Revista Disidencia No. 30

NÚMERO 30

G N´R

TRICKY TRIVIUM BUNBURY NICKELBACK QUEEN+PR

ISSN 0122-8331

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LA REVISTA PARA LEER A TODO VOLUMEN

DIRECTOR MIGUEL EDUARDO RUGET

info@disidencia.net

ROCK VERDE

No nos quitemos del medio La depredación tecnológica –el consumo enajenado de este tipo de productossigue afectando al planeta de forma considerable, y en su defensa el hombre debe, por lo menos, no quitarse del medio. La enfermedad del planeta a causa de la chatarra electrónica también le atañe al consumidor común y corriente de teléfonos móviles, electrodomésticos y computadores, fuera y dentro de nuestro país.

Según Daniel Ott, funcionario del EMPA de Suiza, país pionero en la promoción de la gestión ambiental amigable, “en Colombia se realizó una primera fase de investigación enfocada en celulares y computadores, y se encontró un aumento sorprendente en la venta de equipos que triplica las cifras. En el caso de los celulares, se pasó de 11 millones a 32 millones”.

En opinión del funcionario del Instituto Federal Suizo de Investigación y Prueba de Materiales y Tecnologías, aunque el problema hoy no es tan serio, en unos pocos años sí se puede agravar, pues según la investigación realizada por el EMPA “en los dos últimos años se generaron cerca de 9.000 toneladas de residuos, solamente en computadores”.

El impacto aún no ha sido tan notorio gracias a que “el colombiano es muy enfocado al reuso y hereda o vende sus equipos viejos”, pero de igual forma ya se ve basura electrónica navegando por las quebradas e inundando las calles de muchas poblaciones y ciudades del país.

Aunque Colombia ha acogido el convenio de Basilea desde su firma y aparición (el convenio busca regular el paso de una frontera a otra de los desechos eléctricos y electrónicos y hacer que en cada país se les de un manejo eficiente); son los fabricantes, importadores y vendedores los que tienen la responsabilidad de encargarse de sus productos una vez han sido desechados.

En palabras de Daniel Ott, si no se avanza voluntariamente en ese sentido y por parte de la industria -sin esperar la respectiva legislación- pues se está perdiendo un tiempo valioso, aún más cuando en el país –según July García, vocera de una multinacional de reciclaje tecnológico conocida como Belmont Trading- no existe la tecnología para tratarlos ni “los volúmenes de desechos suficientes para montar una planta local que pueda ser rentable”.

Dos décadas después del inicio del crecimiento de la industria electrónica en Colombia y con ésta la acumulación de chatarra electrónica en potencia, quien debe tener mayor conciencia al respecto en últimas es el usuario. Para comenzar, debe exigir a los distribuidores una opción que garantice que el producto será desmantelado de una forma adecuada una vez sea dado de baja, y que por ningún motivo llegará de nuevo al mercado local ni mucho menos será vendido por partes en otro lugar del mundo.

ROCK VERDE es una campaña editorial e independiente de DISIDENCIA. Con cada número dedicaremos una página de nuestra revista a promover información relacionada con la conservación del planeta.

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN MIGUEL RUGET

EDITOR CHUCKY GARCIA pressriot@chucky.garcia.as www.pressriot.com

DIRECTOR DE ARTE MIGUEL RUGET

REDACCIÓN CHUCKY GARCÍA MIGUEL RUGET

PRE-PRENSA E IMPRESIÓN

PUBLICADA POR MIGUEL E. RUGET Bogotá DC - Colombia

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DISIDENCIA AÑO 14 NÚMERO 30

EL TEMIDO Y LISTO PÚGIL DEL DEPRIMIDO DISTRITO INGLÉS DE KNOWLE WEST VUELVE A TRASGREDIR LOS PARÁMETROS DE LA MÚSICA MODERNA. ESTA VEZ, TRICKY SE ASOCIA CON UN MAJOR Y LEVANTA LOS BRAZOS CON UN NUEVO DISCO DE REFERENCIA DENTRO DE SU TRAYECTORIA.

El diablo de Bristol vuelve a las calles Hace exactamente diez años, Tricky se encontraba lanzando su cuarto trabajo de estudio, “Angels with Dirty Faces”, en el que no sólo alternaba con PJ Harvey sino que exhibía un cañón en la cara de los ejecutivos de la multinacional PolyGram (que justo en 1998 pasó a ser parte de Universal Music Group después de ser vendida a Seagram Company Ltd). En la canción “Record Companies”, incluida en el álbum, el artista originario de Bristol hablaba de la relación entre las fábricas de armas y los sellos discográficos, y de su implicación en la muerte de grandes estrellas de la música como 2Pac y Notoriuos B.I.G., de las cuales se nutrían las ventas mundiales de discos según Tricky.

Después de pasar una década alejado de la industria major (durante la cual editó dos grabaciones honestas y con colaboraciones increíbles para la casa independiente Anti, “Blowback” en 2001 y “Vulnerable” en 2003); el otrora colaborador intrínseco del sonido de Massive Attack regresa para confiar a la multinacional EMI (a través de Domino Recording) su octavo álbum de larga duración: “Knowle West Boy”. Un disco de cuero duro guiado por una voz femenina y el fraseo característico del oscuro artista inglés, hábil y certero a la hora de lanzar los golpes de percusión, ligero y engañosamente suave cuando intimida con el amor, determinante y sin confusiones cuando se refiere a la experiencia de haber vivido en un distrito barriobajero y deprimido de Bristol.

En “Knowle West Boy”, Tricky se caracteriza usando el post punk, el dance hall y el lado más digital de los adagios del pop británico de los años 90’s, y en trece canciones que recorren todas las emociones de un mismo tinglado logra levantarse con el título de uno de los mejores discos de toda su trayectoria.

No es una producción triunfalista, no obstante, y Tricky se protege el rostro en la portada mientras canción a canción el nuevo álbum se hace más idóneo, más golpeado, más intenso. Temas como “Joseph”, “Past Mistake”, “Cross to Bear” y “School Gates” exigen una sensibilidad artística y casi que escénica, con sonidos depurados de todo afán que paulatinamente dejan entre ver su pulso suave y su baja palpitación.

Por lo demás, “Knowle West Boy” incluso alcanza a ver el sol en canciones como “Far Away”, “Puppy Toy” y “C’mon baby”, en donde con cierto aire de cabaret de día emula algunas guitarras de Santana y recrea una brillante atmósfera donde el dinero está en juego y los espectadores esperan por una nueva tragicomedia de púgiles.

CONSTRUÍDA DURANTE MUCHOS AÑOS, LA ULTRA DECORADA Y AMBICIOSA NUEVA GRABACIÓN DE AXL ROSE SE EXTIENDE SIN DUDA A LO LARGO DEL TERRITORIO QUE ALGUNA VEZ OCUPÓ LA DINASTÍA GUNS N’ ROSES. ESTA FORTALEZA, LLAMADA “CHINESE DEMOCRACY” Y ALZADA PARA PROTEGER SU EGO, EN PRINCIPIO ES LA REINVENCIÓN DEL POPULAR GRUPO Y SU SALVAJE Y CALIZA ARQUITECTURA DE ROCK DURO.

La gran muralla Gunners No sabemos qué tomó más tiempo: que Estados Unidos tuviera un presidente negro o que Axl Rose terminara su caprichoso “Chinese Democracy”, con una relación de costo y tiempo que en el rock moderno vendría siendo como la Gran Muralla China: una edificación interminable construida a lo largo del tiempo en que la dinastía Guns N’ Roses imperó en el rock de los años 80’s y 90’s, y adaptada al público del momento casi dos décadas después justo cuando de los Gunners originales sólo Axl Rose quedó en pie y con las escrituras de la banda en su poder.

Tiene solidez y a momentos abruma, “Chinese Democracy”, con 14 canciones que Rose escribió posiblemente entre 1993 y 1999 pero que puso al descubierto tiempo después, no sin antes facturar millones y millones de dólares en mano de obra y no necesariamente barata: músicos rutilantes, ingenieros de grabación de punta y tecnología del momento, para procesar uno de los territorios musicales más bastos que un solo intérprete y cantante ha tratado de abarcar de un solo golpe.

Cada canción de “Chinese Democracy” es un álbum en sí, una colección de capas de ritmo, texturas, guitarras, solos, beats y juegos de voces que, contrario a lo que esto podría indicar, no sobresaturan y terminan de llegar a la otra orilla. A veces es la voz de Axl la que rema, otras veces pueden ser unas cuerdas flamencas o el cándido tiritar de un piano, y también pasa que este barco cargado de especias cercanas al olor del primer y tercer álbum de estudio de Guns N’ Roses se mueve por efecto de algunos sonidos que parecen salidos del computador de efectos y cavilaciones de NIN. Tiene riffs industriales, es clásico, es un ultra decorado de rock duro con terciopelo de hard rock y un toque de avant-garde; contrahecho como en el caso del tema “Scraped” (con una serie de voces épicas y altas como Rose nunca grabó); y otras a la medida de las

capacidades más funcionales de su máximo creador (pasa con canciones como “Sorry” y “Prostitute”). También es orquestal, electrónico y obsesivamente perfeccionista como en el tema “Madagascar” (que al parecer fue grabado entre 70 y 80 veces); y con una guitarra omnipresente, en casi todos los cortes, que hace todo cuanto está a la mano para que la gente no extrañe a Slash.

Otros cúmulos del álbum son “Shackler’s Revenge” (una canción a lo White Zombie), “Better” (como si David Bowie se mirara en el espejo del ropero de Axl), “I.R.S.” (el tema político de “Chinese Democracy”), “Street of Dreams” (a medio camino entre Elton John sin bisoñé y el súper hit del disco “Use Your Illusion II”, la canción “Yesterdays”); “There was a time” (con el crescendo dramático y recio que hizo de G N’ R un salvajismo), y “This I Love”, una balada orquestada que lleva la espina dorsal y la voz glam de Rose a algún punto del hair rock de los 80’s, casi rayando con Scorpions.

Oscu

Luego de tres años de silencio reaparece Nickelback, con un nuevo y recargado disco titulado “Dark Horse”. La banda de Alberta, Canadá, se monta al pelo para seguir dando batalla en el campo de las ventas.

uro caballo de batalla

El álbum fue grabado a mediados del año en los estudios de Chad Kroeger en Vancouver y está compuesto por once temas que van desde la acaramelada balada hasta detonantes pasajes metaleros, pasando por reminiscentes tonadas gruncheras y arreglos pseudo industriales.

Su primer corte es “Something in Your Mouth” y arranca con tonadas pesadas al frente y samplers de fondo que mantienen un ritmo pegajoso pero heavy. Junto al tema “The Next Go Round” hace que “Dark Horse” tenga un comienzo contundente, para luego dar paso a “Burn It To The Ground” y “S.E.X.” (las canciones con ritmos más metálicos y llenos de riffs gancheros y coros fuertes); y finalmente a “You’ll Never Be Alone” y “I’d Come For You” (que sin duda están hechas para que Nickelback suene en todas las radios del mundo).

“Somos una banda de rock”, comentó el guitarrista Ryan Peake. “Nos encanta ser pesados y nos encanta también ser más melódicos. Es bueno tener ambos extremos, y es mejor aún que juntos sean aceptados por los fans. Hay muchas bandas que sólo hacen un tipo determinado de música, pero nuestros fans son muy abiertos. Así que nosotros no nos estancamos en un solo sitio”.

“Honestamente pienso que con cada canción que lanzas tienes que seguir ganándote a tus propios fanáticos de

nuevo”, explicó por su parte el cantante y guitarrista Chad Kroeger. “Quiero que cada canción sea asombrosa. Eso es lo que quiero escuchar, así que eso es lo que tenemos que tratar de probarle a nuestros seguidores”.

“Dark Horse” es su álbum más refrescante desde su exitoso tercer disco “Silver Side Up” (2001), y ha sido producido por otra figura: Robert John “Mutt” Lange, a quien se le atribuye el estrellato comercial de bandas como Def Leppard y AC/DC. Con este nuevo título, la banda canadiense tiene la presión extra de su predecesor, “All The Right Reasons”, uno de los trabajos más vendidos de 2005; y adicionalmente tiene el reto de su reciente contrato con la promotora de conciertos Live Nation, que los llevara a girar sin parar y a demostrar en vivo que son más que una agrupación entusiasta con buenas cifras de ventas.

Trivium, otra novel banda gestada en la calurosa y desquiciada área de la Florida ha lanzado su cuarto y más contundente trabajo hasta la fecha, titulado Shogun.

Acero, katanas y metal Dos décadas después de la explosión del metal en la Costa Oeste de los Estados Unidos, el movimiento parece haber migrado y ahora está ubicado al extremo opuesto, sobre las cálidas aguas del Atlántico que bordean el manicomio de Miami. De allí provienen ahora las nuevas promesas del metal.

Trivium es una de las bandas emergentes y su salto del underground a la palestra pública se dio en el año 2005, con el lanzamiento de su álbum “Ascendancy” para el sello protector Roadrunner Records. El guitarrista Matt Heafy y su colega de instrumento Corey Beaulieu se unieron al bajista Paolo Gregoletto y el baterista Travis Smith, y juntos crearon una grabación con muchas influencias del thrash y el metalcore que revitalizó la escena y les permitió ir haciendo nombre alrededor del mundo (particularmente en Inglaterra, a donde la banda llegó siendo nada y terminó convertida en el mejor acto en vivo del Download Festival).

Un año después, sólo 18 meses después de “Ascendacy”, Trivium lanzó el tercer título de su carrera y su segundo álbum para Roadrunner, “The Crusade”, un trabajo sentidamente thrash y muy bien producido en el cual su vocalista se alejó de la voz gutural grabando voces mucho más melódicas y limpias (un cambió que le significó una dura crítica de plagio a la banda, mucha gente los acusó de ser una copia de Metallica y Testament).

Pero sus verdaderos fanáticos cobijaron y adoraron este disco, y la banda se embarcó en un nuevo tour mundial que los llevó a ser invitados especiales en Europa de otras bandas como Iron Maiden y en Estados Unidos de festivales como el Ozzfest. Con toda la energía que despliega en lo musical, Trivium compuso su siguiente álbum, “Shogun”, utilizando las horas libres de su gira para riffear y darle forma antes de entrar al estudio, esta vez junto al productor Nick Raskulinecz (Foo Fighters, Stone Sour, Rush).

“Estuvimos escribiendo durante el tour cerca de un año”, aseguró Matt Heafy. "Cuando estábamos en el Black Crusade Tour, en Australia, les mostré las canciones a los de Machine Head. Yo respeto a Robb Flynn como músico y como persona, y quería saber que pensaba él al respecto. Robb me llamó y me dio una gran charla acerca de cómo mejorar los demos y revisar las canciones, así que regresamos a nuestro estudio de ensayos y reescribimos completamente todo el material. Luego se lo enviamos a Nick Raskulinecz, y entre todos escogimos las 13 mejores canciones. Viajamos a Franklin, Tennessee, donde vivimos por ocho semanas, y grabamos en los Sound

Kitchen Studios. Es un legendario estudio de música country donde Willie Nelson grababa.

Todo el mundo fue increíble y amable, y fue un gran ambiente de trabajo para nosotros”.

Trivium le pidió a Colin Richardson (Slipknot, Machine Head) que se hiciera cargo de la mezcla de “Shogun”. El CD fue mezclado en Londres, con Jeff Rose y Martin “Ginge” Ford en la ingeniería, y el vocalista y guitarrista Matt Heafy estaba tan emocionado con el álbum, que declaró: “Hemos hecho un cohesivo y épico álbum de metal que combina todos los ingredientes que sentimos bien musicalmente, adicionando la nueva dirección que la música exige. Nos divertimos mucho creando este álbum y esperamos que nuestros fans sientan la energía que hay en él”.

Y no se equivocó. El sonido y la producción hacen de “Shogun” un álbum macizo y compacto, con viciosos riffs inspirados por géneros como el death, el black y el thrash metal, al mismo tiempo que se hibridan con las melodías del heavy clásico y el mejor hard rock, para hacer de las canciones los más memorables que la banda haya escrito hasta hoy. “Shogun” es una monstruosidad de trabajo, en donde los chicos de Orlando lograron su propio sonido entre lo más agreste del metal y lo más cálido del rock.

“El nombre del álbum llegó en un bus en Japón mientras nos encontrábamos de tour, me impresionó el alto rango del Shogun y el poder que ostentaba, así que cuando empezamos a escribir esta música y me di cuenta de lo épica que era, le dije a los muchachos ‘He tenido este titulo en mi cabeza por años, ¿qué piensan si lo trabajamos como titulo del disco?’. Y a ellos les encantó también. La definición es ‘comandante general’ y es poderosa, así que fue perfecto”.

Además de la historia ancestral de Japón, el álbum también está inspirado por la mitología griega, y en canciones como “Torn Between Scylla And Caribdis” y “Of Prometheus And The Crucifix” revelan un drama contado cientos de años atrás pero con la agresividad actual.

CON SOMBRERO

FE. NO CREER

DE COWBOY Y UNA ESCOPETA SOBRE EL HOMBRO, EL EX HÉROES DEL SILENCIO SE REFUGIA EN SU ESTUDIO PARA PERDER LA

R EN LOS ANUNCIOS DE FELICIDAD ES TAN SOLO UNA DE LAS PENAS DE SU NUEVO DISCO, “HELLVILLE DE LUXE”.

Bunbury, un balazo a quemarropa a la alegría

Muy pocos artistas tienen por video promocional un cortometraje de siete minutos en el que entre un paraje desolado a lo “Giro sin retorno” de Oliver Stone y unas escenas snuff dignas de “La casa de los 1000 cuerpos” de Rob Zombie se dejan caer en el suelo desértico y tras ser apuñaleados.

Bunbury lo hizo con “El hombre delgado que no flaqueará jamás”, el tema más sonado de su nuevo álbum y a la vez el más controvertido (se puede ver en la sección de videos de www.enriquebunbury.com.

La canción fue acusada de plagio por usar versos de los poetas Pedro Casariego y Joseba Sarrionandia (Casariego se suicidó tirándose a las vías del tren a los 37 años de edad y Sarrionandia fue condenado a 27 por pertenecer a ETA); y sus hermosas y fuertes imágenes quizás nunca lleguen a algún canal de televisión. Más allá de esto, Bunbury, quien se defendió de las acusaciones argumentando que “A lo largo de la historia de la música popular, grandes y desconocidos escritores de canciones han realizado prácticas similares recogiendo frases de canciones tradicionales y realizando nuevas y muy diferentes creaciones”; tiene en su nuevo álbum de estudio un viaje de autor, propio y considerado, en el que si bien es posible detectar las directas influencias de Bob Dylan y Tom Waits también hay un encuentro con la imaginería y la poca fe de quien antes fuera un Héroes del Silencio.

Ex líder vocal de la ya mítica banda de Zaragoza, Bunbury llega a “Hellville de Luxe” –nombre homónimo de su casa estudio en El Puerto de Santa María, un municipio de la comunidad autónoma de Andalucía-; cuatro años después de la grabación de “El Viaje a Ninguna Parte” y la publicación de “El tiempo de las Cerezas”, “Canciones 96-06” y “Tour 2007”, en orden un álbum doble con Nacho Vegas, una recopilación con sus primeros diez años de carrera como solista y un DVD en vivo con los diez conciertos de reencuentro de Héroes del Silencio.

“Hellville de Luxe” (producido por el ex Roxy Music Phil Manzanera), presenta a un Bunbury cowboy disparando contra el temido paso del tiempo y los anuncios de felicidad, acompañado de guitarras y mandolinas, pianos y acordeones, historias propias o prestadas de otros forajidos como Sarrionandia y Casariego.

La quinta placa discográfica del músico español de 41 años conserva parte del acento de su primera tripleta en solitario entre 1997 y 2002 (los discos “Radical Sonora”, “Pequeño” y “Flamingos”); pero escapa de sus propios parámetros al entablar un diálogo mucho más sesgado y de compás purista, en el que Bunbury deambula en las mismas cuatro paredes hasta reencontrarse con un rock mucho más Western.

“The Cosmos Rocks” es una de las novedades discográficas del universo del rock: un disco de estudio de la llave Queen + Paul Rodgers.

Las otras joyas de la reina La polémica que ha creado el nuevo trabajo de la banda Queen no ha sido pequeña, muchos de los fans de vieja data se han ido lanza en ristre contra el álbum argumentando razones tan retrogradas como las de “Freddy es irremplazable” o “eso no es Queen”. Pasando por encima del legítimo derecho que tienen Brian May y Roger Taylor (sus otros dos integrantes fundadores) a usar el nombre del grupo, los detractores desconocen incluso que ellos no sólo hicieron parte de la banda durante décadas sino que crearon -junto a Mercury- una serie de joyas únicas en la cultura universal del rock.

May no ha pretendido reemplazar al gran Freddy (eso es imposible de antemano) y además la banda se identifica como Queen + Paul Rodgers, un cantante con una hoja de vida envidiable y responsable también de indelebles himnos del rock clásico como “All Right Now” (el cual grabó con Free); “Feel Like Making Love” y “Shooting Star” (pertenecientes a su paso por Bad Company); y “Radioactive” (del proyecto The Firm, junto a Jimmy Page”.

“The Cosmos Rocks” no necesita defensor de oficio y se levanta frente a sus jueces y jurados como un soberbio trabajo de rock con elaborados temas y sentidas baladas como “Cosmos Rockin”, “Still Burnin”, “Call Me”, “C-lebrity”, “Small, Through The Night” y “Say It’s Not True”. Con tono propio, demuestra la habilidad de Rogers en las voces y el desempeño magistral de May en las guitarras, brillando a la par con ritmos rockanroleros divertidos y cálidos.

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