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Circunstancias vitales, pág
CIRCUNSTANCIAS VITALES
Hemos de detenernos un poco para hablar sobre la circunstancia cultural y vital de Curiel, de las contingencias existenciales que debió sufrir el poeta para llevar a cabo su obra, la cual se gesta entre los últimos años del siglo XIX y principios del XX. Tengamos en cuenta la ciudad donde nace y vive Curiel, Coro, una de las más antiguas de Venezuela (f. 1527), inmersa en la monotonía postcolonial, el calor, y por otro lado en los prejuicios y abolengos eclesiásticos conviviendo por igual. Todo ello condimentado por el origen judío sefardí del poeta, lo cual caló hondo en su ánimo, convirtiéndole en una personalidad muy especial, pues en él conviven el judaísmo, el catolicismo con lo sefardí gnóstico y lo neoplatónico para brindarnos una poética de cuerpos verbales --breves o extensos-- con la misma intensidad. A los textos largos daremos el nombre provisional de Poemas Mayores, a los cuales pertenecerían algunos como “Música Astral” (1908), “Filosofía de antaño” (1908), “El canto de la noche”, “Al margen de mi vida” (1918), “Al través de mi vida” (1914) y “Más allá de mi vida” (1917) y los poemas de mediana y corta extensión. Mientras que desde el punto de vista del tono habría que distinguir dos ramales en su poesía: uno hermético, poblado de referencias culteranas, donde prevalece un sentimiento pagano traspasado del cristianismo; es decir, un sincretismo conciliador de doctrinas, una especie de panteísmo. Mientras que por otro lado observamos poemas repletos de un escepticismo audaz, donde se mezcla la ironía a la crueldad en una densa indagación ontológica que lo enfrenta a su realidad personal y a su soledad, lo cual culminaría en el acto límite del suicidio. Este componente existencial y ontológico hace de su poesía no un ejercicio verbal puro, sino también un ejercicio de indagación filosófica y hermenéutica. Ello habría que tomarlo en cuenta dentro de un rango de innovación dentro de nuestra poesía, para convertir a Curiel en un verdadero adelantado de nuestro modernismo y en uno de nuestros poetas más genuinos. Además, posiblemente tengamos que considerarle nuestro mayor poeta tenebrista, heredero de la tradición heredada de Poe, Baudelaire y Verlaine, al punto de conectarle también con el malditismo de éstos.
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Como sabemos, Coro fue el principal asiento de comunidades judías en nuestro país, provenientes de Europa debido a la diáspora, diseminados luego por las Antillas holandesas de Curazao, Aruba y Bonaire, quienes llegaron a Cuba y Venezuela. Además de Coro, en Venezuela se establecieron en ciudades como Puerto Cabello, Barquisimeto, Maracaibo o San Felipe, principalmente. En Coro, la comunidad judío-sefardí fue de