Antología Poética – Volumen II // 1
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© Copyright 2022 - Etel Carpi Antología Poética – Volumen II ISBN libro digital 978-987-656-515-8 Libro impreso en el mes de Agosto de 2022 ISBN 978-987-656-508-0
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Carpi, Etel Antología poética / Etel Carpi. - 1a ed. - Junín : De Las Tres Lagunas, 2022. Libro digital, PDF/A Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-656-515-8 1. Antología de Poesía. 2. Poesía Argentina. I. Título. CDD A861
Corrección a cargo del autor Fotos: Etel Carpi Ediciones de las Tres Lagunas España 68 - Telefax 54-236-4631017 - 154 648213 Junín (6000) - Pcia. de Buenos Aires - Argentina E-mail: ediciones@delastreslagunas.com.ar
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“Al silencio, mi compañero de vida”.
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A MANERA DE PREÁMBULO “Nunca rompas el silencio, si no es para mejorarlo.” Ludwig van Beethoven
RECORDANDO A ALFONSINA Rememoro sueño espero ante mí una catarsis de silencios anuncian la noche el aroma del mar el sabor del mar el sonido del mar rememoro aquel otro crepúsculo glorioso con los colores del mar del sur. Gaviotas ostreros cormoranes pingüinos yo los amé yo los viví eran mi vitamina ahora envuelta de tiempos muertos ya no puedo tenerlos pero está el mar está su voz
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en mi memoria en la soledad suprema de esta noche sólo su voz escucho le digo: ven a buscar mi tristeza ven a buscar mi dolor mañana. El pasado volverá en forma de esqueletos roídos por su sol. El futuro un interrogante un misterio nada todo ya fue no será más soledad… so la. En las gaviotas (30-3-2010)
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AUTOPRÓLOGO Al cumplir, los 50 años de vida escribiendo poesía, decidí festejarlos con una antología que aglutina la mayor parte de la poesía escrita, publicada en diferentes libros y años; como así también, poemas inéditos de todos los tiempos, los que quedaron descartados y que luego, en el repaso de unas 3.000 poesías escritas (sólo llevé la contabilidad de 1.500 en la primera parte, que fue el tiempo de mayor producción; luego, escribiendo más esporádicamente, decidí no contabilizarlas más). Pero hoy, recopilando, calculo esa cantidad final. Y haciendo un trabajo de reconstrucción, puedo rescatar otras poesías valiosas que nunca publiqué. Divido la Antología en 3 partes o volúmenes para separar las distintas etapas de mi vida, donde (según mi opinión) hay alguna diferencia en la forma de escribir, empezando por lo clásico, romántico, de versos rimados y terminando con versos libres, modernos, en prosa poética, etc. En realidad, tratando de incursionar en todas las maneras de escribir poesía, evolucionando a la par de los cambios que los poetas fueron introduciendo en el tiempo, donde la contemporaneidad nos invade, sin por ello dejar olvidados a los escritores clásicos que florecieron en una época de gran despliegue de todas las artes.
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En el transcurso de la lectura, cada lector irá descubriendo quienes han inspirado mi forma de escribir, algunos los nombro, otros están ocultos en los versos, en el armado de las estrofas, en la rima, etc. Y como en el andar y como tarea de aprendizaje, totalmente autodidacta, fui encontrando mi propio estilo y aunque pasé por todos los temas, sin duda que el tema recurrente es la naturaleza y sus formas de vida: fauna y flora, los maravillosos paisajes de mi País y la defensa de los ecosistemas, con una mirada naturalista que fui desarrollando en los incontables viajes de investigación para nutrir mi escritura y las pinturas que también acompañan el viaje poético. Espero que disfruten de su lectura. Recomendando que lo hagan despacio, porque la poesía se lee de a ratos, de a poco, y se vuelve a releer una y otra vez en el transcurso del tiempo, donde seguramente irán descubriendo nuevos mensajes que en una primera lectura pueden pasar desapercibidos. Mi poesía es simple, para que todos la entiendan. Es un libro casi autobiográfico. No pretendo llamarme poeta, pero sí, sin duda, la poesía me acompañó en todos los momentos de la vida: buenos y malos, ella ha sido la terapia que me ayudó a transitar este planeta tan maltratado por el ser humano. ETEL CARPI Abril 2022
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VERSOS A LA NATURALEZA (1975 a 1989… y más)
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Del libro ENTRE LA NATURALEZA Y EL ARTE. (1975-1981) Editado en el año 2011
DE NOCHE una noche en el Parque Nacional Tierra del Fuego.
Es noche Y en el bosque el silencio canta, Lo envuelve un aire de magia Que vaga entre las ramas. Es noche, Una luna brillante Palpita en luz sobre la nieve Que corona las montañas. Un rumor dulce De agua entre piedras Rompe el silencio. Tengo rocío en mis manos, Aroma a corteza fragante... Es noche Y siento alas en mis brazos Para volar con la brisa Y acariciar las ramas. Tengo estrellas en los ojos, Me siento fresca como la noche, Como el aire helado; No quiero dormirme, Quiero ser dueña de esta noche Que es mi regalo.
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LA MUERTE DEL TIEMPO a los bosques petrificados.
Camino del tiempo... Partió mi alma temerosa, ansiosa... Y voló por el sendero desdibujado, gris Hacia donde quedó dormido el tiempo. Oración de viento y polvo En monocroma sinfonía Envolviéndola de frío, de misterio... Camino del tiempo En andas del desierto sin vida aparente, (dulces criaturas allí duermen). Buscando el misterio, el temporal secreto. En andas de la luz amatista Que cruzó mis ojos y me abrazaba, De la paz infinitesimal Que florece en la roca, en el arbusto seco Cubierto de espinas color tosca. Camino del tiempo... Por el sendero arenoso, pedregoso... Un todo de silencio y nada... La muerte del tiempo, ocurrió en la piedra Y me perfora el alma.
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ADORMECER DEL BOSQUE a los bosques del sur.
Está dorado el cielo... Y el sol que se esconde Detrás de los cipreses. Variedad de colores, Violetas y ocres Y un alma que sueña, En la soledad del bosque. Está dorado el cielo... Y el viento que silba... Muy lejos... muy lejos... Ya se adormece el lago, En la soledad... en el silencio... Y en las ramas rosadas Se cobija un recuerdo. Está dorado el cielo... Melodías... cantares... En la nieve... se pierden... Las flores silvestres Ya cierran sus pétalos... Sólo un alma que vaga... En la niebla... en el viento...
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ÑIRES OTOÑALES en Caviahue.
Oleaje de bronce. Se aquieta el ritmo, Un todo se acalla La pradería vuelve al misterio En himno de paja. Cabellos de caqui, Todo el silencio se viste de gala; Oleaje de bronce... Brilla azarcón, ocre, esmeralda. Canción de los ñires, Silencio... Cantan. Llegan en tropeles de luz Las criaturas purpurinas. Broncíneos oropeles Besan los pies de las Araucarias Y en murmullo de luna El viento oeste las ama. Desde la luz, la nieve vigila... Vigila y exclama: Vuelve, ¡oh poeta! A mí, tu mirada. Pulpas de tomate Viene el otoño a tender su cama Oraciones de frío, Reza el verano su triste nostalgia. Oleaje de bronce. Se aquieta el ritmo, Un todo se acalla ...pero la vida, más viva, Fluye en el alma.
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PAISAJE SERRANO Acuna el viento la tierna pradera En el dulce silencio de las sierras, Reencarnación del cielo en la tierra, Semilla estival de la primavera. En la fresca altura de las montañas Murmuran los riachos encristalados Sonidos de luna, dulces y alados Mientras desfleca luces la mañana. ¡Oh la verdura agreste de la hierba, El suave terciopelo de las flores, ¡La dulzura de tanta soledad! Ante esta imponencia me siento sierva, Y se llena mi vida de esplendores Al descubrir tan divina verdad.
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LLAMADO en paso Agua Negra. San Juan.
Entre las rocas deformes De la altura inviolada Soñé que el silencio Se escucha y se ama. Que hay un corazón latiendo Debajo de esas montañas Y es místico el viento Que peina su desnudez cobreada. ¡Oh, si fue el misterio que me llamara! Entre las aguas de un riacho De minerales costas aromadas Sentí que es la vida La que a su paso derrama. Entre los minerales desprendidos Y las yaretas aterciopeladas Hallé la belleza agreste Que soñé mil madrugadas. ¡Oh, si fue el misterio que me llamara!
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EN LIBERTAD ¡Oh la libertad salvaje de las sierras...! Libertada de las horas El tiempo olvidé en la aurora Y corrí a beber las alas de la tierra. Me perdí en la pureza de tantas flores... Aromada de frescura Me pinté con la dulzura Agreste. Y amé, mil verdosos colores. Andando y andando... recogí en la pradera Todo el viento entre mis manos. Guardé el vegetal silencio en lo más hondo De mi alma. Fui mariposa en primavera, Y el dulce encanto serrano Saludó mi libre vuelo, desde el fondo.
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CUESTA DEL CLAVILLO Entre nubes de vapor Me abrazo a la montaña; Envuelta en un tul blanco Descubro su voz. Mezclada en la lluvia Que embarra el camino A su corazón. Entre vahos de nubes Descubro el vestido De frondas oscuras Que beben aguamiel. Descubro el silencio Que en su cresta Es un himno de paz, Un himno de fe... Entre un paquete de nubes Que juegan a volar En dulce abrazo de papel.
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HIMNO DE ESPERANZA a Pozuelos- Puna Jujeña.
Allá. Sobre las nubes Recortadas del desierto, Donde canta el viento Y el sol baila su danza de fuego. (Y el frío que sueña Habitar las piedras Que la montaña encierra). Allí. Donde viví el ensueño De sentir mis alas Y volé con la soledad Para atrapar la pureza. Donde el cielo es ancho Y la arena tiene su universo De luna, Y la paz se vuelve ternura... Allí, puedo encontrar mi voz Y la voz de la tierra desnuda, Y tocar la luz de las estrellas Con mi mano pura... Allá. Bajo el espejo Esmerilado y liso del cielo, Donde gimen las piedras sin agua, Allí donde la vida Llora su nostalgia. Mi alma guarda el secreto Que esconden esas montañas, Un secreto de rocas Que rezan al mundo... Un himno de esperanza.
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EN PAZ una noche en las cataratas.
Soñaba en la encantada noche, Exaltación divina de la cósmica belleza, Soñaba, bajo los árboles de la casta selva Y esa paz, fantasía esconde. Amé el canto de las cataratas Que entre los escabrosos recodos del ancho río Dejaban caer la furia loca de sus sonidos Tornándose la noche fantástica. Soñaba yo mojada en frescura Sabiendo que la caricia de esa noche era pura Y el silencio sonorísimo toda la ternura. No me abrumaba la soledad Que reverdecía en la selva su libertad Ocultándose en mi simple alma toda su verdad.
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VOLVERÉ AL MAR Volveré a tus aguas ¡Oh mar amado! Volveré a beber el aroma Salino y suave Que impregna el aire De tu cielo. Volveré a escuchar tus latidos, El repiqueteo de campanas, Volveré a recoger tu mensaje En el silencio de la noche. He de caminar la arena Junto al aletear de gaviotas, Y a sentir tu luz Marina y dulce. Me emborracharé de olas, Me tejeré de yodo Y sentiré latir En mi corazón... Tu aurora.
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CON ALGUNOS REPRESENTANTES DE NUESTRA FAUNA MARINA AUSTRAL. Ensayo con poesías. Edición 1984 (papel) y 2016 (digital)
RECUERDO Soneto a Isla Roja, lugar que nunca olvidaré.
Recuerdo aquella tarde tan dorada, el mar era un murmullo de pureza, en los huecos rocosos, la belleza de criaturas muy dulces y delgadas. La sana visión de una isla habitada por lobos que rugían con fiereza y de blancas gaviotas la tibieza endulzando mis manos desoladas. Recuerdo… el Sur me abrió su secreto y mi corazón a su paz sujeto quisiera escapar de mi cuerpo humano para albergar aquel único cielo, y emprendiendo tan largo… largo vuelo posarse etéreo sobre sus manos.
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TIEMPO DE AMOR Un enjambre de alas surca el cielo, es la primavera y se alborotan en la isla los pájaros en celo. La aurora trae sinfónicos trinares que el viento desparrama cuan himno sagrado en los altares. Ríen al vaivén de las olas y bajo la diafanidad de un cielo celeste inflan el pecho y la corona. Ellos saben versos de amores en su lenguaje dulce y tierno que son arrullos de colores. El mar despliega su poder en encaje de blancas espumas salpicando los sentidos. Es el tiempo de la primavera, un vapor cristalino se eleva en la mañana, con la luz primera. Y las aves aman, se besan… las envuelve el ronco gemir del mar que se rompe y fluye entre los huecos y las piedras. Caricias de plumas brillantes acaricia el sol que enciende los corazones frescos y anhelantes. La Isla se convierte en nido, en inmenso nido de amor donde nace un concierto divino.
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El viento estremece los juncos que lame rítmicamente la pleamar dejándoles el gusto de la sal. Una inquietud sublime despliega las banderas que flamean en el agreste silencio porque es el tiempo de la primavera. Porque es el tiempo de la sangre hirviendo entre las hinchadas venas con la fuerza de un gigante. Porque es el tiempo del amor y la Isla se viste de fiesta para alegrar nuestro corazón. A Isla de Los Pájaros, A Isla Roja.
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LO SUBLIME Misterio. La luz estalla en moléculas blancas y el mar… murmura su voz a lo lejos. Misterio. En la altura sublime de las sierras bajas la paz descansa. Silencio en la pingüinera, las aves, al mar, han entregado su alma. Misterio. La isla con su mundo alado se oculta de mi mirada. Suave aroma a mar. Cubre mi piel el sol que se derrama. Misterio. En los nidos de hermosas ramas acunan ternura las níveas garzas. Silencio. Sus dulces pichones tienen un mundo de amor en sus miradas. Silencio… natura reina, y nada es más sublime que anochecer entre sus alas. Antología Poética – Volumen II // 29
NOCHEBUENA DE LUNA LLENA Soneto visual
Nochebuena. Tengo luna en mis ojos que desde el camino miran el mar. La luna redonda moja el rostro espejado sobre el mundo de sal. En mis manos tengo silencio y vida mi alma fresca se viste de paz y la frescura se hace poesía ante el egregio misterio de amar. Es sublime el momento que la noche regala a mi ser que sueña ser agua para acariciar la luna de plata. Y esas criaturas que surcan la noche dejan en mi un sublime mensaje que flota en la brisa… y en mi alma late.
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TENÍA YO… Tenía yo sed de mar y hambre de cielo cuando escapé a aquellas rocas escarpadas de misterio; que tenían en su piel guindada las caricias de las olas. Me envolvió el viento como la lluvia limpia las hojas y rueda luego –frescapor los surcos vegetales en pureza ignota. Así rodó –salvaje- el viento sobre mi piel sedienta de recónditas estrellas, de soñadas auroras. El mar guardaba en su gran ánfora inverosímiles azules que reflejaban el cielo transparente de celestes tules. Tenía yo deseo de luz y antojo de espuma, y el mar se entregó a ese juego de estremecer sin lograrlo, las rocas. El alma que entre allí debiera ir desnuda, para vestirse con el aire, con el sol, con el sonido de las olas.
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¡Oh bendita tentación de besar esos musgos que viven entre las rocas! ¡Sublime soledad que acaricia a esas criaturas que trepan en silencio de paz en comunión maravillosa! Tenía yo sed de mar y hambre de cielo… mis brazos fueron alas de palomas acariciando el aire… para beberlo como loca.
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TORMENTA ESTIVAL Un sol tórrido se abatió con su fuego y mi piel deseó la caricia del viento que dejó frescura en medio del silencio que prestigiaba el idílico sendero. Era tarde en el Sur, tarde de siesta y sobre el valle afelpado de hierbas yo buscaba los colores de las sierras para pintar en luz mi oscura paleta. A lo lejos, del mar tuve el aroma, el silencio fue más silencio a cada hora y en mi alma sentí que la tarde era aurora naciendo a la vida como mariposa. Un chingolo desgranó sus dulces trinos, retumbó de la martineta el silbido y en la alto un guanaco llamando a su crío dándome el mensaje de lo divino. Gruesos cúmulos sobre mí se instalaron y el calor sin viento apenas soportado dejó un sudor de lluvia sobre mis manos que pronto aleteó en el mar color cobalto. Sabores de esas tormentas estivales que aroman la tierra en sustancias ideales luego se alejan, y el sol vuelve a instalarse para cubrir de oro la caliente tarde. Realizado en un paraje que llamé Valle Escondido en Cabo Dos Bahías.
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POR UNA QUEBRADA… Por una quebrada verde, angostita quebrada caminaba, caminaba… La tarde se iba cubriendo de nubes muy negras, y yo rodaba, soñaba… Por un sendero de arbustos color esperanza caminaba, caminaba… Me envolvió la serranía tan ocre y tan pálida mientras andaba, andaba… El viento del mar me llevaba hacia la montaña y yo, fresca, caminaba… Flamearon los pastos en la colina verdosa y yo, soñaba, amaba… El cielo se vestía de gruesas nubes negras que en silencio lloraban… Y yo me quedé en el aire, como una campana que cantaba, que timbraba…
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TOCATA VERDE-AMARILLA Poema Visual (Música, colores, poesía) a la Patagonia Otoñal.
Preludio Ronda el misterio… y se estrella en el ocre vestido de nada, ronda… y aguarda… gime el viento rompiendo al silencio y reza otoñales plegarias. Sueñan las matas ser flor nuevamente, un día… al alba… Adagio Silencio… nostalgia…. la estepa se viste de ternura blanca. La luz sube por las colinas que recortan en el cielo salpicado de nubes color esperanza. De tanto en tanto escurre un sueño revestido en agua y canta… apenas se escucha, el viento lo acuna. Rueda la vida… camina sobre una quietud inmaculada, va en busca de una esperanza.
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Pero vuelve… se queda sobre el verde desteñido que nos regala la pradería de algún abril, dulce y lejano. Cuaja en el alma una promesa, y espera… Dios obrará el milagro. Fuga Y estalla el otoño… ya no hay misterio, la ronda se ha roto entre los sueños. Vibra una voz… se agiganta y crece… crece hasta el cielo, hasta cubrirlo todo de un ronco lamento. Es el viento… eterno edificante de las horas vacías que se desnudan en la noche. Sueña… ya es tiempo de ser, de sembrar… ya ves, la vida se renueva en cada aurora.
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ILUSIÓN VANA Sentí el silencio de la hora primera injertarse en mi alma poeta y corrí sobre la arena fría como lo hace el viento de la madrugada. Voces de pingüinos recibiendo el día desde la lomada, sinfonía de mar acariciando las algas y un mundo de vida que se entrega desnuda y clara. Y la Isla… guiño de luces esperando que llegara. El cielo: preparando el fuego de la alborada. Y cuando mis pies sus rocas pisaron un canto de amor explotó en acordes ante mis pasos. Y a los bellos cormoranes el sol naciente vistió de dorado. ¡Oh sentir el ronco gemir de lobos y elefantes! Ser, en esa paz sublime, de la Isla Roja nuevo habitante.
Antología Poética – Volumen II // 37
¡Oh la dulce ilusión! que sentí todo ese tiempo de convivir con ellos como conviven: sin molestarse. Pero… ¡oh vana ilusión! que se esfumó en el aire, cuando la aurora… tornó a marcharse.
38 // Etel Carpi
Del libro digital EL PAÍS QUE YO VIVÍ. (1981 a 1989 y 2010 a 2013). Poesías visuales, ecológicas, naturalistas. Edición 2016.
HIMNO a mis amados padres compañeros de aventuras que guardaré por siempre en mi corazón.
Nosotros. Siempre unidos enredados hemos andado transitado caminos y caminos ripio asfalto polvo barro despacio lentísimo de a poco de a mucho fuimos entrando al corazón de nuestra tierra. Hemos dormido en las márgenes sonoras de los ríos lagos arroyos. Nosotros. Siempre unidos escuchamos sentimos tomamos en el silencio nocturno de sonámbulas noches el gemido imponente de nuestros glaciares. Hemos desayunado en las orlas quietas de los lagos azulados en medio de selvas exuberantes en juegos de luces y sombras.
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Nosotros. Siempre unidos abrazados con la piel gastada por los vientos totales suaves rugientes susurrantes los cabellos derrotados en el polvo blanco rojo amarillo marrón violeta enredados por hojas nieve sal espinas la mirada espejando al sol de las cumbres de los desiertos las manos llenas de luz la boca aromada de hielo agua fresca acuosas guindas salvajes achicorias silvestres calafates. Nosotros. Siempre entrelazados callados amados odiados alabados envidiados hemos comido entre las flores más cándidas y puras de las selvas de las praderas iluminadas hemos cenado bajo la luz misteriosa de las soñadas inalcanzables estrellas entre el silencio crepuscular y mágico de la medianoche del estío austral.
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Hemos escuchado el mensaje secreto de las alturas desiertas triunfantes lloramos emocionados nos embriagamos de frío nos quemamos con el sol y amamos adoramos los sonidos del mar su campanil fue nuestro en las noches inmaculadas alimentados con su aroma salvaje dueño indiscutible de nuestro planeta. Nosotros. Siempre unidos inseparables caminamos gruesas arenas de playas idílicas sus algas sus moluscos su sal recogimos el habla de las criaturas que retozan viven sueñan en el agua transparente de los acantilados roídos. Nosotros. Bañados por noches silentes desiertos aromados nieves derretidas témpanos flotantes envueltos por la arcaica fantasía de imponentes bosques derrumbados gigantes muertos que nos hablan de lejanos cataclismos.
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Nosotros. Vivos ilusionados bebedores de vertientes y cascadas vagabundos de nuestra Patria por sus criaturas animales y vegetales pingüino ostrero guanaco ñandú araucaria algarrobo lapacho samohú flamenco coihue orca arrayán caldén tero guindo cormorán. Nosotros. Subidores de montañas descubridores de silencios de misterios escondidos bendecidos por amaneceres diferentes por sonidos dulcemente naturales hemos deseado amado adorado la tímidamente ofrecida creación nos hemos enamorado de la esencia pura secreta vívida inquieta latente de nuestra tierra. Nosotros. Siempre unidos esperanzados vagabundos por ella por buscar su estrella por recogerla albergarla en nuestras almas enamoradas y cuidarla mimarla comprenderla. Nosotros… ¡SILENTES MENSAJEROS DE SU CASTA BELLEZA!
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IMÁGENES DE MI TIERRA
RECUERDOS… en Santiago del Estero.
Y yo estaba allí. En medio del sol de la siesta estival. Bajo la agonizante sombra del algarrobo, junto al bosque calcinado, marchito de verdes, ardiendo en la calma total. Estaba allí, gozando, (atrapada por las brasas de la tarde) el canto de los coyuyos. Silencio de tortura quebrándose en mi piel sedienta de heladas lluvias. Estaba allí, como criatura petrificada en medio de la agonía; el bosque se retorcía bajo el manto del verano y sus tibias lágrimas iban mojando mis rojas mejillas. Polvorientos caminos en desolación de luna bebiendo del sol la tortura dulce, inmensa, de la fruta estival.
Antología Poética – Volumen II // 43
Arena, arena, arena y silencio y yo en medio del camino, en la siesta eterna del quebrachal, muy lejos en el tiempo, lejanísimo el lugar, aquel sublime lugar del norte: Patria vegetal. 28-12-83
44 // Etel Carpi
COMO SIEMPRE en Río Pilcomayo.
Remonto vuelo y me quedo emboscada en el recuerdo de lo sereno en magia fantasmal. Las telas santas de la noche por instalarse en el silencio necesario de esa tarde tropical en setiembre mágico. Remolino de mosquitos rondan la carne fresca y el sol que muere en lo simple del agua inmóvil cubierta de oro. Y luego la brisa la paz sin insectos el lamento misterioso del Guajó cobijando ternura de aves… y en el cielo indefinido cruza una bandada de Caraos. Laguna Blanca desteje mi cansancio y me encuentro caminando los vientos de mi tierra como ayer como hoy como espero sea por siempre. 7-12-84
Antología Poética – Volumen II // 45
LAGOS AUSTRALES Vuelvo a mirar los lagos. Uno a uno los lagos del sur. Los vuelvo a mirar. Pasan ante mis ojos cada uno de los lagos que en el sur amé. La arena blanca, guijarros coloridos el paso elegante de los cisnes de cuello negro, la transparencia azul de la luz. Allí quedaron mis huellas sobre esa arena vestida de soledad. Recuerdo el silencio especial el aroma del sur y rezo como entonces frente a esos templos naturales que ocultan la voz de Dios en sus altares. Lagos australes herida abierta y por mi memoria purificada. Bendición de la vida que me entregó esos mensajes y puso luz en mi alma para que los recordase. 29-12-83
46 // Etel Carpi
DESVARÍO en Caviahue.
Alguna vez mis ansias de volar por la tierra mía, treparon la oculta ladera sangrante para beber el licor dulce de los ñirantales que resplandecen en el otoño de los Andes. Quemándome los ojos sus ocres y naranjas obligaron a beber hasta ahogarme toda su substancia. Luego corrí bajo el sol moribundo hacia el manantial helado que baja cantando desde la nívea montaña. Y en la soledad magnífica de la tarde sentí que el bosque de Araucarias –verdes esbeltas milenarias– con un murmullo me saludaban. Entonces, la boca seca y sedienta se me llenó de agua y cubierta por lágrimas dulces de emoción abrí mis brazos al viento y un trozo de frío -desde los Andes Neuquinosbendijo ese mágico momento. 1-1-84
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BENDICIÓN DE PÁJAROS en Tromen.
No, no es tan lejano ese tiempo porque lo estoy sintiendo ardiéndome en los sueños soñados con la lluvia de este enero desteñido. Mis ojos ven el diluvio otoñal del bosque subantártico: ñire lenga radal coihue. Me sorprenden de repente sus colores y me veo corriendo pletórica en ese claro oloroso de hierbas y de flores. Los árboles siguen pintando mi piel de verde y el inmenso Lanín no puede desprenderse de mis brazos que atenazan su blanca cintura para que no escape de mi loco mundo agreste. Me duele esa furia de los ríos cortando mi deseo de encontrar el lago oculto, pero una bendición de pájaros llegó con sus ojos diminutos para bañarme de ternura y me invitaron a jugar con ellos descubriendo el bosque que total y salvaje me rodeaba. El Lanin oculto por nubes blancas escondía su mirada pero yo estuve segura: una sonrisa de sol iluminó la ladera inmaculada. 5-1-85
48 // Etel Carpi
SUCEDIÓ… en los Glaciares.
Sucedió… aquel crepúsculo frente al lago de cristal. Pálidas luces cayendo sobre la violácea bastedad de hielo. Sucedió… como un milagro en un lugar del sur total del sur viento del sur nieve del sur mío sucedió. Santa Cruz, la cordillera altiva y una perfección de hielo floreciendo en truenos en medio del silencio de la noche. Oscuro manto de frío acunó los sueños nuevos entre el verde lengal. Yo, como una ciega extendí mis manos vacías en busca del alma del hielo para que me bañara de paz. 29-12-83
Antología Poética – Volumen II // 49
CERRO ARRIBA en Malargüe.
Cerro arriba, iba caminando bajo el sol desvanecido de la tarde otoñal en la cordillera del sur mendocino. Iba hacia el crepúsculo que presagiaba intenso frío. Mis ojos absorbían la quietud del lago azul, todo era diáfano y transparente como el cosmos estrellado. Andando en el silencio me encontraste tú: hermano que cruzabas la montaña y me confundiste con un cóndor que aleteaba cerro arriba aire de nácar. Yo era aquella luciérnaga desprendida de la nada celebrando ese paisaje inmaculado de montañas y desiertos lejanos secretos y hoy sucede que festejo ese pecado de libertad salvaje por esos campos que como un sueño hermoso me dejó vibrando. Y hoy resulta que el recuerdo me tortura en agónica nostalgia ¡Oh tierra salvaje y solitaria donde mi sed fue saciada! 1-1-84
50 // Etel Carpi
A DOS AÑOS DE DISTANCIA… Y MUCHOS MÁS en Isla Roja.
Como un puente al paraíso observé el corredor de rocas musgosas cuando la bajamar lo dejó desnudo tentador temible ante mis ojos inquietos. Era el salto al edén animal oculto y esperado para amar cada una de esas criaturas inmaculadas. Ayer, a dos años de distancia hoy, (a muchos más) evoco mi desconcierto en la aurora poblada de voces aladas y esa sed devoradora de libertad que me carcomía el alma. Me sentí liberada por un torbellino de alas de ojos estudiando mi torpeza al caminar entre tanto bullicio. Y fueron testigos el mar el sol naciente la suave brisa de diciembre que me vieron ingresar al santuario de paz.
Antología Poética – Volumen II // 51
Hoy me queda el ejemplo de convivencia de solidaridad y nuestro secreto, es el perdón que les pedí en nombre de los humanos que tanto daño hacen. Ellos ya lo sabes… llegué allí por amor. 5-1-85
52 // Etel Carpi
INVITACIÓN por la cuesta de Miranda.
Se llenaban de lluvia las montañas, rojas, como los desnudos cabellos del sol cuando amanece. Era verano y hace ya tiempo… en lo profundo de la garganta corría el río como un encanto. Vengan conmigo, en el recuerdo que voy deshojando quiero enamorarlos con este canto. Entren al misterio de los cerros empapados con la lluvia, beban el agua que ha quedado entre mis hojas. ¿Sienten el aroma? es de la tierra, barro caliente y rojo por donde transitó mi arrojo. Y ese silencio… lo traje en dulces nostalgias y ahora en mis versos revive y se prolonga cuando lo evoco. 5-1-85
Antología Poética – Volumen II // 53
LATIDOS OCULTOS en Valle de la Luna.
Hace ya tiempo… inauguré la locura de buscar los rincones más agrestes de mi tierra. Por eso llegué allí. Buscando el alma desnuda del silencio. Y me interné en esos senderos donde se escucha el corazón granítico de la tierra. Y quedé absorta bajo la diafanidad matutina de un cielo con resplandores lilas sobre fondo de inmaculado azul. Me saludaron las mágicas formas esculpidas por el viento cinceladas por la lluvia besadas por el sol amadas por el misterio. Ischigualasto es el nombre calcinado por el sol enfriado por la luna. Ischigualasto… allí donde los sonidos de la existencia se agigantan con la inmensidad del paisaje y donde cada rincón guarda un mensaje de la historia de nuestro planeta.
54 // Etel Carpi
Hace ya tiempo… rememoro esos momentos, yo era una niña traviesa que comenzaba a encontrar los secretos ocultos de mi tierra. 30-12-83
Antología Poética – Volumen II // 55
REGRESO en Lihué Calel.
Como un soplo de lluvia y de viento me arrastré por sus senderos en busca de paz. Y en noche de luna creciente quedé esperando la caricia perdida en la huella desierta de mi soledad. Amaneció el sol de Lihué Calel y el caldenal se llenó de vida en un milagro de resurrección. La quietud retornó a la vizcachera y con mi rebeldía silvestre busqué el sendero del espinoso monte que adornan los molles del amanecer. Mi ruta se vistió de trinos y en la pedregosa sierra encontré charquitos de agua (vestigios cristalinos de arroyuelos ausentes). Pensé en los zorros en los pobres pumas… y el hombre insaciable de muerte y de destrucción. Como un soplo de lluvia y de viento caminé la mañana de Lihué Calel y fue entonces que al florecer el alba la caricia perdida regresó a mi piel. 26-3-86
56 // Etel Carpi
EL SILENCIO ES ALEGRÍA
OTRO TIEMPO en la gruta de Inti Huasi.
El sol perdía sus racimos dorados entre nubes oscuras presagiando tormenta. Una luz sutil se desplazaba en la brisa dormida… cuando llegué al santuario de paz escuchando ese silencio… ese silencio supremo que solo es en ese lugar. Yo amaba ese silencio que tenía en sus moléculas átomos de misterio. Era como un lenguaje mudo que llegaba de otros tiempos: tiempos detenidos en la soledad sublime de la gruta. Ese es el tiempo que hoy guardo en mis nostalgias en un lejano latido de ausencias. Inti Huasi: el nombre que encendiera mis locas ansias de buscar aquello que se oculta en la nada.
Antología Poética – Volumen II // 57
El sol perdía sus racimos de oro, las dulces montañas desoladas hacían marco a mi emoción de sentir la raíz de la vida en el aire saturado de mensajes. Siempre amaré ese silencio… la gruta desierta, la lluvia fresca mi alma cansada de andar los polvorientos caminos para llegar hasta el hogar de las criaturas muertas en el tiempo antropológico de esos paisajes. 31-12-83
58 // Etel Carpi
DESIERTO Yo amo el desierto… me gusta su silencio que barre el sol. Me gusta la caricia del viento danzante… la intensa soledad sembrada de piedras. Yo amo sus colores, las flores rastreras que descubro al pasar. La celestial mirada de un cielo desnudo… amo su pureza quieta, el misterio que esconde entre sus piedras, en el fulgor de su arena. Me gusta escuchar su voz en la inmensidad muerta y sentir los latidos que encierra la tierra. Amo su rostro oculto su piel desnuda, que adornan las flores con su ternura. Sí… yo amo el desierto porque es un mundo de luz y de silencios. 21-7-79
Antología Poética – Volumen II // 59
DESDE AQUÍ en los bosques petrificados de Chubut.
Desde aquí. Donde ha guardado el tiempo su milenario secreto para donarlo al sol que es desde entonces en el cielo. Desde la muerte, desde la vida de ese mundo etéreo, bajo la luz oculta de los siglos busco la estrella que marque el rumbo hacia el ser dormido. La madera (ahora piedra) que fue vida intensa de verde pureza; y es muerte, tristeza, en la soledad suprema. Quiero escuchar el sonido del viento y tener el alma de lo que no volverá. Desde aquí. Donde flamean los colores del ser mineral y donde el mundo petrificado me ofrece la LIBERTAD! 29-12-82
60 // Etel Carpi
LO IGNOTO a los bosques petrificados de Chubut.
Andando los caminos del tiempo milenario que yace en la inverosímil mudez de las rocas, prendido de mi mano el latido de lo inhóspito que crece y se deshace sin fundamento lógico en las arcas de la desértica inmensidad. Y grito sin sonido en el total silencio que guarda los secretos de lo petrificado y sueño que soy árbol: araucaria, palmera, o quizás gota de savia de las angiospermas que fueron esos años verdosa realidad. Y todo está ya muerto, milenios han pasado, la sílice volcánica ha guardado esos troncos para legarlo al mundo como mudo mensaje grabado en las páginas de libros minerales que dejan a mi paso la luz de la verdad. Relámpagos de misterio el viento me declara que nada tiene vida, que ya todo es silencio, y el sol con su techumbre salvaje que me acosa recordándome que nada vive entre las rocas, tan solo es el recuerdo que vaga sin piedad.
Antología Poética – Volumen II // 61
Y yo que voy sintiendo como brota en mis manos el color de las piedras con su alma de madera y se siente un aroma de savia que fluye en las venas resecas que el sol ya consume en la copa invisible de la soledad. Nada, nada aparentemente el desierto guarda, pero un mundo de fósiles en sombras se oculta, impresas en capas rocosas, figuras de hojas a las que el capricho del tiempo esculpió sus formas en un fantasmal bautismo de inmortalidad. Y siento lo que nunca ha sentido ser humano, y escucho esas campanas lejanas de la nada, sedimentos que cubren la magia de lo ignoto, arcilla derramada en mis manos y en mis ojos dejándome el mensaje de un mundo sin igual. 17-1-83
62 // Etel Carpi
CIUDAD PERDIDA al Sr. Raúl R. Narváez.
Cómo me gusta entregarme al recuerdo de horas vividas en ese lugar, quedarme sola bebiendo el silencio y lentamente poder recordar. Era entonces una tarde de mayo con sol radiante después del temporal nieve en los cerros brillando a lo lejos en un cielo azul, profundo y total. Viento de hielo soplando en los altos, el Mogote Negro y su soledad… abajo la calma, el dulce silencio castillos, columnas de la ciudad. Un misterio de luz guiaba mis pasos por areniscas de ríos ausentes, por callejas de piedra y arena húmeda llena de asombro, ansiosa y silente. Cómo me gusta entregarme al recuerdo del mundo ignoto que fui a visitar donde la vida es un tiempo remoto que las arenas duras han de guardar. Laberinto en rosas, rojos y grises donde no existe el tiempo terrenal un mundo ignoto que no es del planeta y en el vasto cosmos no tendrá igual.
Antología Poética – Volumen II // 63
Nada y todo se ofrecía a mis ojos caminando inquieta en la soledad de figuras rosas, torres y rostros saludando el paso a la antigüedad. Por eso, cuando me entrego al recuerdo palpitante mi corazón de vida me siento dueña absoluta y suprema del secreto oculto en Ciudad Perdida.
64 // Etel Carpi
FANTASIA EN ROJO MAYOR en Talampaya.
Hace tiempo que su nombre daba vueltas en mi mente hace tiempo que soñaba en su misterio perderme. Talampaya es ese nombre que he soñado tantas veces un secreto en torres rojas y también en ramas verdes. El pasado se desnuda y está vivo en el presente en los bellos petroglifos que escaparon de la muerte. Allá vive la ternura que es parte de lo agreste, allá brillan las estrellas con fulgores diferentes. Es un mundo de ilusiones casi mágico y silente, millones de años tallaron las formas más infrecuentes.
Antología Poética – Volumen II // 65
Paredones de areniscas verticales, imponentes se introducen en el cielo y en su inmensidad se pierden. Y allí donde nace el rio trae el fresco de las nieves del cordón de Sañogasta que alimenta las vertientes. ¡Qué hermoso es su derrotero por el cañón imponente donde las sombras se adueñan y la luz desaparece. ¡Qué hermoso es el hogar que al río le tocó en suerte, con sus rojos tan intensos, y el misterio que estremece. Talampaya es ese nombre que he soñado tantas veces y hoy guardo en mi corazón esa paz que allí florece. 7-6-87
66 // Etel Carpi
SI PARECE UN SUEÑO a Ischigualasto.
¡Qué misterio de luz y de alegría bajo el cielo de peces acerados, si todo se transforma en poesía y como un milagro vuelve el pasado a los ojos del viajero asombrado en la dulce paz de todos los días. Ischigualasto… si parece un sueño el paisaje de arenas compactadas con el silencio como único dueño; allí, en las Barrancas Coloradas o en la gris Catedral abandonada, albergue cósmico de los ensueños. Yo miraba sus casas colosales y mientras las miraba, las amaba; también sentía tantos animales que desde el pasado sus huellas dejaban, y en mis ojos ellos resucitaban entre verdes bosques y cicadales. ¡Qué poniente mejor frente al Morado caminando el color de Las Cascadas como si fuese todo inexplorado! ¡Qué mejor que las dulces alboradas de luz sobre la arcilla agrietada del enigmático Valle Pintado!
Antología Poética – Volumen II // 67
Allí pueden ser los hondos anhelos y el tiempo es un tiempo sin medida que invita a vivir y a emprender el vuelo por las claras páginas que la vida fue escribiendo sobre la misma herida que el viento y la lluvia abrió en el suelo. Ischigualasto… si parece un sueño, un sueño de amor. 10-2-88
68 // Etel Carpi
LA TIERRA ES MÍA al Monumento Natural Bosques Petrificados de Santa Cruz.
Estaba la mañana desprendiéndose de las estrellas que en la noche brillaron, y el sol tempranero, abriéndose camino entre las nubes que al naciente ocultaron. El viento estremecedor del silencio reseco castigaba la tierra desnuda y sin vida donde inmensos troncos petrificados ya secos descansan por siglos y siglos su alma dormida. Estaba la mañana iniciándose de a poco en la cuajada soledad del valle, con un frio prístino y primaveral, cuando fui caminando por la agreste calle. Hermosos árboles yacían sobre el desierto sin más compañía que las delicadas flores que desde la tierra entregan a esos seres muertos la tibia alegría de sus tímidos colores. Y la tierra es mía –me dije- mientras vagaba alegre por los sitios desolados, descubriendo con asombro, el misterio de la vida que nos llega del pasado.
Antología Poética – Volumen II // 69
Y como soy vida en verde imaginé otros años cuando el verde ¡verde! existía en esos lugares, y mientras miraba el presente paisaje extraño sentí que nacían insólitos cantares. Y la tierra es mía –me repetí dichosa- la tierra es mía y debo gozarla con el corazón abierto al amor y los brazos extendidos para abrazarla. Lejos, el cerro Madre e Hija y la Laguna Grande me hablaron con el lenguaje de la tristeza y en el secreto de la tierra que allí se expande fui ganándole a las horas su oculta pureza. Porque aquellos días en el sur, cuando la primavera destella, son mi regalo, porque en el silencio enorme de sus paisajes se borra del mundo todo lo malo. 12-2-88
70 // Etel Carpi
EL MAR Y SUS CRIATURAS
TENTACIÓN a un pingüino perdido.
Estabas allí adorable criatura que mi alma soñó acariciar un día, y en un abril desolado se abría a mis cansados ojos tu ternura. Sobre la arena desierta y pura de una tarde silenciosa y tan fría donde el mar en pedazos se rompía cayó en mis manos blancas tu dulzura. Un tinte violáceo pintó el cielo, tu piel guardaba suave terciopelo y sentí la tentación de correr contigo hacia el mar misterio, divino, y compartir ese mundo marino donde vives… y de él poder beber. 18-2-82
Antología Poética – Volumen II // 71
SUR MÍO a nuestro sur.
Sur mío Sur Patria, sur cielo Sur de noches estivales que desvelan Sur otoño, sur invierno, Blanco manto… primavera Salvaje, agreste, Último reducto de la soledad-silencio, De la paz divina Que nadie encuentra Refugio tibio, Inmenso, inviolado, De las criaturas de nuestra Tierra Sur montañas… Sur estepa, sur nieve, Sur de marinas, azules esperanzas. Sur amor, sur misterio, Siento ansiosa… tu llamado. Quiero amarte En cada guijarro de la playa y sus barrancas En cada copo de nieve derretida En cada hoja en el aire suspendida En cada misterio de las noches frías… Quiero encontrarte En el silencio desgajado de la aurora En el misterio de las estrellas encendidas, En el espejo de los lagos que son vida…
72 // Etel Carpi
Quiero escucharte En el lenguaje del viento entre las rocas En la voz de las criaturas adormecidas, En el murmullo del agua en ti nacida… Quiero sentir Tu savia en mi sangre, cada hora; En mis latidos, tu voz triste y sentida, En mis silencios, tu voz dulce y herida… Sur mío Sur azul, sur ilusión, Sur de tonos otoñales que enamoran Sur esperanza, sur estrellas, Príncipe viento… que llora Regala a mi ser la libertad De ser campana Bogando sobre tu paz, De ser nube y bajar en lluvia A besar tu pan. Regala a mis sueños la fantasía De ser montaña, Y encadenada a la quietud sublime De tus montañas, Decir al viento: “Yo soy su alma” 24-4-81
Antología Poética – Volumen II // 73
ADORABLE PINGÜINO en Golfo San José (Chubut).
Adorable criatura de los mares habitante temporario de la helada tundra, te encontré una tarde… de otoño, quieta… en la playa lejana, bajo luces de tormenta. Te miraron mis ojos, me miraste con la ternura de un niño… tú y yo… solos en la playa desierta. El viento del sur heló mi rostro, el cansancio del mar –una y otra vezgolpeó las algas que descansaban sobre las piedras. Pequeñísima criatura, suave como una estrella… se escuchó el silencio… el tiempo se quedó sin horas y todo, tornó a ser violeta. Cayó el viento sobre el acantilado y la luz se animó, recogió nuestras penas. Adorable criatura de los mares con gracia divina te sumergiste en las olas de espuma revuelta… y yo… tan sola… me quedé con tu ausencia. 27-4-81
74 // Etel Carpi
SUEÑO en Cabo Dos Bahías.
Amanecía. Y cayó el silencio entre mis manos trémulas y frías que esperaban la luz. Amanecía… y en el aire latía un secreto. Un secreto de vida que en el cielo auroral, su ala de oro tenía para encender la luz de mi poesía. Y ante mí se deshojó su misterio. El mar vestido de violetas copas acariciaba el cuerpo de dos cisnes con la pureza alba de lo sublime. Y yo… acurrucada entre las rocas, soñando ser el sol recién nacido para entibiar aquel mundo divino. 5-2-82
Antología Poética – Volumen II // 75
CREPÚSCULO GLORIOSO en Isla Roja.
Era tarde y diciembre caía al pozo de los años que son un recuerdo de viento y de nieve en el tiempo que llora dolor. Era tarde y la noche llegaba con su luto a cubrir la razón de mi ser que a sus pasos seguía entre blanca arena y ocre coirón; iba ansiosa a descubrir el mundo de un supremo paraíso de amor. Un cielo gris pintando tormenta estallaba en el sol que al morir desflecó sus rayos de colores en un mar que aromaba jazmín. Y sus rayos de oro en aquel cielo vistió de fuego el sudor de cinc y en las arenas de dunas blancas dulces pingüinos vieron abrir en mis ojos color de almendras todo el sueño que soñé vivir. La soledad me entregó su cuna sostenida en murmullos de mar y un concierto sinfónico de aves cubrió el silencio y me dio su pan.
76 // Etel Carpi
La pequeña isla ofreció el secreto de su sublime reino animal y el sueño se convirtió en ensueño ante el manto egregio de la paz que engendró mil flechas de esperanzas mis ocultas locuras de amar. Lo seguí con el alma asombrada descubriendo el misterio del ser que en la helada brisa del crepúsculo vino a posarse sobre mi piel. Era mi ángel abriendo el sendero hacia el lejano y límpido edén y esas ramas del árbol divino en mis manos yo vi florecer cuando el misterio de la isla amada en día glorioso pude beber. 17-1-83 Dedicado al Sr: Héctor Olsen, guarda fauna de entonces en la Reserva de Cabo Dos Bahías (Chubut).
Antología Poética – Volumen II // 77
VIERNES en Punta Tombo.
Me levanté temprano. Cuando la claridad primera penetró en la carpa. El reloj sonó en mi oído: las cuatro de la madrugada. Mojé mis ojos en la luz naciente y llegó con el viento, dulce sonido: era la melódica voz de los pingüinos. El cielo azul se reflejó en mi piel y en soledad magnífica caminé. El sendero me llevó hasta el mar, las tiernas criaturas caminaban ya, elegantes y esbeltas hacia las aguas, mientras el cielo de Oriente se encendía en rosas y naranjas. Sus ojos me miraron, en gesto invisible los besé y luego… emocionada y trémula al mágico momento me entregué. Absorbí el misterio salvaje y puro de la tierra y perfumé mis manos con el olor de sus esencias. Frente al mar. Descansé mi paz sobre carmíneas piedras y compartí con ellos el mundo cálido que los rodea.
78 // Etel Carpi
El mar, espejado y cerúleo jugaba con sus cuerpos robustos. Un concierto de mar y de viento, de gaviotas y ostreros en contrapunto de voces elevó sus armonías al cielo; y yo, recogí en mis manos, la pureza salvaje de la vida que en embriagantes tragos a mi alma… se ofrecía. 29-1-82
Antología Poética – Volumen II // 79
MOMENTO DE LUZ en Punta Norte.
Un silencio dulce asomó a mis pupilas… nubes de tilo desflecaban sus crestas de oro y frutilla. La brisa se hamacaba en la copa del mar que acarició –salino- el aire, hilos de plata, reclamaron a la noche. Entre la rosada esmeralda del poniente, trémula, brilló una estrella… Y las aguas rosadas descubrieron su jardín de flores violáceas para que la noche las coronara. Mi corazón se entregó a la magia que se apoderaba del cielo, y el misterio, apagó la luz que la tarde Austral dejaba sobre el paraje desierto. Melodioso rugir de lobos acompañaba el ronco gemir del viento; y en la playa oscurecida se agitaba la vida al compás de esas criaturas: la pleamar iba a traerles hembras frescas y puras.
80 // Etel Carpi
¡Ah los dulces sueños! ¡Ah la poesía que brota como la fuente en la selva nemorosa! ¡Ah las tristezas escondidas en la intimidad de las horas! Aroma salobre, penetró en mis labios entreabiertos que bebían con la ansiedad de una sed loca. Olor a piel húmeda de lobos en celo vagaba en el aire, y mi alma… cedió a la mágica tentación de convertirse en foca. ¡Oh la salvaje libertad de acostarse sobre la brisa! y escuchar el canto que las aves entonan, y callar… porque natura abre su templo y con belleza nos bautiza. Miré mis manos vacías, y bajo el reflejo de una estrella vi que latía en ellas la esencia pura de la vida. 25-1-82
Antología Poética – Volumen II // 81
LA TORMENTA en Punta Norte.
En el silencio truenos lejanos en ondas de mar llegan a mí, siento caer la noche en mis manos como la tierra cobija al grano detiene del mar su frenesí. Amo la calma olor a tormenta, el mar profundo sin un color, todo el misterio que en paz me tienta a que voces de elefantes sienta beber la noche que gime amor. Suaves relámpagos vibran, crecen… la espuma es la única luz total que en murmullo ansioso languidece en tropeles de olas que mecen el torbellino ignoto de sal. La oscura soledad, mi locura buscando de las aves beber el misterio albo de su ternura… de lobos marinos la dulzura que necesita todo mi ser. Y brota en silencio mi poesía vibra en la noche su resplandor y llora sublime su letanía en las hojas de mi selva umbría con las promesas de eterno amor. 16-1-83
82 // Etel Carpi
SUSPIRO DE NOCHE en Caleta Valdés.
Es noche. El silencio espeso me besa, y el cielo de occidente derrama su claridad postrera. Camino bajo las estrellas, la Navidad se acerca, miro en el mar espumosa danza. Me beso los dedos, frescos de bruma salada; y se apodera de mí un deseo: esperar junto al viento, la madrugada. Una soledad salvaje me acuna, el aire huele a misterio, misterio de luna. Lobos y Elefantes marinos rugen al silencio en mezcla de fuerza y ternura. Sus voces me estremecen como un eco que retumba y me acaricia desvaneciendo mi sed silvestre y pura. Es noche. El mar es un capullo de profundo azul-violáceo y el viento salvaje, puro acuna los arbustos.
Antología Poética – Volumen II // 83
Hay en la noche un lamento, un lamento de aurora, que crece con el silencio y en sueños se deshoja. Suenan a música los guijarros bajo mis pies ligeros y la noche exhala un suspiro de misterio. 30-1-82
84 // Etel Carpi
EMBELESO en Cabo Dos Bahías.
Me rodea el silencio (a modo de abrazo deseado), y logro ser fuerte para poder soportarlo. Se me anuda el corazón como gaviota sobre acantilado. Es vasto el horizonte -vasto y maravillosoen armonía con el mar lo abarcan todo. Llegué sola, saltando rocas salpicadas de sales y rosas, sintiendo que el viento bravío despeinaba mis cabellos en porfía loca. Escuchaba al mar, ¡el mar! ¡Cuánto deseaba poseerlo! Vagaba sola… sola… un cielo azul era mi techo, un frescor salvaje y de misterio. Corría ansiosa… resbalaba alegre (pletórica de añorados placeres) sobre las rocas.
Antología Poética – Volumen II // 85
La tarde espléndida tendía en mis manos sus finas redes… y me fui enamorando. Hirió mi mirada el sol, diciembre extendía sus cabellos de oro… pero el amado Sur es un secreto de fríos dulces y sabrosos. ¡Oh el mar, el mar adorado! estaba allí: inmenso, único, sagrado… en el fondo del abismo destrozándose en pedazos: (blancos como la nieve tan amada de otros pagos). Y yo, inquieta, muda… agitada de emoción (ya sin cansancio) me aferraba al peñasco para abarcarlo con amor. Danzaban las aguas en remolino loco, su transparencia me reveló el secreto de dulces lobos. Una isla recortó a lo lejos su figura, era un todo salvaje… de locura.
86 // Etel Carpi
Reposé mi cabeza en la lisa oquedad de una roca y el viento se transformó en brisa para acariciarme toda. Exhalé un suspiro… como de rosa… y cerré los ojos cansados de admirar… las rocas era un lecho tan blando que permanecí horas… Mi alma … como un milagro se desnudó toda, desprovista de penas, limpia de amarguras creyó en algo: la belleza. Y un decir sin palabras se me escapó de la boca… dos sílabas tan solo: ¡gracias! 30-1-82
Antología Poética – Volumen II // 87
LAS CAMPANAS Esta noche no sé por cual secreto volaría hasta la orilla del mar, vagarosa, fragante y liviana con las olas me pondría a jugar. Será ese rumor creciente del viento que mece las plantas de mi jardín mojadas por la gracia de la lluvia que al calor del estío puso fin. Será el recuerdo de las castas aves que tantas veces me vieron llegar con mi carga de pasiones salvajes en busca del alma eterna del mar. Porque me siento etérea y distante y un algo se apodera de mí, entonces… cierro los ojos y sueño con las campanas que en el mar perdí. 30-12-86
88 // Etel Carpi
ESTOY NACIENDO en Pto. Harberton o Canal Moat.
No sé si era un poco invierno o un poco primavera, sólo sé que había un silencio de eternidades frente al Beagle azul, azul, azul de soledades donde tantas aves daban luz a mi quimera. Oh, embriagante aroma de mar… oh voz del viento, qué ternura la naranja flor del calafate, qué candor ignoto, qué paz allí donde late la vida total… sin nadie… si fue como un cuento. No sé si era mucho o poco el frío de la tarde, sólo sé que los verdes bosques resplandecían y en lo alto la nieve, bajo el sol se derretía. Entonces pude decirme, al nacer la tarde: oh misterio estelar de vivir, estoy naciendo… frente al Beagle azul, oh milagro ¡Estoy Naciendo! 17-1-88
Antología Poética – Volumen II // 89
COMO UN SUEÑO en la ría Deseado (Santa Cruz)
Qué increíble, casi parece un sueño, navegábamos la ría celeste en ese día soleado y agreste resultado final de tanto empeño. En el agua mansa dulces toninas saltaban alegres y los pingüinos flotaban sobre las olas, divinos seres… ante ellos, mi amor se inclina. Si parece un sueño, en las barrancas los cormoranes cuidaban sus nidos bajo la luz del sol, sublime y blanca. Fue en el sur, con el único sonido de las aves que amo como amo el mar, si es como un sueño que pude alcanzar. 18-1-88
90 // Etel Carpi
RETORNO en Cabo Dos Bahías.
En esa hora parturienta, cuando la mañana nace con destellos de luces inmaculadas, cuando el mar se agiganta a los ojos asombrados y las aves reviven como un dulce milagro… en esa hora primera, de todas la más bella he retornado mis pasos por esas riberas donde dejé hace años mi paz y mi ternura, donde desterré por siempre la palabra nunca… El cielo como entonces, acuarela de luz, los pingüinos silentes, incuban en quietud; dejo como ayer, la piel del miedo abandonada y me entrego total a la soldad del alma. El mar, un santuario inmenso adornado de espuma, repicando sus campanas al viento que perdura y siento que la tierra es mía y debo gozarla porque lo que ella me entrega es la paz descarnada. En esa hora primera, caminando la arena, y el rojo color de la roquería de fiesta, revivo cada instante de aquellos ya lejanos cuando alegre descubrí a mis seres adorados; ¡oh santa primavera!, gracias por el regreso adonde puedo sentir a la vida sin miedos y puedo gozar al viento, al frío, al sol, la lluvia… con todos mis poros abiertos, libre y desnuda. Porque con cada arruga nueva de mi cuerpo crece el amor que por aquel paraje siento. 24-1-88
Antología Poética – Volumen II // 91
UN MOMENTO en Mar Azul.
Llegó el momento soñado de caminar a la vera del mar. Llegó con un sublime sonido de olas blancas en la rompiente. Más allá el sol rojo elevándose como todos los días. El sol rojo que escribe un poema por mí y lo pinta. Las gaviotas alborotadas en búsqueda de moluscos. Yo camino abriéndome camino en la bruma del alba. Más allá el secreto, en mi alma sosegada un misterio. El misterio de la soledad que busco día tras día. Llegó mi momento sublime con un concierto de voces. Todos los pájaros del monte, del mar, del llano. Cantan, gritan, viven, son mágicos. Llegó en un tren cargado de tristezas. Se quedaron una por una en el camino. Voy despojándome de todas las cargas. Poco a poco, día a día, hora tras hora. Debo regresar liberada y nueva. Llegó el momento y lo disfruto. Llegó como lo imaginé siempre. Igual que otros momentos. Mejor que muchos otros. Llegó la paz a mi corazón. Entró la naturaleza toda. Me tendió la mano. para salir del abismo.
92 // Etel Carpi
Ahora seguiré. Seguiré mi camino. Me obligo ser feliz. Me obligo vivir. El mar mi amigo El mar azul El mar Llegó Él
Antología Poética – Volumen II // 93
AMANECE Amanece y soy feliz Un atisbo de tristeza de mi antigua soledad El mar Sus campanas Neruda en mi memoria Alfonsina Su romance final con la sal Lo miro Absorta Camino y busco su voz Me atrae Pero sigo caminando Hermosos caracoles me distraen La tentación es grande Pero soy fuerte Y seguiré en la tierra Soy parte del mar Como todo ser vivo Principio de todos los principios Madre de la vida Padre de la creación Amanece con luces en el cielo Que reflejan en la espuma Colores y destellos Oigo los pájaros de la vida
94 // Etel Carpi
El despertar de esta soledad compartida Con ellos Con el sol Con el mar Con la luna Que anoche la vi tan grande Tan luminosa Volveré un día Volveré al silencio De mis días pasados Para alimentarme de luz De naturaleza De paz Por vivir Bendición de Dios Gracias Soy feliz 31-3-10
Antología Poética – Volumen II // 95
PARTE DEL MAR en San Clemente del Tuyú.
Hoy soy como esta playa desierta que transito serena y para colmar mi cansancio un amanecer más. Oro que besa la arena canto que muere a mi lado llanto de sal que me abraza en cósmico intercambio de soledad. Cuando el viento helado del Sur penetre los poros de mi piel y la calidez del sol ascendente descienda por la cornisa agreste de mi cuerpo y las gaviotas transiten los espacios dormidos a la intemperie estaré menos sola y formaré parte del mar. 13-3-13
96 // Etel Carpi
MOMENTO (verso infinito) en Punta Rasa.
Se retuerce el silencio cuando el sol de la mañana helada viste de perlas blancas que destellan luz sobre el agua del mar tranquilo donde acudo en una búsqueda desesperada por encontrar la salida al multiverso de mi alma rota en mil pedazos al igual que el planeta que se destruye en el tiempo infinito de esta galaxia azul donde hay tantas estrellas como granos de arena bajo mis pies y sonidos desconocidos viajando en el espacio que mi oído humano jamás podrá percibir hasta que el cuerpo muera y en una escalofriante eternidad el alma renazca en una dimensión desconocida… Mientras… escribo. 14-3-13
Antología Poética – Volumen II // 97
DESPEDIDA Me voy mar frío ya es hora. Me llevo éste último momento Gélido sublime Brumoso Mujer de mil amaneceres que deja huellas invisibles de palabras sueltas atadas a un sinfín de silencios, de cuadros acuarelados armados en el desierto. Me voy Me voy… Fresco perfil de las olas ya es hora. Seguiré navegando de cara al naciente por la ruta de los sueños rumbo al insondable silencio. 16-3-13
98 // Etel Carpi
PLACER SALVAJE Valido este placer que empalaga cuando florece en turquesa soledad. Vale la pena cada instante vivido aunque breve, me abraza en intensidad. Se llenan mis pulmones de aire puro que llega a regalarme la eternidad. No me busques ahora en ningún lado, emulando a Alfonsina, busco verdad. No me busques, me quedo en este momento, cuando detenido el tiempo, puedo amar. Porque vivimos para siempre; aún, en nuestra brevedad. 4-1-15
Antología Poética – Volumen II // 99
TAN CERCA DEL CIELO
LA CLARIDAD FINAL en Iruya.
Vuelvo a estremecerme con el recuerdo transformador de lo pasado en realidad, de presente. Porque estoy temblando en esta noche calurosa de un estío, inundada de magia, caminadora de lo agreste cuando en renovada libertad fui trepando por la huella ignota hasta alcanzar la cumbre de las fantasías concretadas. Y un racimo compacto de montañas inmensas se derramó sobre mi deseo con sus formas perfectas llegando a mis ojos de manera inevitable.
100 // Etel Carpi
Como pájaro abatido por una tempestad esperada me perdí en los huecos deshabitados (terciopelo de cumbres sagradas) y un lamento de río esperó más abajo mi entrega desmedida a la naturaleza toda. Entre vientos desconocidos y silencios inconclusos acudí entonces impregnada de sol y polvo hacia los destellos milagrosos de la claridad final. 3-1-85
Antología Poética – Volumen II // 101
PÁJARO LIBRE en Laguna Pozuelos.
Necesitaba sustituir mi fantasía por la audacia genial de llegar hasta allí… liberar todas mis estrellas inventando un pájaro libre para poder llegar. Y la tarde azul se hizo polvo de nubes barriendo la quietud desolada de ese pedazo puneño, más allá de aquellas montañas. Resquebrajó el suelo la sequía prolongada y ante negritud apremiante busqué al amor que anida en mi alma como fuerte paraguas. Entonces… me despertaron los sueños de realidad helada cuando la aurora luminosa acarició el pájaro libre de mi ser que en la calma fría esperaba…esperaba…
102 // Etel Carpi
Y mis alas delirantes no cedieron al cansancio de volar tan alto porque un nacimiento de plumas rosadas cayó en paz sobre mis manos cuando el espejo celeste del agua se entregó total y agreste a mi llamado. ¡Oh sublimes criaturas! que viven calladas, firmes en reducto tan apartado; hubo un tiempo de mi vida que agotándome de gozo (sin miedos, ahogada de luz) reposé mis ramas puras en la ternura infinita de sus alas. 4-1-85
Antología Poética – Volumen II // 103
ENTERA DE VIDA en el Acay.
Estoy entera de vida y de pasión después de rebelarme al miedo y a la quietud cuando al buscar la cumbre más remota encontré mi hora de lágrimas triunfales. Palpito cuando evoco la mirada nívea del inmutable Acay y nada me sorprende porque supe de esas rocas, de ese sol que en primavera protegió mi soledad dejando las torres del misterio derrumbadas ante mis sueños de libertad. Porque supe de las huellas ocultas por piedras y arena, del viento gélido y desmedido, el profundo abismo y los ríos que nacen escarchando a su paso la suave estepa de altura.
104 // Etel Carpi
Mi memoria obstinada me remonta hasta el reino del silencio que amé casi muerta por las sombras desterradas; fueron mis testigos gráciles vicuñas que treparon las laderas peladas cuando mi andar tembloroso las descubrió entre la nada. Y estoy estera, fuerte y total; porque ahora en medio de mi mundo inquieto perdura y crece la emoción que conmovió mis ángeles en las remotas cumbres del Acay. 4-1-85
Antología Poética – Volumen II // 105
EL PREMIO FINAL en el río Cobres.
He sentido, por un instante el viento supremo de la puna sacudiendo las ramas de mi sangre. Aún las cicatrices abiertas en mi espíritu por soledad tan terrible y necesaria no han curado porque me duele el alma cuando evoco el tránsito fugaz en busca del sueño que se escondía en esas montañas. El blanco espejismo de la sal renovó mis ansias y ya nada pudo detenerme (ni siquiera el temible arenal por donde transitaba), el destino en los ojos, el triunfo en el alma.
106 // Etel Carpi
Me acunó el sol que en parajes tan altos se soporta sin reparos y la soledad inhóspita es la única compañía que nos acosa y nos somete y hay que amarla o caer en el túnel de la muerte. Al final de la marcha el premio de la vida brotó en lamento de agua pura llamando a las auroras de un llanto emocionado; y un diluvio de frescura dejó sus huellas en mi carne y su límpida pureza me oprime aún la garganta cuando en este instante, siento el viento supremo de la puna sacudir las ramas de mi sangre. 5-1-85
Antología Poética – Volumen II // 107
SE ESCUCHA… en Bardas Blancas.
Se escucha el aire… en el silencio adormecido de luz se escucha el aire… susurra estrellas en mi oído y luego me abraza, y me lleva en brazos a descubrir el corazón agreste de las alturas emblemáticas. Se escucha el río… baja presuroso y cristalino acariciador de piedras redondeadas, de hierbas color esperanza… y me murmura desde lejos cantares de fantasía, en una sublime invitación. Se estremece mi alma y es la soledad grandiosa y clara una peligrosa tentación. Y vuelo… en brazos del viento… Ya no pienso y voy, el sol me mira y me alumbra, la nieve me sonríe y la desnudez divina de las cumbres se entrega a mi vida.
108 // Etel Carpi
Me envuelve el aire… ya no vuelo entre sus brazos invisibles y alados, ahora sueño… mirando pasar el río, y siento… En el silencio más salvaje la razón de mi felicidad. 10-3-81
Antología Poética – Volumen II // 109
ESTABA EL SILENCIO en Pozuelos.
Estaba el silencio y sus banderas, el cielo abierto de las alturas y en la desierta costa, las criaturas que buscaba mi perfecta quimera. Sí, estaba el silencio y sus banderas y en las aguas quietas de esa laguna la poesía de la vida que en la Puna es un milagro que no se espera. Suavidad de montañas a lo lejos y en las aguas el sublime reflejo de los rosáceos seres alados. Entonces mi campanita perdida tuvo la luz de plumas prometida al encontrar aquello tan amado. 2-2-85
110 // Etel Carpi
ALMA EN VERDE, BLANCO Y AZUL.
EL CHALTÉN al cerro Fitz Roy.
Fue como una bendición de nieve de hielo o de glaciar llegar hasta el borde de esos cerros, montañas de ternura cayéndome en la piel. Siento la emoción de vivir bajo ese frío el alumbramiento del Chaltén. Sendero viento silencio… abrazo de ñirantales, piedra ríos misterio… agua nieve de pureza, caricia apasionada de tierra y de cielo despertando las luciérnagas dormidas de mi ser. Cómo explicarlo si es un canto ascendiendo a las supremas melodías de la vida; cómo explicar que estuve entre los brazos del viento caminando hacia la nieve que adorna aquellos cerros custodios del Chaltén. 16-4-86
Antología Poética – Volumen II // 111
CUARTETO DE CUERDAS a la isla de Tierra del Fuego.
Violín (el cielo) El sol canta desde el cielo la danza cósmica y alada sobre el verde terciopelo de las colinas nevadas. Viola (el bosque) Lloran en el bosque umbrío los pájaros de la aurora y los cristales del río se derriten con las horas. Violoncelo (el mar) El mar aroma la arena de sal y de caracolas su voz dulce se hace pena cuando se aquietan las olas. Contrabajo (la montaña) En lo alto de la montaña surge el místico canto que se pierde en la maraña envolviéndola de encanto. 26-4-80
112 // Etel Carpi
LLAMADO AL MUNDO desde Caviahue.
Shhhhhhhhhhh… silencio… es la magia ignota de la noche. Escucha… ¡oh mundo enfermo! en mí, guardo el eco de la noche. Baja, de las tinieblas de la nada y siente… calla… ¡por Dios siente!... es la noche más divina. La luna grande fría nubarrones otoñales de nieve derretida. No hay misterios, la paz se muda, lejos están los hombres, intactas las criaturas. ¡Vamos…!, mundo demente tomad, recoged el mensaje, está impreso en la noche, en mí duerme. Resuena un himno entre las araucarias, y retumba, se eleva por las montañas. La noche juega, la noche santa, por sus sombras negras, pasan las aguas. ¡Oh vamos!... no sientas miedo, busca esa noche en mi triste llanto, y no la despiertes… ¡no la despiertes…! está soñando. Desde el cielo, caen gotas de espanto,
Antología Poética – Volumen II // 113
pero no temas… no es más que llanto. Un duende se ha despertado y juega… vaga alegre por los prados (los quietos prados de altura) que cubren los bosquecitos serranos. ¡Eh…! espera… oh mundo extraño y escucha por un momento, lo que la vida en mí te está dejando. El silencio, ya cansado, duerme; lo vela el otoño de los Andes. Al alba, la niebla ocultará al lago, no importa, la noche se hará tarde. Shhhhhhhhh… silencio… es la calma ignota de la noche. Ven a buscarla ¡oh mundo insano!, Apresúrate, se esfumará en mi alma, y tú, con tu ausencia larga, quedarás en silencio… silencio… sin aprender de esa noche… nada. 22-4-81 Para la Antología del Primer Congreso Ecológico de Pehuajó. 2013.
114 // Etel Carpi
AMANECER DISTINTO en lago Quillén.
Solo… el polvo-bruma vaga, penetrante insomne gris… aletea entre las hojas de coihues; los minutos pasan, el reloj no gira llegó el amanecer, casi sin presentirlo. Me asomé a la luz de los bosques quietos, y me envolvió un aroma a misterio, sonrió el silencio… el lago helado, espejó el misterio. Y volé… la niebla me abrió su manto, pero choqué torpe, contra los pájaros. Un primigenio rayo irisó la bruma y atrevido, llegó hasta el lago… Subí sobre él… pero mi alma, me dijo inquieta y blanca: “no, no puedes besarlo”. Lloró el bosque, lloró sobre mis brazos, me estremecí de frío, pero allí… sobre mis ojos claros, brilló con emoción un amanecer más casto. Solo… el polvo-bruma vaga, penetrante insomne gris… aletea entre las hojas de coihues; los minutos pasan, el reloj no gira, llegó el amanecer, casi sin presentirlo. ¡Oh ven, ven conmigo humano! 23-4-81
Antología Poética – Volumen II // 115
CANTO A LOS ARRIEROS en el norte Neuquino.
Anochece en la montaña… la luz última se consume tras las poderosas araucarias. El viento se desliza sigiloso por las laderas anaranjadas. Vienen los arrieros, vienen con sus bueyes mansos, andando por el sendero lo tiñen todo de blanco. Vienen con sus familias, vienen con la esperanza escondida en su cansancio; en el fondo tibio de sus pupilas puedo descubrir el llanto. El otoño envuelto en frío llega desplegando sus alas y trae la nieve muy escondida en su oscura mirada. En el silencio de la noche resuenan los balidos, y la paz se resquebraja. Las estrellas de repente, en el cielo se declaran y un reflejo de fuego enciende en luces la montaña. Vienen los arrieros, la soledad los abraza y dormitan junto al fuego con su esfuerzo de semanas. 23-4-81
116 // Etel Carpi
PEHUENES Centinelas del silencio, amantes de sus montañas, tienen un nido de luna incubando entre sus ramas. Un murmullo muy inquieto que estremece, se agiganta, cuando nacen las estrellas surge el himno de las plantas. Ven, asómate… y escucha, entre las rocas sagradas allí, sobre oscuras sombras de su imagen milenaria. Soldados de verdes bosques los herbarios de ñire y caña extienden su suave alfombra bajo su dulce enramada. Arroyitos y vertientes apenas tocan sus plantas, ellos corren presurosos con sus aguas siempre claras. Un sonido llena el bosque en la noche oscura y casta, lenguaje de los pehuenes con su decir sin palabras. 24-4-81
Antología Poética – Volumen II // 117
CANTO DEL SOL EN EL BOSQUE en el Lago Nonthué.
No sé por cuál sendero llegué aquel día, caía el sol sobre la hierba como nieve derretida; la tarde de un viernes de otoño recién estrenada, recién tendida. Por el sendero de los sueños, por el sendero de la vida, llegué… y me acosté sobre la brisa, estalló el silencio… y me quedé vacía. No sé por cuál sendero… (floreció en el bosque una mutisia) por el sendero del sol entre los bosques, por ventanas abiertas a escondidas. Estaba el silencio muriéndose en la arena y el viento… ¿dónde estaba el viento?, dormido sobre una espiga. Llegué… me senté sobre la luna pálida en el cielo azul pleno del ya pasado mediodía, pero pronto… retorné volando en las alas de mi poesía.
118 // Etel Carpi
No sé por cual sendero llegué aquel día, pero sé que aquel sendero tenía techos de fantasía, sé que abrí mis manos que estaban vacías y vinieron los pájaros para llenarlas de vida. No sé por cual sendero… pero sé que fue entonces cuando comprendí que vivía. 25-4-81
Antología Poética – Volumen II // 119
MUERTE Y RESURRECCIÓN en lago Rivadavia.
Ya es hora. Llega el entierro de la luz, silentemente, sin un quejido. Me hundo en las estrellas que fulguran en la luna pequeñita que lenta, muy lenta, se destaca. Sentada en el muelle solitario, recogiendo el agua azul entre mis manos, mientras el espejo del misterio con la brisa se esfuma, y quedan las olitas rompiéndose sobre los guijarros. Es el entierro de la luz, pero sin rojos ni amarillos. Mueren los trinos, se oscurece el silencio en la soledad, el rostro difuso de las cumbres entra en penumbras, tostado, indefinido… y el otoño reza en la apretada fronda verde la oración del ocaso que se muere. Sentada sobre el frío muelle espero la consagración de la noche en el silencio.
120 // Etel Carpi
Desde lo alto, la nieve gélida siente apagarse la luz en su frente, y yo… sentada en el muelle siento florecer el frío en mi puerta. Llega el entierro de la luz. Una bruma tenue, transparente, húmeda se levanta desde el suelo y queda suspendida en el aire sobre el lago, entre las hojas… y mis manos… pescan estrellas mojadas en el rocío de la noche. Es el entierro de la luz. Negro el bosque, azul el lago, gris la nieve… el silencio vivo que se hace llanto. Y yo… caminando hacia el sueño plena de paz, a calmar mi cansancio. Mañana volveré… y sentada sobre el muelle solitario, presenciaré –nueva e iluminadala resurrección de la luz sobre mis manos. 27-4-81
Antología Poética – Volumen II // 121
MORIR EN LUZ en el Chaltén.
El frío iba dejando sus huellas en mis manos y el viento juguetón se estrellaba en su destino de caminante inquieto barriendo los caminos por donde se abrió mi alma verde de ser humano. La tarde en la bruma lentamente iba muriendo con la clara fatiga de silencio y de espera; el desconocido espacio, la celeste esfera la nieve abundante, blanco misterio latiendo. A l abrirse las ventanas del cielo, un grito de asombro y de ternura retumbó en el abismo como plegaria de vida que nació allí mismo mientras la tarde se esfumaba en el infinito. Y allí estaba el viento, el silencio y el blanco manto con brillo de diamante a la luz de mi mirada; el Torre, el Fitz Roy… gigantes de piel helada, alimentando la pureza del río y su canto. Ñires anaranjados vistiendo los rincones, pájaros ausentes refugiando su ternura por donde circuló mi alma, libre de ataduras en busca de ese sueño, hacedor de ilusiones. Y me quedé en la orilla, doblada ante el abismo, en el frío de la tarde con bruma y con neblina, la cercana noche iba clavando sus espinas y fue morir en luz abrazada por un sismo. 16-7-86
122 // Etel Carpi
MÚSICA PERFECTA a los arrayanes de Lago Verde.
Fue como música pero mil veces música del cielo la suave música del río caramelo que besa raíces de terciopelo. Así fue en mis oídos la tarde que en la noche se confunde y el sol queda dormido agua que se difunde en dulce poesía que a soñar infunde. El alma silenciosa se apodera sin mucha resistencia de la maravillosa imagen de inocencia y los árboles marcan presencia. Arrayanes de fuego iluminan la silente belleza llenando de sosiego de alegría y de simpleza la paz del lago Verde y su pureza.
Antología Poética – Volumen II // 123
Un perfume de vida exhalan las cortezas fragantes y en las sombras anida un misterio embriagante donde el Chilco es flor morada y brillante. Música sin sonidos música pura, música perfecta escucharon mis oídos esa tarde predilecta entre ese bosque de savia selecta. 18-7-86
124 // Etel Carpi
SENDEROS a los Glaciares.
Era en ese tiempo el blanco frío del hielo bajo el sol de la mañana con la tierra aún húmeda de rocío cuando salió a sonar mi fiel campana por los senderos de traza serrana balcón a ese blanco y helado río. Yo miraba sus sutiles cristales catedrales de líquida inocencia, los témpanos, azules infernales, el lago verde, la roja presencia del notro florecido, dulce esencia de vida entre guindos y lengales. ¡Ay!, qué paz en la noche tenebrosa con el gemir del mundo sumergido, llanto de lago que en rocas reposa, era en ese tiempo y no hay olvido porque estuve allí entre notros floridos en esa hora de luna misteriosa. Era en ese tiempo frente al glaciar, río de hielo que avanza amenazante, allí podía reír y soñar sumergida en ese bosque fragante despertando mi pasión ambulante por sentir a natura… por amar. 18-7-86
Antología Poética – Volumen II // 125
LA ISLA DEL FUEGO Ya era el tiempo de la primavera que en la isla es un nuevo y mágico invierno. Mojé mis ojos en la luz primera, mi alma se alejó entonces del infierno de la soledad que adorna esa espera por un amor sublime, dulce y eterno. ¡Qué suave deleite el del sol naciente en la madrugada de ansiados fríos, el mar azul, cantando en la rompiente es un sueño que colma mi vacío con la luz de sus voces transparentes! Yo miraba los árboles desnudos, la nieve gris que cubre los rincones y el rio helado, todavía mudo esperando al sol y sus bendiciones como espera mi alma romper el nudo que la ata al silencio de las ilusiones. ¡Qué remanso de paz los bosques verdes, los senderos húmedos y fragantes por donde mis pasos lentos se pierden cuando la nostalgia me torna amante de la bella isla blanca azul y verde!
126 // Etel Carpi
Ya era el tiempo de la primavera… tiempo de días largos y cansados, grupos de cauquenes por las praderas, trinos alegres de seres alados junto al viento que es un duende que impera y en sus dominios vivir es sagrado. Allí existen los salvajes secretos, cascadas rugiendo en la alta montaña, ríos caudalosos, rientes, inquietos… y esa dulzura misteriosa y extraña. Ya era el tiempo de la primavera… y yo estaba allí… como quien espera. 11-1-88
Antología Poética – Volumen II // 127
PAISAJE en Caviahue.
Hay un arroyo que canta entre altos desfiladeros abriendo un fresco sendero entre ñires de escarlata y es un hilito de plata cuando lo alumbra el lucero. 31-7-81
128 // Etel Carpi
LAS SELVAS DE MI CORAZÓN.
DIGO LA EMOCIÓN en P.N. Calilegua.
Ahora recuerdo, el alma pura, transparente el silencio presagiando la noche y la tormenta… la selva oscura caía en mi mirada. Era estío, en el norte de mi Patria: cercano a Calilegua. Digo la emoción de compartir con los mosquitos y la lluvia fresca. Canto al recuerdo de Ser vegetal bebiendo con la selva, mis manos relámpagos encendiendo los senderos negros, donde la magia acecha. Canto ese momento entre un hervor de truenos besándome el deseo terrenal de convertir mi sangre en savia de lapacho, de cedro, de laurel…
Antología Poética – Volumen II // 129
Ahora… en mi recuerdo. Mojado el silencio en la oscuridad total y plena, donde la fiesta de los relámpagos desdibujaban las copas frondosas. Era estío, en el norte de mi Patria: cercano a Calilegua. Digo la emoción de ver asomarse entre los árboles… roja y grande, la luna llena. 28-12-83
130 // Etel Carpi
LAS LAGUNAS en Yala.
Lo estoy viendo… la lluvia bienhechora mojando la verdura interminable de la selva perfumada de aromas y cortezas. El manto de nubes rodeando la húmeda locura de las sierras, y en mis ojos sacudidos de emociones, la violencia de la vida llorando en mil estrellas. Lo estoy viendo… como un desfile infinito de purezas rozarme el alma con suavidades de silencios; y al mirarlo se lleva la poesía que llevo dentro. Las lagunas del Yala ocultas en la bruma sublime con sus senderos de agua mansa. Montaña, selva, montaña… y la lluvia bendiciendo la pureza dulce y tibia de los patos.
Antología Poética – Volumen II // 131
Selva, montaña, selva… y en la sagrada quietud de la tarde se encienden luciérnagas sobre mis manos. 31-12-83
132 // Etel Carpi
GRITO DE VIDA en Mar Chiquita (Córdoba).
Es como un retazo de vida que se refugia en la mar azul. Es un grito de existencia que lucha por no morir y revive en diluvio de verdes (troncos, hojas espinas, flores…) Por allí se desvistió mi alma ya libre de sombras y fue un pecado amar las luciérnagas de luz que en encaje de ramas me entregaba el sol. Estoy como petrificada en el recuerdo purificador del pequeño bosque que lucha por vivir; y en la soledad nocturna de mi cuarto resuena la dulce melodía de los tordos músicos, la voz perdida del zorzal blanco y esa algarabía de cotorras revoloteando en las palmas.
Antología Poética – Volumen II // 133
Porque hay una resurrección de pájaros dentro de mi ser y un aroma de crepúsculo me brota en la piel. Es un grito de coraje el bosque verde de la mar azul, con la tibieza de sus nidos y el zumbido de los insectos pidiéndonos perdón; mariposas viento silencio paz un grito de vida que me robó el corazón. 12-11-85
134 // Etel Carpi
VENTANA ABIERTA en Parque Nacional El Rey.
Viajera de la tierra amada necesitada de un lugar verde-azul suave y quieto, llegué una noche de luna redonda y absorbente vadeando ríos de silencio que se niegan a las sombras de la noche. Y ventana abierta a mi deseo el bosque oculto derramó su magia de amaneceres verdes cuando la aurora me encontró despierta. Quedará mi fantasma anhelante de ternura por los senderos de sol y viento, de quietud y sombras, colgado de enredaderas y flores silvestres, voz de los grillos, aves, ternura de corzuelas cruzando la vida… quedará mi fantasma por toda la fuerza que posee mi sed de amar.
Antología Poética – Volumen II // 135
Y la montaña misterio, de yuyos, ramas y ríos vive todavía en la purificada memoria que alberga la pequeña locura de todos mis mundos. 9-12-8
136 // Etel Carpi
SUEÑOS PERFECTOS en Mesada de las Colmenas.
No sé si es este silencio de noche tormentosa o mi delirio de atravesar montañas, ríos, montes, llanuras, quebradas… lo que me transporta hasta el alma de esa selva ignota con perfume a flores sin nombre. No sé si es esta paz del estío pueblerino o ese aroma a tilo fresco que se cuela por mi ventana, porque tengo en mis ojos un muestrario de hojas y en mi piel todas las caricias de nubes perdidas en el abismo verde. No importa… es el mensaje de la tierra total que me habita y me subyuga hasta el delirio y esa selva de montañas que luce la desnudez más pura por obra del milagro de amar, revive aquí y ahora con el hervor de mi sangre.
Antología Poética – Volumen II // 137
Mesada de Las Colmenas, senderos de roja tierra que parecen construidos por especialistas en sueños perfectos, ensueño de tucanes y canto de urracas azules, la brisa que muere en la quietud de la niebla húmeda. L a noche oscura cálida cubriendo de magia la negritud del bosque que sin embargo late en lo profundo de las montañas. Allí mi ser pequeño bebiendo el silencio, gozando la soledad con ansia demencial. No sé si es esta paz o este silencio de noche tormentosa, pero siento que vuelo en caballo alado por los cielos que me entregan el beso sublime de aquella selva. 11-12-84
138 // Etel Carpi
CAMPO DEL CIELO en Chaco.
Aprendí a observar con el alma. Poco a poco aprendí a saber, usar los ojos del alma. Por eso ahora, instalada en el silencio de la mañana dominical estoy viendo el bosque… impreso en mi alma, tengo todo su color. Huelo el bosque, siento el bosque por donde transitó mi felicidad de amar observando. Se abren las puertas de la ternura y caigo en luz entre las espinosas hojas del Itín y sin embargo suspiro ante el aroma a flores que cubren los rincones más claros. Veo quebrachos, algarrobos… toda la salvaje pureza del bosque aquel.
Antología Poética – Volumen II // 139
De mi paso por Campo Del Cielo como criatura rebelde que agita su libertad y sale a buscar el misterio que oculta el monte con sus reptiles, con sus insectos, con algún lamento perdido de yaguareté. Lo estoy viendo: esa bandada de cotorras alborotando la paz de mis oídos y el mensaje del cielo: mudo y solitario sobre la tierra cálida, cobijado por el monte que parece empeñado en querer borrar hasta la última huella. Lo estoy viendo en medio de la silente mañana dominical, aunque mis ojos están cerrados y tan lejano el bosque aquel… por eso, porque aprendí a mirar con el alma. 9-12-84
140 // Etel Carpi
CANTATA AL BOSQUE Poema ecológico
¡Aleluya!... cantad al bosque, consagración de verdísima esperanza. Cantad al sol que no se atreve a violar su santuario. Derrame umbrío, humedad en sombras y un silencio beato que descansa en la quietud de todas las horas. ¡Aleluya!... No despertéis la soledad que entre el follaje se esconde, y retened la luz que se aventura a iluminar sus estrellas. Cantata al bosque, a los manantiales que guardan bien escondidos las hojas y entre túneles de ramas perfuman la paz verdosa. Cantata a los pájaros extraños que viven en el silencio inasible de la fronda. ¡Aleluya!... Cantad a la eternidad húmeda de la tierra y a la negrura de la noche que duerme sobre sus hojas, a la total belleza de las flores que a nuestros ojos cubren entretejidas y frescas alfombras.
Antología Poética – Volumen II // 141
Cantata al misterio guardado en secreto por las plantas y ese color… los mil verdes que se mezclan y regalan. ¡Aleluya!... Cantad al bosque, es el pulmón de nuestra vida insana, respirad… bebed de su savia. 26-4-81
142 // Etel Carpi
LA GRACIA en las Cataratas del Iguazú.
Era la noche plácida y serena, un canto salvaje y dulce brotaba y un cielo limpísimo se elevaba queriendo besar a la luna llena. Mi alma, campanita sola, vagaba, sin sombras de dolor, limpia de penas y una calma tan pura como plena sobre ella, en silencio, se derramaba. El agua del río mojó mis manos con la tibia frescura del verano que floreció vestido de ternura. Ante ello retornó a mí la dulzura que latente y vívida en mi alma pura soñó en posarse sobre ti, hermano. 5-2-82
Antología Poética – Volumen II // 143
UNA SONRISA a El Palmar.
Estaba la mañana de invierno destemplada abriendo su rosa neblinosa sobre el río cuando por el sendero impregnado de rocío salieron a volar mis pájaros en bandada; estaba el silencio de la dulce alborada que nacía dichosa con su manto de frío. Lloraban los árboles de la selva umbría: tala, ñandubay, cina-cina, arrayán del norte -destacándose entre todos con su bello porte-, desde las sombras el zorzal Mandioca se oía y yo desentrañando el secreto de otro día en comunión con natura en un lugar del norte. Al salir del bosque la niebla abría sus tules la sabana de palmeras estaba de fiesta, entonces corrí emocionada por la floresta mientras recogía en mis ojos lluvia de azules, las ruidosas cotorras me encontraron dispuesta a beber cada instante de aquel día de fiesta. El pajonal se estremecía con leve brisa, el río Uruguay parecía un espejo rosado, bajo el tala gocé de un almuerzo iluminado por la belleza de los pájaros que sin prisa compartieron mi pan, pequeños seres alados que pusieron en mi alma cansada… una sonrisa. 1-7-88
144 // Etel Carpi
EL SOL EN MIS MANOS en el Parque Nacional Iguazú.
Amanecí en medio de un país que es mío y es diferente al país donde vivo día a día esperando la muerte, el invierno se convirtió en primavera de los tristes árboles grises al verdor de la selva y un sendero vestido de sombras y humedad me invitó a transitarlo en dulce soledad. Poco a poco mi cuerpo fue andando por ese sendero como si todo lo vivido lo estuviera llevando para sembrarlo lejos; Yatevó, Tacuarembó… algún esbelto Pindó sobresale de la maraña de flores, helechos, lianas, árboles de gran porte que dejan gota a gota miel de rocío en mi boca. Voy sintiendo un fresco abrazo de agua y luz que surge en un retazo de cielo azul, casi… es todo silencio algún trino, y ruidos de hojas, aunque no hay viento me informan de vida alada gozando en la selva la bella mañana. Lindo es mirar los distintos árboles caminar sin prisa, con el alma amable; soñar que, aunque es de todo aquel que tenga el corazón dispuesto este instante es mío y ¡cómo me agrada saberlo!
Antología Poética – Volumen II // 145
Pasan las horas y se muere el día, el ocaso me sorprende por esa senda, perdida… y se vuelve un canto dulce que a mi corazón seduce, entonces me quedo suspendida en el aire, inmóvil sobre el reducto sagrado, libre y segura de cosechar al sol, en mis manos. 5-7-88
146 // Etel Carpi
ROMANCE DEL VIEJO ALGARROBO a la memoria de Antonio Esteban Agüero, poeta puntano.
Allá por el ochocientos cuando en el Sur vivían los nativos de estas tierras, en el monte tú nacías; Tan suave, frágil, pequeño, delgado y suave como ave. Hoy abuelo milenario, Rey y Señor de los árboles. En el bosque hostil, agreste donde tu poder es grande. Algarrobo majestuoso tejió el tiempo tu ramaje con hilos fuertes de luna y la pureza del aire que baja de las sierras esparciendo aromas suaves. Como lograr que mi canto bien te honre, árbol digno si me invade la emoción y ante tus ramas me rindo cuando mis ojos te miran y te siento cerca mío. ¡Cómo quisiera pintarte con manos que guíe el alma!
Antología Poética – Volumen II // 147
Plasmar los miles de arrugas que son tus huellas sagradas, tentáculos de raíces que a la gran madre se abrazan. ¡Cómo quisiera pintarte con ojos de enamorada! Con ese encaje de verdes que forman tus gruesas ramas apuntaladas con vida en un canto de alabanza. Cobijo de tantos pájaros que por siglos han pasado, testigo de tantos cambios que natura ha soportado, tu savia guarda un dulzor (algarrobo milenario, longevo, poderoso árbol) de sabores olvidados. Hoy deseo homenajearte con mis versos de verano Algarrobo fuerte y viejo, que queden entrelazados entre tus ramas tortuosas y por siempre cobijados.
148 // Etel Carpi
Versos llenos de ternura protegidos en tu cielo donde entre las estrellas anidan todos mis sueños. ¡Oh magnífico, Rey árbol! Te ofrezco mis simples versos desde este lugar sagrado donde vives. ¡Ser eterno! 22-12-13 En Santa Rosa del Conlara. Frente al río, en el campo, un domingo de diciembre al amanecer. Dedicado al algarrobo abuelo de Merlo, 1.200 años de antigüedad.
Antología Poética – Volumen II // 149
LOS CAMPOS, LAS SIERRAS, MIS SUEÑOS…
OCURRIÓ EN CÓRDOBA Una tarde salí a los campos y las sierras. Ocurrió en Córdoba, era una niña entonces que desplegaba sus alas pequeñas y se hacía a volar por esos cielos en busca de su madre: naturaleza. Y allí, entre aromas de tomillo y poleo, casi jugando, casi en serio, se fue entregando a los latidos que se escuchan cuando en el alma adquieren vida los silencios. Poco a poco –como el amor suave que despacio, silentemente se instala y nos perteneceasí me fue habitando la pureza de los ríos, la caricia de la hierba… y como el primer beso del ser amado que se espera con deseo y con ternura, esa tierra deliciosa se plegó a mi sed inconsciente de amarla y me regaló sus auroras.
150 // Etel Carpi
Era entonces tan pequeña… un mundo de pájaros colmó mis nacientes locuras de poeta y las estrellas de esas noches silentes impregnadas de grillos y de fragancias silvestres, cayeron en mis manos blancas para que las acogiera como a paloma herida. Hace ya tiempo… y sucedieron tantos regresos… tanto polvo circuló por mis venas, y tantos soles cayeron en mis selvas que se me endulza el recuerdo ¡oh sierras benditas! al verme niña, de nuevo. 1-1-84
Antología Poética – Volumen II // 151
TORMENTA ESTIVAL en Valle Escondido, Cabo Dos Bahias.
Un sol tórrido se abatió con su fuego y mi piel deseó la caricia del viento que dejó frescura en medio del silencio que prestigiaba el idílico sendero. Era tarde en el Sur, tarde de siesta y sobre el valle afelpado de hierbas yo buscaba los colores de las sierras para pintar de luz mi oscura paleta. A lo lejos, del mar tuve el aroma, el silencio fue más silencio a cada hora y en mi alma sentí que la tarde era aurora naciendo a la vida como mariposa. Un chingolo desgranó sus dulces trinos, retumbó de la martineta el silbido y en lo alto el guanaco llamando a su cría dándome el mensaje de lo divino. Gruesos cúmulos sobre mí se instalaron y el calor sin viento apenas soportado dejó un sudor de lluvia sobre mis manos que pronto aleteó en el mar color cobalto. Sabores de esas tormentas estivales que aroman la tierra en sustancias ideales luego se alejan, y el sol vuelve a instalarse para cubrir de oro la caliente tarde. 17-1-83
152 // Etel Carpi
MOMENTO DE SOLEDAD en Baños Pasos Malos.
Amanece… y canta mil campanas la vida en la voz dulce de los pájaros. Ríe mil veces el cielo en la clara pureza que lo viste. Amanece… en la imponencia bruta de esa montaña que miro absorta en la luz del agua, en el cristal de la fuente que el manantial decanta. Sola… la naturaleza despereza el alma. Se mira en la pureza de la blanca cascada, en las fuentes transparentes que ocultan las rocas. Amanece… cometas de trinos cruzan las ramas y vagan… allá, abajo… muy lejos despierta el valle fértil y el sol lo alumbra. Aquí, en la oscuridad que enmarcan las montañas, vive la paz, la belleza que la noche encerró en su cofre de estrellas. 21-1-80
Antología Poética – Volumen II // 153
LOS ESTUDIANTES en Chos Malal.
Alegría adolescente, risa campanil de los estudiantes, en el mediodía otoñal van desfilando por las calles desiertas y calmas. El sol fulgurante y tibio bajo las sombras descansa, pero en el pueblo, dulce blancura se libera y vuela: son las alas simples de la esperanza. Detiene tus pasos ¡oh viajero incansable! forastero que llegas y te marchas detiene tus ojos a la pureza y escucha esas voces… son el sonido del mañana. Observa en silencio… calla viajero de tierras lejanas, coleccionista de paisajes, en un rincón de las sierras hay un pueblo que descansa. Mediodía lento, susurro de árboles que sacuden tantas campanas; viajero, canta con ellas y en la desnudez del campo renacerá más niña tu dulce alma. 22-4-81
154 // Etel Carpi
HUINGANCO Me preguntan cuál es tu nombre y al escucharlo de mis labios tiemblan de amor tantos recuerdos. Tu nombre es mi nombre desde la noche que dormí bajo tus ramas, tus manantiales son mi savia y los colores sepia de tus montañas están impresos con letras de luz en las hojas de mi alma. Tienes el sabor de las plantas frescas y de los álamos otoñales su pálido ocre. ¡Oh!, ya no pregunten, mi viejo nombre lo absorbió el río, cayeron sus letras y hoy duermen en su lecho puro. Y adopté tu nombre, lo encontré perdido entre las estrellas que en cielo diáfano de una fría noche el otoño áureo desgranó en tus puertas. Shhhhhhhh… el rio esmeralda lo guarda en secreto. ¿A mí me preguntan?... han de encontrarlo en las montañas, en las altas rocas color magenta, lo teje el viento que a veces niño corretea libe entre las calles desiertas.
Antología Poética – Volumen II // 155
Escuchen… canta en mi alma con la voz más dulce que los tibios pájaros me dieran. Me preguntan cuál es mi nombre… nombre yo ya no tengo mi nombre es tu extraño nombre desde el día azul que conocí esa estrella. 23-4-81
156 // Etel Carpi
JUSTA RESPUESTA en “mi lugar”, por “el camino de los sueños”.
Recuerdo esos días ya tan lejanos de horas muy quietas, días de infancia por los verdes campos sin una senda con mis tiernas alas batiendo alegre por la pradera. El frio supremo en tardes de invierno regando mi huella, el sol de la tarde rubio y liberto sobre mi testa, y en mis manos aladas, la ternura suave y pequeña. Recuerdo al silencio robando mi alma de primavera, al viento rugir entre los maizales con voz de quena y un aroma a tierra, profundo y largo era en mis selvas. Ensayaban las aves sus canciones y yo, pequeña, soñaba formar con ellas -¡Oh cielos!toda una orquesta; y llegar, sujeta a sus fuertes alas hasta una estrella.
Antología Poética – Volumen II // 157
Recuerdo… natura me dio el brebaje de la belleza y desde entonces navego en el mundo como una muerta preguntando y esperando de los hombres justa respuesta. 5-6-83
158 // Etel Carpi
DEMENCIAL Soneto con estrambote al comienzo
Poco a poco… las horas se fueron esfumando. La lluvia sigilosa y suave mojaba con su bendición el campo… y las aves, latentes pompones de vida dulce… cantando. Poco a poco… como algo que brota poco a poco desde la tierra, el viento aromado de fragancias fue calmando la sed de mi alma, mis locas ansias de andar desnuda en la tierra arada, como un loco. Me acunó el silencio, la humedad del pasto verde repartiendo manzanas, el árbol lejano de ramas sin hojas, esperando al verano y como en esos sueños en que el alma se pierde entre sanas fantasías, se perdió mi tiempo. Y me quedé con ella; criaturas de lo agreste, entre la bruma… como quien viaja en lo silvestre. Y las nubes… como gruesos colchones inmensos entretejieron sutiles versos de ternura que se derramaron, poco a poco… en mi locura. 29-8-83
Antología Poética – Volumen II // 159
MOMENTO DE QUIETUD Me gusta despertar de madrugada y descalza… correr al jardín cuando la primavera lo envuelve de fragancias. Me gusta acariciar los pétalos suaves de las flores y besar la savia que corre escondida en la fresca pureza de las hojas. Me gusta ese silencio… ese silencio que los pájaros adornan. Me gusta esa quietud que en la inquietud sublime de la vida en mis manos se deshoja. Y permanecer así… con la paz en la mirada, ausente de las horas y de esa monotonía triste del mundo que me devora. 15-10-83
160 // Etel Carpi
PENSAMIENTO Muchos se preguntan la razón que me obliga a quedarme en este pueblo –para ellos– miserable, la gran ciudad debiera ser el destino –dicen– para ella que tanto sabe. Y yo sé que piensan en otros cielos porque es una condición indispensable trabajar y triunfar afuera y muy lejos para que aquí nos valoren y alaben. Hay una única razón y es soberana les digo convencida, en este otoño suave, es la felicidad que como ahora me abraza cuando estoy en el campo, bajo el sol de la tarde. 1988
Antología Poética – Volumen II // 161
POR LA VIDA en P.N. Lihué Calel.
Conozco un lugar que cuando lo evoco me llena el alma de suaves fragancias. Pájaros, flores, sierras de la vida, caldenes, soledad… y el viento canta. Vuelvo a caminar por Lihué Calel porque ¡Qué hermoso se pone el silencio cuando la aurora despunta en aromas y es un gozo vagar por sus senderos! Lo conozco humilde, casi sufrido, hijo de provincia poco agraciada y da gusto descubrir la belleza que surge cuando llegamos a su alma. Y siento un verde abrazo de plantas, como si estuviera injertada en ellas, un rumor de insectos cruzando el cielo y un abandono de paz y pureza. Recuerdo feliz mirando el agua que baja a veces de las sierras rosas donde los diminutos pescaditos ríen a la vida y a ella se abandonan.
162 // Etel Carpi
En este ocaso estival vuelve el canto: asnáaaaipa-aiu; dulces trinos que abrazaban mi triste humanidad para el deleite de mis oídos. La dicha se parece a este recuerdo que atesoro como el bien más preciado, ¡oh cuánta, cuánta ternura me alberga desde que por la vida en la vida ando! 25-11-88
Antología Poética – Volumen II // 163
UNA TARDE en Baños de Pasos Malos.
El viento gime en los molles con sonido celestial, bajan los chivos la sierra con alegre caminar. La tarde parece un cuento con un sol primaveral derramando bendiciones en la dulce soledad. Abajo, entre la roca corre el puro manantial, en su transparencia vive de la tierra la bondad y así seguirá bajando hasta otro río encontrar, entonces sus aguas puras menos puras quedarán y quizás si tiene suerte logre la unión con el mar. Desde aquí por un momento dejadme sentir el canto que llega desde las sombras: y es la voz del Chiguanco, hago un alto en mi camino porque merezco un descanso antes que llegue la noche al paisaje solitario.
164 // Etel Carpi
Muy a lo lejos, el valle recibe la luz del astro que se oculta tras el cerro diluyéndose despacio, ¡oh qué dulce es el momento en los Baños Pasos Malos donde quedo en mi silencio con una flor en los labios! 26-11-88
Antología Poética – Volumen II // 165
XV Poemas modernos en Santa Mónica - Calamuchita.
me suelto camino la cornisa azul atrapo al diamante bruto pulido el príncipe río mece el cordel (ese que sostiene los sueños) recapitulo la ley del sol se instala no será por siempre allá… lejos el racimo putrefacto de la tristeza cae al pozo oscuro luego soy un fresco racimo de vida Marzo 2011
166 // Etel Carpi
SIN NOMBRE en Villa Magdalena, Potrero de los Funes.
noche de paz silencio… cigarras un gatito a mi alrededor voces perdidas, de gente en las sierras que me rodean música lejana desde el valle asciende por las laderas pequeñita luna en el cielo absorbo como una esponja para almacenar cobijar guardar luego pienso existo sueño un soplo más de vida y una única conclusión: una vez más encontré la fuente de la juventud. Febrero 2012
Antología Poética – Volumen II // 167
PINCELADAS DE CAMPO Me gusta este amanecer de verano luminoso y fresco en el campo. Me gusta el grupo de novillitos que se agrupan a mi lado con la sana curiosidad del animal. Me gustan los majestuosos eucaliptus que albergan parlanchinas cotorras. Me gusta el sonido de la brisa entre las hojas, el piar de los chingolos, el griterío de los teros. Me gusta el sonido lejano de un tractor trabajando para aprovechar la humedad de la última lluvia. Me gusta permanecer sentada en el gran tronco perdida la mirada en el horizonte diáfano, perdido el pensamiento en la vorágine de los sueños. Me gustan los rayos del sol filtrándose en las ramas olorosas del eucaliptus medicinal. Me gustan las molestas mosquitas rondando mi cabeza. Me gusta la imagen de una tapera en ruinas con los árboles traspasando el techo que ya no existe. Me gusta estar sola dialogando con mi alma desnuda y todos los sentimientos a flor de piel. Me gusta esa voz del silencio puro y cósmico que solo yo escucho. Me gusta el verde, me gusta el ocre, ese contraste de agua y seca que no puede detener el paso del tiempo. Me gusta quedarme quieta, al acecho. Me gusta estar. Me gusta ser. Me gusta. Me Gusta. Enero 2012
168 // Etel Carpi
MOMENTO DE REFLEXIÓN Prosa poética en el Valle Del Conlara.
Despunta el sol y filtra nubes de algodón. Las sierras recortan su silueta azul. Al oeste el pequeño río canta su canción. Un grupo de caballos pasta en soledad. Varios teros gritan en el campo salpicado de espinillos. Los horneros bullangueros alteran ese silencio mágico, cargado de paz. Se arrima una calandria a la acacia que tengo cerca y comienza un ensayo de melodías sencillas. A lo lejos… cantan las ranas sin cesar. Yo busco mi silencio, mi propio silencio… el otro silencio. Respiro el aire fresco matinal del verano preparándome para guardarlo todo; este momento que usaré cuando (ya lejos) necesite esa terapia alternativa de la naturaleza que cura todo dolor. En mi pasado, tuve exceso de dosis. En este presente, debo luchar por conseguir la dosis suficiente para no morir. Mañana, en mi futuro, escaseará cada vez más… …y viviré cada vez menos. 20-12-13
Antología Poética – Volumen II // 169
HAIKUS SERRANOS Sombra mechada en luz transforma el ser que muere en esta paz. Atisbo tu ternura dulce algarrobo, bajo tu sombra imploro. Las noches son puro silencio. Los días son suave hermosura. Y pasan sublimes las horas.
170 // Etel Carpi
SONETO ENERGÉTICO en Villa de Las Rosas. Córdoba.
Se me vuelve ternura la mirada en esta mañana mágica y tierna cuando canta calandria enamorada: es el alma profunda de las sierras. Luz y sombra acaricia los sentidos cuando dejo que me bañe la dicha, no reparo en el tiempo transcurrido porque siento que ya no tengo prisa. Me inunda una catarata de gozo porque entre los árboles de este sitio entrego mi alma al dulce reposo. Pía calandria, escucho y sonrío. Me pierdo en la paz que me vuelve loca y lleno de luz mi inmenso vacío. 13-2-15
Antología Poética – Volumen II // 171
HAIKUS DE ATARDECER SERRANO Tarde de calma y luz. Fin de tormenta. Renacer en las sierras. Después de tanta lluvia el alma plena bebe como las plantas.
Mi alma es un secreto mezclado en luces y sombras que solo el silencio, calma.
172 // Etel Carpi
SONETO DEL CIELO, DEL AGUA, DE LAS FLORES… en Santa Rosa del Conlara, San Luis.
Soneto de cielo, de agua, de flores… destila el vino del amanecer luces y nubes de todos colores y una brisa pura abraza mi ser. Sabor a lluvia invade el espacio que ocupa mi cuerpo y aflora en mi alma, donde suenan las voces de los pájaros que empiezan a transitar la mañana. Se acaba el tiempo, la espera: ¡estalla! Soy un barco con anclas en la nada mientras escribo bañada en colores… este simple soneto de las flores. Del agua, de cielo, de las montañas… despliego las alas, nace la magia. 17-2-15
Antología Poética – Volumen II // 173
COPLAS AL ALGARROBO dedicado a Antonio E. Agüero: puntano, poeta de los árboles.
Árbol de profunda raíz algarrobo del poeta, es el árbol que venero de majestuosa belleza. Árbol de tronco robusto, gran algarrobo “abuelo” racimos verdes de hojas, ¡oh árbol de “los Agüero”. Una vez más te contemplo alta “catedral de pájaros”. Una vez más me emociono majestuoso, imponente árbol. Vives para que perdure en tu alma el alma poeta, corazón de eternas sierras, suave y rústica belleza. Me deslumbra tu imponencia y se activan los sentidos, dejo libres a mis versos que dirán de tus latidos.
174 // Etel Carpi
Tú no debes morir nunca porque guardas los secretos, los secretos de una vida centenaria de misterios. Tú no debes morir nunca porque cada rama es verso que los poetas construimos para todo el universo. 22-2-15
Antología Poética – Volumen II // 175
PRIMERA HORA en Sierra de La Ventana.
Una calma sabor a otoño atraganta el mate en la garganta. Canta la calandria en el sauce y los horneros deambulan por el parque. El benteveo anuncia el día y se rompe poco a poco el silencio, ese que adornó la noche mágica de mi agreste rinconcito secreto. Voy por la vida derramando versos que abrazan a la naturaleza toda, hasta que me quede seca de luz y vacía de las primeras horas.
176 // Etel Carpi
CAMINATA Caminata hacia la luz destello de vida que alimenta el espíritu y rejuvenece para que nada sea igual y todo cambie en la rutina gris del dolor. Caminata a la vera del campo que abre sus pétalos a las pequeñas sierras centinelas del derroche de la naturaleza que en la simpleza se agiganta para alcanzar al corazón. Caminata al parque mirador homenaje y ejemplo a la plantación de árboles que es fruto del amor. Villa serrana que tocó mi alma orquesta de voces aladas despertándome por las mañanas.
Antología Poética – Volumen II // 177
Canto al sol que despunta alegre al otoño que se avecina al frío santo besándome la piel y a todas las caminatas matutinas que hoy, ayer y siempre alimentan el nacer de cada día. Caminata por el camino de Las Carretas con la mirada perdida en el horizonte y el corazón palpitante de gozo. ¡Homenaje supremo que mi ser le rinde en cada amanecer a la divina creación! ¡Oh naturaleza: hoy, regresé a tu fuente de vida! Justo en este instante, en cada minuto transcurrido de mi productiva caminata de amor.
178 // Etel Carpi
SALPICADITOS DE ECO AMOR Verde arboleda de añosos árboles por donde camino. Retozan los caballos en el campo. Del cerro un jinete viene bajando. Mi alma espera… ¡Qué gozo escuchar tantos pájaros con la primera luz de la mañana! ¡Cómo se disfruta esta soledad!
Antología Poética – Volumen II // 179
SUMA Sumo, nunca resto. Es otro día atesorado vivido a pleno en el corazón agreste de natura. Sumo, nunca resto. Voy andando los caminos que alimentan alma y mente pidiendo permiso a las musas del destino al alma de la naturaleza. Sumo, nunca resto. Despertando temprano. Preparando la mirada. Aguzando los sentidos. Así… día tras día, y así, por siempre será, buscando la poesía.
180 // Etel Carpi
ORACIÓN EN VENTANA Destellos de luz dorada con el sol despuntando tras las montañas. Así nace una nueva mañana desbordando vida y paz en mi alma. Griterío de teros adornan el campo y los caballos pastan tranquilos, el silencio parece un responso que se derrama sobre mi soledad … y me bendice. Me bendice con las gotas de rocío que mojan el pastizal, con los rayos inmaculados desparramando tibieza sobre mi ser, ansioso de soles y lunas. La felicidad es esto: una copa llena de agua fresca que se bebe poco a poco saboreando ese sabor que solo se encuentra cuando explota la naturaleza en un combo de abundante simpleza.
Antología Poética – Volumen II // 181
La imagen de la Virgen Milagrosa me observa… a ella acudo cada mañana a dar las gracias por darme otra oportunidad de retornar a mi amado mundo de silencios, soledad y mucha… mucha ¡desbordada naturaleza!
182 // Etel Carpi
HAIKUS Silente noche colmada de estrellas. Subo hasta ellas. Siento el misterio en el fondo de mi alma. Entonces… sueño.
Antología Poética – Volumen II // 183
POEMA DE LA NOCHE Y EL GOZO Poema moderno
Silente la noche fresca
pura abraza.
Ahora viva muero de placer supremo …en soledad. Grillos lejanos ladridos brisa que suave acaricia. Atrás del árbol la montaña luz tenue y escribo bajo la enramada. Mañana de luces mañana despunta marzo y estalla:
184 // Etel Carpi
en poesía agreste… y las horas son cortas para atesorarlas. El momento es mío ahora mañana como ayer siempre ser eterno.
Antología Poética – Volumen II // 185
CUMPLIR UN SUEÑO Amanecer sustancioso en el lugar elegido por estos días; “mi lugar” en Ventana. Los sonidos propios del campo, de las sierras cubiertas de pastizales. Un sol de otoño en el verano entibiando mi cabeza y ese silencio que amo; ese que sueño cada día en el refugio de paz del pueblo natal. Viento en calma rocío suave que presagia un día de fiesta. Un día de fiesta para los sentidos. Un día de fiesta para colmar mi mundo vestido de verdes de trinos y de flores.
186 // Etel Carpi
DÍA DE FIESTA Sola, en medio de la inmensidad sublime; escribo sobre la redonda mesa de madera pintada con colibríes en un fondo celeste cielo. Una pareja de horneros deambula cerca, se llaman los teros y la calandria descansa sobre el soporte que sostiene un tierno Aguaribay de los tantos plantados en el lugar. Más lejos… un grupito de ellas busca bichitos en el suelo. Alborada de luz, abundancia de paz que me regala naturaleza. Empieza a calentar el sol (encendiendo la sangre) a medida que asciende desde detrás del cerro al cenit. Y transcurren los minutos… no tengo apuro, es todo mío el momento, quisiera retenerlo por siempre. Es todo mío el placer inmenso de vivir sintiendo que cumplí, otro sueño.
Antología Poética – Volumen II // 187
FLECHA AL CORAZÓN ¡Alerta! la magia ronda hadas y gnomos danzan invisibles entre el laberinto de plantas que enmarcan el sendero del arroyo. Hiedras de verde intenso y brillante trepan se arrastran abrazan los gruesos troncos acarician las ramas caídas donde un mundo secreto estalla en sombras y florece. Duendes del aire cuelgan de las ramas, brujas maléficas esconden sus inofensivas garras. Trepo primero entre pastizales duros y flores silvestres escalo piedras enormes cortan la ladera, arriba la brisa acuna y un paisaje de cerros y pinos invade el campo visual.
188 // Etel Carpi
Me quedo el silencio implora soy piedra soy cielo y un poco el alma de esa tierra de antigüedad extrema. Bajo –luego- al oscuro marco verde transitando por la maraña de plantas que se derrama en sombras de frescura a mi paso. Apenas suena el agua clara entre piedras y troncos, extraños vericuetos por donde la vida es un perfecto desorden que armoniza el alma. Contraste alucinante, paradoja ecológica que enseña al ojo entrenado la belleza de natura en lo simple en lo grande en lo perecedero y en lo eterno. ¡Alerta! la magia acecha y es una flecha directa al corazón.
Antología Poética – Volumen II // 189
HAIKU Noche de lluvia. Noche de luz y truenos. Noche de sueños.
190 // Etel Carpi
ORACIÓN DE LA LLUVIA EN LA SIERRA Y EL CAMPO Prosa poética - Poesía visual
Bajo la enramada húmeda vuelvo a escribir. Gotas perdidas de lluvia, caen de repente desde la enredadera. El espléndido sauce de ramas quietas disfruta con la humedad que alimenta sus raíces. Es un amanecer distinto en mi rincón serrano; después de la tormenta de la noche. Los pájaros se desperezan despacio. Cielo y campo es un poema de alabanza a la naturaleza y su canto. Las fosas nasales se impregnan con los aromas agrestes del pasto y la tierra (pedregosa tierra de montaña) mojados. Formo con ellos un espacio infinito de amor, integrándome al entorno. Atrapo el momento que se alarga hasta que el cielo gris y bello, abre un poco sus cortinas por donde asoma el celeste intenso. El aire limpio de toda impureza, lava las heridas del corazón y del alma. Entonces, rendida ante el despliegue simple de natura, me inclino a orar y agradecer por estas horas sublimes que la vida me regala. Desde página 180, poemas escritos en Sierra de la Ventana, Buenos Aires, del 28 de febrero de 2016 al 5 de marzo de 2016.
Antología Poética – Volumen II // 191
IMÁGENES DE MI ALMA
PASÓ EN CATAMARCA en Los Varela.
Esto que cuento me pasó en Catamarca. En un lugar de las sierras, lejano y perdido entre la pureza de las cosas dulces. Atardecer de enero con un ocaso diáfano de luces coralinas. Al fondo, las montañas ondulantes; a mis pies el canto del arroyo donde calmé mi cansancio. Y esos pájaros de melancolía buscándome como la música que se escucha entre sueños. Me pasó en Catamarca. Mientras la noche se iba extendiendo con un manto de ternura; alguien pasaba, salvaje y hermoso ante mi meditativa mirada. Jinete en potro blanco, tez oscura, ojos claros… alguien pasaba.
192 // Etel Carpi
Era el verano entonces bajo la hilera de añosos sauces. Y ese jinete, duende de los cerros verdes pasando entre la luz moribunda, como el viento de los sueños que me fueron tejiendo las horas, una a una… Esto que cuento pasó en Catamarca, entre las sierras ondulantes cuando la tarde en su fuego se consumía. Por eso, suelo quedarme, llena de poesía. 29-12-83
Antología Poética – Volumen II // 193
MARCIANOS en los bosques de Mar Chiquita.
Todavía es un sueño en la afiebrada ternura que me alberga, todavía es un sueño… Ha quedado atrás otra jornada de lluvia y como siempre… estoy sola. En realidad, no… con mi sueño verdad robándome los frescos recuerdos de mi andanza por la plenitud de verdes del monte aquel. En mi piel tostada y descamada están los signos de sus ramas de sus flores y sus espinas y hasta guardo en mi alma la fragancia de sus hojas. Marcianos locos tú y yo buscando pájaros (para robarnos un poco de pureza) en definitiva, buscando vida con todo nuestro amor.
194 // Etel Carpi
Ahora, a la distancia late la emoción como ante la primera flor descubierta, el primer trino y ese nidito en la sombra como un refugio de paz. No hace falta más que ojos para admirar y un corazón abierto a los llamados del sol del agua… más allá de abejas y mosquitos, de víboras y pumas; más allá del cansancio del barro, del calor… tú y yo marcianos unidos por el milagro del amor. 12-11-85
Antología Poética – Volumen II // 195
EL CANTO en un lugar de La Puna.
Quiero cantar esa emoción de sentirme el primer humano poblando este planeta. Y es hermoso ese silencio que me va penetrando lentamente hasta colmar una a una las ansias que me viven. Quiero cantarle a aquel viaje por las cimas desnudas donde el cielo se pliega a nuestros deseos. Donde el remolino del sol se funde con las caricias de las noches gélidas. Entre llamas y vicuñas la violencia de la inhóspita belleza, el viento ondulante agrietando catedrales de arena y sal. Y ese misterio de soledades buscándome el alma para dejarle todo el aroma de sus alturas.
196 // Etel Carpi
Canto a la monotonía de luz de la puna, a las pobres matas que crecen desafiantes, al aire que sopla dejando mensajes fantasmales a su paso. Y le canto arrebatada de lunas porque el recuerdo de sus paisajes serenos y agrestes, vive y crece en mi cada momento cuando busco dentro de los sueños. 31-12-83
Antología Poética – Volumen II // 197
UN LUGAR SERENO en Tocomar.
Hay algo que me sedujo, algo en ese lugar de sal y viento, de arena y agua, de nieve y cielo que me sedujo hasta colmarme el alma. Quizás el silencio de lo temido, tal vez la magia de su secreto… porque necesito la indisoluble soledad de esas montañas desvestidas para ser una criatura total. Existe un nombre simplemente: Tocomar y es tan lejos, tan lejano que me tortura la ausencia de ese tiempo que viví bebiendo de su sal. Es que mi alma necesita un lugar sereno donde las horas tejen sueños no negados y todo se entrega y nada se extraña; donde se permite mirar al cielo con el alma y sentir los vientos más fríos sin inmutarnos. 198 // Etel Carpi
Seducida por la ternura de lo que existe y nadie ve, como una novia que su vida entrega cegada por el amor que todo lo aprueba. Aunque me cubra los ojos, me tape los oídos y me anule el alma cederé al encanto del tiempo olvidado en Tocomar y querré seguir mirando ese desierto agreste y bello, y desearé seguir escuchando sus silencios tan temidos; aunque una avalancha de materia me cubra el alma… ¡es tan simple!: por amor! 4-1-85
Antología Poética – Volumen II // 199
SENDEROS DE CIELO a Iruya desde Abra Pampa.
Ensueños de colores vistiendo la montaña y un aire que no existe y una luz que se desmaya. Vida de ríos sonámbulos entre las piedras, corazón salvaje que anida en las grietas. Y esa imponencia de montañas, y esas callejuelas amantes del cielo por donde la luna quisiera rodar y hacerse agua de río. Llegó mi alma fresca por senderos de cielo a buscar la esencia que la libere al fin de su pasión. Y en alas de cóndores (suave y blanca) se quedó; la cobija la tierra, montaña, piedra… y un canto de amor. 13-10-84 (en campaña)
200 // Etel Carpi
UN SILENCIO a Tiraxi desde Purmamarca.
Cae el sol del mediodía y me apasiona el silencio donde murmura el hilo blanco que cae a la fuente desde el barranco. Montecitos verdosos sueñan la luz que emana del aire y se estremece la soledad donde paz se corona de ángeles y de misterio. Siento que mis ojos descansan y beben el salvaje aroma que vierte natura en un rincón de la tierra. Montañas, alucinación de montañas, y un canto de pájaros rosando las alas de mi alma liberta. 10-10-84 (en campaña)
Antología Poética – Volumen II // 201
CAMPO DEL CIELO a Piguem Nonralta desde El Rey.
Campo del cielo; misterio de monte que encierra el enigma de cráteres, de meteoritos. Soledad de monte donde llegaron, muy lejos, trozos de suelo de algún planeta muerto. Y mi locura de caballero andante despertando al sol camino de los montes buscando la verdad. Pero todo es misterio, y entre flores y espinas siento que mi alma se cubre de bondad. Campo del cielo ¡oh herirme en su soledad!, volverme Quebracho y comprender a natura que dio su forma al Itin.
202 // Etel Carpi
Y el cielo abierto, y el sol ardiendo; pero bajo la sombra del monte en primavera todo es perdón, todo es belleza… y ya no hay lugar para el alma enferma. 30-9-84 (en campaña)
Antología Poética – Volumen II // 203
CASI UNA ORACIÓN en el río Popayán.
Canto acuático que languidece y revive en placidez de horas. Es el río Popayán que suena a tortura de amor y acaricia mis ansias de beberlo con pasión. Muere la tarde casi en silencio y es el cielo una bendición. Amo la selva quieta como el misterio que conduce a Dios y desde el cerro me llama su ternura de verdes, su plenitud de paz… y de amor. Es un reto a la vida, es un reto al dolor de soportar la herida que abrió el hombre en su corazón.
204 // Etel Carpi
Todo es calma, nada se mueve alrededor; sólo el agua y los insectos que buscan mi perdón. No importa ya que muera cuando se ponga el sol… 30-9-84
Antología Poética – Volumen II // 205
MOMENTO DE PAZ en Laguna Blanca, Formosa.
Amanece, y alborota el aire un aleteo de trinos y en el muelle voy dejando mi sangre. Es el cielo una porcelana que armoniza el agua (quietud de ángeles) de la Laguna Blanca. La soledad es quejido de hojas acuáticas llenando el alma y poesía la voz de la sagrada hora. El muelle oscuro, el estero verde regalando el sueño de un mundo silvestre; y las copas de lo agreste, de lo puro besándome la flor que me florece en la carne.
206 // Etel Carpi
Y me quedo sola (esperando) quizás la locura de tenderme en los brazos de tanta ternura y volverme hoja, alas, silencio… Dios me anunciará cuando sea el momento. 23-9-84 (en campaña)
Antología Poética – Volumen II // 207
MESADA DE LAS COLMENAS en Parque Nacional Calilegua.
Cae como fresas el silencio en mi alma y me conmueve. La luna total asoma en un claro del cielo crepuscular donde las nubes se mecen buscando el verde de las montañas. Un hilito rosado que es camino se pierde en laberinto selvático y desde lo alto se me hace que las montañas se entregan al encantamiento que me conmueve. Está lejos el valle y su gente, trinos silvestres desnudan la piel sedienta del aire; terciopelo de mariposas me cobija y sueño tener sus alas de colores para juguetear con las hojas.
208 // Etel Carpi
Es que estoy sola en Mesada de Las Colmenas y se me antoja que muero abrazada al tallo de una enredadera (de las que ciñen los troncos) y luego mi alma… vagarosa y liviana se adueña de toda la selva. 7-10-84 (en campaña)
Antología Poética – Volumen II // 209
RESCATE a los Arrayanes de Lago Verde.
Desparramó la tarde un milagro de belleza cuando se pierde el sol. Me obligó el silencio a buscar la luz para mi alma cadavérica de soledad. Entré en el sutil encaje de hojas y troncos color alegría, color pureza, color sin nombre… misterio de vida llamado Arrayán. Y rescaté la luz que nace con ellos y crece en el río corriendo sobre raíces color aserrín, y estalla en la fina transparencia del lago Verde rompiendo el entorno de bosque y montaña, radal, coihue, ciprés…
210 // Etel Carpi
En mis manos frías la caricia sin misterios del Chilco en flor y un aroma a lluvia, a tierra empapada, penetró en mi alma desnuda de soledad llenándola de luz y alegría. 13-4-86 (en campaña)
Antología Poética – Volumen II // 211
CUANDO SE ESCUCHA EL SILENCIO en la Payunia, Río Grande.
Hoy, donde muere la vida, donde nace la vida, escuché el silencio y silencié mi voz. Hoy, casi sin quererlo seguí el ondulante camino, y entre el polvo volandero estaba el silencio. Saltó mi corazón del pecho al encontrarlo, el sol iluminaba el santuario de rocas color ceniza y yo, sigilosa y tímida seguí el sendero invisible. En el fondo oscuro de la quebrada rezongaba el río con acordes sombríos, calló el viento, casi ínfimo; sobre las piedras, llegó el silencio, y tomó mi mano, me sentí volando en el cielo limpio con ese silencio. Se quebró en la tarde un suspiro y la soledad buscadora de su esencia, en mi alma blanca, lo encontró. 22-4-81
212 // Etel Carpi
SIN VOLUNTAD en Punta Tombo.
Ebria de deseo salvaje puro… deseo de estar sentada sobre la roca aquella, que ayer encontré. Se hizo luz la madrugada, mis pies alados andando por la playa. Suave celaje y un cierzo agradable, apenas audible peinó mis cabellos. Fresca desanudé mis ojos y estaba el mar. La cúspide sonora caía en la playa, donde jugaban criaturas… seres pájaros (pingüinos) para mi alma que los ha visto nadar. Aguasal que bebí con ansias (la tenía en mis manos algo tibias).
Antología Poética – Volumen II // 213
Lábil mi cuerpo buscó el silencio (negros Skúas lo coparon) y me quedé sentada sobre la roca, tres pájaros (pingüinos) curioseaban mis escritos, mis tontos dibujos, mi lápiz verde. El mar bajó su voz para acunarlos, (para acunarme) y yo, frágil pequeña cedí a ese arrullo y liberé el alma, (estaba sola, como casi siempre). Un instante, luego, un poco cansada desperté. 31-1-82
214 // Etel Carpi
MEDITACIÓN Llanto silvestre rueda en silencio mojándome el alma. Es el sonido de las frondas (soto misterioso, inmenso) que mezclan sus criaturas vegetales al humano torrente de mi sangre. Y aquí estoy… en el letargo de la noche, esperando al estío con espigas en los ojos, escuchando la calma campestre que huele a dulzura. Oculta en las ganas de amarlo todo (aún aquello etéreo e invisible); acurrucada en el secreto, el más íntimo secreto que atormenta mis horas y ahoga mi vida. Pero existo… y un duende inquieto me conduce por la senda oscura obligándome a vivir en cada minuto una aventura. 18-12-83
Antología Poética – Volumen II // 215
AL PASAR Arrasa el viento las ramas desnudas de los árboles. El invierno limpia el aire de impurezas. La sequía muere en el alma como muere la escarcha con el sol de la mañana. 26-7-2012
216 // Etel Carpi
ODA A LA TIERRA Poesía lírica en Bajo de Veliz, San Luis, donde está escrita la historia de nuestra tierra.
Otra vez, como hace treinta años, cuando transitaba inquieta por ocultas montañas descifrando mensajes en pizarrones de roca; absorbiendo energía de las piedras ignotas (cuarzo, ágata, turmalina). Hoy, otra vez, como hace treinta años regreso a ese escenario vestido de silencios prístinos, milenarios… Me pierdo en el sendero agreste del monte que calcina el verano y un coro de cigarras envuelve mi caminar lento entre las finas lajas que esconden lejanos mensajes de los inicios de la Tierra, inmensa caja de sorpresas.
Antología Poética – Volumen II // 217
Llevo el corazón caliente por el sol que agobia el paso; una hoguera de silencios en la mirada sedienta que guía el instinto que nos une al destino de la Tierra. Ella, desnuda y poderosa abre el gran libro geológico donde está escrita la historia con fósiles extraños de seres que habitaron ese mismo espacio que ahora transita el hombre destructivo y dominante. Otra vez, como hace treinta años vuelvo a sumergirme entre las piedras (Pirolusita, Rodocrosita, Malaquita). Me envuelve su magia que atrae, sus colores, su poesía… Y de nuevo, nuevamente, como Agüero, poeta Puntano que en su PRELUDIO CANTABLE pide regresar al canto;
218 // Etel Carpi
Yo, poeta, -¡todavía libre!he regresado a las entrañas de la Tierra. Mendiga de sueños, (atraparlos) y desparramarlos al mundo golpeando puertas, derribando muros, hachando malezas; y de viva voz pido con mis versos piedad por nuestra madre que nutre nuestras raíces y alimenta nuestros sueños. ¡Oh Naturaleza! 23-12-13
Antología Poética – Volumen II // 219
COPLA Digo coplas de mañana bajo el sauce sonoro, y a cielo abierto le escribo al llano verde que adoro.
220 // Etel Carpi
CANCIÓN DE LA MAÑANA en Santo Rosa del Conlara, San Luis.
Mañana plena y dulce ¡qué bien me siento!... mañana de los teros que despiertan, de la lluvia derramada. Soy rama de algarrobo. Soy savia de piquillín. Me fundo con el paisaje y me hago un gran festín. Suave caricia de brisa que trae aromas serranos, me siento liviana y fresca que podría salir volando. La vida es todo un despliegue de muros verdes, sonoros, cuando se rompe el silencio y entonces, me enamoro. Como el poeta pregunto: ¿quién soy en ésta mañana? Una gota de humedad perdida en la paz serrana. 21-2-15
Antología Poética – Volumen II // 221
HAIKUS DE CAMPO Gira el molino, brilla el rocío en la soja. Vuelvo a vivir. Murmura el sauce melodías de amor. Plena: EXISTO. Despierta el campo. Me baño en luz de sol. Solo así vivo. Camina el sol. La rueda del silencio marca mi voz. La luz festeja y el viento me distrae. Es mi alma poeta. Danzan los cisnes en el agua del lago. Soy muy feliz. Hablan los pájaros. Presto oídos de amor. ¡Cómo los amo!
222 // Etel Carpi
RENDIRSE en “Mi Lugar”.
Despunta en el aire la primavera. Una quietud inmaculada nos bendice. Gritan los teros en la lejanía, y los patos nadan en el agua limpia. Voy por “el camino de los sueños”. Cincuenta años pasaron, casi, desde la primera vez… Y sigo soñando, como en la niñez. Es el lugar de siempre: “mi lugar”, donde se juntan todos los verdes y el horizonte es amplio y claro, en otoño, primavera, invierno o verano. Activa los sentidos el dulce aroma de las flores. Mientras el sol bendice al campo, el agua baja como por encanto. Es la ley de la naturaleza. El ser humano, tan minúsculo, debe rendirse ante ella, como se rinde la luna ante la fuerza del sol.
Antología Poética – Volumen II // 223
Como se rinden los enamorados bajo el poder supremo del amor. Porque si después de la calma llega la tormenta… también es cierto que después de la intensa lluvia, vuelve un día… ¡a salir el sol! 27-9-15 NOTA DE LA AUTORA: Esta primera parte del volumen 2, la he dedicado a Poesías a la naturaleza, ecológicas, románticas, visuales, de amor a lo que nos rodea. Quizás, algunas, pueden haberlas leído en el volumen 1, porque integran libros de esa primera etapa; pero no es un error de compilación, sino la intención de dedicarle esta parte del volumen a ese tipo de poesías que son muy importantes en mi producción, para armonizar con el conjunto.
224 // Etel Carpi
VERSOS DE AMOR A UNA HISTORIA DE AMOR… (1990-1997)
Antología Poética – Volumen II // 225
226 // Etel Carpi
Del libro EL LÍMITE DE LOS MIEDOS (HISTORIA DE AMOR EN VERSOS). Años 1989/90/91 y 1996/97 Edición 2010
HASTA QUE AMARTE SEA POSIBLE (Antes) 01-12-89 a 28-02-90
I Eres tú la fértil esperanza. Una droga de ternura Que alimenta la saturación del cansancio Sin amor. Te esperaré... Un poco más de mi sobrevida Antes de entregarme a las sombras Fugitivas del hueco venenoso. Te esperaré En la distancia desértica de mi soledad Y será Cuando la luna ya no suba La línea inalcanzable del horizonte. II Por ti escribo... Para ti Que me induces a pensar Que los días más hermosos aún no los he vivido. Para ti vivo Detenida en un demencial silencio En un aluvión de flores Sin aromas
Antología Poética – Volumen II // 227
Despoblada de pájaros vivos E invadida de insectos sin alas. En la quietud de este infierno Voy perdiendo la memoria del paraíso Donde crecí Con un bosque en la sangre. Si tú llegas... Desde tu planeta de luces, Se romperá el mito De mi pasión desasida. III Tus ojos se desnudan en mis sueños. Como una bandada de pájaros en el silencio Tu ignota fragancia se prolonga En mis sentidos. Habrá un tiempo promisorio En la promiscuidad de la locura Que obnubila mis ideas, Y en la búsqueda incesante Queda vacía el alma. Un boceto de tu boca Se dibuja en la página blanca Y me besa. Será tu luz en mi miseria El oasis Donde abrevará La luna de mi piel. Será… 228 // Etel Carpi
Por obra de un sueño de amor. V Esta noche los pájaros descendieron A los sueños Donde te amaba Transgrediendo las leyes del dolor. En el orgasmo defectuoso del silencio Partí del surco de las lágrimas Hacia la aurora. Dios despejó mis ramas De las enredaderas que cubrían Sus poros desiertos. Y serás para mí La vastedad del cielo infinito. Y seré para ti La levitación del viento en la sangre. VIII Nunca desfloraré la inocencia Si no llega el sol a mi alma. Antes el derrame de tu perfume Entre la humedad del paraíso Donde sueño. Antes la caricia de tus ojos En la mirada desierta de la sed. Después... Recién después celebraré el rito De la unión Con las formas genitales Antología Poética – Volumen II // 229
Donde reposa el pájaro Y muere el último deseo. X Nunca estaremos juntos. Tu nombre se diluye En la agria distancia que nos separa. Comprimiré la redondez de la tierra Para hacerte nacer Desde las formas dolorosas de la imaginación. Ahora que te he encontrado Descenderé al paraíso Para lograrte Y ascenderé al infierno En el dulce suplicio de verme deshojar. Alguna vida Cruzaremos las altas cumbres Y en el espacio silente del cielo Nos fundiremos en un abrazo eterno. XIV No la dulce agonía preludio de la lucha. Un lago de luz Nace en la noche que entrona tu nombre. Sola de ser otra cosa Indiferente a lo que el alma dispone Abriré la puerta de mi clausura Para recibirte en el cauce de mi sangre. Mañana será todo flores y estrellas Porque acabo de quitarme 230 // Etel Carpi
Un bosque de la espalda. Esta vez no saquearán mi sueño Porque es nuestro Y amarrados en la pasión convaleciente (Cada cual por su camino) Construiremos un futuro De luces infinitas. XVI Acaba de herirme la cósmica vastedad De tu universo. Envuelta en una piel invisible Permaneceré inerte Hasta que reciba el premio De despertar entre tus brazos. Mientras… Caminaré, caminarás... Y otro día más muriendo En la lumínica celda del sueño Que engendraste en mi dolor. Quiero perder la otra mitad del silencio perdido. Nacieron del penetrante perfume De los jazmines en la aurora, Dos calandrias enamoradas Muriendo solas en distintos hemisferios. ¿Esperaremos el momento? Antes de que se rompa el eje de la tierra.
Antología Poética – Volumen II // 231
XVIII ¿Cuánto tiempo caminaré? Las paredes de la áspera profecía. Esta tarde Me duele la piel cuando la toco Arden mis labios en el deseo Cuando imagino que atravesaré las gigantescas montañas Para despertar con el sabor de tu sangre. Iré hacia ti Como el picaflor a la miel Y sólo volveré a mi morada Cuando despunte la última aurora. Porque esta tarde de lluvia Tú eres lo más cercano A mi sueño inoportuno. XXI Tu nombre es una especie de luciérnaga Una violenta descarga de frutos Que caen al suelo Y se pierden en el sedimento de la tierra. Un intangible horizonte que sugiere Las luces del milagro Un poco más allá Eternamente Cuando disfrutemos (Purificándonos en el agua de la sed) De aquello que nos será dado poseer.
232 // Etel Carpi
XXV Tendré que quitarme todos los miedos Aceptar el reto del destino Cerrar los ojos a la muerte Y hacer una lectura distinta de los días. Tendré que parir el sueño Soportando los dolores del alumbramiento Y desafiando las sombras de la soledad Caminar hacia la luz. Al final del sacrificio un rostro me espera Para engendrarme un sol Entre las nubes que asfixian La tímida fertilidad. Sólo así podré limpiar de maleza mis senderos Podar los árboles que obstruyen la sangre Y buscar el hueco exacto Para mis formas de mujer. XXVIII Quemaré todos los amuletos de los sentidos Y beberé el afrodisíaco de tu pasión. Dejaré correr las lágrimas ardientes Por los rizos de tu pelo Y en el acento incaico de tu voz Vibrará como un junco La mutisia oculta en el desierto de mis ojos. Sangrará el silencio Por un grito de quebrado cristal. -No pienses en nada -dirás -Ensuéñate entre mis brazos amantes Antología Poética – Volumen II // 233
Que inhalaré el aroma agreste Que brota de tu ser. Y yo… que no sabía del sol Tragaré sesenta soles por minuto. XXXII Moriré en los brazos invisibles del viento Sola de soles Sola de sueños En un cielo agrietado de sequía En un tiempo invadido de murallas. Aunque invadan mi cuerpo Las luces únicas de tu aurora. Aunque despierte en mi vientre La caricia de tus labios. Aunque desfilen por mi alma Las luciérnagas vagas de tu deseo. Moriré sola de todo (Pero amando). Y envuelta en la tibia locura de tu mirada Caeré al silencio abisal Donde existe el espacio perfecto. XXXIV Sostén mi pequeña ternura En el sutil encaje de tus sueños. Resérvame un lugar para el amor. Voy regresando desde el olvido Donde nadie ha tocado el espacio de mi alma, Los destellos voluptuosos de mi piel. Prepárame para el asombro acogedor de tu boca. 234 // Etel Carpi
Entre las volutas del ensueño Te llamé Y tu respuesta fue una invasión de libélulas En el cielo De un planeta sin luces. No toques mi alma Podría estallar en pedazos Y luego... ¿Dónde iré sin alma para amarte? XXXIX Eres el amante lejano que yo adoro. Camino al borde de los días Aferrándome a tus ojos Para salvarme. Me duele el sueño En el orgasmo defectuoso que refleja La silueta negra de la nada. Miraré la luz que han puesto Al final brumoso del camino. ¿Y sabré de tu ciudad y de tu esencia? Necesito un hueso tuyo Para el rito del último sacrificio. XLI Hasta que un día perdí la libertad. En la bragadura del sol murió la luna Purificando la delicada Lentitud del imposible. Hasta que un día el amor deglutió la armonía. Y soy para mí misma Antología Poética – Volumen II // 235
Como un árbol arrancado de la tierra. Ya mi corazón no me pertenece, Han hecho jirones la vestidura de mi paz. Pero al final de la tortura Me esperan tus brazos (Después) 1-4-90 a 30-6-90 XLII Y ocurrió… En el encuentro milagroso de dos lunas Nació el mar azul. El ósculo delicioso de los besos. Nuestros cuerpos ascendieron al silencio Del mundo soñado por los dos, Y el viento acunó el gemir de las palmeras, La luna deglutió la desnudez prohibida Y un amanecer de pájaros fugitivos Despuntó en el dolor De la tristeza perenne. Porque sabía. Que al final de la tortura Me esperaban tus brazos. XLV En la manumisa nube de los sueños Brotó una estrella Y cayó en la palma tibia de nuestras manos. Tú eres luz, Un rostro invadido por los reflejos de la luna. Hubo un día... El día azul, cuando un "te amo" 236 // Etel Carpi
Rompió la dimensión amurallada del tiempo Y a la hora señalada Se deshizo como un castillo de arena La telaraña de la tristeza. Y caminamos hacia el sol, Miles de aves nos prestaron sus alas Cuando bajo los destellos del desierto Juramentamos vivir Para un sueño de amor. XLVI Un poco más de tu sustancia. Sigo desliendo el recuerdo. En la penumbra del silencio azul Siento un estruendo de hojas Acunando la soledad sublime de la noche. Y nuestras palmeras… El sonar placentero del mar en la distancia. Rememoro el brillo perfecto de tus ojos, La curva deliciosa de tu vientre, El río caudaloso de tu sangre... Hasta que amarte fue posible… XLVIII Caminábamos... Un baño de luz hirió nuestras espaldas. En tus manos palomas, En mis ojos luciérnagas, En tu piel destellos, En mi alma poesía... Activo la memoria del cuerpo Antología Poética – Volumen II // 237
Y una mancha de amor Brota en el borde de los recuerdos. He llorado entre tus brazos El dolor de la felicidad Y abandonada a la caricia imprudente Me dormí en el dulce espacio Del sueño. El sueño que soñamos los dos, XLIX Engendramos un sueño imposible. Poco a poco voy descubriendo Que se puede amar siempre algo más; Al regresar del paraíso Se penetra en el ojo de la sed. Soy un todo naciendo De mi clausura. Me hiere el aroma balsámico de tu semen. Antes de que termine el invierno Colocaremos el punto final del milagro.
L Estaba el sol aplastándose en el horizonte. Las aves amaneciéndose en la bahía, Las palmeras gimiendo en el silencio, La luna generosa Alimentando el deseo de mis ojos. Quedamos en la noche, 238 // Etel Carpi
Los cuerpos afiebrados Incrustados en la soledad suicida del amor. Varias veces murió el tiempo En la oquedad donde la luz Es una ausencia. Un aluvión de soles Surgió del gesto creativo de tu boca Invadiendo la pradera de mi piel. Fue el callar del mundo en mis dominios. LIV Has perfumado mi sangre. Fue una ráfaga ciega que me alcanzó, Bajo el silencio de las noches desiertas. Nuestra casa el cielo Nuestra casa el mar... Las palmeras enhiestas Perfilando su silueta tras la ventana. Y tu pasión atosigando mi deseo. En la cocina, la tibieza de tus ojos; En el parque, la fidelidad de los perros; Y tu rostro… ¡Tu rostro, tu rostro, tu rostro! Y de mi alma un poco …Un poco nada más. LVII Clavaste un dardo de fuego En la humedad del hueco abandonado. Una rotunda erubescencia Subió por mi espalda Antología Poética – Volumen II // 239
Reconstruyendo el asombro terminal De los muertos. Por el cielo bajaba el sol Para perderse en las lomas Que enmarcan la bahía (Donde los pecados se ofrecen a los dioses) Rememoro tu rostro... Veo un pacto que presagia otras llegadas. Por eso... De tanto en tanto un sueño Me confirma la noticia: Mañana... emergeré desde el martirio. LX Quedo en la noche. Suspensa del sueño que te revive En la memoria de mi último paso Por el paraíso. Tu alma la sangre blanca de las flores. Tu cuerpo el deleite del sol sobre la arena. Me envuelvo con la manta Y escucho... Resuena tu voz en el latir de mi pecho, Oprimen mis pezones Tus pájaros invisibles, Un grito de luz Se ahoga en la garganta Y en la oscuridad de la habitación Veo despuntar la aurora.
240 // Etel Carpi
LXIII Nuestro amor... Un racimo de estrellas en el alma. Un aletear de mariposas en los ojos, El perfume de la lluvia al mojar la tierra, Un ruido de aguas movidas por el viento. Nuestro amor… Una claridad nacida en noche sin alborada. Sostén esta luz pequeña Que vibra como un junco en la corriente Para que el invierno Sea la coronación de la alegría. Porque has perfumado mi sangre Con el polen fértil de la vida. LXV ¿Recuerdas amor ¿El sonido del viento en las palmeras? El color del mar ¿El brillo de las estrellas en el cielo? ¿Recuerdas el parque donde florecían ¿Los abrazos? La sed desimaginada de la soledad ¿La suprema melodía del silencio? ¿Recuerdas amor ¿El vuelo de los pelícanos? Mis huellas en la arena ¿Mi risa y mi llanto? ¿Recuerdas los ojos devorándose ¿En la noche? Antología Poética – Volumen II // 241
Los latidos de mi pecho ¿Mi miedo y mi derrota? ¿Recuerdas amor...? Desde entonces, ya nada me expulsa de la vida. LXX Miro la lluvia que cae en el silencio De la calle desierta. Me carcome el recuerdo de su ternura Desandando los caminos del sueño Para nacer En la tierra fértil donde el amor germina. Sigo amando al hombre de mis sueños. El cielo oscuro declara el hueco De la soledad Donde la distancia crece Como la silueta de un gigante en el desierto. Y todavía descubro ¡tanta sed sobreviviente! LXXIV Una sombra funesta pasó por mi mente Como ráfaga ciega Que arrasa la luna de fuego crecida en mi cuerpo. Tuve que enterrar los miedos (Garfios que desgarran la piel del alma) Para revivir tu rostro inmaculado En las fronteras de mi memoria. En estos días Presumo lo que no volverá Porque la lluvia del tiempo Va erosionando los recuerdos de barro. 242 // Etel Carpi
Pero hay señales luminosas Que indican La impasible eternidad del sueño. Olvidar... Tu alma crece y crece a cada instante Devorando la fría desnudez de la mía. LXXVI Íbamos por la vida, Buscándonos el encuentro perfecto. Y aún no ha sido silenciado El eco del grito de llamada. Mañana será la victoria Arrebatando la sangre de las venas, El obtuso desierto Albergando la esperanza. Mañana quedará cercenada la angustia, Y por la boca del sueño Entrará la miel rica En donde se empalaga la distancia. Hoy terminó la búsqueda. Desde ahora, tendré una tranquila Lectura de los días. LXXVII Te esperaré como las aves Esperan la primavera Para dar sus mejores trinos. Como el marinero Que busca el buen puerto donde morar. Así de tan extraño. Simple. Antología Poética – Volumen II // 243
Eres mi todo. Existente. Voy caminando por el borde del sol Gestando la luz de tu presencia eterna Envuelta en la nube donde me acunas Con el sonido del mar. Te amo. Te amo. Te amo. LXXIX Eres un abrazo de sol y de lluvia Donde reposa mi alma Varada en el sueño. Aquietas mis aguas revueltas Con un perfume de nostalgias Que arrasa la pureza del bosque Donde tu nombre crece. Tus ojos me invaden, Tu placer muriendo en mi fuego. Te dejo nacer Cada día desde el cauce de mi sangre Y así destruyo Esa delicada idea de la muerte. Llegarás desde la distancia Un día... Un minuto... Y seré un sol Que se apagará en tus manos. LXXXIII Tu mirada Yace en infinitudes blancas 244 // Etel Carpi
Donde la sed me devora. Mañana será nuestro tiempo De continuar esta historia de amor Lejos de la angustia De la distancia Del miedo De las fronteras... Libertos de nacer y morir En soledad. Mañana... Un dios de cielo Unirá nuestros mundos Y será la voluntad de ser De a dos, otra cosa. LXXXIV Rememoro el color del mar Cuando caminábamos tomados de la mano. Rememoro el sonido del viento Cuando me amabas. El andar alegre de los chorlos La calidez del sol sobre nuestra piel El llanto La promesa El sabor de los besos El gesto luminoso de la risa. En la iniciación del amor Bebimos la sangre verde de las flores. Rememoro la redondez de la luna Cuando descansábamos abrazados en el parque. Antología Poética – Volumen II // 245
Rememoro la dulzura del silencio Cuando me besabas. El vuelo ágil de las gaviotas El color del sol cuando moría en el mar El placer La esperanza El deleitoso perfume de los cuerpos. Nos queda el recuerdo... Hasta el día definitivo. LXXXV Caminaremos por la cornisa de la vida Con una estrella en el alma Y una visión de cuerpos húmedos Amarrados por la luz de la pasión. Guardaré en secreto tu mirada Reconstruiré tu voz en mi memoria Soñaré los rincones de tu cuerpo Y quedaré observando el árbol desnudo. Quieta Vigilante Suspensa ante el sueño atesorado. LXXXVIII Quedo en la tarde Mirando el cielo pálido del otoño Guardo tu mirada Yacente en todos los espacios De mi memoria, Quedo en la tarde. 246 // Etel Carpi
A tu lado. ¿En qué estarás pensando Allí donde esperas el momento ¿De partir para encontrarme? Quedo en la tarde. El silencio amplifica El sonido de los besos que evoco. Te espero… Entre el viento y las sombras. LXXXIX Dejo pasar las horas... Las horas que me separan de ti. Sin olor, sin sabor, Sin un sonido Que me recuerde la dulzura de tu acento. Tengo el alma dormida Debajo de la nada Sangre y cielo Absorta en el calor de tu vientre. ¿Te llega mi mensaje de luna? Cada instante, La razón de vivir mi vida. Dejo pasar las horas... Hasta que llegue el tiempo De atesorar el sol. XCIII Nadie podrá quitarme este sueño. Tú apuntalas el techo del paraíso Tú redimes mi vieja angustia Antología Poética – Volumen II // 247
Me enseñas a pensar otros caminos y a quitarme los musgos de la sangre. Me envuelves en tu alma buena Y perfumas la piel desolada Con tus caricias. No me busques la mirada Hace siglos que mora En el suave interior de tu alma. XCV Qué fértil la región del mito Donde creció mi sueño. Para buscarte, una vida Para amarte, un sendero Para cobijarte, un mundo... Te llamé por tu nombre Antes de que las llamas consumieran La fértil región del mito Donde creció mi sueño de amor. Y naciste... Como un milagro derrotando a la muerte. XCVIII Y de pronto, en lo oscuro, El destello de tu cuerpo En la íntima amenaza del amor. Escucho mover el aire Y me entierro en el silencio Mientras aguzo los dedos que te buscan. Soy un todo de luces encendidas 248 // Etel Carpi
Sobre el lecho. Un poco más allá de la ventana Susurra el mar. Cierro los ojos y parto del mundo A las regiones del sueño que te engendró. C Necesitamos vivir. ¿Quién determina los colores del silencio? ¿Quién engendra ¿Quién decapita? Atesoramos las señales del amor Y nos buscamos en la nada del mundo Sin saber Que la vida puede estar muy cerca de la muerte. Necesitamos vivir. Por eso... Nuestro encuentro suena a milagro. CV Estaba el viento paseándose por la bahía El sol muriendo en el cielo amarillo Las aves regresando a sus nidos lejanos Y mi rostro entre sus manos: Dos palomas arrullándome. Reconstruyo el paisaje en la memoria Y el sueño invade el recuerdo. Respiro con el aire que llega a sus pulmones, El amante que me pertenece, Antología Poética – Volumen II // 249
Como lo más cercano Inmortal. Toda tristeza resulta poca Cuando el amor es tan grande. (Después del después) 30-6-90; 14-8-90; cualquier día). CVII Estaba el sol saciando su sed en el mar Y el silencio del invierno Derrotando la felicidad De tener tu luz. Vagamos… amordazados Por el deseo de compartir la vida En una vida sin final. Tú: El venaje de mi libertad, La lumbre restauradora Que alimenta el resurgir de la luna. No importa el silencio No importa la ausencia Ni la distancia… No importa el llanto, La melancolía, El dulce trabajo De acomodar mi alma a tu alma. Importa el camino que juntos Vamos caminando Desde el momento inolvidable Que dijimos: 250 // Etel Carpi
"te amo". CIX Teníamos el silencio en nuestras manos Toda la eternidad de la noche Para amarnos La paz La música El cielo El verde La frescura del amanecer… Y una lágrima en los ojos Y un suspiro entre los labios. Aprendimos a amarnos A despertar juntos A mirarnos y reír, Y ahora... Dependo de la suave tibieza de tu piel De la dulce fragancia de tu pelo De la profunda pureza de tu alma. Eres tú la parte que le faltaba A mi todo. Eres tú, Un sol inmenso devorándose el horizonte De verdes Que alguna vez, mi locura, construyó. CX Solos… También podemos amarnos. Antología Poética – Volumen II // 251
Por el ojo de la sed Se desliza una mariposa De alas rutilantes Que nos dibuja de luz el corazón. Miro tu rostro En un hueco de mi mente Y descubro que te amo Que soy tuya Que eres vida Agua Viento Árbol Sol. Un poco más todavía, Hasta que nuestro sueño se rinda Al supremo poder del amor.
252 // Etel Carpi
HASTA QUE AMARTE FUE POSIBLE Ladroneando la ternura De tu alma Llegué al final del año (Nuestro año resolutorio) Amándote (Dejándome amar). Y no me resigno a perderme en el silencio. Buscando un sol entre mis sueños Nauseabundos Las ansias de crecer Diseñaron el sol De las formas de tu cuerpo Donde un día azul Decidí refugiarme para morir. En la resaca del dolor Paladeo la dulce felicidad De tenerte conmigo Yo: Asesina del agónico placer de la soledad. ¿Me reconoces? Soy un poco de tu voz Resonando en el agravante fugitivo De mi paz. Hasta que amarte fue posible Nací y morí tantas veces Que me cuesta afrontar La súbita terminación de mi sueño.
Antología Poética – Volumen II // 253
Hasta que amarte fue posible Desmalecé una selva de mi cuerpo Y desinfecté los huecos de mi alma. ¿Me conoces? Soy el acomodo de tu mirada Desde donde iniciar el camino Para arribar al amor; Un beso interminable Que nace en tu boca Y crece en el camino a mi pasión. Hasta que amarte fue posible Y el sueño que soñamos juntos Nos superó en la realidad De nuestra irreparable historia de amor. 31/12/90
254 // Etel Carpi
LA PRIMAVERA VUELVE Primavera, 1991
I Duermes. Te miro en silencio Esperando otros advenimientos. La luz es una ausencia Que se traga los gestos de tu boca. Hace tiempo que quitaste Las enredaderas de mi cuerpo Navegando en su luna silente. Hace tiempo... En los poros sudorosos del éxtasis Murió el secreto. Y Llegas a mí Cuando recuerdas Que sigo esperando La deseada oquedad de tu boca. II No te duermas en el espacio De mi silencio. Están mis manos para dialogar Mis ojos para acariciar Desovando en la sangre Que se expande Hasta romper las paredes del misterio.
Antología Poética – Volumen II // 255
La primavera vuelve. Déjame inhalar su perfume En la ardorosa emanación de tu piel, Abriendo la memoria a los días primeros De la sed insaciable. IV Quisiera salir a devorar la vida Devorándote. No estrangules la ternura de tu alma Con el silencio No enceguezcas la pasión Que me enamora. Calla y ámame, Tantas veces como el sol Asoma en el horizonte de la tierra. VI Qué poco sabía de ti. Alguien me fue cambiando de lugar las cosas Y en mi cabeza Hay un vidrio quebrado Por donde entra la luz perdida. Busqué tu rostro en la nada Dibujé tu alma en lo blanco Y modelé el timbre de tu voz. Desde entonces... No estoy más aquí, En mi lugar de siempre Donde fui una apacible siembra Una necesaria soledad. 256 // Etel Carpi
Estoy atrapada en el sueño Que te creó, Viviendo entre tanta claridad Que el fuego no se ve. No puedo desimaginarte Porque creces a mi lado Asfixiando cada instante de soledad Con la voz del amor. Desde entonces... Eres mi sueño y mi realidad. VIII No digas nada ahora Deja que el silencio En una pausa impetuosa Amarre nuestra nostalgia De crear al amor. Afuera silba el viento del Pacífico ¿Recuerdas las palmeras Torciéndose tras las ventanas. Los pájaros fugitivos Cruzando la luna Y cayendo en el mar? Ahora no digas nada Volvamos a los días nuestros, Que la dulce memoria de haber sido Nos refresque el deseo De dos cuerpos húmedos Amarrados de luz y de pasión. Ahora... No digas nada. Antología Poética – Volumen II // 257
IX Un año de vida. Un año de muerte. Un sueño cumplido Varios sueños ausentes. Ya tienes mi silencio. Ya tengo tu secreto. Llegamos a la cima de la montaña prometida. Descendimos al abismo blanco de todos los días. Tus ojos son mis ojos. Mis manos son tus manos. Lo sangre verde de las flores Corre por tus venas. La lava ardiente de tu sangre Fue quemando mis selvas. Ven... Llevemos nuestro amor Ahí Donde terminan las ciudades Y crecen los árboles muertos. XI La luz pequeña del velador En la soledad del cuarto Donde vaga una sospecha de tu perfume. Al frente mis plantas Mutándose en los ojos del recuerdo. Recordar Como el tiempo del amor Nos ha robado todos los frutos. 258 // Etel Carpi
Aquí (En el pequeño espació del lecho) Me hundí cien noches en tus brazos Compartimos la música y el silencio Peleas Y reencuentros. Eres luz. Te espero. XII Cuando no estás llueve (Siempre llueve) Escapo para purificar el aire Que nos une. Escapo para purificar el aire... Luego te busco Descamándome en el nido de tu cuerpo Que cobija mi luna silvestre. Enséñame a soñar los nuevos sueños Prometidos Y nunca más abriré las alas Para alejarme. XIV Y sigo quieta en el mismo lugar. Aunque me fui Para conocer nuevas caricias Sigo sentada en el mismo espacio Donde me olvidé del amor. Algún día sabrás Antología Poética – Volumen II // 259
Qué pienso Cuando lloro. Pájaro libre Que imagina las altas ramas De los agrestes árboles. XVII Ahora veo pasar la vida. Esquiva, callada Aunque mi cuerpo late sobreviviente. Ya llegué a la cima del sueño supremo Y te amé: estrella; pájaro, flor, A veces mujer... Mujer majestuosa en su tierra Desamparada de caricias Instalada en el silencio Que da vida. Ahora veo pasar la vida. Descanso de mi destino De tejedora de sueños. ¿Qué vuelva a tener sueños? Préstame tus alas Y tendré quince días más en mi futuro. XVIII No quiero escribir nada Tampoco pensar. Necesito el tiempo del no hacer. Deseo seguir el cálido cauce Que me lleve al momento de amarte Y en tus brazos 260 // Etel Carpi
Descansar de este agotamiento de siglos. Yo: Caminante de las altas cumbres Quiero quedarme en el silencio Fundida a tu cuerpo Aislada en tu alma. XXI Temprano te busco Siempre te busco. Estos días míos De apacible siembra Estoy vacía Sin el poderoso diluvio de tu presencia. Quiero volver o navegar Por el ancho río de tus venas Hasta desembocar en lo Infinito De tus cordilleras azules. Siempre vivirá esa imagen De tus ojos amándome. XXIII Resignada a los largos caminos De desamparo. Rescatando obstinadamente el pasado Hasta convertirme En un ser sin presente Pero soñando nuestro futuro. E1 próximo... Tal vez mañana, tarde en la noche y un día más de tu voz Antología Poética – Volumen II // 261
Invadiéndome. Afuera cae el sol. Cuando pueda verte También caerá dentro de mí. XXV Tejeré nuevos sueños de ternura Con la memoria de tu primer amor. Mimaré las flores de tu frente Con el riego de mis lágrimas, Caminaré los escarpados senderos de tu piel Para perderme en la oscuridad Habitando la pureza de tu alma. No puedo enterrar los bellos recuerdos (Puntuales, vienen en sueños Que me sacuden). Debo recuperar el tiempo de tus besos El encanto de estar uno con el otro Disfrutando nuestro tiempo de amar. Perderé la memoria del hoy Para amarte en el futuro Como te amé en el pasado. XXVI Necesito cansarme de ti 262 // Etel Carpi
Morir en tus brazos todas las noches Renovar el deseo cada mañana. Sólo cansándome de amarte Llegará el sosiego a mi corazón Reposará el sueño Y romperé los relojes. XXVIII Soy tuya. Desde el día gris que vimos llegar la noche Desde la ventana del triste hotel. Después de los días frente al mar Manso de la bahía azul. Amado. Quiero contarte algo: Aprendí mucho de tus sonrisas, Ya no me asustan las sombras. Sólo una: La de tu ausencia.
Antología Poética – Volumen II // 263
SUITE A UNA HISTORIA DE AMOR diciembre 1991
PRELUDIO Corrí bosques y prados... te buscaba. Con la esperanza en el alma febril Corrí bajo el sol, la lluvia de abril. Con las manos abiertas... te esperaba. Y no te encontré. Volvía vacía; Con la piel transparente, sin tu boca En mi hombro, descreída y loca, Con sed, con hambre, con mañanas frías. Sin embargo, nada sucede en vano Seguí buscándote cada verano Irrenunciablemente... siempre amando. Con un sueño a cuestas seguí corriendo, Cansada, de esperar, pero sabiendo Que tú también me estarías buscando.
264 // Etel Carpi
ALLEMANDE Como un sueño, cayó tu voz en mi alma. Un rumor creciendo a la distancia Me envolvió en un torrente de fragancias Y sentí el terror de perder la calma. Llegaste desde un país indubitable Cuando el silencio me ahogaba la vida Y una oscura congoja embravecida Se ceñía a mis sueños lacerados. Todo está escrito. Todas las historias. A todas las esperas compensa la gloria Porque yo lo sabía: tú existías. E1 eco de tu amor remontó vuelo, Como un grito intenso atravesó el cielo, Para adueñarse uno a uno de mis días.
Antología Poética – Volumen II // 265
COURANTE Fui hacia ti en un vuelo sin escala Despojada de miedos y de penas. Tú, mientras tanto, soñabas la escena Preparándote a mimar mis alas. Quería galopar tus brazos fuertes Para calmar mi sed inacabada, Mi necesidad de amar, asediada, Ser toda la vida... toda la muerte. No podía luchar. Estaba escrito. Llegó desde lejos, como un grito Que me llevó hasta ti de extraño modo. Desde el cielo; el sol, irisó la nieve, Sentí arder el pecho como una fiebre Y quedé silente en dulce abandono.
266 // Etel Carpi
SARABANDE Fueron largas noches de amor soñado, Con el sonar del viento en las palmeras Y el rumor del mar lamiendo la arena, Fueron dulces noches de amor sagrado. Tomabas mi mano con la ternura De un hombre enamorado. Y te amaba Con tanta pasión como me adorabas Limpiando todo rastro de amargura. Nos despertaba el sol de la mañana, El grito de las aves que lejanas Celebraban el sueño concretado. Lo sé. Antes de ser ya había sido: La fiebre, el grito, el sueño, el gemido. Todo está escrito. Todo está marcado.
Antología Poética – Volumen II // 267
MENUET Y unimos nuestro amor en matrimonio. Tuvimos que aprender a no temernos, A no causarnos daño, a tenernos... Porque dimos un paso sin retorno. Tuvimos que aprender a ser felices, No asombrarnos de habernos encontrado, Aceptar el desafío, callados... Vivir nuestro amor de fuerte raíces. Salimos a la luz del mediodía, Latiendo las manos -antes vacíasCon nuestro amor de todos los instantes. Salimos a las noches estrelladas Con tantas viejas penas olvidadas... Soñando el después... enterrando el antes.
268 // Etel Carpi
GAVOTTE Me quedé entre tus brazos, largamente: En silencio me transitó tu esencia, Horas y horas me acunó tu presencia, Sólo quería amarte... simplemente. Despertar de noche, verte dormido A mi lado. Y velando tus sueños Quedarme sumida en un dulce ensueño Donde nunca existirá el olvido. Todo está escrito. Todas las historias, A todas las esperas compensa la gloria Porque siempre te amé, ¿no lo sabías? Ayer fue mi grito... y tu respuesta, Hoy este presente de luces nuevas, ¿Y mañana... qué nos traerán los días?
Antología Poética – Volumen II // 269
LOURE Nada sucede en vano y todo pasa. También hubo un silencio estremecido Ardiendo entre las manos: desvalido En un vértigo de sangre que arrasa. Y está la vida: vieja compañera, La fiel soledad, la misma tristeza, El deseo inacabado de pureza Y la misma angustia de la espera. Nada cambió. Pero ha cambiado todo. Igual la cumbre. Igual el abismo, Aunque nada será del mismo modo. Igual llanto de amor. Igual el lodo. Fue quedar atrapados por un sismo, Que nada cambió. Pero cambió todo.
270 // Etel Carpi
GIGUE Quiero quedarme así. Quieta y silente. Aún no puedo sentirlo, pero está Como un milagro inesperado, va Formando su ser de nuestra simiente. Habrá que hacerse fuerte y desterrar Los miedos. Mírame, no digas nada, Pon tu mano en mi pecho: demorada, Que ahora volveremos a soñar. Pero está, y me duele su presencia, Tú, amor, que perduras mi existencia Debieras enseñarme a no perderme. Dentro de mí crecerá su latido Que un día, en tus brazos, se hará gemido. Dulce Fruto de amor, ahora... duerme.
Antología Poética – Volumen II // 271
CODA Ayer fue mi grito... y tu respuesta, Hoy este presente de luces nuevas, Y mañana... ¿qué nos traerán los días? Palabras de ayer, hoy es el silencio definitivo Que nos arrastra al fondo del abismo Porque apagaste la luz de ese sueño Y ya nada tiene sentido. Sin embargo, nada sucede en vano Y todo pasa... mi dolor de hoy Florecerá en la alegría de mi niña mañana. Todo está escrito. También esta historia Fue tu amor una desdicha. E1 mío un sueño que terminó en pesadilla. Pero hay una dulce y frágil flor entre mis brazos: Es nuestra hijita. Por ella camino el mundo Por ella pinto, por ella escribo, por ella lucho Y también por ella no te puedo olvidar. Ella es mía y ha cambiado todo. Igual está el abismo. Pero también está la cumbre Y aunque nada sea del mismo modo No puedo quedar atrapada por este sismo. Dulce fruto de amor... duerme Duerme... 02-05-97
272 // Etel Carpi
DESPUÉS DE LAS TINIEBLAS I He retornado a mi refugio De soledad. Gozo en la visión De la calle mojada Por la lluvia del verano Y rememoro aquellos tiempos sin amor. ¿Qué soy después de tanto amor? Una compulsión a devorar la muerte Una regresión al silencio Una tristeza deviniendo a su pasado. II En mi cuerpo murió un hijo Que nunca existió. Lo grave. Que no podré volver a intentarlo. Lo peor. Que tú nunca lo comprenderás. V En mi vientre aleteó La esperanza de un hijo. Así completaría mi deber con la vida: Un árbol (Varios árboles) Un libro
Antología Poética – Volumen II // 273
(Varios libros) un hijo (Uno es suficiente). Varios días soñamos que existía, Pero murió antes de crecer Y sufrí en mi silencio La agonía de tu acusación. Dame tiempo paro retornar de la muerte Cobíjame y cuídame Que antes de partir Cumpliré. (Y cumplí) Ahí corretea La hija que hoy sufre junto a mí La desdicha de tu locura. Si te vas, no retornes nunca más. Si te quedas, cumple la promesa de hacernos feliz.
274 // Etel Carpi
EL LÍMITE DE LOS MIEDOS (1992 a 1995)
TE EXTRAÑO Te extraño... Aunque beba del silencio Y añore la libertad. Mi libertad ya no es libertad Si me faltan tus alas fuertes Que me mantienen en rumbo. Mi silencio ya no es silencio Si me falta el timbre de tu voz Vibrando en el aire que respiro. Te extraño... Cada instante de la noche Que duermo soñando tu cuerpo junto al mío; Todas las horas del día Que voy por el mundo buscando tu mirada. Te extraño... Como nunca extrañé nada en la vida; Cuando hablo Cuando espero Cuando camino Cuando creo... En cada instante imagino tus manos En mis manos, Tus labios en mis labios, Mi cuerpo entre tus brazos Como siempre desde que soñé existías.
Antología Poética – Volumen II // 275
Te extraño... Aunque sólo faltes de mi lado unas horas, Aunque no quiera verte; Cuando me mimas Cuando me peleas, Si ríes y se ilumina tu rostro, Si callas y guardas silencio También te extraño. Porque te siento tan mío Como los pájaros que amé varios veranos, Como el sol que alumbraba mis pasos Y la nieve que se deshizo entre mis dedos. Porque mi corazón late con el tuyo Y mi pueblo no es igual en tu ausencia; Ni el jardín, ni la cama, Ni el espacio inmenso por donde caminé Tantos años en soledad Y era feliz. Te extraño... Mi luz se vuelve sombra cuando no estás, Mi risa se vuelve llanto Y mi voz se hace silencio. Cada momento sin tu presencia Es un trozo de vida que pierdo, Es un bocado de amor que no puedo darte; Porque te quiero: Tierno y áspero Frío y apasionado Amargo y dulce, Te necesito para morir Te necesito para vivir... ¡Cuánto te extraño!
276 // Etel Carpi
NUESTROS SECRETOS Aquí Sentada en el silencio de la tarde de febrero Miro al sol que se pierde en las paredes del patio; El canto del viento llena mi alma. Tú estás allí: En el misterio de la distancia Que prepara nuevos días sin tu presencia. Y te sueño... Como siempre te soñé en mis brazos Cuidando tus alas Para que una y otra vez vueles a mi lado. Estoy igual que un ciprés desnudo, En medio del desierto esperando la lluvia, La misma que tuve antes Cuando me cubrías con tus gotas de sal. Volverá el diálogo a nuestras manos Cuando este cielo tan hondo Se derrame con su luz En la sombra perfecta de nuestros secretos.
Antología Poética – Volumen II // 277
MADERA OLOROSA Dos años y medio arañando la luz Y mordiendo las sombras de estar juntos. Antes... Era una vagabunda solitaria Buscando la aventura de la libertad Bajo cielos infinitos, A la sombra de los árboles Al abrigo del sol Al hechizo de la luna. (¿Volveré a ser una vagabunda solitaria?) Ahora... Soy una silente esperanza de amor Que sólo tiene alas Para volar hacia ti, Para esperar el pan de tu dulce cariño Que alimenta la ausencia de libertad Y anula la memoria de mi ayer solitario. Del amanecer y del crepúsculo Soy la pintura del cielo... Pero sólo la madera olorosa de tu piel Puede despertarme en la noche.
278 // Etel Carpi
HOJARASCA Pasa el viento de la tarde Acariciando la melancolía Que me invade cuando no escucho tu voz. Oigo el mar (El mar que nos unió) Resuena en mis oídos Sacudiéndome el sueño Que me envuelve en un letargo sin pausa. Quiero volver a la arena húmeda Prendida de tu mano Y aletear como gaviota del amanecer Que hiere la luz del cielo. Me encierro en el mundo de mis silencios Para llorar el edén que viví antes de ti Y el edén que no viviré después de ti. Mi mundo es una luz Que baja a dialogar con nadie cuando no estás Y que sube a dialogar con todos cuando llegas. Igual que la hojarasca de la selva, Soy la más dolorosa soledad Que ya no tiene valor para buscarte... Sólo un poco de fuerzas para esperar.
Antología Poética – Volumen II // 279
EL PERFUME DE TU RECUERDO Trato de dormir la siesta del pueblo Mientras el verano gime su fuego en la calle. No puedo. Me desvela tu voz desde el teléfono, El recuerdo de las persistentes lluvias a tu lado, El despertar juntos, sobre el mismo lecho, Los sueños que soñamos y cumplimos... Los que tenemos y esperan por nosotros. ¿Volverán las frías noches De espeluznantes relámpagos cuando somos un solo cuerpo? Hoy, el viento duerme En los jardines del estío Y yo me hundo en el silencio de esta tarde Que tiene todo el perfume de tu recuerdo.
280 // Etel Carpi
LOS DÍAS QUE QUEDAN Hoy caminé por el campo Bajo un cielo azul, azul, azul... Un manantial de luz cayó sobre mi sangre, Un canto de pájaros dibujados en el vuelo... Y me sentí libre como ayer. ¡Pero no quiero esta libertad! Deseo sentirme atada a la primavera de tus ojos, Ser un embrión de luna creciendo entre tus brazos. Te siento en mi alma Como los tañidos de campanas campestres. Te siento en mi sangre Con la fuerza de rayos multicolores. Melancolía de domingo sin ti, Con el pensamiento en blanco Buscándote en cada recuerdo Que me ayude a pasar los días Que quedan para que vuelva a ser tuya.
Antología Poética – Volumen II // 281
PÁJARO Amanecer de calma Luces de vida Que me despiertan En el silencio de mi anochecer. Alguna vez fui pájaro Y canté con ellos cada amanecer Libre de toda angustia y dolor Volaba libre y sin miedos Para ver la tierra Desde las ramas Desde el viento Desde el mar Con una sed loca de beber El agua salvaje que purifica. Ensayaba la soledad Y fui un misterio Que se esfumó entre las cenizas del tiempo. Algo me volvía pájaro. Era el amor. Hoy, algo me vuelve raíz.
282 // Etel Carpi
AL HOMBRE QUE AMÉ Pléyades de estrellas nos unieron En el desierto sin nombre Del destino. Volé en silencio A buscar la luna Que colgaba del infinito de sus ojos Y caí muerta en el espacio Del sol de su alma. Cabalgamos los silencios Para buscarnos, Derrotamos el misterio Para encontrarnos, Porque el mundo es inmenso Cuando se espera Y tan pequeño Cuando se ama. Fuimos por la vida Tropezando estrellas, El horizonte se perdió en la nada Del cielo donde llegamos, Del mar donde nos entregamos. Hoy vuelvo a encontrarte En la magia recóndita de mi alma (Pequeña fugitiva del silencio Para amoldar mi espíritu a tu espacio)
Antología Poética – Volumen II // 283
Y no es mi cuerpo el que vaga Por el laberíntico edén de la tierra Deseando encontrar al hombre de mis sueños. Mañana Otra vida nos encontrará unidos Como siempre (Antes y después del momento material De unir nuestros labios).
284 // Etel Carpi
ROCÍO ANAHÍ Rocío Anahí Es la estrellita Que brilla en mi cielo interior. Es la gotita de miel Mojando los labios de mi alma, Un capullo abierto A la esperanza de los días que vendrán. Allá... a la distancia, Lejos del dolor que hoy me ahoga En un silencio de muerte Que desplazó a mi silencio de vida. Rocío Anahí Mi cobijo de ternura, Tengo tus latidos en mi piel Tu perfume en mi boca Y tu voz en mi corazón. Un día serás estrella En un cielo de ilusión, Serás torrente, Serás el sol que se derrama sobre el mar Y la lluvia que bendice los campos. Serás luz… Serás canción. Y yo... quizás un día... ¡Renaceré para ti!
Antología Poética – Volumen II // 285
AL AMOR No te veo... Pero estás caminando junto a mí. Involuciona el tiempo Hasta el día en que llegó esa carta Y supe que formarías parte de mis futuras Mañanas, tardes, noches de silencio. A la distancia Hicimos un pacto de amor; Un amor apasionado Un amor doloroso Yuxtaponiendo dos mundos En la cúspide de un milagro Que yo convoqué. Nos hundimos en la vorágine de la vida, Nos llenamos de preguntas Y encontramos algunas respuestas. Pero tantas veces nos unimos Como tantas veces nos separamos Y al final siempre la misma conclusión: No puedo vivir sin ti Y me muero cuando estoy contigo. Tú y yo... el tiempo detenido (Mentira... el tiempo es implacable). Ahora... tú, yo y la pequeña Que ha sellado nuestro secreto De amor eterno.
286 // Etel Carpi
ANGELITO Miro tus manitas pequeñas y suaves, Tus ojos, absorben un mundo desconocido Que aún no sabes que es muy cruel. Naciste un día lunes (Final de enero) Y yo seguí en un sueño, Sin creer Que estabas ahí (Con tu llanto) Para romper mi silencio. Eres estrellita de piel suave Manitas frías Y una inquietud de aprehender Todos los misterios que te rodean Adelantándote al futuro. Te miro y sigues siendo un sueño, Pero eres fuerte (Mucho más que mi frágil alma) y sabrás luchar (En esta tierra rota) Con la energía de lo eterno. Mi pequeño angelito Hace días que no te veo, Por ese mismo destino Que te dejó en mi cuerpo. Mañana… cuando despierte, Volverás a ser un sueño.
Antología Poética – Volumen II // 287
MÚSICA FANTASMAL El sonido del trueno retumba En la oscuridad Que ha envuelto a la mañana. Diluvia... También en la tristeza De mi destino de tejedora de sueños. La tierra abatida Muere bajo la lluvia. Atravieso los límites del terror Instalada en un mundo de sueños Rotos por una realidad inesperada. Diluvia... Y espero la señal del viento Que barrerá las cenizas Que cubren la luz que me rodea. Busco tus ojos salvadores ...Pero no están. Busco las suaves manitas De mi niña ...Tampoco están. Tengo la garganta apretada En un grito de miedo, Porque estoy sola En el mar remoto Del pequeño pueblo
288 // Etel Carpi
Donde siempre he sido Una apacible siembra Una necesaria soledad. Desamparada En los límites mismos de la enfermedad Con la fantasmal música De esta lluvia Que hoy... no puedo amar, Irremediablemente se muere Pero… ¡qué dolorosa la muerte de los sueños! (Porque los sueños son la vida). Y si la vida es sueño, Yo soy un sueño gigante Alimentada por el silencio Con el que siempre construí mis días. Al levantar murallas de silencios Que protegieran mi mundo de armonía. Y hoy,.. Mi vida es una luz perdida De vidas anteriores Porque sigo siendo como fui y seré. Pero sin el apoyo de tu presencia Seré una luz perdida para siempre. Otoño de 1997
Antología Poética – Volumen II // 289
REGRESO A LA SOLEDAD 1996-1997
LEJOS DEL AMOR ¿Qué haré todas las noches de lluvia de este verano? Deseo volver a aquel tiempo mío De noches de lluvia, soñando Los sueños que me hacían volar Siempre más arriba, al azul total. ¿Qué haré -ahoraQue tengo el alma vacía Y el corazón partido por un sueño de amor que se desmoronó en lágrimas? Estoy sola -como ayerAntes de conocer el sabor de tu sangre, A mi lado late el corazoncito De mi pequeña hija Y su respirar se une al sonido de mis lágrimas. Ella es mía -y es tuyaEs la paz que en esta noche de lluvia calma la angustia De vivir este tiempo sin sueños, Sin luz... tan lejos del amor.
290 // Etel Carpi
COMO NO IRME Ya no puedes escucharme. Aunque estés respirando a mi lado por las noches. Los días se sucederán y no podrás tocarme... Y no podré tocarte. Porque seguramente me estoy muriendo En un suicidio suave de muerte lenta. Y aunque necesite quedarme: ¿Cómo no irme si ya no soy la misma?
Antología Poética – Volumen II // 291
AHOGO Sigo escuchando tu voz en el teléfono. Sólo tu voz... ya no encuentro tus ojos (Y tampoco los busco). Me ahogo cuando estás cerca mío Y sólo vuelvo a respirar cuando te alejas. Pero tú no sabes Que repaso mi vida Insomne en el silencio. Irremediablemente sola, Hasta desgarrarme de dolor en mi locura. Cada nuevo reencuentro Te siento más lejos, mucho más lejos de mi vida. ¡Qué tedioso es todo en esta noche! Soy una selva que se transformó en desierto, Lo sufrido me ensució Trasmuté estrellas en pantanos Música Interior en ruidos molestos Vida plena en muerte eterna. Por eso hoy... me asustan las sombras De nuestra irrepetible historia de amor.
292 // Etel Carpi
LA CLARIDAD FINAL Llevaré a mi hijita a caminar de mi mano. Cada paso será un recuerdo de tu amor Un dolor Un deseo Una nueva Ilusión. Mi pequeña hija caminará de mi mano un día más Hasta que pueda hacerlo sola Y entonces le regalaré las alas Que alguna vez me ayudaron a volar para ser feliz Y desde ese día todo dejará de ser. Podré ver... ¡al fin! La claridad final.
Antología Poética – Volumen II // 293
DORMIR PARA SIEMPRE Estoy dejando de vivir viviendo. En este rito diario (agobiante) Que no me deja dormir para siempre. Estás ahí... (pero no estás). Escucho tu voz en el teléfono... Pero sólo siento silencios. ¿Qué soy desde aquel día en que te di la mano y te invité a caminar a mi lado? Que alguien me conteste... Yo sólo sé que este extraño rito diario No me deja dormir para siempre.
294 // Etel Carpi
UNA LÁGRIMA Cae una lágrima. Cuando cierro los ojos y pienso en ti, En esa historia de amor que hicimos los dos Y hoy se encuentra al borde del abismo. No quiero que caiga. Debo rescatarla de la oscuridad del silencio, Protegerla y mimarla para que vuelva a crecer. No puedo soportar la desdicha que invade mi mente Y la frialdad que recorre mi cuerpo Cuando pienso que te amaba tanto Y que me amabas hasta el infinito. Me he olvidado de ser mujer Y soy esclava del pasado Que ya no puede volver. Quisiera retroceder el tiempo Y ser niña; Soñar los sueños que viví Y crear, crear, ¡crear! Cada hora de mi vida Hasta ahogarme en mi propio silencio ...Pero hastiada de felicidad.
Antología Poética – Volumen II // 295
LA ARMONÍA La noche se hizo lágrimas. Hace tiempo que se quebró la armonía de mis días Y por más que lo intento no puedo recuperarla. ¿Qué escucho en mi interior? Sonidos verdes de muerte. Tengo que volver a aprender Lo que aprendí sin darme cuenta: Vivir en la armonía de la creación. ¿Cómo se hace? Agobiada por los problemas cotidianos Casi no recuerdo cómo se hacía Para vivir la eterna felicidad. Yo la tuve... No sé en qué momento la perdí. Quizás fuiste tú Quien bebió hasta secar La fuente de mi felicidad.
296 // Etel Carpi
LO POR VIVIR Aquí estoy. A la vera del destino Esperando la verdad. La verdad que me grita tu silencio Que me está dejando en soledad. Otra noche más de angustia Donde muerta Espero lo por vivir.
Antología Poética – Volumen II // 297
MILES DE ESTRELLAS Es eterna la noche. Eterna para pensar Que entramos en el séptimo año juntos. ¿Juntos…? Quizás solamente cerca y nada más. Quisiera navegar por un torrente Que me permita escapar al infinito Donde no haya nada concreto, Sólo mi ser, Destrozándose en miles de estrellas.
298 // Etel Carpi
FINAL La llovizna cae dentro de mí. El verano quema a mi alrededor Pero yo me muero de frío. Soy una mujer necesitada de ternura Porque ya ni recuerdo como se hace el amor. En mi memoria tengo grabado todo lo vivido Y con ello construiré un futuro sin sueños, Sin sabor, sin color... Porque no quiero más sueños Invadiendo mis silencios... Sólo quiero ahogarme en ellos Hasta encontrar la nieve que me cubrirá En el minuto final.
Antología Poética – Volumen II // 299
DESDE LA NADA Sólo conocí una forma de amor: la tuya. Me cegó el fuego de tus cartas Y respondí con fuego. Luego el amor llegando desde la nada. Aprendí contigo una forma de hacer el amor Y cuando cerraste tu alma a mi desconsuelo Me quedé tan sola como antes de conocerte; Fría como un témpano, Muerta absoluta y eterna.
300 // Etel Carpi
RUINAS Si vuelves a mí No encontrarás más que ruinas, Aullidos de melancolía. Será tu trabajo construirme de nuevo. Será mi trabajo esperar que regreses.
Antología Poética – Volumen II // 301
PAZ Necesito partir A un lugar donde el mar resuene en el silencio Para buscar la morada de mi alma Que no puede descansar desde que clavaste Tu dardo de sangre en mi inocencia. Te irás Y en la noche tediosa de la ciudad No podré respirar; Por eso necesito partir a un lugar Donde el mar resuene en el silencio Para buscar la definitiva paz.
302 // Etel Carpi
CRUEL CASTIGO No te dejaré partir, aunque partas. Aún es tiempo de impedir que te destruyas Y me destruyas. Te volvió loco un sueño que nunca concretarás Pisoteando otro. Mañana será la ausencia. Mañana será el silencio, El cruel castigo a la demencia de hoy.
Antología Poética – Volumen II // 303
DESTINO Yo te pedí el cielo Y me diste la tierra... Yo te pedí alas para llegar al cosmos Y me diste raíces largas y húmedas. No entendiste lo grave de mis preguntas, Sólo me diste vagas respuestas. No recogiste la estrella escondida en mi alma Que siempre buscó tu estrella, Y me engendraste un hijo Que hoy rompe con sus juegos mi silencio Y colma con sus besos mi dolor. Este amor nuestro pudo ser una aurora permanente Y sólo fue el resplandor del sol en el desierto. Este amor nuestro pudo ser toda la fuerza del mar Y sólo fue un continuo choque del agua contra las rocas. Soñé un futuro en el paraíso eterno. Lástima el error que te convirtió en mi amante Y más tarde en un perfecto desconocido. Hoy mis ojos han agotado todo el llanto. Hoy mi alma se ha endurecido como lava a la intemperie. Hoy he perdido toda la magia de la inocencia. Mañana sólo quedarán ruinas en mi cuerpo. Tomaré la manita tibia de mi hija Y diré en silencio: Fue mi destino.
304 // Etel Carpi
DESCANSO Ya no importa. No torceré el destino. No me queda una gota de energía para la lucha. Ahora me da lo mismo la muerte que la vida. Si te vas... El silencio se instalará para siempre (El tiempo que me enseñaste A abandonarlo será un paréntesis). Mis palabras ya no entran en tu corazón. Mis poesías ya no florecen en tu alma. Sueño que un día volverás príncipe A apoderarte nuevamente de mi alma. Sueño que dormida me sorprenderá un beso. Pero no… ya no torceré el destino. No detendré la muerte que se aproxima. Ni lucharé contra el devenir de los días. Tú serás ausencia. De mi hija será la presencia de mi voz, Mi acento y mi palabra. Así, todo estará bien Y podré descansar en paz.
Antología Poética – Volumen II // 305
UN POCO MENOS Ya no quiero llorar. Estoy triste, lo sé Y en esta tarde de verano en la ciudad Vuelvo a estar contigo: soledad. Un cansancio de horas vacías Me arrastra sin cesar Y llegará lo noche (Otra noche más) Que me acostaré al lado de mi pequeña hija Y otra vez sus ojitos dulces preguntándome: ¿Dónde está papá? Y luego -como jugandoCorrerá hasta tu cama Te tenderá los brazos Y te dejará un beso volado Para regresar -inocente- a mi lado. Ahora ya no importa nada Si estás lejos o estás cerca; Nunca más una sonrisa Una mano amiga buscando mi rostro, Una carta de amor acunada en tus brazos. Me diste la espalda cuando más te necesitaba. Desde entonces, te quiero un poco menos.
306 // Etel Carpi
TARDE Presiento una herida enorme que avanza Como una plaga de langostas sobre el sembradío Y no puedo decirte nada. Debieras salvar este amor, cuidarlo... Porque se te ha ido de las manos Y yo siento que se me va de la sangre Y te quiero un poco menos Cada hora Cada silencio Cada enojo que me tortura hasta lacerarme la piel. No te encierres más, Cree en ti y cree en mí de nuevo. Presiento que un día será tarde. Tarde y sin regreso.
Antología Poética – Volumen II // 307
MI DESTINO ALGUNA vez creí que me querías ALGUNA vez creí que me adorabas ALGUNA vez tuvimos una hija (Y es tan pequeñita) No sé si algún día será feliz. Se borra el cielo, se apagan mis ojos Las sombras lo cubren todo, Ya nunca más creeré en el amor. Es duro el invierno Es cruel el silencio Es vana la lucha Cuando se camina en soledad. ¿Escuchas hijita? Es un susurro la noche, Duerme tranquila... no llores... Te quiero... mi destino será cuidarte.
308 // Etel Carpi
POEMA DESPEDIDA Recreación del poema:” Al hombre que amé” de página 294.
Pléyades de estrellas nos unieron En el desierto sin nombre del destino. Eran estrellas sin luz Las que mueren sin remedio en el desierto del cosmos. Volé en silencio para buscar la luna Que vi colgada del infinito de sus ojos Pero sólo pude caer muerta En el agujero negro de su alma. Transitó todos los senderos de mi poesía Para buscarme; Y derrotamos el misterio Para encontrarnos, Porque aprendí que el mundo es inmenso Cuando se espera Y muy pequeño Cuando se ama. Y grité mi amor hasta la altura infinita de la montaña. Respondiste enseguida Y mi sueño equivocado desplegó alas Y se concretó Seguimos por la vida Tropezando con las estrellas que iban muriendo En el colmo del desencuentro. El horizonte se perdió en la nada Del cielo donde llegamos para estar juntos. Y de aquel mar donde nos entregamos. Antología Poética – Volumen II // 309
La paz de aquel sueño realizado Se diluyó en el desierto donde llegamos Para separarnos. Y de ese silencio Que nos cubrió como una mortaja. Cada día vuelvo a encontrarte En la magia recóndita de mi alma (Traté de amoldar mi espíritu a tu espacio Pero no pude). Todo fue un autoengaño De querer soñar el sueño equivocado. Ya no es mi cuerpo el que vaga Por el laberíntico edén de mi tierra Deseando encontrar al hombre de mis sueños. El hombre de mis sueños no existió nunca. Pero hay un ser pequeño e indefenso Que nació de esos sueños Y hoy busca beberse todo el sol del mundo Para vivir una vida de amor Que no tenemos derecho a destruir. Ella es real, Ella es el mañana Que nos encontrará unidos por su sangre Para siempre... Más allá del desamor Más allá del odio Más allá del dolor Más allá de la mentira Más allá del fracaso Aún mucho más allá de la muerte.
310 // Etel Carpi
ONCE AÑOS DESPUÉS (2008-2009)
DORMIR Resplandece el verano. Otrora caminaba por hermosas sendas Libando el néctar de los bosques. Campana alegre No paraba de tañer. Amaba perderme en la naturaleza Sin pensar, siguiendo el sueño Donde aprendí con coraje a luchar. Resplandece el verano. Me seducen los trinos de la tarde En la soledad de mi madurez. Aquel sueño... pasó de prisa. Hoy camino lentamente Y pido al mundo Que haga silencio... Mi alma fatigada Tiene sueño... Shh... silencio... Quiero dormir.
Antología Poética – Volumen II // 311
ROCÍO Ahora el tiempo es tuyo. Construirás tu propia vida. Caminarás hacia el futuro pensando en la meta: el cielo. Ayer fue mi tiempo. Perseguí muchos sueños. Reconstruí mi destino y te regalé una vida para vivir. Ahora es tu turno de ser feliz. sigue el ejemplo que te di. Busca lo bueno, desecha lo malo y no pierdas tu estrella jamás. Ayer caminé a tu lado para guiarte en silencio. Hoy me acompañas a la par dándome tu fuerza para seguir. Porque has crecido, deberás encontrar tantas respuestas a tantas preguntas. No temas. Yo estaré atenta para cuando me necesites. Porque te quiero. Porque eres parte de mi vida y todo mi capital.
312 // Etel Carpi
AUSENCIA 24 de enero. Camino el cuarto vacío de mi hija. Afuera El sol calcina las hojas secas de las plantas... Maldita sequía Resquebrajando la tierra de los campos agonizantes. Estrangula este silencio Que me oprime el alma Más allá de los huesos. ¿Cómo hacer para volver a mi hija hasta mi espacio y mi tiempo? Hay sombras y soledad. Un llamador de ángeles en la ventana. Hay varias cajas decoradas con recuerdos adentro. Hay un baúl con fotografías que son su propia historia. Hay una cama vestida... que espera. Hay bolsas, lanas, agujas, en ese rincón. Hay libros ordenados y sin leer. Hay poesías y cuentos... mis libros para ella. Dedicatorias, cartas, muñecas olvidadas De su infancia... Hay cuadros pintados por sus manos de niña. Hay perfumes y coloretes guardados en un gran tocador. Hay un altar para rezar. Hay un ropero casi vacío con perfume a jazmín.
Antología Poética – Volumen II // 313
¡Oh Dios!, me ahoga El calor que sin piedad paraliza el cerebro. La intensa luz del verano me ciega. Busco la soledad de mi casa Donde hay miles de llaves Que han perdido su puerta. Borges en mi memoria Es un destino de versos que van naciendo A borbotones Para morir en un entierro de soles En el universo oscuro de la vida. Abandono el cuarto de mi hija. Pronto será su cumpleaños. Por segunda vez estaré ausente. Viene a mi memoria el olor del mar. El mar... allí donde siempre se pierden mis sueños locos... Pero... ¿qué tiene que ver el mar con el cuarto de mi hija?
314 // Etel Carpi
CARTAS A MI HIJA (V) Pasa el tiempo Nadie puede contra él. Creces y buscas... Siempre estoy. Mañana irremediablemente La muerte pasará silente, Pero siempre estaré. Me esfumaré en el aire, En el hueco de lo desconocido. Ya es momento para que conozcas El secreto de mi eterna presencia. Mamá: ¿cuál es tu secreto? Hija: es este poema Son todos los poemas que escribí Y que un día, sólo tú, Podrás perpetuar.
Antología Poética – Volumen II // 315
TIEMPO Quince años Desde el alumbramiento En aquella ciudad estéril. Sueños desgarrados... Pues sin piedad, el tiempo arrasa Poda Asesina Todo instinto de conservación. Y llegas al otro día Pasa Uno más Creces Preguntas Sufres Envejezco Sufro Me condeno. Explora un poco más. Hay tiempo. Mañana Sorpresivamente Surgirá desde el silencio (sin misterios) Una a una, todas las respuestas.
316 // Etel Carpi
CARTAS A MI HIJA (III) Has crecido Y también tus sueños, La fantasía de la princesita De los cuentos de hadas Y ese amor ideal Que también un día soñé. Tu vida debiera ser hermosa, Puse mi alma para que lo sea, Y hoy será tu pelea por vivir Tus propios sueños. ¿Te dejarán los mediocres? ¿Los que poco saben de sueños? ¿Me dejaron a mí…? Es difícil ser madre Y mucho más difícil estar siempre Más allá del dolor Que carcome el alma día a día. Construir amor A pesar del odio, el rencor, la injusticia... De la soledad y del silencio... Serás libre, (lo eres) Te lo dije un día, (¿recuerdas?) Pero también seré feliz Si valoras mi trabajo de crear
Antología Poética – Volumen II // 317
Casi todos los días de mi vida (Renovando sueños Y depositándolos en ti) Y seré feliz si lo comprendes, Lo interpretas y lo recreas Luchando contra todo (Inmensa carga para ti) Para que te ayude a vivir Tu propia vida Sin los errores de la mía. Es poco... aunque también es mucho, Esa será tu lucha, Y ese será mi desafío: Velar día a día para que lo logres. Encontrarás en el laberinto azul El espacio justo Por donde salir a la luz... Allí mismo Mis lágrimas dormidas TE DARÁN LA RESPUESTA.
318 // Etel Carpi
CARTA A MI HIJA Prosa poética 11-01-10
En tu presente brilla una estrella que no encuentras aún porque sigues en el castillo encantado de la infancia. Fue dura tu infancia, pero hermosa la poesía que construiste a mi lado, pintorcita de sueños. Hoy te miras al espejo, quince veranos te envuelven de ternura en ese interminable paso de la infancia a la juventud que te está marcando con el dolor de pesadas piedras en el camino. Hija… la lluvia son tus deditos frágiles dibujando trazos de colores en la paleta de tus sueños. Hoy… los rayos son mi orgullo porque creciste y los truenos mi grito al descubrir tu ausencia del arte que colma mi vida. Ese futuro está en tus manos, no te detengas, no mires atrás, no busques mi espejo, busca otro donde mirarte y depositar tus sueños. Yo envejecí inundándome en el éxtasis de crear sin límite y sin pausas. Es tu hora.
Antología Poética – Volumen II // 319
Creciste en silencio. Me di cuenta de golpe. Abandona el desértico camino de la desidia y avanza en una escena diáfana donde puedas construir tu vida sobre cimientos de trabajo y amor. Y si dudas… Acá tienes mi mano, para guiarte por los más recónditos rincones de la creación por donde pasa la vida.
320 // Etel Carpi
POESÍA INÉDITA (1993-2013)
Antología Poética – Volumen II // 321
322 // Etel Carpi
LOS DÍAS QUE QUEDAN Hoy caminé por el campo bajo un cielo azul total. Un manantial de luz regó mi sangre, el canto de los pájaros desplegando sus alas, entonces… me volví a sentir libre… como antes. ¡Pero no quiero esta libertad! Deseo sentirme atada a la primavera de tus ojos, ser un embrión de luna creciendo entre tus brazos. Tuve frío a pesar del sol, de la paz del sendero de los sueños, hubiese corrido a la jungla de cemento solo para verte para amarte una vez más. Para morir en el instante del encuentro que nos una para siempre. Te siento en mi alma como los tañidos de campanas campestres. Te siento en mi sangre con toda la fuerza de los rayos multicolores del arco iris. Melancolía de domingo sin ti, con el pensamiento en pausa, escudriñando en el recuerdo que me ayude a pasar los días que quedan para que te vuelva a ver. Febrero 1993
Antología Poética – Volumen II // 323
ALARIDO DE VIDA poema 1500.
El silencio que amo me carcome el alma. Necesito un alarido de vida. Un corazón deshilachado por amor navega a la deriva. A la deriva del silencio a la deriva del dolor a la deriva de la muerte del amor, del abandono que ronda en el aire. Miro tus ojos y a mi dulce bebita que nació a pesar del miedo la lucha las dudas el cansancio del deseo. Tú y el bebé (dos mundos por descubrir, por retener por cuidar). En paralelo: ellos los que me dieron la vida (dos mundos descubiertos en una agonía que me oprime el alma). Y yo, en el medio de todo, sintiéndome en un frágil equilibrio muy lejos de esa felicidad que fue exprimiendo cada día sin saberlo.
324 // Etel Carpi
Ahora… tan lejos de la vida, tan cerca de la muerte, sola… recordando al amor recordando al silencio y sin saber con certeza cuándo fue el trágico momento en que perdí la alegría de amar, ser libre, ¡VIVIR! 6/4/95
Antología Poética – Volumen II // 325
CARTA FINAL Sigo pensando igual. Cada día viéndote o escuchándote es estar clavada a una cruz en una agonía sin pausa. ¿Debo dejarme morir, o lograré liberarme? Ninguna opción la podré realizar en soledad. Necesito ayuda. De Dios para morir, de mi ángel para liberarme. Igual ella sufrirá. Será tu ausencia, tu indiferencia, el dolor de verte y no verte, el daño, la pelea la lucha por la verdad que le puede llevar toda una vida. Entonces… ¿Debo continuar clavada a la cruz como Cristo esperando que acabe el dolor? ¿O pedir ayuda, liberarme y desplegar las alas hacia un cielo puro, sin contaminación? 13/7/98
326 // Etel Carpi
CARTA DE UNA MADRE A SU HIJA Octubre 1999
Miro tus manitas pequeñas y suaves, duermes y un angelito te protege. Despierta, tus ojos vivaces absorben con desesperación las vivencias de un mundo que poco a poco vas conociendo. Siempre tuve muchos sueños que se descolgaban del cielo y mil ansias de volar. Cuando naciste seguí en un sueño, sin creer que estaba aquí (con tu llanto) para poblar mis silencios. Y cayó sobre mí, la dureza del mundo, porque confundí un par de ojos con un par de estrellas. Tú eres estrellita de piel suave, manitas tibias y una inquietud de aprehender todos los misterios que te rodean adelantándote al futuro. Cuando te miro sigues siendo un sueño, pero eres muy fuerte (mucho más que mi frágil alma de mujer) y estoy segura: sabrás luchar (en esta tierra rota) con la energía de lo eterno, de aquello que perdura más allá de la muerte.
Antología Poética – Volumen II // 327
Invadiste mis silencios con tu risa de niña. Ya no habitas en mis sueños porque te recuerdo a mi lado siempre. Te quiero. Eres mi sol. Pero serás libre como soñé cuando naciste. Cuando eras tan pequeñita. Tendré que protegerte de la miseria de este mundo. Sin embargo… no he de impedir que la conozcas. No. La realidad vivida aplaca los colores del sufrimiento y te hará sabia. La vida enseña. Y serás libre. Pero no preguntes, cuando crezcas irás comprendiendo. Entonces, tú misma encontrarás la respuesta.
328 // Etel Carpi
POR NUESTRAS MALVINAS 2/4/2000
(durante la guerra, año 1982) Manto de Patria sublime y callada en la lucha contra el enemigo no estás sola, América está contigo ¡Oh dulce, oh dulce mi Patria amada! Tus hijos luchan bajo el amparo inmaculado de nuestra bandera y nuestras almas orando esperan en un horizonte sublime y claro. (luego…como un sueño) Cuando el silencio de la paz te acoja vibrará la voz de la Patria entera y el flamear trémulo de su bandera será luz celestial para tus hojas. El mar dejará oír su dulce canto de libertad, sobre las mudas rocas y el viento en furia salvaje y loca besará tu frente con suave encanto. (la realidad) ¡Gloria!, sean eternos nuestros soldados. ¡Honor!, a los héroes inmolados para bendición de nuestra bandera y la dignidad de la Patria entera.
Antología Poética – Volumen II // 329
Se trucó el sonido de las balas por melodía de tierra arrasada. ¡Salud y Gloria a mi tierra ARGENTINA que dio su sangre por nuestras MALVINAS!
330 // Etel Carpi
CARTAS IV Enero. Tus sueños vuelven surgen del silencio, un trigal de espigas negras absuelve tu lucha por dividirte en varios pedazos así estarías aquí… también estarías allá. Hubo un tsunami en el amor de dos que movió los hilos de la vida y tú: pequeña estrellita vivaz pasaste a ser centro de un universo en fuga girando sin control en torno a un agujero negro. Pero tus sueños vuelven niña, porque encontraste la medida justa antes de que la nada perenne se trague los ángeles dulces que habitan tu alma.
Antología Poética – Volumen II // 331
CARTA VI Pasó el tiempo. ¿Encontraste esa respuesta? Entra en el laberinto de los caracoles que junté tantos días (esos febriles días de ensueño) amante del mar que besa a la arena al canto rodado a las piedras algas musgos en el azul infinito donde perdí siempre la mirada. Mi vida era de los sueños golpeando gimiendo burlando mi caminar hacia la nada y hacia todo. Hija. Vuelves a preguntar…
332 // Etel Carpi
Busca en el mundo de la música de la poesía de los paisajes de la naturaleza del silencio… encontrarás ese laberinto azul que buscas el hueco justo por donde salir a la luz… allí mismo… entonces… mis lágrimas perdidas te darán la respuesta. 2005
Antología Poética – Volumen II // 333
REFLEXIONES VI Había caído al abismo desde donde no hay retorno. Sin embargo un hilo invisible me elevó hasta la superficie. Para vivir otro verano sola. Casi todos los veranos de mi vida. Di un paso fugaz por la cornisa del cielo y vuelta a caer al abismo nauseabundo desde donde no hay retorno. Golpe a golpe lacerándome la piel ajada. Yacerá en el fondo un dibujo de mi cuerpo y mi alma herida esperará el auxilio de quien la liberará en el cielo.
334 // Etel Carpi
NADA “Yo tengo tantas muertes de perfil que por eso no muero”, (palabras de Neruda) si me buscas no me encontrarás. Obedezco al silencio mientras dejo crecer el viento del invierno dentro de mí. Algún día estaremos solos, en algún sitio del cielo (o del infierno) sin hacer nada sin terminar nada… nada de nada. Estoy. Ya encontré la luz que baila dentro de mí. Ya no sangro por tu ausencia. Mi sed es inmensa pero no pereceré en medio del sol que me enceguece. Hay un oasis fresco… que me devolverá a la vida aunque esté a las puertas de la muerte. 2009
Antología Poética – Volumen II // 335
PENSAMIENTOS DE INVIERNO Hoy –como ayerla vorágine de los sueños carcome mi alma gastada. Está y no está: EL AMOR, el que solo conocí entre las sombras del universo, de la infinitud desconocida que se expande sin límites (todavía). Varios ángeles cayeron al pozo asfixiante donde atrofiadas las alas de los sueños buscan salir a beberse la luz. Son ángeles niños que me tocan me golpean me aman me seducen me lastiman y después se desvanecen en la rutina de los días extraviada en un bosque laberíntico donde cada sendero es un sueño que conduce a otro y a otro… sin un punto final.
336 // Etel Carpi
POR QUÉ Descendí a la gloria y allí estabas: AMOR incompleto, desbordada de pasión atrapé la manzana (como Eva) y la devoré sin piedad alguna. Así rompí mi realidad y por amor competí para destruir los sueños que uno a uno nacieron en mí. Si fue tan larga la espera, ¿por qué sigo sola detrás de la cortina que opaca la expansión de la luz? 2009
Antología Poética – Volumen II // 337
LOS ÁNGELES PECADORES
LIBERTAD El tiempo que no se perdió es el tiempo invertido en dialogar con el silencio alimentando la belleza del alma. No pasa nada por mi vida (y pasa todo) llegan ángeles de ensueño a pescar los peces locos del interior de mi conciencia. La Tierra viaja en el cielo las estrellas mueren en el cosmos como los días mueren en las horas que llenan el vacío sin retorno. No pasa nada y pasa todo. Puedo contar las pocas cosas que se fueron, las muchas otras que llegaron y volver al fondo del mar a casarme con los caracoles. Hay una llave perdida que alguien encontrará. Es la llave que abre la puerta para liberarme del mar azul y entonces sí… podré volverme a casar abrazada al amor. 2009
338 // Etel Carpi
REFLEXIONES VIII Poco a poco camino hacia la nada. Eso fue ayer… tan cerca y tan lejos aquellos días de verano de estos días de primavera. La nada es este todo que hoy me colma un desafío vertiginoso de buscar la claridad perfecta de esa misteriosa claridad final. Entre el vértigo y la tristeza… la pasión me arrastra en una transparencia infinita al cono de sombra del eclipse esperado. Allí haré un alto para celebrar la vida, aunque la muerte sople en mi cuello y su cercanía amerite una plegaria para el descanso eterno del alma en un plano superior.
Antología Poética – Volumen II // 339
Allí tu mano salvadora me toca me araña me golpea hasta encontrarme. Después no quedará nada. Un gran remolino de viento cósmico apagará la luz del silencio.
340 // Etel Carpi
REFLEXIONES IX No quedará nada –dijede ese todo inmenso no queda nada. Hoy… la erosión de los sueños ancló en el antepuerto de la muerte cuando tu voz obtusa y grave no fue en mis oídos; tu boca oscura se deshizo en las sombras y el óxido de este corto tiempo con frutas ofrecidas al voleo expiró en el nauseabundo pantano que conserva el latido de los sueños muertos. Soy vida muriente sangre detenida la erótica sensación de caminar un camino sin rumbo. Vuelvo la mirada al sol, sólo para sentir que me lacera el alma para volver a ser aquella que fui: una estrella solitaria en el caótico cielo gris. Octubre 2009
Antología Poética – Volumen II // 341
REFLEXIONES XI Pasó la niñez inocente. Pasaron los sueños. Pasó el amor y pasó el dolor. Volvió el amor, volvió el dolor y pasó la vida… Una rebelión interior fue creciendo poco a poco traspasó la barrera del cuerpo y ascendió hasta el límite donde ya el sol es insoportable para la fragilidad humana. Me quemé, ardí, sufrí… y me apagué. Mañana es el día. El amor crecerá nuevamente o morirá en el intento. La fe se consolida en el éxtasis extremo del dolor cuando no hay espacio para nada más.
342 // Etel Carpi
Vislumbré una formidable catarata de luz y me sumergí en ella sin pensar que caía en un remolino voraz desde donde no podría salir. No importa. Igual pasaron los sueños en la lucha que no cesará hasta el final del ciclo. Y volverá a recomenzar. Porque cuando una vida se extingue nace otra, cuando un sueño termina crece otro, así como nuestro planeta se extinguirá al mismo tiempo que en el universo otros miles surgirán. Octubre 2010
Antología Poética – Volumen II // 343
POEMA DESPEDIDA en Calamuchita.
Soy un musgo solo atrapado a la roca que perpetúa su presencia al costado del agua. Suena fuerte hoy el río. Sobre mi cabeza caen las hojas amarillas de los paraísos que desprende la brisa fresca del amanecer. Paisaje de luz que me vio renacer de las cenizas donde se quemaron uno a uno todos mis sueños. Acolchadas nubes de tormenta caminan siguiéndole el paso al río. Atesoro los minutos para que no pasen. No quiero partir a mi lugar de siempre. Quiero permanecer inmóvil observando la danza del agua que la montaña entrega desde sus graníticas entrañas para el relajo del alma. Quizás nunca volveré aquí porque otros paisajes me esperan para nutrir los sueños futuros.
344 // Etel Carpi
Otra etapa de mi lucha termina. Otra etapa de mi lucha comienza. Hoy como ayer como será siempre aunque diga nunca más. 26/3/2011
Antología Poética – Volumen II // 345
PALETA DE PINTOR en el campo.
Caduca el tiempo del gozo bajo un sol sublime de agosto …en el campo. Me pierdo con el sonido de los pájaros y una brisa fresca adormece los espacios de la inspiración. Encuentro sosiego mientras el cielo celeste abraza la paz de la luz cayendo en mi cuerpo mientras un concierto de voces aladas despliega el encanto de sus tonos mimándome los sentidos. Es una forma de hacer el amor con la vida en armónica simbiosis con el entorno sublime. Entonces los sueños crecen y la realidad es ensueño en un todo completo de calma, luz y color. Y aquel poema olvidado se recrea en el mismo instante en que la luz estalla sobre mi ser. 14/8/2011
346 // Etel Carpi
POEMAS DE AMOR I ¡Oh la dulce madera olorosa del invierno! Siembra de silencios en el campo bordado en luz. Enamora la paz de esta mañana silvestre que aviva la llama del amor. Tu amor que arde en mi piel esperando el momento de explotar en tus ojos cuando vuelvas (con tu voz azul) hasta mi soledad. Tu río de amor caerá en la luna perdida de mi naturaleza pura… y piel a piel honraremos la luz tenue del invierno donde vuelvo a ser libre en el campo de mi niñez. Otro sueño cumplido retoza en el aroma de tu piel, y renace (ahora), que estoy en el mismo lugar donde tus besos fueron mi verdad. Espero… mientras… el invierno sublima los espacios reservados al amor. 14/8/2011
Antología Poética – Volumen II // 347
VENDRÁS Vendrás ahora que la fruta madura de los besos espera estallar en sabor cuando la muerdas. Tengo el alma preparada para el gozo infinito de sentir sin tomarme licencia para hacerlo. Me estimulan los recuerdos de tus besos en mi piel y tu voz en el silencio. Espero el aperitivo de tu presencia justo en el instante soñado de cada uno de mis sueños de amor. 16/8/2011
348 // Etel Carpi
SIN TÍTULO Asomo al abismo más profundo y luego salto… alto, muy alto, hasta la cumbre perpetua desde donde ofrezco a los Dioses un rito de amor. Tú me sigues y te esfuerzas, para unirnos una vez más, para separarnos una vez más, atrapamos el momento desesperadamente…
Antología Poética – Volumen II // 349
COSECHA Falta poco para enlazar mi alma y aquietar el fuego que rebalsa los límites del cuerpo. Depositarás una rosa en la cornisa difusa de los sueños y me gustará sentir su perfume cuando invada mis dominios. Indaga el cielo que me envuelve. Hazlo hasta encontrarme. Arranca una a una las malezas y cosecha el trigo de mis campos. Vacía todos los ríos (y con su agua) apaga el fuego que devora mis entrañas. Me gusta cuando callas solo una mirada que bajo tu amparo se purificará la sangre. 18/8/2011
350 // Etel Carpi
RUEGO Puedes quererme ahora o más adelante. Ahora que soy un puma en acecho, o más adelante cuando la piel marchita se deshaga entre tus fuertes manos. Puedes quererme ahora, soy una presa fácil que tiembla al imaginar tus garras, ahora que mis pechos son como pétalos de luna dispuestos a tu boca. La noche espesa se devora las palabras y lamento decirte que el silencio es ese refugio tibio donde seguro me encontrarás. Sí… puedes quererme ahora o más adelante, en el próximo siglo en la próxima vida… pero si no me quieres ahora prometo mantener mi alma intacta para más adelante. 18/8/2011
Antología Poética – Volumen II // 351
NOSTALGIA DE AMOR Trago amargo regurgita el sol y el esfuerzo por mantenerlo se desvanece entre las llagas invisibles del alma inerte transita la mañana a la espera que ese algo que ahoga se destroce en mil pedazos estrellándose en la nostalgia de tu recuerdo búsqueda infructuosa de sueños buenos que sanen el cuerpo tú la lejanía del olvido deslizándose en mi piel que guarda el frío cósmico de los besos muertos
352 // Etel Carpi
tú yo la nada misma el deseo recurrente de sentir tus manos por los caminos escondidos de mi cuerpo y la bruma de tu boca cayendo por la ladera blanca de mis pechos pronto se desvanece el recuerdo ya no estás… queda sola la mañana… sola.. con sus silencios y este dolor punzante en el costado del recuerdo.
Antología Poética – Volumen II // 353
AMANTE PERFECTO Amante perfecto de los sueños tormentosos díscolo loco incendiando el aura luminosa vuelve a ser en mi interior explosión de orgasmos liberando calor con la energía de los besos no hay dolor en el instante supremo del amor completo luego la paz recorriendo el cuerpo un dulce dormir soñando que al despertar retornará el deseo por el amante perfecto. 4/9/2011
354 // Etel Carpi
CUAJO DE LUNA Cuajo de luna reaviva las ganas de morder la vida exprimir su jugo no dejarla pasar. Pronto será primavera, ese ciclo rutinario de volver, siempre, a empezar. Aúlla el alma, mitad del camino, un poco más de tristeza, puentes luces el silencio que espera allá… en el final. ¿Cuándo culmina este camino de ida para volver al punto inicial? 17/9/2011
Antología Poética – Volumen II // 355
MADRE Mi madre; su memoria, la ternura la angustia la espera inútil la casa cerrada todos los aromas del ayer colmado de plenitud, y estos días sin ella por siempre. Vuelvo (una vez más) al nido vacío donde crecí con poesía en el alma, música en el corazón, colores en los ojos. Fruto de un amor de otros tiempos. De mi madre el sacrificio del trabajar en la niñez, el tejer y destejer abrigos, los sabores de su comida, la dulce seguridad de transitar protegida por su presencia.
356 // Etel Carpi
De su casa mi casa la alegría del patio lleno de flores, los perfumes de la primavera (pájaros mariposas abejas) sembrar, cuidar, entre ronda de mates sol agua paz Ese silencio de las siestas de verano, la penumbra del cuarto donde soñaba mis días de constructora de versos. De su tiempo, la nostalgia. De mi tiempo la esperanza. Mi madre, ser libre que me enseñó la libertad de pensamiento, el valor de la palabra. 22/9/2011
Antología Poética – Volumen II // 357
AMOR FALLIDO Vuelvo al campo primavera verde lacerando el corazón partido. Acá tu voz vibra en el aire, en el canto de los pájaros, en el balar de los terneritos, los peces que dejaste en el estanque han crecido… la soledad me envuelve dulcemente, sé que nunca más tu presencia de amor será en este lugar tan mío que nunca pudo ser tuyo. Un duende misterioso ancló en mi tiempo un ángel fallido que acompañó mi luz para luego partir (relámpago, fugaz que instaló un espacio de tormenta en mi alma). Abren las nubes un rayo de sol se filtra alegre y me bendice. Ahora estoy segura: mi alma revive con un nuevo amanecer, lo que pasó tuvo que pasar, un aprendizaje para volver a comenzar. 6/11/2011
358 // Etel Carpi
OLVIDO I en Sierra de Los Padres.
Ni sol ni nubes algo implora en el silencio la llegada del olvido que es anterior a la llegada del verano. Ahora. Algo implora que tiene que ser ahora mientras fluye el pensamiento hacia el afuera agreste que traspasa los vidrios del gran ventanal y atrapa mis ocultos sentimientos. Hace frío. Estado perfecto para mi alma, es el espejo que me devuelve a la soledad y le da forma en el tiempo. Ahora. En el territorio de las pequeñas sierras, preámbulo del libro del mar, siento que el gran río del olvido viene en camino y antes de que acabe la primavera formará parte de mi destino. 12/10/2011
Antología Poética – Volumen II // 359
OLVIDO II Hoy soy lo que ya dejé de ser. Tú, me arrojaste a este espacio de luz donde veo pasar la tarde. Mientras: la llovizna, el viento, me ayudan a borrarte de futuros sueños. Hoy soy lo que ya dejé de ser. Una dulce poesía desprendida del cielo gris (plomizo) que observo… antes de hacer polvo la historia de tu amor, y enterrarla para siempre. Si otra mujer compartía tus días haré de tu traición poesía y mis versos imperfectos los entregaré a la vida antes de que el olvido diluya el eco de tu voz.
360 // Etel Carpi
MOMENTO en viaje por San Luis. Poema visual
Noche de paz. Silencio… Cigarras. Un gatito a mi alrededor. Voces lejanas de gente en las sierras que rodean este espacio de paz. Música lejana. Lucecitas titilantes en el valle y por las laderas. Pequeñita: la luna cuelga del cielo. Absorbo todo como una esponja. Para almacenar. Cobijar. Guardar. Luego pienso. Existo. Sueño. Gozo. Un soplo más de vida y una conclusión: volví a encontrar la fuente de la felicidad. 26/2/2012
Antología Poética – Volumen II // 361
OTRO MOMENTO Día espectacular. Cielo como un esmeril, celeste pleno. Brisa leve. Silencios… Hay paz abrazándome suenan los leños en la parrilla, abajo… preparando el fuego para cocinar. Yo estoy en mi refugio del alto, mesita redonda, de madera entre piedras y arbustos. Escribo, disfruto del silencio, la brisa me acaricia y los pájaros me arrullan. Llega una música lejana desde el valle, hay obreros trabajando. Mientras: la paz de las sierras es conmigo. 1/3/2012
362 // Etel Carpi
QUE NO ACABE Busco el alto mi lugar de paz la mesa de troncos los banquitos igual. Y esa agreste ternura que vive en lo natural. La luz primera alumbrando el cerro un golpeteo lejano rompe el silencio. Busco esa luz sin espacio ni tiempo. De a ratos se escuchan de los pájaros sus cantares. Los verdes árboles cobijan mis pesares en un marco dulce de idílico paisaje. No quiero que se pierda este instante supremo. No quiero que se escape de mis manos este sueño. Así cuando la vida entrega todos sus secretos.
Antología Poética – Volumen II // 363
No quiero que se acabe atesorarlo para siempre. Aunque el camino es más corto y más frágil mi temple he de permanecer muy sola bebiendo de ésta fuente. Admito que nunca formarás parte de mi vida. Hay un enigma en tu silencio que aborta todo intento de llegar a un acuerdo. No te esfuerces por escuchar mi voz. Solo podrás atesorar mi silencio. 2/3/2012
364 // Etel Carpi
REFLEXIÓN Fue un paso fugaz y casi abrí las puertas del paraíso. Pero perdí las llaves en el fango escuro y cenagoso donde mora la mentira, los celos y la envidia. Allí… donde mi alma pura nunca podrá entrar. 21/7/2012
Antología Poética – Volumen II // 365
RETAZOS DE DESPEDIDA en Santa Rosa del Conlara.
Partir no es despedida. Partir es un nuevo comienzo HAIKU Ruge el trueno, mi ser silvestre espera la fresca lluvia.
366 // Etel Carpi
SECRETO Podrás comprar un lugar pero nunca su silencio. Podrás comprar una estrella, pero nunca llegarás a ella. Para ser un ser de luz tienes que aspirar a serlo. Somos parte de natura debes convivir con ella. Podrás comprar el momento pero debes aprovecharlo. Podrás comprar una tumba pero tu alma igual partirá hacia un mundo ignoto que con la muerte conocerás. Por eso, no compres nada. El secreto, hoy, es disfrutar.
Antología Poética – Volumen II // 367
PAISAJE Prosa poética
Primer día del año. El número trece, mi número. El año nuevo debiera ser mi año. En el campo de mi niñez al amparo de la sombra protectora del añoso sauce llorón. La mesa rústica tendida con mantel rojo. El fuego ardiendo. Al costado la parrilla con el asado chirriando. Me embriago con el aroma a brazas. Escucho una música lejana, entre el canturreo de tantos pájaros. (teros, horneros, calandrias, chingolos, benteveos, palomas…) Un día perfecto en un planeta imperfecto. Destellos de sol de mediodía, entre nubes que vagan en el cielo para el poeta que derrama imaginario de amor, en un planeta andante en el infinito repleto de cuerpos danzantes. Mi amor de estos momentos me besa. Su risa me atrae. Sus ojos seducen el alma y va dejando una estela dulce en el derrotero por esta tierra. El día perfecto para un año que ha de ser perfecto. Pleno verano con un aire fresco invadiendo la austera belleza del verde campo. Día de primavera en verano.
368 // Etel Carpi
Día soñado por los poetas. El sojal reverdece espléndido. El maizal entrega sus espigas al sol. Los animales comen y caminan. Caminan y descansan en medio de la gloriosa inmensidad. Es un paisaje de amor que se brinda a la paleta del pintor que busca eternizar momentos. Otrora, el mismo campo. Una niña audaz corría las mariposas para cazarlas y luego dejarlas volar. Mi padre serio, mi madre alegre viviendo en el recuerdo… en este mismo lugar. Mi única hija ausente en un paisaje de cemento en medio de la gran ciudad pero tan presente en mi corazón. Y él: el amor de hoy acompañando el sublime momento de poder compartir esta inmensa soledad… tan amada soledad, mi dulce soledad… desde un paisaje donde los sueños son una evidente realidad. 1/1/2013
Antología Poética – Volumen II // 369
TU AMOR Derrama bendiciones sobre el desierto ardiente de su piel y deja paso a la valentía de amar sin timidez. Tu amor le devuelve la vida en el momento justo de vivir anhelando esas caricias que no fueron antes, allá lejos, soñando los besos que en su boca han de morir. Es tu amor el que la eleva más allá de las nubes en busca del sol. Ardiendo en su locura arremete y se arrebata en gemidos de pasión. Tu amor devora sus misterios y sin esfuerzo, penetra su alma una y otra vez. Vuelve para engendrar luciérnagas en su piel. Puede sentir el vuelo en el silencio de la aurora, como se adormece apacible, seductora, en los brazos fuertes de tu amor.
370 // Etel Carpi
Cada instante palpita tu llegada mientras colecciona suspiros que atraparás entre tus manos para liberarlos luego en la cresta más alta del placer. Porque… tu amor tiene la llave para abrir el candado que clausura el acceso a los secretos dulces de su emoción. 5/1/2013
Antología Poética – Volumen II // 371
AMANECE EN EL ATLÁNTICO Amanece y soy feliz solo Un atisbo de tristeza de mi antigua soledad. El mar. Sus campanas. Neruda en mi memoria. Alfonsina y su romance final con la sal. Lo miro, absorta Camino y busco su voz. Me atrae pero sigo caminando. Hermosos caracoles me distraen. La tentación es grande pero soy fuerte. Y seguiré en la tierra pero soy parte del mar Como todo ser vivo principio de todos los principios madre de la vida padre de la creación. Amanece con luces en el cielo que reflejan en la espuma colores y destellos. Del otro lado del Ande el ocaso muere en el Pacífico y pienso: en los habitantes de aquel país altivo que le robaron esa azul inmensidad.
372 // Etel Carpi
Claman en silencio su retorno al mar, mientras amanece en el Atlántico yo no dejo de soñar. Oigo los pájaros de la vida el despertar de esta soledad compartida con ellos con el sol con el mar con la luna que anoche la vi tan grande tan luminosa. Volverán los días junto al mar. Volverá el silencio de los días lejanos de aquel país que se quedó sin mar cuando podían disfrutar del ocaso para alimentarse de esa luz sublime que tiene la naturaleza a la orilla del mar. Bendición de Dios. Fuente de vida inicio de la creación. Desde aquí: frente al Atlántico, elevo esta plegaria de solidaridad y amor. 2013, para Bolivia.
Antología Poética – Volumen II // 373
RECUERDOS DE TU INFANCIA para mi hija, antes de sus 18 años.
Recuerdos de tu infancia invadida con el perfume de las rosas y los jazmines. Las rosas rojas y rosadas de nuestra casa pueblerina que emanaban un aroma envolvente y penetrante. Los jazmines de la casa de tu abuela que robábamos a la planta para aromar los rincones de la casita nueva donde nacieron sueños de vida mientras crecías cobijadas por el amor. Tu infancia de inquieta locura en el arte de pintar invadiendo de colores, todos los momentos. El caballo blanco que con miedo montabas en esas maravillosas incursiones por el campo a cielo abierto. Los cachorritos que nacieron en esa soledad y que amorosamente alimentabas. Quizás allí comenzó todo. Cuando regreso al pasado te veo alegre creciendo a mi lado en medio de la naturaleza misteriosa de los sueños. Creciste entre la pureza de silentes siestas pueblerinas de verano. Maduraste en medio de un inmenso jardín cubierto de flores coloridas. Tus ilusiones hoy van cambiando el color y el aroma de esos dulces jardines.
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Es el amor que golpea la puerta de tu corazón y te llama a ser mujer, como un misterio agazapado que espera abrirse paso en la calle de tus sueños. Soy el centinela de esos sueños. El faro guía hacia tu destino de ser mujer. El ritual del tiempo marcará el momento de tu libertad para volar más allá de la seguridad que encuentras en esos jardines de tu infancia. Yo, desde un costado, miraré tu paso audaz y firme por el cielo azul donde la vida se mimetiza con la inmensidad desmesurada del cosmos. Tú, caminarás tu propio camino. Y yo seguiré siendo esa protectora sombra que se extiende acogedora sobre la calle de tus sueños. 20/1/13
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AGRADECIMIENTOS Es mi deseo agradecer a todos quienes, en distintas etapas de mi vida, contribuyeron y contribuyen aún hoy, en facilitarme el espacio y ese “silencio” necesario para la creación poética; y a quienes aportaron la logística, la sabiduría, el amor incondicional, la inspiración, la enseñanza y todo lo que me permitió desarrollarme y crecer en estos 50 años dedicados a la poesía, como una parte fundamental de todo el arte y de la naturaleza como fuente permanente de inspiración. Al amor, al desamor, al dolor y a la alegría, lo lindo, lo feo, lo malo y lo bueno. A mi hija Rocío Anahí por su amor. A Bautista y Virginia (mis padres), por su ejemplo de vida, son mi guía desde donde están. A mis colegas de la S.E.G.V. (hoy SADE filial LOS TOLDOS) por su apoyo, acompañamiento y aprendizaje compartido, en los últimos 11 años. A Juan Alfredo, por los momentos vividos. A Tito, por sus años de entrega genuina y dedicación para facilitarme los tiempos dedicados al arte y la naturaleza, (mis pasiones). A Carlos y Alicia, por acompañar y compartir mis vivencias poéticas con la naturaleza. A Ediciones de Las Tres Lagunas por sus 20 años de apoyo constante en la edición de mis libros.
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ÍNDICE A MANERA DE PREÁMBULO .................................... 9 AUTOPRÓLOGO...................................................... 11 VERSOS A LA NATURALEZA .................................... 13 VERSOS DE AMOR ................................................ 225 POESÍA INÉDITA ................................................... 321
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