BENMAC Doris Macias Macias
EL OFICIO DEL BUEN MAESTRO CONTRADICCIONES INICIALES: Construir al hombre mexicano, al habitante de un espacio-territorio bien determinado, en ciudadano de un estado y miembro de una misma nacionalidad. El proyecto de constitución de un sistema nacional de educación debería realizarse mediante una especie de expropiación de los poderes culturales que se interponían entre el individuo y el estado (iglesia, etnias, regionalismos, corporaciones, etc.) El sistema educativo debía homogeneizar y uniformar. 1. Las cualidades clásicas: Vocación y moral “El tipo de profesor, tal como con justicia, lo desean los mas ilustres pedagogos, en conjunto de virtudes de todo genero, y su misión no es un oficio, es un sacerdocio”. José Díaz Cobarruvias. El magisterio no se define como una profesión, sino como una misión o sacerdocio. Requiere tanto de un saber cuanto de una serie de cualidades ético-moral. La primera y mas importante de esta vocación. La vocación nos materia de elección nacional. “Se nace educador como se roce artista” Abraham Castellanos. “Cualidades morales”, a falta de vocación espontanea, buena es la vocación adquirida mediante la “reflexión y el esfuerzo de la voluntad”.
Vocación natural Vocación artificial
El hacerse maestro no sea el simple resultado de un cálculo racional o de una mera pretensión utilitaria. La ideología de vocación es causa y efecto del bajo grado de recompensas y de reconocimientos social de que gozaba la profesión. “Sólo el deseo de hacer el bien en el silencio y en el olvido es el móvil puro y verdadero de abrazarla”. En este proyecto político-ideológico el maestro y la escuela eran, sobre todo, educadores. La institución tenía un papel subordinado. El maestro era definido como prototipo o paradigma del hombre ideal que se pretendía formar.