con la melodía y la extraña voz que no pertenece a un niño -pero que tampoco a la de un hombre-; para dar como resultado rock del más alto octanaje. Warriors Of Time es otro de los temas devastadores de Light From Above, una canción que se nutre mucho del hardrock y de los tintes de Maiden sin darle concesiones y nuevamente llevando sus motores al máximo. Shout suena más glam y, aunque es rápida, sus partes melódicas soportan los coros pegajosos y una guitarra puntera de un color bastante agradable, que al igual que en el tema Let me se hibridan con esa manera actual de cantar y llevar el ritmo de Avenged Sevenfold. Black Abyss, Live Fast Die Young y el cover de Metallica Hit The Lights son otros temas desnucadores que sin duda seducirán a los más experimentados oídos head bangers y arrancarán cabezas de sus troncos. Black Tide, una banda cuyo nombre traduce Marea Negra es definitivamente una banda para hacer los prejuicios a un lado y no dejar de lado, pues hasta la prestigiosa revista de metal Kerrang! les otorgó el premio a Mejor debut internacional.


¿Cómo fue reestructurar su más reciente disco, PUNTO CERO, a partir de lo que pasó con su anterior álbum, QUIENES SOMOS? Para nosotros, más que una reestructuración es el fruto de una marcada y plena evolución. En todo sentido. Desde el primer viaje a Europa la perspectiva musical y personal de la banda cambió, así como nuestras ambiciones ¿Por qué en PUNTO CERO insistieron en la claridad de las mezclas, en ubicar las voces y las guitarras mucho más al frente y hacer que se integraran, más que a cada canción, a la historia global del álbum? Nosotros creemos que la claridad de una mezcla y una base melódica fuerte -acompañadas de un sonido de voces muy puro y que sobresalga en las líricas- son la combinación adecuada al momento de hacer un disco contundente y competitivo a nivel internacional. Y eso fue lo que quiso El Sie7e con punto cero. Más que cualquier otra cosa, quisimos hacer un disco de verdad.

Pocas veces un disco de un grupo nacional comienza con tres temas que son éxitos de radio en potencia. Canciones muy redondas y claras, con mucha musicalidad y unos términos de grabación muy limpios. ¿Cómo se han sentido ahora que están programados en emisoras comerciales que llegan a mucha más gente? ¿Cuándo se oyen en la radio se sienten cómodos? La verdad es muy grato para nosotros saber que después de toda la búsqueda y el empeño por crear y proponer musicalmente, el público mismo es quien adopta y lleva la música del grupo a ese nivel. Y eso nos hace sentir muy bien. Creemos que la comodidad es sinónimo de confianza y estamos seguros de que vamos por muy buen camino. ¿Qué viene para El Sie7e en términos de industria? ¿Cómo ha reaccionado PUNTO CERO en las discotiendas? Para El Sie7e, Punto cero es un nuevo punto de partida. Estar de lleno en la industria de la música es algo relativamente nuevo para nosotros. Estar sonando, tocando y dando de qué hablar en todo lado es el resultado de un trabajo arduo y es la cima de un objetivo por el cual hemos luchado. Nuestra mayor satisfacción es saber que nuestro público recibe nuestras canciones con arraigo y que vendemos discos en una época difícil y cambiante de la industria. En Colombia, la profesión mas difícil, seguramente, será la del rock and roll, pero no por eso El Sie7e dejará de hacer lo que más le gusta. Así que estamos más vivos que nunca y se viene lo mejor.



Cuando la escena del metal estaba dominada por los tacones, la laca y el colorete, Metallica apareció para destruirlos a todos. Sin glamour ni concesiones, la banda de Hetfield & Ulrich conformó una milicia que hoy –a pesar de los mordaces ataques que los han golpeado desde el lanzamiento de su Álbum Negro– no puede negar su gran influencia y liderazgo. Con Death Magnetic, su nuevo disco, Metallica incluso va a la caza de sus detractores.

DEATH MAGNETIC, METALLICA VIVE Death Magnetic es el primer álbum de Metallica que se acerca a sus raíces (incluyendo solos y cambios de ritmo) desde los tiempos de su álbum And Justice For All. Y es el arma definitiva del grupo de San Francisco para derrotar a todos los detractores que por años los han atacado, ignorando que ellos –junto a Slayer y Megadeth– fueron el pilar fundamental de un estilo que se conoce como thrash. Sí, Death Magnetic es thrash, un álbum plagado de buenas guitarras, velocidad, galopes desbocados y paradas en seco; de letras comprometidas y combativas –además de una excelente vocalizaciónque le devuelve a Metallica la ferocidad de sus años mozos: “Necesité tomar las riendas de nuevo, y ser pesado y asustador conmigo otra vez”, declaró James Hetfield al diario The New York Times. Esta vez, la producción estuvo a cargo del veterano genio Rick Rubin, quien los empujó a revisar sus orígenes. “Rick puso ese mantra en nuestras cabezas”, contó por su parte Lars Ulrich. “No estén asustados de su pasado. Ustedes no tienen que copiarlo, pero está bien inspirarse en éste”. Y eso fue precisamente lo que hicieron. Se metieron en los arsenales del veterano cuarteto, que por años estuvieron cerrados y empolvándose mientras ellos se dedicaban a experimentar y a tratar de evolucionar en un género radical por naturaleza: el metal.

Al romper el candado y traspasar el umbral de ese polvorín que hicieron estallar a mediados de los ochentas, los integrantes de Metallica se reencontraron con las balas de grueso calibre que en sus primeros cuatro discos –del Kill ‘Em All al And Justice– defendieron su reputación; y que ahora forman una nueva arma de destrucción masiva con titulo de muerte. En la parte vocal, de hecho, Hetfiel se quedó con el tono de su etapa post And Justice –nada de gritos agudos ni de esa voz arrastrada y bestial que tanto gusta de Kill ‘Em All–; pero sí algo de su rabia en St Anger y de la calma del Álbum Negro (específicamente de la canción The Unforgiven, que en Death Magnetic despliega una tercera parte y que también está presente en el primer sencillo y video del nuevo disco, The Day That Never Comes). Con arreglos acústicos que luego dejan caer una furia magistral, esta canción particularmente resume cada uno de los elementos ensamblados en Death Magnetic: una banda furiosa y aún hambrienta, pero sobre todo una muy valiente agrupación que enfrenta los fantasmas de su pasado y construye, de una buena vez, un álbum explosivo y novedoso que sofisticada y paulatinamente le estallará en las manos a sus fans de vieja data (quizá rindiéndolos a sus pies). Para ser honestos, una descripción medianamente acertada de lo que Metallica tiene en este álbum es decir que es el disco que Metallica nunca hizo en la transición del And Justice For All al Black Album; con temas recomendados por su dinámica, sus imponentes cambios y sus títulos: All Nightmare Long, That Was Just Your Life, The End Of The Line y My Apocalypse, puro thrash siglo XXI.


En un espectro musical plagado de lugares géneros y subgéneros que en definitiva son lo es una categoría en la que hay muy pocos gr


comunes y de etiquetas que pretenden diferenciar o mismo, es grato encontrar que el metal progresivo rupos indexados como Opeth.

EL LADO METÁLICO DE LA LUNA Opeth significa algo así como “La ciudad de la Luna” y es considerado el fundador del género, con una historia musical de más de 13 años y nueve trabajos de estudio que no sólo han confirmado su versatilidad musical sino que han llevado el metal más allá de las fronteras conocidas.

Opeth es una banda realmente atípica que combina rock clásico, progresivo, folk, metal y algo de free jazz, en elaboradas y complejas composiciones de cambiantes formas y estructuras. El cerebro y ejecutor de esta gran obra es el cantante y compositor Mikael Åkerfeldt, quien después de sobreponerse al abandono de varios de los músicos que anteriormente integraban a Opeth (entre ellos el guitarrista y también compositor Peter Lindgren, quien marchó tras la grabación de su anterior álbum Ghost Reveries) rearmó el grupo y se volcó de nuevo al estudio para demostrarle al mundo su valor como músico y como visionario de un sonido duro y oscuro. “Este trabajo no suena como a una banda cansada y agarrada del pasado. Suena más bien como a una banda impaciente por experimentar, y que aún encuentra interesante el hecho de componer música”, declaró Åkerfeldt sobre el nuevo trabajo de Opeth, Watershed. “No se trata solamente de sacar un disco por sacar un disco”, agregó el músico. “Se trata de una declaración artística”. Musicalmente, Watershed trata de ir más allá de los sonidos obvios y plasmar buenas canciones, que aunque conservan esas atípicas formas y estructuras que han sido una norma en el universo de Opeth, no caen en el fácil camino de la repetición y los lugares comunes. “Me gustan las canciones aventureras”, dijo Åkerfeldt al respecto. “Para ser una buena banda de metal, es importante, si no absolutamente necesario, buscar las influencias más allá del metal. Al no hacerlo, serás una aburrida segunda copia de una canción de Iron Maiden”.

Con Watershed, esta banda sueca ha reconfirmado su lugar en la punta de la pirámide del metal progresivo, luego de varios meses de una gira ininterrumpida en la cual compartió escenario junto a otro de los grandes pilares de la innovación, Dream Theater. Este trabajo es el segundo de Opeth que sale bajo el sello Roadrunner, y adicionalmente sorprendió a los más ortodoxos metaleros por haber concedido una licencia que solamente una banda de su calibre puede darse: iniciar el disco con Coil, un tema en donde el metal tal como lo conocemos no existe. Es una dulce pieza acústica matizada por una voz clara y acompañada por una voz femenina opuesta al estilo. Pero esto no quiere decir que todo el álbum sea igual. La descarga de brutalidad comienza en su segunda canción Heir Apparent, ocho minutos y cincuenta segundos densos, oscuros y salvajes con vocalización cien por ciento death metal, acompañada de cambios de ritmo, solos de guitarra, teclados hechizantes y segmentos acústicos que la hacen una pieza musical fuera de este mundo. El álbum continua con The Lotus Eater, otro corte agresivo pero hábilmente mezclado con voces claras; y de ahí da un nuevo salto a Burden, un track suave con un prólogo instrumental, y mucha influencia progresiva y psicodélica. Burden da paso a Hessian Peel, un tema embriagante cuya introducción folk medieval la convierte en una pieza épica llena de cambios de estructura y vocalización. Mikael Åkerfeldt compuso todas las letras de Watershed en una noche, para luego grabarlas junto a su banda y dar a luz un noveno disco que supera en desarrollo a sus ocho hermanos menores, y que sitúa a Opeth como una banda única que fácilmente puede pasar de la contemplación al caos. Un grupo que combina la brutalidad con la melodía y la experimentación con la tradición, abriendo las mentes de los melómanos más radicales y haciendo del metal una corriente que aporta a la música moderna contemporánea.


Las esperanzas se van pero Slipknot regresa con su mejor álbum desde su cd “Iowa”. S ni Rick Rubin tras la consola, el grupo de Des Moines celebra 13 años de vida –número con un disco pletórico de buenos números y augurios.


Sin Ross Robinson de mala suerte–

Para quienes sólo se fijan en sus máscaras, ojo, las apariencias engañan: Slipknot retornó con mucho más que un look depurado o un cambio de ropero. A tres años de su primer álbum oficial en vivo y cuatro de su último trabajo de estudio, Slipknot le apuesta a su futuro como banda capaz de retroalimentarse de sus anteriores cometidos, pero aún más capaz de llevar su música hacia nuevas coordenadas de sonido. Algunas saltan a la vista, otras son sutiles y las demás simplemente parecen estar ahí para saciar su buen gusto por la estridencia. Hay que ver, obviamente, que ninguna música se equipara realmente con el panorama desolador, quejumbroso, ruidoso, caótico y deprimente de lo que el mundo es cada día que pasa y que comienza. Pero si el rock pesado es una respuesta natural a la forma en que nos sentimos, Slipknot es como una sonrisa burlona, contundente y cínica, y, en este nuevo álbum para Roadrunner Records; triste: All Hope Is Gone tiene un trío de baladas que la numerosa banda nunca grabó en ningún otro álbum. Cuando se piensa en la relación Slipknot = balada, no hace falta decir que hay que leer y calcular los factores en el mismo orden de la aritmética del grupo: People = shit. Las canciones Snuff, Vermilion Pt.2 y Til We Die son prueba fehaciente de que Slipknot es capaz de subsanar su desmedida ira con ensambles acústicos, suaves y melódicos; y de que sólo las grandes bandas (exceptuando a Bon Jovi y unas cuantas más de su horma) son capaces de correr el riesgo de hacer grandes baladas y salir ilesas de tan lacrimosa aventura.

All Hope Is Gone, no obstante, no es un payaso con lágrimas delineadas sobre su rostro. Este nuevo álbum de Slipknot tiene canciones de una felicidad vengativa, muy bien elaboradas y con unos puentes rítmicos que ningún fanático promedio del grupo evitaría cruzar. También hay canciones que se acercan con propiedad al perfil musical de otras bandas con las cuales es fácil entablar una relación con Slipknot, y no: Vendetta tiene una introducción y unos corredores rítmicos típicos del True Norwegian Black Metal; Dead memories tiene ciertos elementos como sacados del cancionero post grunge de Stone Temple Pilots; y Gehenna tiene el consentimiento melódico y vocal de las guitarras y las voces de las canciones de The Queens Of The Stone Age. Por lo demás, un excelente nuevo disco de Slipknot (producido por Dave Fortman, ex guitarrista de Ugly Kid Joe quien produjo álbumes para Superjoint Ritual, Mudvayne y Evanescence); y que en su primer corte promocional se queda corto en la descripción de lo que el álbum es en su conjunto. Psychosocial es una buena introducción a All Hope Is Gone pero al mismo tiempo tan sólo es un vistazo, ciertamente delineado por un interés mediático y que se concentra demasiado en retratar la máscara sobre el rostro de Slipknot y no el aspecto humano; el elemento más trágico y desesperanzador que All Hope Is Gone tiene para ofrecer.


“Inmundo” es el primer disco de Carajo que oficialmente se edita en Colombia. Marcelo Corvata Corvalán (voz y bajo), Andrés Vilanova (batería) y Hernán Tery Langer (guitarra y voz) tienen ya cinco títulos grabados desde su fundación en el año 2000, incluyendo un EP y un disco en vivo. En “Inmundo”, su último disco, el compacto trío argentino de punk rock y metal ha destilado un cúmulo de experiencias y reconocimientos en una aguerrida música de armonías distintivas, canciones consecuentes con los tiempos que vivimos y letras donde lo espiritual se puede intercalar con el desconcierto. En ese sentido, “Inmundo” es su mayor declaración y su álbum más armónico. Una declaración de principios como pocas veces se ve en el rock latinoamericano y un conjunto de armonías pulcras y ajustadas a lo que podría definirse como un corrosivo sonido preciosista. Las canciones de todo el álbum ahondan en diferentes posibilidades de arreglos, voces principales, coros y paisajes rítmicos donde, valga la redundancia, no se descarta lo crudo y tampoco lo agudo. Al final, toda esa mezcla toca la fibra y cala, dejando cierta percepción de que entre los muros y vigas de lo establecido aún caben algunos rayos de esperanza.

Para Marcelo Corvalán (ex A.N.I.M.A.L.), “este disco, sin duda, es de los más fuertes que hicimos hasta ahora. Pudimos tocar mucho mejor en el estudio, tuvimos más dinero para hacerlo y trabajamos el triple a la hora de las mezclas. Queríamos llegar lo más lejos posible. En esto, sin duda, esta el trabajo de nuestro productor Ale Vázquez (también productor de su anterior álbum Atrapasueños), quien ahora es un gran amigo de la banda y se encarga de sacar lo mejor de cada uno. Hicimos 20 canciones y dejamos que el disco se fuera armando solo, y las 13 canciones que finalmente quedaron, para todos, eran las mejores que teníamos”. Banda revelación y mejor banda nueva de su país tras su primer disco (Carajo, 2002), con su acento de barrio, sus crónicas sobre una cotidianidad plagada de charlatanes y su condición de familia, Carajo evolucionó hasta concebir un repertorio con transparencia y aplomo que corta de tajo la música corporativa que ha adormilado a la industria y a las bandas de rock pesado en los últimos tiempos, sobretodo en el mercado de habla hispana. Canciones como las incluidas en Inmundo son prueba fidedigna de un trabajo sesudo, de corazón y conciencia, y para la muestra los primeros sencillos promocionales de este asiduo álbum, Chico granada, El que ama lo que hace y Acorazados. La pólvora de Carajo, de todos modos, también subyace en otros temas del disco como Histeria, tv, canción de moda, Joder, Alma y fuego, Carne y Una oportunidad, una de las composiciones y letras más notorias que se pueden encontrar actualmente en el rock latino acerca de la marginalidad social en que estamos hundidos.


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SODOM EN COLOMBIA Bogotá Sep. 06 de 2008

FOTOS: © MIGUEL RUGET


EPICA EN COLOMBIA Bogotá Sep. 13 de 2008

FOTOS: © DIEGO VEGA


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