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GUEDRA GUEDRA
from DJ Mag ES #122
ROMPIENDO LOS ESQUEMAS
Autor: EDUARDO P. WAASDORP
Era noviembre de 2019 cuando en el feed de una conocida red social me saltó el video de Guedra Guedra para Boiler Room. Era el Atlas Electrónic Festival, en Marruecos, y esos acordes de viento estridentes que emanaban del sistema de sonido me dieron un bofetón en la silla.. Los ritmos tribales inundaron la pista y la gente se volvió loca al ritmo de su música. Y yo, sentado delante de mi ordenador, no podía más que sentir envidia de semejante demostración sonora.
Así fue como conocí a Guedra Guedra – alias del marroquí Abdellah M. Hassak –, un proyecto sonoro que desde su creación ha estado bajo el paraguas del selecto sello On The Corner Records, con trabajos como ‘When I Run’, ‘Son Of Sun’ o ‘Vexillology’, su álbum debut recién estrenado en la etiqueta británica.
Este ‘Vexillology’ es un ejercicio de fusión folklorista electrónico hermoso, que abre un nuevo mundo de exuberancia a los oídos menos entrenados. Un trabajo que se mueve gracias a una percusión endiablada y a grabaciones de campo, que le dan un carácter orgánico realmente único a todo el disco. Por eso quisimos hablar con Abdellah y preguntarle por su universo sonoro sin igual. Una auténtica clase de música… ¡Que suene, maestro!
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¡Hola, Abdellah! Es un placer tenerte en la revista después de la publicación de tu álbum. ¿Cómo ha empezado 2021? ¡Hola a todos! ¡Estoy muy contento de poder compartir esta conversación y reflexión sobre la música juntos! Desde el momento en que apraron festivales y conciertos, y como soy un híbrido de producción, actuación directo; pero también investigo y hago arte sonoro, intenté darle más espacio y tiempo a estas otras facetas. También he tenido tiempo para estar más concentrado en el lanzamiento de mi nuevo álbum, ‘Vexillology’. Este tiempo sin poder actuar y sin directos me ha empujado a seguir haciendo más música, para estar listo para cuando todo vuelva a empezar y en un futuro podamos volver a “la vida normal”.
te más de 30 años, esta música ha estado experimentando con diferentes olas de fusión electrónica, mediante inspiraciones tradicionales y estilos populares como el raï, el gnawa o el chaabi, mezclándolos con techno, dub o jungle. Proyectos como los de Aisha Kandisha's Jarring Effects con el sello Barraka, El Farnatshi (desde 1988) o marcas como MoMo (Music Of Morrocan Origin), el productor U-Cef (a finales de los 90) o Sapho con su álbum ‘Digital Sheikha’ de 1997.
¿Cómo describirías la escena musical marroquí? Solo conocemos un par de festivales, como el Atlas, El MOGA o el Oasis en Marrakech, pero no conocemos la verdadera escena local. Al final, estos festivales son más para turistas e incluso alguno se hace en hoteles… En la actualidad encontramos a más y más amantes de la música electrónica y también propuestas de eventos, como los que has mencionado. Son interesantes, pero muy pocos intentan diversificar y democratizar los gustos y géneros musicales. Personalmente, yo apoyo la idea de que la música participa en el proceso de socialización,
Eres de Marruecos, nuestro vecino del sur. ¿Cómo fue crecer allí musicalmente? Durante varios años, la escena musical en Marruecos ha estado produciendo muchos artistas y propuestas musicales que encuentro interesantes. Pero, desafortunadamente, esta música pocas veces se expone en los medios occidentales, por no decir en los medios regionales. Sin embargo, duranque
permite el intercambio y comunicación recíproca entre grupos sociales y gente que se define a sí misma según sus gustos e intereses. La era digital ha ayudado a diversificar la práctica de escuchar música y los festivales de hoy también tienen que contribuir y compartir ese proceso.
Por mi parte, hago lo que puedo para crear nuevas propuestas musicales. Invito a amigos que pasan por Casablanca o Marrakech a que compartan su música. También, a menudo, comparto DJ sets en vinilo y muchos amigos me siguen mandando sonidos y discos para que sean compartidos con aquellos que quieren escucharlos y estén abiertos a nuevas cosas en Casablanca y otras ciudades de Marruecos, como Rabat, Tánger y Marrakech, donde también tengo la posibilidad de ofrecer música y programación artística.
También, trabajo en una asociación como director artístico, en sociedad con otra asociación de Túnez. En particular, estamos trabajando en una red de talentos femeninos en música electrónica en la región de Oriente Medio y el Norte de África, que es
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una plataforma que promueve este talento y artistas en la industria musical electrónica de la región.
¿Quiénes fueron tus primeras influencias en la música? ¿Cómo fue tu primer contacto con la electrónica? Mis primeras influencias son muy diversas. Empecé a practicar música a través del rock, metal, reggae, dub y luego llegó la electrónica. Creo que escuché un poco de todo. per después de descubrir bandas y productores de finales de los 90 como Aisha Kandisha's Jarring Effects, Muslimgauze o Badawi, cambié mi forma de pensar y producir música, pero también mi práctica como artista y archivista sonoro y mis grabaciones de campo. Esto influyó en mi producción musical hasta el punto de desembocar en mi actual proyecto, Guedra Guedra.
Eres un personaje bastante único en la industria. Yo me encontré por primera vez con tu trabajo gracias a la Boiler Room del Atlas Festival. ¿Cómo nació tu alter ego, Guedra Guedra? Creo que el proyecto Guedra Guedra fue creado dado el deseo de proponer otra forma de imaginar y producir música, mediante el sujeto de la democratización de la música. Eso empezó con la democratización de los medios de escucha, las herramientas y softwares de producción y los ritmos. Aunque, a día de hoy, este no sea el caso de las herramientas disponibles. Durante mis primeros años como productor, siempre quise hacer algo influido por la cultura de Oriente Medio y el Norte de África. Pero, desafortunadamente, me encontré a mi mismo limitado siempre por la funcionalidad de los softwares y las máquinas. Así que pensé en trabajar de una forma más escultural y orgánica para producir música con el proyecto Guedra Guedra. Reduje el uso de software y empecé a construir sonidos y ritmos “sonido a sonido”. Creo que el estudio puede desnaturalizar la práctica socio-musical de la propia música, es una realidad. Por eso, empecé a estar más interesado en las grabaciones de campo, el archivismo sonoro y grabar en contextos específicos.
Un proverbio marroquí que me inspira mucho en este proyecto dice algo así como: “El recién nacido tiene a su abuela y sus raíces nunca la pierde”. Para mí, cada nueva creación tiene que tener estas etimologías. Pero la memoria, el conocimiento y las prácticas deben preservarse y protegerse más que nunca.
Tu música sirve de puente entre la creada en el Magreb y el África sub-sahariana, gracias a tu set-up hibrido, que mezcla instrumentos locales orgánicos con electrónicos. ¿Cómo acabaron tus experimentos creando este sonido único? ¿Cuándo y cómo decidiste que querías mezclar la electrónica con la música típica de tu país? La idea de mezclar electrónica con el folklore de mi país es algo que llevaba pensando durante más de 20 años y con varios proyectos colaborativos y musicales. La música africana en general es híbrida y rica. Esta música lleva considerándose exótica por los medios Occidentales desde hace muchísimos años, a pesar de su potencial rítmico y festivo. La idea en mi proyecto musical, como en muchos grupos antes que yo, es darle una nueva vida a la música, más contemporánea. Para mí, cualquier técnica nueva para crear renovadas posibilidades de identidad es también una forma para crear y relanzar las comunicaciones con otras culturas.
Tu sonido es una mezcla de influencias bereberes, nómadas beduinos y jazz vanguardista con beats quebrados y patrones únicos, que no solemos oír en electrónica occidental. ¿Cómo es tu configuración? ¿Qué instrumentos usas? Yo empecé como bajista y percusionista en bandas de rock y metal. Pero durante mucho tiempo, he dado más importancia a la escucha, en lugar de al instrumento. En mi música, intento crear de forma orgánica e incluso samplear hasta el instrumento. Yo mismo toco algunos elementos para darle un toque más orgánico, y a menudo estos elementos son readaptados para construir una nueva arquitectura musical, que vaya más allá de lo que pueden ofrecer máquinas computarizadas. Muy pocas veces uso el estudio como espacio para producir. No quiero decir que no ocurra, pero es algo raro. Prefiero usar espacios públicos y ambientes sociales como lugares de trabajo y experimentación para la producción musical. Para mí y en mi cultura, los ritmos son fundamentales y los primeros regalos que recibíamos de niños eran percusiones, antes que pianos o guitarras.
¿Qué tan difícil ha sido para ti poner a prueba los patrones rítmicos occidentales, como el 4x4, que están tan arraigados en la música electrónica? porque tu música tiene vida propia, como has demostrado en trabajos como ‘Son of Sun’ (del que tengo una copia, por si no se había notado que soy gran fan [risas])…
¡Gracias, ante todo, por apoyar mi música! ¡Es un gran honor! Encuentro que la música en África es un medio de conexión privilegiado entre los seres humanos y el mundo de lo divino. No vas a encontrar ninguna ceremonia o ritual sin que haya ritmos presentes. Además, en la tradición en África, ninguna sanación ocurre sin la intervención de cantos, percusión o instrumentos. Para serte sincero, mi idea no era hacer algo diferente a los ritmos occidentales, bajo ningún concepto. La idea era más bien crear un sonido con diferentes influencias y recursos personales y locales, dominando el ritmo y entendiendo la ritmología africana. Quizá esté equivocado, pero me imagino que los ritmos africanos y la combinación de ritmos parece demasiado compleja para algunos productores, pero esto ocurre principalmente por una falta de conocimiento y poca familiaridad con los procesos de construcción rítmica.
Ahora presentas ‘Vexillology’, tu álbum debut de 13 increíbles temas. Ha sido muy difícil escoger un favorito (nos encantan ‘The Arc Of Three Colours’, ‘When I Run’, ‘Archetype’ o ‘Bereber Is An Alien’,
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por ejemplo). Todos son temas únicos, coloridos y exuberantes, que cuentan una historia difícil de separar en trozos. ¿Cómo fue el proceso creativo? El álbum presenta arreglos caóticos e inmersivos, que reflejan los primeros epítetos que comúnmente se aplican de forma errónea al continente africano, como las nociones de salvajismo y barbarismo. Los arreglos hacen referencia al África Sub-Sahariana y, en especifico, a increíbles culturas del Norte de África. Rechazo las imágenes de animalismo humano, en la búsqueda de la re-apropiación cultural, inspirada por una respuesta percusiva a la ignorancia de los estereotipos ampliamente aceptados.
Hablo de la inspiración que tuve en las nociones de tribu como estructura social universal. Me he inspirado para crear ‘Vexillology’ desde la perspectiva histórica de las sociedades y culturas africanas a lo largo de la historia. La creación de mapas en este paisaje musical contemporáneo fue cimentado con el concepto de etnocentrismo, como una expresión de la exaltación de la conciencia tribal en su núcleo.
Con el LP viene un librete que contiene un texto que escribí como explicación y definición de espacio en las culturas africanas, en relación a la espiritualidad. Este texto también habla de mi proceso creativo, mi interés en trabajar con polirritmos, y contextualiza la política y la poética de la estética de cada canción. Al final del texto, menciono mi interés en el formato sonoro de las grabaciones de campo. Cuatro fotógrafos que han trabajado en las noticiones de espacio, territorio y lugar contribuyeron con su trabajo artístico en el librete. Me hizo muy feliz poder invitarles para que publicasen sus imágenes.
Entendemos que muchos de los sonidos que aparecen son grabaciones de campo, en tus viajes por el Norte y el Oeste de África. ¿Cómo ha sido proceso de crear este disco? ¿Cuánto tiempo te ha costado? Exacto. Encuentro que el estudio desvió la naturaleza de los sonidos tradicionales/orgánicos y esta es la razón por la que me he interesado en las grabaciones de campo. La mayor parte del tiempo, grabo los sonidos yo mismo, según mis posibilidades. Pero también me baso en el material de algunos amigos y de archivos sonoros. Aunque, por encima de todo, intento tener una idea sobre el contexto, la técnica y la forma en la que puedo grabar este material.
Aunque no entendemos las letras, el sentimiento que se transmite en los tracks cuenta una historia. ¿Cuál es esa historia, el leit motiv detrás del disco? ¿Qué idiomas se escuchan en el disco? En ‘Vexillology’ hay algunas canciones e instrumentos que vienen de Marruecos y Argelia. Grandes voces que hablan en árabe, pero también de otros países como Ruanda, Burundi o Camerún. La noción del cuerpo está muy presente en tracks como ‘Purple Ambergris’, ‘Cercococcyx’ o ‘Clapping’… y en todos los demás. En la rica historia de las culturas musicales africanas, el instrumento viene del cuerpo. A medida que las herramientas fueron ganando complejidad con el paso de los siglos, los instrumentos se han convertido en estatuas que hablan mediante un proceso inverso. Empezando desde el punto de la innovación en el que el cuerpo fue extendido hasta ser un instrumento para la comunicación. Como por ejemplo en el acto de aplaudir, donde podemos sentir y oír el rol central que juega el cuerpo. Las manos y los pies son los instrumentos de
percusión más rudimentarios. Un poderoso recordatorio de que los cuerpos humanos son laboratorios de experimentación muy potentes y que, en este caso, inspiraron la creación de instrumentos musicales.
¿Cuánto del disco ha sido producido durante la pandemia? Una buena parte. Al principio no fue facil, porque había planeado todo mi año en enero, tanto para actuaciones como para proyectos artísticos. Los primeros días de la pandemia no fueron fáciles, pero luego intenté cambiar mis prioridades para darme más tiempo a acabar las cancones, quitar algunos temas del disco y añadir nuevos que eran más interesantes y más importantes para mí.
¿Cómo ha sido la pandemia en Marruecos? ¿Has podido usar este tiempo de encierro para explorar nuevas avenidas creativas? Difícil al principio, pero luego cambié mis prioridades, como te decía. Trabajé más en la producción y también en más sonidos y proyectos artísticos.
El nombre ‘Vexillology’ (vexilología) hace referencia a la disciplina que estudia de las banderas y su significado. ¿Por qué el nombre? La “vexilología” no está especialmente conectada a mi álbum. Pero es una noción cercana a mis perspectivas poéticas y políticas, así como con mi investigación sobre los archivos socio-musicales y las prácticas en África (en especial el Norte de África). Las fronteras en África son una herencia de las políticas colonialistas del pasado. Es un concepto nuevo para el continente. Según las leyes públicas internacionales, “un estado no será considerado como tal si sus fronteras no están definidas”. Pero las intervenciones de la colonización crearon nuevas fronteras, nacidas de una división que tenía que ver con los intereses económicos y políticos, que eran externos a esos países africanos.
África es relativamente nueva, en cuanto al concepto de separación territorial. Eso significa que las fronteras no existían en África antes del contacto con fuerzas extranjeras y quizá es por eso que las experiencias socio-musicales sean tan comunes. Para mí, las sociedades que usan técnicas similares de producción social, cultural y musical pertenecen realmente a la misma civilización.
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Creo que si intentamos recomponer las fronteras según las prácticas culturales y sociales, tendremos nuevos compuestos territoriales. Esta reflexión que permita la recomposición de las fronteras y de las banderas explica mi interés en el término “vexilología”.
Tu imagen es única, ya que normalmente llevas una máscara bastante interesante y vas vestido con túnicas a tus actuaciones. ¿De dónde viene esto? ¿Son trajes del folklore marroquí? ¿O son creadas por ti? No llevo máscara por ocultar mi cara, sino para trazar una línea que separe a mi propio yo del proyecto Guedra Guedra. La música de Guedra es una pequeña parte de mí y esta máscara significa que Abdellah M. Hassak no es solo Guedra Guedra. Fue creada por el artista, compositor, cantante y músico marroquí Meryem Aboulouafa. Nos inspiramos en el pueblo Zayane de Marruecos, que vive en la zona del Atlas Medio. Los Zayan son conocidos por su apego a la tierra ancestral, a su organización social rudimentaria y su independencia.
¿Quién está detrás del artwork de tus discos? Los artworks para ambos discos fueron creados por la artista británica Victoria Topping, que mezcla piezas de arte inspiradas por la música y las culturas contemporáneas.
Sale en On The Corner Records, el mismo sello que publicó Son of Sun. ¿Cómo es tu relación con el sello? ¿Cómo empezó? On The Corner es un sello al que tengo mucho cariño. Compartimos una visión musical común, “grabaciones de campo experimentales, electrónicas del futuro”. Quitando el hecho de que publico mi música con ellos, también tenemos una buena relación humana y nos comunicamos muy bien entre nosotros.
¿Cómo ves el futuro de la escena? El internet y el streaming nos ofrecen una oportunidad única, incluso si estos retos dependen de la forma en la que usemos el streaming. Creo que es la forma de compartir escuchas lo que ayuda tanto a la democratización de la música y a la diversidad de los gustos. Imagino que en el futuro, la
música será todavía más global, pero espero que esto también ocurra para la música en vivo, para compartir experiencias de forma literal. Espero que haya un puente entre la discusión de la historia y la evolución social de las personas.
¿Qué otros proyectos tienes para 2021? Ahora mismo, mi principal proyecto es volver a mi vida “normal”, tener la posibilidad de encontrarme con el público de nuevo y experimentar tocar esta música en un espacio físico, para poder sentir esa “fisicalidad” de nuevo.
¡Muchas gracias por tu tiempo, Abdellah! ¡A vosotros!