Valores blandos en tiempos duros

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Colección Observatorio de los Valores

VALORES BLANDOS EN TIEMPOS DUROS La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores

Javier Elzo Àngel Castiñeira directores Pau Mas Teodor Mellén Carlos Obeso Ferran Sáez Lluís Sáez


La colección Observatorio de los Valores es una iniciativa de la Editorial Barcino y de la Fundació Lluís Carulla que cuenta con la colaboración académica de la Cátedra de Liderazgo y Gobernanza Democrática de ESADE Primera edición: julio de 2012 © De los textos: los autores. © De esta edición: Editorial Proteus c/ Rossinyol, 4 08445 Cànoves i Samalús www.editorialproteus.com Coordinación editorial Jordi Quer Traducción Guillem Usandizaga Diseño Jordi Casas Maquetación Ana Varela Impresión Romanyà Valls Depósito legal: B. 24355-2012 ISBN: 978-84-15549-61-1 BIC: JHBC Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

4

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Índice

Àngel Castiñeira Introducción 9

1

Javier Elzo Una tipología de los catalanes de 2009 según sus sistemas de valores 13

Introducción 15 Los análisis factoriales previos 18 La construcción de los clústers 23 Presentación de los clústers 24 Algunos elementos de interpretación 52

2

Lluís Sáez Los valores en la institución familiar 59

La familia como valor 61 Valoración de la pluralidad de los vínculos familiares 64 Aspectos importantes para el buen funcionamento de la pareja 68 Evolución de las consideraciones sobre moral sexual, homosexualidad, divorcio, aborto y nuevas técnicas biogenéticas 75 La socialización familiar: evolución de los valores que deben transmitirse 81 Relaciones entre padres y madres e hijos/hijas: valoraciones sobre derechos y deberes 86 Conclusiones 88


3

Lluís Sáez Género y cambio de roles 97

5

Valores actitudinales hacia la familia y el trabajo, según el género 99 La transición de los roles femeninos de la centralidad doméstico-familiar a la bicentralidad trabajo-hogar en el imaginario social 104

Evolución global de los asociados y asociadas y del voluntariado (1990-2009) 165

La transición de los roles masculinos de la centralidad productiva al desideratum de bicentralidad trabajo-hogar en el imaginario social 109

Factores explicativos del fenómeno asociativo en Cataluña 173

Evolución de los distintos subtipos asociativos 167

El trabajo voluntario en las asociaciones 184 Importancia del factor ideológico en los subtipos asociativos 188

Relativización del potencial realizador de los hijos/hijas y crisis de identidad masculina 112 Familias gineparentales y modelo familiar preferido para la crianza de los hijos/hijas 114

Conclusiones 191

6

Liberalismo social y asunción del valor de la igualdad de roles de género 116

La desafección: ¿realidad empírica o tópico periodístico? 201 Tendencias consolidadas 204 Ideología política y mentalidad en Cataluña 208

Carlos Obeso El valor del trabajo 125

Políticas no convencionales e instituciones 219

Introducción: algunas preocupaciones axiológicas de las grandes empresas 127

Expectativas de futuro en la política catalana 227

El significado del valor trabajo 129 La centralidad relativa del trabajo 132 Una aproximación a la centralidad absoluta del trabajo 138 ¿Qué valoran los catalanes del trabajo? 140 El deber de trabajar y el trabajo como forjador del carácter 148 Libertad y autonomía en el trabajo 151 Apuntes finales 154 Conclusiones 159 6

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Ferran Sáez Política y valores 199

Nota previa 201

Conclusiones 118

4

Lluís Sáez Valores de participación social de los catalanes: asociacionismo y voluntariado 163

7

Ferran Sáez La identidad nacional como valor 231

Identidades nacionales y entidades geográficas 233 La identificación con Cataluña 235 La identificación nacional de los catalanes 239 Emociones asociadas a la identidad 246 Cataluña y la identidad europea 249


La identidad catalana y las últimas grandes olas migratorias 251 Lengua e identidad 252

8

Individualismo hedonista y mayor liberalismo social (transversal, pero polarizado) 316

La relación con España: autonomismo, federalismo, confederalismo e independencia 256

Familia plástica y relacional 320

El futuro de Cataluña: ¿quién puede decidir qué? 258

Declive del productivismo 325

Pau Mas Valores y actitudes de los catalanes ante la inmigración 263

Desafección a los políticos, pero no a la política 329

Introducción 265 Los catalanes ante la inmigración en la Encuesta Europea de Valores 268 Los inmigrantes como vecinos 270 ¿Hay demasiados inmigrantes en Cataluña? 275 La inmigración percibida como amenaza cultural 279 La competencia por unos recursos escasos 284 ¿Qué debería hacer el gobierno? 286

Igualdad de género y simetrización de roles 324 El ocio como valor y el asociacionismo clientelar 326

Crecimiento de la identidad nacional y de la radicalidad democrática 331 Actitudes de oclusión económica (pero no cultural) hacia la inmigración 333 Secularización creciente y nueva religiosidad desinstitucionalizada 335 Recapitulación: una sociedad personalizada 337 Bibliografía 347

Conclusiones 289

9

Teodor Mellén Religión y valores 291

Introducción 293 Descripción y análisis del fenómeno religioso 294 Religiosidad y práctica religiosa 297 Propuesta de tipología según la religiosidad 300 Las celebraciones religiosas 303 Las creencias religiosas personales 306 Conclusiones 311

10

Àngel Castiñeira, Javier Elzo, Lluís Sáez Conclusiones: valores blandos en tiempos duros 313

Anexos 353

Anexo 1. Tablas de la tipología del capítulo 1 355 Anexo 2. Informe metodológico 373 Anexo 3. Cuestionario 385



Àngel Castiñeira Introducción

La Encuesta Europea de Valores es una iniciativa promovida por el Grupo Europeo de Valores (European Values Study) que data de 1981, año en el que se diseñó una encuesta destinada a obtener datos sobre los valores de los europeos alrededor de la familia, el trabajo, la política, la religión y, en definitiva, los estilos de vida. La encuesta se hace mediante un cuestionario estandarizado (aunque admite preguntas específicas según el territorio) y permite una comparabilidad a gran escala de las sociedades europeas y de sus sistemas de valores. Reúne a todos los países que pertenecen a la Unión Europea, además de otros países del continente (en la última han participado 45), y también naciones sin estado, como Cataluña y el País Vasco. Las olas de la encuesta tienen lugar aproximadamente cada diez años. Así, la segunda se produjo alrededor de 1990, y la tercera, en el bienio 1999-2000 (no todos los países la hacen el mismo año). En 2008 se inició la cuarta ola. En Cataluña, la primera aplicación de la encuesta data de 1990, y sus resultados fueron objeto de una publi-


cación con el título de Els valors dels catalans, codirigida por Francisco Andrés Orizo y Maria-Àngels Roque, autores que también publicaron los resultados de la ola del 2000 (Els catalans a l’Enquesta Europea de Valors, Catalunya 2001), en ambos casos en el marco del Institut Català de la Mediterrània. La última ola, iniciada en 2008 y realizada en Cataluña en 2009, ha sido asumida por el Observatorio de los Valores de la Fundació Lluís Carulla y la Cátedra Liderazgo y Gobernanza Democrática de ESADE. El Observatorio de los Valores se constituyó en el año 2006 con unos objetivos centrados en diagnosticar la situación actual de los valores en Cataluña, detectar los puntos críticos de desacuerdo o de controversia, conocer los valores emergentes y las proyecciones de identificación axiológica, hacer una propuesta de valores en varios ámbitos de la esfera pública y apuntar estrategias para alcanzarlos. Desde el 2007, el Observatorio ha generado varios estudios sobre temáticas específicas de valores, con la intención de ofrecer una visión de conjunto sobre la situación de los valores en varios ámbitos en Cataluña (como la familia, el trabajo, la empresa, los medios de comunicación, el consumo, etc.). Al añadir ahora a los estudios específicos un estudio global de valores como es la Encuesta, el Observatorio hace un salto cualitativo que le permite disponer de fuentes primarias nuevas y originales, obtener una matriz de datos suficientemente extensa para hacer estudios sectoriales y de conjunto, actualizar y renovar parte de las diagnosis elaboradas en los estudios específicos, explotar en el futuro los datos de la Encuesta e incorporarse a la red europea de investigación sobre valores. Para llevar a cabo la Encuesta, se formó un grupo codirigido por Javier Elzo, catedrático emérito de la Universidad de Deusto, y, en Cataluña, por Àngel Castiñeira, director académico de la Cátedra LiderazgoS y Gobernanza Democrática de ESADE, con el apoyo de la Fundació Lluís Carulla. La tarea de coordinación se ha hecho con la ayuda de un equipo interdisciplinar de investigadores que han

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Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


explotado y desarrollado de modo específico varios ámbitos de valores incluidos en el conjunto de preguntas de la Encuesta. El trabajo de campo se encargó a la empresa TIME Consultants y tuvo lugar durante los meses de mayo y junio de 2009. La medida muestral ha sido de 1.200 personas, con un nivel de confianza del 95, 5% y un error muestral máximo de ±2,89%, bajo la condición de varianza más desfavorable (p=q=0,5). El cuestionario de 2009 contenía, además de las preguntas estandarizadas con el objetivo de mantener intacto el potencial de comparabilidad temporal y territorial, algunas preguntas específicas que apuntaban a aspectos relevantes de la realidad social catalana. Los resultados de la Encuesta han sido ricos y muy útiles para redimensionar el potencial de análisis de la sociedad catalana y captar su evolución en el cambio de valores, tal como se podrá ver en el contenido de esta publicación. Sin embargo, en el Observatorio de Valores consideramos que en momentos de crisis uno no puede quedarse únicamente en la fase de diagnosis, sino que la diagnosis de una sociedad tiene que ser el punto de partida para favorecer e impulsar la construcción de un proyecto de país. En este sentido, creemos que los datos de 2009 aquí presentados y analizados constituyen un fundamento sólido de cara a encontrar las líneas maestras que permitan construir el mencionado –e imprescindible– proyecto de país y de futuro.

Introducción 11



Javier Elzo Una tipologĂ­a de los catalanes de 2009 segĂşn sus sistemas de valores

1



Introducción Solemos recordar que una tipología es un intento de distinguir en un universo concreto una serie de grupos lo más heterogéneos entre sí al par que, internamente, lo más homogéneos posible. Técnicamente diríamos que tratamos de construir grupos con gran varianza intergrupal y escasa intragrupal. El objetivo del ensayo es muy claro: diferenciar, dentro de un único universo, grupos diversos a tenor de una serie de características (comportamientos, actitudes y, en nuestro caso, principalmente, valores) sobre las que se desea investigar. De ahí que sobre un mismo universo quepan tantas tipologías cuantas quiera el investigador (y se lo permitan los datos recolectados). Es pues preciso tener muy en cuenta que la tipología que se presenta a continuación es una de las tipologías posibles de la sociedad catalana de 2009 realizada en el marco de esta investigación y con las preguntas del cuestionario utilizado. Podemos construir tipologías en base a los condicionantes sociodemográficos básicos seleccionados entre la edad, el género, el hábitat (rural o urbano, ciudades grandes, medianas o pequeñas), el estatus ocupacional (trabaja, está en paro o estudia), clase social, nivel de estudios, origen geográfico, etc. La hipótesis subyacente vendría a decir que las situaciones "materiales" son


las que informan (condicionan o determinan) opciones "inmateriales". Esto es, los comportamientos y actitudes de las personas vendrían condicionados (o determinados) por factores objetivos tales como la edad, sexo, lugar de nacimiento, etc. Sin embargo, aun sin negar la pertinencia de semejante abordaje del análisis de la realidad social, hemos optado por privilegiar en la elaboración de la tipología los factores nómicos, sus sistemas de valores, aunque una vez elaborados los tipos, hayamos analizado, entre otras variables, también el perfil sociodemográfico de los mismos. De hecho, una vez la tipología elaborada, para la redacción del perfil de los componentes de cada clúster, hemos tenido en cuenta la totalidad de las variables que conformaban el cuestionario del presente estudio. La razón de la opción retenida tiene un calado teórico importante. Sostenemos, desde el inicio de nuestros trabajos sobre los valores de una población determinada, la hipótesis subyacente de que en la constitución y formación de los valores, tanto individuales como colectivos, los factores sociodemográficos, aun siendo importantes no son determinantes, salvo en casos extremos (de pobreza y enfermedad extremas o situaciones de inmigración graves, por ejemplo) por tener los valores su espesura propia y, en todo caso, su propia dinámica que va más allá de los condicionantes materiales, aún sin olvidarlos totalmente. De los arriba mentados, la edad y el género, por este orden, nos parecen los más importantes. Ahora bien, siguiendo este razonamiento hubiéramos podido elaborar la tipología basándonos en actitudes y preferencias de marcado signo valorativo; por ejemplo, las opciones políticas (en la dimensión de izquierdas/derechas o en los niveles de catalanidad vs españolismo) y las religiosas. Sabemos, en efecto, por infinidad de estudios, que los factores religiosos y políticos, como variables independientes, son de las más potentes, de las más discriminantes. Sin embargo nos parecen excesivamente inmediatistas y primarias y, muy posiblemente, hubiéramos llegados a tipologías obvias y relativamente estereotipadas del tipo “los ateos son así”, “los católicos de este modo”, “los de izquierdas tienen este perfil”, “los de derecha aquel otro”. No negamos que el intento sea baldío (de hecho en estos estudios, también en el presente, analizamos estos puntos) pero no es tan fácil como parece definir el concepto de “persona joven de izquierdas”, menos aún el de “joven católico”. De ahí que nuestro análisis parta de una base nómica, de los valores de las personas, pero con análisis secundarios, mediante preguntas indirectas.

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Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


Tras reflexionar y discutir en el equipo investigador hemos optado por reproducir el mismo esquema, con las mismas variables, que ya utilizáramos en la encuesta europea de valores de 2008 en su aplicación a España (Elzo & Silvestre, 2010), pero con algunas variantes propias de Catalunya, aún permitiendo la comparación. Hemos trabajado con tres cuestiones clave del cuestionario europeo de valores. En primer lugar, la importancia que se concede a una serie de valores finalistas en la vida (familia, trabajo, tiempo libre, amigos, política y religión), histórica primera pregunta de la Encuesta Europea de Valores desde sus inicios en el año 1981. Las otras dos cuestiones o ámbitos de estudio retenidos para construir el clúster conforman también dos cuestiones que llevan acompañando las encuestas de valores desde el año 1981 y han sido utilizados centenares de veces en la multitud de estudios que esta investigación ha generado (45 países en la ola de 2008), en sus particularidades estatales, regionales o sectoriales, de número prácticamente ilimitado. Nos referimos, por un lado, a la confianza que los ciudadanos conceden a una larga serie de instituciones y entidades (28 en el estudio catalán: todas las retenidas en el estudio europeo más algunas específicas de Catalunya que pueden consultarse en la pregunta 63 del cuestionario), y, del otro, al nivel de justificación de otra larga serie de comportamientos propuestos (21 en concreto en el estudio catalán: todos los de la base común europea más algunos añadidos, que se pueden cotejar en la pregunta 68 del cuestionario). En resumen, hemos trabajado con 55 informaciones diferentes de tres ámbitos distintos, a la hora de construir el clúster de valores de los catalanes de 2009. Como se puede constatar, las tres preguntas se refieren a cuestiones nómicas, a sistemas de valores, entendiendo el término valor en la doble acepción con la que es utilizado en sociología, que recordamos brevemente. En efecto, en una primera aproximación cabe decir que en los ámbitos de la sociología empírica se entiende por valores las definiciones de lo bueno y de lo malo, de lo aceptable y de lo rechazable, de lo admitido y de lo prohibido, de lo que hay que hacer y de lo que hay que evitar. Esta definición puede parecer a primera vista muy abstracta, pero deja inmediatamente de serlo cuanto nos damos cuenta de que esas definiciones de lo bueno y de lo malo se incorporan al contenido de las actitudes individuales y las ponemos de manifiesto en nuestra conducta externa cuando interactuamos con los demás miembros de la sociedad a la que pertenecemos. Por otra parte, el término valor cabe entenderlo, también, como un criterio de acción social al cual uno se adhiere de forma más emocional que meramente racional (lo que no quiere

Una tipología de los catalanes de 2009 según sus sistemas de valores 17


decir, en absoluto, que se trate de algo irracional), y que no es puesto en duda a corto plazo. Ambas acepciones del término valor están recogidas en las cuestiones adoptadas para la elaboración de la presente tipología. La primera acepción de valor aparece clara y directamente en la primera cuestión retenida: la primera pregunta del cuestionario, donde preguntamos sobre la importancia que conceden, en sus vidas, a seis cuestiones básicas. La segunda acepción de valor (es decir, el valor como criterio de acción social), se corresponde plenamente con las otras dos preguntas del cuestionario seleccionadas: la que mide los niveles de justificación a 21 comportamientos diferentes de la vida y la que controla la confianza que se otorga a 28 instituciones o entidades diversas.

1 Hay otras formas de proceder, como crear un factorial único y construir el clúster con los factores resultantes. También podemos construirlo directamente con los resultados, en este caso, de los 55 ítems, de las 55 informaciones retenidas. Hemos trabajado con todas las posibilidades y hemos optado por la solución que aquí presentamos, pues nos permite una presentación de la realidad social catalana de 2009 abarcable, comprensible y sin demasiados tipos, a la par que muy completa. Nótese que, por ejemplo, para la pregunta 68 (nivel de justificación de 21 comportamientos concretos), trabajamos con datos de 1.200 personas que tenían 10 posibilidades de respuesta para cada uno de los 21 comportamientos propuestos, lo que nos da la suma de 252.000 informaciones posibles para esa única pregunta. De ahí la importancia del análisis factorial que agrupa las respuestas por afinidad (menor desviación estándar).

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Procederemos, en la presentación, por etapas sucesivas. En primer lugar ofrecemos los resultados de los análisis factoriales para clarificar la lectura de los cuadros que hemos elaborado con las características mayores de los componentes de cada tipo, en su constitución. A continuación, nos detendremos en la construcción de la tipología propiamente dicha, que dará paso al perfil sociológico de sus componentes. Para ello hemos cruzado los clústers o tipos resultantes con las informaciones que hemos obtenido de la totalidad de respuestas de las 1.200 entrevistas completas. No trasladamos al texto la totalidad de estas informaciones porque sería excesivo, pero hemos construido, con ellas, un número que estimamos suficiente de tablas de fácil lectura, con la voluntad de que fueran sociológicamente relevantes y estadísticamente discriminantes. Las adjuntamos en el Anexo 1. Finalmente, concluiremos con un resumen de los tipos resultantes y algún elemento de interpretación global de los resultados habidos.

Los análisis factoriales previos Un procedimiento habitualmente seguido para la elaboración de una tipología, una vez determinados los ámbitos y los ítems con los que se va a construir, consiste en factorizar cada uno de los ámbitos, tres en nuestro caso, y con los factores resultantes de cada análisis factorial proceder a elaborar el clúster. 1 El análisis factorial de las prioridades vitales de los catalanes agrupa sus respuestas (explicando el 63,2 % de su dispersión o varianza) en tres factores:

Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


1. Quienes priorizan en sus vidas (siempre respecto de la media poblacional, no se olvide) el tiempo libre y los amigos. 2. Quienes destacan por la importancia que conceden al trabajo y a la familia. 3. Quienes sobresalen al otorgar mayor peso en su vida a la política y a la religión. Lo mostramos en el cuadro adjunto. Análisis factorial de las prioridades vitales. Explica el 63,2 % de la varianza 1) Tiempo libre y amigos

Tiempo libre y de ocio

.814

Amigos y conocidos

.764

2) Familia y trabajo

Familia

.743

Trabajo

.733

Política Religión

3) Política y religión

.775 - .353

.670

El segundo análisis factorial agrupa las respuestas que han dado los catalanes a la pregunta sobre su confianza en las instituciones. El ordenador, en siete factores, agrupa las respuestas de los catalanes, abarcando el 63,5 % de las diversas respuestas. Lo presentamos, en detalle, en el cuadro adjunto.

Una tipología de los catalanes de 2009 según sus sistemas de valores 19


Generalitat de Cataluña

.767

Gobierno de España

.725

Em pr es as

As oc ia ci on es

M CS

Or in gan te rn ism ac o io s na le s Pr so ote ci cc al ió n

Go be rn an za Co so ntr ci ol al

AFCP Confianza en instituciones (ODEC). Explica el 63,5 % de la varianza

Congreso de los Diputados .712

20

Partidos políticos

.694

Parlamento de Cataluña

.692

Administración pública. Funcionarios

.518

Sistema educativo

.535

Ayuntamiento

.490

Sindicatos

.442

Policía

.869

Guardia urbana

.831

Mossos d’esquadra

.803

Fuerzas armadas

.510

La Iglesia

.458

OTAN

.863

ONU

.850

Unión Europea

.649

Sanidad

.838

Seguridad social

.791

Justicia

.562

Prensa

.865

Medios de comunicación audiovisual

.839

ONGs

.767

Mundo asociativo

.738

Organismos medioambientales

.662

Pymes

.784

Grandes empresas

.745

Bancos y cajas de ahorro

.461

Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


En fin, el tercer factorial agrupa las respuestas que dieron los catalanes en la pregunta 68 del cuestionario, referida a la justificación de una lista de comportamientos concretos. Dando cuenta del 56,2% de la dispersión de las diferentes respuestas, el ordenador las agrupa en cuatro grandes factores que se pueden consultar en el cuadro adjunto. Análisis factorial de justificación de comportamientos. Explica el 56,2 % de la varianza (ODEC) Moral privada

Ventajismo

Divorcio

.857

Aborto

.811

Homosexualidad

.800

Eutanasia

.795

Inseminación artificial

.655

Relación sexual esporádica

.542

.416

Suicidio

.533

.370

Engañar en el pago de impuestos

.723

Aceptar un soborno

.677

Tomar hachís

.673

Mentir en interés propio

.659

Reclamar beneficios indebidos al Estado

.635

Tener una aventura extramatrimonial

.610

Coger el coche a un desconocido

.607

Viajar sin pagar en transporte público

.596

Pagar en negro

.545

Experimentos científicos

Manipulación genética de los alimentos

.837

Experimentos científicos con embriones humanos

.660

Tortura. Pena de muerte

Pena de muerte

.838

Torturar a un detenido

.775

Con el conjunto de los tres análisis factoriales arriba presentados hemos construido un cuadro (que confiamos sea suficientemente claro y explícito) para resumir los catorce factores con los que vamos a construir finalmente el clúster.

Una tipología de los catalanes de 2009 según sus sistemas de valores 21


Cuadro de resumen de los factores resultantes de los tres análisis factoriales de componentes principales para la construcción del clúster Orden del factor

1

Q1, F1*

2

Q1, F2

Prioridades vitales, más que los demás tipos

Ocio, tiempo libre y amigos.

3

Q1, F3

4

Q63, F1

Destaca en la confianza en las siguientes instituciones

Gobernanza: Gobierno de la Generalitat, Gobierno de España, Congreso de los Diputados, partidos políticos, Parlament, Administración pública, ayuntamientos.

5

Q63, F2

6

Q63, F3

Organismos internacionales: OTAN, ONU, UE.

7

Q63, F4

Protección social: sanidad, seguridad social, justicia.

8

Q63, F5

Medios de comunicación: prensa, audiovisuales.

9

Q63, F6

Mundo asociativo: ONGs, asociaciones, organismos medioambientales.

10

Q63, F7

Empresas: grandes, pequeñas y medianas empresas, cajas de ahorro.

11

Q68, F1

12

Q68, F2

13

Q68, F3

Experimentación científica: manipulación genética de alimentos, experimentos científicos con embriones humanos.

14

Q68, F4

Pena de muerte, tortura de un detenido.

Justifica en mayor grado que los demás tipos los siguientes comportamientos

Familia y trabajo. Política y religión.

Control social: policía, Guardia urbana, Mossos d’esquadra, Iglesia (católica).

Moral de proximidad: divorcio, aborto, homosexualidad, eutanasia, inseminación artificial, relación sexual esporádica, suicidio. Ventajismo económico: engañar en los impuestos, aceptar un soborno, reclamar injustamente al Estado, no pagar el transporte público, pagar en negro. Otras actividades transgresoras: tomar hachís, mentir en interés propio, tener una aventura fuera del matrimonio, coger el coche de un desconocido.

*“Q1, F1” significa el factor 1 de la pregunta 1. Así en todos los demás factores.

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Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


La construcción de los clústers Como hemos indicado más arriba, para la elaboración del clúster nos hemos servido de los factores resultantes de los tres análisis factoriales sometidos a los tres ámbitos en torno a los cuales clasificamos en tipologías a la sociedad catalana. En la tabla resumen hemos trasladado el conjunto de los factores con los que el ordenador trabajará para ofrecernos diferentes soluciones de tipologías. Hemos numerado los factores, pues nos serviremos de ellos en el apartado siguiente a la hora de presentar, en detalle, cada uno de los clústers resultantes. El proceso teórico para la construcción de la tipología es muy simple, aunque extremadamente laborioso, ya que solamente la rapidez calculadora de los ordenadores modernos permite llevarlo a término. El objetivo final ya lo hemos señalado en la introducción: lograr diferenciar el conjunto de catalanes en un número no muy elevado de grupos a tenor de las respuestas dadas a 55 informaciones diferentes resumidas en 13 ejes o factores. El principio básico es también muy simple: que los grupos sean internamente lo más homogéneos posible (esto es, mínima varianza intragrupal, mínima dispersión interna) a la par que, considerados entre sí, sean lo más diferentes posible (esto es, máxima varianza intergrupal), de tal suerte que las personas que compongan cada grupo sean lo más similares entre si y lo más diferentes de las personas que compongan los demás grupos. Similares y diferentes, obviamente, en atención a las variables retenidas para la constitución de la tipología, las respuestas que nos han dado a las 55 informaciones retenidas del cuestionario. El ordenador procede, en resumen, a tantear todas las agrupaciones posibles desde 1 clúster (el conjunto de las 1.200 personas de la muestra) hasta 1.200 clústers (esto es, cada persona es un clúster). En realidad, el investigador solicita al ordenador que le entregue un número razonable de propuestas. En nuestro caso, le pedimos que nos diera soluciones en tres, cuatro, cinco y seis grupos (también denominados tipos o clústers). El equipo investigador, tras lectura de las soluciones propuestas, opta por una de ellas según dos criterios definitorios principales: la coherencia interna de cada grupo y que el número de miembros en cada uno no sea excesivamente reducido, de tal suerte que los parámetros de seguridad estadística, en cada clúster, sean suficientes. Con estos presupuestos, y teniendo en cuenta el ensayo tipológico que ya presentamos en el estudio de ámbito español, nos decidimos por la solución en cinco tipos que podemos leer en el cuadro adjunto.

Una tipología de los catalanes de 2009 según sus sistemas de valores 23


Una tipología de los catalanes de 2009 en atención a sus sistemas de valores Núm. en la muestra

%

Denominación

342

28,4

Neoconservador

130

10,8

Individualista egocéntrico

193

16,4

Individualista pragmático

294

24,4

Individualista cívico

20,0

Neomoderno

241 1.200

100

Llegados a este punto, adentrémonos ya en la presentación de cada uno de los cinco clústers de nuestra tipología.

Presentación de los clústers En la presentación del clúster procederemos, en un primer momento, a subrayar cuáles son los factores resultantes del análisis factorial de componentes principales que hemos presentado en el punto anterior y que determinan, configurándolo, el clúster correspondiente. Mostramos en el cuerpo del texto el cuadro detallado del peso de cada factor en la configuración de cada clúster. A continuación nos detendremos en el posicionamiento de los miembros de cada grupo en una muy amplia selección de cuestiones que atraviesan en su totalidad el cuestionario, para lo que hemos construido siete tablas con la segmentación de las respuestas de los componentes en los siguientes apartados: datos sociodemográficos básicos, dimensión vital y actitudes ante el trabajo, dimensión religiosa, dimensión familiar, dimensión política, posicionamientos ante la catalanidad y, por último, dimensión solidaria en general y actitud ante los inmigrantes en particular. El conjunto de estas siete macrotablas se puede consultar en el anexo.

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Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


Clúster núm. 1. 28,4% de la población. “Neoconservadores” En el cuadro de la página 27 hemos transcrito los factores principales que han servido para la constitución del clúster y que, obviamente, lo configuran. La primera nota a subrayar es que nos encontramos ante un colectivo importante en número –el más numeroso de los cinco que conforman nuestra tipología, pues agrupa al 28,4% de la población total catalana con 18 o más años de edad– que destaca sobremanera respecto del conjunto poblacional en el rechazo al aborto, a la eutanasia, a la homosexualidad, etc. Son las personas que más lejos se sienten de la moral dominante en nuestra sociedad respecto de la vida privada o de proximidad. El segundo rasgo configurador del colectivo nos muestra a las personas que manifiestan la más alta confianza hacia la Iglesia católica, las fuerzas armadas, la policía y los mossos d’esquadra. Por el contrario, y en un registro diferente, son quienes menos importancia conceden en sus vidas al ocio y al tiempo libre y, menos que la media poblacional, a los amigos y conocidos. En estos aspectos, se encuentran en las antípodas de los componentes del clúster 5, con los cuales sin embargo, lo adelantamos ya, presentan, en cuestiones centrales de gran relevancia sociopolítica, actitudes y valores similares, aun desde parámetros de preferencia política divergentes. No extrañará que añadamos, a tenor de lo que leemos en el cuadro de resumen de los factores que configuran este clúster, que sus componentes son las personas para quienes, con gran diferencia, la religión es importante en sus vidas. Añadamos que también lo es la dimensión política, más que en los restantes colectivos, exceptuando a los componentes del clúster 5 (cuyos miembros destacan sobre todos los demás por su mayor interés en la dimensión política y, esta vez detrás de los componentes de clúster 1, religiosa). No ha de sorprendernos esta relación cuando en el análisis factorial que arriba hemos mostrado el mayor interés por la dimensión política y la religiosa conformaba un factor (a diferencia de lo que sucedía en el análisis factorial de la misma pregunta en el estudio español, cuestión más que interesante, pero en la que aquí no podemos entrar). Entre los aspectos que son importantes en su vida, y por los que destacan sobre el conjunto poblacional, además de la religión y la política (por este

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orden) encontramos la familia y el trabajo (también por este orden). Confían algo más que los demás en el Parlamento de Cataluña, el Congreso de los Diputados, los Gobiernos de Cataluña y de España, la Administración pública, el Ayuntamiento, etc. En general, en los órganos e instituciones de la gobernanza. El último aspecto configurador del clúster, ya con menos peso que los demás, pero no por ello irrelevante en absoluto, es que los individuos que lo conforman rechazan en mayor grado que la media de la población catalana pagar en dinero negro, engañar en el pago de impuestos, viajar en un transporte público sin pagar, etc. En consecuencia, estamos ante un amplio colectivo de catalanes que destaca sobre los demás por mantener unos valores tradicionales, conservadores y comunitaristas, en el sentido de manifestar unos valores que eran dominantes en generaciones anteriores (una moral privada más restrictiva, la confianza en los órganos de control social, la importancia sobresaliente de la familia y el trabajo en detrimento del ocio y el tiempo libre) así como una valoración más alta de la religión y, aunque en notorio menor grado, también de la política. Mantienen también una moral cívica importante ante el ventajismo de signo económico, rechazando las prebendas obtenidas indebidamente de la administración. En fin, confían en las instancias de la gobernanza política claramente más que la media poblacional. Tradicionales sí, más cívicos e implicados en la cosa pública, también.

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Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


Valores que han construido el clúster 1 y que lo configuran. “Neoconservadores”. 28,4 % de la población. Núm. de factor

Desviación del punto (.00), valor medio de la población

Especificación de cada sistema de valores

11

-1.000

Destaca sobremanera en el rechazo al aborto, eutanasia, homosexualidad, etc.

5

+ .701

Máxima confianza en la Iglesia, las fueras armadas, la policía, los mossos d’esquadra, etc.

1

- .642

Son los encuestados que menos importancia conceden en su vida al ocio y al tiempo libre y, menos que la media, a los amigos y conocidos.

3

+ .572

Son aquellos para quienes, con diferencia, la religión es más importante en sus vidas y siguen la política más que la mayoría.

2

+ .426

Valoran la familia y el trabajo algo más que la media poblacional.

4

+ .330

Confían algo más que los demás en el Parlament, el Congreso de los Diputados, los Gobiernos de Cataluña y de España, la Administración pública, el Ayuntamiento, etc.

12

- .247

Rechazan en mayor grado que la media pagar en dinero negro, engañar en el pago de impuestos, viajar sin pagar en un transporte público, etc.

Dos datos sociodemográficos básicos hay que resaltar en este colectivo, el más numeroso de nuestra tipología: es el de mayor edad media (el 56% tiene más de 55 años, siendo esta cifra del 33% en el conjunto poblacional) y son los que en menor proporción han nacido en Cataluña (el 52%, siendo esta cifra del 67% en la población total). Luego, sobrerrepresentación de gente mayor e inmigrante. Pero, lo adelanto, no se concluya demasiado rápidamente que estamos ante un colectivo desapegado del quehacer social de Catalunya, pues será estrictamente lo contrario lo que los datos nos revelarán: que entre ellos hay personas de más de 60 años con fuerte relevancia política e inmigrantes bien integrados en la res publica. No extrañará que sea en este colectivo donde hallemos la máxima presencia de viudos y viudas, de retirados y pensionistas y de personas que no han pasado de los estudios primarios. Su nivel de confianza en la gente sigue la media poblacional, quizás con una ligera inclinación hacia el polo de la desconfianza, fruto seguramente de la

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edad. Pero el factor edad no es suficiente para explicar sus sistemas de valores hacia el trabajo. Obviamente, están menos satisfechos que los demás de encontrarse ya saliendo o salidos del circuito laboral (mucha gente no echa de menos el trabajo hasta que se enfrenta a la jubilación), pero entienden en notorio mayor grado que los demás que “es humillante recibir dinero sin trabajar por ello”, que “el trabajo es un deber para con la sociedad” y que “el trabajo es lo primero, aunque ello suponga menos tiempo libre”. No es, en consecuencia, el modelo utilitarista del trabajo el que prima en este colectivo, que además mantiene, en notorio mayor grado que los demás, la verticalidad basada en el hecho de que deben obedecerse las instrucciones de los superiores aun sin estar previamente convencido. Son, con enorme diferencia, los que presentan los más altos valores sociorreligiosos. Más exactamente, cabría decir que es el único de los cinco clústers en el que la presencia de la dimensión religiosa tiene una consistencia estadística y sociológica sólida, ya sea en la práctica religiosa (de la misa dominical o de la oración personal) o en las creencias (en Dios en general, en un Dios personal, en el más allá, etc.), aunque hay algún colectivo que lo supera en la creencia en la reencarnación, lo que nos indica que estamos ante personas de religiosidad católica en su inmensa mayoría. De todos modos, también en este colectivo la dimensión personal y subjetiva de lo religioso es mucho más fuerte que su vertiente institucional. Un par de cifras pueden ayudarnos a fijar las ideas: si bien el 46% piensa que hay un Dios personal, solamente el 23% señala que hay una sola religión verdadera. Aunque el 67% dice encontrar consuelo y fortaleza en la religión y el 70% señala tener momentos de oración, meditación o algo parecido, no pasan del 25% los que afirman tener “mucha” confianza en la Iglesia. Ciertamente, ante la auténtica revolución que estamos viviendo con el aumento y la variedad de los nuevos núcleos familiares, los componentes de este primer clúster son los que, en mayor grado, siguen apostando por los modelos y prácticas familiares tradicionales, ya sea en la defensa de la institución matrimonial, en el papel del ama de casa (los componentes de este colectivo, donde más amas de casa hay, indican que este rol “llena tanto como trabajar por un salario”), en el mayor rechazo a la adopción por parte de parejas homosexuales, etc. Pero sentado lo anterior, hay que añadir que este colectivo apoya claramente los nuevos modos y prácticas de relación en las parejas y de relación intergeneracional en los núcleos familiares, como sucede en la sociedad catalana (con la excepción genérica que rechaza que

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el matrimonio sea una institución pasada de moda). Pero el 80% de la población catalana aprueba que una mujer tenga “un hijo siendo soltera, sin comprometerse con un hombre”, cifra que en este primer grupo desciende, sí, pero que se queda en un 61%, lo que indica hasta qué punto ha penetrado esta idea hasta en los rincones del ámbito más tradicional. Otro ejemplo de este aspecto del clúster (que el lector podrá completar a su guisa consultando el anexo) nos lo ofrece la aprobación del aborto “cuando peligra la salud de la madre”, que se cifra en el 87 % del conjunto poblacional y en el 69% entre los componentes de este clúster. Los miembros de este grupo son quienes más a la derecha se posicionan en la escala convencional de izquierdas y derechas, lo que se refleja, aunque tímidamente, en sus preferencias por los partidos políticos. Decimos tímidamente pues, si bien es clara su desafección hacia ICV, sus preferencias se reparten entre todos los demás partidos políticos, aunque con una ligera preferencia (respecto de la media poblacional) hacia CiU y el PP en detrimento del PSOE y ERC, particularmente en las elecciones generales. Aunque manifiestan estar menos interesados que la media poblacional en la política (más, sin embargo, que los colectivos segundo y tercero), la siguen diariamente a través de los medios de comunicación en mayor proporción que los demás clústers con la excepción del clúster 5 (excepcionalidad que abordaremos más adelante). Los miembros de este primer clúster no están en absoluto alejados de la res publica, aunque planteamos la hipótesis de que, en gran parte debido a su edad más avanzada y a su forma de actuar, su estar en la cosa pública no significa que destaquen por su participación en manifestaciones, boicots, ocupaciones de edificios o fábricas, ni por escribir o visitar blogs. También son tradicionales, pues, en su forma de participar en la res publica. Son los que más satisfechos dicen estar sobre cómo se desarrollan las cosas en el Gobierno de Cataluña. Pero añadamos inmediatamente que esta satisfacción (en una escala del 1 al 10) se sitúa en el 5,30 cuando en el conjunto poblacional está en el 4,95; luego tampoco echan cohetes de satisfacción. En líneas generales, se constata en la población catalana una correlación entre el nivel de satisfacción con la forma como se desarrolla la democracia en su país (sólo la mitad la aprueba) y con la forma como son gobernados (la aprueban algunos pocos menos).

Una tipología de los catalanes de 2009 según sus sistemas de valores 29


Ahora bien, los catalanes son inequívocamente demócratas y defensores del sistema democrático, y los componentes de este primer clúster no son una excepción. De todos modos, entre ellos, aunque en cifras bajas, encontramos una ligera mayor presencia (siempre respecto del conjunto poblacional) de los que apoyan la gobernanza por expertos e incluso por el ejército. Pero, insistimos, la idea de que la democracia es el mejor de los sistemas para gobernar es unánimemente sostenido: 3,43 en el conjunto poblacional (en la escala del 1 al 4) y 3,39 en este primer clúster. Se sienten tan catalanes como la media poblacional, aunque también más españoles. Son los que en menor grado se sienten europeos y pertenecientes al mundo entero. Asimismo, ante la cuestión tantas veces preguntada de si se sienten “solamente catalán”, “más catalán que español”, “tan catalán como español”, etc., los miembros de este colectivo se posicionan algo más que los demás en el polo de la españolidad. Pero dicho esto hay que añadir inmediatamente que, confrontando las respuestas del conjunto de la población con los de este primer clúster, se inclinan, sin duda alguna, hacia el polo de la catalanidad. En todos los clústers, aunque con algunos acentos diferentes, hay una nítida priorización de la lengua catalana como idioma que se desea conocer y que se escoge en la educación de los hijos. Los miembros de este primer clúster destacan ligeramente sobre los demás por la proporción con la que señalan el castellano como primera opción lingüística. Sin embargo, ellos también sitúan por delante, como primera opción lingüística, el catalán (consúltense las tablas para el detalle). A la hora de concretar cuáles son los aspectos más importantes para ser catalán, las notas de carácter volitivo y político (la voluntad de ser catalán; la defensa de las instituciones, la lengua y la cultura catalanas; saber hablar catalán, y el respeto de las instituciones y leyes catalanas, en este orden) priman sobre las notas de carácter más sociodemográfico (haber vivido muchos años en Cataluña, haber nacido en Cataluña y tener antepasados catalanes, también por este orden). La cosa es tan clara que cualquiera de las notas señaladas en primer lugar, en el ámbito de las motivaciones o razones de carácter voluntario (resultado de una opción personal) son más importantes para considerarse catalán que las que provengan del azar de la sangre (los antepasados) o la tierra donde se haya nacido o vivido. Pero, además, las afirmaciones anteriores son válidas no sólo para el conjunto poblacional, sino tam-

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Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


bién para cada uno de los cinco clústers que conforman esta tipología. Las diferencias entre los clústers son de acentos, como veremos a lo largo de estas páginas, pero dentro de una opción común: la mayoritaria catalanidad de los catalanes responde a un acto de voluntad y de proyecto de futuro más que a su origen familiar y lugar de nacimiento o residencia. En el caso del clúster 1 también se verifica el principio anterior, siendo las diferencias con la media poblacional muy escasas, aunque inclinándose muy ligeramente a dar un mayor peso comparativo a la dimensión de la cuna y la sangre. Si la dimensión de opción personal a la hora de definir la condición de catalán tiene, en el conjunto poblacional, un valor medio de 3,30 (en una escala del 1 al 4) en los cuatro indicadores arriba referenciados, entre los componentes de este primer clúster la cifra apenas desciende al 3,27. Asimismo, el valor medio de los tres indicadores que apuestan por las razones sociodemográficas a la hora de definir la catalanidad, se cifra en el conjunto poblacional en 2,54 (siempre en la misma escala del 1 al 4), valor que entre los componentes del clúster 1 sube al 2,62. Como conclusión, siguiendo el símil escolástico, no hay diferencia de naturaleza, sino de grado. Para los componentes del clúster 1 ser catalán es cuestión de opción personal (como lo es para la mayoría poblacional, insistimos en ello), aunque destacan un poco más que la media, y son los que en mayor grado lo hacen, la dimensión sociodemográfica. Respecto del futuro político de Cataluña, el abanico de opciones propuestas en el cuestionario (preguntas Q85_cat 4 y cat 5) remite, obviamente, a un similar abanico de respuestas que escapa al análisis de este capítulo. Digamos que, respecto del nivel de autogobierno y autonomía, si bien el 46% del conjunto poblacional lo considera adecuado, el 41% lo estima insuficiente y el 5% sostiene que es excesivo. Las ideas sobre cómo debieran ser las relaciones entre España y Cataluña van desde el 24,7% que dice que Cataluña es España (“y nada más”) al 21% que propugna la independencia respecto del Estado español. Entre estas opciones extremas, algunos defienden el actual estado de las autonomías (27,7%), otros optan por el autogobierno de Cataluña en un Estado español federal (17,6%) o confederal (8,6%). Los miembros del clúster 1, respecto de estos valores del conjunto poblacional, se decantan algo más por el lado españolista o el actual Estado autonómico y menos por la independencia de Cataluña o por su autogobierno en un Estado federal o confederal.

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Sobre la forma de decidir el futuro de Cataluña, hay un acuerdo en el conjunto poblacional y en cada uno de los clústers. La idea compartida es que no puede decidirse nada sin la aprobación democrática de los ciudadanos catalanes: obtenemos el 4,69 en una escala del 1 al 5 como valor máximo de acuerdo, siendo esta cifra de 4,61 entre los componentes del clúster 1. Por si hubiera alguna duda, la afirmación de que el Estado tiene derecho a decidir el futuro político de Cataluña incluso contra la voluntad mayoritaria de los ciudadanos de Cataluña se sitúa, en la misma escala del 1 al 5, en la cifra de 1,96 en el conjunto poblacional y de 2,29 en el clúster 5, el más elevado. Respecto de los inmigrantes extranjeros, mantienen la misma actitud que la mayoría de los catalanes: que vengan mientras haya trabajo disponible. Así piensa el 69% de los componentes de este clúster (65% en el conjunto poblacional), mientras el 21% solicita límites estrictos a la inmigración (22% del conjunto). Para dar una información completa, añadamos que el 10% sostiene que hay que dejar venir a todo el que quiera (11% en la población total) y que no llega al 1% (2% en toda la población) los que optan por prohibirles pura y simplemente la entrada. Estamos, pues, ante una opción de clara acogida “mientras haya trabajo”, postura también mayoritaria en España, aunque no con la claridad que observamos en Cataluña. Ciertamente, en España hay diferencias entre las distintas comunidades autónomas, como nos muestra la Encuesta Europea de Valores en su aplicación a España. Añadamos a lo dicho que la sociedad catalana en su mayoría (57%) estima que ya hay demasiados inmigrantes en Cataluña y casi el 35% dice que, en consecuencia, a veces se siente extraño en su tierra. Estas cifras entre los componentes del primer clúster se sitúan, respectivamente, en el 59% y el 30%, luego valores similares a los del conjunto, aunque su sentimiento de extranjería es algo menor, probablemente porque, no se olvide, entre los componentes de este clúster encontramos la mayor proporción de los que no han nacido en Cataluña. Por último, cuando analizamos los sentimientos de solidaridad y ayuda a toda una serie de colectivos, los miembros de este primer clúster destacan al alza sobre la media poblacional, con cifras similares, en muchos casos, a las que encontramos entre los miembros del clúster 5. Así se pone de manifiesto cuando preguntamos en el cuestionario hasta qué punto les atañen las condiciones de vida, no solamente de su familia, sino también de la

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Valores blandos en tiempos duros. La sociedad catalana en la Encuesta Europea de Valores


gente de su barrio, de la comarca donde viven, de los catalanes en general, de los europeos y de los ciudadanos del mundo. Los miembros del primer y quinto clúster destacan siempre al alza, como lo hacen (incrustándose los miembros del cuarto clúster en algún supuesto, tal como veremos en su momento) cuando de la gente mayor de Cataluña se trata, así como de los parados, de los inmigrantes, de los enfermos, de los discapacitados y de los niños de familias pobres de Cataluña. Acabamos de señalar un dato que se nos antoja muy relevante en la aplicación a Cataluña de esta encuesta de valores: los dos colectivos más solidarios, los que denotan mayor preocupación por lo que sucede tanto en su entorno geográfico como en los colectivos más vulnerables, son las personas que conforman los clústers 1 y 5, grupos a los que a priori cabría pensar que todo separa. En efecto, entre ellos hay una gran diferencia de edad: los del clúster 5 son, de largo, los más jóvenes, donde hay más personas en edades inferiores a los 34 años, mientras que los del clúster 1 presentan la edad media más avanzada y es manifiestamente el grupo que incluye entre sus componentes más personas con edades superiores a los 55 años (y particularmente a los 65 años). Cuando analicemos los demás clústers y lleguemos al quinto, concluiremos que hay entre este y el primero enormes diferencias en otros aspectos importantes (el papel que conceden a la religión en sus vidas, la valoración de comportamientos como el aborto o la eutanasia, las actitudes ante el trabajo, el voto político, etc.), pero llamativa y, a nuestro juicio, significativamente, “se encuentran” cuando de solidaridad pública y preocupación por el otro se trata, cuando nos referimos a la implicación social, al menos verbalmente expresada en las respuestas al cuestionario.

Clúster núm. 2. 10,8% de la población. “Individualistas egocéntricos” De los cinco clústers de la tipología que ofrecemos en este trabajo, el segundo es el menor en número de individuos: no llega al 11% de catalanes. De entre los catorce factores a los que redujimos las informaciones que nos suministraron los 51 ítems referidos a sus valores, dos notas fundamentales han servido para configurar este grupo. Por un lado, y de forma

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