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Perfil de un tormento, pág

PERFIL DE UN TORMENTO

Única fotografía conocida de Curiel

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Son numerosas las anécdotas tejidas en torno a la vida de Curiel. Muchas de ellas urdidas con intenciones especulativas; unas pueden ser ciertas, otras no. Por lo pronto comencemos con el entorno familiar. Los padres de Elías David, provenientes de Curazao, llegaron a Venezuela en 1855, fueron David Curiel Maduro y Exilda Abenatar, ésta última de origen judío sefardí de la comunidad judía de Curazao, pertenecen a la llamada clase culta de la ciudad. Fue nieto de del patriarca fundador de la comunidad judía, Joseph Curiel. Nació Elías David el 9 de agosto de 1871.

De su educación, es probable que, como era costumbre en aquellas familias, se iniciara en la casa con maestros particulares y luego en el Colegio Federal de Coro, se sabe por testimonios que al poeta le llamaban sus discípulos «Bachiller». Era hombre de vasta cultura, con lecturas de clásicos y de contemporáneos. Por sus nexos familiares, y debido a la actividad comercial de los mismos, tuvo acceso a libros editados fuera del país.

Su primer texto publicado se tituló “Albores” cuando contaba veintidós años. El poema comienza: «Era la noche del dolor. Mi espíritu/ dormía envuelto en la tiniebla odiosa…»

Ejerció el periodismo y la docencia. Colaboró en el periódico El Día, dirigido por Emilio Ramírez, donde fue jefe de redacción. Allí también publicaría algunos de sus poemas. En su casa fundó el Colegio Coro, donde recibía alumnos diariamente. También enseñó en el Colegio Federal de Coro. En 1920 viajó a Los Teques, estado Miranda, única vez que salió de Coro, para trabajar en un colegio; pero pronto regresó a su ciudad natal. No se casó ni tuvo hijos. Pese a la enorme pasión por la lectura, Curiel no disponía de una biblioteca personal. Leía pero no se interesaba en conservar ni atesorar volúmenes; estos se hallaban dispersos por cualquier lugar de la casona que habitó en el centro de Coro. Se resistió asimismo a pertenecer a las diversas sociedades que convivían en la ciudad, destacando siempre por su apartamiento de los gremios. Aunque sí solía visitar a veces las sociedades “Armonía” y “Alegría” fundadas por los sefardíes. Pasó por largos períodos de aislamiento y poco a poco se fue sumergiendo en sus hábitos de bebedor y de consumidor de éter, hasta que un 24 de septiembre de 1924 decidió quitarse la vida, ahorcándose en su propia casa.

Valdría la pena será incidir sobre una biografía certera de su vida, haciendo el menor énfasis posible en los aspectos sórdidos de su existencia, pues estos se prestan a demasiadas especulaciones, sabiendo de antemano que tampoco es posible ignorar las facetas terribles o dolorosas que el poeta efectivamente experimentó. Hijo como era de comerciantes sefardíes, no conoció la pobreza material, más bien disfrutó de holgura y comodidades. Elías David y su hermano José David leían buenos volúmenes de literatura e historia, además de libros sagrados y sapienciales, la Biblia, el Corán y la Cábala; por supuesto los autores clásicos griegos y latinos y del romanticismo europeo, franceses, españoles y alemanes; a los hispanoamericanos del momento, así como a los venezolanos Juan Antonio Pérez Bonalde y José Antonio Maitín, a contemporáneos suyos como Manuel Díaz Rodríguez, Rufino Blanco Fombona, Pedro Emilio Coll, y a fundadores del modernismo como el nicaragüense Rubén Darío, el cubano Julián del Casal, el argentino Leopoldo Lugones, el colombiano José Asunción Silva y el uruguayo José Herrera y Reissig; en fin, muy temprano se sintió inclinado a la escritura de artículos, ensayos y poemas.

Colaboró con el semanario de Coro “El obrero”, para el cual redactó numerosos artículos sobre variados temas, algunos de los cuales han sido editados en volumen. Vida y obra de Elías David Curiel (Ateneo de Coro, estado Falcón, 1971) preparado por Virgilio Medina. Aclaremos aquí que no fue sino hasta 1961 que la obra de Curiel mereció una compilación, debida a Luis Arturo Domínguez donde se reúnen sus poemas con la organización que hemos estado siguiendo a lo largo del presente trabajo, contentiva de los tres libros antes mencionados. También valdría la pena intentar una selección cronológica de sus textos y titularla con nuevos nombres, a objeto de ofrecer nuevas posibilidades de visión sobre su obra. En 20032 se editó un completo volumen de su poesía bajo el título Ebriedad de nube, con un interesante prólogo del profesor Enrique Arenas Capiello, que puede tenerse como uno de los estudios más serios sobre el poeta, el cual comentaremos más adelante.

Sólo hay que imaginarse por un momento la vida social de Elías David desde su juventud, un niño obediente con una educación letrada, un niño que apenas jugaba lo que jugaban los demás niños, más bien concentrado en lecturas, disfrutando de un cierto estatus de familias de comerciantes exitosos, frecuentando eventualmente círculos literarios, artistas, músicos, maestros, abogados. Probablemente, Curiel fue adquiriendo un temperamento reconcentrado, introvertido, lo cual no lo convierte necesariamente en un ser entregado por completo a la bebida o la droga, como lo ha querido presentar determinada crítica impresionista, deambulando a diario como un fantasma por las calles de Coro o procurándose éter con un amigo farmaceuta, para escapar de la realidad.

Puede que los problemas económico-sociales que enfrentaba entonces Coro como ciudad colonial, en antagonismo con las costumbres de los sefardíes, hayan producido efectivamente una fricción social –como anotamos antes— lo cual no significa que Curiel hubiese buscado una forzada imagen de “maldito” o de incomprendido social tomando modelos extranjeros en un acto deliberado. Creo más bien que Curiel tomo la decisión de dedicarse a la literatura como a una forma de vida y tabla de salvación, y a la bohemia como a un escape existencial a la evidente precariedad cultural que le rodeaba. Su decisión de renunciar a formar familia propia debería tomarse, creo yo, mas como una elección

2 Elías David Curiel, Ebriedad de Nube, Prólogo de Egla Charmell. Estudio Preliminar: El discurso del insomnio Lectura de algunos textos poéticos de Elías David Curiel, por Enrique Arenas Capiello, Ateneo de Coro, Universidad de los Andes, Biblioteca “Oscar Beaujon Graterol” (Coro), Biblioteca Febres Cordero, (Mérida), CONAC, Ediciones El otro, el mismo, (Mérida), Primera edición, Mérida, Venezuela, 2003, 467 pp.

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