NARRATIVAS DE MI EXPERIENCIA EN ECOLOGÍA PROFUNDA: Método emergente y mediaciones para encarnar la aprendencia, abrazando la complejidad
Nicolás Bermúdez Vélez Chifladura / Tesis de Grado 2016
NARRATIVAS DE MI EXPERIENCIA EN ECOLOGÍA PROFUNDA: Método emergente y mediaciones para encarnar la aprendencia, abrazando la complejidad
Chifladura / Tesis de Grado
Nicolás Bermúdez Vélez 11ª Cohorte - Colombia Doctorado en Educación con Especialidad en Mediación Pedagógica
Universidad de la Salle San José – Costa Rica 2016
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Imagen 1 SimbiogĂŠnesis
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A Irene Suriko, Silvia Kensiko y Elena Yaura, por ser inspiradoras y continuidad de mi chifladura.
A MariavĂŠ, por nuestras almas y chifladuras entrelazadas.
A Thay y su continuidad en la Sangha, por la sabidurĂa que alimenta mi chifladura y la prĂĄctica colectiva que me acerca a la Madre Tierra.
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Tabla de Contenido Introducción
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1. Desentrañar mi chifladura: Lenguajeando un método emergente para la aprendencia desde experiencias de ecología profunda
2.
3.
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Primera memoria de la conexión profunda
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Ecología profunda como Chifladura I
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Comprensiones de la ecología profunda
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Método emergente: para sistematizar la experiencia vivida
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Ecología profunda como Chifladura II
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Akasha
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Desplegar mi chifladura: Relatando experiencias de ecología profunda y cognición estética
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Conexión selvática: Ritualidad de la cerámica y educación propia
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La aventura de la cerámica: con las manos en la Madre Tierra
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Potencia terapéutica del barro y la narratividad
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Una tinaja compartida: mediación para desatar la meditación
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Alfaro-terapia para sanar el yo cuántico y las relaciones
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Alfareriando amistades, chifladuras y rizomas
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Alfareriando en mindfulness
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Descentrar mi chifladura: Teoría / praxis del cambio paradigmático
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Reflexiones sobre holismo y complejidad
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Reflexiones sobre género y epistemología
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4.
Reflexiones sobre biopedagogía y bioaprendencia
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Reflexiones sobre cognición estética y mediación pedagógica
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Mediar / compartir mi aprendencia: Emergencia y enacción de la Chifladura
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Apuesta y sistematización narrativa: aprender reflexivamente para el buen vivir
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El diálogo rizomático: mediaciones para la aprendencia colectiva
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Meditación como camino de crecimiento interior
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Taller Airekú: materialización de un propósito del alma
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Método para seguir andando y aprendiendo juntos
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Meditación conjunta: método emergente y estética de la mediación para aprender
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Apuesta por el arte como mediación: estética de la cognición y la ecopedagogía
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Cristalizaciones: conceptos interdependientes para la aprendencia personal y colectiva
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Cierre o integración provisional de la chifladura
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Referencias bibliográficas
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Tabla de imágenes Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen
1 Simbiogénesis ................................................................................................................................................3 2 Árbol hogar ................................................................................................................................................. 14 3 Reverencia: naturaleza de mi amor....................................................................................................... 19 4 Espiral de la cognición ............................................................................................................................. 22 5 Rizomas de selva ....................................................................................................................................... 41 6 Paisaje Heisenberg: montaña * mar .............................................................................................. 43 7 Epóptika ...................................................................................................................................................... 46 8 Resonancias del campo akásico ........................................................................................................... 53 9 Diversidad: mosaico de baldosas con sellos ........................................................................................ 61 10 Jarras para contener la vida ................................................................................................................. 63 11 Sellos: poder de los símbolos.................................................................................................................. 64 12 Creación colectiva con Túmako .......................................................................................................... 66 13 Simbología emergente: entrelazando nuestras chifladuras ............................................................ 69 14 Tinaja compartida ................................................................................................................................... 72 15 Aprendencias compartidas ................................................................................................................... 75 16 Cognición estética ética: mindfulness en acción ............................................................................. 77 17 Campo akásico ....................................................................................................................................... 81 18 Sincronicidad original ............................................................................................................................. 84 19 Cacofonía pre-gilánica .......................................................................................................................... 95 20 Despertar en la plena conciencia ..................................................................................................... 105 21 Cristal doble-hexagonal para interpretar relatos de experiencias selváticas ............................ 111 22 Fractalidad ............................................................................................................................................. 128 23 Emergencia del Churo Cósmico......................................................................................................... 138 24 Churo Cósmico emergente ................................................................................................................. 140
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Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen
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Taller de ciudadanía intercultrual Misak, Guambia 2006 ............................................................... 143 El río que soy: meandros, remansos y raudales de aprendencia ................................................. 152 Árbol - río: configuraciones de percepción ...................................................................................... 155 Almas gemelas....................................................................................................................................... 156 Semilla de conciencia planetaria ...................................................................................................... 165 Alquimia del horno ................................................................................................................................ 171 Canasto Tanimuka - Letuama ............................................................................................................. 177 Fractalidad hexagonal ......................................................................................................................... 179 Geometría sagrada en la estructura holofractográfica del universo .......................................... 181 Enamorado de la Madre Tierra ........................................................................................................... 185 Mindfulness ............................................................................................................................................. 188 Rizomas y fractales retoñando en doble espiral .............................................................................. 192
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Introducción Aquí hablo del proceso vital de mi crecimiento y transformación, estimulado por un lenguajeo con la propia chifladura, a la vez apasionado y enfocado2, a medida que ella sigue emergiendo, complejizándose y manifestando sus aristas, sus bucles, su crecimiento ondulatorio en fractales3 para develar distintas perspectivas de esta andadura, convertida en aprendencia4.
Me atrevo a lanzar al aire este texto autobiográfico, sin temor a compartir la intimidad de lo que acontece en la andadura polifacética del encuentro con una mirada compleja a mi propia experiencia, mis formas emergentes de aprender y de pertenecer al universo. Usando deliberadamente la primera persona del singular (yo) y del plural (nosotros), también alternando diversos estilos de escritura como relatos de experiencias, versos y prosa poética, textos interpretativos y analíticos, fotografías de acuarelas y de placas de cerámica, este documento recoge el proceso de enacción1 que ha generado la emergencia visible de mi chifladura, a la luz de reflexiones personales y colectivas en el contexto del Doctorado de la Tercera Cultura.
Mediante una múltiple conversación –a la vez interior, con distintos ámbitos de mi “yo cuántico”, y exterior, con diversas personas e interacciones, en algunos casos logrando producción rizomáticabusco fermentar, amasar y cocinar mi chifladura, hasta cristalizarla en una forma de crear mediaciones, tal que pueda alimentar mi aprendencia cotidiana y ser compartida. Recapitulo el camino recorrido, nombrando sus componentes y los hitos que han marcado puntos
En el sentido de la visión “enactiva” de los fenómenos cognitivos: para Hugo Assmann (2002: 42), quien se refiere al planteamiento seminal de Varela, la enacción se refiere a “hacer emerger” o “constituir de forma activa” el mundo desde las percepciones-acciones e interacciones, no de las representaciones. Así, la enacción constituye una encarnación del doctorado en mi chifladura / vida.
Gutiérrez et al. (2010). Mandelbrot (1993; 1997). 4 Neologismo acuñado por Assmann (2002: 124), referido al carácter de proceso y experiencia de aprender: “situación de estar-en-proceso-de-aprender […] su estatuto de acto existencial que caracteriza efectivamente el acto de aprender, indisociable de la dinámica de lo vivo”.
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cruciales, así como algunos elementos anteriores al inicio formal del doctorado, en tanto las raíces del trabajo de la chifladura se hunden en experiencias del pasado5.
planeta Tierra y los espacios sociales que habitamos; en otras palabras, seres sensibles, conscientes y coherentes en el respeto a todos los seres y sistemas vivos como “legítimos otros”6.
Esta chifladura profundiza una indagación reflexiva, narrativa e interpretativa que hace parte de mi historia de vida; en ella recurro a la autobiografía como ámbito privilegiado para la emergencia de un método que movilice la aprendencia holística en torno a experiencias de ecología profunda, y que así ayude a reafirmar el valor intrínseco de la vida.
Se trata de poner en práctica –tanto en la vida cotidiana como en una perspectiva política y territorial- los valores de una ciudadanía ecológica que respete la vida en todas sus diversas formas y expresiones, desde la complejidad del organismo y sus interacciones con el entorno inmediato, pasando por las redes sociales y redes de redes que se expanden en círculos concéntricos y espirales (o en matrices hexagonales), hasta enlazarnos de modo complejo con el planeta como sistema vivo y con el cosmos que somos, que llevamos dentro, que reflejamos fractal y holográficamente.
La producción de esta chifladura transita por una ruta de sistematización narrativa de experiencias personales en ecología profunda, con el fin de desentrañar un método emergente que permita aprender a aprender cómo comprometernos y transformarnos en mejores ciudadanos del
En resonancia con Zohar (1996), el yo cuántico que se expresa en la chifladura está conformado por múltiples relaciones dinámicas, entre las cuales se encuentran “mis relaciones con los sub-yoes” o identidades que conviven “dentro de mi propio yo (mi pasado y mi futuro)”.
Bajo esta visión de la ciudadanía, ampliamos la comprensión de Maturana (2002) sobre la convivencia como respeto a la legitimidad del “otro”, en un movimiento epistemológico que va más allá de lo humano, para abarcar dentro de la categoría de las relaciones sociales a todos los seres vivos, los elementos del entorno y los ecosistemas.
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1. Desentrañar mi chifladura: Lenguajeando un método emergente para la aprendencia desde experiencias de ecología profunda El texto que aquí comienza busca desencadenar la narración del proceso complejo –recurrente y recursivo- de la emergencia y enacción de mi chifladura7. El método consiste, por una parte, en ser testigo de una vivencia que pulsa por ser narrada y se lanza al vacío: se arroja a la experiencia de narrar-se a sí misma y observar-se en el proceso de sanar y aprender. Al mismo tiempo, el método también incluye el acto reflexivo de narrar, interpretar, comprender, y de
crear las mediaciones que hacen del ejercicio narrativo un ámbito fecundo para la sanación y la aprendencia. Vale aclarar desde el comienzo que la concepción de método que abrazo coincide plenamente con la definición de Edgar Morin8.
Intento así explorar compleja interrelación entre el proceso de auto-organización (emergencia) y volición creativa (enacción) en la vida del ser humano, donde se cruzan las diferentes fuentes que Morin (2006) atribuye a la Ética, como imperativo vivenciado subjetivamente y culturalmente: a) la fuente interior correspondiente al individuo (es decir, el sujeto marcado por la autoafirmación del Yo); b) la fuente exterior definida por el entorno (correspondiente a la cultura y la sociedad); y c) la fuente anterior, que reside en la especie (marcada por la auto-socio-organización biológica del individuo y la transmisión genética). Y este individuo, que en este caso soy yo con mi chifladura, “es un punto hologramático que contiene el todo (especie y sociedad), pero al mismo tiempo es irreductiblemente singular”. En este
esquema complejo, donde para mí no puede haber escisión entre ética y estética, emergencia y enacción son distintas caras de la misma moneda, que es mi chifladura. 8 En el Método III, Morin afirma que “la palabra ‘método’ en absoluto significa metodología. Las metodologías son guías a priori que programan las investigaciones, mientras que el método que se desprende de nuestra andadura será una ayuda a la estrategia (la cual comprenderá útilmente, es cierto, segmentos programados, aunque necesariamente comportará el descubrimiento y la innovación). El fin del método, aquí, es ayudar a pensar por uno mismo para responder al desafío de la complejidad de los problemas.” (Morin, 1986: 17).
Se trata de una configuración de distintos lenguajes narrativos, donde convergen libremente el relato y la interpretación de la experiencia vivida, así como imágenes provenientes de las
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pinturas intuitivas creadas con acuarelas y las placas de cerámica grabada en relieve y esmaltada en alta temperatura. Este lenguaje kaleidoskópico se atreve a dejar emerger sincronicidades y es capaz de romper dicotomías para entretejer de modo complejo lo sensorial, emotivo, intuitivo y lo racional, analítico, lógico; y al mismo tiempo, encarnarlo en uno mismo. Todo esto encarna una búsqueda del “leguaje total”9 que permita dar cuenta de una mediación pedagógica emergente y compleja para abordar reflexivamente una experiencia, la cual se torna aprendencia y quiere ser compartida.
que me permite distinguir entre lo amable que quiero cuidar y reproducir, y lo abominable que quiero luchar por transformar. Reconozco los patrones donde se inscribe mi vida personal como ser humano en el cosmos y en este momento y lugar; reconozco las estructuras del sistema cultural al que pertenezco y los territorios en los que decido actuar; percibo la sincronicidad como nuevos símbolos, significados y campos de oportunidad emergentes en la conexión profunda entre mi ser y el mundo natural.
Primera memoria de la conexión profunda
En este campo vital de la conciencia, donde sucede el inter-juego del ser y el entorno biofísico y sociocultural, emergen a la vez el patrón ancestral heredado y las estructuras contemporáneas creadas. En medio de la resonancia de mis ancestros y mis descendientes manifestándose en mi campo morfogenético, emerge el discernimiento o la fuerza ética/estética
Celebro la composición de este texto como un ejercicio espiritual y poético que me llena de alegría y me conecta con mi pozo interior profundo, fuente de vida: ámbito del ser de donde emerge una fuerza esencial, un aliento, una vibración, una calidez inefable. Recobro así el origen recóndito del sentido que vibra allí,
En el sentido elaborado por Francisco Gutiérrez (s.f.; 2004), como experiencia multisensorial que integra los sentidos, las percepciones y los recursos expresivos en un impulso autoorganizativo de mediación para aprender. Así
entendido, el lenguaje total apela no sólo al lenguaje verbal racional, sino a la pintura, las emociones, el simbolismo, la imaginación, la intuición…
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adentro, tan hondo, y constituye mi sabiduría primordial. Esa que brotó como agua pura en un canto espontáneo del alma cuando, siendo muy niño en Suasuque -la finca de mis abuelos donde pasé tiempos felices en mi infancia- caminaba solo por el camino de tierra que iba al cerro donde sembraban alfalfa y yo corría persiguiendo mariposas, para luego tenderme en la frescura del suelo y mirar al cielo, las nubes pasar; o cuando me aventuraba más allá, hasta el río Teusacá de aguas turbias, donde primas y primos recolectábamos cangrejos entre el lodo de las orillas, aprendiendo a vencer miedos y a discernir entre quebrar o respetar límites; o por el otro camino que me llevaba al viejo cerezo retorcido al pie de la carretera, donde me gustaba treparme y quedarme un largo rato ensoñando, observando las curvas y hendijas del tronco, su corteza llena de líquenes amarillos, verdes, grises, dialogando con los demás seres co-habitantes de ese espacio natural que era mi hogar. Estaban las aves y los insectos, que yo podía ver y sentir físicamente; también otros seres imaginarios o espirituales, que yo veía y sentía de otra manera. Todos ellos estaban tan vivos como yo, y participaban en la conversación.
El canto espontáneo era un vaivén que me hacía plenamente feliz, llevándome a oscilar como un péndulo entre dos dimensiones fascinantes: de un lado, la entrega total al aire y las vibraciones del sonido y su manantial de energía, la fusión del cuerpo y el alma con el Todo; de otro lado, el descubrimiento de un poder interior hasta entonces inadvertido para mí, la facultad de verme y sentirme a mí mismo, como desde fuera de mi cuerpo, desde otro ángulo o lugar, y saberme cantando allí y afirmando la unicidad de mi ser. En otras palabras, era la simultánea vivencia y conciencia de la tríada verdad-bondad-belleza, encarnada en mi persona extasiada y a la vez centrada en la observación lúcida de sí misma.
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Imagen 2 Ă rbol hogar
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Este pasaje rural recurrente está fijado como un hito en mi vida emocional y vuelvo a él cada vez que pienso o medito acerca de mi espiritualidad. La memoria vuela y se ancla allí, en ese ritual solitario y silvestre de introspección que sucedió una y otra vez, cuando hube entrado ya en la adolescencia e incluso navegado en la pubertad. Es uno de los episodios de mi vida que conozco bien; he estudiado a fondo las sensaciones y emociones e imágenes que lo pueblan: sus texturas, sonidos, aromas, la convivencia con los elementos. También he recorrido, en la ensoñación y en mi diario, la melancolía y la intimidad del niño, los sucesos familiares y escolares de esos días, mi extrañamiento social y la creación de un mundo propio. Se trata claramente de un punto crucial en la configuración de mi identidad y patrón de pertenencia, de mi tendencia auto-reflexiva, de mi impulso a decir–cantar: SOY-ESTOY.
Surge espontáneamente en muchos de mis dibujos, poemas, pinturas y cerámicas el árbol como protagonista del paisaje, divinidad terrenal donde me refugio y retorno a mi verdadero hogar: al mundo apacible de mi ser interior. Ahora lo veo como una manifestación primitiva de mi “yo cuántico”, mi ser enlazado de modo atemporal y no-local con el universo y todos sus seres, los que han sido y serán.
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Este momento enraizado en la memoria reaparece una y otra vez; ahora veo en él un primer acto de auto-afirmación y conciencia de mi corporeidad y espiritualidad como un todo enlazado al todo: me lleno de mí mismo, y al tiempo me miro a mí mismo haciéndolo. Así intensifico mi corporeidad en su conexión con el entorno (que se hace interno), y de algún modo que busco develar en la sistematización de la chifladura que soy, trasciendo sus fronteras y me veo en un ejercicio metacognitivo espontáneo y lleno de luz.
aroma de la tierra mojada por la lluvia, en el filo de las piedras del camino y la firmeza de las rocas oscuras, por siempre aferradas al cuerpo de las montañas. Si alguna certeza tengo, es que cualquier narración que busque desentrañar mi chifladura más profunda tiene que pasar, si no comenzar por ahí: por el momento / lugar de esta primera oración en comunión con la naturaleza de mi territorio. Fue allí donde descubrí mi conexión fraterna y fascinación con el mundo de los seres vegetales y minerales; donde me supe parte de la montaña con toda su humedad, sus peñascos ancestrales y sus colores cambiantes; donde aprendí que estoy hecho del aleteo de mariposas amarillas en el potrero, del brillo verde-azul de las ranas que se camuflan en los juncos del vallado, del vaho que exhalan las vacas en el ordeño al amanecer y el temblor del músculo del omoplato del caballo, su mirada noble y alerta, que se interpenetra, se funde con la mía, se vuelve una sola.
Es quizás el inicio, el ritual iniciático de una identificación y un compromiso con la naturaleza en la profundidad de mi espíritu, el cual quedaría para siempre vinculado a la pasión por aprender y propiciar transformaciones, dentro de sí y en las relaciones del ser: con sus congéneres humanos, con los seres vivos de otras especies, así como seres y sistemas pertenecientes a diferentes “reinos” de la naturaleza y a otras dimensiones espacio-temporales. Más allá de la presencia fraterna de animales y plantas, descubro, sin saberlo aún, mi parentesco e intimidad con los minerales, en la sal de mi llanto de niño, en el
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Ecología profunda como Chifladura I
Pero en la adolescencia todo esto entró en crisis y pasó... Tras recibir la influencia de la teología de la liberación, mi sensibilidad se radicalizó. Mi Tengo un mundo espiritual ligado identidad dio un fuerte giro: de la mano de inextricablemente con el mundo natural. Un hilo Nietzsche maté a Dios y encontré respuestas en el conductor, desde la niñez hasta hoy, consiste en marxismo. Este movimiento coincidió con la la espiritualidad y la naturaleza entretejidas en un muerte de mi padre, a los 17. Tuve una época camino. Desde muy niño sentía una larga de lo que mi madre llamaba identificación profunda, una conexión “sarampión izquierdista”, casi me voy mística, fluía y hablaba con Dios al monte, pero me salvó la poesía, la La búsqueda de cuando estaba solo, en la naturaleza. conexión con ese mundo interior y un mundo Vibraba dentro de mí algo muy íntimo sensible que siguió siendo el asiento de alternativo me y hondo, que luego (¿cómo?) derivó mi identidad. En la universidad el llevó a la selva, en otras manifestaciones de una vida estudio de sociología me ayudó a espiritual y se conectó con lo que donde mi alma descubrir otras perspectivas teóricas, había en mi alrededor: la religiosidad echó raíces, otros ángulos para ver el mundo y de la familia y de la escuela. Era un creció y floreció. canalizar la fuerza de mi ámbito institucionalizado en la iglesia, inconformidad política: el anarquismo, donde encontré otro refugio tranquilo el pacifismo, la diversidad cultural y la ecología. y silencioso para cultivar mi conexión con el mundo interior que ya había identificado y La búsqueda de un mundo alternativo me llevó a explorado. Yo tenía la convicción de que iba a ser la selva, donde mi alma echó raíces, creció y cura; cuando niño jugaba disfrazarme y hacer floreció de maneras insospechadas. Compartir la misa, con mis primos y con los animales de la casa. vida con los indígenas me hizo volver a mirar las El diálogo cósmico de la infancia se volcó por un cosas de otras maneras; la vida cotidiana y los tiempo hacia el “dios” enseñado y aprendido. rituales aguzaron mis sentidos, se me abrieron
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nuevas ventanas de percepción. La vivencia sensorial de la selva, sus dinámicas ecológicas y sus sistemas culturales, el contacto diario con el chamanismo y el trabajo de antropología aplicada en múltiples comunidades amazónicas, me rompieron los dogmas y paradigmas aprendidos. Esta experiencia me lavó los ojos, quitándome escamas y escalas para ver libremente. A fuerza de vivir un mundo lleno de magia, pude trascender el esquematismo del materialismo histórico y dialéctico que me había formado. Viajando por río, mambeando10 y conviviendo con la gente de maloca en maloca11, escuchando narraciones míticas y otras lógicas de pensar/actuar, encontré que el mundo es más ancho y complejo. Todo esto significó de nuevo saltar al vacío, una y otra vez, aprender a
desaprender para volver a empezar, el difícil arte de aprender a aprender.
Mambear significa mascar hojas de coca (planta sagrada) ritualmente, para escuchar la mitología, los cuentos y los cantos, y conversar sobre la vida, tanto dentro de la cosmovisión indígena como en un plano de diálogo intercultural. El “mambeadero”, ubicado en el centro de la maloca, puede verse como un lugar ritualizado para el lenguajeo, para saborear la complejidad de la palabra humana, para enactuar la comunicación entre el ser y el cosmos, para la exploración de mundos propios y ajenos, para compartir formas de comprender y vivir el mundo, para
buscar y encontrar sentidos. Mambear significa rumiar, con el mambe físico, el pensamiento y la palabra que emergen desde el espíritu iluminado. 11 Gran casa comunal y ceremonial –circular, ovalada o rectangular- de las etnias amazónicas, cuya arquitectura constituye una muestra del acople simbiótico perfecto de naturaleza y cultura, además de una representación simbólica de la estructura del cosmos tal como es comprendido a través del conocimiento chamanístico indígena.
Pasaron casi dos décadas viviendo este trabajo intensivo en la selva, recorriendo las comunidades y sus iniciativas a lo largo de los ríos, senti-pensando la vida y el trabajo. La selva nos salva, encontré el tiempo/espacio para desplegar las alas de mi cuerpo/mente/espíritu, ser libre. Aprendí a golpes sobre la belleza y la miseria de la naturaleza humana, la mía y la ajena. Durante ese período mi vida dio otros vuelcos, no sólo filosóficos: encontré a mi alma gemela, la Mariavé amada, compañera de caminos y chifladuras; llegaron y crecieron nuestras tres hijas, se multiplicó el amor; aprendí a ser esposo y padre, en un contexto privilegiado, vibrando al unísono en y con la selva.
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Al tomar distancia para hacer un período de trabajo académico, a través de la sistematización de la experiencia personal, redescubro mi chifladura principal: la ecología profunda. La narrativa como recurso heurístico me pone frente a mí mismo, el ejercicio académico se torna holístico, toma relieve su dimensión espiritual. Entonces se libera en mí algo que vibra muy fuertemente, algo que bebe del pensamiento complejo y se eleva en espirales de ampliación de la conciencia, pero vuelve a la tierra que soy, para fundar nuevos ciclos de trabajo y transformación. Ese algo tiene forma de identificación, cuestionamiento y compromiso profundos. Imagen 3 Reverencia: naturaleza de mi amor
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Comprensiones de la ecología profunda
ciclos de transformación profunda –tanto los vividos por mí como los anhelados y perseguidos en la sociedad: la comprensión llega a enlazar de modo complejo, recurrente y recursivo, el cambio personal y el cambio en la sociedad, la paz en mí mismo y la paz en el mundo.
Al tomar distancia, dando un paso atrás, veo el inicio de un patrón recurrente de ecología profunda en mi vida, el crisol donde se configura la estructura futura de mi cosmovisión. Veo la identificación profunda de mi alma de niño con la vereda, el descubrimiento de mi propia subjetividad e intersubjetividad con la naturaleza circundante. Pulsa allí una energía vital que ilumina el resto de mi vida, parten de ahí los hilos conductores de la conciencia que se amplía en forma de espiral.
En el plano teórico, campo fértil para romper las cadenas conceptuales que se empeñan en limitar nuestras prácticas, las ideas planteadas por Arne Naess12 y múltiples seguidores, como George Sessions, me permiten entender que no estoy tan loco al sentipensar como la montaña y el arroyo y el árbol. O si lo estoy, es para poder recuperar la integridad de lo humano ligado a la naturaleza, que se ha perdido a partir de la revolución cartesiana y mecanicista, con la hegemonía del pensamiento lineal, fragmentador y antropocéntrico soportado por el poder de las ciencias clásicas y la economía de mercado.
Puedo ver claramente que el surgimiento de mi conciencia política en la adolescencia, con una fuerte implicación ética de compromiso profundo por la equidad y justicia social, está íntimamente relacionado con las pulsaciones espirituales de la infancia. Lo mismo sucede con los posteriores Si bien el movimiento de la Ecología Profunda hunde sus raíces en la actitud trascendental de poetas y naturalistas como Henry D. Thoreau y Walt Whitman, incluso en el pensamiento holístico de los pueblos indígenas o nativos del continente americano y de diversas culturas pre-modernas, es a partir de los escritos del eco-filósofo noruego que esta corriente se expande y se consolida en el siglo XX, con los
aportes de múltiples escritores, poetas, científicos, teólogos, músicos y artistas, quienes han creado una nueva comprensión del universo, basada en la experiencia de una nueva intimidad entre seres humanos y cosmos y una conciencia ampliada de la cualidad mágica de la Tierra como ser viviente y del cosmos como un todo.
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de moda en un momento dado, y anticuadas al siguiente.
Encuentro plena resonancia entre mi sentipensar, mi vivencia directa e intuitiva del mundo natural – dentro y fuera de mí- y las palabras de Rupert Sheldrake (1994):
Por ahí pasa esta chifladura: por sanar y religar lo que la ciencia nos rompió al separarse del arte y la espiritualidad. El esquema de la ecología profunda recogido por Stephan Harding13 aporta mediaciones pedagógicas para inspirar a sus pupilos y lectores hacia una comprensión holística del significado e implicación de estar vivos.
Es importante reconocer […] nuestras experiencias directas de la naturaleza en los lugares silvestres, en el campo, en las selvas, en las montañas, junto al mar, o donde nos sintamos en conexión con el mundo viviente global. En sus manifestaciones más fuertes, esta sensación de comunión tiene el poder de la experiencia mística, la iluminación, la sorpresa y la alegría. Pero cuando retornamos a nuestras vidas cotidianas, nos sentimos muy tentados a descartar esa experiencia como meramente subjetiva, como algo que sólo sucedió en nuestro interior y que no involucra ninguna participación real en una vida mayor que la nuestra. Creo que debemos resistir esa tentación. Nuestras experiencias intuitivas de la naturaleza son más reales y más directas que las puras teorías,
Por su parte, el anciano sabio y teólogo Thomas Berry (1988; 1999) nos dejó el legado de una amorosa pero urgente exhortación a revisar nuestro comportamiento personal y social, para retornar a modos de vivir en armonía con la majestad del mundo natural. De ahí he bebido, encontrado solaz para saberme acompañado en la aventura de aprender colectivamente a abrazar el universo, del cual soy bucle fractal.
Harding (1997) ha elaborado una innovación pedagógica, a través de sus seminarios teórico-prácticos en Schumacher College, para transmitir los planteamientos de Naess y Sessions (1984) sobre la Ecología Profunda. En ellos ha integrado contribuciones del pensamiento de científicos de
vanguardia como Fritjof Capra, Rupert Sheldrake y Brian Goodwin, así como de artistas y místicos y líderes sociales, dinamizando nuevas formas de aprender holísticamente acerca de la convivencia entre las sociedades humanas y los ecosistemas que compartimos con los demás seres vivos.
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Estructura del movimiento espiral de la conciencia Cada espiral es un ciclo vivencial que comienza con la vibración al unísono y la comunión –soy parte de la montaña y ella es parte de mí: identificación profunda. En seguida la conciencia experimenta marejadas de cuestionamiento profundo –preguntas parteras de un nuevo ser, confrontación radical que quiebra supuestos, rompe fronteras, abre ventanas hacia otras territorialidades, formas alternas de ver el mundo e interactuar en él. En últimas, no soy “parte de”, pues no soy separado, sino soy con, soy en, intersoy. Y al juicio ético resultante, no puede sino seguir una fase conclusiva de compromiso profundo -conexión voluntaria y política y entre teoría y praxis, búsqueda de coherencia en todo el ciclo: unidad entre intuición, juicio, decisión y acción. En un mundo imperfecto y violento, marcado por la contradicción, la neurosis y el cinismo, encuentro un tremendo valor potencial para construir alternativas, en la fuerza ética y estética de experiencias personales de ecología profunda.
Imagen 4 Espiral de la cognición
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Veo que el andamiaje conceptual para una nueva ética ecológica y de ciudadanía planetaria, puede ser aterrizado, enraizado, encarnado en experiencias individuales y colectivas de contacto íntimo con el mundo natural, con la vida silvestre, con ecosistemas y seres vivos, donde aún la vida se manifiesta de modo espontáneo, silvestre, libre.
puesta de sol que incendiaba el mundo, el alba que lo inauguraba todo con su caricia tornasolada. Habrá incluso momentos de identificación profunda ligada a la ontogénesis, de los que no sé casi nada, aquellos que sucedieron en el big bang de mi concepción y durante mi gestación, en el océano placentario del enamoramiento de papá y mamá. También aquellos que siguieron apareciendo fractalmente, como destellos de lucidez o insights en momentos de ensoñación, inspiración o locura a lo largo de mi vida, en el encuentro con mis alter-egos o “yoes cuánticos” en el mundo complejo de la naturaleza.
Creo que el aspecto fundacional del momento relatado (el canto rural de afirmación identitaria y celebración de lo Sagrado que descubría adentro y alrededor), consiste en la emergencia de una conciencia ampliada al punto de alcanzar la conciencia de sí misma (como diría Morin, “la conciencia de la conciencia”), el descubrimiento reflexivo de mi propio carácter, una observación de segundo orden a la edad de siete años.
Por supuesto, vinieron múltiples experiencias de profunda conexión, compromiso y transformación con el universo -especialmente con los elementos y seres vivos de sus ámbitos silvestres y rurales- a lo largo de mi vida de niño, adolescente, joven y lo que sigue después, padre y ahora casi viejo. Las voy reencontrando en el transcurso de esta chifladura, en el diario intensivo, en distintos relatos y reflexiones, en las acuarelas, en la cerámica. Sin embargo, observo que muchas de estas vivencias permanecen en el plano sensorial o imaginativo,
Intuyo que hay episodios anteriores, en la primera infancia: aprender a montar a caballo con papá, sobre un cojín en su montura y abrazado por él desde atrás, con todo el horizonte para mí; conocer la inmensidad del mar con su rumor perenne, la acritud de sus aromas y el picor de la sal, sentir la caricia del viento sobre la piel tostada y experimentar una reverencia inolvidable por la
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en el nivel primario de la identificación profunda donde me fundo con el entorno, sobrecogido por el asombro y gozando el momento de éxtasis o serenidad, llegando a desplegar la reflexión.
En mi vida personal, esto sucedió varias veces cuando movimientos internos de autocrítica me llevaron a trascender la propia estructura de premisas, principios y valores que orientaban mi forma de pensar, decidir y Algunos episodios de tal sensibilidad actuar en el mundo. Por maduran –no linealmente, sino en un ejemplo, pasar de ser movimiento caótico * caórdico ¿Movimientos de fervorosamente religioso en la y formando espirales, como las olas y conciencia provocados infancia –al punto de querer las mareas en el océano- hasta llegar de qué maneras, a volverme cura cuando a un nivel cognitivo o incluso través de cuáles grande- a ser radicalmente valorativo, especialmente a partir de ateo y materialista en la mediaciones? la época del surgimiento del adolescencia –al punto de pensamiento moral adolescente con Esta es una pregunta buscar la militancia y hasta sus implicaciones éticas, políticas o generadora clave para querer irme para el monte con ideológicas. Luego cada etapa de la la reflexión y evolución la guerrilla- y luego abandonar vida tiene sus remolinos e de mi chifladura. los dogmas políticos e implicaciones. ideológicos para pasar por En este nivel sucede el estadios de identidad y cuestionamiento profundo que puede hincharse y pensamiento anarquista, indigenista, ecléctico, complejizarse hasta el punto crucial de romper las agnóstico, budista, buscador de alternativas limitaciones del pensamiento, superando los ecológicas y pacifistas. modelos mentales para encontrarse con la Aún otros momentos, marcados por el nivel de emergencia de un nuevo modo de sentir y pensar. compromiso profundo, habrán logrado pasar del ¡Qué importante es este momento para un discurso a la acción deliberada y consciente, que proceso de cambio paradigmático!
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busca conectar lo personal con lo colectivo, lo local con lo global. Este nivel de la ecología profunda quizás sea el más escaso y difícil de alcanzar, pues supone llevar el cambio paradigmático a sus últimas consecuencias e implicaciones: hasta gestar un cambio cultural que va más allá del discurso y se expresa en la transformación de las prácticas de la vida cotidiana, de las relaciones interpersonales y con el medio ambiente, del modo de vida. Este nivel cierra un ciclo del espiral de ampliación de la conciencia para volver a comenzar y nutrir, como un eterno retorno que teje redes, nuevas experiencias de identificación, cuestionamiento y compromiso profundo.
Andoke, Muinane, Nonuya y Uitoto. La actitud inicial era de apertura, escucha activa y profundo respeto para aprender de sus sistemas culturales, de su modo de vida en interacción con el bosque, de su relación íntima con la naturaleza. Con el tiempo aprendí a aprender allí, a leer el contexto y descifrar los códigos culturales y sociales propios de cada etnia y territorio, a hacer preguntas y a dialogar; la permanencia y la perseverancia me permitieron comenzar a pertenecer y aprender dentro del ritmo y la idiosincrasia de diversas etnias amazónicas. Viajando por el río, conversando en múltiples mambeaderos y compartiendo la vida en cada sitio visitado, tuve contacto profundo y prolongado con el chamanismo y la ritualidad como prácticas de ordenamiento de la vida comunitaria: en malocas como unidades sociales de territorialidad local y en redes de malocas como sistemas dinámicos de territorialidad regional –ondas y partículas a la vez.
Selvático cambio paradigmático Un ejemplo de este nivel de ampliación de la conciencia puede ser mi opción por dejar la vida académica y urbana para irme a la selva amazónica colombiana, a convivir con comunidades de las etnias Yukuna, Matapí, Tanimuka, Letuama, Makuna, Miraña, Bora,
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Jugó un papel importante, en este cambio de mi remiten a los mitos de origen (o cuentos de forma de pensar, la cotidianidad ordenada por el nacimiento), donde se encuentran las verdaderas pensamiento indígena14: por la ritualización de los explicaciones y conexiones entre lo micro y lo actos a la luz de la mitología y la valoración éticamacro, lo ancestral y lo contemporáneo, lo social estética que de ella se deriva. Pero más allá del y lo natural. Desde entonces, mi Chifladura –no trabajo de antropología sólo ésta en particular, este texto aplicada y convivencia con la específico, sino todas mis chifladuras, mi gente, y del compromiso modo de existir- se encuentra cruzada, Mi modo de existir se político por el fortalecimiento de impregnada por el mundo mítico que encuentra cruzado, la autonomía indígena, estaba nos conecta con lo primordial y lo impregnado por el mi propia vivencia profunda de actual del universo, que nos ayuda a la selva misma: la exploración explicarnos lo que somos, de dónde mundo mítico que nos de mi corporeidad inmersa en venimos, cómo inter-somos y conecta con lo ese mágico universo aprendemos, para qué vivimos. Me primordial y lo actual desbordante de diversidad, mi reencontré con mi capacidad de sentidel universo. resonancia mórfica pensar. aprendiendo a alinearse con las El trabajo en equipo con biólogos de la resonancias del bosque, sus seres y sus expresiones, conservación no sólo me infundió fascinación y sus fenómenos naturales y culturales. compromiso profundo con la diversidad, sino una La convivencia con los indígenas en la selva me nueva perspectiva de acción política. También enseñó que las preguntas sobre las cosas de la me permitió entender la biogeografía de la selva vida –tanto las simples como las complejascon los referentes de la ciencia occidental que Este ordenamiento viene codificado por milenios en las tradiciones culturales que hacen parte del mundo selvático amazónico: su representación cotidiana y ritual da sentido,
recupera el equilibrio, restaura la armonía y salud en las personas, los grupos y la compleja red de relaciones sociales entre seres vivos –tanto humanos como no-humanos.
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describe, mide, computa, modela, explica y valora los procesos ecológicos. Aunque esta perspectiva me enriqueció, nunca me sentí bien con esa manera de escindir, fragmentar y entender el objeto de estudio, los ecosistemas igual que a los organismos vivientes: como “una máquina que (…) funciona en virtud de las propiedades físico-químicas de sus elementos constituyentes” (Capra, 1992: 57).
Es cierto que ante la explosión incesante de formas de vida, resultó útil para mí contar con herramientas conceptuales que me ayudaban a comprender el orden caótico que subyace a la arquitectura ecológica del bosque amazónico: endemismo de especies y subespecies como estrategias evolutivas, asociación cooperativa y competencia a muerte entre poblaciones vegetales y faunísticas en torno a los nutrientes y la luz; cadenas tróficas que incluyen estructuras de organización social en distintos órdenes taxonómicos; compleja tipología de suelos y aguas y bosques relacionada con patrones climáticos y ciclos estacionales; estadios de sucesión natural o antrópica que representan un incremento exponencial de la biodiversidad.
La pedagogía de las escuelas de biología formó toda una generación de ecólogos atrapada en la rigidez del método científico clásico, obsesionada con acopiar datos, comprobar hipótesis y formular la verdad objetiva y válida mediante procedimientos experimentales limitados a categorías e instrumentos heredados del enfoque cartesiano y newtoniano. Esta atadura epistemológica genera una visión parcial – parcelada y reduccionista- que, de acuerdo con Capra (1992: 73) no permite “tener en cuenta la influencia que las circunstancias no biológicas ejercen en los procesos biológicos”, ni escuchar la voz de otros saberes expertos y sistemáticos provenientes de tradiciones culturales milenarias.
Pero desde la pluralista visión del mundo de los pueblos indígenas, donde no hay verdad única o absoluta, sino verdades culturales y situadas, todo aquello que los científicos consideran “verdad objetiva” con “validez universal”, se entiende como una visión parcial: el mito occidental o “la brujería de los blancos”. No se niega la validez del conocimiento de los blancos, pero se le adjudica un estatus relativo: “así es para ellos”.
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La comprensión compleja, penetrante y detallada de los sabedores indígenas sobre el ecosistema (su territorio) como red de seres vivos interrelacionados (ondas y partículas) se traduce en una matriz hologramática de fenómenos vitales cuánticos. Estos fenómenos son la materia viva del sistema de conocimiento étnico que es holístico, pues abarca todas las dimensiones espaciotemporales de la existencia, todas las formas de vida y su miríada de manifestaciones, y además sus complejas interrelaciones.
Esto sabemos: La Tierra no pertenece al hombre; El hombre pertenece a la Tierra. Esto sabemos. Todas las cosas están conectadas Como la sangre que une a una familia.
“Todo está inter-conectado”, afirmaba en 1854 el jefe Seattle de la tribu Duwamish, sintetizando para el occidente colonizador lo que uniría a todo el pensamiento amerindio. El pensamiento indígena no separa lo físico de lo espiritual, lo objetivo de lo subjetivo, lo natural de lo cultural, lo humano de lo no-humano, lo individual de lo colectivo, lo emocional de lo racional, lo espiritual de lo político, lo ancestral de lo contemporáneo, la filosofía de la cotidianidad, el pensamiento de la práctica. Subyace una visión holística del mundo.
Todas las cosas están conectadas. Lo que suceda a la Tierra Sucede a los hijos de la Tierra. El hombre no tejió la red de la vida, Él es apenas una hebra en ella. Lo que él le haga a esta red, Lo hace a él mismo.
Lo escribió así este sabio raizal del continente amerindio, resumiendo la sabiduría ecológica y poética de las sociedades nativas:
Jefe Seattle, Tribu Duwamish
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Mi experiencia con la gente y con la selva, dos camino fui descubriendo la profundidad de esta transformación, que trasciende el ámbito racional. mundos simbióticos, fue una sola cosa intrincada; ambas dimensiones, abigarradas y entreveradas, Con los biólogos, crecí, aprendí, entendí aspectos fueron derrumbando mi convicción materialista, cruciales del entorno natural y sus dinámicas determinista y reduccionista, para ecológicas. Sin embargo, el terminar abriéndome a la método científico no bastaba, no complejidad del universo. Todas El método científico no lograba comprender la estas fuerzas vivenciales, cargadas bastaba, no lograba complejidad del mundo indígena; de evidencia y de sentido, me comprender la desde la lógica mecanicista y sus llevaron a abandonar los categorías hechas para el análisis preconceptos positivistas que aún complejidad del mundo se agazapaban en mi mente, a sistemático (pero racionalizante y indígena; desde la cuestionar mi aferramiento fragmentador), no alcanzaba a lógica mecanicista y sus involuntario al razonamiento saborear el poder creador y categorías hechas para científico como fuente última de sanador del canto, la fuerza el análisis sistemático certeza y validez. Aunque me había pedagógica de la metáfora, la pero racionalizante y volcado al pensamiento dialéctico esencia de vivir sabroso como por la influencia del marxismo, fragmentador. valor ético-estético que motiva la continuaba limitado por modelos vida indígena. Mi camino estaba mentales esquemáticos, heredados más cerca de la ecología profunda, necesitaba del estructuralismo, el cual a su vez no podía con urgencia otros referentes conceptuales para superar su compromiso mecanicista. sentir, pertenecer, comprender, trabajar. El encuentro con la complejidad de las De la mano de visiones alternas que confluían en configuraciones eco-sociales amazónicas hizo la casa Gaia –maloca postmoderna y apasionada trizas mi pensar, empujándome al abismo de un por la construcción de alternativas basadas en la cambio vital y radical en mi cosmovisión; en el protección de la diversidad biocultural- y su
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hospitalidad intencionada, constructora de redes alternativas de pensamiento-praxis ecocéntrica, terminé abriéndome a su influjo inspirador y sanador. Maravillado, conocí y conversé con líderes de la vanguardia, quienes no ocultaban su compromiso con movimientos sociales y políticos de lucha por el cambio profundo y la construcción de modos de vida sostenibles; su convicción del valor de la pluralidad de caminos y sistemas de conocimiento, incluyendo los pueblos indígenas y las corrientes místicas.
Belt Movement; la intimidad y la creatividad como fuerza espiritual generadora del macro y microcosmos según las visiones sabias y poéticas de Brian Swimme y Thomas Berry; la reivindicación de la ritualidad sanadora en el mundo contemporáneo enseñada por Sobonfu y Malidoma Somé, entre tantos maestros y camaradas de la andadura emergente en la que buscamos generar masa crítica para salvarnos, salvando la vida en el planeta. Por la misma época, conocimos los escritos y las enseñanzas de Thich Nhat Hanh15, el monje zen vietnamita precursor del “budismo activo”, el mindfulness y la construcción de la paz en cada paso. Su sabiduría profunda y transparente, nos inspiró a retomar la práctica de la meditación y la plena conciencia en la vida cotidiana, hasta abrazar la verdad-bondad-belleza del inter-ser, como una conciencia profunda de nuestro incrustamiento (“embeddedness”) como humanos en la red de la vida.
Encontré a mi alrededor la potencia de las resonancias mórficas demostradas por Rupert Sheldrake, expresadas en el manejo indígena de la salud y la relación entre los seres humanos y los demás seres vivientes de la naturaleza (minerales, vegetales y animales); las conexiones ocultas y la trama de la vida develadas por Fritjof Capra; la coherencia ecofeminista y la crítica al paradigma desarrollista movilizadas por Vandana Shiva; la dignidad perseverante y la siembra de millones de árboles nativos por Wangari Maathai con su Green
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Nhat Hanh (1988: 41).
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Un ser humano es un animal, parte integral de la naturaleza. Pero nos escindimos del resto de la naturaleza, como seres únicos. Clasificamos a los otros animales y seres vivientes como naturaleza, actuando como si nosotros mismos no fuésemos parte de ella. Luego nos planteamos la pregunta: “¿Cómo deberíamos tratar a la naturaleza?” […]
¡Deberíamos tratar a la naturaleza de la misma manera como nos tratamos a nosotros mismos! No deberíamos hacer daño a nosotros mismos ni a la naturaleza; hacer daño a la naturaleza es dañarnos a nosotros mismos, y viceversa. Si supiésemos cómo tratarnos a nosotros mismos y a nuestros congéneres humanos, sabríamos cómo tratar a la naturaleza. Los seres humanos son inseparables. Por lo tanto, al no cuidar adecuadamente de cualquiera de ellos, hacemos daño a todos […] Thich Nhat Hanh Un canto de amor a la tierra
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En estos encuentros conocimos las resonancias cada vez más fuertes entre los científicos cuánticos, que ya atravesaban la barrera para dialogar con los maestros espirituales y místicos, y los pensadores indígenas quienes, sentados cada noche en sus malocas, despliegan su conocimiento ancestral que tiende puentes de cuidado entre las generaciones, entre el ser humano y los demás seres vivos y sitios sagrados que pueblan la selva. Sin referirse a complejos conceptos de la ciencia cuántica, los sabedores y especialistas tradicionales –con plena potencia y validez contemporánea- hablan de lo mismo: de los campos morfogenéticos que constituyen la territorialidad, el orden dinámico y relacional de los seres vivos; los fenómenos de autopoiesis, nolocalidad y sincronicidad que gobiernan los patrones, las estructuras y los procesos de la historia y la vida cotidiana. Es así que piensan y actúan y viven: con sus propias denominaciones conceptuales, lógicas metonímicas y expresiones poéticas, heredadas de antiguo y actualizadas cada día mediante los flujos cuánticos de la vida ritual, esta es la manera como el pensamiento 16
indígena comprende, argumenta, organiza y maneja el mundo16. Luego el estudio con Adolfo Izquierdo nos abrió al pensamiento complejo para abrazar cambios paradigmáticos y el método emergente implícito en nuestra experiencia. Desbordando las fronteras del ejercicio académico, este trabajo se tornó andadura narrativa, hermenéutica y terapéutica. Su hondura nos llevó a depurar nuestro lenguaje y resembrar las semillas de alternatividad que atesoramos como zumo de nuestra experiencia selvática. Más aún, sucedió algo insospechado: el intenso esfuerzo académico hizo emerger algo más allá del método y el metamétodo: surgió dentro de mí, dentro de mi alma gemela y dentro de la pareja, un nuevo y potente movimiento de crecimiento interior, expansión personal y búsqueda espiritual. Encontramos, de la mano de Izquierdo (1996) y su enfoque de alternatividad para repensar el desarrollo en el marco del “paradigma emergente”, la confirmación de una noción no antropocéntrica de “lo social”, referida “al campo
Van der Hammen (1995).
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relacional entre las cambiantes espacio-temporales del ser” 17.
expresiones
Trascendencia para volver a la corporeidad
Aprendimos a conceptualizar lo social de modo El esquema básico de la ecología profunda tiene ampliado y ecológico, como el una forma que resuena con el patrón campo relacional entre la población general del Método de Edgar Morin humana y las poblaciones no y se refleja en la estructura del Los indígenas, se humanas de un territorio. Ya lo proceso de conocimiento expuesto saben naturaleza habíamos vivenciado y comprendido en el Insight y el Método en Teología (no son parte de años atrás en la convivencia con los de Bernard Lonergan (1988). La indígenas, por su manera de saberse energía –tensión y atención- gira en ella) y pertenecen a naturaleza (no parte de ella) y torno a un eje, en cada vuelta la tierra (no la pertenecientes a la tierra (no avanza sobre el eje y expande el poseen). poseedores de ella), por sus formas de radio del movimiento circular, de establecer relaciones sociales con el modo que en cada vuelta la mundo de los espíritus (dueños o guardianes), los conciencia es mayor y al final del ciclo soy el animales, las plantas y los minerales: con el mismo pero no idéntico, pues he crecido, territorio mismo en sus distintos planos de aprendido, madurado. complejidad, aceptando la imbricación de lo De modo que cada vez emprendo un nuevo ciclo físico y lo espiritual. de conocimiento, lo cual significa volver a percibir mi propia experiencia del mundo, vivenciar y comprender los "bucles perceptivo-cognitivos" donde participan los sentidos, la intuición y la Esta experiencia nos sumergió de manera formal en estudio del “paradigma emergente” desde la óptica del pensamiento complejo y la creación de una nueva cultura,
con múltiples referentes como Morin (1986), Wilber (1992), Talbot (1986) y Ferguson (1985), entre muchos otros.
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imaginación como espacios privilegiados de conocimiento y aprendizaje, para luego pasar al plano conceptual donde la mente se torna racional y hace juicios éticos, toma nuevas decisiones y acciones.
adaptativa, para generar creativamente las arterias, redes capilares y demás dispositivos capaces de impulsar interpretaciones novedosas, de facilitar la creación de distintos sentidos latentes, los cuales pueden hacerme –hacernoscrecer, aprender, cambiar.
Resulta apasionante (por ello es materia de mi chifladura) explorar cómo es, cómo se vive el tránsito de este momento privilegiado, donde el conocimiento se torna coherente consigo mismo a través de la praxis, hacia ámbitos donde se logra ir más allá, trascender, arribar a un plano elevado de conciencia y se puede iniciar un nuevo ciclo en la construcción de sí mismo y de la sociedad.
Crecer es ampliar la mirada para comprender en la profundidad y la integralidad, así como en la conectividad de esta vivencia-aprendizaje con otras vidas relatadas e interpretadas, en el tejido de nuevas estructuras reticulares de sistematización y aprendizaje donde los sujetos empoderados y cada vez más conscientes puedan amarse y curarse y construir juntos mundos mejores, donde la compasión por la vida en todas sus manifestaciones sea la pauta compartida de comportamiento ético y estético que exprese verdad-bondad-belleza.
Narrar este proceso de construcción / emergencia del conocimiento en el marco de un nuevo paradigma cuántico y holístico es justamente el corazón de mi chifladura, la cual necesita un método pertinente: ese que emerja de sí misma y así, esté hecho de lo mismo, para recordar y liberar los relatos de experiencia con la cualidad de sus propias pulsaciones y traerlos a la luz. Tal método emergente tendría la potencia para iluminar caminos de enacción: es decir, de hacer emerger, a su vez, los instrumentos y las mediaciones necesarias para su aplicación intencionada y
En la práctica inspirada por la tradición de Thich Nhat Hahn, este camino de ampliación de la conciencia trasciende la división entre mente y cuerpo, emoción y razón, nacimiento y muerte, ser y no-ser. Volcado como estoy hoy, más que nunca, a la práctica cotidiana del mindfulness con la inspiración de este maestro bienamado, abrazo
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el inter-ser18 como forma de comprender la dimensión última donde puede suceder la iluminación, en cualquier aquí y ahora: encuentro la inteconexión compleja y holográfica entre las diversas expresiones del ser.
que igualmente soy hijo de la Madre Tierra, estoy hecho de sus mismos materiales, y por tanto ella reside en mí. Convergen, pues, las fibras de mi experiencia vivida en distintos momentos y épocas –con sus tonos y matices emotivos, espirituales, filosóficos, antropológicos, pedagógicos- en un todo complejo y dinámico que llamo “mi ecología profunda”.
Entra en juego el concepto del inter-ser, verbo acuñado poéticamente por el maestro budista zen Thich Nhat Hanh, como una poderosa forma de entender lo que se manifiesta en la identificación profunda: no hay separación ni discriminación entre identidad y alteridad, entre humano y no-humano, entre ser y no-ser. Según la enseñanza de este maestro, la nube no puede morir, la nube existe en esta hoja de papel: existe en la lluvia, en el árbol, en el leñador, en la pulpa, en la hoja de papel. Sin nube no puede existir el papel, que está hecho de elementos no-papel. Así, resulta transparente que el macrocosmos habita en el microcosmos y viceversa; que soy la continuidad de mi madre, mi padre, mis ancestros, mis maestros espirituales, y que mis descendientes y futuras generaciones son mi propia continuidad; Existen incontables ejemplos del uso de este verbo en las charlas de Dharma del maestro Thich Nhat Hanh, las cuales se encuentran recopiladas en www.plumvillage.org. 18
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Conciencia del inter-ser Ando buscando el lenguaje propicio para soltar la madeja de pensamientos que llevo rumiando, enrollando y desenrollando, la Palabra que busca anclarse para cobrar forma, materializarse en este aquí y ahora.
Cargas a la Madre Tierra dentro de ti. Ella no está fuera de ti. La Madre Tierra no es sólo tu entorno. En este insight del inter-ser, es posible tener una comunicación viva y profunda con la Tierra: esta es la forma más alta de oración.
Soy un holograma del universo. Soy cambiante, individuo relacional, identidad interactuante, imagen dinámica del pluriverso que soy / somos. Mi sangre fluye irrigando y oxigenando mi organismo como el agua de la quebrada riega mi cuenca, busca el río, inunda mi región. Sangre y agua forman los flujos del territorio que habito: cuerpo y tierra.
Si intentas entrar en contacto con un trozo de zanahoria, puedes entrar en contacto con el suelo, la lluvia, la luz del sol. Entras en contacto con la Madre Tierra, y comer de esta manera, te sientes en contacto con tu verdadera vida, tus raíces, y esto es meditación.
Este holograma que soy tiene correspondencias de forma con el resto de natura, con el organismo del cual mi organismo es fractal: me identifico con los colores y las texturas del suelo, soy mineral; con la geometría de raíces, tallos, hojas, frutos, soy vegetal; con la maraña del rastrojo, la lucha por la luz, el palpitar de la sucesión, la victoria y la paz del bosque en pie; con el zumbido y el canto de quienes tienen alas, el brillo de las escamas, la
Thich Nhat Hanh El Corazón de la Comprensión
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calidez de la leche, el resuello y el susurro del ser que siente. Soy cristal que toma la luz y la quiebra en trozos incontables, que multiplica sus formas de ser vivo.
Soy configuración estética, que se complejiza en matriz ética, soy espiritual. Holo-ser-vivo con correspondencias que van más allá de la forma. El sentido que brota del alma parece brotar al unísono del pozo profundo de toda la vida que me rodea: mi paz interior ES la quietud de la montaña, el crecimiento centenario del árbol, la migración atávica de la tortuga, el silbido del viento puliendo la roca. Pero además, el alma que soy rebasa mi identidad personal, su mapa va más allá de este aquí y ahora, trasciende mi capacidad creativa, pues contiene la psique y la cultura de mis ancestros, mi herencia sistémica.
Holograma que se mueve, refleja, reproduce el movimiento del mundo al que pertenece. Holodinámica de mi ser, patrón simbólico de lo que pulsa y fluye en el contexto en el que soy, era, estoy, estuve. Maneras de ser y estar situado, maneras de ya no ser ni estar, todo fluye, el río ya no es el mismo que vi pasar.
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Interrelación
Tú eres yo, y yo soy tú. ¿No es obvio que “inter-somos”? Tú cultivas la flor dentro de ti misma, Para que yo sea bello. Yo transformo la basura dentro de mí, Para que tú no tengas que sufrir. Yo te apoyo: tú me apoyas. Estoy en este mundo para ofrecerte paz: Estás en este mundo para traerme alegría. Thich Nhat Hanh Poemas escogidos
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Método emergente: para sistematizar la experiencia vivida
campo akásico19 o universo in-formado, donde toda la existencia del cosmos se encuentra registrada o fractalizada.
Esta peculiar ruta de sistematización, la cual va emergiendo con la narración textual y gráfica de mis experiencias de ecología profunda, incluye diversos recursos metodológicos que inspiran o movilizan la aprendencia al dar amplitud de espacio-tiempo y libertad a la chifladura:
El trabajo grupal se despliega como un espacio de exploración de la amistad, la convivialidad, la conversación, la solidaridad, el cambio epistemológico, la puesta en común de chifladuras y otras vivencias y búsquedas, la creación de mediaciones para una aprendencia que emerge gradualmente y va generando una matriz de diálogo rizomático. Sin duda, el espacio de mediación y aprendencia colectiva, generado por la emergencia del rizoma20 en el contexto del proceso doctoral, constituye una fuente que nutre de manera particular la reflexión y materialización de la chifladura.
La meditación zen, según el prolífico Dharma de Thich Nhat Hanh, así como el diario intensivo, según la orientación de Progoff (1975), son fuentes primordiales de mi trabajo de introspección y crecimiento personal. Estas fuentes constituyen, por tanto, parte integral de mi chifladura: ambas generan un campo imaginativo, reflexivo e interpretativo que se abre a la resonancia cuántica y a los fenómenos de sincronicidad; tales fenómenos conectan el propio mundo interior de vacío, sensaciones, emociones e insights con el
La narratividad cabalga al lado de otra mediación que apela a la estética de la cognición: me refiero al arte de la alfarería, donde el ser puede volver a la tierra, amasarla y fundirse
Laszlo (2004). La metáfora del rizoma aplicada al proceso cognitivo se refiere, según Assmann (2002:76) citando a Deleuze y Guattari, a “abarcar la realidad como multiplicidad, como metamorfosis, un proceso que acontece en n dimensiones
que superan la separación entre sujeto y objeto […], ya que se entiende el conocimiento como una red de articulaciones”, es decir, bajo la “imagen del conocimiento arborescente”.
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en ella, abrazar los misterios de la alquimia, dialogar con los elementos naturales y expresarse, dejando emerger su esencia compleja para verse, narrarse, comprenderse, sanarse. La cerámica ofrece, en este ejercicio, múltiples posibilidades de exploración de la alquimia (tanto en el plano de la transformación personal como de la manifestación estética de los procesos físicoquímicos de la inversión la sílice, la vitrificación y el inter-juego de los diversos componentes de la arcilla y los esmaltes en las altas temperaturas del horno de gas).
El Taller de Cerámica Airekú es el espacio-tiempo donde se materializa nuevamente la sincronicidad en las vidas y las chifladuras de Nicolás y Mariavé: allí “amanece” y toma cuerpo la mediación ecopedagógica como un bucle de nuestro lenguajeo que se torna rizomático, como un campo de incertidumbre donde podemos descubrir nuestras “identidades cuánticas” y abrir caminos para la búsqueda del sentido, la aprendencia y la enacción que nos haga mejores seres humanos21, es decir, configuraciones éticoestéticas del universo.
Hermanada con este campo de alquimia, se presenta también la acuarela como un arte donde emergencia y enacción se entremezclan de modo caórdico para producir las imágenes de un aprendizaje siempre nuevo, la expresión de una nueva sintaxis que da voz a los procesos cognitivos –es decir, vitales- de la chifladura.
En este sentido, el entrelazamiento de las dos chifladuras se convierte en un nuevo campo de alquimia intersubjetiva, donde los lenguajes encarnados producen una nueva expresión de la pareja enamorada, y llegan incluso a generar un campo terapéutico para movilizar el empoderamiento y la sanación de relaciones personales y ecológicas.
En nuestra exploración de la cerámica como mediación pedagógica y campo de aprendencia holística, convergen varios maestros del proceso doctoral: Gutiérrez y Prado (s.f.),
Gutiérrez (2006), Zohar (1996), Assmann (2002), Maturana y Varela (1997), Maturana (2002a), Wagensberg (2004), Castaneda (2000), entre otros.
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Imagen 5 Rizomas de selva
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La búsqueda de nuevas narrativas ecopedagógicas apunta a promover el reencuentro con la dimensión sagrada de la naturaleza, la divinidad intrínseca de los ecosistemas, sus especies, relaciones, dinámicas y configuraciones; al transitar este camino que se hace al andar, se espera dar con el sentido de estar vivos, aprendiendo, transformándonos.
la dinámica emergente, recurrente y recursiva de mi chifladura. Todo este arsenal metodológico puede entenderse como una mochila acompañante de nuestro bricolaje cotidiano, o como un canasto donde llevas tus herramientas preferidas y donde a la vez recoges la cosecha permanente de la aprendencia que es la vida. Así, estas mediaciones ayudan generar un sentido múltiple, multívoco, polisémico, que además se amplía fractalmente en la medida que hacemos una reflexión de segundo orden sobre la aprendencia colectiva en la que estamos embarcados: se trata de desplegar los bucles necesarios en la narrativa para comprender cómo diversas experiencias personales de identificación, cuestionamiento y transformación profundas pueden articularse para configurar procesos sociales donde las chifladuras dialogan, se entrelazan y aprenden juntas, y así generar la masa crítica y el momento para recuperar la armonía ambiental que necesita nuestro planeta.
En esta andadura cobra una nueva vitalidad el lenguaje metafórico que aprendí a “mambear” en los rituales de la Palabra, conviviendo con pueblos indígenas de la selva amazónica, y que ahora vuelve a desplegar su potencial generador de sentidos. Al “estirar las metáforas”22, éstas nos ayudan a encontrar símbolos para abrazar la complejidad que llevamos dentro y que somos en virtud de nuestra pertenencia al pluriverso, al metaverso23 donde estamos codificados. El uso deliberado de este recurso en el Taller Airekú me llevó a re-encontrar el símbolo de la Doble Espiral como figura potente y hermosa, cargada de significados y nuevas posibilidades, para enactuar
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Wagensberg (2004).
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Laszlo (2004).
Imagen 6 Paisaje Heisenberg: montaña * mar
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Autobiografía: relatos de experiencia
La experiencia es materia prima de subjetividad y conocimiento: puede ser decantada, depurada y comprendida al ser expresada, re-creada en La historia de vida pide ser narrada24. Lo que forma de relato. Hemos de sacarla del cuerpo hemos vivido es energía que pulsa dentro, predonde está guardada para verla ahí, enfrente, e materia bruta que gira y revira, se interrogarla, interpretarla en función estira y encoge, se enreda en nudos de comprender mejor, sanar, ciegos o se pierde en los vericuetos de compartir. Para convertirla en La historia de vida la mente. Dolor, rabia, confusión, conocimiento visible, capaz de frustración, miedo… emociones que pide ser narrada. dialogar y crecer. Al tornarse relato quedan fijadas en la memoria de la Lo que hemos explícito, al ser expresada o experiencia y al no ser procesadas se vivido es energía contada, podríamos decir somatizan, se tornan en fuerzas que pulsa dentro, “objetivada”, la experiencia no generadoras de malestar y pre-materia bruta pierde la fuerza subjetiva; al enfermedad. Alegría, placer, lucidez, que gira y revira, contrario, ésta se potencia, pues la empatía, satisfacción, seguridad, forma le otorga un carácter estético se estira y encoge. amor… emociones que también que devela al ser creador y su quedan fijadas pero que pueden verdad particular, situada, relativa al ampliarse y articularse, en potencia contexto vivido. El lenguaje hace a la experiencia con otras, al ser traídas afuera por la voz narrativa susceptible de ser arte, o por lo menos de ser del ser que las experimentó. comunicada.
El método emergente de sistematización narrativa que esta chifladura explora y elabora, al reconocer la vitalidad de una experiencia que necesita narrar-se para comprenderse, encuentra un referente importante en la
fenomenología y la poética de la “metáfora viva” planteada por Paul Ricoeur (1978). Desde esta perspectiva la experiencia vivida está llena de situaciones constituyen “historias no-narradas” y que demandan ser relatadas.
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La experiencia personal parece ser un núcleo potente desde dónde comenzar a explorar posibilidades de cambio significativo en el modo de vida fragmentado y consumista que nos está desgastando, enfermando, destruyendo. El método emergente que entrego a explorar –y que es otra forma de nombrar mi chifladura- apunta a configurar una manera de pensar y actuar frente a tales experiencias de manera que éstas puedan ser sistematizadas, es decir reconstruidas e interrogadas de manera reflexiva y hermenéutica por seres aprendientes, para develar y socializar el conocimiento implícito en ellas.
mueve el conocimiento a crecer e identifica puntos de interés, se traduce en pregunta… en formulación que penetra, se abre, queda abierta. ¿De dónde viene mi atracción hacia las preguntas? Además de haber sido niño preguntón, mi formación en las ciencias sociales me ligó para siempre a la búsqueda de preguntas movilizadoras de la investigación, la comprensión y la creación. Aprendí que las preguntas auténticas25 son las que no tienen respuesta previa, pues buscan algo que no se sabe y por tanto están atentas a la aparición de algo nuevo. La pregunta generadora desata la narración, provoca la conversación, facilita la profundización de las mismas.
Preguntas generadoras para reconstruir vivencias
La selva terminó de afianzar esta pasión por preguntar; tuve que aprender cómo preguntar para acceder al mundo de la transmisión oral de las tradiciones orales y el conocimiento de las dinámicas ecológicas y socioculturales que los pueblos indígenas han co-creado durante milenios. Los sistemas culturales indígenas en la
La interrogación es la actitud desencadenante de la narración: la vivencia contada, pintada o recreada genera curiosidad en quien narra o escucha / mira, ganas de saber más, de ir más a fondo e indagar. Este impulso inquisitivo, que La cualificación de las preguntas generadoras o auténticas en el campo pedagógico ha sido explorada críticamente por la educadora Eleanor Duckworth, quien propone
ejercicios prácticos para trabajar con estudiantes a partir de sus conocimientos previos y su capacidad imaginativa, así como teniendo en cuenta su estadio de desarrollo cognitivo.
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Amazonia dependen, para su transmisión oral de generación en generación, del impulso interrogador del aprendiz. Quien quiere aprender, debe preguntar, pedir narración. De igual modo, quien esté enfermo y necesite medicina, debe pedir curación. El sabedor permanece sentado, pensando en su banco, y espera que el aprendiz lo aborde y le pregunte algo. Sólo entonces fluye la Palabra: el mito, el canto, el conjuro, la curación. La pregunta es como una llave que tiene el poder de abrir ventanas para ver más allá, para conocer una u otra perspectiva, para dejar que entre la luz: epóptika26. Por tanto, los interrogantes son una poderosa herramienta para movilizar el método emergente de sistematización narrativa de experiencias –para generar relatos de experiencias vividas y espirales de interpretación y aprendizaje-, así como el metamétodo que observa e indaga por tal emergencia. Imagen 7 Epóptika
Hermoso concepto del griego antiguo, que significa lo que sucede al abrir una ventana o correr las cortinas: un
develamiento súbito, un acceso a la claridad en la visión y la comprensión, una penetración profunda, un insight.
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Ahora me imagino cómo era para otros estar conmigo: debía ser como oír la lectura de un diario de campo, una retahíla vibrante y apasionada sin principio ni fin, a veces un bulto de anzuelos coleccionados durante cinco años de trabajo de campo. Pues bien, la charla pausada con estos amigos, que tenían sus propias historias de vida más decantadas, me señaló la importancia de comenzar a “tematizar” la experiencia.
Aventura hermenéutica: por el camino de la tematización metafórica Hace unos veinticinco años, durante una estancia en París que puso en suspenso mi trabajo en la Amazonia y toda aventura amorosa, estuve cenando con una pareja de viejos amigos colombianos, quienes habían sido activistas políticos y pasado a ser intelectuales académicos; allí tuve un insight que abrió una ventana inesperada y cambió radicalmente mi perspectiva del mundo hasta entonces conocido.
Entonces se abrió el reto de aprovechar la lejanía geográfica y emocional para tomar distancia y mirar retrospectivamente, retomar lo vivido y ordenarlo, como desenredando una cuerda de nylon, atrapar los nudos ciegos y halar sus bucles más notorios para aflojarlos con paciencia y negociar las tensiones, los ganchos, las implicaciones hasta poder soltarlos. Tematizar se trataba de clasificar los datos de la experiencia para poderlos ver en perspectiva, analizar, utilizar. Así comencé a buscar los temas clave, significativos desde dentro y fuera de la experiencia, para poder organizar la mirada y pensar con claridad hacia el futuro. Con esta nueva mirada aprendí la posibilidad –y necesidadde enriquecer la experiencia directa –la praxis-
Venía de una experiencia intensa y totalizante en el trabajo de investigación-acción con los indígenas Miraña-Bora en el territorio del río Cahuinarí, que me llenaba de vitalidad y de sentido, pero sin darme cuenta, mi compromiso a fondo con la defensa territorial y mi postura frente a los procesos comunitarios no me dejaba voltear la mirada o cambiar de lugar para configurar la experiencia desde otros ángulos. Yo era un cúmulo andante de experiencia bruta que clamaba por ser escuchado, reconocido, comprendido; pero no había encontrado el lenguaje para soltar la madeja de mi archivo vital.
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desde la experiencia interpretada, re-creada.
observada,
relatada,
somos hijos de la misma luz del sol”, o “Educación es aprender a tejer canasto; el cuerpo es un canasto donde se recogen los frutos de la educación, hay que aprender a guardar la Palabra”.
Al regresar al país y retomar mi vínculo con los procesos endógenos de los pueblos amazónicos, el encuentro con la Gente de Centro27 alrededor de Araracuara me puso en contacto directo con la Palabra, el diálogo ritualizado en el mambeadero, bajo la inspiración despertada por los espíritus de las plantas sagradas. Tabaco frío y coca dulce, los enteógenos28 para cuidar la vida en el planeta. En ese espacio numinoso conocí nuevas expresiones del lenguaje metafórico y poético desplegado en el espacio ritual, que se aleja de los mitos de origen para encarnar el pensamiento tradicional de una manera más libre, creativa, innovadora. Esto era algo que yo podía entender y conectar con mi propia vida: “Diversidad quiere decir que cada cabeza es un mundo, aunque todos respiramos el mismo aire,
La potencia del lenguaje metafórico se reveló para mí con toda su fuerza en las adivinanzas que cantan los invitados al entrar al baile ritual en una maloca: el canto-adivinanza hace referencias poéticas y abiertamente graciosas o sarcásticas a las frutas silvestres o la cacería que el cantor invitado trae en su espalda y que el dueño de maloca debe descifrar, en un duelo intelectual entre contendores que implica simultáneamente la pugna por el poder del conocimiento, la sanción social y la diversión de toda la comunidad en medio de la euforia del baile.
Complejo cultural compuesto por las etnias Uitoto, Muinane, Andoke, Nonuya, Okaina, Miraña y Bora, habitantes tradicionales del territorio interfluvial de los ríos Putumayo y Caquetá, en la Amazonia colombiana. 28 Los enteógenos son sustancias vegetales cuyas propiedades psicotrópicas, provocan un estado modificado de conciencia. Para los pueblos indígenas, estas sustancias
son de carácter sagrado; su ingestión facilita la comunicación con los seres espirituales y el mundo espiritual que estas plantas representan y contienen. Estas plantas tienen dueño o guardián espiritual y se utilizan en contextos rituales que implican esta conexión, de acuerdo con las normas culturales de cada etnia.
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Mi sensibilidad hacia el poder de las metáforas lleva la búsqueda de sentido más lejos y abre comenzó a aguzarse y desde entonces, siento una posibilidades de interpretación insospechadas, es poderosa atracción hacia los decir, permite el afloramiento de juegos semánticos que incorporan nuevos significados, latentes o imágenes o símbolos para emergentes. También es un ente que Mi sensibilidad suplantar objetos que se creen cobra vida propia y se escapa al hacia el poder de ciertos y así sugerir, generar, hacer control de la razón humana para crear las metáforas emerger nuevos significados. nuevos mundos. Esta metáfora de la comenzó a Comparto felizmente con Mariavé, vitalidad del lenguaje metafórico aguzarse; desde mi alma gemela, una particular pareciera redundante, pero es entonces, siento chifladura por el poder de la perfectamente comprensible desde la una poderosa metáfora y la palabra creadora. perspectiva del pensamiento indígena, atracción hacia los plasmado en el discurso ritual del Años más tarde, el encuentro con mambeadero y los bailes ceremoniales juegos semánticos el trabajo de Adolfo Izquierdo nos de las malocas amazónicas, donde el que incorporan encantó con su arrojo filosófico mito da sentido a la vida cotidiana, imágenes o pedagógico para complejizar y donde la cotidianidad se entiende símbolos. comprender lo social como una como una constante enacción del categoría más allá de lo humano; tiempo mitológico. además, nos inspiró para trabajar metódicamente en nuestra propia versión de la A partir de mi vivencia de la cotidianidad y la “tematización metafórica”, su engendro filosófico, ritualidad con las comunidades indígenas en la como una vía que nos permitió transitar por la selva, las imágenes de la vida –hitos de la complejidad de nuestro empeño sistematizador. experiencia inscritos en mi propio campo mórficose fueron convirtiendo en tropos y símbolos que La “metáfora viva” de Ricoeur abrió la mirada aún perduran en mi mente/cuerpo, en mi ser sensible y más: ésta no sólo es recurso narrativo, flecha que
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racional que ahora vuelve a explorar sus viejos canastos, para lenguajear con su chifladura.
creación de una cultura ecológica basada en la conciencia de pertenecer al universo, a la vez desde la multiplicidad de particularidades locales y desde la visión sistémica de Gaia como ser vivo, sistema viviente, madre.
Tales imágenes de vida tienen algo en común: celebran la conciencia del universo materializada en el ser humano de la “era ecozoica” y resuenan con el “paradigma emergente”, el mismo que permite a Brian Swimme y Thomas Berry narrar la Historia del Universo desde una nueva perspectiva cosmológica. La Tierra y el Universo son entes, seres vivos que se están creando a sí mismos, cuyos materiales constitutivos son los mismos de los que mi cuerpo está hecho. De modo que el Universo está presente en cada una de mis células, de mis átomos, y yo estoy presente en cada partícula del Universo; en últimas, los humanos somos la capacidad autorreflexiva del Universo.
Se arremolinan de este modo, formando una gran doble-espiral que simboliza mi ecología profunda y se desdobla fractalmente en múltiples espirales, las diferentes esencias y fibras de mi experiencia vital: el surtidor de poesía y espiritualidad que vive en mi interior y que identifiqué en mi infancia como fuerza vital; la potencia del cuestionamiento crítico y el compromiso por la transformación de las relaciones sociales y ecológicas en el mundo actual, que pulsa en mi interior desde la adolescencia y sigue vibrando al ponerme viejo; la capacidad de maravillarme ante la majestad del mundo natural y fundirme en él para volver a ser montaña, raudal, pez veloz, ave rapaz, mamífero amoroso, pantano vibrante, arboleda fresca; la versatilidad de la mente, la humildad y la perseverancia para abordar el diálogo intercultural con otros sistemas culturales y cosmovisiones; la pasión por las preguntas generadoras y la fecundidad de las metáforas
Ecología profunda como Chifladura II Convergen en mi chifladura distintas vertientes de este proceso de emergencia y enacción de nuevas sintaxis para cuidar la Tierra como práctica de auto-cuidado y cuidado de todas las manifestaciones de la vida, para profundizar la co-
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para gestar caminos inéditos y nuevos mundos; la fascinación por los mundos misteriosos de la religión, la magia, el chamanismo y la alquimia; la indagación a la vez sistemática y abierta a la emergencia, por los intersticios de la experiencia vivida y narrada, para develar procesos de aprendencia y cristalizar aprendizajes; la liberación de la creatividad represada, mediante la aventura de la cerámica como alquimia personal y ética-estética; la Sangha como refugio amoroso donde se comparte el Dharma –la sabiduría que habita las maravillas del mundo- y el ser se nutre, se empodera, se sana, se transforma al compartir la energía de la meditación colectiva; el encuentro frontal con el cambio paradigmático y el pensamiento complejo, que ha sembrado mi campo de aprendencia con el derrumbe de todos los dogmas y la reafirmación de la libertad y el
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pluralismo epistemológico, la potencia de la cognición estética y la manifestación de la biología del amor, la morfogénesis y la sincronicidad. Al arrojarme al vacío preñado de mi propia chifladura, me encuentro flotando en Akasha, en mi propia versión del campo akásico, donde todas mis vivencias –incluso las que no he recordado o nunca recordaré- se encuentran registradas y entreveradas con todas las vivencias de los demás seres vivos –humanos, animales, vegetales, minerales, espirituales y otros que no alcanzamos a percibir ni conocer, así como de los sistemas, fenómenos y eventos que ellos han co-creado a lo largo de 13.7 billones de años que tiene la historia del desdoblamiento del universo29.
Swimme y Berry (1992).
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Akasha Bajo la sombra de árboles centenarios germinan y crecen
Duermo arrullado
miríadas de plántulas
en la ternura helada
que son mis ojos, dedos, arterias
del frailejonal:
Bajo la hojarasca
vibración primigenia
dentro del humus aromático y vivo
mis células, respiraciones mis pulsos, ideas mis dioses y diosas interiores.
donde emerge el agua pura
estoy rezumando
de donde vengo
idiogenomatizando
a donde voy.
rizomando.
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Imagen 8 Resonancias del campo akรกsico
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2. Desplegar mi chifladura: Relatando experiencias de ecología profunda y cognición estética
Este capítulo recoge algunos relatos de la experiencia vivida en la reactivación del Taller Airekú, espacio de creación cerámica y “alfaroterapia” como mediación para la bioaprendencia, la meditación, la cognición estética y el lenguaje total.
Conexión selvática: Ritualidad de la cerámica y educación propia Conocimos a Túmako (Vitalia Letuama Tanimuka) en nuestra primera visita a la comunidad de Oiyaká, ubicada en un afluente de la Quebrada Wakayá, en el interfluvio de los ríos Apaporis y Miritíparaná (Amazonia colombiana). Llegamos allí tras un viaje extenso de tres semanas, navegando aguas abajo por el río Caquetá y aguas arriba por el río Mirití-paraná y sus afluentes, en botes de madera con motor fuera de borda de 9.9 caballos, y luego caminando unos tres días en el monte, atravesando lomas y quebradas por trochas que nuestros acompañantes indígenas iban limpiando con machetes a medida que avanzábamos. Íbamos maravillados por la energía vital de la selva, por las sensaciones que despierta y hace reverberar, por las historias y la gestualidad que acompañan el caminar indígena.
En este espacio-tiempo ha sucedido el despliegue y la articulación de las chifladuras de esta pareja de almas gemelas que se empeñan en vivir para transformarse y transformarse para vivir. Nuestro Taller es un campo abierto para la materialización de un sueño compartido y la amalgama de todos los elementos del Doctorado como experiencia vital, ecología profunda compartida, salto al vacío y aprendencia holística.
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Llegamos a Oiyaká para conocer la escuela comunitaria, que había recibido apoyo del programa COAMA30 durante cuatro años, como alternativa a la educación impartida por misioneros capuchinos en los “internados". Éstos fueron establecidos mediante la educación contratada y delegada por el Estado a la iglesia católica desde los años 30. Bajo esa figura impositiva, los niños y jóvenes indígenas de toda la región fueron cooptados por los curas y sometidos a un sistema educativo marcado por la evangelización y la aculturación, generalmente mediado por el uso generalizado de violencia física y emocional, con múltiples prácticas denigrantes de la dignidad. Tres generaciones pasaron por los internados, donde la niñez era secuestrada y apabullada con la prohibición de hablar las lenguas propias, de practicar las costumbres y los rituales fundantes de su identidad
étnica, de pescar, cantar, jugar y expresarse libremente, en fin, de ser.
Consolidación de la Amazonia Colombiana, red de ONGs que apoyaron el fortalecimiento de la autonomía y los derechos territoriales indígenas durante los años 80, 90 y comienzos del tercer milenio, con financiación de distintas fuentes de cooperación europea. 31 Las autoridades tradicionales que encarnan el autogobierno de estas comunidades son dueños de maloca,
hombres reconocidos por su conocimiento y su capacidad de orientar la vida comunitaria, mediar para resolver conflictos o situaciones problemáticas, así como representar a su comunidad ante las instituciones y miembros de la sociedad “mayor” o nacional.
Las escuelas comunitarias surgieron en los años 70 por voluntad de los “capitanes”31 y demás pensadores tradicionales, quienes no estaban de acuerdo con el maltrato y la pérdida de identidad que sufrían los niños y niñas en la misión. Pensaron que sería mejor que los menores no tuvieran que abandonar su vida familiar y comunitaria para recibir la educación básica. Estas escuelas alternativas tuvieron el apoyo del Instituto Colombiano de Antropología, cuyos profesionales entrenaron y acompañaron a los primeros maestros indígenas, elegidos por cada comunidad. Esto permitió a las nuevas generaciones permanecer durante toda la infancia en la comunidad, viviendo en sus propios espacios, tiempos de socialización y modos de formación tradicional, tanto en la cotidianidad
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como en la ritualidad. Aún no se hablaba de “etno-educación”32, concepto incorporado por el Estado en su política indigenista al comienzo de la década de los 80.
Nos llamó la atención en esa escuela que el anciano Ñerúmara (Gustavo Letuama) había contado un cuento a sus aprendientes y en seguida Tumako organizó que las criaturas recogieran materiales del Al momento de nuestra visita medio ambiente (hojas, inicial, Vitalia tenía trece años, semillas, flores, palos, fibras, había terminado el tercer De esa actividad recuerdo etc.) y durante varias sesiones grado en la escuela claramente la alegría, crearan trabajos en collage comunitaria, nunca había además de la autenticidad y con pegante sobre papel, salido de la comunidad y representando su la creatividad, cualidades entonces se desempeñaba “pensamiento” sobre el mito que me impactaron como como maestra del primer narrado por el viejo. Como virtudes fundamentales en grado, donde ingresaban los resultado, veíamos pegados un proyecto educativo niños y las niñas a los 5 o 6 sobre la pared de yaripa de la alternativo. años. Había aprendido a leer y escuela una colección de escribir, primero en su propia trabajos llenos de vida, lengua y luego en un español narraciones pictóricas salidas bastante precario, con el maestro Miguel Letuama de la imaginación y la memoria de los y las (quien pidió a la comunidad que la nombraran estudiantes, plasmadas según la comprensión y la como maestra auxiliar); ella también tenía vivencia de cada persona. De esa actividad nociones de aritmética, y una enorme reserva de recuerdo claramente la alegría, además de la disciplina, creatividad y voluntad para trabajar. autenticidad y la creatividad, cualidades que me
Término derivado del concepto de “etnodesarrollo” planteado por Guillermo Bonfil-Batalla (1995). 32
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impactaron como virtudes fundamentales en un proyecto educativo alternativo. Tuvimos la sensación de estar presentes en una escuela que se abría a múltiples posibilidades de experimentación, expresión y aprendizaje, tanto para estudiantes como para docentes –jóvenes y ancianos- al recurrir en primera instancia a los saberes y los materiales propios del contexto local. Y Vitalia nos encantó, con su vitalidad y juventud, con su frescura y el brillo de sus ojos.
En nuestros momentos de análisis crítico más hondo, alcanzamos a considerar la complejidad de las implicaciones pedagógicas y culturales que tuvo el recurso político de formar escuelas en comunidades indígenas, cuya educación tradicional se centra en procesos de socialización en la cotidianidad y de transmisión de conocimientos ancestrales mediante prácticas rituales. Entonces comenzamos a resistirnos a las propuestas de llevar el aprendizaje de artes tradicionales (cerámica, cestería y cuentos) a la escuela; privilegiamos la transmisión de estos conocimientos y prácticas en los espacios y tiempos propios de la tradición cultural, en la maloca, donde se cruzan la vida cotidiana y la ritualidad de las curaciones chamanísticas.
Durante viajes subsiguientes, que transcurrieron a lo largo de doce años, visitamos las escuelas comunitarias de la región una y otra vez. Nuestro rol formal como asesores de las iniciativas autogestionarias –locales y regionales, de hombres y de mujeres- se llevaba a la práctica en la convivencia que aprendimos a hacer al compartir la vida cotidiana en cada lugar. Esta convivencia nos permitió articular, con una visión holística y a través del diálogo intercultural, los procesos organizativos, productivos, culturales, educativos, políticos emergentes de las comunidades indígenas en un extenso territorio con reconocimiento legal de propiedad colectiva y protección ambiental.
Los grupos locales de mujeres, en sus iniciativas de recuperación de la cerámica tradicional, establecieron una dinámica propia de aprendizaje práctico de las técnicas y los conocimientos necesarios para trabajar bien este arte ancestral. Con el tiempo, las malocas volvieron a tener una diversidad de piezas de alta calidad y funcionalidad para la vida cotidiana, según los criterios culturales propios: budares para
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asar casabe y tostar la coca; tinajas de boca ancha (karijotoa) para el tucupí que acompaña todas las comidas, tinajas para cargar y almacenar agua (okorijotoa).
revitalización de los cantos rituales, las recitaciones chamanísticas, los mitos, la medicina, las claves del manejo territorial y los demás conocimientos codificados en la tradición oral de cada etnia. Aprendimos la potencia de esas formas tradicionales de aprendizaje experiencial y práctico, y sin saberlo aún, de un modo intuitivo comenzamos a explorar el mundo de la cognición estética.
También reaparecieron y empezaron a difundirse por las malocas aquellos artefactos antiguos que habían desaparecido como la tinaja de boca angosta (taafikajotoa), con decoraciones chamanísticas, para el ofrecimiento del mambe ceremonial en los bailes rituales; el yairuría para recoger el polvo de coca cernido con ceniza de yarumo y aroma de breo; el biajotoa con pico de colibrí para tomar zumo de ají por la nariz en tiempo del ritual de Yuruparí; la e’ñoa y la emurijotoa zoomórficas, con receptáculos y vasos comunicantes, para beber el guarapo de piña en los rituales; y la gran tinaja (mairukájotoa), para preparar y curar el guarapo de piña fermentado con el almidón sagrado de los abuelos. Todo este proceso de resurgimiento de una tradición perdida nos llenó de alegría y parecía confirmar el acierto de recurrir a las mediaciones propias para transmitir conocimientos y prácticas tradicionales, no sólo entre las mujeres sino también entre los hombres con sus iniciativas de
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La aventura de la cerámica: con las manos en la Madre Tierra
algo más allá del trabajo intelectual, lo cual resultaba profundamente sanador, esto significó para mí una nueva aproximación a mi madre, por tanto a mí mismo.
Algo importante en el período post-selva, pasando más tiempo en Airekú, además de volver a estar más cerca de Natalia, mi madre, y compartir la cotidianidad con ella, fue comenzar un nuevo camino de aprendizaje en su taller de cerámica. Mariavé se inició primero, animada por el dictamen de los sangomas33 Niall y Colin Campbell acerca de su necesidad de hacer algo creativo con el útero. Ver a Mariavé metiendo las manos en la arcilla, aprehendiendo el saber de mi propia madre, me movió a buscar, yo también, un contacto con mi propia fuerza creativa y un canal para liberarla. Es la historia del despertar compartido de una chifladura en nuestras vidas.
Por fin, después de tantos años de distancia, encontraba un camino para estar más cerca, pues a la muerte del padre yo me había alejado: me fui al “exterior” y luego me “interné” en la selva. Era mi mamá adorada, linda, sabia, pero ahora era además mi maestra. Por fin encontraba un sentido más orgánico y aplicado a mi propia vida, en resonancia con el trabajo antropológico de recuperación de la tradición oral y el conocimiento heredado. Así, en el arte de la cerámica me encontré descubriendo un lado activo del infinito del que me había perdido desde niño. En esa dimensión del “emocionar” tan interconectada con el “hacer” estaba floreciendo una nueva versión de mi “yo cuántico”.
Comencé entonces a practicar con la orientación técnica, generosa y amorosa, de una Natalia que ya estaba en lo alto de su proceso como ceramista. Además de poder usar las manos para algo diferente de escribir, y de invertir energía en
Curanderos tradicionales de comunidades indigenas de Botswana, en ell sur del continente africano. 33
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Imagen 9 Diversidad: mosaico de baldosas con sellos
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Nos hicimos miembros de la Asociación Artierra y el oficio fue mostrándonos posibilidades cada vez más ricas de aprendizaje, integración de saberes, curación de asuntos que pedían investigación, experimentación, creación. Para la exposición colectiva que montamos con Artierra en La Candelaria, expresé la cualidad apasionada de mi juego con el barro, de mi aprendizaje a la vez técnico y estético, pero sobre todo humano, junto a mamá.
producidos por múltiples matices de textura, color y brillo -lo predecible jugando con lo impredecible- que emergen en la alquimia de los engobes, los esmaltes y los fenómenos de la fusión en quemas de alta temperatura. Este lento aprendizaje empírico me llevó a la aventura de explorar cuestiones de mi propio nacimiento, y del camino que me trajo a este “aquí y ahora”. Aventura que se concreta en producir una colección de placas muy heterogéneas, destinadas a ser empotradas en una terraza exterior de Airekú, al contacto con el aire libre en el valle del río Teusacá donde me crié, donde está arraigado mi corazón.
Mis reflexiones del momento dejan entrever la naturaleza sistémica de esta vinculación holística: lo que yo estaba buscando y encontrando, sin saberlo o comprenderlo del todo, era la posibilidad potente y feliz de volver a la Madre Tierra.
Las baldosas son diversas, como son las culturas y la vida silvestre, que han encarnado en nuestro suelo. Los minerales amasados y fundidos manifiestan la misma cualidad íntima de nuestro vínculo con el lugar donde vivimos. Fabricar este piso para revestir el suelo habitado es una manera de reelaborar mi propio origen, de acariciar la tierra con ternura, de crear nuevas conexiones con la madre y celebrar la vida heredada.
Las baldosas: espacio libre para otras escrituras Disfruto el encuentro con el poder mágico y expresivo de los sellos aplicados intuitivamente sobre la arcilla, el acto voluntario de tallar el cuño e imprimir su huella para siempre. El goce de ver aparecer la impronta se expande con los artejos
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Las jarras: placas tubulares para contener la vida Desde la más remota antigüedad, nos acompaña el gesto original de encocar las manos o las hojas –primero vegetales, más tarde minerales- para recoger y beber el líquido sagrado de la vida. Seres míticos descubrieron maravillados la utilidad de fabricar recipientes; esta manifestación primigenia del pensamiento humano se fue elaborando, ritualizando, complejizando. Así como cavamos un hoyo o armamos un cucurucho de hoja de platanillo o curtimos una totuma, también aprendemos a plegar láminas o pegar espirales de arcilla, luego las quemamos y vidriamos, para contener y compartir la alegría, la pureza, la salud que sólo el agua puede generar. Desde allá heredamos los signos de la alquimia y de la veneración del agua. Ahora intentamos reinterpretar ese mundo de símbolos, para plasmarlos en cada superficie como un lenguaje total que no separa naturaleza y cultura.
Imagen 10 Jarras para contener la vida
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He viajado hasta el fondo de la necesidad primaria de guardar ese misterioso elemento que hace la esencia de nuestro planeta, de nuestro cuerpo. Explorando ese espacio arquetípico que comparten todas las culturas, he aprendido a doblar y unir placas para crear volúmenes con cuencos que permitan calmar la sed y a la vez, representar la ética-estética de cuidar el fluido que nos hace vivir.
cosmovisión de los pueblos indígenas y a la dimensión espiritual de los territorios, entender mejor su mundo de paisajes y significados, y de algún modo renovar los vínculos íntimos con el origen y el orden implicado del universo. Las figuras encontradas entre el legado arqueológico de estas culturas me inspiran para aprender a re-crear sus sellos y aplicarlos en usos contemporáneos, produciendo motivos que aluden a la identificación profunda del espíritu humano con los demás seres y fuerzas vivientes de la naturaleza.
Los sellos: sensualidad y poder de los símbolos Muestra del trabajo interpretativo y creativo a partir de una pesquisa antropológica avanzada sobre el lenguaje simbólico de los sellos utilizados en distintas artes (alfarería, textiles y pintura corporal) por los antiguos Muisca, Tairona y Quimbaya; también los Okaina y otras etnias amazónicas. En tanto los diseños ancestrales impresos por medio de los sellos hicieron perdurar aspectos claves de la estética de la cotidianidad y la ética de los rituales de muchas etnias amerindias, ahora recuperamos sus figuras para aproximarnos a la
Imagen 11 Sellos: poder de los símbolos
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Potencia terapéutica del barro y la narratividad
Lo que sigue, lo que viene: la continuidad de esta maravillosa experiencia de curación cuántica y morfogenética, que me mejora no sólo como persona sino también como ser colectivo: hablo los sistemas de los cuales soy fractal, manifestación vital, célula; hablo del núcleo familiar y la familia extensa, de los ecosistemas que habito y las organizaciones a las que pertenezco, de la comunidad de vida y la sociedad planetaria que llevo dentro, en las cuales me desenvuelvo.
La escritura autobiográfica refleja el proceso reflexivo que está en pleno vuelo y la mirada sistémica va mostrando su capacidad intrínseca para arrojar luz sobre nudos, implicaciones, restricciones que impiden fluir y vivir en armonía. Por tanto, esta manera de hacer sistematización de experiencias ofrece herramientas potentes y un tiempo-espacio propicio para ampliar la comprensión, sanar vínculos y recoger aprendizajes.
Lo que logramos curar, pues, son los patrones autodestructivos heredados y los desequilibrios acumulados en la historia del sistema familiar de origen; pero también, en la perspectiva indígena de protección bioenergética de la salud, “curamos” el tesoro de verdad-bondad-belleza que somos, lo que cultivamos, cosechamos y compartimos en la vida cotidiana.
Amasar, moldear, bruñir, inscribir, pintar, cocer el barro: son otras maneras de escribir, decir, narrar la propia historia. Alfareriando abordamos las honduras del ser y enactuamos el milagro alquímico del amor: encontrar comprensión para transformar el sufrimiento y cuidar el buen vivir.
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Una tinaja compartida: mediación para desatar la meditación Hace algunos días pasó a visitarnos nuestra amiga Túmako, quien regresaba de una estancia de tres meses en la selva, donde visitó a su hijo, sus padres y hermanos, su comunidad. Iba hacia el pueblo de Barichara, en Santander, donde ahora vive y trabaja como maestra de cerámica y cestería en la Escuela de Artes y Oficios. La invitamos a hacer una jornada de trabajo en nuestro taller de cerámica Airekú, donde pasamos el día alfareriando34, conversando, recordando viejos tiempos, destilando el pensamiento al pasarlo por las manos y las texturas frescas de la arcilla. Al comienzo pensamos que todos haríamos una tinaja siguiendo la demostración de Túmako, pero al amasar el barro y dar paso a la enacción, abierta a la incertidumbre de lo emergente, cambiamos de plan y cada uno hizo lo que quería o venía a su mente y a sus manos, de modo que el “taller” tomó un formato más libre y espontáneo
Imagen 12 Creación colectiva con Túmako
Término inventado por nosotros en el Taller Airekú, para llevar el lenguajeo en torno a la cerámica y sus mediaciones al plano de la cognición estética. 34
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de lo que habíamos previsto. Lo cual estuvo bien, pues dio lugar a diversas expresiones y a la creación de lo a que cada uno le place fabricar o descubrir. De modo que Vitalia hizo su tinaja, Mariavé se sentó al torno e hizo un cuenco de boca ancha, mientras yo hice un par de placas que luego labré siguiendo la vibración interior de mi chifladura.
empujando desde el interior la barriga para aumentar su redondez, y también para pulir la superficie. Buscó entre nuestro amplio instrumental los objetos adecuados para este oficio; optó por el guijarro tradicional, proveniente de un cascajal de quebrada amazónica, herramienta utilizada por sus “ancestras” desde un tiempo mitológico, para bruñir la cerámica durante el secado.
Nos gustó ver a nuestra amiga de la selva convertida en una experta, dándole forma a su karijotoa35, concentrada en el comportamiento de la greda, re-creando la tradición de sus abuelas y tías, enseñando en silencio con el hacer. Detrás estaba en la pared la fotografía de su tía/hermana Máatuko, la finada Florinda Letuama, comadre querida, inspirándonos con su maestría desde la dimensión misteriosa de la muerte.
Entonces la tarea se nos presentó como una oportunidad para abordar la intención de poner en diálogo nuestras chifladuras, encontrar nuevas vías para articularlas, entretejerlas, discernir sus distinciones y conjunciones. Nos planteamos el desafío de intervenir juntos una misma pieza (esa, la tinaja de Túmako), buscando materializar un diseño a la vez tradicional e innovador. Comenzamos por activar el campo de la introspección: primero rendirse, soltar –surrenderes decir, abrir el cuerpo, la mente, el espíritu, disponer todas las dimensiones del ser para la ensoñación; y desde allí, atrapar –catch- los temas
Túmako tuvo que irse sin terminar su olla, que quedó formada en burdo. Con indicaciones según su método ancestral particularizado, nos dejó el encargo de terminarla: había que dejarla secar hasta que tuviera la dureza para ajustar la forma,
Nombre -en lengua tanimuka- de la tinaja de boca ancha utilizada tradicionalmente para cocinar el kari o tucupí,
caldo venenoso de la yuca brava convertido en alimento mediante cocción prolongada y reducción.
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relevantes36, las ideas-fuerza del período, los chispazos de lucidez –insights- para incorporar en el diseño emergente. Así, la olla de Túmako pasó a convertirse en una fuente de metáforas y relatos, imágenes y nuevos significados. La mediación encarnada en nuestra tinaja adquirió un nuevo
sentido: la de propiciar el “amor cognitivo” inherente a la chifladura. Tal como lo manifestó Mariavé en su propia chifladura, espejo transparente de la mía:
Nos dedicamos a trabajarla, a imprimirle nuestro tacto, a darle la forma final con nuestro pensamiento. Apareció la imagen de la cadena de ADN, ¿qué tal si compartimos una doble hélice que represente nuestra propia manera de relacionarnos? Nuestra doble hélice, que en el amor y por naturaleza tendió a desplegarse en tres hijas; a abrirse y replicarse; y así se han venido desplegando nuestras vidas, nuestras relaciones, nuestra cultura; así es como hemos venido dejando nuestra huella en la sociedad. Y volvimos a encontrarnos con la biología del amor. Con la sensualidad que se manifiesta en el contacto con la arcilla. Con la dicha de hacer juntos sin pensar mucho, permitiendo a la creatividad de cada uno manifestarse y ser; experimentar la dialogicidad, la convivencialidad, la relacionalidad.
Kurt Wolff (1976), maestro de la sociología del conocimiento, además del horizonte de la “interdependencia de la experiencia con el mundo”, me
enseñó el arte de la rebelión contra los dogmas, la potencia metodológica de rendirse para poder capturar un sentido, de abrir la mirada y los sentidos para poder comprender.
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Imagen 13 Simbología emergente: entrelazando nuestras chifladuras
Con Maturana (2002: 116), podemos identificar en esta mediación, que implica el juego amoroso de las manos en la arcilla, una instancia fecunda para la aprendencia particular y común, donde la aprendencia está no sólo movilizada, sino enriquecida, por el placer y la ternura:
origen a lo humano […] no tiene que ver primariamente con el uso de herramientas, sino con la sensualidad, la ternura, la colaboración y la caricia. Y no con la caricia como una cosa abstracta, sino […] como un fenómeno de la corporalidad que hace de ella, además, un acto psíquico con fundamento fisiológico.”
“No hay duda de que la mano es un órgano manipulativo, pero la historia evolutiva que da
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Alfaro-terapia para sanar el yo cuántico y las relaciones
involuntarias: una dolorosa tiesura en los hombros, las comisuras de la boca caídas y los ojos entrecerrados como queriendo no mirar más allá de la pesadumbre.
Simultáneamente con la inauguración de nuestro Taller Airekú, Mariavé y yo identificamos la Un nuevo abordaje dialógico se puso en marcha. necesidad terapéutica de recuperar la armonía Acordamos que necesitábamos en nuestra relación tras un hacer un distanciamiento radical período extraño de frecuentes frente a los patrones patológicos Entendimos que desencuentros y disputas en de pensamiento y acción, un giro nuestras dinámicas de pareja y en nuestro emocionar y estábamos frente a un de núcleo familiar. Sufrimos con la lenguajear. Entendimos que punto crucial, y recurrencia cotidiana de nuestra estábamos frente a un punto podríamos aprovechar propia unidimensionalidad, crucial, y podríamos aprovechar las bifurcaciones para agresividad y conflictividad. Me di las bifurcaciones para tomar el tomar el camino cuenta que nunca, o casi nunca, camino incierto que ofrecía una incierto que ofrecía una escribo sobre esta faceta de mis luminosidad prometedora. relaciones, aunque con cierta luminosidad Optamos por apelar a los frecuencia me encuentro, tras prometedora. conceptos aportados por los una discusión acalorada, con maestros encontrados o reuna desazón densa que pesa en encontrados en la andadura del el estómago, en todo el Doctorado: conceptos vivificados a través de las abdomen, en la columna vertebral, en el corazón, mediaciones pedagógicas y el lenguajeo en el alma... Es como si la tristeza se materializara rizomático, por la lectura de Bohm (1996), para ahí adentro, estancando toda mi configuración recuperar la armonía del orden implicado a través energética y generando manifestaciones externas del Diálogo; Maturana (2002a), para movilizar la
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fuerza transformadora de la biología del amor a partir de la convivencia y el reconocimiento del otro con toda su legitimidad; Sheldrake (1994), para armonizar la configuración sistémica de nuestros campos morfogenéticos y así ayudarnos a regenerar la vida que nos une; y Gutiérrez y Prado (s.f.), para poner en práctica, de nuevas maneras y en la vida cotidiana que compartimos, nuestras proclamas sobre el ejercicio de la ciudadanía, como vía esperanzadora en el propósito de recuperar y cuidar el equilibrio de la vida en el planeta. Fue así que descubrimos un camino propicio, no hecho sino por hacer, para refundar nuestra propia dialogicidad, relacionalidad y convivencialidad como pareja; para reactivar la aprendencia en nuestras chifladuras y transformar de modo pertinente nuestras vidas, aquí y ahora.
tinaja tradicional en la superficie, tanto exterior como interior. Todavía en la fase de “cuero”, cuando el secado de la arcilla ha avanzado pero aún tiene suficiente humedad para dejarse imprimir, nos atrevimos a innovar un poco: hicimos juntos un grabado en la olla, representando la sincronicidad que da sentido profundo a nuestra relación, invocando la sinergia de nuestro amor. Lo que apareció fue la complejidad encapsulada en figuras simples, esenciales, bellas, cargadas de sentido: de una parte, el churo cósmico o doble espiral que ya se había afianzado como símbolo integrador de mi chifladura; de otra parte, los hilos interactuantes que forman la doble hélice presente en la estructura del ADN, la cual se replica, se reproduce a sí misma por la dinámica intrínseca de su forma. Quedaron estos dos símbolos interconectados, navegando por el pecho de la tinaja y abrazando el cuello, ofreciendo a los ojos un espectáculo armónico pero inquietante, que a la vez calma e incita a la reflexión.
Entonces volcamos esta intención sanadora en el trabajo conjunto sobre la karijotoa de Túmako: tras el moldeado con presión desde adentro para ajustar la forma, hicimos un bruñido cabal para dar a la pieza la textura lisa y brillante que requiere una
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Imagen 14 Tinaja compartida
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El nuevo año se abrió con nuevas jornadas de alfarería, horticultura, cocina y convivencia en Airekú, junto con amigos cercanos al corazón, con Inauguramos el Taller Airekú con nuestro grupo de quienes hemos compartido múltiples experiencias rizomantes en diciembre: cerramos el año con un de trabajo en torno al conocimiento y la taller de reflexión grupal sobre el estado e nuestras protección de la diversidad biológica y cultural. chifladuras, reflexión mediada por una actividad Marta Pabón y Juan Echeverri, de expresión libre en cerámica. Clara van der Hammen y Carlos Cada persona apeló a la Rodríguez; parejas llenas de amor y intrínseca incertidumbre del Volcamos nuestra vitalidad, a quienes queremos barro que se deja moldear, que fuerza espiritual en el tanto. Nos conocimos en la selva, guarda huellas invisibles, que material fresco, con la vivenciamos experiencias intensas toma la forma del alma de quien intención manifiesta de de trabajo con pueblos indígenas, a lo trabaja. plasmar el estado veces coincidiendo en territorios, a Volcamos nuestra fuerza veces apartándonos; atravesamos actual de la espiritual en el material fresco, distintas etapas de trabajo investigación-acción con la intención manifiesta de armónico y también de diferencias que cada uno está plasmar el estado actual de la en el pensamiento, la perspectiva, adelantando. investigación-acción que cada el método, la praxis. Con todo, uno estaba adelantando. El siempre hemos seguido siendo proceso y los resultados de este amigos cercanos y solidarios, juntos taller arrojaron un estado del arte de las nos hemos hecho viejos. chifladuras, el cual pudimos lenguajear y recoger A lo largo del año seguimos compartiendo en el contexto del curso sobre cognición estética, jornadas de trabajo y aprendizaje alfareriando virtualidad y mediación pedagógica. con amigos en Airekú. Con Guillermo Padilla, Alfareriando amistades, chifladuras y rizomas
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Patricia Jaramillo, Irene Platarrueda hicimos un nuevo pesebre para celebrar la vieja amistad que se renueva, el reencuentro en un nuevo aquí y ahora, el nacimiento de nuevas andaduras en la vida de cada uno.
trabajar en la huerta, hacer una fogata, leer o conversar. Con nuestro enfoque de aprenderhaciendo en la práctica reflexiva, todas estas experiencias se entrelazan con la cerámica y están impregnadas de nuestra ecología profunda.
Con estas amistades y con algunas personas de la familia, experimentamos una aplicación de nuestro diseño emergente de mediación pedagógica. Se trataba, en primera instancia, de aproximarse al goce creativo e intuitivo de la arcilla, sin necesidad de tener un conocimiento previo o especializado. A esto lo llamamos “jornadas alfareriando”.
De esta manera el “taller” conduce –cada vez y para cada persona- a materializar diferentes expresiones de una totalidad de sentido, relativa en el tiempo y a la vez contundente en el espacio. Cada una de estas experiencias logra aproximarse a la Tierra a través del trabajo sanador con arcilla; por medio del juego con los sentidos y los materiales, podemos entrar en contacto profundo con el ser y tener una experiencia de creación deliberada y crecimiento interior.
Planteamos el Taller como un espacio de aprendizaje activo e intercambio horizontal de saberes alrededor de la práctica de hacer cerámica, pero no restringido exclusivamente a ella. Además del trabajo creativo con barro, orientado por técnicas básicas ofrecidas como opciones mas no impuestas como verdades absolutas, dedicamos un rato a caminar, cocinar,
Finalmente, queda la satisfacción de haber puesto en juego una nueva manera de vivir la vida, con toda su complejidad: verdad, bondad y belleza relativas, situadas, encarnadas en la chifladura de cada aprendiente, en cada particular momento y lugar.
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Imagen 15 Aprendencias compartidas
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Alfareriando en mindfulness
escucha profunda, compasión, alegría, sanación, convivencia, solidaridad con la Tierra.
Alfareriando con los monásticos de Plum Village, practicando el arte meditativo de la caligrafía sobre la arcilla, encontramos aún un nuevo sentido para inspirar nuestra estética cognitiva: se hizo sensible la potencialidad de este espacio-tiempo vacío, pero pleno de sentido para la ampliación de la conciencia en una dimensión ética.
Así es: la meditación compartida en la aprendencia de alfareriar juntos llevó nuestras chifladuras a enriquecer su apuesta en el sentido de vivenciar una emergencia / enacción de la cognición estética / ética. El movimiento de la energía en este punto de la experiencia constituye una maduración que nos ubica en un momento y lugar especial: nos lleva a pensar en hacer un cierre de este ciclo del espiral.
La ética del cuidado se hizo campana, barro, mano, sonrisa, silencio, cuenco, bondad amorosa,
Si bien la energía de nuestros pensamientos, palabras y acciones es poderosa, todavía lo es más cuando nos reunimos con otras personas. Cuando formamos un grupo con el objetivo y el compromiso común de llevar a cabo una acción atenta, generamos colectivamente una energía muy superior a la que lograríamos individualmente. [...] La compasión, la atención y la concentración colectivas nos nutren, pero también contribuyen al restablecimiento del equilibrio de la Tierra. Juntos podemos provocar una transformación real en nosotros y en el mundo. Thich Nhat Hanh Un canto de amor a la Tierra
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Imagen 16 Cognición estética ética: mindfulness en acción
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3. Descentrar mi chifladura: Teoría / praxis del cambio paradigmático Los núcleos temáticos de Ecología Profunda, Método Emergente y Aprendizaje Colectivo constituyen una tríada dinámica e interconectada que gira sobre sí misma, a la vez rotando en torno a las preguntas emergentes del proceso doctoral, acompañando permanentemente el discurrir de la chifladura y su conversación en / con la aventura rizomática.
(2004) nos invita a ser conscientes de las interconexiones sutiles, imperceptibles, e inconsútiles que existen desde el origen del origen; lo que existe y ha emergido y se ha manifestado en la existencia de los universos es Akasha, memoria holográfica de todos los tiempos que seguirá registrándose en el vacío in-formado del metaverso. […] Tenemos el reto de ser incluyentes para lograr las interconexiones que requiere una nueva sociedad más justa y equitativa, donde todos los centrismos dejen de primar. Estamos abriendo caminos hacia la conciencia cósmica que es multiversa, descentrada, plural e ilimitada.
Más que fijar el pensamiento en un “nuevo paradigma”, esta chifladura abraza la idea-fuerza de una aprendencia que se aventura a explorar siempre nuevas y alternativas formas de pensar y hacer, rompiendo esquemas rígidos y limitantes, unidimensionales o dicotómicos. Esta convicción comprometida con el pluralismo epistemológico, que ha sido un principio ético-estético orientador en el proceso enactivo de esta chifladura, ya fue compartida y apropiada en la reflexión colectiva del Rizoma:
En el fragor de la emergencia del rizoma, pensamos que la inclusión de la diversidad implica tener claro que el nuevo paradigma no es un nuevo dogma. Por eso el grupo no se conforma con el concepto de un “nuevo paradigma”, pues prefiere involucrarse en el cambio paradigmático como proceso constante y trascendente, del cual resulta
La diversidad es incluyente: el camino está en lenguajear -desde el holismo y la complejidad- con otros paradigmas. Laszlo
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una diversidad de nuevos paradigmas capaces de dialogar y enactuar para la emergencia de mundos mejores, más bellos y sostenibles.
Comprendiendo que todos somos educadores de nosotros mismos, encontramos sentido a vivir bio-aprendiendo: como verbo en-acción y proceso. […] Esta reflexión sobre la necesaria transformación de la educación para la sostenibilidad de la vida es sugerente y provocadora; alimenta nuevas mediaciones como parte de nuestra esfera holográfica, promueve acercamientos a nuestra propia autoorganización, a la aprendiencia que nos permite trascender al pensamiento unidimensional para convertirnos en nosotros mismos en todo momento y lugar.
Nos percatamos con Laszlo y otros autores que al conectar diversas energías es posible soñar la vida y la educación desde otras orillas, con otras percepciones, desde una postura que incluye el diálogo de paradigmas diversos, que nos permite indagar por las correlaciones y por la coherencia como norma de valor ético y estético, tanto en lo macro como en lo micro. Continuamos la búsqueda para visibilizar nuestra responsabilidad en el planeta.
Rizoma CDT (2015: 98-99)
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Imagen 17 Campo akรกsico
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paradigma cuántico y holístico, es justamente el corazón de mi chifladura, la cual necesita un método pertinente, es decir una forma de sentipensar (y actuar) que emerja de sí misma.
Reflexiones sobre holismo y complejidad Este texto expande la reflexión en torno a mi Chifladura y profundiza la conversación conmigo mismo acerca de una mirada emergente sobre la visión holística y el pensamiento complejo, campos generadores que pulsan en la chifladura como territorio de aprendencia y transformación. “Ecología profunda, método emergente y aprendencia colectiva” es una tríada que nombra distintos ámbitos de pasión sensorial e intelectual que me conmueven. Abierto a cambiar según el camino y el andar que se hacen recursivamente, el nombre de mi Chifladura intenta encapsular lo que soy y aquello en lo que quiero convertirme; lo que me hace vibrar en la vida cotidiana y lo que deseo en mi vida espiritual y política.
Por la carga psíquica y el interés personal que mueven esta actividad –exploración académica ligada a un mayor entendimiento de la complejidad y a la vez búsqueda de crecimiento interior- intento usar un lenguaje desprovisto de pretensiones de verdad objetiva; en consecuencia, voy narrando mi indagación en la primera persona del singular, pasando libremente a la primera del plural cuando lo demandan los asuntos de la vida amorosa (mi pareja, mi familia, nuestras chifladuras compartidas) o social (nuestro rizoma, mi comunidad, mis redes y la sociedad). Dejo fluir la prosa poética que surge del alma, dando lugar al poder creador de la metáfora cuando ella pulsa y encuentra las imágenes que necesita para generar nuevos significados. También intervengo con la voz interpretativa sin temor a interrumpir la ensoñación –la verdad cambia de forma aunque su esencia de bondad y belleza perdura- con el interés de atrapar
Campos generadores de lenguajeo en la chifladura Narrar este proceso vital de aprendencia, de enacción / emergencia como cristalización del conocimiento en el marco de un nuevo
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matices o sentidos que ayudan a orientar la exploración y ampliar la comprensión.
Las sincronicidades constituyen puentes entre la materia y la mente. Son paralelismos o conexiones acausales, que están fuertemente dotadas de significado. Actúan como espejo de los procesos internos de la mente, y toman la forma de manifestaciones exteriores de transformaciones interiores.
Mediaciones para la cognición estética: entrelazamiento de rizoma y chifladuras Un ingrediente infaltable para la búsqueda del lenguaje propio de la chifladura ha sido el ejercicio colectivo del rizoma, donde también vibra la búsqueda de una nueva sintaxis y un lanzamiento grupal al vacío, intentando entrever “el lado activo del infinito”. Nos inspiró desde el comienzo el desafío de pintar, de manera emotiva y abstracta, el entendimiento logrado sobre conceptos clave trabajados en distintos momentos o unidades temáticas. Por ejemplo, para mi chifladura y como aporte individual al ejercicio rizomante, decidí pintar intuitivamente mi comprensión del concepto de “sincronicidad”.
Para Jung, la transformación del ser interior, acompañada de fenómenos sincrónicos, sugiere la presencia de patrones internos implicados, de algún principio universal más profundo de orden oculto; es decir, el despertar y la emergencia de arquetipos.
La acuarela resultante no podía ser sino una narrativa de mi experiencia del amor como una manifestación de la generosidad del cosmos al enactuar la vibración al unísono de dos vidas encantadas.
Parafraseando a David Peat
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Imagen 18 Sincronicidad original
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Antes de conversar, la abstracción de la pintura abandona el silencio; el alma siente un canto que toca la superficie y troca los trazos de colores por versos coloridos, imágenes puras por tropos imaginativos. Así se desata la emergencia de un poema que quiere describir, llegando a un relato totalizante, el mundo sensorial que se despliega alrededor de un núcleo temático fractal: la célula o micro-partícula que a la vez refleja y abarca el cosmos donde se origina.
tiene el ritmo y la forma del rafue37, recitación chamanística o discurso ritual en prosa poética que emerge en el mambeadero. El “texto” resultante generalmente entra en interacción sincrónica con el rafue o “texto” del otro sabedor; así se genera un lenguajeo ritual que puede escalar a niveles crecientes de profundidad y complejidad, donde la interpretación se funde con la improvisación. En este lenguajeo se interconectan el saber mitológico que explica para cada etnia el origen del mundo y las cosas, y el pensar filosófico que expresa la particularidad del pensamiento, la agudeza y la aprendencia de cada sabedor.
El poema resultante constituye una semilla hologramática que contiene, como un todo y en su metonimia, una perspectiva personal sobre la obra gráfica: mi expresión holística sobre la lectura de los textos maestros que nos inspiran en la andadura compleja del lenguajeo doctoral, donde se entrelazan rizoma y chifladuras.
Por supuesto, metáforas y símbolos reverberan en este discurso ritualizado del rafue, haciendo conexiones arquetípicas y creadoras entre las distintas dimensiones que entran en juego.
En resonancia con mis experiencias de ecología profunda en la selva amazónica, este poema
En la tradición cultural del pueblo Uitoto, los sabedores ejecutan este estilo discursivo del rafue al encontrarse entre pares o contendores en el mambeadero, donde comparten ritualmente la “coca dulce” y el “tabaco frío”, sustancias
enteógenas sagradas que hacen emerger la “Palabra de Vida”: amor, sanación, producción y educación. Ver una descripción detallada en Candre y Echeverri (1996).
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Sincronicidad: coincidencia a-causal produciendo significado Emergen dos puntos de vida aquí y allá distantes y autónomos Negros puntos igual que el hoyo profundo que en otra dimensión los está pariendo del mismo negro hondo y fundamental
la vibración amorosa se despierta Allá Omega se expande para abrazar el caldo que es su matriz la luz de un sol lejano que la acaricia Entonces el negro manifiesto se funde y vibra al unísono con el verde-azul manifestante La fuerza vital plural que surge de la nada recuerda de pronto la calidez que busca y la trae acá, allá recuerda el amor: su impulso primario y de nuevo lo inspira recuerda su origen en el fuego primordial que juntó los elementos extrae de su seno un nuevo punto de vida un punto rojo fulgurante que chispea y se funde
Son proto-vidas seres primarios que pulsan sincrónicos y apenas tienden... buscando luz Cada uno descubre su propio movimiento su capacidad de expresar la tendencia primaria la materia que se estira buscando calor
Rojo y negro se abrazan danzan asimétricamente ora en Omega ora en Alfa crecen hinchándose
Aquí Alfa siente la frescura del agua que la rodea el tacto terso de las algas
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en el caldo verde-azul de la vida que ahora siente se siente siente que siente acariciándose gestan una masa multiforme multicolor multidimensional brota el amarillo matiz nuevo que refleja y recrea el alma de la clorofila la luz del sol
y gira, gira, gira Cada ente aquí alfa, acullá omega percibe su futuro un ente gemelo que pulsa y gira en otro aquí/ahora Y así ocurre por doquier: en otros puntos lambda, épsilon, gamma, kappa, beta... versiones incontables de parejas sincrónicas de células que se buscan para amarse de un patrón fundamental dinámico que pulsa, germina y se expande
En múltiples pozos cálidos de este planeta vibrante las nuevas células experimentan una fusión cromática un impulso diversificador: danza cuántica de la emergencia nacimiento de la vida
Surge el marrón todos los tonos la madera y el hueso la vida que se estira y alcanza más allá
La masa viva pulsa y vibra se expande sigue tendiendo buscando ampliar su expresión
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marrón traga rojiamarillo ancestral color del sol poniente marrón brota verde-azul nuevo ramas persistentes brazos ávidos alas tiernas marrón despliega lazos vivos que tienden hacia que se extienden más allá
mas preñados de sentido atávico vibran por sí mismos sin tiempo giran en el espacio que gira en sí mismo ofrendan todos los matices de color que han bebido en su danza epigenética zumban todos los tonos y ritmos los patrones de su sonido primordial encuentran recrean la armonía en su andar siguen resonando siguen tendiendo siguen buscando ya perciben el inter-ser
Los brotes son y expresan la tendencia de cada ente un impulso en arco que se suma en nuevo arco rizoma que dibuja un giro que vuelve sobre sí mismo pero tiende afuera gira y gira espiral de la vida doble espiral de la vida múltiple infinito espiral de la vida
De pronto los entes vivos giratorios espirales autopoiéticos se encuentran en el espacio y en el tiempo que por un instante son uno solo alfa / omega se descubren perplejos se tocan ansiosos se anudan amorosos
Dos entes sincrónicos sin causa ni efecto
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se tornan complejos se embeben el uno en el otro
cada uno encuentra sentido en el otro se encuentra en el otro con un nuevo sentido
Dos bejucos contienen toda la vida que hubo siempre jamĂĄs abandonan ahora su movimiento espiral para entretejerse omega encuentra su reflejo en Alfa que encuentra su propio reflejo en Omega
Este bejuco entreverado es el universo todo que renace en cada uno el amor que hace de cada uno el universo pleno.
NicolĂĄs BermĂşdez (2013)
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Ahora, como en la pintura y en el poema, el punto experimentamos en nuestro primer holón, en los de partida sembrado por este trabajo se torna eje, grupos de la onceava promoción del Doctorado. camino, referente de un nuevo proceso cognitivo Más allá de esta pretensión, lo importante es en el que interactúan autopoiesis e interpretación, identificar que este texto (acuarela y poema) se ya no sólo de mi propia chifladura ni del diálogo convierte en un bucle fundante de mi chifladura. entre las chifladuras sincrónicas de la pareja En adelante, necesito volver Nicolás / Mariavé; en un nivel más recursiva y recurrentemente a la amplio, el dinamismo de esta poesía y la pintura –luego la mediación busca movilizar la En adelante, necesito cerámica con mayor fuerzaconversación entre todas las volver recursiva y como mediaciones, como hitos chifladuras del grupo y así hacer en el proceso de aprendencia recurrentemente a la emerger algo nuevo, un nuevo donde la frontera entre lo poesía y la pintura – ente, una identidad colectiva, un individual y lo colectivo se luego la cerámica con rizoma. difuminan, igual que los mayor fuerza- como La semilla vuelve a explotar para contrastes de la acuarela mediaciones. comenzar a expandirse y desaparecen sobre el papel extender sus brotes, raíces, mojado para regalarnos una yemas, tallos, ramas. Lo que aquí nueva configuración que sucede es un proceso fractal de regeneración, de contiene los colores originales pero ahora los germinación activada por sincronicidad entre mi superpone: los funde fijando distinciones en el proceso interior de exploración y aprendizaje, y los movimiento, desplegando una multiplicidad demás procesos concomitantes en el rizoma. insospechada y dinámica de tonalidades, Quizás, pensaba yo con el deseo, este patrón combinaciones y figuras que a su vez son parteras lograra expandirse en el juego de tendencias, de un nuevo sentido. contratendencias y alternativas que
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Tal sentido nuevo –resultante de la sincronicidad senti-pensada, vivenciada y comprendida- está enlazado con las resonancias que se producen en la conversación entre dibujos, poemas, pinturas, relatos, esculturas y danzas –creaciones, interpretaciones y demás formas de expresión y comunicación- que el grupo ha compartido en su abordaje de intereses comunes y en la emergencia / enacción de una dinámica rizomática en torno a “Corporeidad, Diversidad y Trascendencia”.
Reflexiones sobre género y epistemología En el proceso de descubrir y afirmar mi propia masculinidad, con frecuencia contrapuesta y distinta de la masculinidad convencional orientada a la dominación y la discriminación, que era la esencia de la cultura dominante a mi alrededor, encontré una sucesión de dispositivos conceptuales y emocionales, ideológicos y filosóficos (ahora veo una configuración epistemológica emergiendo allí), que me resultaron apoyos o recursos cruciales para mi proceso de búsqueda y autoconocimiento.
De este modo, se va expresando y configurando la auto-organización de una dinámica aprendiente compleja, la cual se reproduce holográficamente en mi chifladura y en el rizoma: se trata de una nueva forma de aprender juntos, de incorporar lo que somos y lo que estamos deviniendo, de plasmar la identidad dinámica de cada parte y –con un lenguaje que vamos descubriendo- un nuevo imaginario del todo que surge en el encuentro.
Collar gilánico: herramienta heurística para la desatar la intuición y la metacognición Cuando en el ejercicio grupal emergió el recurso de hilar chaquiras de distintos colores y formas, y fabricar un collar que simbolizara mi vivencia y comprensión de la complejidad, referida específicamente a la dimensión del género en mi existencia, me sentí feliz y afortunado de poder abordar este asunto con toda la profundidad
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ontológica que tiene, y a la vez, con la durante los días que siguieron al encuentro. La sensibilidad, creatividad y precisión que relectura de algunos textos escogidos mostró demanda. Se abría un campo de mediación nuevos matices y la exploración de mi historia pedagógica entre los textos estudiados, el personal bajo este lente generó una riqueza de pensamiento rizomático que ya venía fluyendo en percepciones y planteamientos en mi ser interior, el grupo, y la elaboración de mi que se convirtieron en las semillas de chifladura en relación con la doble nuevos textos y ventanas hélice que tiende a complejizar las interpretativas hacia aquello que me Se va expresando vivencias y las reflexiones sigue chiflando: Ecología profunda, y configurando la epistemológicas sobre el género. Método emergente y Aprendencia auto-organización colectiva. Así fue: el taller nos permitió a todas y de una dinámica cada una de las personas explorar su De modo que lo primero que hice fue aprendiente propia experiencia, codificarla de cerrar los ojos, respirar profundo, compleja. modo creativo y a la vez fácilmente conectarme con la fuente interior de comunicable en un relato, y luego mi corporeidad / espiritualidad, y aportarla al grupo para la dinámica de luego abrirme a la emergencia de un formulación de nuestras ideas-fuerza compartidas. lenguaje orgánico que me permitiera expresar mi El ejercicio fue potente; confirmó una fuerte sentir, pensar, actuar y ser tal como es, tal como conexión del universo simbólico, vivencial y soy. La meditación siempre es un buen camino conceptual -encarnado en el collar- con mi para andar en libertad, para dejar fluir la chifladura, que comenzó a pulsar con intensidad autenticidad38, que es un atributo esencial de los
Brian Swimme (2001: 81) insiste en que la tarea o aventura de maduración de los seres vivos es un asunto de autenticidad, la cual equivale al poder de manifestación autoorganizativa para participar en la transformación o
embriogénesis de la Tierra como ser viviente, y alcanzar su auténtica función en el gran sistema de la comunidad de la vida.
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procesos autoorganizativos, tanto en el individuo como en el cosmos y en la interrelación entre estas y todas las dimensiones del ser.
Además, me vi nuevamente impulsado a hacer una observación de segundo y tercer orden sobre estos procesos cognitivos y metacognitivos, con el propósito de penetrar sus texturas y así desentrañar sus implicaciones estéticas, éticas y epistemológicas. La actividad de introspección y narratividad desatada me ayudó a sentir con intensidad lo que fue surgiendo del pozo profundo del inconsciente, a abrirme a lo que quería manifestarse, a identificar hitos o puntos clave e intuir posibles caminos para facilitar mi propia transformación.
Entonces dejé que la ensoñación se apoderara de mí y guiara mis pasos, el curso de las sensaciones y memorias, el flujo de las imágenes y metáforas, el desenvolvimiento natural de mi diálogo interior. Me interesó reflexionar sobre la dinámica compleja de las relaciones entre mi identidad de género y mi forma de conocerme a mí mismo y de conocer mi entorno y el mundo.
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De dónde vengo: identidad masculina y ecología profunda
Los momentos más felices de la infancia transcurrieron en los lugares donde tenía un contacto directo, cercano, íntimo con el mundo natural y sus seres, flujos, energías: los jardines en casa de mis abuelos y tíos; los parques cercanos a la casa; el universo mágico de la finca, donde siempre había sitios para descubrir y revisitar (en el monte, los vallados, los potreros, el río, los caminos); y también las diferentes regiones donde tantas veces fuimos a acampar con familias afines y amigas.
Muy temprano en mi vida escolar tuve conciencia de ser hombre de un modo que no parecía encajar con el que era común entre mis pares. Con frecuencia me encontraba evitando los juegos de competición o desafío físico grupal, así como las situaciones que implicaran usar la fuerza para alcanzar una posición dominante sobre los demás. Me sentía más seguro y a gusto en los espacios del núcleo familiar y de la familia extensa, que en aquellos de la socialización escolar.
En esta familia extensa de círculos concéntricos e intersecados que constituyó mi primera comunidad, crecí y aprendí a reconocerme como hombre, a ser y pertenecer, a establecer relaciones. De allí vienen los valores que aún hoy orientan mi vida, como el respeto y la solidaridad, la honestidad y la equidad. También de allí viene mi identificación profunda con el bosque y los paisajes naturales; con las nubes y los árboles; con las aves, las mariposas, las ranas, los caballos; con el sonido del agua al correr y el silencio de la luna y el brillo de los cristales; con la dimensión
En los primeros espacios, los familiares, podía ser yo mismo e interactuar en mis propios términos, tanto con los hombres como con las mujeres, de diversas edades y grados de parentesco, y sentir un enorme afecto recíproco. La vida cotidiana me ofrecía múltiples opciones de juego creativo en soledad, con mis hermanas, o con los distintos grupos de primos y primas con quienes compartíamos la red de casas por las que circulábamos libremente, el vecindario donde era fácil encontrarnos, y la aventura de estar en el campo abierto.
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trascendente que llevo dentro que y a la cual pertenezco. En los otros espacios, los escolares, con frecuencia me sentí restringido y enajenado. Me dio dificultad entender los códigos del comportamiento aceptado, y luego peor aún adoptarlos: me sentía presionado a competir y pelear y ganar, a ser macho, a no tener miedo, a despreciar la sensibilidad. Me frustraba al constatar que mi manera de ser hombre no era reconocida ni aceptada por la gran mayoría de los hombres que me rodeaban. Entonces desarrollé un mecanismo de defensa para sobrevivir en un medio adverso y agresivo; me retraje hacia mi mundo interior y encontré la resistencia en formas propias de ser hombre, de ser yo mismo, fiel a mi vibración interior. Poco a poco fui encontrando amistades con las que no me sentía obligado a ser otro, o rechazado por ser auténtico. Pero siempre viví, hasta pasada la adolescencia, con la sensación de no pertenecer, de no identificarme con el común de los hombres.
Imagen 19 Cacofonía pre-gilánica
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Bastante malo para los deportes más populares en el colegio, que eran los más rudos y competitivos, me refugié en el arte y la espiritualidad, los campos donde mi identidad de género se desplegaba libremente, brillando con luz propia y practicando valores intrínsecos que hoy reconozco como “verdad, bondad y belleza”, pero que entonces eran simplemente una resonancia del alma por afinidad, expresiones auténticas del ser.
Herramientas de resistencia y cambio epistemológico La adolescencia desembocó su turbulencia en el cuestionamiento profundo de casi todo lo que había sido hasta entonces. A partir de la lectura de Marx y Nietzsche, mi visión del mundo cambió radicalmente. Había crecido con fervor religioso y convencido de mi relación con Dios, quien de pronto había muerto. Por su puesto, también moría el padre y su representación simbólica de mi clase social; mientras que él desaparecía físicamente de mi vida, yo bloqueaba el dolor y la incertidumbre mediante un acto de negación y aparente liberación. Los ideales de la infancia se disolvieron y me torné materialista, ácido y dogmático. ¿Había trocado un pensamiento ideológico y en el fondo patriarcal por otro? Lo patriarcal de la iglesia a la que había pertenecido seguía intacto en el pensamiento marxista y nihilista en el que ahora incursionaba, convencido de estar encontrando una nueva verdad. Me alejé del positivismo, abracé la dialéctica y la teoría crítica.
Me fascinaba el mundo que se abría para mí al leer libros y devoré cuantos pude; me inspiraba la música, de modo que aprendí a tocar el tiple y la dulzaina y participé en varios coros; escribí poemas que brotaban desde un fondo lírico y místico que se fue mostrando y madurando. Se manifestó en mi niñez un vínculo muy fuerte y profundo con la dimensión de lo divino y lo sagrado, tanto en el ámbito religioso de la iglesia como en el ámbito profano de la naturaleza; ambos me atraían, me inspiraban y me liberaban al punto de generar experiencias místicas de identificación, compromiso y transformación de tal profundidad que aún hoy las recuerdo y tengo vivas dentro de mí.
Pero aun así, mi pensamiento seguía escindido de mi espíritu. Dentro de mí había un sufrimiento
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enorme; quería cambiar el mundo pero no pacifismo, el ecologismo, el comunitarismo, el encontraba las herramientas suficientemente feminismo. El cuestionamiento profundo sobre el consistentes para embarcarme en tal ejercicio del poder y la dominación en cualquier compromiso. En el fondo, aunque lógicamente la contexto me condujeron a confirmar una nueva argumentación apuntaba a legitimar la lucha convicción que correspondía a mis viejos valores armada y las revoluciones cubana y sandinista de la infancia: la libertad y la dignidad de la vida parecían confirmarlo, yo sabía que la guerra no por encima de todo. era el camino para defender la Me acerqué a los procesos de vida, pues reconocía la cambio social protagonizados contradicción fundamental Se presentaron ante mí por organizaciones populares entre el fin y el método. configuraciones de mujeres en mi país y en conceptuales que –aún La búsqueda de respuestas América Latina, con ligadas al socialismoradicales a las preguntas por el sentimientos de solidaridad y resultaron liberadoras: el cambio social y el alcance de compromiso por lo que han mi ciclo vital en el mundo me significado. Desde la pacifismo, el ecologismo, llevaron por caminos adolescencia, tuve contacto el comunitarismo, el insospechados, ligados a la con mujeres y experiencias y feminismo. construcción de un mundo textos feministas; me habían mejor a través de alternativas tocado de manera importante, sociales y ecológicas. De un lado, la literatura del sensibilizándome y dándome elementos para movimiento anarquista y libertario me permitió reafirmar mi propia intuición y pulsión subjetiva. En mirar con otros ojos la verdad que creía haber esa dimensión yo encontré el soporte para mi encontrado en el marxismo. Se presentaron ante búsqueda por encarnar una masculinidad mí configuraciones conceptuales que –aún diferente, igualitaria, creativa, no machista. En mi ligadas al socialismo- resultaron liberadoras: el pubertad soñaba con un amor ideal, parecía
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imposible encontrar a la mujer con quien pudiese identificarme y hacer ese acople sincrónico. Una masculinidad alternativa pulsaba dentro de mí por encontrar vías de expansión, pero faltaba un amor donde esa fuerza pudiese acoplarse, con una feminidad igualmente alternativa.
la autonomía, la diversidad biocultural y la territorialidad.
Fueron años de convivencia en la cotidianidad y en la ritualidad, de aprendizaje profundo y constante a través del diálogo intercultural en los mambeaderos de las etnias Letuama, Tanimuka, Tuve suerte. Además de redescubrir el Yukuna, Matapí, Makuna, Carijona, feminismo con una potencia Miraña, Bora, Andoke, Nonuya, filosófica, teórica y política ligada a la Muinane y Uitoto. Escuchar Esta experiencia etnicidad, encontré el amor recíproco activamente fue un elemento clave me transformó en y puro en relaciones de amistad con del aprendizaje, para poder comenzar las fibras mujeres de quienes me enamoré con a participar con voz propia pero profundas donde profundidad y pasión. Fue allí, en el respetuosa. Poco a poco, me alejé corporeidad y campo del amor vívido y definitivamente de la epistemología espiritualidad son transparente, donde finalmente pude materialista con la que me formé en la una sola masa. materializar la posibilidad de ser escuela secundaria y superior y me hombre sin la pretensión de ser sumergí en las lógicas paradójicas del superior o dueño o dominador. chamanismo y del pensamiento indígena, que son irreductiblemente holísticas y El compromiso por un cambio radical me llevó aún están ligadas a la diversidad biológica del entorno más lejos en la búsqueda de espacios de selvático y a la diversidad cultural encarnada por alternatividad y libertad: hasta el fondo de la selva las múltiples etnias que lo habitan. amazónica colombiana, donde el encuentro con comunidades indígenas embrujó mi vida durante Esta experiencia me transformó en las fibras dos décadas dedicadas al acompañamiento de profundas donde corporeidad y espiritualidad son procesos de autogestión local para la defensa de una sola masa, un solo quantum de energía, una
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sola configuración dinámica, hologramática e incierta de posibilidades existenciales. Esa experiencia me preparó para abrazar la complejidad de los sistemas vivos –bióticos y sociales- de la selva, los cuales sólo pueden comprenderse desde el pensamiento complejo – de las tradiciones indígenas en diálogo con nuestra postmodernidad intercultural. Allí se reafirmó mi vibración interna en clave de ecología profunda y alternatividad al desarrollo.
Y de manera muy importante –para amboscreamos una metodología para trabajar en la selva con perspectiva de género: hicimos la convivencia y el acompañamiento a las iniciativas locales respetando el sistema cultural endógeno, en el que las mujeres pueden empoderarse y recuperar sus propios espacios de identidad femenina, poder y legitimidad social. Los hombres aprendieron –aprendimos todos- a respetar esos espacios, mecanismos, ritmos propios de las mujeres en sus procesos organizativos y proyectos de transmisión de saberes antiguos y de generación de beneficios colectivos y alternativas económicas. Fue muy bello ver cómo los hombres de distintas generaciones fueron abriéndose poco a poco –en algunos casos con mayor resistencia que en otros- a la posibilidad de la autogestión y participación y agencia y organización propia de sus mujeres, quienes aprendieron a reafirmarse en sus propios conocimientos y prácticas, en su capacidad de auto-convocarse y de “hacer amanecer” sueños gestados colectivamente, en la expresión de sus voces y pensamientos autónomos, pero complementarios y recíprocos con los de sus hombres y de cara al horizonte del bien común.
Pero además de todo esto, el trabajo y la vivencia en la selva fueron el contexto en el que finalmente me encontré, nos encontramos con mi alma gemela, la Mariavé que es mi vida encantada, mi pareja surgida de la más pura y bella sincronicidad. Con ella engranamos perfectamente como pareja y equipo de trabajo; con ella emergió la posibilidad de fundir nuestras identidades, nuestras feminidades y masculinidades; con ella se desenvolvió el potencial de crecer como núcleo familiar y traer al mundo tres hijas, nueva luz para nuestra existencia, nuevas fuentes de verdad-bondadbelleza.
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Al cerrar el ciclo de vida, familia y trabajo en la selva, salimos curados hasta los huesos, sellada con karayurú nuestra alianza de guacamayos para vivir juntos por siempre.
al desarrollo desde la sistematización narrativa de nuestra experiencia en la selva, con el ánimo de desentrañar el método emergente de nuestro trabajo con los pueblos indígenas, y al mismo tiempo, hacer emerger un metamétodo para Desde aquí en adelante solemos hablar en la interpretar dicha empresa de sistematización. Fue primera persona del plural, pues como en las éste el escenario feliz de nuestro malocas, se tornan borrosas las encuentro con las teorías de la fronteras entre lo individual, lo complejidad como fuente de Solemos hablar en matrimonial, lo familiar, lo colectivo. cambio paradigmático y de No obstante, aparte de la curación – la primera persona inspiración para nuestro empeño. o quizás como efecto de múltiples del plural; como en Lo que comenzó siendo un curaciones entrecruzadas- había las malocas, se proyecto acotado por el método también mucho dolor acumulado, tornan borrosas las científico privilegiado por las por relaciones conflictivas que fronteras entre lo estructuras académicas, se llevamos durante los años de esta individual y lo desplegó como una nueva compleja experiencia. experiencia de crecimiento colectivo. Identificamos la necesidad de hacer personal e interpersonal donde un ejercicio reflexivo profundo y confluyeron los referentes teóricos sistemático en torno a todo lo que habíamos vivido pertinentes (pensamiento complejo, ecología en el trabajo intersubjetivo e intercultural de la profunda, ecofeminismo, antropología antropología aplicada en la selva. Algo así como interpretativa, investigación narrativa) para una nueva curación en nuestro contexto de ayudar a movilizar heurísticamente nuestros relatos origen, un ejercicio de curación en el ámbito con miras a una curación holística, a través del propio de nuestro pensamiento. Entonces hicimos ejercicio de tematización metafórica y una maestría juntos: abordamos la alternatividad sistematización narrativa de la experiencia.
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Hacia dónde voy: religación, unidad/diversidad, ética/estética
encarna el sistema no-dominador que queremos que emerja para las nuevas generaciones, se refiere no sólo a los seres individuales y colectivos que tienen vida propia, sino también a la integridad y complejidad de los ecosistemas que nos sostienen.
El proceso vital de depuración no es fácil: sin querer, y a pesar de los esfuerzos que hacemos por cambiar, seguimos guardando lastres del sistema patriarcal que nos parió y del que somos parte. Cada rato salen a flote en nuestros comportamientos y pensamientos las manifestaciones del paradigma que se resiste a morir. Sin embargo, guardamos también la esperanza de ser cada vez más justos y bellos, cada vez más fieles a la complejidad que somos, cada vez más transparentes en nuestra delicada y dinámica combinación de valores femeninos y masculinos, cada vez más auténticos. Esta autenticidad tiene que ver con la afirmación de nuestras diversas identidades como seres vivos religados con nuestros congéneres humanos (mujeres, hombres y demás géneros emergentes en la contemporaneidad) y de otras especies y generaciones. Además, la solidaridad que
En la relatividad del tiempo y del espacio podemos entrever una nueva red conversacional que logre romper la hegemonía del paradigma patriarcal occidental, y abrir espacio para una nueva territorialidad “gilánica”39, caracterizada por la equidad y el respeto solidario y recíproco entre humanos y demás seres vivos, entre géneros y generaciones. Estos son algunos de los hilos fundamentales que componen el tejido de nuevas redes conversacionales, con las cuales buscamos crear una nueva ética de respeto a la diversidad y sacralidad de la vida, una ética inspirada en la biología del amor y la religación holística de los géneros y las generaciones de seres vivos de todos los tiempos y espacios.
Con el grupo rizomante, abrazamos la visión utópica de Gilania, planteada por Riane Eisler (1990) como una sociedad que logra trascender el patriarcado y las distintas
formas de dominación que se derivan de su patrón organizativo.
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Pluralismo epistemológico: espacio de libertad para la aprendencia holística
exploró de modo sistemático aplicaciones grupales de una mediación pedagógica propuesta desde nuestras chifladuras, donde confluyen la cognición estética y la geometría sagrada, al hacer un juego de pintura intuitiva en hojas triangulares y lenguajeo mediado por la formación de hexágonos con dichos triángulos. El potencial transformador y liberador de este juego fue valorado así en el Rizoma:
Surge también, ligada a esta reflexión, la necesidad de cultivar una ética del cuidado para mediar procesos de aprendencia ecológica y transformación profunda, lejos del paradigma de la dominación patriarcal, con todos sus derivados en la historia social de la humanidad. El rizoma CDT
El mosaico hologramático resultante, que se ve como un panal de obras pictóricas triangulares que interactúan en un juego complejo de hexágonos contiguos y/o superpuestos, nos permite apreciar una pluralidad de vías cognitivas: maneras diversas y alternativas de sentir, expresar, cuidar, disfrutar, recrear, transformar; en fin, de ser y aprender. Rizoma CDT (2015: 41)
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Sigue germinando el rizoma, explorando las dimensiones particular y común de la aprendencia, como un asunto de apertura y autenticidad, en la aventura de vivir / conocer. Así lo registré, haciendo mi aporte al texto emergente:
transformarse profundamente. Sencillo y complejo a la vez, lo uno conlleva lo otro.
La complejidad de este asunto aumenta al considerar que la diversidad de experiencias subjetivas humanas se multiplica por la pluralidad Los lazos entre diversidad y trascendencia tienen de sistemas culturales existentes y que han existido que ver con la multiplicidad de experiencias que históricamente en la Tierra, conformando constituyen para cada persona el diferentes matrices antropológicas proceso de vivir y aprender, que es uno para la organización de experiencias En la nueva solo (Maturana y Varela, 1997). Cada de convivencia y trascendencia, en conciencia ser humano vive su vida y en el proceso distintos territorios o contextos espaciocada ser vivo de vivir aprende, y a su vez en el temporales. La experiencia humana se puede proceso de aprender trasciende, va define como situada territorialmente, más allá de lo que era y sabía: se relativa al contexto ecológico e reverdecer y transforma en sí mismo. histórico; esto enriquece la transformarse. multiplicidad de formas de aprender Si bien tal ejercicio de libertad en la que un proceso educativo puede autodeterminación está en constante tensión con explorar e incorporar. las estructuras sociales que portamos y reproducimos, no hay dos caminos iguales en la Reafirmamos el valor de contar con múltiples aventura humana de vivir, aprender y trascender sistemas de conocimiento, enriquecidos por para seguir viviendo. Entendemos con Joanna saberes propios, particulares y diversos para la Macy (1990) el potencial que tiene cada persona existencia territorializada y sostenible. Saberes de transformarse y liberarse, pues en la nueva ancestrales y contemporáneos, simbiotizados en la conciencia cada ser vivo puede reverdecer y diversidad biótica y ecosistémica, pensamiento integrado donde somos cultura y naturaleza
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armonizadas, posibilidad de vivir con sentido y crear sentidos compartidos, a partir de lo que cada cultura le aporta al paradigma emergente de “vivir sabroso” o bien-vivir.
Según hallazgos de la “nueva cosmología”, la diversidad emerge con la vida misma, es uno de sus procesos definitorios: surge como estrategia vital con la diferenciación de células y organismos simples que se reproducen y proliferan por división celular (mitosis). Aparecen organismos con estructuras moleculares (luego membranas) capaces de absorber fotones y convertirlos en energía para auto-alimentarse. Brian Swimme (1998) lo describe poéticamente como el misterio y milagro primigenio de la fotosíntesis. Otra transformación que multiplica la diversificación y complejización de la vida ocurre con la aparición de la sexualidad hace 1.000 millones de años, expresada en las células binucleadas que recurren al intercambio de núcleos con material genético (meiosis) como modo de reproducción de la vida.
Más aún, la enorme pluralidad de experiencias humanas –a nivel personal y sociocultural- es sólo una parte de la vasta red de seres y sistemas vivientes, organizados en diversos nichos o constelaciones de ecosistemas que constituyen el planeta Tierra. Boff y Muraro (2004) definen la biodiversidad como un fenómeno resultante de la “ramificación progresiva del árbol de la vida”, a partir de un organismo unicelular o “antepasado ancestral común” cuya memoria biológica está “inscrita en el código genético de todo organismo vivo”. Estamos compuestos de los mismos elementos que se originaron en la explosión de estrellas primordiales, los mismos que hace 3.900 millones de años interactuaron en los mares del planeta Tierra para dar origen a la vida. La diversidad se expresa en las primeras células vivas, resultado de los sistemas complejos creados por la dinámica auto-organizativa de micro-organismos en la matriz acuosa del planeta.
Surge un nuevo ser vivo: la célula que se reproduce sexualmente a partir del encuentro con otra célula. Tal hecho apunta ya hacia el sentido profundo de toda sexualidad: el intercambio, que enriquece la fusión y que crea paradójicamente diversidad […], que favorece mutaciones, adaptaciones y nuevos estadios de evolución (Muraro y Boff, 2004: 27)”.
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Imagen 20 Despertar en la plena conciencia
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Reflexiones sobre biopedagogía y bioaprendencia
conocimiento relevante para la propia vida de cada ser o grupo, de modo pertinente para su contexto sociocultural.
La presencia de la biopedagogía en mi experiencia educativa es un nuevo bucle autorreflexivo en el camino de explorar mi chifladura y plasmar narrativas que me ayuden a compartirla, interpretarla, fijar sus insights, coadyuvar su autoorganización y -en últimassanarla amorosamente. El sentido de esta reflexión es apuntalar mi apuesta ética-política-estética, que nace desde el corazón de mi chifladura (entendida como lenguaje total emergente para la expresión del ser) y se expande por todas las células e intersticios de mi corporeidad viva; apuesta digo, por una pedagogía de la complejidad y el cuidado, que permita reivindicar la diversidad y el valor intrínseco de todas las formas de vida, y dentro de una matriz epistemológica de ecología profunda, dar paso a la creación o cuidadosa facilitación de ambientes, climas y estrategias favorables para la “aprendencia”, el aprendizaje experiencial, el descubrimiento y la construcción de 40
Gozo en la aprendencia y aventura de sentipensar El recurso narrativo tiene que ver con la necesidad vital de “sistematizar experiencias”, lo cual hace de ellas un campo fértil de aprendencia reflexiva. Inicialmente hay que volver adentro, facilitar la introspección; luego “sacar afuera” la experiencia vivida, contarla mostrando su densidad para poderla interrogar e interpretar, transmutarla en metáforas, desplegar sus formas y conexiones y fractales. Este proceso hermenéutico permite derivar el nuevo sentido que pulsa en la experiencia vivida, hacer emerger el conocimiento que ella guarda implícito. Contar la propia experiencia, con un lápiz o teclado conectado a la plurisensualidad40 de la voz, para rendirse al impulso narrativo y reconstruir
Assmann (2002).
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la vivencia en sus propios términos, éste es el primer necesidades en el “desarrollo a escala humana” paso. Luego viene la mirada interpretativa, la de Manfred Max-Neef (1986)-- con el concepto lectura de la experiencia “objetivada”, la endógeno de “vivir sabroso” que hemos emoción nueva de revisitar la experiencia y apropiado en la convivencia selvática con explorarla con lentes de segundo y tercer orden en pueblos indígenas de la Amazonía. Tal diálogo la otra mano; esta fase permite ir cristalizando entre formas de pensamiento, que según David comprensiones sobre la complejidad de quién(es) Bohm (1996: 81) abre la posibilidad de soy, cómo devengo y qué puedo hacer para transformaciones en la naturaleza de la elevar mi conciencia y capacidad conciencia individual y colectiva, se enactiva en el horizonte de ser, saber y torna fundamental en la perspectiva Re-aprender a saber-hacer, de constituirme en la de re-aprender a saborear la vida y el saborear la cotidianidad como ser vivo y conocimiento, que son lo mismo, para ciudadano eco-planetario. Y éste es el así crecer disfrutando plenamente el vida y el sentido de la aprendencia como lenguajeo y la aprendencia. Este tipo conocimiento, proceso existencial: vivir para ser artífice de conversación, bajo los principios que son lo con otras gentes en la creación de un ético-políticos del respeto a la mismo. territorio o mundo mejor, inspirado en el diversidad, es una clave para la principio ancestral actualizado del creación de nuevas maneras de “bien-vivir”, donde los seres vivos y los ecosistemas entender y practicar la educación, la vida social, puedan convivir, regenerarse, co-evolucionar y las relaciones de los humanos entre sí y con los continuar expresando naturalmente su esencia y demás seres vivos y los ecosistemas que pueblan creatividad. en convivencia. Mejor aún, podemos poner a lenguajear este concepto amerindio del bien-vivir --tan cercano a la visión holística y los satisfactores de diversas
La pertinencia y la potencia del sentido o conocimiento generado dependen de la autenticidad de la experiencia y la aprendencia.
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Pero esta potencia, enraizada en las configuraciones particulares que percibimos en cada contexto, requiere dar toda la atención al transcurrir de la experiencia misma; y esto implica difuminar la frontera entre aprendientes y maestras o maestros, en favor del diálogo honesto, dotado de transparencia intersubjetiva y de diálogo intercultural, pues sólo en un contexto relacional de respeto mutuo entre los grupos de edad, identidad e interés, pueden los/las aprendices devenir maestros/as y viceversa, puede la maestría ser capaz de emprender aventuras cotidianas de aprendencia.
nuevas para la creatividad, la pertinencia y la autenticidad. Así, la narratividad vuelve a ser mi recurso preferido para la mediación entre la experiencia vivida, el método sistematizador y el resultado inacabado y dinámico de este ejercicio. Se espera que el relato primario y la conversación desatada en torno a él ayuden a plasmar las certezas relativas y las preguntas abiertas que resultan de aplicar una herramienta heurística emergente (matriz-lente interpretativa) al proceso hermenéutico de narrar, metaforizar y cristalizar aprendizajes. El esquema básico que subyace a nuestra herramienta proviene de los planteamientos de Bernard Lonergan (1967; 1988) sobre los procesos de cognición y ampliación de la conciencia, a través del Insight y el Método en Teología. Vistos como una enunciación lineal, que facilita la explicación al simplificar la dinámica interna de los hexágonos y su interconexión compleja en espiral de nuestra propia herramienta, estos niveles son:
En otras palabras, la aplicación pedagógica de esta búsqueda consiste en decantar comprensiones sobre cómo aprender genuinamente, renunciando a la arrogancia de enseñar verticalmente o transmitiendo conocimientos unilateralmente; cómo tejer redes de aprendencia colaborativa y cómo concentrar el esfuerzo en formular estrategias pedagógicas para generar experiencias e instancias de enacción ligadas a la chifladura de aprender a aprender, de romper paradigmas y abrir vías
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Este esquema toma la experiencia sensorial41 como punto de partida, como un primer o primario nivel del conocimiento. De allí la conciencia emerge pasando por ámbitos relacionados con la observación de imágenes y la comprensión racional, donde la capacidad de conceptualización, abstracción y construcción mental constituye una crucial mediación cultural. Luego surge el plano ético del juicio, la valoración de lo bueno, lo justo, lo deseable, que orienta las decisiones y la aplicación de la voluntad como ámbito superior de la conciencia y conduce directamente a la praxis. De este modo, surge la acción como resultado de la tensión entre los distintos ámbitos de la conciencia, lo que conduce a una nueva experiencia sensorial y así genera un nuevo ciclo de cognición o aprendencia, en la base de la misma espiral recurrente, pero donde el ser aprendiente se encuentra en un estadio distinto de conciencia, pues está renovado o dotado de un aprendizaje que antes no tenía. Con Heráclito de Éfeso, recuerdo cómo el ser aprendiente –sea el humano
Niveles de ampliación de la conciencia
1.
2. 3. 4. 5.
6.
Sensorial – donde prima la percepción a través de los sentidos. Imaginativo – donde aparecen con fuerza las imágenes. Conceptual – donde se logra un entendimiento racional. Valorativo – donde se despliega un juicio bajo valores éticos. Decisión – donde la voluntad genera una intención que se traduce en propósito y compromiso. Acción – donde el conocimiento se lleva a un plano activo, se pone en práctica.
Mejor dicho “plurisensual”, para usar el término propuesto por Hugo Assmann (2002). 41
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o el río- que pasa por este ciclo y comienza una nueva vuelta del espiral, ya no es el mismo.
Un ejemplo de tal herramienta heurística es la matriz doble-hexagonal que hicimos emerger en nuestra andadura sistematizadora de maestría43, la cual tiene una estructura interna pertinente para interpretar los relatos que se refieren a experiencias de trabajo intercultural en la selva amazónica.
Nuestro proceso heurístico, de acuerdo con el esquema “lonergiano” adaptado al método emergente de sistematización narrativa enactuado por BermúdezVélez y Rivera-Páez42, propone Aunque pueden recorrer una ruta compleja en forma No obstante, el patrón (dinámica verse como de espiral ascendente que transita – autoorganizativa) de la misma matriz sucesivos, dichos de modo recursivo y recurrente- por los doble-hexagonal con sus seis niveles niveles o planos se seis niveles o planos hexagonales del interconectados sigue siendo autoorganizan noproceso cognitivo como ampliación potente y válida, tras enacciones que de la conciencia. Aunque pueden linealmente. generen nuevas estructuras verse como sucesivos, dichos niveles o (categorías emergentes e planos se autoorganizan nointerrelaciones complejas entre sí) linealmente, pues están interconectados para interpretar otras experiencias, otros relatos, reticularmente, para hacer emerger -en cualquier otros contextos, otras chifladuras. aquí/ahora y de diversas maneras- la cognición o mente que se encuentra implícita en todos los momentos y lugares de la experiencia. Bermúdez, Nicolás y Rivera, María Victoria. Tejiendo relatos (2005). Este texto publicado como tesis de maestría es el despliegue de una reflexión sobre un método emergente ligado a la sistematización narrativa, con bucles recurrentes y recursivos que entrelazan el pensamiento complejo, el cambio paradigmático, la ecología profunda, el
ecofeminismo, la antropología interpretativa, los movimientos sociales y la democracia con participación ciudadana. Expresa la emergencia cuántica y feliz de una nueva espiritualidad que reafirma nuestro vínculo como pareja de guacamayos, curados para vivir / aprender juntos. 43 Bermúdez y Rivera (2005).
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CONFIANZA EXPERIENCIA Imagen 21 Cristal doble-hexagonal para interpretar relatos de experiencias selváticas
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Aplico esta matriz o cristal de manera flexible a mis relatos de ecología profunda, como una manera de abordarlos primero con apertura a lo que en ellos pulsa y vibra, ondas y partículas a la vez, para luego estar atento a percibir sus resonancias y entonces extraer o decantar los aprendizajes implícitos. Como se verá, en el ejercicio actual no defino indicadores, sino exploro los relatos con el lente general del patrón. La estructura generada por este patrón responde a un rizoma, el cual enlaza los conceptos que se manifiestan e interactúan en cada nivel, plano o hexágono; cada rizoma tiene unas implicaciones biopedagógicas que ayudan a mantener la
mirada interpretativa abierta, pero a la vez enfocada en la aprendencia y sus aprendizajes resultantes.
Reconozco con gratitud el aporte metodológico de Alejandro Angulo, quien ha entregado con vocación generosa las herramientas meditativas, reflexivas y narrativas del Diario Intensivo de Ira Progoff, cuyo uso continuado se ha convertido en un camino de trabajo interior y crecimiento espiritual. En esta praxis comenzó mi trabajo autobiográfico: aprender a escribir sin juzgarme, a partir de ejercitar la relajación y la respiración consciente como técnica para cambiar voluntariamente de estado mental, entrar en ese ámbito de imágenes crepusculares que es la ensoñación, desarrollar una observación fina para comprender cómo es que funciono yo, cómo son mis procesos emocionales, fisiológicos, psicológicos, familiares… Para conocer este río que soy, hay que recorrerlo en toda su cuenca y su complejidad. Así, no hago una teoría, sino que viajo por lo
que siento y tomo nota de lo que va surgiendo a mi paso, de los diálogos que emprendo conmigo mismo, con mis padres y abuelos y amigos y trabajos, con mi cuerpo, con mis múltiples dimensiones existenciales. Con el diario intensivo he aprendido a identificar Hitos de la Vida y luego escoger uno que otro intuitivamente para estirarlo como si fuese un elástico traslúcido, para volverlo un “período” y observar su fibra, sus texturas y tonalidades, escuchar su polifonía de voces, registrar sus detalles significativos, sus símbolos e imágenes vivas. 45 Recojo en esta expresión los momentos o episodios de mi vida en que he podido vivenciar el estar-aprendiendo como una experiencia total de ecología profunda, es decir como una concatenación experiencial de identificación / cuestionamiento / transformación profunda, donde el self
Atendiendo a una orientación pragmática, entendemos que si la herramienta es potente, basta aplicarla a un solo relato para derivar el conocimiento implícito. Por tanto, cierro los ojos, tomo conciencia de mi respiración y observo cómo ella recupera su ritmo natural, acompaño el aire que entra paulatinamente hasta el fondo de mi ser y así mismo vuelve a salir. Hago emerger el estado de ensoñación44 y entro en contacto con el asunto que me ocupa: los hitos biopedagógicos de mi vida45. Entonces los saludo con reverencia,
44
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por lo sagrado que contienen, y los recorro emocionalmente en un sobrevuelo meditativo que me permite identificar aquél episodio específico que me pide trabajarlo ahora.
especial, que por algún motivo oculto aumenta su intensidad y captura la atención del observador. Sea como sea, se trata de un método de abordaje chamanístico que se vale de la energía contenida en experiencias vividas, para enfocar la atención plena en una particular y profundizar en ella el Así como el territorio ejercicio reflexivo. físico es una matriz
Observando mi experiencia a la manera del lenguajeo de Carlos Castaneda con Don Juan y consigo mismo, es decir viendo los hitos en cuestión como relacional ecológica Abordar el campo de la experiencia unidades energéticas o cuerpos entre los seres vivos y con mirada sistematizadora de energía tal cual ella fluye en el su entorno, el territorio también es como hacer un trabajo universo, escojo el que pulsa con chamanístico para desentrañar sus espiritual es una matriz una vibración que me atrae, el complejidades y sutilezas. El relacional donde los que emite una luz intensa que me chamán sentado en su banco en la sitios sagrados están gusta y me avisa que allí hay un maloca, con las plumas de gavilán interconectados y hito por estirar, profundizar, adornando su cara pintada y constituyen una malla interpretar. También puedo apoyado en su macana y demás energética. entender el procedimiento como instrumentos de poder, emprende el la exploración desprevenida de vuelo hacia otros planos un campo de fractales donde existenciales del cosmos (mundos de arriba y de alguno de los hologramas, él mismo campo de la abajo), cargando sobre su hombro el espíritu del matriz original, brilla con una luz que da un fulgor paciente para recorrer los ámbitos espirituales del está unificado no sólo en sí mismo como mente encarnada en corporeidad viva, sino también en/con el entorno natural y social. En otras palabras, el núcleo conceptual de hitos
biopedagógicos incluye los momentos o períodos significativos de aprendencia y ordena mi línea de vida como proceso que los interconecta.
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territorio, visitar los sitios sagrados y dialogar con los “dueños” que los cuidan. Así como el territorio físico es una matriz relacional ecológica entre los seres vivos y su entorno, el territorio espiritual es una matriz relacional donde los sitios sagrados están interconectados y constituyen una malla energética que sostiene la vida del territorio como un todo. En su meditación el chamán hace un recorrido hologramático, pues cada sitio está conectado matricialmente con la red: tiene relevancia para los demás sitios y para todo el territorio. No obstante, el viaje-recitación tiene un orden metonímico codificado en la mitología, que nace en el mar donde desemboca el gran río, y desde allí sube como la anaconda ancestral, nombrando y dialogando y ofreciendo lo propio en cada sitio sagrado, hasta llegar a las cabeceras de los ríos menores donde habita la Gente, el “nosotros” en relación con las tribus aliadas.
para recorrer el territorio de la experiencia vivida y narrar, luego interpretar, más allá curar. En medio de la revisión de los hitos mencionados, encuentro un atractor particular en la experiencia de “búsqueda de visión” vivida al final de la primavera del 2011, en el ritual de paso al que asistí en las montañas del estado de Washington en la Costa Pacífica de Norteamérica. Entonces me detengo en ese campo energético y me dispongo a soltar las amarras para hacer emerger un relato que exprese lo que pasó, lo que viví, lo que sentipensé, lo que aprendí.
Ritual de paso en la edad madura: re-nacimiento en la dimensión del alma Después de su nuevo matrimonio, la comunicación con Ricardo Gómez, hermeta profano o hermano profeta, se mantuvo frecuente y fluida. Mi compadre me propuso que fuéramos juntos a un retiro en las montañas de Washington, con la organización que llevó a su hijo Tomás a un ritual de paso a la adolescencia: Rite of Passage Journeys. Tomé la decisión con las tripas y sin
Así mismo, yo recurro holísticamente a los instrumentos de mi formación y me convierto en una suerte de chamán postmoderno, empoderado con mis propios talismanes, inciensos y cristales, y emprendo el viaje de ensoñación
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pensarlo, dije que sí. Sentí que me vendría bien un animales que pueblan el desierto y protagonizan alto en el camino, un paso al lado, un cambio de la odisea de alcanzar el cerro donde empinarse y perspectiva, un tiempo de ayuno, introspección y saltar al vacío permite vislumbrar el Río. ritualización. Nadie opuso resistencia; Mariavé y las niñas aceptaron que yo hiciera ese viaje, mi jefe El ritual de los preparativos se materializó en aprobó mi solicitud de vacaciones, Journeys me amarrar la cuerda con los paqueticos de tabaco otorgó una beca que cubrió gran e incienso envueltos en telas de parte de los gastos de mi matrícula. colores, meditando los colores y su Sentí que me Todo se resolvió como por arte de simbología. La ayuda de Elena en vendría bien un magia, o de una benevolente esta tarea artesanal fue una linda alto en el camino, sincronicidad. compañía al preparar desde Airekú el un paso al lado, un instrumento protector del espacio en En semana santa vino Ricardo a la el que estaría solo; plasmó el respaldo cambio de cueva de sus padres en Villa de Leyva familiar que me llevé en el corazón. perspectiva, un y me trajo los libros para apoyar la Todo esto quedó recogido al envolver tiempo de ayuno, preparación. Esta lectura le dio cada la cuerda con los amarradijos en las introspección y vez más sentido a lo que estaba por seis varas cardinales (oriente-surritualización. venir: poco a poco me fui acercando occidente-norte-arriba-abajo). a comprender que el Adult Wilderness Quest o Rite of Passage o Soul-Quest Ordeal sería Este ritual de búsqueda e iniciación fue una un descenso a la profundidad oscura del alma, experiencia intensa de inmersión en mí mismo y en antes que un ascenso a la dimensión iluminada del la naturaleza, de algún modo similar a lo que viví espíritu, y que la mejor preparación sería en la visita a Findhorn en el norte de Escocia unos permanecer abierto, abrirme completamente a lo 12 años atrás, quizás por la profunda introspección que pudiese aparecer en ese viaje del ser interior y la convivencia con un pequeño grupo de hacia su ser más interior. Me convierto en distintos aprendientes. La importancia del círculo, de cada
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persona en el círculo haciendo un viaje hacia su mundo interno, con la contención cuidadosa de seres amorosos y sabios. ¿Un postmoderno ritual de Yuruparí fuera de la selva y con la esencia indígena dentro de mí, reinterpretada en una nueva forma de autosanarme? Por otra parte, fue importante volver a estar con Ricardo, los dos sin nadie más, con tiempo generoso para estar juntos y conversar y compartir. Este espacio de convivencia con mi hermano del alma me vuelve a conectar con la carga afectiva de una sólida amistad que viene desde la infancia y adolescencia, se profundiza en la pubertad y juventud, se depura en la adultez y ahora… sigue viviendo, madurando, decantándose.
reflejado en su máscara blanca, alter ego en proceso de emergencia. Fue maravilloso que el proceso comenzara en un trabajo en parejas, compartiendo reflexiones sobre los ancestros, sobre nuestra relación con ellos… y mi pareja salida del azar fue Ricardo. Entonces pude soltar y estoy seguro que me entendió los códigos, como yo entendí los suyos, siendo tan distintas y a la vez tan cercanas nuestras experiencias. De ahí en adelante, el espiral del paulatino tránsito al mundo profundo me fue llevando por los intersticios del cuerpo, la mente, el alma, los elementos y la identidad con la naturaleza; los círculos sagrados concéntricos y la cadena de episodios en el ritual me hicieron descender en espiral hasta el fondo de mí mismo.
Hay fuerza común en el círculo inaugural donde renunciamos a los teléfonos y relojes que dejamos en un canasto; nos aprestamos para vivir un tiempo natural, sin la interferencia esa tecnología. Hicimos collares con las cuentas compartidas y nos dispusimos a emprender el viaje. Este círculo fundó el encuentro y reconocimiento con el grupo: cuatro hombres buscadores (Peter, Roger, Ricardo y Nicolas) y dos mujeres guías, una vieja y otra joven (Helen y Cassandra). Cada hombre se vio
La primera noche fue el sweat lodge con los indígenas locales y su poesía llena de reverencia por la vida, los cantos atávicos, la hoguera con las 24 piedras iridiscentes, la salvia quemada para protegernos, el clamor que honra a los ancestros y a los espíritus, el sudor liberado impregnando el suelo, la limpieza total del organismo. Nos esperaba una sopa de cereales y verduras, que
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nos acogió amorosamente al finalizar la limpia y el primer campamento en la ecoaldea.
A unos tres kilómetros al oriente del campamento base, encontré mi sitio en un balcón rocoso donde se abre el panorama de un valle inmenso con el Al día siguiente, hicimos el viaje a la reserva en dos río serpenteando, abajo en la distancia; sitio carros, con abundante mercado y equipo; tras agreste, pero el balcón es amable, tiene pasto y varias horas de carretera por las montañas del árboles gigantes que hacen sombra, como un oriente, hicimos el montaje del segundo oasis en el terreno desértico soleado, campamento en un lugar del bosque con suelo rocoso y habitado por donde ya habían estado otros grupos, arbustos y cactus. ¿O el sitio me ¿O el sitio me tanto de buscadores de visión como de encontró a mí? Se manifestó, yo estuve encontró a cazadores. De inmediato fuimos a abrir atento, lo percibí, nos identificamos. El mí? Se el círculo ceremonial con las máscaras sitio perfecto para estar, meditar, manifestó, yo al centro y luego salir a reconocer el ayunar, ser. Esa misma tarde visité el sitio estuve atento, territorio, sentirlo, deambular, cada uno de nuevo, para llevar la ración de lo percibí, nos solo, hacer contacto con su dimensión cuatro galones de agua potable y identificamos. numinosa. Este, Sur. Oeste, Norte. Arriba revisar dónde pondría la banderola y Abajo. Avanzar en la dieta progresiva, para el esquema de seguridad. Círculos últimas nueces y leguminosas, últimos de reflexión y poesía, comida cada vez cereales, fogata nocturna. Dormir afuera bajo el más ligera y simple, últimos tubérculos, fogata cielo estrellado. Al día siguiente, más círculo ritual, nocturna, volver a pernoctar bajo las estrellas, lectura de poemas, las máscaras girando y conociendo el viento helado que barre el bosque. mirando nuestro camino, salir a buscar y escoger el Lugar para la soledad. Encontré venados y Por la noche fue el rito de acoger la muerte: alces, aves, salvia aromática, resinas. Seres y pronunciar la carta de despedida y quemarla, sustancias que me acercaron a la energía vital del dejarme llevar por la llamada del personaje territorio.
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oscuro, morir simbólicamente, abandonar pasado, dejar de hablar, dejar de comer.
el
me desnudé para recibir los rayos del sol, tendí la cuerda, templándola en círculo alrededor de mi sitio, rodeando el espacio para sentarme recostado en un viejo tronco caído, marcando un lugar bello para mi altar y otro con árboles para templar la lona y armar carpa, encerrando parte de pasto y sombra, parte de roca y sol. Planté las estacas decoradas con los colores de los puntos cardinales, más el blanco arriba y el negro abajo. Quemé la salvia, lambí ambil, hice ofrecimiento a los espíritus todos. Y me senté.
La siguiente mañana amanecí muerto, entrando en el espacio donde ya no soy, y aún no soy. Reina el silencio, el círculo y el umbral para despedirnos con salvia y el sonido del tambor y el sonajero de su altar, el ritual de entrar al inframundo con el rostro, la garganta, el corazón y los pies pintados con carbón: May your tears clean your eyes, for you to see May your voice sing the song of the soul May your heart crack open, for you to feel May your feet walk the path of integrity.
Contra las indicaciones, hice una pequeña fogata para calentarme y para celebrar el encuentro con el mundo misterioso de mi alma. El ocaso fue hermoso, me sentí fundido con mí mismo, con el lugar, con todo el universo. Pasé la noche en vela, sintiendo el frío penetrante y el viento helado soplar fuerte, viendo la luz del nuevo día alumbrar tan lentamente que parecía una eternidad. Atento a todos los sonidos, los cambios de la luz, los animales, los eventos de la naturaleza, los paisajes de mi alma. Muchos recuerdos en torrente, memorias guardadas y olvidadas de la infancia, episodios de mi vida pasada que fueron
Con esto, crucé el umbral hecho con telas templadas entre los árboles y se abrió frente a mí la pradera y el valle, el horizonte inmenso de las montañas boscosas. Rompí en llanto y las lágrimas limpiaron mi visión. A caminar, con el peso del morral esencial, a encontrar el lugar escogido, mi segunda crisálida. Fueron tres noches y tres días de absoluta soledad. Hablé con mí mismo, canté, grité, gemí y volví a llorar. Pero sobre todo guardé silencio y bebí agua. Al comienzo estaba eufórico:
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emergiendo, como desencadenados química del ayuno y la fuerza del lugar.
por
la
El tercer día ya casi no estuve sentado, sólo acostado y mirando al cielo. Con la espalda plana contra el piso podía estar más relajado, y seguir Al amanecer pasaron dos venados frente a mi recordando los temas de mi vida, imágenes y sitio, completamente tranquilos, parecían vivencias que no paraban de brotar como de un hermana y hermano. Pasé la mañana meditando, manantial. Pasó en sobrevuelo un halcón grande, compenetrado con el espacio natural y el paso buscando presa, gritó al verme. Yo saqué fuerzas del tiempo. Pero el ayuno me fue debilitando desde el fondo, donde ya no había, para gritarle gradualmente, comencé a de vuelta. Seguí bebiendo agua sentirme raro. Por la tarde no quise cada rato, por lo tanto caminando Hablé con mí escribir más, y luego no quise más hasta a la orilla del círculo para mismo, canté, grité, estar sentado, empezó a dolerme la orinar, esa era toda mi actividad cintura, me acosté a ratos en el física. Cada uno de estos gemí y volví a llorar. suelo. desplazamientos era todo un viaje, Guardé silencio y requería de un trabajo enorme. El bebí agua. La segunda noche fue difícil, no dolor de cintura se hizo más y más pude estar sentado, me acosté y fuerte, me sentí cada vez más débil. alterné esta postura con la de Esa noche sufrí. Me sentí mal, fuera sentarme en mi tronco, soportando cada una de mí mismo, como si hubiera perdido control de hasta no poder evitar el cambio. Parándome la situación. El malestar físico no logró detener del cada rato, con esfuerzo, para orinar fuera del todo el torrente de mi historia que seguía pasando círculo sagrado del ayuno. Millones de estrellas, como una película mental. Alcancé a pensar que viento helado que vuelve a rugir. Los búhos no podría regresar al campamento base, y que si presentes, toda la noche, con sus llamados. lo lograba, sería sin mi morral, para recuperarlo Nuevamente experimenté la lentitud del alba. tendría que pedir ayuda. Los búhos siguieron acompañando mi odisea, hasta que comenzó a
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asomarse el primer tinte de luz. Esperé ansioso el amanecer, había llegado el día del regreso.
guías amorosas nos recibieron con el calor de un caldo para romper el ayuno, nos limpiaron los ojos, la garganta, el corazón, los pies:
Me demoré un largo rato empacando mis cosas, que no eran muchas, una por una, con suma parsimonia. No porque quisiera, sino porque no podía hacerlo de otra manera, con la fuerza que lograba reunir para cada movimiento. Desarmé la carpa que nunca usé, me cepillé los dientes, agradecí la hospitalidad de los espíritus, me despedí del lugar con una mezcla de alivio y nostalgia. Alguna reserva de energía debía tener guardada en algún lugar recóndito, pues pude alzar mi morral y caminar, aunque lentamente, hasta el campamento base. Lo hice cuidando cada paso, gozando el aroma de la salvia, las texturas del territorio, los árboles ya conocidos que marcaban mi ruta.
Your eyes have wept and seen Your voice has sung the song of the soul Your heart has cracked open and felt Your feet have walked the path of integrity La fiesta de bienvenida fue un tazón gigante lleno de frutas picadas, y el espacio respetuoso para volver despacio, sin necesidad de contar todo, o nada. En silencio pintamos las máscaras blancas, cada uno plasmando en ella el rostro de este nuevo ser que había emergido de la dimensión profunda del alma. Poco a poco fuimos soltando nuestra historia, primero en el diario, luego en el círculo, pronunciando palabras como si fuesen actos fundantes. Cuidado con cada paso, cada palabra. La dieta también fue creciendo en espiral, gradualmente conociendo los alimentos desde lo simple a lo complejo: tubérculos, verduras, cereales, leguminosas, nueces. Ducha caliente en medio del bosque, reflexión y escritura. Celebramos el reencuentro del grupo, cada uno recibió una medalla de madera marcada con la
Al llegar encontré a Ricardo estropeado, con el esófago en carne viva por el vómito imparable y el espíritu también, hechizado por un sueño de serpientes materializado. Los otros fueron llegando al círculo ceremonial, en silencio. El espiral se estaba devolviendo, pasamos de nuevo el umbral, hacia adentro regresando, volviendo a la vida. Las
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unicidad de su experiencia, y un diente de alce como insignia de pertenencia; éramos los nuevos iniciados al Elk Tooth Lodge. Volví limpio, nuevo, lleno de amor por la vida, a una etapa fresca de la vida interior.
morfogenéticos, también tuvo una revelación similar en su propio proceso de terapia holística. Por supuesto, nuestras voluntades se volcaron un esfuerzo conjunto hacia la materialización de este propósito común en el curso de los siguientes meses.
La imagen que recoge mi propósito vital, develado por el ayuno La Palabra sagrada representada por prolongado en la exploración de las estas dos revelaciones simultáneas, en Misteriosa profundidades del alma es el sueño las profundidades de dos almas sincronicidad que encarnado de construir nuestro gemelas, “amaneció”46 al cabo de un sólo podemos Taller Airekú, donde podríamos año y medio, pasó de ser un mundo comprender como enactuar la sabiduría ecológica que imaginado o sueño compartido, a emerge del corazón y que convertirse en el lugar para desplegar un fenómeno de queremos sembrar, cultivar y nuestra aprendencia. Al poco tiempo no-localidad. compartir como contribución al de comenzar el proceso doctoral, cuidado de la vida en todas sus iniciamos la construcción del Taller, y formas. Al volver encuentro que Mariavé, en una con él la exploración sistemática de nuestras misteriosa sincronicidad que sólo podemos chifladuras. comprender como un fenómeno de no-localidad emparentado con otros de la física cuántica, En medio del impulso hacia la trascendencia, que manifestándose en nuestros campos recibimos de Castaneda (2000) en su llamado a En el lenguajeo metafórico del discurso ritual en los mambeaderos del pueblo indígena Uitoto, la Palabra que emerge en la noche se hace amanecer al día siguiente, por medio del trabajo individual o colectivo. Kazíyadu es el
término endógeno para nombrar el “nuevo amanecer”, la nueva “realidad” emergente, creada por la Palabra que luego se materializa en los frutos del trabajo: amor, comida, abundancia, alegría, bien-vivir.
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explorar el “lado activo del infinito”, Don Juan nos revela que los chamanes del México antiguo habían concebido la experiencia vivida ”colección de sucesos memorables”- como una auténtica estratagema para remover reservas de energía que existen dentro del ser. Formamos parte de trayectos complejos. En otras sintaxis, nada comienza y nada termina; por tanto, el nacimiento, la maduración y la muerte no son sucesos claros y definidos, “sino tipos específicos de intensidad”.
curaciones en una nueva configuración espaciotemporal para la expresión diversa de nuestra vitalidad y la exploración apasionada de nuestra aprendencia.
Interpretación como narrativa aprendiente: mirar con nuevos ojos Esta parte del texto presenta la reflexión de segundo orden que el observador construye al volver sobre la experiencia narrada, buscando interrogarla con una serie de preguntas y categorías que corresponden a los distintos niveles de expansión de la conciencia en la matriz heurística.
Esto es un poco lo que ha sucedido en sincronicidad de nuestras revelaciones y enacciones: cada uno en su mundo interior y en su proceso de sanación holística, se conecta con el propósito vital de reactivar el oficio de la cerámica, para sí mismo, para la comunidad de la vida, para la sostenibilidad planetaria. Convergen de modo sincrónico y complejo elementos diversos que se mueven caóticamente y por el arte del amor generan una nueva dinámica caórdica y sinérgica, enlazando nuestras
Aunque de modo simplificado se ve lineal y fragmentada, en su versión más rica y compleja esta matriz tiene la forma de un cristal cuyas múltiples facetas son cortes hexagonales, con lo cual se facilita un abordaje fiel a la complejidad de la vida, sus configuraciones, percepciones y narraciones.
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NIVEL SENSACIÓN
RIZOMAS DE CONCEPTOS
IMPLICACIÓN BIOPEDAGÓGICA
Ternura / placer / amor
Corporeidad viva, vivencia, incorporación
Vórtice / fractal / holograma
Imaginación, creatividad, identidad
Emergencia / autopoiesis
Resonancia, morfogénesis, mente encarnada
Cuidado / curación / holismo
Sinergia, sincronicidad, simbiosis
DECISIÓN
Surrender / apertura
Reflexión, observación, diálogo
ACCIÓN
Aprendencia / enacción
Rizoma, transformación, nueva experiencia
IMAGEN CONCEPTO JUICIO
Ante un punto crucial o de bifurcación, opto por tomar una decisión desde el ámbito de la intuición (“con las tripas”), siguiendo la dirección que indican los sentidos. Pulsa la necesidad vital de un ritual de curación profunda. Cumple un rol importante el diálogo hermanable que incluye escucha activa, capacidad de sentir al otro holísticamente, comprender el sentido de la vida para otra persona. La apertura –en el sentido de surrender- genera espacio para que los obstáculos
se resuelvan sinérgicamente y emerjan sincronicidades que vienen preñadas de nuevos sentidos. Los textos pueden traer sabiduría que ilumina el camino y facilita el discernimiento. También se alumbra la complejidad, la incertidumbre, la búsqueda que al ser reconocidas develan esos nuevos sentidos, que duermen implícitos en metáforas por descubrir. El simbolismo ayuda a explorar el territorio de la aventura y aprender a
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ver lo invisible, a leer los patrones ocultos de la naturaleza, a percibir los seres como haces de luz, hologramas, energía fluctuante. De la nada, se abre un campo inimaginado para la búsqueda de visión, la conexión vital y la transformación profunda.
envuelve todo el futuro que aún no existe y que pulsa por desenvolverse.
La convivencia en el diálogo –encuentro sinérgico de voces, pensamientos, silencios, gestos y simples presencias- juega un papel crucial en la emergencia del pensamiento Ritualizar el proceso de aprendizaje colectivo y la aprendencia grupal. protege al ser aprendiente, pues Fundamos un círculo sagrado que Ritualizar el proceso ayuda a mantener articuladas las alberga la introspección (diálogo de aprendizaje partes del sistema. En un atado de de cada uno consigo mismo) y la protege al ser tabaco e incienso está contenido el convivialidad (diálogo entre aprendiente, pues universo entero, el mundo con sus aprendientes), que según Bohm47 es ayuda a mantener elementos y espíritus, los seis puntos “el modo colectivo de abrirnos a articuladas las cardinales. El instrumento ritual para todos los juicios y a todas las partes del sistema. proteger el cuerpo-mente y el creencias”. La salvia purifica el espacio-tiempo (unidad de entorno para el diálogo sagrado organismo y entorno) durante la que las máscaras blancas reodisea es un fractal del mundo, un tropo presentan y las cuentas de vidrio recogen, holográfico. Fabricarlo no es mera actividad resignifican, hacen resonar como sintetizando la procedimental, es también emergencia poética y voz del grupo, el pensamiento colectivo. Bohm enacción: en la cuerda con telas de colores y está vivo entre nosotros, manifestando su poder en sustancias de poder mágico se resume, se lo que estamos vivenciando como pequeña comunidad de aprendientes.
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Bohm (1996: 81).
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Esta experiencia viva es evidencia de la efectiva expansión de la idea de autopoiesis más allá del ámbito estrictamente biológico de la autorreferencia celular, y su extrapolación creativa hacia los procesos humanos, cognitivos y sociales. Las metáforas vivas toman vuelo y su dinámica propia crea realidades emergentes – configuraciones de percepción- tales como una identidad colectiva que se autoorganiza para la convivencia y la sanación de cada uno y de todos en lo más profundo: en las fibras internas de las células y los tejidos del alma. La historia de esta experiencia es la metonimia de una curación rizomática, que surge del fondo de la tierra como brotes vegetales que germinan interconectados para producir nuevas vidas bajo el sol.
mundo espiritual que invocamos. Todo lo que allí sucede es una nueva manifestación de la ternura que recuperamos como esencia de la humanidad; hacemos regenerar la alegría y la paz en el trato entre los seres que compartimos y coinspiramos esta experiencia. Los espíritus convocados acuden, celebran, ayudan. El círculo sagrado, espacio de reflexión y diálogo ritual donde se auto-organiza la experiencia grupal del vision quest, constituye una estructura emergente, recurrente y recursiva, fractal de la naturaleza, símbolo del pensamiento holístico, resguardo para la ética del cuidado, la ternura y el placer de estar vivos. Es un espacio de poder de la conciencia colectiva en este sistema pedagógico-ritual alternativo.
La noche de sudor y fuego, canto y purificación con los indígenas es otro punto crucial, donde la emergencia autopoiética de un nuevo orden –a nivel individual y colectivo- se resuelve en una ceremonia de la corporeidad viva. Desintoxicación radical bajo el cuidado de los sabios, metonimia de las piedras ardientes que entran con su poesía a la tienda circular y nos llevan al borde extremo. Cada piedra, fractal del
Avanza paulatinamente nuestra entrada al bosque, a la profundidad, a la oscuridad del territorio del alma. El ayuno y la poesía preparan la unidad corporeidad-mente para la vivencia y la experiencia y la aprendencia. Recorro el territorio como recorriendo mi vida, mi entorno. Me abandono al mundo y dejo operar la enacción: el sitio que será mío me encuentra, me escoge, me acoge. El agua con sus mensajes de
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simbiogénesis48 se convierte en el elemento esencial que garantiza la continuidad de la vida durante la odisea del ayuno y el silencio y la soledad. Toda la curación holística del ser vivo descansa sobre el poder del agua para limpiar y mantener y regenerar la vida.
toda la complejidad del ser vivo. Ceremonialmente inicia una nueva experiencia, en un proceso metafórico (y por lo tanto profundamente vívido) de metamorfosis personal. Limpia la mirada para ver el mundo y sus imágenes tal como son en el lado activo del universo: energía que fluye según patrones Pero para que esto emerja y tome profundos y subyacentes. Libera la forma, para que la morfogénesis de voz para gozar el canto del alma. Para que la este nuevo conocimiento encarnado Quiebra el corazón para sentir de morfogénesis de pueda convertirse en experiencia veras. Y acaricia los pies para este nuevo vivida, hay que morir. Muerte y vida, caminar por la senda de la vida y muerte: unidad sistémica conocimiento integridad. En cuatro versos se indisoluble. Tanto como la unidad encarnado pueda resume el espiral completo de la entre organismo y entorno, mente y convertirse en morfogénesis del conocimiento, ecología cognitiva, proceso vital y experiencia vivida, que de esta forma representa una proceso cognitivo, experiencia y hay que morir. ampliación de la conciencia: pedagogía. Acoger la muerte del vórtice vital-cognitivo que pasa por que soy permite cruzar el umbral, la sensación, la imagen, la razón, el pasar a vivir en el limbo de la odisea, en la nada juicio ético, la decisión y la acción que conecta del ayuno, en el espacio-tiempo de la soledad y la nuevas sensaciones. autonomía. Construyo un altar para celebrar el ayuno y el El poema del carbón en el umbral nos empuja a descenso, para protegerme en el espacio donde un renacimiento fantástico y matricial que alberga enactúo la decisión de soltar las ataduras, 48
Emoto (2006).
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surrender, para hacer emerger una nueva configuración de percepciones, que es el encuentro con mi propia alma. Esta experiencia está atravesada por una sensibilidad aguzada por la presencia de los seres vivos y espirituales en el lugar, por los elementos naturales, por la fuerza vital del ecosistema. También aquí –en la textura de mi experiencia subjetiva de identificación profunda, de mi vivencia de “pensar como esta montaña” de la cual entro a formar parte- es evidente la pertinencia de una extrapolación de la idea de autopoiesis, del plano estrictamente celular al plano más amplio y complejo de las relaciones ecológicas ecosistémicas.
crítico de reflexión en torno a quién soy, cómo soy y qué pasa en las relaciones organismo/entorno. La supervivencia apoyada por el agua me lleva al otro lado, a re-emerger tras el dolor del más bajo fondo y saborear la “propio-cepción”49 de esa muerte metafórica-metonímica, que de pronto desata un proceso maravilloso de resonancia mórfica, autopoiesis en el espíritu. El regreso al campamento con la visión del Taller Airekú en el corazón es una nueva reivindicación de la ternura, el placer, la celebración de estar vivo y aprendiendo, que son inseparables dimensiones de lo mismo. Una renovación de la vida, la emergencia de un nuevo conocimiento, el aprendizaje de otras maneras individuales y colectivas de ser, saber y hacer. Aprendencia ligada al encuentro con la posibilidad de morir para volver a vivir, a compartir esta andadura vitalcognitiva con otros/otras, a hacer emerger la vida en toda su sacralidad.
Lo que sigue es corporeidad viva y aprendencia en/por/con/para/desde ella. Aprendo a escuchar la voz de mi cuerpo, escuchando la voz de mi cuerpo aprendo a interpretarme. La identificación con la naturaleza profundizada al extremo –dentro y fuera se tornan dimensiones unificadas- conduce al más profundo cuestionamiento. Momento Concepto heredado de David Bohm, entendido como la capacidad del organismo para tener autoconciencia de su propio movimiento, las partes del cuerpo y los esfuerzos implicados. Bohm le dio un giro a este concepto, complejizándolo con su visión de la totalidad de los factores
que informan la actividad humana, no sólo fisiológica sino mental. Podemos entonces entender que en esta andadura convergen distintos ámbitos de la propiocepción: la corporeidad indisoluble de la mente y espiritualidad; lo individual, lo social y lo cósmico.
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Imagen 22 Fractalidad
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Educación para la sostenibilidad de la vida: cuidado y convivencialidad
exploración del ser interior y el cultivo de nuevas maneras de vivir y aprender juntos. Estamos ante un despertar como el que propuso Illich; en este caso, con la connotación que nos hace recordar la noción de Kazíyadu, el nuevo amanecer metaforizado por los sabedores Uitoto del Amazonas para significar la puesta en práctica del discurso ritual, la materialización del pensamiento, la conversión de la palabra en trabajo y alimento, en crecimiento y maduración, en producción de abundancia para el buen vivir.
La biología del amor se manifiesta no sólo en nuestra relación de pareja y en la vida familiar que ella genera, sino en las implicaciones sociales que tienen nuestro emocionar, razonar, lenguajear y actuar al abordar críticamente nuestra herencia cultural antropocéntrica, patriarcal y excluyente, con la convicción de vivir para crear otros mundos. El Taller Airekú viene a ser la enacción de un proyecto soñado durante varios años: embarcarnos en la aventura de tejer nuevas redes conversacionales, signadas por el respeto a la diversidad, tendientes hacia hacer emerger diversas encarnaciones de un paradigma de alternatividad al desarrollo50.
Vislumbramos, en el cruce de la biología del amor y las redes conversacionales, una confluencia del pensamiento de Maturana, Bohm y Freire, pues para los tres la dialogicidad (postura epistemológica acuñada por el último) es de algún modo esencia del sentido de lo humano, de todo proceso de conocimiento, de una praxis (relación dialéctica entre acción y reflexión) orientada a transformar el mundo, de una educación liberadora que permita la
Pulsa ahí, en nuestro nicho de creatividad y aprendencia, un “nuevo amanecer” del pensamiento y la palabra, un campo para la Alternatividad que se extiende a los fenómenos socioculturales y ambientales generados, incluyendo la obsesión de la modernidad occidental con el crecimiento, el progreso y el desarrollo, los cuales por su poder erosionador y destructivo, demandan nuestras mediaciones para encarar
sus trampas e ilusiones, con la esperanza de contrarrestar el poder de sus aparatos hegemónicos de educación, salud, producción y gobierno.
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autorrealización de todos los seres en espacios de convivencia y respeto mutuo. Sólo el respeto por la voz del otro permite la construcción consensuada de nuevos conocimientos y modos de vida, donde “gracias a la relación dialógica, los sujetos reconocen sus visiones y conceptos como relativos (no absolutos), y hacen conciencia de su participación en un mundo diverso”51. La diversidad es el campo donde se encarna la convivencia; allí el “encuentro dialógico es un permanente intercambio comunicativo equitativo y respetuoso” de opiniones y conocimientos.
narraciones, los cantos y las conjuraciones de la tradición oral. Quien pregunta se adentra en el conocimiento. Quien guarda dieta y aguanta sueño puede aprender. Nuestro Taller Airekú se erige hoy como un mambeadero postmoderno, donde comenzamos a hacer el trabajo de cuidarnos y cuidar a otros, de aprender a cuidar la vida: un espacio para lenguajear, madurar el pensamiento y hacer amanecer la palabra. Siguiendo el planteamiento de Nel Noddings (1984) sobre la ética del cuidado en la educación, nuestra chifladura propone un realineamiento pedagógico de las instituciones educativas –sus conceptos y sus prácticas- con miras a promover “no sólo el entrenamiento de la racionalidad y la inteligencia, sino también el enriquecimiento de la sensibilidad” con capacidades para sentir, pensar, decidir y actuar desde la responsabilidad personal frente a la integridad del ser, tanto de uno mismo (self) como del otro, y no sólo del otro humano sino también del otro ser vivo, también igualmente legítimo.
Esta idea de dialogicidad como concepto transversal tiene un correlato en el mundo indígena amazónico, donde el diálogo ritualizado en los mambeaderos, cada noche en el centro de cada maloca, constituye una estrategia cultural de relacionalidad, convivencia, aprendencia, curación, creación y re-creación del mundo. Con la mediación de las plantas sagradas del tabaco y la coca compartidas, el pensamiento se enfría y la palabra se endulza para reactivar su conexión con el origen mítico de todas las cosas. El conocimiento ancestral fluye y se actualiza en las 51
Freire (2005).
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Maturana se refiere tácitamente al cuidado equidad entre géneros y generaciones. Tanto cuando propone que “la tarea de la educación Noddings como Maturana podrían encontrarse al es crear un espacio relacional en el que [los] niños abordar las necesidades de los procesos actuales crecen ahora, en el presente, como seres de formación y transformación de las ciudadanías, humanos responsables ecológica y con especial atención a crear socialmente que se respetan a sí nuevas y plurales “realidades donde Transformar pautas mismos (…) capaces de reflexionar las relaciones entre hombres y socioculturales a sobre cualquier cosa, y de hacer mujeres sean más igualitarias”, cualquier cosa que hagan como un donde se pueda superar el dominio favor de la ética del acto consciente socialmente patriarcal para pasar a vivenciar cuidado y de una 52 responsable” . Advertimos un relaciones de solidaridad y formación interesante cruce de las vertientes de cooperación como una expresión caracterizada por la pensamiento de Maturana y de de lo social como un atributo propio ternura, la justicia y Noddings acerca del de la biología humana. Hay en estos la equidad. reconocimiento de la legitimidad del planteamientos una atención otro como un fundamento ético y deliberada al papel del cuidado y pedagógico. afecto como principios de organización social, que por lo tanto informan Esta postura señala la urgente necesidad de todo proceso educativo. transformar pautas socioculturales –en los espacios públicos y privados de la educación- a favor de la Surge también, en el trabajo más reciente de ética del cuidado y de una formación Noddings, la felicidad como “fin último”53 de la caracterizada por la ternura, la justicia y la vida y por tanto, también de la educación. La 52
Maturana (2002: 59).
Ella alude al concepto de “ultimate concern” propuesto por Paul Tillich para denotar “un sentido que le da sentido a todos los demás sentidos” (Noddings, 2004: 17). 53
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felicidad adquiere, bajo esta perspectiva, un Parece que ésta es una premisa esencial de toda estatuto espiritual que sintetiza la razón y el sentido relacionalidad pedagógica si pretendemos poner estar vivos. Esta idea que resuena con los en juego mediaciones para aprender en el conceptos de autoformación y autorrealización respeto a la vida en todas sus formas y en el que son el punto de partida para ejercicio de la libertad. Nos acercamos los procesos de relacionalidad y a la idea de la convivencialidad como dialogicidad que importan a una un tropo donde convergen las El cuidado de la apuesta de mediación experiencias relatadas de dialogicidad vida toda implica un pedagógica. Así, ampliamos el y relacionalidad. reto mayor: sentido de “felicidad” como El concepto de convivialidad o promover el bienconjunción de fin y proceso, pues convivencialidad, propuesto vivir de todos los no se trata de perseguir originalmente por Ivan Illich (1971; 1973) linealmente la felicidad para seres y sistemas está íntimamente ligado a la formación cumplir funciones instrumentales, vivos. de una conciencia planetaria, donde la sino de vivir la aprendencia en el educación facilita la “integración de la horizonte trascendente donde no persona a la colectividad” y el basta la plenitud individual pues el empoderamiento individual y social para utilizar cuidado del otro, el cuidado de la vida toda herramientas en función de la autorrealización y el implica un reto mayor: promover el bien-vivir de bien-vivir de todos. Para Illich, el análisis todos los seres y sistemas vivos. multidimensional de los límites al crecimiento Soportando la postura ética que privilegia el industrial busca mostrar vías prácticas cuidado, el afecto, el amor, se encuentra una “red (herramientas) para la construcción de una de nexos y relaciones entre todo lo que existe [y sociedad convivencial, es decir “aquella en que la 54 que] es la fuerza que da vida a lo existente” . tecnología moderna está al servicio de las 54
Blacutt Mendoza, Mario (2013).
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personas, (…) en la que el hombre controla la herramienta”, y no al contrario, como sucede en los procesos culturales hegemónicos. La autorrealización plena de los humanos como “seres pensantes y sensibles” es la finalidad de este “nuevo despertar” a una sociedad convivencial.
acceso a la información que necesitan, para desarrollar su poder personal / colectivo y “su propia formación”.
Tal revolución cultural que pasa por la educación requiere una postura epistemológica de recuperación del sentido de la ciencia: “descubrir un principio de diferenciación pero también de La convivialidad relacionalidad, suficientemente como proyecto lúcido para justificar y purificar el conocimiento científico, filosófico y social utópico tiene de todo tipo, tanto discursivo como serias implicaciones intuitivo, al aceptar su pedagógicas. 56 interdependencia” .
El planteamiento de la convivialidad como proyecto social utópico tiene serias implicaciones pedagógicas. Como alternativa a la escuela convencional y su funcionalidad como cárcel-máquina que reproduce las estructuras de inequidad social y destrucción de la naturaleza, Illich propone no sólo desescolarizar radicalmente la vida social, sino instaurar “redes de enseñanza”55 donde la personas de todas las edades dan y obtienen
El llamado a una transformación radical de la educación y de todas las instituciones que nos gobiernan busca la creación de sociedades “austeras”, en las cuales las personas “encuentran su alegría y su equilibrio
“Redes de aprendencia”, diríamos hoy nosotros en concordancia la depuración de nuestro lenguajeo rizomático. De igual modo, en la lectura de Freire, Illich, Gutiérrez y otros maestros que produjeron buena parte de sus ideas y textos seminales en la segunda mitad del Siglo XX, y de los cuales seguimos derivando fuerza e inspiración, hacemos una operación lingüística –tanto mental como
práctica- de suspensión para adecuar algunos términos que resultan cargados de antropocentrismo y dominio patriarcal, de manera que renovamos su potencia para el cambio paradigmático y su validez en la construcción de una visión holística, ecocéntrica, descentrada para poder abrazar la complejidad del universo. 56 Illich (1970), pág. 172.
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en el empleo preferencial de herramientas convivenciales”, las cuales se fundamentan en la amistad y la alegría. Este proceso revolucionario implica optar por cambios culturales, políticos y económicos en clave de solidaridad, tales como instituir procedimientos de “autolimitación” de la producción y el consumo. Así, la austeridad aparece como fundamento de la convivialidad, una nueva forma de articular “la milenaria tríada del hombre, la tecnología y la sociedad”.
capaz de mantener en constante diálogo los componentes inseparables de pensamiento y praxis, reflexión y acción, identidad y alteridad, emoción y razón. En breve, la “educación como proceso de transformación en la convivencia”57 requiere hoy, cada vez más ante la degradación de la vida humana y su impacto destructivo sobre los sistemas vivos en el Planeta Tierra, una ecopedagogía inspirada por el valor intrínseco de la vida en todas sus formas y orientada por una ética del cuidado que otorgue importancia al papel de las emociones y el afecto para expresar el compromiso profundo con el bien común y diversas prácticas de libertad.
La educación alternativa que necesitamos para movilizar una nueva ciudadanía planetaria requiere un sólido soporte teórico y metodológico
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Maturana (2003), pág. 10.
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Reflexiones sobre cognición estética y mediación pedagógica
Sincronicidad en la maduración de la chifladura Los ejercicios reflexivos, narrativos y hermenéuticos que he desplegado en el proceso doctoral me han traído hasta este punto de integración: de un lado, los componentes que giraban caóticamente en torno a un núcleo borroso comenzaron a sincronizarse y explicitar su interrelación; de este modo el título de la chifladura se aclaró, formando una red categorial que parte de la narratividad, pasa por la emergencia de un método ligado a la aprendencia y llega al puerto temático de las experiencias de ecología profunda, las cuales son, a la vez, objeto y sujeto de la narración. Narrándose y observándose a sí mismas, las experiencias son capaces de comprenderse y de transformar al ser aprendiente que las vive, las narra e interpreta para comprenderlas.
Las diversas fibras que hacen los hilos de mi tejido narrativo se equiparan con los colores de la acuarela que se funden en matices y formas emergentes, con los elementos que moldeo y luego se cristalizan en la alquimia del horno para producir la estética a la vez intencionada e incierta de mis “tiestos”58. Hilos, colores, elementos son sensaciones, emociones, lenguajes, conceptos, valoraciones, decisiones y acciones referidas a múltiples instancias de mi aprendencia59: experiencia vital y proceso de aprender en / sobre la vida. Las metáforas del tejido, la pintura y la alfarería se encuentran, entrecruzan y abrazan en esta chifladura.
De otro lado, se aclaró que el flujo narrativo e interpretativo (por tanto, también los procesos de la conciencia y del conocimiento) necesita(n) Esta palabra del español hablado por campesinos e indígenas en distintas regiones de Colombia designa, se manera coloquial y cariñosa, a los objetos de cerámica
utilitaria que hacen parte de la cultura material y del mundo simbólico. 59 Podríamos decir “bioaprendencia”, pero preferimos evitar la redundancia y dejar la implícita la pulsación vital.
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incluir las muy diversas experiencias que se pedagógica de la cerámica, donde confluyen presentan como significativas, aunque parezcan múltiples dimensiones de la vida y prácticamente dispersas por aludir a diversos temas y provenir de todas las facetas de mi chifladura. La cual es no diferentes momentos de mi vida. Vida que por sólo mía, sino compartida con Mariavé, mi amor supuesto incluye lo que tengo consciente o encantado, alma gemela y cómplice en la inconscientemente implicado del andadura de esta vida que sistema familiar extenso, de mis celebramos. Así, al embarcarnos ancestros y sus propias juntos en este viaje doctoral, nos La mediación experiencias. Como hemos visto, encontramos una vez más ante la pedagógica de la la chifladura identifica algunos aventura de abordar nuestras cerámica, donde hilos temáticos y experienciales chifladuras particulares. Esta vez, confluyen múltiples que constituyen referentes clave, nos nutre el bagaje de los textos dimensiones de la por el simple hecho de presentarse maestros del “nuevo paradigma” y vida y prácticamente recurrente y recursivamente con el lenguajeo generador de rizomas; todas las facetas de una carga de significancia en el encuentro sincrónico de nuestra mi chifladura. alguna de las fases: la ensoñación, pareja de chifladuras se la escritura e interpretación de desenvuelve en medio de una relatos, la creación artística de conversación micro-rizomática que objetos o mediaciones para facilitar el lenguajeo, se agudiza en el campo del Taller de Cerámica así como la reflexión y la conversación que Airekú, el cual constituye un espacio-tiempo para subyacen a todo este proceso. la regeneración de nuestra vida amorosa, donde germinan semillas de aprendencia colectiva. En medio del trabajo de escritura, cobra especial relevancia –no sólo como fibra narrativa y recurso Esta chifladura bebe del pozo profundo que vive metodológico, sino como campo fértil para la en la quietud del fondo de la fuente de mi expresión y expansión del ser- la mediación espiritualidad imbricada en mi corporeidad, es
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decir mi universo. Siempre conectada con la vida mediante la respiración, a veces enriquecida por destellos de conciencia más o menos elevada, y de vez en cuando embellecida por insights, la chifladura es enacción: emerge, brilla, salta al primer plano, se deja amasar y moldear, va tomando forma, guardando memoria de los movimientos, configurándose. Tejiendo partículas que son a la vez ondas, incorpora distintos elementos que emergen a lo largo de mi experiencia vital y especialmente aquellos que resuenan con la pregunta inmanente por el crecimiento interior, la conexión profunda con la naturaleza en todas sus expresiones y la transformación que enlaza lo particular y lo común60 en lo social.
el reencuentro con la cerámica como oficio que une las partes escindidas de la mente, como nueva fuente de metáforas y resignificaciones, como mediación para la integración de los diversos materiales y voces que componen esta chifladura, que busca expresarse, narrarse, interpretarse, comprenderse, sanarse.
Esta andadura convivencial, a la vez particular / común, académica y espiritual, está marcada por
Esta dupla de conceptos, capturados del lenguajeo compartido por Denise Najmanovich (2008), nos ayuda a
trascender el dualismo limitante de lo individual y lo colectivo.
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Imagen 23 Emergencia del Churo Cรณsmico
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Antes del encuentro rizomático en nuestro Taller me sentía fragmentado; los conceptos parecían aislados, no lograban salir del plano intelectual, ni fluir holísticamente. Pero amasar el barro, intencionalmente sin pensar -o mejor, sentipensando holísticamente- resultó ser una mediación mágica que destrabó mi creatividad y arrojó como resultado el símbolo de la doble espiral, el cual emergió intuitivamente, a la vez simple y complejo, tallado sobre un mosaico de cinco pequeñas placas rectangulares que a su vez forman un rectángulo mayor.
símbolo se erige como fuerza mediadora para enlazar los núcleos dispersos de mi chifladura en una dinámica auto-organizativa que los potencia. En este mosaico se cristaliza la integración buscada, pasando por la mediación del barro. La arcilla en mis manos se puso al servicio de un símbolo que venía pulsando, buscando expresarse, queriendo encontrar un holograma para afirmarse como metáfora capaz de simbolizar la chifladura con su movimiento incierto y dinámico, así como de acoger el universo de aristas que la chifladura puede considerar en su camino: toda una diversidad de experiencias que germinan como fractales en este sustrato; el hipertexto vital poblado de múltiples relatos e interpretaciones; el caleidoscopio cambiante, y por ello inconmensurable, que tiende a parir nuevas visiones, nuevos significados, nuevos mundos.
En retrospectiva, es notoria la ubicuidad de este símbolo a lo largo de la chifladura, pues comenzó a emerger desde las primeras mediaciones, en las acuarelas y los relatos que buscaban penetrar el sentido de los fundamentos científicos del cambio paradigmático, así como los conceptos del pensamiento holístico y complejo. Ahora el mismo
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Imagen 24 Churo Cósmico emergente
akásico de mi experiencia y, por tanto, sigue principios de no-localidad y de temporalidad nolineal. Intento articular la cognición estética, la virtualidad y la mediación pedagógica con lo que va emergiendo en el campo mórfico de mi chifladura.
Churo cósmico: simbología emergente de la doble espiral Mi texto recoge de modo fractal todo lo vivido, en un relato que ilustra cómo la dinámica de emergencia del método está ligada al campo
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Adquiere un sentido poderoso la sincronicidad Aquí surgió espontáneamente, con toda su fuerza que se ha manifestado entre las chifladuras intrínseca, la doble espiral como una expresión doctorales de Nicolás y Mariavé y la construcción gráfica, simbólica y poética de la sincronicidad. Mi de nuestro nuevo Taller Airekú, donde trabajo personal capturó la aparición sincrónica comenzamos a vivir el proceso de enacción que de dos células que tienden a encontrarse y da a luz, que hace amanecer, que materializa el encarnan el movimiento autopoiético de almas sueño de generar un espacio gemelas que se trenzan propicio para el trabajo terapéutico amorosamente y devienen pareja. La doble espiral es el Aquí surgió con toda la fuerza la con la tierra y con la arcilla. camino del diálogo doble espiral como una expresión La doble espiral se ha vuelto para mí gráfica de sincronicidad, nouna imagen recurrente: la veo empático entre seres que se localidad, interconectividad, y emerger en la cotidianidad de la diversos claro, de la emergencia misma. cocina, que me encanta y me sana; reconocen como en los sueños, que me conectan con legítimos-otros, de la Hoy en día, en el campo akásico los arquetipos y fenómenos del interacción respetuosa que representa la doble espiral, mundo interior; en las lecturas que echan raíz asuntos centrales de mi entre seres vivos y con me inspiran, elevan y hacen viajar a chifladura: me refiero a aquellos los ecosistemas que otros mundos; en el amor, que es el temas que requieren metáforas habitan. sentido de vivir. para hablar de su complejidad, como son las fases de la experiencia Ya había aparecido antes esta figura de ecología profunda; los procesos en mi chifladura: de hecho, fue la imagen que de autopoiesis y enacción en los cuales se emergió para mí en la primera mediación que produce un método emergente; los indicadores creamos grupalmente en el Rizoma CDT, cuando cualitativos del diálogo generador de aprendizaje optamos por entrar en los conceptos de holismo y personal, interpersonal y colectivo. complejidad a través de la pintura y la poesía.
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La doble espiral es un símbolo del mambeadero que ya no solamente está localizado en el centro de las malocas amazónicas, sino también descentrado en cualquier aquí / ahora: es el camino de la conversación intersubjetiva e intercultural, del diálogo empático entre seres diversos que se reconocen como legítimos-otros, de la interacción respetuosa entre seres vivos y con los ecosistemas que habitan.
camino de la vida, la continuidad del proceso de vivir, más allá de los ciclos y los cambios naturales. La vida no se acaba cuando morimos en el presente (moi): pasamos a kansho, donde inicia otra vida; vuelve a comenzar el ciclo de hijos, padres, los abuelos que vienen atrás. En el centro de las espirales están, de un lado, el amor y del otro, el fogón. En el transcurrir de la doble espiral hay momentos de felicidad, pero también se tropieza; el tropezón es parte del pensamiento y del sentimiento.
Recapitulando, recordé que la doble espiral es un símbolo presente en muchas culturas indígenas ancestrales. Quizás la primera vez que lo observé fue en los petroglifos de Araracuara, los cuales exploré maravillado al caminar por las rocas negras y brillantes del río Caquetá. Lo veo con frecuencia en los diseños tejidos de las mochilas Arhuacas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Para mí, la doble espiral contiene esta comprensión de la integralidad de la vida y la muerte, también simboliza la interconexión de todas las cosas. La doble espiral es una imagen del camino de la conversación intersubjetiva e intercultural, y por ello comprende el valor del relato como espejo de la experiencia y el poder de la metáfora viva como fuente de nuevos sentidos.
Para el pueblo Misak de las montañas de Guambía en el Cauca, esta figura ocupa un lugar privilegiado en su cosmovisión: ella simboliza el
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Imagen 25 Taller de ciudadanĂa intercultrual Misak, Guambia 2006
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4. Mediar / compartir mi aprendencia: Emergencia y enacción de la Chifladura Este texto final busca recapitular el proceso de la chifladura, recogiendo sus momentos y aprendizajes más importantes para la comprensión del método emergente que está en juego, como un asunto vital para el crecimiento personal y transformativo de las personas implicadas, concretamente la pareja Nicolás – Mariavé, su núcleo familiar, su red de amistades y su ecosistema próximo.
método pertinente para comprender mi propia experiencia de relacionamiento con la naturaleza y transformación personal. Me refiero a mi comprensión de la ecología profunda como un movimiento integral de la conciencia que pasa por fases interrelacionadas de identificación profunda, cuestionamiento profundo y transformación profunda, donde el ser logra aclarar su propia unidad cuerpo-mente-espíritu, su pertenencia al universo y su disposición para hacer la vida sobre una premisa de coherencia éticaestética.
Comencé el doctorado con la exploración incipiente de mi chifladura alrededor de una tríada de conceptos, los cuales aparecieron como núcleos temáticos esenciales de mi vibración interior: ecología profunda, método emergente y aprendizaje colectivo. Estos tres núcleos conceptuales encarnan asuntos cruciales de mi vida y constituyen lo que me apasiona, me alimenta y necesito profundizar.
Los textos producidos a lo largo de este proceso, que hoy siguen vigentes tras sendos ajustes, han sido referentes para desenvolver la chifladura y enriquecerla junto con el estudio de múltiples lecturas durante el ciclo inicial de fundamentación epistemológica, explorando el pensamiento complejo y holístico que sustenta el nuevo paradigma; pasando por el ciclo de pedagogía
En este contexto, desde el inicio del proceso doctoral planteé la intención de hacer emerger un
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del aprendizaje, enfocado en biopedagogía, bioaprendizaje y mediación pedagógica; y terminando con el tercer ciclo, el cual permitió abordajes temáticos específicos y el ejercicio de crear colectivamente una estrategia pedagógica y diversas aplicaciones con los rizomas componentes de nuestro holón más inmediato, el de la onceava cohorte colombiana.
enactuar la aventura de nuestros sentipensamientos en torno a la emergencia de alternativas de educación holística, es decir, para liberar fuerzas transformadoras y ayudarnos a crear condiciones de buen vivir, inseparables de la diversidad y la sostenibilidad, para la comunidad planetaria de seres vivos.
La intención de este emprendimiento ha sido Tanto en el rizoma como en el poder develar, honrando la holón tuvimos la suerte de poner en complejidad y el valor intrínseco de juego nuestra apuesta por la la vida, las conexiones potenciales Vivo una experiencia sistematización narrativa con entre distintos niveles de la sensorial de asombro elementos de geometría sagrada conciencia, desde la experiencia y reverencia ante la como mediación para hacer sensorial de asombro y reverencia grandeza del mundo emerger la “estrategia ante la grandeza del mundo natural y el universo. pedagógica del panal”, con la natural y el universo61, pasando por cual buscamos promover la el ámbito de las imágenes, las aprendencia colectiva sobre palabras y las dimensiones temas específicos. ecológicas de la mente, hasta el mundo cultural de los valores que orientan nuestras decisiones y Estos ejercicios nos ayudaron a probar –y gozar acciones para trabajar por la tri-unidad (siempre plenamente- el uso lúdico de hexágonos, tanto relativa y situada) de verdad, bondad y belleza. físicos como virtuales- para profundizar nuestras reflexiones, complejizar nuestras propuestas y 61
Swimme (1998).
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Apuesta y sistematización narrativa: aprender reflexivamente para el buen vivir
metodológica, que permite ir observando la aprendencia, reconstruyendo el proceso mismo de la emergencia del método y así comprendiendo la mediación pedagógica vivenciada como aprendizaje de esta andadura doctoral.
Un punto de partida posible es el ejercicio autobiográfico, mediante el cual se produce un tejido narrativo, como clave metodológica para sistematizar (reconstruir e interpretar) la experiencia vivida y desentrañar el conocimiento implícito en ella. Así como la experiencia pide ser narrada, el relato pide ser interpretado. Entonces es previsible que el método emergente recurra a la formulación de preguntas generadoras, abiertas y auténticas, tanto para la producción de relatos como para la aventura hermenéutica que sigue. Aquí se despliegan el valor de la metáfora como instrumento generador de nuevo significado, y la potencia de otros instrumentos heurísticos emergentes como matrices prismáticas que entrelazan categorías, variables e indicadores cualitativos pertinentes62.
Vale decir que en todo momento el método va emergiendo y se van cristalizando sus ideas-fuerza, sus recursos, sus pautas; no obstante, siempre permanece abierto a tomar el rumbo que señala la fuerza local del contexto articulada con la situación particular y la dinámica del proceso de emergencia. La espiral narrativa e interpretativa hace tantas vueltas y bucles –incluso disgresiones o transgresiones- como sea necesario para relatar y explorar la experiencia en sus aspectos significativos, para dar respuesta o mayor hondura a las preguntas que orientan la indagación. Luego viene el reto de la depuración, con el fin de reducir los textos a su justa proporción y facilitar un cierre, es decir, hacer los caminos que permitan llevar a la clausura relativa de las interpretaciones y la captura del zumo que son los aprendizajes.
De otra parte, el tejido de relatos e interpretaciones mantiene una ventana alterna de segundo orden para la mirada meta62
Bermúdez y Rivera (2005).
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El diálogo rizomático: mediaciones para la aprendencia colectiva
aunque las instancias individual, interpersonal y grupal mantienen sus distinciones.
Más allá del ejercicio académico de compartir En el lenguajeo grupal sobre Corporeidad, lecturas, colectivizar pensamientos y hacer Diversidad y Trascendencia, la chifladura emerger algo nuevo entre todos, el grupo se encuentra una caja de resonancia que le ayuda descubre como un organismo vivo que aprende a a percibir otras visiones sobre los mismos textos, auto-organizarse y a gozar de su existencia, su conceptos, temas, y así a retroalimentar la propia cualidad, su incertidumbre y sus insights. Quizás en vivencia / comprensión. Como lo hemos ello reside la fuerza movilizadora del rizoma, lo manifestado y confirmado, cada chifladura está nuevo que buscamos engendrar… La naturaleza entrelazada con las temáticas que el del grupo se manifiesta grupo ha identificado como foco de espontáneamente, el rizoma vive y El método va su interés e identidad. Encuentro que se extiende, la intuición y la creación la tríada de conceptos que amarra imaginativa vuela. Aunque tarda un emergiendo y se van todo nuestro trabajo rizomático está poco la formación de su capacidad cristalizando sus íntima y holográficamente presente de síntesis y producción escrita, que ideas-fuerza, sus en la tríada de conceptos que parece un reto mayor, una mirada recursos, sus pautas. configura mi chifladura personal. Así retrospectiva da cuenta del avance mismo, con frecuencia paulatino en este sentido. lenguajeamos en el grupo desde El proceso de aprendizaje colectivo constituye nuestras particulares chifladuras, de modo que la uno de los ámbitos de la reflexión en cada retroalimentación es recíproca cuando se logra encuentro, cada tema, cada etapa; su compartir la actitud y la estructura cognitiva63, Gutiérrez (2010) planteó que “tanto el trabajo individual como el grupal han de ser chifladuras rizomáticas”, aunque
la producción grupal posee un segundo nivel complejidad pues es más que la suma de las partes.
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de
observación sistemática hace parte integral del trabajo grupal, y desde el comienzo nutre mi chifladura que se interesa por las dinámicas colectivas de la producción de conocimiento y del cambio de conciencia. En nuestro rizoma
emergente, esta aprendencia ha sido movilizada por la búsqueda de mediaciones para abordar “el nuevo paradigma” y su apropiación diversificada, contextualizada en las propias chifladuras y la cotidianidad de las personas del grupo.
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Bajo una mirada retrospectiva, podemos apreciar el proceso emergente del rizoma: se va configurando como un mosaico hologramático, donde interactúan de manera acausal, en una dinámica marcada por la sincronicidad, la resonancia morfogenética y la ternura (Peat, 2003; Sheldrake, 1994; Assmann, 2002), distintos aspectos del vivir aprendiendo: se acoplan recursivamente forma y contenido, texto y contexto, mediación y aprendizaje, sujeto observador/a y objeto observado/a, todas categorías cruzadas por el afecto como clave para la enacción de la ética del cuidado en la aprendencia. En un plano de tres o más dimensiones, esta figura se acerca a la metáfora de un prisma o cristal que permite percibir y senti-pensar la “realidad” de diversas maneras, en diversos órdenes y desde diversos ángulos, siempre con validez relativa y situada contextualmente, a través de distintas facetas y combinaciones de facetas. A través del arte intuitivo y el lenguajeo convivencial, aprendemos a valorar los aportes matizados por el sentido de la experiencia de cada participante; también aprendemos a reconocer la diversidad de visiones, pensamientos y lenguajes que van enlazando el aporte de cada persona al lenguaje total que promueve la construcción grupal. Rizoma CDT (2015: 91)
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Esta historia que pidió ser narrada viene pasando por el cedazo de la sistematización, facilitada por el diario intensivo con el método de Ira Progoff, enriquecido con la meditación guiada por los amigos jesuitas Alejandro Angulo y Jorge Julio Mejía. Así desarrollé la capacidad de entrar voluntariamente en estado de ensoñación y tomar nota de los diálogos que suceden en ese tiempoespacio no local y no lineal.
Meditación como camino de crecimiento interior El diálogo con la dimensión numinosa del ser y del cosmos, que es un ámbito fundamental del desenvolvimiento de mi identidad y por ende de mi chifladura, viene de muy atrás, de una historia personal de contacto con la divinidad que habita mi interior desde la infancia. He navegado en esta dimensión como el agua misma, dando múltiples giros y meandros, atravesando remansos y raudales, conociendo sequías y desbordamientos, sumando cuencas y re-naciendo a cada momento hasta el día de hoy. Todo esto ha sido materia del ejercicio autobiográfico, y es sustancia de la chifladura.
La exploración del Zen me llevó a practicar las enseñanzas del maestro zen Thich Nhat Hanh, incorporándolas en la vida cotidiana; transitar este camino ha sido una manera de hacer y rehacer mi historia personal en el momento presente, desde la simplicidad del aquí y ahora, donde se construye la paz en cada paso.
El río corre, fluye y crece El río corre, buscando el mar Pachamama quiéreme, tu hijo siempre seré Pachamama llévame, de vuelta al mar
Canto ancestral, tradición Aymara
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Imagen 26 El rĂo que soy: meandros, remansos y raudales de aprendencia
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Tal historia pasó también por el encuentro con la sistematización narrativa, que nos permitió extraer los aprendizajes de una experiencia de casi dos décadas de trabajo antropológico con comunidades, territorios y organizaciones indígenas en la selva amazónica.
Evidentemente, hablo en la primera persona del plural desde el momento en que mi camino vital se cruza con el de Mariavé y sucede una reconfiguración de nuestras vidas, con profundas implicaciones en todo orden. Más adelante, el trabajo en pedagogía sistémica abrió el “canasto tapado” de la relación con mis ancestros y me permitió aprender claves para abordarlos, comprenderlos, volver a amarlos y saldar asuntos pendientes. Allí encuentro un apoyo sustancial para la reafirmación de la propia identidad y la recuperación del equilibrio en el sistema familiar, tanto nuclear como extenso.
La perspectiva holística de los sistemas culturales indígenas, la relación social de convivencia entre los humanos y demás seres vivos del territorio, la mecánica cuántica del chamanismo y su aplicación al cuidado de la salud como equilibrio eco-social, la inconmensurable complejidad y diversidad de la vida silvestre y de los conocimientos ancestrales, la presencia vibrante de los rituales de curación en la cotidianidad y en los ciclos anuales, la cercanía de estos pueblos con los tiempos míticos del origen de todas las cosas y de la sociedad gilánica64 en su versión amazónica, la primacía de la incertidumbre que gobierna la historia y la vida cotidiana. Todo esto comenzó a formar parte de nuestra vivencia como pareja y como familia.
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También encuentro manifestaciones concretas del comportamiento de los campos morfogenéticos en el contexto de sistemas familiares o institucionales, lo cual me permite extrapolar estas comprensiones a la dimensión más amplia de relaciones ecológicas, específicamente de las dinámicas transformativas de identificación, cuestionamiento y compromiso en mis experiencias de ecología profunda. Este proceso me impulsó a retomar el ejercicio
Eisler (2006).
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autobiográfico como instancia de curación y aprendizaje, con la mirada puesta en las relaciones y los procesos sociales que las ordenan o desordenan.
de nuestro nuevo Taller Airekú, donde comenzamos a vivir el proceso de enacción que da a luz, que hace amanecer la Palabra de este propósito vital, que materializa el sueño de generar un espacio propicio para el trabajo terapéutico con la Tierra y con la arcilla.
Taller Airekú: materialización de un propósito del alma
Inauguramos el Taller con el Grupo Corporeidad Diversidad Trascendencia, en un ejercicio de mediación pedagógica que apeló a la experimentación libre con la arcilla para expresar desde “otras sintaxis”, el estado del arte de cada chifladura con sus cambios de perspectiva e “infinitas fluctuaciones de intensidad” 65.
Luego vino el ritual de paso, con una prolongada preparación que culminó en el ayuno y la búsqueda de visión durante nueve días, en la soledad de un círculo de protección trazado por mí en un lugar del bosque. Al descender a las profundidades del alma y volver, simbólicamente renacido, accedí a una revelación de mi propósito: el de cerrar duelos antiguos y abrir nuevos ciclos vitales mediante la construcción de un taller para trabajar en la creación artística y la sanación holística del ser.
Con el Taller se abrió un espacio de libertad para la expresión de chifladuras, las nuestras y las de otras personas. Este espacio es propicio para inventar nuevas mediaciones, que hunden sus raíces en tradiciones culturales cercanas a nuestra historia personal, pero que al mismo tiempo ofrecen múltiples posibilidades de innovación metodológica y pedagógica: el trabajo terapéutico con la arcilla y el cultivo de la huerta; la alquimia material y espiritual de la cerámica, el
Aquí adquiere un sentido poderoso la sincronicidad que se ha manifestado entre las chifladuras de Nicolás y Mariavé y la construcción 65
Castaneda (2000).
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contacto plurisensual con los elementos; el lenguajeo holístico y complejo que brota de esta actividad, la exploración de caminos para la práctica ética / estética y la articulación de razón
e intuición, pasado-presente-futuro. En fin, el Taller viene a ser nuestro nuevo campo de mediación pedagógica para el resurgimiento y reencantamiento de la vida.
Imagen 27 Árbol - río: configuraciones de percepción
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Imagen 28 Almas gemelas
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Método para seguir andando y aprendiendo juntos A partir de la elaboración de las narrativas propias de cada chifladura, nos ha interesado generar Mi compañera Mariavé y yo nos hemos asomado conjuntamente un método emergente para a la aventura de nuestras respectivas chifladuras abordar interpretativamente los relatos y aprender con la intención de recorrerlas juntos. a componer nuevos textos Compartimos la vida cotidiana en amorosos (o entretejer canastos o pareja, en familia y en múltiples moldear tiestos) con nuestros instancias de trabajo; es decir, Somos almas relatos de resonancia “interconstituimos -como unidad social gemelas, voces que chifladural”. básica- un sistema complejo que se encuentran en vive la biología del amor. Somos Así, seguimos explorando opciones sincronicidad y almas gemelas, voces que se y buscando el discernimiento para vibran al unísono, encuentran en sincronicidad y identificar rutas que permitan a relatos que se vibran al unísono, relatos que se cada persona recorrer con entretejen. entretejen. autonomía el territorio de su chifladura, celebrando los puntos de encuentro como ámbitos de diálogo, aprendizaje y trascendencia en compañía recíproca, y así mismo respetando las bifurcaciones y divergencias que enriquecen nuestra manera de caminar juntos.
Puesto que también compartimos la vida académica y nos embarcamos juntos en esta aventura doctoral, durante toda la andadura acariciamos el propósito de encontrar puntos de articulación y diálogo entre nuestras chifladuras, que de hecho tienden, en algunos momentos, a ser una sola, y en otros, a ser rizoma.
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Meditación conjunta: método emergente y estética de la mediación para aprender
fórmula que produce un resultado al replicarse. Este camino es proceso en sí mismo, es alquimia, porque ha sido transformador y va emergiendo a medida que resultan nuevas configuraciones de Escribiendo juntos66 este hexágono nos autoorganización.La reflexión sobre método enfrentamos al reto de nombrar con palabras emergente nos lleva a comprender lineales todo lo que hemos vivido cómo hemos aprendido, cómo nos como una espiral en este camino de hemos transformado. En la La mediación aprendencia67. Al compartir el aprendencia estamos viendo trasciende lo camino es importante aclarar que simultáneamente la morfogénesis de es un proceso de cognición y por lo instrumental, es para lo creado en la alquimia dentro del tanto es complejo; es la nosotros el proceso horno (piezas de cerámica), donde aprendencia en la vida misma, lo vivido en el que nos el fuego transforma los minerales que hemos llamado bioaprendizaje, hemos transformado presentes en cada una de las piezas; entendiendo la redundancia que y hemos dado a luz y nuestra propia morfogénesis al irnos contiene este concepto. nuevos sentidos. transformando. Así, no es un camino lineal, no existe Esta transformación es la alquimia un “paso a” al que le sigue un “paso que está presente en nuestro ser, b” para luego pasar a un “paso c”; no es una Este aparte fue escrito conjuntamente por Nicolás Bermúdez y María Victoria Rivera, como texto articulador de sus respectivas Chifladuras. Por tanto, el texto aparece en cada una de las tesis doctorales, aunque ubicado en lugares distintos (aquí, en medio del último capítulo e iniciando el cierre de mi Chifladura; allá como primer capítulo e iniciando el despliegue de su Chifladura).
Concepto donado por Hugo Assmann, el cual comprendemos como el proceso de aprendizaje enriquecido por una ampliación de la conciencia. Este concepto ha sido inspirador para comprender el sentido que tienen estas chifladuras en el contexto del Doctorado en Educación, porque de hecho vivir es aprender. Con Assmann, ligamos aprendizaje y conciencia en nuestra experiencia de transformación.
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constituido por los mismos minerales que en el horno vivieron ese proceso.
aprendencia. Poco a poco vemos cómo aprendizaje y transformación están vinculados con la conciencia. Se manifiestan así los campos mórficos, el orden implicado, la trama oculta de la vida, el campo akásico.
Nuevos horizontes aparecen ante nuestros ojos, disfrutamos el tiempo presente y en nuestro camino se refuerza el compromiso de trabajar con la diversidad, construyendo paz y reconciliación, aportando desde nuestro hacer en la dignificación de la vida en el planeta.
La mediación68 aplicada a procesos de aprendizaje tiene una intención pedagógica. El acto educativo requiere un tratamiento para que en los contenidos y en las formas de expresión haya participación, creatividad y relacionalidad. La mediación en nuestras chifladuras se manifiesta en todo el proceso de aprendencia: integra nuestras percepciones, emociones y sentimientos; la razón también está presente, en una relación co-creadora con la intuición. Somos conscientes de que el predominio de la razón lineal nos ha llevado por los caminos de una educación que fragmenta y homogeniza. En la mediación experienciada en esta andadura, hemos visto emerger relaciones antes insospechadas; esto nos ha permitido ver coherencias e incoherencias en nuestras vidas.
En nuestra experiencia hemos enactuado el método, según Morin, como “una ayuda para aprender”. El método ha sido emergente, entendiendo la emergencia desde la teoría del caos. Es decir, a medida que vamos trabajando en la chifladura, encontramos puntos de bifurcación donde surge una autoorganización inesperada, nuevas configuraciones de la estructura del ser, que nos plantean retos por la incertidumbre, nos llevan al caos, al extravío y de repente a la comprensión instantánea, emergente. El método ha implicado el error y explorar en el error nos ha llevado a entrar en los intersticios de la Según conceptualización elaborada por Gutiérrez y Prieto (1991: 38). 68
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La mediación trasciende lo instrumental: es para nosotros el proceso vivido, en el que nos hemos transformado y hemos dado a luz nuevos sentidos. El hallazgo del concepto de mediación pedagógica, como lo exponen Cruz Prado y Francisco Gutiérrez69, nos inspiró para explorar y seguir la ruta de nuestras intuiciones, de recorridos previos, del desarrollo de nuestras capacidades creativas, del placer en el aprendizaje; y para continuar con la búsqueda profunda del sentido. Los textos resultantes como tesis son otra manifestación de la mediación vivenciada, son nuestro campo relacional con los lectores de estas chifladuras.
aprendencia. Integración necesaria por la fragmentación aprendida desde la racionalidad occidental que ha separado mente y cuerpo, cuerpo y espíritu, separación que a su vez nos ha llevado a comprendernos fragmentados. En esta mediación pedagógica sentimos el llamado profundo a experimentar el holismo antes que hablar del mismo. La experiencia frustrante de una educación transmisionista, donde se desconoce que la vida es un proceso incierto de educarse, nos empujó a explorar lo que Carlos Castaneda llama “el lado activo del infinito”, a explorar otras sintaxis70, permitiendo la enacción de nuestras comprensiones sobre nuevos paradigmas.
Nuestra apuesta metodológica y de mediación pedagógica se comprometió con la integración consciente de mente, cuerpo y espíritu en la 69
Gutiérrez y Prado (s.f.).
Lama (2006: 147) también nos llama la atención sobre la sintaxis. A pesar de la universalidad de la experiencia de la conciencia, las lenguas en que articulamos nuestras experiencias subjetivas tienen sus raíces en fondos culturales, históricos y lingüísticos dispares. Estas procedencias dispares representan distintos marcos cognitivos: mapas conceptuales, prácticas lingüísticas o herencias filosóficas y espirituales.
Castaneda narra: “Ninguno pensó que al proponer que el universo comenzó, el hombre había meramente reflejado la sintaxis de su lengua madre… ¿Es la sintaxis que requiere comienzos, desarrollos y finales en tanto declaraciones de hechos, la única sintaxis que existe? Ésa es la verdadera pregunta. Hay otras sintaxis. Hay una, por ejemplo, que exige que variedades de intensidad sean tomadas como hechos. En esa sintaxis, nada comienza y nada termina”. El Dalai 70
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¿Cómo hemos ido integrándonos? Para avanzar en esta andadura cognitiva, María Victoria y Nicolás decidimos despojarnos de toda prevención y lanzarnos al vacío. Un vacío que entendemos preñado, lleno de oportunidades
para descubrir, colmado de posibilidades. Hemos viajado de la mano de la razón conciliada con la intuición, de la percepción y del amor. Ahora invitamos a nuestros lectores a adentrarse y al mismo tiempo a expandirse en este viaje.
Nuestra apuesta por la cognición estética nos ha permitido a lo largo del doctorado experienciar la trascendencia en este entrelazamiento de verdad (como el momento en que se expresa nuestra vinculación con el todo) y creatividad (como el momento en el que se revela nuestro verdadero yo en comunión). Vemos cómo una educación para la sostenibilidad de la vida requiere rescatar la cognición estética como mediación que nos permite la experiencia de la unidad. Rizoma CDT: Claves en la educación para la sostenibilidad (2015)
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Preguntas auténticas
¿Cómo cambiar el modelo de alguien que enseña y transmite y otro que se llena de contenidos?
Las preguntas han sido inspiradoras, son una característica de nuestro método emergente. Son preguntas auténticas que no tienen respuesta previa. Se trata de indagar hacia adentro y hacia fuera; las preguntas nos conducen por caminos de aprendencia. Son preguntas que motivan, que invocan, que nos llevan en un tránsito alejado de la búsqueda de respuestas. En estas chifladuras buscamos integración para sanar y comprender. Si vivir es aprender, las personas y demás seres vivientes en la naturaleza somos aprendientes.
¿Cómo cambiar esa visión de que hay personas que sí saben y otras que no? ¿Cómo dar rienda suelta a la libertad para experimentar la cognición estética sin ataduras?
Partimos hacia un reencuentro con nuestra manifestación artística primigenia, sabiéndonos artistas que hemos sido castrados por la educación de la modernidad. Las preguntas conducen a acciones. Nuestra resolución ha sido experimentar en carne propia lo que queremos compartir con otros. Esto resuena con nuevas formas de concebir la educación. Una educación basada en preguntas auténticas permite el aprendizaje en la vida, en la experiencia.
Taza reveladora Nos encontramos con amigos celebrando la vida de Roberto Franco. En medio de las múltiples conversaciones el tiempo de esa noche se detuvo con el relato maravilloso de Patricia Vargas contándonos sobre su método de aprendizaje. Todo comenzó porque no había tazas para tomar
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café, pues una colección de manchas esperaba en su estudio para ser pintadas en acuarela. Patricia habló esa noche de la aparición de un personaje mítico del Chocó, que la inspiró para su trabajo sobre las paradojas en las territorialidades de algunas regiones del país. Salimos encantados, vivimos un fenómeno de sincronicidad, experimentamos la resonancia: en medio de la celebración y del compartir tuvimos un alumbramiento metodológico para aportar a nuestro rizoma y a nuestras chifladuras.
nos volvimos asiduos lectores de los libros del doctorado y de las tazas reveladoras. En la práctica fuimos comprendiendo cómo sucede el fenómeno de percepción; lo percibido por cada persona es diferente, único, propio de su mundo, su momento, sus sueños, sus interconexiones71. Profundizamos en el conocimiento emergente, entendimos que la interrelación de nuestro ser con los alimentos genera campos que son únicos, auténticos; en la taza se dibuja el fenómeno emergente de esa interconexión de in-formación. Vimos que estábamos indagando por los aprendizajes inscritos en el orden implicado, en nuestros campos mórficos, en las resonancias del campo akásico. Así nos dispusimos a develar los saberes inscritos y aún no escritos que pulsan, en el interior de cada uno de nosotros, por ser narrados. Las tazas del café, del chocolate, de la sopa de espinaca se convirtieron en maestras de nuestro bioaprendizaje.
A partir de ese día comenzamos a jugar, a leer cada mañana, al desayuno o a la hora del almuerzo o la cena, la taza del café; también las manchas de la sopa de espinaca, el extracto de zanahoria y apio, el chocolate. El juego se convirtió en una práctica: se trata de interpretar lo que queda narrado en las manchas que emergen con los residuos de los alimentos en la taza. Aparecían seres fantásticos, montañas, ángeles, flores, músicos, ríos, océanos, budas, casas, animales en paisajes y contextos relacionales. Así
Con esta mediación se volvió importante escoger lo que comíamos, vimos cómo en la vida cotidiana
Para David Bohm es muy importante identificar este fenómeno, así como el de la propiocepción, para lograr el diálogo. 71
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se dibujan los campos más profundos del saber y nos dimos cuenta con qué frecuencia los dejamos pasar. En esta práctica de aprendencia además experimentamos aquello que Julio César Payán nos recuerda: somos lo que comemos.
amigos surrealistas, con quienes nos encontramos también en este camino de aprendencia. David Peat nos recuerda que Jung habló de la sincronicidad. He aquí una nueva sincronicidad que encontramos y toma un gran significado: tomamos este camino de la taza reveladora y la pintura intuitiva y, en medio de la andadura, aprendemos que esta dimensión del campo akásico fue también sintonizada por otros. Jung decía que la imagen es vehículo y energía de la emoción y que con ella se facilita el acceso a la conciencia; así, toda emoción es factible de transformarse en imagen.
Desciframos los vínculos virtuales y de resonancia mórfica en las manchas que se dibujan en los recipientes donde tomamos nuestros alimentos. Sucede allí un fenómeno de “comprensión intuitiva de una constelación de hechos”72 que se expresan en las manchas. Las manchas emergen autoorganizándose cada día, dejando su información para ser interpretada, concretando el campo mórfico. Para cada tema estudiado en el proceso de educarnos, en diálogo con los autores, hacíamos la pregunta a la taza; aparecía siempre algo inesperado, misterioso, asombroso. Interpretando las manchas nos dimos oportunidades de aprender.
El acto educativo ha de abrir amplio espacio a la intuición, a las manifestaciones de la emoción y el afecto; ha de apelar a la estética de la cognición, de manera que se logre un contacto profundo con la conciencia de cada ser.
Esta aventura con nuestras tazas vibra con la lectura de manchas practicada por Jung y sus
Capra (1998) distingue los sistemas expertos de los expertos humanos, en el sentido de que los humanos logran esa comprensión intuitiva que se deriva de su experiencia. 72
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En la exploración de las dinámicas de mi conciencia planetaria aparecieron estas manchas; luego la pintura intuitiva se configuró con estos colores. ¿Qué reflexiones o preguntas auténticas te genera esta mediación? Imagen 29 Semilla de conciencia planetaria
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Pintura intuitiva
En esta andadura nos sumergimos en la estética de la cognición73, reinterpretando la propuesta de Patricia e integrando la geometría sagrada: decidimos trabajar con acuarelas para plasmar en dibujos de pintura intuitiva y creativa lo que nos fue revelado en cada taza escogida. Fuimos haciendo una colección de pinturas y con ellas, establecimos lenguajeos con los amigos y familiares, con el grupo del doctorado, con nuestras hijas.
humedad de la acuarela hacen que siempre esté presente la incertidumbre; la persona artista nunca sabe qué resultado va a obtener; aun cuando existe la intención, los materiales generan configuraciones emergentes. Gozamos los pinceles, los colores que dieron vida y sentido a algunas de nuestras interpretaciones originales. Nos dejamos sorprender, descubrimos en esta mediación una suerte de ritual mágico, asistimos al fenómeno de la emergencia. El color adquirió dimensiones insospechadas, la intuición nos iba revelando caminos posibles, fuimos aprendiendo sobre la intensidad, la energía transmitida en cada color, nos dejamos llevar por el placer y por la creatividad. Hoy comprendemos la intuición como el proceso de decodificación de la in-formación presente en el campo akásico.
Conociendo el papel y la acuarela, configuramos manchas de distintos modos, unas más libres y otras más intencionadas, plasmando una mirada intuitiva y otra mirada interpretativa, de segundo y tercer orden, sobre lo observado en nuestras tazas. Hicieron presencia nuestros sentimientos y emociones más profundas; la percepción nos permitió develar conocimientos implícitos, saberes que provienen del misterio. Estas manchas terminan por autoorganizarse, el papel y la
Cada pintura surgió del talento interior, de la libertad, de nuestra capacidad de soltar las
La estética incluye tanto lo bello como lo que carece de belleza. Lo estético es sensorial, proviene de los sentidos. La estética y la ética están profundamente interrelacionadas. 73
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ataduras y dejarnos ser. Experimentamos en esta (1998), el proceso mental es cognición, así se logra mediación un cambio de sintaxis. Mariavé: “siento entender la no separación de mente y cuerpo. La que perdí la vergüenza y el miedo, dejé salir a mi cognición es el proceso que conecta la estructura artista, a la maga, a la sabia”. Nicolás: “pude con el patrón. En este mismo sentido, Da Vinci contactar el pozo interior en el fondo de mi alma y afirmaría que, además, la cognición es sensorial y entonces dejé brotar el agua estética. Desafortunadamente en sagrada, que fluyó hasta cada una nuestra experiencia cognitiva en de mis células; eso fue lo que movió este mundo occidental, hemos Hoy comprendemos mis sentidos y se expresó por experimentado cómo la dualidad la intuición como el resonancia mórfica en mis y la separación han marcado un proceso de acuarelas”. abismo entre la cognición decodificación de la racional-científica y la cognición Luego de un tiempo de estética. La frustración generada in-formación presente experimentación, caminamos de la por esta fragmentación nos motivó en el campo akásico. mano amorosa de nuestra amiga a enlazar nuestras chifladuras con Blanca Moreno, artista que conoce el propósito de buscar la la acuarela y la trabaja con integración para comprendernos, destreza. Esta andadura nos para sanarnos, para vivir mejor. permitió comprender un poco mejor el proceso de la pintura, reconocernos en los materiales, gozar la * * * exploración de ese pliegue artístico tan poco Mariavé: En mis primeros años de vida aprendí a explorado en nuestras vidas. tejer en dos agujas. Tejer me encantaba; durante De acuerdo con Varela y Maturana, la cognición mi adolescencia tejí sacos, chalecos, bufandas. es una condición de la vida. Varela (2000) afirma Hace muchos años dejé de tejer; ahora, en esta que todos los fenómenos cognitivos son también aprendencia, he visto que se alumbra mi emocional-afectivos. De acuerdo con Capra identidad de tejedora: comprendo la trama, la
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red, las interconexiones. Al reencontrar a la tejedora, encuentro el sentido de la trama oculta, de esa red virtual que nos conecta: campo akásico de Laszlo, orden implicado de David Bohm, universo dragón verde de Swimme. Me gusta la metáfora de entretejerme, de reencontrarme en mi experiencia de cognición estética integradora.
Cuando amaso el barro siento que se despiertan todos mis sentidos. La configuración del alfarero emerge con toda su fuerza: siento que soy tierra y que al fundirme con el barro estoy encarnando mi ser, al darle forma me doy forma a mí mismo; al saborearlo y al olerlo, re-nace en mí el ser creativo que tanto ha necesitado aflorar desde mi infancia.
* * * Nicolás: al narrar-me en mis vivencias de ecología profunda, reencuentro a mi ser auténtico, al ser viviente que vibra en compenetración con el mundo natural y sufre con la destrucción de ecosistemas por sus congéneres, y busca en este dolor visceral la fuerza para emprender la creación de mundos eco-sociales sostenibles. La prosa poética, la taza reveladora y la pintura intuitiva hacen emerger al ser que ha “temblado con asombro en las profundidades de lo humano”74 y sonreído con serenidad ante las maravillas del cosmos, “sintiendo una honda intimidad con cada partícula del universo y con el vasto diseño del todo […] no sólo en su extensión 74 Swimme
Siento que allí encuentro el sentido de mi humanidad, me reencuentro con mi pasado ancestral, con mi presente sensual, con el futuro emergente.
(1984).
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espacial, sino en su proceso emergente […]; así experimento una identidad con el orden cósmico entero dentro de mi propio ser”75.
akásico, el universo es un dragón verde, el caos y muchos big bang, los puntos de bifurcación, el orden implicado, la conciencia cósmica, la puerta siempre abierta del dharma, la autopoiesis, la sincronicidad como principio de conexiones acausales, el holograma y los fractales, la incertidumbre, el vacío preñado y el inter-ser, el lado activo del infinito, el lenguaje total y la ideogenomatesis.
Alfarería y alquimia
En nuestra andadura la arcilla clamaba por ser amasada. Al fin en la mediación llegamos también a la alquimia, que manifestó en el horno de gas y sus misterios: así Cada pieza de integramos los esmaltes, las cerámica resultante es pastas, los minerales. En el taller de cerámica trabajamos placas, un homenaje a la dejamos fluir la inspiración y aprendencia fueron quedando impresas en el encarnada en el barro nuestras preguntas, proceso doctoral. aproximaciones y comprensiones.
El barro nos llamó, se hizo efectiva la invocación ritual a los ancestros alfareros y así materializamos nuestra chifladura de la cerámica como una manera de plasmarnos desde el sentido estético de la cognición, creando una mediación pedagógica76 plena de búsqueda y sentido.
Cada pieza de cerámica resultante es un homenaje a la aprendencia encarnada en el proceso doctoral: el campo
Hemos apostado a hacer vivir nuestro taller de cerámica como lugar de encuentro, de creatividad, de dialogicidad77
Berry (1988: 16). Gutiérrez y Prieto (2004). 77 Bohm (1996: 77-81). “Se trata, en principio, de conseguir que todo el mundo aprenda a escuchar y conocer las
opiniones de los demás, porque el hecho de ignorarlas nos lleva a reaccionar de acuerdo con lo que suponemos al respecto, lo cual genera todo tipo de problemas [...] Lo esencial es llegar a ser capaces de compartir nuestros juicios
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desde el lenguaje78 estético que nos comunica a través de la arcilla.
nuestras hijas, con nuestras madres; aún falta extender el proyecto a otros que pertenecen al sistema.
Volvimos a encontrarnos con la biología del amor; con la sensualidad que se manifiesta en el contacto con la arcilla; con la dicha de hacer juntos sin pensar mucho, permitiendo a la creatividad de cada persona manifestarse y ser; experimentamos convivencialidad, dialogicidad y relacionalidad. Nuestro taller ha sido espacio para los amigos, para encontrarnos en el hacer y de esta manera seguir encontrando el sentido de ser humanos. Ha sido espacio para compartir con
Toda esta reflexión, donde están presentes los senti-pensamientos así como los razonamientos, ha sido plasmada en placas de cerámica, en un ejercicio de mediación ética y estética, experimentando la ideogenomatesis de Gutiérrez, la enacción de Varela, la aprendencia de Assmann, la sabiduría ecológica de Hathaway y Boff: lo que hemos llamado el aprendizaje activo y encarnado, experimentando la alquimia del ser.
y nuestras opiniones y de escuchar las creencias de los demás.” 78 Maturana (2002: 122) entiende “la cultura como el modo de convivir en el entrelazamiento del lenguajear y el
emocionar en una red de coordinaciones de acciones y emociones que designo con la palabra conversar, que significa dar vuelta juntos en la conducta y la emoción.”
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Imagen 30 Alquimia del horno
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Meditación guiada: chifladuras articuladas
Inspiro, siento la tierra Espiro, amaso el barro Inspiro, soy tierra Espiro, senti-pienso como tierra Inspiro, ¿soy yo dando forma al barro? Espiro, ¿es el barro que me da forma? Inspiro, las formas me in-forman en sueños Espiro, imprimo formas en el barro Inspiro, enciendo el fuego Espiro, cocino el barro Inspiro, me maravilla la alquimia en el horno Espiro, me encanta mi propia alquimia Inspiro, estoy aquí y ahora Espiro, sonrío
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Narrativas multifacéticas
Cada paso ha sido acompañado de un texto escrito senti-pensado, algunas veces más descriptivo, otras veces más interpretativo; en ciertas ocasiones nuestros textos dejan ver nuestro ser analítico79. Escribir también se volvió un gozo, La narrativa que incluye la tarea de traducir y es texto mediar, de llegar a quien nos lea, trasciende nos mire, nos interprete, de manera restricción que podamos comunicarnos.
cerámica, fotos del camino y la andadura, mantras. Todas ellas son maneras de contar nuestro proceso, de narrarnos, de reflejarnos.
El texto está configurado con diferentes narrativas: la narrativa estética, lo que nuestro ser produjo en el taller de cerámica y en los dibujos en acuarela que nos ayudan a enactuar la no sólo aprendencia; la narrativa escrito: interpretativa, que expresa nuestro la aprendizaje o nuestra observación del de segundo y tercer orden sobre la experiencia vivida y narrada; y la lenguaje verbal […] y La narrativa no sólo es texto escrito: narrativa en prosa o verso, donde se configura con trasciende la restricción del estamos contando el cuento de distintas narrativas. lenguaje verbal. En nuestras cómo vivimos la bioaprendencia. narrativas hay relatos Estas narrativas nos ayudan autobiográficos o etnográficos, expresar, a través de la estética de extractos de diarios, textos en verso y prosa la cognición, las apuestas del cambio poética; también hay pintura intuitiva con paradigmático que nos tocan, que afectan acuarelas, fotos de la taza reveladora, piezas de nuestras vidas, que nos transforman. Las narrativas Estamos conscientes de que analizar es separar y que esa separación no es parte del paradigma emergente si se queda allí no más, si no hay complejidad para establecer las relaciones y comprender el todo. Abrazamos el análisis como vía para la comprensión, pero sabemos que hay otras vías
potentes y válidas, las cuales pueden tener prioridad en una aprendencia cercana al pensamiento complejo y al cambio paradigmático. Buscamos ir más allá de la dialéctica que pasa por el análisis para llegar a la síntesis.
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han sido cruciales para seguir sanando, para experimentar la integración.
Ritual, invocación y pagamento
En la declaración de existencia grupal al inicio de Aprendimos en el mundo indígena sobre el poder la producción del rizoma escribimos: “Nos gustan de las palabras; aprendimos a nombrar sólo lo que los relatos porque son maneras de es nombrable, a callar y participar en el ritual antes comprendernos, de mostrarnos a de configurar mundos perceptibles otros, de conocer y compartir, de con el verbo. Aprendimos a bailar sanar. La chifladura de las cantando, a ser uno, a evocar e La incorporación del narrativas viene fertilizada por invocar a las fuerzas sagradas que ritual a la vida nuestra experiencia con el mundo nos unifican, nos encantó cotidiana y a la indígena Letuama y Tanimuka, del experimentar la unidad. educación ensoñada lugar principal que ocupa el mito La incorporación del ritual a la vida es un aporte que la narración ancestral- que le da un cotidiana y a la educación podemos aprender orden al mundo narrado.” ensoñada es un aporte que de los pueblos María Victoria y Nicolás nos podemos aprender de los pueblos indígenas. comprendemos como personas indígenas. La ritualidad se vincula narradoras, en nuestro interior con un cambio en la cosmovisión, pulsan historias para ser contadas. Las diversas con el reconocimiento de lo sagrado integrado a maneras como contamos el cuento nos permiten nuestro ser cotidiano. En el ritual hacemos recrearnos en cada momento, y a la vez crear o ver cómo se nos alumbran nuevas realidades: configuraciones cambiantes de percepción, sentipensamiento, vivencia y enacción.
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pagamento80: honramos nuestras interconexiones, honramos ser hijos de la madre tierra, honramos a los ancestros. El ritual nos permite agradecer y experimentar esta energía que resuena en los cristales del agua, dejándonos ver su belleza.
compitiendo con nosotros mismos, con otras personas, con la naturaleza que somos. Es necesario que el acto de educarse esté abierto a la ensoñación, ello significaría enactuar en la vida cotidiana, por la vía de resonancia mórfica, configuraciones del existir socialmente con equidad, en paz, permitiendo el buen vivir de todos los seres existentes. Por el estudio de los fenómenos de la conciencia, sabemos que es posible la transformación; sólo se requiere la sincronicidad de muchas personas que practican la ensoñación e imaginan el mundo transformado, para que esas potencialidades se manifiesten aquí y ahora, tomen forma y las podamos percibir, es decir para que se exprese el campo akásico sintonizado. Lo confirma Masaru Emoto con los estudios de los cristales del agua: si toda la humanidad expresa su agradecimiento por la vida y se sincroniza con la energía amorosa de la paz, bastaría un segundo para transformar el mundo,
Imaginación y ensoñación
Siguiendo la invitación de Mark Hathaway81 y las mediaciones creadas por Joanna Macy (1990; 1995), nos permitimos soñar con una narrativa en la que el Gran Cambio sí fue posible. Así, con el ensueño, creamos una visión del mundo esperanzadora, fortalecemos el relato del cambio de cosmovisión que nos lleva a mejores relaciones entre humanos, a una mejor comprensión de lo que nos une; así abandonamos poco a poco la fragmentación que nos separa y nos hace vivir
Concepto endógeno de diversas etnias de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Amazonía, que consiste en un ritual de ofrecimiento de sustancias sagradas a los espíritus guardianes del territorio, con el fin de mantener la armonía y reestablecer el equilibrio entre seres humanos y con el mundo natural al que pertenecen.
En conversación personal y ejercicios de meditación vivenciados en el curso de Aprendizaje Transformador, Carta de la Tierra y Sabiduría Ecológica practicado en el mes de febrero 2015 en la Universidad para la Paz, Costa Rica.
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interconectado por la energía que fluye a través de las moléculas del agua y sus configuraciones fractalizadas.
permite trasladarnos a otro pliegue de la realidad”82. Esos otros pliegues que estamos creando resuenan en el acto de educarse, en la aprendencia, con la biología del amor, con la transformación en la convivencia misma.
También nos invitó a la ensoñación Carlos Castaneda; asistimos a la cita y nuestras chifladuras están impregnadas de esta práctica. Como dice Don Juan: la ensoñación nos hace posible “cambiar el punto de fijación, haciendo del sueño la entrada a otro mundo, lo cual nos
Así mismo, con Ervin Lazlo nos estamos atreviendo a crear nuevas fábulas, explorar enigmas e inventar utopías inspiradas en Akasha, nuevos mundos a partir del campo universal del potencial
Tenemos que entender que nuestros sueños no son sólo un producto de nuestra mente. Somos el cauce de los sueños de la Tierra. Somos su imaginación, el espacio incomparable en el que se expresan, con una lucidez analítica, las visiones y las esperanzas que nos guían. Para convertimos en la mente y el corazón de la Tierra tenemos que dejar que la Tierra rija todas las actividades con autoconciencia. Nuestro destino superior es dejar que la Tierra se organice de una manera nunca vista, imposible de lograr en los miles de millones de años anteriores a la aparición del ser humano.
82 Castaneda
(2000: 97-98).
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cuántico. Vivimos nuestra andadura conmovidos con el lenguaje de Brian Swimme83:
Geometría sagrada: el hexágono del canasto El prisma hexagonal adquirió sentido para nosotros como mediación hace años en la selva amazónica, viendo a los chamanes y las sabedoras interrogar y adivinar con los cristales de cuarzo y con las piedras. El hexágono es un patrón para seguir explorando, pues son múltiples las estructuras y las interrelaciones que aparecen en el proceso cognitivo. El hexágono en sí mismo constituye un método emergente, es una ayuda para la comprensión a partir de la sincronicidad, de lo que logramos descifrar, de lo que invocamos, de lo que evocamos en esta andadura cognitiva.
Imagen 31 Canasto Tanimuka - Letuama
El canasto Tanimuka y Letuama, tejido por los hombres y usado por las mujeres cotidianamente para traer los alimentos cosechados en las chagras, está constituido por un tejido hexagonal 83
hologramático. Se puede ver la fractalidad tanto en el cuerpo del canasto, cuya trama es un tejido en tres dimensiones con fibras que forman
Swimme (1998: 117).
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agujeros hexagonales, como en la base del canasto, que también tiene la trama hexagonal y en sí misma es un hexágono. De este modo, el canasto Tanimuka-Letuama puede ser usado metafóricamente como un prisma hexagonal que ayuda a ver diferentes caras del mundo o sus hiperdiversas y siempre cambiantes configuraciones, tal como las percibimos desde diferentes perspectivas.
nuevamente la ponemos en juego en nuestras chifladuras. En nuestras chifladuras aparecen, como ayuda interpretativa de la aprendencia, los triángulos pintados intuitivamente para el rizoma84. Con los triángulos se forman hexágonos que pueden ser interpretados de acuerdo con la configuración resultante. La red de hexágonos puede también estar constituida por figuras rectangulares y trapezoidales. En estas chifladuras trascendimos el triángulo dando paso a toda la fractalidad contenida en la geometría del hexágono.
Enactuar el ser femenino y masculino en estas etnias implica para cada género mantener una relación íntima con el canasto: trama tejida por el hombre que crea un campo de protección, y urdimbre de compañía para la mujer en la chagra, pensamiento y trabajo, nuevo amanecer.
En esta andadura doctoral el rizoma85 fue enactuado con la resonancia del hexágono; así lo escribíamos:
Interpretamos que este canasto invoca la flor de la vida: al ser el recipiente de la cosecha, aporta vida al alimento en un nivel de campo mórfico. Doce años de vida juntos en la selva nos dejaron impregnados de la geometría sagrada hexagonal;
“Nuestro lenguajeo se enriqueció a partir del diálogo entre avances de la ciencia cuántica aplicados a la física de la cosmología y los vestigios arqueológicos de antiguas religiones
Para el holón del doctorado Colombia 2011, propusimos un patrón hexagonal que devino mediante la co-creación una “estrategia del panal”; ésta fue retomada en nuestro rizoma CDT para profundizar su uso como mediación en la educación para la sostenibilidad. Allí vimos el poder que tiene el hexágono para la aprendencia, por lo cual
continuamos alimentando esta emergencia / enacción metodológica en la geometría sagrada de nuestras chifladuras. 85 Corporeidad, diversidad y trascendencia: Claves en la educación para la sostenibilidad (2015: 41).
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y sistemas de conocimiento esotérico de la antigüedad. Coincide la presencia de la geometría sagrada generando un orden desde la estética, en contextos tan diversos como el arte y la arquitectura en las antiguas civilizaciones egipcia, asiria, fenicia, india, del cercano oriente y el medioevo europeo. También está presente la simetría en las
formas sagradas provenientes del origen mítico del universo como recurso ordenador del pensamiento chamanístico, las prácticas la vida social en las diversas cosmovisiones amerindias, tanto en la Amazonía y los Andes, como en Mesoamérica y las distintas regiones de Norte América.
Imagen 32 Fractalidad hexagonal
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El físico suizo Nassim Haramein86 viene argumentando la existencia de una red multidimensional, que parte de la figura del hexágono, con la “singularidad” o “semilla de la vida” en el centro, que se multiplica y pasa por la “flor de la vida” formada por 13 círculos y por una dinámica de “doble-toroide tridimensional”, para convertirse en un poliedro de complejidad siempre creciente que se expande en 12 direcciones, en un “proceso de crecimiento fractal que podría iterarse de forma indefinida, (…) y no sólo hacia el exterior (doblando la longitud de la arista) sino también hacia el interior (reduciéndola a la mitad).”
en toda la naturaleza. Por ejemplo, la misma estructura de la Flor de la Vida se manifiesta en música (distancia entre tonos y medios tonos), en la división celular del desarrollo embrionario y los sistemas energéticos del cuerpo humano, en la dinámica de creación de las galaxias.
Haramein argumenta que esta red establece la estructura misma del vacío, está en el centro del proceso de creación de vida (“el huevo de la vida”) y define el patrón auto-organizativo del universo que responde a esta misma estructura holo-fractográfica, siguiendo un comportamiento fractal que se puede observar
El modelo de estructura doble-toroidal resulta significativo, pues genera una configuración espacial única que coincide geométricamente con la red de 64 tetraedros ó Flor de la Vida de la geometría sagrada de la antigüedad, y con la estructura fractal del universo identificada por Haramein, quien también describe cómo “el electromagnetismo se expande y la gravitación se contrae hacia el horizonte de sucesos de un agujero negro”. Lo cual permite visualizar una dinámica de estructura y proceso interactuantes en la evolución del universo, la cual se aplica a distintos fenómenos de la naturaleza, incluyendo nuestro lenguajear en medio de la enacción del rizoma.
Ver múltiples referencias a la estructura subyacente del “universo holofractográfico” y la “gravedad cuántica” en
el sitio web del Resonance Project orientado por N. Haramein: www.resonance.is
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Imagen 33 GeometrĂa sagrada en la estructura holofractogrĂĄfica del universo Nassim Haramein Resonance Project
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Apuesta por el arte como mediación: estética de la cognición y la ecopedagogía
Este ejercicio responde a la necesidad sentida de resignificar el pensar y el hacer, no sólo en la vida personal y familiar, sino en los diversos contextos ecológicos y socioculturales donde nos movemos La chifladura recoge mi reflexión personal en torno cotidianamente, ante la urgencia de participar en a los fenómenos de bioaprendencia y estética de la configuración de un “horizonte utópico” la cognición que tienen lugar en mi compartido, donde podamos vida, educación y entorno promover cambios sustanciales en la inmediato; también a la manera Fenómenos de forma de pensar y hacer, de vivir y como aquellos constituyen un bioaprendencia y relacionarnos con los demás seres, campo propicio (a la vez físico y tanto humanos como sintientes o estética de la virtual, energético y etérico, o conscientes de otro(s) modo(s), para cognición que puramente in-formacional) para caminar colectivamente tienen lugar en mi hacer emerger procesos de construyendo un mundo de vida. mediación pedagógica y ecosistemas vibrantes, poblado por aprendizaje significativo que nos sociedades con culturas sostenibles y permitan humanizarnos, recuperar economías sinérgicas, donde prevalezca el bien la integridad de nuestras vidas como seres común y la armonía ambiental88. pertenecientes al universo natural y capaces de transformarnos en la convivencia, es decir, de El texto de la chifladura recoge todo esto – respetar a cualquier otro ser vivo como legítimo emergencia, enacción y aprendencia- de modo 87 otro . fractal, es decir, haciendo un relato
Parafraseando a Maturana (2002b), podemos ampliar la comprensión de lo social como una dimensión del ser que va más allá de lo humano, para abrazar nuestras relaciones ecológicas con todos los seres y sistemas vivos del planeta y
el cosmos, respetándoles como legítimos otros pues respetamos el valor intrínseco de la vida en todas sus formas y expresiones. 88 Gutiérrez y Prado (s.f.)
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caleidoscópico que ilustra cómo la dinámica ciertamente atendiendo los aspectos significativos emergente del método está ligada al campo que necesito integrar, intento articular la akásico donde está grabada holográficamente cognición estética y la mediación biopedagógica mi experiencia y, por tanto, sigue principios de noen el campo mórfico de mi chifladura. localidad y de temporalidad no-lineal. De esta Este trabajo también recoge la reflexión personal manera, la chifladura es a la vez una emergencia que se desprende del trabajo rizomático y una enacción; una autopoiesis y adelantado con una mediación una creación poética; una común en torno a una multiplicidad experiencia y una auto-observación La chifladura es a de temas y meta-temas. Así mismo, la desde diversos órdenes y ángulos; la atención se vuelca cada día con la vez emergencia configuración de una matriz mayor insistencia hacia la mediación y enacción; generadora de nuevas sintaxis. Sus pedagógica que estamos autopoiesis y manifestaciones resultan tanto de la desplegando –co-inspirados en creación poética; aparición espontánea de formas y pareja con Mariavé- en el ámbito del experiencia y significados bajo el influjo de la arte de la cerámica como campo de auto-observación. sincronicidad, como de la aprendencia movilizada por la producción deliberada de cognición estética. Este mundo significados y formas, entretejidas en creativo, que es a la vez particular de la doble-espiral que recorre mi conciencia en su cada uno pero también común a los dos, se proceso complejo de maduración. inscribe de modo emergente, y cada vez más Este proceso recurrente y recursivo de emergencia enraizado, dentro del contexto teórico / práctico enacción se despliega de modo node nuestras chifladuras. mecánico, sino reflejando un orden implícito y a través de la dinámica caótica caórdica que caracteriza nuestra aprendencia. Aunque
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Cristalizaciones: conceptos interdependientes para la aprendencia personal y colectiva
tales elementos dejan de ser particulares y se tornan comunes:
La atención se enfoca en la mediación pedagógica que estamos desplegando –en pareja con Mariavé- en el ámbito del arte de la cerámica. En el proceso complejo de emergencia / enacción de estas chifladuras se conjugan distintos elementos formando un juego de resonancias, atracciones y sincronicidades. En la convivencialidad cotidiana, ritual y doctoral se entretejen las fibras y nudos de mi canasto y su canasto; las moléculas, formas y colores de nuestros tiestos; la coherencia y el sentido de nuestra mediación pedagógica colaborativa.
Recorro de nuevo mis relatos con un nuevo lente imaginario: un cristal de cuarzo en cuyas facetas nombraré indicadores cualitativos emergentes que vienen a ampliar la mirada en el ejercicio hermenéutico y nos permiten dar otras vueltas a la espiral del conocimiento impulsado por la narrativa de la experiencia. Estos indicadores son los conceptos o tropos que hemos encontrado con Mariavé (y también con nuestro grupo rizomante), precisamente en la confluencia de nuestras lecturas apasionadas y de nuestras prácticas en busca de mejores comprensiones, relaciones, formas de vivir y amar.
Sin bien cabe resaltar algunos elementos que se encuentran en mi experiencia vital (mi ecología profunda) y a la vez, se incorporan como recursos metodológicos de la sistematización, también vale avizorar lo que sucede con estos elementos cuando entran a ser compartidos y se convierten en componentes de una aprendencia colectiva. Al entrar a ser parte de la doble espiral del lenguajeo entre las chifladuras de esta pareja,
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Imagen 34 Enamorado de la Madre Tierra
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Tales indicadores emergentes o rizomas se encuentran en el ojo del narrador que es a la vez observador e intérprete, en el brillo dinámico de sus cristales y demás amuletos heurísticos, y desde allí lanzan destellos que señalan la presencia de los fenómenos vivos del cambio paradigmático vivido, totalmente imbricados entre sí. Veamos de qué maneras estos conceptos indican algo que está vibrando en los relatos de experiencia y que nos habla del sentido que se construye en nuestras chifladuras.
Las metáforas vivas que emergen en sincronicidad con la vibración de nuestro mundo interior: están por ahora el tejido donde se refleja el espíritu y el camino que se hace al andar, enriquecidas por el universo de la alfarería; estas metáforas me acompañan como tropos semánticos y sintácticos, con su capacidad de hacer emerger nuevos sentidos y facilitar el tránsito a niveles de conciencia, el paulatino discurrir en vaivén hacia la trascendencia; El diario intensivo autobiográfico con su método de ensoñación meditativa y registro sistemático del mundo sensorial, subconsciente y relacional, como camino siempre incierto y abierto para el autoconocimiento y crecimiento interior, para ayudarnos a “recuperar el equilibrio entre la intuición y la razón”90;
La apuesta narrativa y hermenéutica como mediación para sistematizar experiencias y producir “textos paralelos”89 reflexivos, como un recurso metodológico y pedagógico que nos apasiona y queremos seguir madurando de modo emergente;
Gutiérrez y Prieto (1991). A partir de la elaboración de un “texto paralelo” que centra el hacer de la mediación pedagógica, podemos extrapolar que el conocimiento implícito en una experiencia es susceptible de ser desentrañado mediante la sistematización, a través de cuyas mediaciones reflexivas e interpretativas la experiencia vivida logra volverse productora de sentido, y en esta medida, educativa.
Gutiérrez y Prado (s.f.) proponen formas de caminar ecopedagógicamente para promover la una humanización de la racionalidad, de manera que podamos crear una cultura de la sostenibilidad donde sea posible la autorrealización de los seres humanos en convivencia armónica con los demás seres y el cosmos.
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La diversidad biocultural que aprendemos a amar dialogando con la experiencia, las tradiciones y las “nuevas prácticas” de los pueblos amerindios, para configurar nuevas formas de estar en y con el mundo, nuevas ciudadanías territoriales y planetarias donde encontramos ejemplos auténticos de bien-vivir, convivencia y sostenibilidad ecológica;
simultáneamente y reafirman el goce de vivir y amar en el presente; Reverencia por la dimensión sagrada de la naturaleza que somos, que llevamos inscrita en las células y a la cual pertenecemos; Y ahora, cada vez con mayor nitidez, el símbolo integrador de la doble espiral, capturado en la mediación ideogenomática91 de la cerámica, como artefacto virtual con poder movilizador de la intuición; ella resulta pertinente al momento de poner en juego el pensamiento holístico que fertiliza el mundo sensorial y emotivo, el cual a su vez es sustrato de la cognición estética como campo de mediación pedagógica para hacer florecer nuestras chifladuras.
El oficio, el arte y la alquimia de la cerámica, un mundo reencantado con el amor por la vida y nuestra vida encantada en Airekú, como ámbito de mediaciones creativas para facilitar procesos de aprendencia y terapia, de cognición estética y sanación ética, para ayudar a reconstituir los tejidos emocionales quebrados, a enriquecer los tejidos intelectuales fragmentados, a liberar los tejidos espirituales encadenados;
En el potente concepto de biología del amor, que para Humberto Maturana se aparta del amor como valor romántico idealizado y lo comprende como dinámica biológica del animal Homo sapiens que somos, la humanización es
La huerta, la cocina y el fogón, espacios de la cotidianidad y ritualidad compartida, donde nos sentimos plenamente vivos, donde fluye la meditación y la atención plena (mindfulness), donde acción y contemplación se desenvuelven 91
Gutiérrez (1975).
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caracterizada por el impulso auto-organizativo de nuestra vida social, que se sustenta y se encarna en el amor, la confianza, la solidaridad, la cooperación como patrones de comportamiento y relacionamiento mutuo. Lo que nos hace humanos es precisamente la necesidad y la capacidad de ver y tratar al otro como legítimo otro. Al reconocer la legitimidad del otro en toda su integridad como ser vivo, respondemos a nuestro potencial biológico, recuperamos la propia dignidad y nos hacemos verdaderamente humanos. El concepto de Maturana, encarnado en nuestra práctica espiritual y en el diálogo entre nuestras chifladuras, resuena con la comprensión budista del Amor Verdadero, resultante de la interacción entre sus elementos de bondad amorosa, compasión, alegría y no-discriminación o inclusividad. Imagen 35 Mindfulness
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Nuevas redes conversacionales: vivimos, es decir conocemos, es decir conversamos. Nuestra vida social se expresa en el lenguaje como interrelación del emocionar y el razonar. Las redes conversacionales que constituyen la cultura están dominadas por dinámicas de manipulación ideológica que limitan la autorrealización y el ejercicio de la libertad. Necesitamos inventar nuevas redes conversacionales, formas auténticas de ser y conocer. Este empoderamiento pasa por el aprendizaje del diálogo como forma de vivir, de ponerse en común, de encarnar el amor (por símismo y por lo otro). Estas nuevas coordinaciones conversaciones, planteadas
Maturana como horizonte de “transformación en la convivencia”, guardan para nosotros una profunda resonancia con lo que el maestro Thich Nhat Hanh llama la práctica de la escucha profunda y el habla amorosa, la cual es esencial en el camino de la compasión que lleva a sanación del sufrimiento y la liberación o trascendencia. Ética del cuidado. Al poner el acento en la emoción y la intención del cuidado, las relaciones pasan a moverse en un ámbito ético, donde tienen la misma jerarquía las dimensiones interdependientes del cuidado de sí (autocuidado) y el cuidado de los demás (compasión). La ética del cuidado92 que hoy
o redes de también por
Idea elaborada por Nel Noddings (1984; 2003), filósofa de la educación norteamericana, quien han madurado toda una línea de pensamiento alrededor de la ética del cuidado, que nos inspira como postura epistemológica y práctica cotidiana, desprovista de imposiciones doctrinarias, en la cual se reconoce la importancia del cuidado en los procesos formativos y en ellos se reafirma la dimensión afectiva de cuidar-se y cuidar al otro, de preocuparse por los efectos de las propias acciones y el devenir de los demás. Para ella, este es el fundamento de toda acción moral, que distingue lo particular y único de las relaciones humanas, pero también
se pregunta por la manera en que podemos aprender a sentir, pensar y actuar con cuidado no sólo hacia nuestros congéneres y sus ideas, sino también hacia otros seres vivos, como animales y plantas.
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Enriquece esta visión el trabajo de Carol Gilligan (1982), quien elaboró la idea de una ética del cuidado a partir de sus investigaciones empíricas, con la hipótesis de que las mujeres "hablan con una voz diferente", donde la voz femenina busca promover la “asociación empática con otras mujeres y su conciencia de seres responsables y cuidadosos”.
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buscamos reafirmar en un abordaje alternativo de la educación moral y la formación de una cultura de sostenibilidad, hunde sus raíces tanto en “nociones ancestrales de ‘agapismo’ como en vertientes del feminismo contemporáneo”, generando una perspectiva de transformación paradigmática de las relaciones sociales y educativas en favor del papel formativo fundamental del afecto y el cuidado.
universo. Entonces lo social trasciende lo humano, y estamos llamados a enactuar nuestra “intrínseca humanidad”, no sólo re-aprendiendo cómo respetar a los demás seres humanos, sino cómo respetar a todos los seres/sistemas vivos como legítimos otros. Las enseñanzas del maestro zen Thich Nhat Hanh nos invitan a renovar nuestros lazos de amor verdadero, no sólo con nosotros mismos y con los demás seres humanos con quienes compartimos la humanidad, sino con todos los seres vivos que pueblan el planeta: vegetales, animales, minerales. En últimas, el amor verdadero toma forma y se expresa en el amor por la Madre Tierra, ser viviente que nos ha dado la vida y a quien debemos nuestro trabajo por la sostenibilidad de la vida toda.
La visión ecológica resultante de este movimiento cognitivo en doble espiral conduce a la ampliación de la conciencia humana hacia un nivel de planetariedad que implica de modo complejo al individuo y al colectivo, a la comunidad de la vida y al cosmos. Al reconocer que todo está interconectado (siguiendo el principio reafirmado por el Jefe Seattle de la tribu Duwamish del noroeste americano), podemos alejarnos del antropocentrismo que caracteriza la cultura moderna occidental, para comprender que la vida misma es relacionalidad, es a la vez onda y partícula, célula y cosmos. Todo está relacionado con todo, más allá de un plano intercultural, en la interdependencia ecológica y fractal de todos los seres y sistemas vivos del
Cierre o integración provisional de la chifladura Puesto que la chifladura constituye un proceso emergente del pensamiento que interconecta de manera compleja y holística las dimensiones biológica, emocional, estética, racional, ética y
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espiritual de la vida93, describo la manera como llegué a la integración de mi chifladura en el símbolo de la Doble Espiral. Esta imagen se torna metáfora viva para mediar el proceso recurrente y recursivo de permanente desenvolvimiento de esta pasión cognitiva, que encontró identidad en el nombre de “Narrativas de un método emergente para el aprendizaje en ecología profunda”.
intento reducir, sino al contrario, capturar lo más fiel y densamente posible pues en ella reside su capacidad generadora de aprendizajes. Así mismo, durante el proceso doctoral en el que la chifladura se despliega con nueva forma y nuevo sentido, diversos materiales forman la trama sobre la que mi lanzadera danza para tejer el textil que refleje el espíritu de este buscador. El tejido sigue emergiendo como metáfora potente con su dinámica generadora de sentidos, pero de modo inquietante es un camino conocido que resulta insuficiente. El aprendiente siente la necesidad de renovar el lenguaje, echar a andar la producción de nuevos tropos, para ser fiel a una identidad particular de esta nueva emergencia. En mi propia andadura, es algo así como abrirme al brillo de una nueva sintaxis, dar un salto al vacío para intentar volar en el lado activo del infinito, tal como mostrara la enseñanza de Don Juan a Castaneda94.
Las diversas fibras que hacen los hilos de mi tejido narrativo son sensaciones, emociones, lenguajes, conceptos, valoraciones, decisiones y acciones referidas a múltiples instancias de mi experiencia vital y proceso de aprendencia sobre la vida. Los hitos de esta experiencia tienen texturas y formas particulares que corresponden a distintas etapas, las cuales se interconectan de manera reticular. He aquí que el acervo de la experiencia, que es fuente de la narración, es polimórfico y polisémico; tal es su naturaleza caótica y compleja, que no
Con el Método del método y la Ética de la ética, Morin (2006) nos ayuda a comprender y recordar siempre que
somos complejos: somos simultáneamente múltiples dimensiones interrelacionadas e interdependientes. 94 Castaneda (2000).
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Imagen 36 Rizomas y fractales retoĂąando en doble espiral
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El acto de “desobediencia vital” para “lanzarse al vacío”, al que nos invita el maestro Payán y gustosamente nos entregamos, abre ventanas de orden estético y sensorial para la cognición. Ventanas que ofrecen herramientas metodológicas y a través de la praxis, tienden a convertirse en potenciales mediaciones pedagógicas. Este es el caso de las exploraciones
aventuradas por mi Chifladura en el ámbito de la cognición estética enactuada a través de la acuarela intuitiva, la poesía y la alfarería. Este cierre, que no lo es, hace homenaje al audaz científico Rupert Sheldrake, citando la hermosa manera en que él mismo cerró su libro Renacimiento de la Naturaleza95:
Podemos comenzar a reconectar nuestra vida mental con nuestras experiencias intuitivas directas de la naturaleza. Podemos participar en el espíritu de los lugares y los momentos sagrados. Comprendemos que tenemos mucho que aprender de las sociedades tradicionales que nunca han perdido su sensación de conexión con el mundo viviente que las rodea. Podemos reconocer las tradiciones animistas de nuestros antepasados, y empezar el desarrollo de una comprensión más rica de la naturaleza humana, conformada por la tradición y la memoria colectiva, vinculada a la Tierra y al cielo, relacionada con todas las formas de vida y conscientemente abierta al poder creador que se expresa en toda la evolución. Renacemos en un mundo viviente. 95
Sheldrake (1994).
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