D i st r i b u c i ó n g r a t u í t a
Febrero 2016
N ú me r o 1 6
R a d i o g ra f i a d e u n s u e ñ o D u e n d e v e rd e
CONCLAVE E d i t a D ue nd e ve r d e Coordinación Ágata Tripailaf D a ni e l A r t i l e s Ro d r í g ue z
C o l a b o ra c i ó n S e r g i o E s c r i b a n o D a ni e l A l e j a nd r o O s una L a m a r c k , Ú t e r o I ns e c t a d o Fritz y Arale P. Pereira y Sylvia Fdez Ri c a r d o M ung ui a A ng ui a no Jo t a Lo r i s Miguel Ángel Fecé Allué I ña k i C a m p o m a ne s A r e ns ha
CONTACTO Página web www.duendeverdelit.wix.com/duende duendeverdelit@hotmail.com
Correo duendeverdelit@hotmail.com Duendeverde Fanzine
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GLOSARIO 16 EDITORIAL La Pesadilla CRÓNICAS SOLFERINAS
PUZZLE DE POEMAS EL TINTERO
La arquitectura de los sueños, Mujeres embarazadas, Aquelarre de sueños.
Sueños de morfina, Poema recuperado xxxiv, Mi rata de peluche. Revelación, Sobre el sueño, Al otro lado del cine, Biblioteca cósmica, Diccionario Onírico.
Postres de caranaval,
LENGUA DE GATO Telefono bogabante. RELATOS ASOMBROSOS CÓMIC
DESPEDIDA
Nunca temas, Sueño de papel, Tierras del Sueño, Un sueño de amor, Soñando otra vida. ASTRO Z, Perico en Un sueño de mierda, Sueño con final feliz, La chica de la bici.
El aquelarre, El Eden perdido.
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Como bien delata el óleo “Nightmare”, nos abrimos en canal mediante la parálisis del sueño. Un caballo parece reírse tras una Olimpia recostada. Petrificada: mitad muerta, mitad viva, como el gato de Schrödinger. O quizá existan por duplicado, el uno demoníaco y el otro inocente pero que al girarse, ofrecen un mismo hocico híbrido. Te adentras en hierba azul y lunas custodiadas por gatos protectores, también otros de signo demoníaco. Aquellos que poseen ojos rojos esconden un halo de maldad, pues el alimiento que le proporciones se tornará a favor o en tu contra. No tomes a burla su venganza onírica, se podrian posar sobre tu pecho y representar un teatrillo horrorífico digno de las mejores pesadillas. El miedo se bifurca y pasas de estar asustado a caer en la petrificación total, y ya estás en la caja de Schrödinger, buscando el antídoto para no volver a recordar ese óleo jamás.
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Espacio Exterior
Periodismo Fantástico
Número 17
La arquitectura de los sueños Esa gran desconocida
Marzo 2016
ECMs Sueños ¿o realidad?
Parálisis del sueño. La pesadilla de las pesadillas.
Una mujer sueña que habla con C.G.Jung en sus sueños. Dos efigies se asoman desde la cara oculta de la Luna. El monasterio de la muerte, Sevilla Fotografía: Útero insectado.
¿Qué ocurre mientras dormimos? La vida es sueño y el sueño es muerte. El sueño es vida y la muerte es sueño.
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Actualidad
Se prohíbe dormir a las mujeres embarazadas Durante el sueño, es cuando las mujeres en estado, son proclives a la picadura mortal de la araña Z.
Agencia Muerte ha difundido el terror en los últimos días, atentando contra lo más sagrado: el útero materno. Se barajan varias teorías. La primera sería reducir la población. La segunda, crear miedo, que es de lo que se alimenta Agencia Muerte y, tercera, la que más nos interesa y de la que nadie habla. Llevamos largo tiempo esperando la llegada de una nueva humanidad. La simiente que ha de poblar el planeta tierra de luz y armonía. Una nueva comunidad que no distingue lo femenino de lo masculino, ni el bien o el mal. Lo imberbe de lo exuberante Donde el empleo de vigilantes, tuertos y censores ya no tienen cabida en el mercado laboral. Debido a que la nueva generación destronará el miedo y su proclama será vivir una vida honorable.
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Eventos
Aquelarre de sueños Un grupo de soñadores se reúne en casas abandonadas para soñar, actividad que recibe el nombre de viajes entre ruínas. Eran tiempos fáciles. Numerosas personas se unían a mi club de senderismo misteriosoonírico. Nunca imaginé que tantos individuos podrian dormir pero no soñar. Por eso fue quizá, que sintiera aquel deseo vehemente de reunirlos en pequeños grupos, en pequeños círculos, en diversas casas en total abandono. El fuego los hacía danzar para desmayarse luego bajo mi hipnosis. Muy pronto llegó el infortunio. Ellos pagaban y soñaban en mazmorras y hogares terroríficos. Yo dejé de soñar y cada vez dormía más. Estaba ensanchando los límites y caía, con terror difuso en la hierba, buscando una habitación secreta para morir en paz, alcanzando el profundo sueño shakesperiano.
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ENo te entiendo Sinceramente No te entiendo De repente, soy clarividente
Cada vez que se sueña, se muere Y cada vez que mueres, naces En un sueño dentro de un sueño
Estamos abandonados en la sala de espera Estamos anexionados por la morfina
Me hablas, pero No te entiendo.
Daniel Artiles Rodríguez Daniel Artiles Rodríguez
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Hoy llegué antes de tiempo a dar contigo y vi que a veces sale el sol un poco tarde -llega con una espiral de angustia en la coderaparece que un gusano se ha escondido en la ironía de las vetas de los años y espera que los sueños vengan a por él convertido en mariposa que aletea mientras duerme en tu mirar introspectivo. A veces despertar se a parece dormir en una lata de conservas, a encender un proyector que nos dirá que fuimos pobres, vendrá también por el camino un cartel hacia nosotros con la misma espiral que el sol lleva en la codera y los diamantes que nunca habrá en nuestro cajón. Cuando esto pase sabed que ser feliz es el mayor de los poderes, soñar que tú eres tú y lo demás es lo de menos, que amanecer pudo haber sido para otro y las pipas hacen humo lo que queda del placer. Aún queda una sonrisa en la nevera, la noche aún puede ser peor, tal vez se le gaste la punta al lapicero antes de terminar de .
Sergio Escribano
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Ăštero Insectado
Útero Insectado
Pasarán años y yo seguiré esperando. Quizá pase más de lo que espero, o quizá pase cuando yo ya esté muerto. Si pasa cuando muera, por lo menos cuando despierte, quisiera que alguien me lo dijera. Que nadie se quedara callado, como ahora, que no hay nadie y nadie habla. Habrá que ver el desenlace, y esperar con fe que pase lo que pase. Yo se que vendrá pronto, sólo que no sé si yo me vaya antes. No sé, no sé. Sencillamente esperaré.
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Útero Insectado
Quizá me tome de la mano, me lleve caminando y yo no reconozca, porque de tanto esperar y esperar puede que ni yo mismo me conozca. Entonces, ¿es absurdo esperar? ¡No! Absurdo es vivir sin esperanza, porque lo que espero vendrá, y lo que olvido se perderá. En un mundo como en el que vivo las cosas se olvidan o se esperan, y es simple perder lo que se quiere y querer lo que se pierde. Así es la vida en esta esfera que todos llamamos “Tierra”. Daniel Alejandro Osuna
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Mi rata de peluche, cuando el sol se esconde, no sue単a con el cielo, no navega entre las olas. Naufraga en la noche. Rata de agua, que no sabe nadar. Mi rata de peluche sue単a con la cloaca y se ahoga en las aguas pestilentes. Mi rata de peluche pasa por sus sue単os, chillando y haciendo ruido. No vaya a ser que el silencio la despierte y se asuste con la realidad.
Lamarck
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Wanda
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P. Pereira
No voy a malgastar mucho tiempo ni deseo explicaros en qué consiste un sueño. Pueden ser latas vacías que decores recordando imprudentemente el sabor de los estados noctámbulos. Como decía Harry el sucio: las opiniones son como los culos; todo el mundo tiene el suyo. Parece un desinterés por mi parte. No soy tan cruel. Para unos será el teléfono bogavante o Viridiana… o sueños tórridos, de esos que nunca se acaban hasta que sueña el maldito despertador y nos convierte en victima de un déjà vu. Es como el vahído de la muerte de una estrella moribunda, el estertor del hermano gemelo de Dalí que nunca nació y La Tempesta, de Giorgione convirtió en azufre. Ese que arde en la barraca del viejo diablo y huele a basura quemada. Y el David de Miguel Ángel cayendo por las caderas de tus ojos. Es hora de que la historia del arte sea la plañidera, porque el sueño sólo acaba con la mirada de un necio. Espero que sepas y, si no lo sabes, te recuerdo que las notas musicales conducen a la muerte. Con el Do, te quedas sin oxígeno, con el RE y el MI dejas caer tu rostro, junto a una lágrima que lloró un ángel caído…con las otras notas restantes, resucitas a Freud y cuando veas a una persona en llamas que hayas soñado, vete. Vete con el Moro de Venecia.
Daniel Artiles Rodríguez 19
La primera vez que soñé con ese lugar, al despertar lo anhelé. La segunda vez, había ido a varios lugares parecidos, pero había algo en él que me atrapaba. Caminar. No saber donde ir. Me hacía querer algo oscuro, algo imposible, algo que me debería dar miedo, pero no. La ultima vez que soñé con ese lugar, eso oscuro ocurrió. No fue agradable al final. Ahora espero volver a ese sueño, para sentirlo aunque sea ahí.
Jota Loris
Sylvia Fez Con usted viajaría en las fantasías más peligrosas. Dormiría milenios por soñarte solo una vez. Despertemos en los sueños de dios, que ahí estaría contigo. No descanses de mí, que anochecerás con mis labios en tus manos y mis ojos en tu alma. Perderemos todas las reglas del sueño. Imaginaremos que todo es cierto y no hay pregunta. Nos iremos a ese otro lugar, donde uno solo hace a los dos y el otro nunca se enteró. Despabilar al viento y dormitar al muerto, que la vida no está para cerrar los ojos. O me vez contigo o me sueñas conmigo nada más. Ocúltame en tus verdades adornadas de rareza. Termíneme que hasta en sueños puedes lastimarte y en la cama también se puede morir de cansancio. Sueños blandos de corazones bastos. Sueños viejos para tiempos nuevos y relojes averiados. RAMA
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Ricardo Munguia Anguiano
Si me permite establecer una comparación con el material psiquiátrico, diría yo que las primeras teorías constituyen el sueño como una paranoia, mientras que las mencionadas en segundo término lo hacen siguiendo el modelo de la imbecilidad o de la amnesia” (S. Freud obras completas Amorrortu 1900 IV) El estado onírico se ha revisado y entendido como inútil; como un desvanecimiento del cuerpo y una probabilidad de ser sorprendido en un momento vulnerable, predisponiéndonos a una serie de peligros que, si bien son externos a nuestra conciencia, de alguna manera tienen relación con el sueño y lo que sucede fuera de él. Ciertamente, se desconoce su utilidad y su relación con una estructura plena; podemos decir que en cierta medida se ha intentado explicar como una verdad disfrazada. Quizá desde este punto podemos aproximarnos a una premisa, sobre posibles mensajes que surgen a partir de un suceso inconcluso, apareciendo así como algo contradictorio o estéril. En el mismo orden, establece un simbolismo en los sueños que podrían volver de manifiesto a latir y, que de ahí, se puede discurrir sobre lo que puede significar para el sujeto
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Pero, pretéritamente, los sueños han sido a lo largo de la historia presagios y designios que importan como actos que pueden predecir lo peor o lo mejor, de pueblos, naciones o vidas particulares, dando una importancia casi exacta. Recordemos los sueños en el antiguo testamento, aun así utilizando símbolos ocultos y un lenguaje particular, demuestran que hay una verdad en todo y que esta surge de algún Otro lugar. Atendiendo este punto, encontramos que no hay una generalidad en los sueños, que pueda saberse determinante, lo que se puede decir es que hay simbolismos que el sujeto a través de la palabra podrá descifrar o quizá darles forma. Es más importante que se explique a que se intente entender, pues de ahí podemos encontrar sesgos o formas que ayudan a tener lucidez. En los sueños, como en otro lugar, podemos dejar lo que sucede y sumergirnos para volver después. Es posible que se tomen como una psicosis en donde hay un alejamiento de lo que sucede y se va, como la fantasía en vigilia que emprende el vuelo y llega a otros lugares. Para hacer esto más comprensible me atrevo a escribir que los sueños como materia sirven, sobre todo, a una interpretación que corre riesgos y complicaciones. La idea es tomar los sueños como formas de hablar y nada más. Los surrealistas tomaron como estandarte lo onírico y lo elevaron a un misticismo que se aleja de comprenderse de una manera hermenéutica y quizá manifiesta. Aun así se logra un trabajo excelente con el arte, a partir de sus efectos, que causan un vuelco en la lógica y el orden de las cosas. De alguna manera los terrenos del sueño son impensables y casi indescriptibles, lo que sí podemos adelantar, es que nos han servido para que la belleza o la estética se construya de forma majestuosa y casi incontenible.
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Articulista: Fritz VER Destino. El encuentro de dos grandes genios ONLINE Año: Destino Duración: 7 min.. País: Estados Unidos Director: Dominique Monféry Guión: Salvador Dalí, John Hench, Donald W. Ernst Música: Armando Dominguez Reparto: Animation Productora: Walt Disney Pictures / Disney Studios France Género: Animación. Fantástico | Surrealismo. Pintura. Cortometraje (animación)
Sinopsis: En 1946 Walt Disney encargó a Salvador Dalí la realización del cortometraje 'Destino', basado en la canción homónima de Armando Domínguez. El proyecto no salió adelante por problemas de presupuesto y el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial. Sólo llegaron a rodarse 20 segundos de prueba. Roy Disney y el productor Baker Bloodworth decidieron sacarlo adelante en 2003, partiendo de los bocetos e instrucciones que había dejado Dalí. El resultado se tradujo en un cortometraje surrealista de extrema calidad porque en breves minutos se conjugan esas dos formas de representar el sueño y su fantástica belleza.
Articulista: Wanda VER la hora del lobo ONLINE Año: 1968 Duración: 88 min. País: Suecia Director: Ingmar Bergman Guión: Ingmar Bergman Música: Lars Johan Werle Reparto: Max von Sydow, Liv Ullmann, Erland Josephson, Gertrud Fridh, Ingrid Thulin, Gudrun Brost, Naima Wifstrand, Ulf Johansson, Bertil Anderberg, Georg Rydebergn Productora: Svensk Filmindustri Género: Drama. Terror | Drama psicológico. Surrealismo
Sinopsis: La media noche pasada. Exactamente las tres de la madrugada, el momento en el que hay más defunciones y tambíen mas nacimientos. La hora en la que si duermes tienes pesadillas, si estás despierto te embarga el miedo. La hora del búho. Un soñador se queda dormido, nota como su cuerpo pesa, pesa tanto que podría cavar una fosa en la cama y enterrarse a sí mismo. La hipocresía viste de muchos colores, pero en los sueños todos somos iguales.
Recuerdos, sueños, pensamientos. C.G. JUNG Todas las alusiones a mi intimidad me resultaban penosas, pues cuanto más leía y más enterado estaba del ambiente ciudadano, más crecía en mí la impresión de que lo que conocía ahora como realidad pertenecía a otro orden de cosas distinto de la imagen del mundo que se formó en mí en el campo, entre los ríos y los bosques, entre los animales y los hombres, en un pequeño pueblo sobre el cual lucía el sol, soplaba viento y pasaban las nubes, y todo ello envuelto en la oscura noche llena de cosas indefinibles. No era tan sólo un lugar en el mapa, sino el mundo de Dios, ordenado y lleno de misterioso sentido. Esto parecía que los hombres lo ignoraban y ya los animales habían perdido en cierto modo este sentido. Esto se veía en la mirada triste y perdida en la lejanía de las vacas, en los resignados ojos de los caballos, en la sumisión del perro que se apegaba al hombre y en el mismo comportamiento del gato que había convertido la casa y el granero en su vivienda y lugar de caza. Del mismo modo que los animales, los hombres me parecían inconscientes; miraban al suelo o hacia los árboles para ver en qué y para qué se podían utilizar; como los animales, formaban grupos, se emparejaban y se combatían sin ver que habitaban en el cosmos, en el mundo de Dios, en la eternidad, donde todo nace y todo ya está muerto.
Citas memorables
Soy y no soy, nos bañamos y no nos bañamos dos veces en el mismo río. Heráclito El sueño de la razón produce monstruos. Francisco de Goya Ser o no ser, esa es la cuestión. Shakespeare
Fragmentos Cuantos más conflictos se experimentan en la vida cotidiana, más se necesita soñar. Para resolver problemas psicológicos de diversa índole, la orden hipnótica o autohipnótica de soñar con algo concreto, del tipo que sea, resulta muy eficaz. Los sueños son un poderoso estado de conciencia alternativo que nos da acceso a reinos del ser y de la imaginación no accesibles por otras vías. LA MAGIA DE SOÑAR ISABELA HERRANZ
Sueño
recurrente
Si usted está teniendo sueños recurrentes es muy posible que su inconsciente le quiera transmitir un mensaje. Para descifrar el contenido del sueño trate de identificar las emociones que siente mientras sueña. Tomemos el ejemplo de Alberto. Todas las noches soñaba que se caía desde un quinto piso. El sueño cesó cuando identificó que provenía de una sensación de desamparo.
Sueño
resacoso
Se produce tras una ingesta desmesurada de alcohol. Suelen producirse interferencias entre lo soñado y lo vivido, siendo el soñador incapaz de dilucidar qué es sueño y qué es experiencia.
El día de la marmota ¿Quién no se ha despertado sobresaltado un Domingo pensando que es Lunes y hay que volver al trabajo o a firmar la lista del paro?
Siesta de ortigas Cuando la siesta se prolonga por más de veinte minutos nos solemos levantar desorientados. Sin saber en qué día estamos, ni si es de noche o de día, con las orejas coloradas y una molesta sensación de picor y enfriamiento corporal.
Sueño lúcido Sueños en los que el
soñador
se
percata de que está dentro de un sueño, pudiendo
actuar
deliberadamente, contando una
así
con
inmensidad
de posibilidades que sólo se dan en
los
mundos
oníricos.
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ES DO RA TO NTI ME
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¡¡ TIBU RON !!
PSSSB -PSSSB GATITO, GATITO
ZZZ
JOOO. . .
UN HUMANO SIN DOMESTICAR, ¡¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!!
Arale
Ingredientes: Harina, agua, sal y miel.
«Algunos esperamos todo el año para degustar los sabrosos postres del carnaval, unas de las pocas elaboraciones ancestrales que todavía palpitan en el recetario del siglo xxi. »
Receta de Ágata
Contratas a los tres mercenarios para una misión en el barrio chino. Ordenas matar al que plagia y luego matas a todos menos a uno. A ese lo mandas a robar un teléfono antiguo y le juras que le dispararás en las pelotas si no se da prisa. Llega deprisa con el teléfono. Arrastra sus cables chispeantes y saca una langosta, desprendiendo su cabeza lentamente. Se parece bastante al original y nos disparamos mutuamente, cayendo sobre un gato chino y festejando el año del mono.
Ingredientes: 1 barrio chino 3 mercenarios 1 artista que copia originales 1 teléfono antiguo y 5 dosis del método paranoico obsesivo. Receta de Fritz
Otra vez de noche. La luz de las ventanas se difumina y los contornos de las puertas se definen. Otra vez a oscuras, el resplandor de la televisión refleja sobre los ojos del gato que dormita sobre mi pecho. Esfuerzo. Me esfuerzo en mover mi cuerpo paralizado por el sueño para llegar hasta la bañera. Sumergida en el agua me encuentro a salvo. Tarareo un éxito del dosmil que ya nadie recuerda. El corazón descansa, o se eleva, y lo envuelvo con la toalla. Es la hora. Tendida sobre la cama, los dedos de mis pies se caen al suelo. No me importa recogerlos si puedo evitar mirar en el espejo. He de procurar que esté todo en su sitio antes de saltar al plano onírico. Vaso de agua en la mesita, luz tenue encendida, katana debajo de la almohada. Estoy lista. Cierro los ojos y las vibraciones recorren mi cuerpo. Un aire frío agita las ramas de los árboles contra las ventanas mientras un acorde pluscuamperfecto palpita la melodía del samurái.
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Ă gata Tripailaf 41
Antes de despertarme, sentía sueño. Pretendía reelaborar un sueño de la semana pasada. Pero, algo lo impedía. Padezco una enfermedad, desde temprana edad, muy rara llamada Narcolepsia. No recuerdo casi ningún sueño: me quedo dormido comiendo, hablando o en el palco de un teatro. Como es costumbre aristocrática me amarraban a la cama y me reactivaban con adrenalina, unas tres veces al día. De todos modos, respecto a lo que a mi memoria se refiere, estaba seguro de haber presenciado un asesinato. Gracias a esa razón y una circular de mi psiquiatra me adentré en el puerto, donde marineros borrachos vomitaban frente a los amarres de sus barcos y un chino me silbaba en la otra esquina. -No, Doctor, la mirada era limpia. Además, me fijé más en las dos trenzas y su sonrisa desdentada- dije a mi psiquiatra personal. -¿Cuántas horas estima haber dormido, Señor?- preguntó con sarcasmo. -Las horas exactas para saber que no maté a nadie. -¿Y esos cortes? No se quede dormido ahora o lo matarán. No pude articular palabra, el regresó con su aguja de adrenalina golpeando mi pecho. Todo se paralizó en negro. Desperté, esposado, con las manos ensangrentadas en una sala de interrogatorio policial. Levanté, como pude la cabeza, dando bandazos ante la voz de un policía que me alargaba un café y decía: ¿ha matado usted a su psiquiatra? No, a la chica, supongo, murmuré hasta caer rendido en otro sueño muy profundo.
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Daniel Artiles RodrĂguez 43
Recuerdo las palabras de mi padre tanto como la belleza del atardecer en el que las pronunció. El mundo de los sueños es enorme, un lugar tan grande que podría contener cien mundos como el nuestro. No es solo un reflejo de nuestra tierra, sino también de cómo la ve cada uno de nosotros, tan vasta y tan compleja que aunque viajases durante mil años no verías todas sus maravillas. Hacer un mapa de ella es tarea imposible pues sus fronteras se retuercen y mudan como los deseos de los hombres que las crean. Entonces él dibujó un círculo sobre la arena del jardín con aquellos dedos largos que tan bien sabían hacer cosquillas. Este es el borde, la frontera que linda con el mundo de la vigilia al que tanto se parece. Es un lugar tranquilo que ha cambiado mucho conforme lo hacía este. Allí se encuentran las ciudades grises, donde las gentes viven sueños anodinos y no saben distinguir si duermen o están despiertos. Entonces levantó el rostro, su mirada, tan alegre siempre, parecía tal vez un poco apagada. Qué pena, ¿no crees? Es una lástima que se pierdan la diversión… Y entonces la sonrisa volvía a él y me la contagiaba. Cuanto te alejes del borde comienzan a sucederse los portentos. Cada vez en mayor medida conforme te adentras en la fantasía. Sus ojos seguían mirando la arena pero veían mucho más allá mientras su índice señalaba lugares en aquel torpe mapa. Riocreciente, que al revés que los ríos de la tierra trepa por las montañas hasta un glacial. Aquí están las cataratas ascendentes en las que el agua sube y los pescadores usan redes cazamariposas para atrapar peces que relucen con los colores del arcoiris. Esta es la carretera dorada, hecha de baldosas amarillas que cruza el país de la eterna mies. Aquí está la torre vigilante, tallada en una perla colosal, encargada de vigilar las pesadillas que aguardan más allá. El muro de fuego, Tumbatriste, Primerhogar, el puerto de Velusia, el palacio de Kurannes en Celephaïs donde el tiempo no entra, Cantera de sueños, el campanario sombrío, la fortaleza del soñador, la torre de la llave de plata…
Señaló el centro del mapa y su sonrisa se acentuó. Las cortes danaá, donde cualquier anhelo es posible y cualquier pensamiento se hace real. Los reyes y reinas viven entre gloriosos lujos inconcebibles en ningún otro sitio. Sus murallas son un dragón dormido y las nubes quedan por debajo de sus más altas torres decoradas en esmeraldas y turquesas. Aquí viven las tres damas blancas vigilando los buenos sueños, el rey Oberón y Titannia entre canciones y bailes, aquí medita también Arturo, preparándose para la batalla final, y muchos más… Y me contaba sobre los perpetuos festejos danaás que no eran hombres ni trasgos, y que tenían pensamientos extraños y maravillosos. Yo le escuchaba fascinado mientras, sin darme cuenta, perdía el miedo al mundo que surgía cuando cerraba los ojos en la noche..
Miguel Ángel Fecé Allúe
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Nota: este texto es exclusivo e independiente, dentro del contexto del universo de la saga de obras Aesir-Vanir. Sandra había abandonado a su último marido hacía veinte años. No es que su matrimonio funcionara mal, al menos, en lo que se refería a él. Pero ella tenía otros planes. Como androide de infiltración y combate, su apariencia humana era una ventaja para pasar desapercibida entre una humanidad cada vez más agresiva y violenta con su especie. Pero vivir sola era un grave problema. Por otro lado, convivir con un hombre al que engañase para pasar como dulce y buena esposa no parecía muy ético, pero le permitía ocultarse de la manera más efectiva: haciéndose completamente visible a la sociedad. El problema era que no envejecía y, aunque podía modificar su rostro, tampoco quería prolongar demasiado cada matrimonio. Pero su vida de soltera levantaba sospechas. Había llegado el momento; tendría que buscar un nuevo complemento para su vida. No era difícil que un hombre se fijase en ella; sus diseñadores ya se habían encargado de eso. Que se enamorase de ella ya no era tan sencillo. Y que soportase su pérdida unos diez a quince años después, se hacía extremadamente complicado. No podía, ni quería, dañar a un ser humano. Pero su única posibilidad de supervivencia se basaba en ocultarse de una humanidad violenta y despiadada con los androides, especialmente si no acataban las estrictas normas impuestas. Sandra se había conectado a la nueva red de sueños interplanetaria, la World Dreamer Web, sin dificultad. Sus ondas cerebrales basadas en computación cuántica podían imitar perfectamente las de un ser humano, y sus patrones de comportamiento simulado eran indetectables para los filtros de control de robots y androides de la Global Security Agency, la entidad que se encargaba de velar, y controlar, a toda la especie humana. Pero la WDW era mucho más; adaptada a las frecuencias del sueño en fase REM, permitía, durante la fase onírica de cada ser humano, conectar, y compartir, todo un sueño de posibilidades e ilusiones con todo el planeta. El ser humano pasa una tercera parte de su vida soñando, luego, ¿por qué no aprovechar ese tiempo para seguir manteniendo relaciones sociales con los demás? La humanidad es un ser social. Llevar ese aspecto social a los sueños era una meta que ahora estaba al alcance de todos.
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Naturalmente, Sandra no necesitaba dormir para conectarse a la WDW, entre otras cosas, porque los androides no necesitan dormir. Su red neuronal cuántica había sido además modificada años atrás por alguien, otorgándole dotes extraordinarias, y le había dado unas capacidades mejoradas, que la convirtieron en un ser único. Ella lo sabía, pero no sabía quién, ni por qué. Ahora no importaba. La gente murmuraba de ella; una joven viviendo sola, sin un trabajo conocido, sin amigos… Tenía que casarse; así sería una sencilla ama de casa. No tendría hijos, pero tampoco importaba demasiado; cada vez era más común criar a hijos generados en biomatrices artificiales. Ella solo tenía que obtener un óvulo de alguna ciudadana, a la que dormía plácidamente, y todo quedaba finiquitado. Era medianoche, en el horario de Sidney, cuando se conectó a la World Dreamer Web. Inmediatamente se deslizó por los gigantescos túneles de datos y emociones que viajaban por la red. A diferencia de los seres humanos, ella podía ver, y analizar, el torrente incontenible de información que se movía por los gigantescos nodos planetarios, que disponían también de conexiones en la Luna y Marte. Las emociones de los hombres y mujeres no eran en absoluto convencionales, y cada una de ellas llevaba la firma del cerebro de quien la había generado. Allí, entre miles de sueños, anhelos, frustraciones, deseos, miedos, fobias, rabia, y otros sentimientos, encontró una mente de alguien que podría ser perfecto. Era un joven que además vivía cerca, en Australia. Veintisiete años, soltero, con un carácter fuerte, con ideas clásicas sobre el matrimonio, especialmente en las relacionadas con la esposa: debe estar en casa, cuidando de los niños. Esa era la labor de una mujer, según su criterio, y el del planeta casi al completo. Sandra no podía leer la mente de los seres humanos, ni siquiera en la WDW. Pero, en aquel torrente de información de millones de hombres y mujeres buscando algún tipo de relación, mostrando sus mentes desnudas y abiertas a todo el planeta, ella podía conocer quién se adaptaba a cada necesidad, a cada momento, a cada proyecto para el que necesitara ayuda. Y aquel joven era sin duda ideal. Él la trataría con dulzura, pero estaría sometida a la voluntad de sus actos y de sus ideas. Las viejas guerras por la igualdad del hombre y la mujer eran ya historia. Las ideas conservadoras, siempre fuertes y renovadas, habían triunfado nuevamente, en un mundo cada vez más frío y monolítico, donde las costumbres de siempre eran, más que nunca, las actuales, incluyendo la de que una mujer se ha de someter a los designios de un hombre, porque lo dice Dios, o, simplemente, porque lo dice el hombre.
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Aquel joven se llamaba Phil, y procedía de una casta de ideas conservadoras desde los albores del siglo XVIII. Una familia de bien, que había criado a un joven de bien, en las castas y puras ideas perversas de una sociedad pervertida y corrupta. Pero Phil era un hombre noble. Podía tocar sus pensamientos, examinarlos, abrirlos en sus manos, y ver sus sueños, sus anhelos, sus frustraciones… Podía contemplar sus ideas, y podía conocer cada pequeño detalle de su vida. Cómo fue un buen alumno en clase, cómo conoció a su primer amor, y cómo fue su primera sesión de sexo. Pudo ver cómo había dejado la carrera de historia por la de derecho, acuciado por la presión de sus padres, y pudo ver el dolor de su primer amor roto. Todo eso se depositaba en sus manos, como si los pensamientos de Phil fuesen un manantial de agua clara. Aquella noche, el joven estaba dispuesto. Con sus defensas bajadas, se encontraba en un bar que no existía, tomando una cerveza que nunca fermentó. En aquel sueño de la WDW, nada era, real, y todo lo era. Construida por los sueños de millones de hombres y mujeres, era el lugar ideal para huir de la realidad. Pero la realidad acecha en cada esquina, y Phil lo iba a constatar. Sandra se acercó, y Phil la vio entrar en el bar virtual. Inmediatamente abrió los ojos ante aquella joven de ojos azules y largo cabello negro, que se acercaba sonriente hacia él. Tragó saliva mientras ella se sentaba a su lado pidiendo una copa. Al cabo de un par de minutos, decidió que tenía que intentarlo. —Hola, disculpa, no eres de por aquí, ¿verdad? —Sandra se volvió hacia él, clavó su mirada azul en Phil, y sonriente, contestó: —No, no soy de aquí. Todavía. Pero tengo la sensación de que eso puede cambiar…
Iñaki Campomanes
Por Arensha -...y fue el día que me diste aquel beso justo antes de tirar la colilla que incendió nuestros dias. Del primer al último día no hicimos más que arder y en realidad tu sabias que aquella combustión nos iba a matar lentamente. Siempre fuiste un hijo de puta. Mi droga. Te hiciste más necesario cuanto más te consumía. Luego todo lo recuerdo como un batido de ironías y gritos, de trastos volando, de aquello a lo que llamamos amor… y nadie sabía que en realidad estábamos enfermos. Teníamos la enfermedad del nombre del otro. Y agonizábamos. La desesperación pudo conmigo. Fui la más débil porque yo amé con menos medidas. Tu siempre tan silencioso y tu juego de adivinanzas, maldito hijo de puta. ¿Te acuerdas de la tarde en el desfiladero? No sé si fue el sol, o la tierra torrefacta… o que el mar estuviese demasiado lejano para que nos salpicara la mierda del océano que nos ha llegado a separar, que aquella tarde apenas dijimos nada. Solo nos sentamos juntos, separados por kilómetros de distancia, y sin embargo eso nos acercó más que nunca. El silencio amansaba a mi Cancerbero, y a tu dragón sediento y los dejaba dormir tranquilos a las puertas del averno. Nos estorbaba el mundo y nunca conocimos más fronteras que el final de nuestros dedos. Ahora, si no estuviésemos aquí, y así, estoy segura de que encontraríamos algún ángulo muerto de éste maldito edificio y nos volveríamos locos el uno por el otro. Cómo siempre y más que nunca. Te gustaba oírme gritar y deshacerme con tus dedos. Disolvernos bajo sábanas y un traqueteo que ni el más veloz de los trenes podría superar. Joder… podría hacerlo aquí mismo porque a mí se me apaga el mundo cuando me miras fijamente y veo que tienes ganas de incendiar el colchón. Y nadie nos entendió nunca. Ni a nosotros nos importó. Nadie dio un duro por lo nuestro, y no nos hizo falta por que lo nuestro no era contar duros, ni Durex… y sigue siendo incontable. Te miro y siguen asaltándome todas esas imágenes de los mejores momentos que llegamos a vivir. La escapada a Ventos, en la que nos perdimos por el bosque y pasamos la noche fuera del campamento, intentando no morir de frío y agudizando el ingenio para sobrellevar nuestra imprudencia. ¿Fue esa la primera vez que ambos remamos en el mismo sentido? Y la única. Siempre fuimos dos temporales de invierno, en plena costa.
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Dos tanques de nitroglicerina que no supieron nada más que amarse de cualquier manera. A lo mejor, cualquier manera no era la correcta, pero sé que no supimos amarnos de otro modo. Nunca cambiaremos, estoy segura. Y cuando la vida nos separe, que lo hará en algún momento, siempre llevaré una mecha corta con tu nombre, por si acaso alguna vez alguna enfermedad mental me hace olvidarlo… pero aun asi, yo me miro a mi misma y me veo como el polo opuesto de tu imán, ambos sin conciencia pero destinados a atraerse a otro nivel superior al que podría concebir esta raza ¿humana? que de tanto moderarse es lo más inhumano que ha pisado la tierra. Ahora me acuerdo de la semana que estuvimos en la casa del pueblo, la que era de mis abuelos. ¿Te acuerdas? No eres de olvidar mucha cosa, asique probablemente no hayas olvidado que allí nos acabamos de enfermar del todo. Allí supe que mi vida no estaría completa si no era a tu lado. Si no era contigo. Si no era un “juntos”. Sin “para siempres”. Solo contigo. Como ahora, en este mismo momento, que te miro y para mi no han pasado estos últimos quince años y que realmente no tenemos otra vida distinta a la que un día aspirábamos. Te miro y yo no he conocido a Alberto, ni tenemos a los gemelos. Y tu no estas a punto de dejar viuda a Paola. Te miro y estamos en el monte de Ventos, agotados por el frío y el cansancio y me calientas las manos con las tuyas, y me duermo apoyada en tu regazo sabiendo que siempre estarás a mi lado para protegerme de cualquier cosa. No estamos en esta fría habitación de hospital, ni tu madre está llorando en el pasillo. Y la mujer con la que te casaste, no está celosa y odiándome, perdiéndose todo lo que yo tengo que decirte… no estamos aquí. Estamos en el desfiladero, al calor del verano, en silencio, preguntándonos que será de nosotros dentro de unos años. No estamos en una tarde fría y triste, muy triste, de invierno. Tu estas escuchándome. No me importa lo que digan cuatro medicuchos que nunca han visto cómo llegamos a quemar el mundo, solo con mirarnos. Que digan lo que quieran. Ellos no saben nada de esa llama viva que tienes ahí dentro, que te está haciendo escuchar mi voz. Llevas tres días así. Esperando a encontrar el momento de irte. Ese momento que todos esperaban que les sorprendiese a cualquier hora pero yo sé que estabas esperando por mí. A oírme y sentir mi mano una vez más. Sé que sientes el calor de mis dedos entrelazándose con los tuyos. ¿Sabes? No he podido resistirme a venir, a verte una última vez. A decirte que en esta vida, y en las que vendrán, siempre serás mi lastre, mi sueño incumplido, mi pena en el alma. Yo he soñado siempre otro final. Cuando me dijiste que no me querías, que te ibas con otra y te vi felizmente planeando tu boda con tu ahora mujer, pensé que mi mundo se caía… pero entre los llantos, una voz acallaba mis quejidos diciéndome que yo sabía que no era así. Luego yo conocí a Marcos, y vinieron los gemelos. Y nos fuimos a vivir a las afueras y con los años, con los quince que han pasado, había logrado dejar de pensarte. Vivo una vida feliz, con un buen hombre y una buena familia… pero la mecha de mi costado me obligó a venir y no quedarme con todo esto dentro. Sé que estabas esperando por mí. Y he venido. Aquí estoy. Puedes irte tranquilo. Esta es la vida que hemos escogido, y la que tú escogiste para los dos aunque no hubiese día, en que yo no soñase con otro final. Nos veremos en la que viene. Descansa..
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EL AQUELARRE El gabinete de hechiceros de Duendeverde se reĂşne para tomar cafĂŠ con aguardiente Una vez bebido el elixir, miran en los posos el devernir de los acontecimientos futuros.
Aries: Peor día del mes: 12 de Marzo / Mejor día del mes: 16 de Marzo. Es el momento de soñar, de alcanzar grandes pensamientos y no rendirse ante la peor enfermedad que padeces: tu egocentrismo. Tauro: Peor día del mes: 11 de Marzo / Mejor día del mes: 21 de Marzo Apadrina un sueño. Dale amor y recibe con cariño los dibujos infantiles de un niño de Mercurio. Géminis: Peor día del mes: 15 y 16 de Marzo / Mejor día del mes: 9 de Marzo Ten cuidado con el amor y con las escaleras. Sobretodo con la relación entre ambos conceptos. No te defenestres sin antes plantar un árbol y escribir un mal libro. Cáncer: Peor día del mes: 2 de Marzo / Mejor día del mes: Los Lunes Estás atravesando una evolución muy conspiranoica. Lo que percibes es y no es. Quizá se trate de un mal sueño o, quizá sea real. Leo: Peor día del mes: 16 Marzo / Mejor día del mes: 18 de Marzo Este mes emergerán nuevos sueños con los que ilusionarse. Abre tu armario y regala las prendas que ya no uses. Virgo: Peor día del mes: 18 de Marzo / Mejor día del mes: 17 de Marzo Aprovecha para hacer realidad tus sueños eróticos, pues jamás volverá esta oportunidad. Libra: Peor día del mes: 13 Marzo / Mejor día del mes: 16 de Marzo Siempre te asocian con la balanza, pero estás como una regadera. Ya no disciernes si vives en un sueño o en la vigila. Lo mismo te ocurre con el bien y el mal. Escorpio: Peor día del mes: 12 y 13 de Marzo / Mejor día del mes: 8 de Marzo The final countdown. No te dejes doblegar por tus pesadillas. Dile a tu visitante nocturno “adiós”. Sagitario: Peor día del mes: 1 de Marzo / Mejor día del mes: 19 Marzo Recuerda: “Mejor sueño en mano que ciento volando”. Haz zumo con el sueño que has atrapado y sentirás como te revitaliza el alma. Capricornio: Peor día del mes: 7 Marzo / Mejor día del mes: 17 de Marzo Todos los signos con cuernos están en conjunción contra el fuego cósmico de los sueños procedentes de la constelación de Orión. Acuario: Peor día del mes: 5 Marzo / Mejor día del mes: 10 de Marzo. Ya es hora de que saques a la luz tu sueño más secreto. Cierra la ventana para que no escape. Piscis: Peor día del mes: Ninguno / Mejor día del mes: 11, 12 y 13 de Marzo No por mucho molestar se sueña más temprano. Tus glorias pasadas entorpecen tus sueños lúcidos. Intenta mejorar la relación con tu psiquiatra.
Crónica de viajes de Félix Rodríguez de la Fuente Este es el paisaje cotidiano para los hombres de la ciudad, este es un paisaje extraño a los que venimos de vivir una larga aventura en la selva y, sobretodo, a los que vienen de pasar la vida en la selva. En nuestra mente, y estoy seguro de que también en la mente de las nutrias que me acompañan en este viaje a un recuerdo impedecedero. El recuerdo de la libertad, el recuerdo de los paisajes infinitos, el recuerdo de los lugares quietos, primigenios, dónde pasamos la mejor parte de nuestra vida. Pero tal vez conviene que recuerde que yo traigo una nutria amiga, una nutria a la que conocí en el alto Orinoco. Una nutria a la que salvamos de la muerte en manos de los peleteros, una nutria que en este caso viene acompañada por una hermana suya. La primera nutria, la protagonista, se llama Waika; su hermana, Etehía, que en idioma yanomamo quiere decir nutria gigante. Qué preocupado estaba yo, y qué triste también, al llevar a mi nutria de las tierras remotas, salvajes y libres a mi mundo, al mundo de los hombres civilizados, y cuánto echaba yo de menos el mundo de los hombres llamados salvajes. ¿Quienes están en posesión de la verdad? ¿Ellos o nosotros? Mas para mi nutria y para mi ya no había solución, estábamos en la civilización. Habíamos vuelto a Europa, concretamente a España, a Madrid. Los recuerdos de la selva, los recuerdos de la vida en libertad quedaban muy lejos, estábamos entre la gente, estábamos en la civilización floreciente, progresista, orgullosa. Estábamos en la contaminación, en el cansancio, en la degradación. Muy lejos había quedado la paz, los pueblos llamados salvajes. Quizá por esta razón, y por todas estas razones, que solamente puede comprender un hombre que viene de hacer una larga expedición en compañía de sus animales, en compañía de su equipo que ha filmado una serie entera de películas que ustedes conocen, he titulado a este capítulo El Edén Perdido.
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Estamos en otro mundo, quizá las nutrias sueñan con su infancia. Quizá yo mismo sueño en el sueño de mis nutrias. Las cascadas y las cataratas del Orinoco, el mundo suyo, el mundo viejo del hombre. Música de agua cristalina, música de agua que no lleva lejías, ni cloro ni compuestos químicos que matan el equilibrio ecológico. Música que ya casi no se oye en ningún sitio. En la mente de mis nutrias, viejas, primitivas. Estamos soñando para ustedes.
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