envía los paquetesurgentes con mudanzas bestiales, ¡los más competentes!
en mudanzas bestiales no cometemos errores.
en mudanzas bestiales nunca rompemos nada.
en mudanzas bestiales entregamos a la hora y deprisa.
en mudanzas bestiales
nunca perdemos nada.
entregamos todos los paquetes…
Céline Claire Texto de
Ilustraciones
de Thomas
Baas
¡cueste lo que cueste... ! y con una sonrisa
La Déménagerie
© 2023, Comme des géants, Varennes, Canadá. Texto © 2023 Céline Claire
© Editorial Éccomi, Barcelona, enero 2025. S.L. sobre la presente edición. www.eccomibooks.com
Traducción: Irene Vílchez
Depósito Legal: B 20329-2024
ISBN: 978-84-19262-56-1
N° de Orden ECC:0057
Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial.
texto de Céline Claire ilustraciones de Thomas Baas
Sopla el aire esta mañana y en Mudanzas bestiales trabajamos con ganas.
Théo pregunta:
—¿Cuántos paquetes habrá hoy para entregar?
El tío Charles le responde:
—Tenemos cuatro: uno muy alto, otro muy grande y dos muy pequeños.
—¿Qué hay en el paquete grande?
Charles no lo sabe, pero no es importante. En Mudanzas bestiales entregamos todos los paquetes, cueste lo que cueste, y con una sonrisa.
—¡Allá vamos! —dice el tío Charles con cara de esfuerzo.
Mientras Charles va conduciendo, en la parte de atrás del camión pasan cosas sorprendentes. Cosas alucinantes.
Muy, pero que muy raras.
—¡Anda! ¡Mira quién hacía todo este ruido! —exclama Théo.
Y su tío le advierte:
—¡Uf, es muy tarde! Tenemos que irnos, luego ya nos encargaremos de él.
Cuando al fin paran en la primera dirección, se llevan una decepción…
—Pero ¿qué ha pasado?
¡Las etiquetas se han despegado!
—¡En Mudanzas bestiales no cometemos errores!
—¡Buenos días! ¿Este paquete es para usted? ¿O su paquete es este otro?
—El gorila tendrá que viajar sin empaquetar, ¡esperemos que se sepa comportar!
Y, como el gorila promete ser bueno, el camión arranca de nuevo.
En la próxima parada van a entregar el paquete más alto.
Pero
¿dónde se ha metido?
¡Míralo, ahí! El gorila, encantado de poder echar una mano.
—Uy, ¡esto va a ser un desastre! En Mudanzas bestiales nunca rompemos nada.
—Hola, señor, ¡muy buenos días!
Le traemos su paquete… casi en perfectas condiciones.
Cuando Mudanzas bestiales vuelve a la carretera, el tío Charles está hecho una fiera.
Théo, en cambio, está muy contento, y con el gorila disfruta el momento.
Y, de pronto, oyen unos ruidos muy raros. «Taf-taf… Clac, clac, clac».
El tío Charles está que arde: —¡El paquete pequeño lo entregaremos tarde!
Esta vez al gorila no pueden culpar si el camión se acaba de averiar.
—¡Aquí tiene su paquete! ¡Casi sin retraso!
El tío Charles dice: —Menos mal que al gorila lo entregamos por la tarde y antes podemos llevar el camión al taller.
El gorila ayuda a mover el camión.
¡Y lo hace como un campeón!
El taller está cerca de un lago espectacular y el gorila y Théo van un rato a nadar.
—Gorila, ¿sabes adónde tenemos que llevarte?
¿Tal vez a la sabana? ¿Tal vez a la jungla?
¿Tal vez a una reserva inmensa donde viven más gorilas? Y seguro que habrá baobabs.
¡Qué bonitos son los baobabs!
Entonces el tío Charles consulta la hoja de ruta, y no parece que haya baobabs en el lugar donde van a llevarlo.
Pero en Mudanzas bestiales entregamos todos los paquetes, cueste lo que cueste, y con una sonrisa. Da igual lo que pensemos.
El tío Charles grita a pleno pulmón: —¡Vamos, rápido, al camión!
Ya casi es de noche cuando llegan al número 22 de la calle de los Leones.
—¿El gorila puede quedarse con nosotros? —pregunta Théo.
El tío Charles responde:
—Ya sabes que en Mudanzas bestiales entregamos todos los paquetes, cueste lo que cueste.
—También se supone que los entregamos con una sonrisa, pero ahora mismo no estamos de humor… —replica Théo.
—Se me ha ocurrido una idea… ¡Rápido! ¡Unos pinceles! ¡Una gorra!
Y, sobre todo, ¡silencio!
—Señor, por favor, disculpe. Venimos a decirle que en Mudanzas bestiales hemos perdido su paquete.
—Lo sentimos mucho, de verdad.
—¿Y ahora adónde vamos?
—¡Al país de los baobabs!
