UNIVERSIDAD DE LA SALLE DOCTORADO EN EDUCACION CON ESPECIALIDAD EN MEDIACION PEDAGOGICA
DED-005.3. PEDAGOGIA DEL APRENDIZAJE
Ruptura Epistemológica desde la Cultura Psíquica OCTAVA PROMOCION
Chiflado: Rogelio Fernández Ureña 1-0553-0828
San José, mayo 2011
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Ruptura epistemológica desde la Cultura Psíquica
“La mente es la esencia de estar vivo” Bateson
Todos los ecosistemas tienen la capacidad de realizar cambios adaptativos, que pueden presentarse en diferentes formas tales como las transformaciones culturales, del aprendizaje, personales, etc. Los cambios de adaptación-evolución son permanentes en los organismos vivos aunque pueden ser según los casos, las circunstancias y los contextos más o menos evidentes. En el caso del homo sapiens, algunos de estos cambios adaptativos pueden hacerse de manera consciente, a raíz de intereses personales o determinadas circunstancias por lo general derivadas de la interacción con el homo demens externo o con el que lleva implícito en sí mismo. Estas modificaciones requieren, en algunos casos, de la conciencia y el refuerzo individual, a veces es colectivo y otras, también cultural. En los procesos de predominancia individual el ensayo y el error son permanentes y se refuerza además que también lleva implícito un mecanismo de comparación. “Los marcos psicológicos están relacionados con lo que llamamos “premisas”… como sucede en el caso del marco del juego, el marco interviene en la evaluación de los mensajes que contiene, o no hace más que ayudar a la mente en la comprensión de los mensajes contenidos, recordando al pensador que esos mensajes tienen pertinencia reciproca y que los mensajes que están fuera del marco pueden ignorarse. (Bateson, 1998, p.215)
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Para ejercer las comparaciones de los marcos psicológicos : los referentes, engramas, traumas, el consciente, el subconsciente y hasta el inconsciente son elementos fundamentales a tomar en cuenta, para realizar los cambios que de manera consciente
tratamos de provocar,
es decir que para lograr salir
de las adicciones, encuadres culturales, mentales, de los surcos cerebrales provocados por la cotidianeidad, la rutina, los hábitos, las necesidades y los conformismos, es necesario provocar transformaciones conscientes, inconscientes y físicas en el cerebro, en la mente y en la cultura; aspecto nada sencillo especialmente si se trata de provocar un cambio a nivel individual, epistemológico y pedagógico hacia un pensamiento dinámico, complejo e interconectado, en donde se espera que esa transmutación personal conlleve la repercusión del sutil vuelo de la mariposa y que vibre y resuene hasta que logre transformar el paradigma mecánico de las partes por el de la interconexión de las partes que conforman el todo.
Aprendizaje, afecto y conducta Individualmente, pero en red, podemos tratar de obtener una introspección integral para sanear nuestra posición ante la vida y sus problemas, igualmente dentro de la interconexión de las cosas hacer una revisión social de las enfermedades mentales y optar por la inclusión en lugar de la separación provocada o la auto exclusión. “El pensamiento dinámico no es monista ni dualista sino interactivo, lo que le permite construir categorías como ser en el devenir, unidad heterogénea, autonomía ligada o sujeto entramado, que se caracterizan por su no dualismo. En estas categorías los opuestos conviven enredados de múltiples formas y modos en un proceso de configuración activa y temporal. Esta multiplicidad no implica equivalencia, no todo 3
“vale lo mismo”, pero tampoco hay una vara universal que permita establecer una jerarquía de valores a priori. La apertura hacia la diversidad no lleva necesariamente al relativismo vacuo sino que abre sus puertas a la afirmación responsable” (Najmanovich, 2008, p.135)
Morin (1999) indica que el conocimiento está de manera constante amenazado por el error y por la ilusión en el proceso de percepción en la transmisión de la información y que puede creerse que como los sentimientos, el odio, el amor, etc., nos pueden hacer ver las cosas de manera diferente, al eliminar cualquier afectividad se podría eliminar el riesgo del error en la percepción, pero es imposible pues “el desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la afectividad” (p. 5)
Vivimos, sufrimos, compartimos y obviamos una epidemia mundial de trastornos del afecto, especialmente el bipolar, las manías y la depresión, tratados fundamentalmente con psicofármacos y no se presta especial atención al contexto local y mundial donde se desarrolla esta epidemia. “… el aprendizaje
como un fenómeno de
transformación del sistema nervioso asociado a un cambio conductual que tienen lugar bajo manutención de la autopoiesis, ocurre debido al continuo acoplamiento entre la fenomenología estado determinada del sistema nervioso y la fenomenología
estado
determinada
del
ambiente” (Maturana y Varela 1994, p.130).
Entonces si somos una población con estos y otros
trastornos,
discapacidades
mentales
permanentes, transitorias o recidivantes, no basta solamente con revisar nuestro interior para determinar el estado mental, consumir un tranquilizante y de paso tratar de reconocer cual de los tres cerebros predomina en nuestro pensamiento (afecto, impulso o la razón) y en nuestra conducta. 4
Es necesario hacer un abordaje no solamente enfocado en la crisis externa, sino también a la dinámica del universo interno que se mantiene en permanente interconexión con el exterior, que nos presenta una lucha cotidiana entre el sapiens vrs. demens vrs. ludicus vrs. eticus. Evidenciándose una “sopa” de guerras, arte, terrorismo, amor, narcotráfico, espiritualidad, violencia, bondad, opulencia, pobreza y un sinfín de contrastes y por supuesto de múltiples distorsiones en la percepción del conocimiento de una realidad de por sí, ya distorsionada. “Hoy el antagonismo ya no se centra entre el alma y el cuerpo, sino entre la cabeza y el corazón, entre la razón iluminada y la emoción infantilizada, entre el saber revestido de prepotencia y la vanidad que encubre a hombres y mujeres…”( Betto, 1998, p.51, )
Aprendizaje, plasticidad, estado mental y creatividad
El aprendizaje, inherente y plegado a la vida que transforma nuestra personalidad y nuestros hábitos, es también posible gracias a la plasticidad cerebral, masa moldeable, transformante y transformadora que de manera permanente se adapta, se desadapta y se autotransforma en su anatomía. Esta galaxia cerebral regida básicamente por el afecto, el impulso y la razón, es aún incomprendida por el ser humano, al igual que las galaxias cósmicas, pero que al menos disponemos de alguna información que nos permite adentrarnos un poco en este complejo mundo colectivo e individual. Es en la galaxia cerebral, a raíz de su plasticidad que se produce la conciencia, el pensamiento y la inteligencia, aspectos básicos, aunque no exclusivos, que van a permitir el desarrollo de un adecuado aprendizaje holográfico, un cambio de conciencia terrenal y un cambio de conducta eticaos.
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En síntesis, la anatomía del cerebro se ve modificada por la experiencia y la actividad mental, mecanismos por los cuales se produce el aprendizaje y la memoria corporal. Sin embargo otros elementos individuales y armonizantes deben de tomarse en cuenta en la experiencia del aprendizaje tales como la capacidad del
desarrollo de la
creatividad, la homeostasis interna y la salud mental holística, determinados en la recursividad de la trialógica cerebro, mente, cultura. “Ninguna norma puede crear un dialogo si la mente no tiene predisposición a que ocurra. A la inversa, si nuestra mente esta en actitud de dialogo, la forma no lo destruye o evita. Lo que determina la calidad del dialogo principalmente es el estado de nuestra propia mente” (Krishna P. 1997, p.7)
Allí es donde el entretejido de contextos, mensajes y significados, significan. A tal grado que estos se establecen de manera permanente e invariable pues aportan un sentimiento de seguridad. Por lo que para variar la estructura y los procesos dentro del patrón de aprendizaje, enfocado hacia la eco pedagogía es necesario reducir la hijueputez o patológica conducta humana, regida, de manera predominante
por el impulso
reptiliano.
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Somos adiestrados con un tipo de “condicionamiento operante” para pensar, sentir y actuar o reaccionar dentro de cada estructura contextual en un patrón de conductas laborales, académicas, sociales, familiares, etc., y quien logra reaccionar ante estas imposiciones es catalogado como genio, como loco o como ambos. Pudiendo ser creativo en el diálogo quien se aparte de la patología y quien no. “Pareciera que tanto aquéllos cuya vida está enriquecida por dones transcontextuales como aquellos que están empobrecidos por confusiones transcontextuales se asemejan en un aspecto: para ellos siempre o frecuentemente, existe una “doble recepción”. (Bateson, 198, p. 302).
Esta doble recepción va permitir en los confusos
transcontextuales predominio de la paranoia, la psicosis y el aislamiento y en los poseedores de los dones transcontextuales, la genialidad socializada. Sin embargo no es requisito pertenecer a alguno de estos grupos para el diálogo creativo pues la creatividad es una herramienta, no exclusiva de unos pocos, que nos va a permitir trabajar una eco conciencia enfocada en el eco aprendizaje. “… la mayoría de nosotros no nos sentimos creativos y bloqueamos con persistencia el libre curso de la acción de la creatividad en gran parte de nuestras vidas. La perdemos a causa de nuestra obsesión por el poder y el control, de nuestro miedo a los errores, por el férreo control de nuestros egos; por el fetiche de la comodidad, por nuestra continua persecución del placer reiterativo o simplemente estimulante; por el hecho de reducir nuestras vidas al estrecho marco de lo que piensan los demás; por nuestra adherencia a la aparente seguridad de los órdenes cerrados, y por nuestra arraigadísima creencia de que lo individual existe solo en irreducible oposición a los demás y al mundo “exterior” del yo…cuando nuestra perspectiva ecológica cambia – mediante los momentos de ampliación y bifurcación-, nuestros grados de libertad se expanden y experimentamos la verdad y el ser: entonces somos creativos, y allí se revela nuestro verdadero yo” (Briggs y Peat, 1999, p.38). El yo que debe procurar en su área consciente mantenerse integrado de manera holística con el alma, el cuerpo y el espíritu, además, Morin nos dice que somos poseedores de una cultura psíquica que busca controlar nuestra barbarie interior que se basa en la autoética, no moralina, y que es “…una necesidad permanente de autocorrección contra la self deception (autoengaño, racionalización, negación, egocentrismo, proyección) y la autojustificación.” (Morin 2004, p.104) lo cual finalmente pretende que se traduzca en una eco-eticaos que permitirá aumentar la conciencia espiritual y el amor a mi mismo, al prójimo, a los demás y al entorno planetario. Este auto examen, practicado de forma 7
permanente
va a permitir crear las condiciones adecuadas para
el proceso de
autoconformación cerebro- mente, orientada hacia el rompimiento epistemológico, lo cual va a requerir una adecuada homeostasis mental que se complementa con la exposición a la sublime dimensión del arte que conlleva, mediante una interconexión cósmica, a la creatividad, al juego como expresión humana de gozo y que complementa el frente común contra las redes auto conformadas del ocio tecnológico, el consumismo y la apatía mental. Pero un juego ludens que no llegue a cero como sucede con el “juego” (agon)
oficial e instaurado, que son sinónimos de consumismo y
mercantilismo”, sino el juego pedagógico y comprometido con el desarrollo humano. En esta ruptura epistemológica, donde se manifieste la interconexión de las cosas, somos reiterativos al afirmar que la conciencia, el pensamiento complejo, la inteligencia y sobretodo el entendimiento no debe de estar solamente en las galaxias cósmicas sino también en la galaxia cerebral, donde también el aprendiente tenga la oportunidad, el interés y el deleite de “mirar hacia adentro”. Este tipo de recursividad nos manifiesta la autoproducción y la autoorganización. “Los efectos o productos son al mismo tiempo causantes y productores del proceso mismo y en el que los estados finales son necesarios para la generación de los estados iniciales. De este modo el proceso recursivo…se produce/ reproduce a si mismo”. (Morin, 2003, p.40). Estos espacios recursivos de autoconciencia individual estimularán la desconformación, conformación y autoconformación de la triada cerebro mente cultura, (Morin 2003) y posiblemente, además de facilitar la interconexión y comprensión holística, provocarán una apertura personal y social hacia los multiestados mentales (Roberts 1997) y hacia la percepción hologramática de los campos akásicos (Laszlo 2004), de los cuales recibimos esa información de manera permanente pero que aún no la podemos descifrar por no ser parte de nuestra epistemología, pues “…el pensamiento complejo es lógico pero también es consciente del movimiento irremediable del pensar y la imaginación que rebasan el horizonte lógico” (Morin, 203, p.71)
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Bibliografía
1. Bateson, Gregory (1998). Pasos Hacia una Ecología de la Mente . Argentina: LOHOLE-LUMEN. (Original publicado en 1972.)
2. Betto, Frei (1998). La Obra del Artista. Madrid: Ediciones Barbarroja.
3. Boff, Leonardo (2004). Etica y Moral. Bilbao, España: Sal Terrae.
4. Briggs, J., Peat, D. (1999). Las Siete leyes del Caos. Barcelona: Grijalbo.
5. Clark E., Damián J., Krishna P., Lee M., Snow P. Gallegos R., (1997). El Destino Indivisible de la Educación. México D.F.: Editorial Pax México, S.A..
6. Maturana H., Varela F. (1999). De máquinas y seres vivos (Quinta edición). Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
7. Morín, Edgar (1999). Los siete saberes de la educación. París, Francia: Unesco.
8. Morín, Edgar (2002). Educar en la Era Planetaria. Barcelona, España: Editorial Gedisa S.A.
9. Morín, Edgar (2004). El método 6. Etica. Madrid: Ediciones Catedra.
10. Najmanovich, Denise (2008). Mirar Con Nuevos Ojos. Buenos Aires, Argentina: Editorial Biblos.
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