Después de escuchar la historia, lee las preguntas y MARCA CON UNA X EN EL CIRCULO LA RESPUESTA CORRECTA.
1. ¡QUÈ PERSONAJES APARECEN EN LA HISTORIA?
En el principio de los tiempos, se reunió Dios con los ángeles a discutir donde esconder le tesoro más grande guardado en el cielo. Dios pregunto a sus ángeles quien podría cumplir con esa tarea garantizándole que los hombres y las mujeres nunca lo encontrarían. Después de mucho discutir los ángeles se quedaron en silencio y señalaron al ángel más inteligente que había en el cielo. Dios lo observo y le dijo, tu eres el escogido; el ángel si decir una palabra acepto la tarea y se dedicó desde ese momento a
pensar donde esconder el tesoro entregado por Dios, ese era su principal problema ¿dónde esconderla para que no lo encontraran los hombres y las mujeres?
2. ¿QUE LE PIDIO DIOS AL ANGEL?
El ángel pensó y dijo: "Voy a esconderlo en la cima del monte más alto del mundo", pero al instante pensó "no, los hombre y las mujeres tienen fuerza, alguna día alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde esta". Luego dijo: "Entonces voy a esconderlo en el fondo del mar", pero al instante reflexiono y dijo: "No, los hombres y las mujeres son muy curiosos, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrara". El ángel pensó nuevamente y dijo: " Lo esconderé en un planeta lejano a la Tierra". Pero recordó que los hombres y las mujeres tienen inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad. Finalmente el ángel pensó y entonces dijo: "Creo saber dónde ponerlo para que realmente nunca la encuentren; lo esconderé dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontraran". Y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando el amor sin saber que lo trae consigo.
ESCONDER EL AMOR LLEVAR UN MENSAJE CANTAR 3. ¿EN DONDE ESCONDIO EL AMOR PARA QUE NO LO ENCONTRARA LOS HOMBRES Y LAS MUJERES?
ACTIVIDAD: LEE EL CUENTOY ELABORA UN DIBUJO CON EL QUE REPRESENTES LO LEIDO.
ACTIVIDAD: LEE EL CUENTOY ELABORA UN DIBUJO CON EL QUE REPRESENTES LO LEIDO.
Compartir permite
CONVIVIR lo que significa
_____________,
______________________ y _________________ a los demás.
Cuando compartimos ayudamos a resolver las _________________ Y __________________DE LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN
2. ESCRIBE DENTRO DE LAS MANOS LO QUE PUEDES DAR A LOS DEMÁS Y LO QUE QUIERES RECIBIR DE ELLOS
MI TESORO ES COMO UNA LUZ QUE HAY QUE COMPARTIR CON LOS DEMÁS PERO ¿QUE ES COMPARTIR? COMPARTIR es brindar o dar algo, o que vos también recibas algo sin pedir nada a cambio. Compartir es aprender a convivir, es escuchar al otro, es estar en las buenas y en las mala; Es estar juntos en el día a día respetándonos y comprendiéndonos. Darle una mano al otro cuando más lo necesite. Para compartir es necesario tener respeto y tratar bien a las personas que nos rodean para recibir el mismo trato. ACTIVIDAD: 1.
BUSCA LAS PALABRAS EN LA SOPA DE LETRAS Y COMPLETA CON ELLAS LAS FRASES. AYUDAR COMPRENDER CONVIVENCIA DAR DESINTERES ESCUCHAR NECESIDAD PROBLEMAS RECIBIR RESPETO
Compartir
es
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y
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DESINTERÉS a las personas que nos rodean.
con
Al escuchar esto el pirata le dijo a su tripulación que subieran al barco y partieran, sin llevarse ningún objeto de esa ciudad.
UN TESORO QUE CRECE. PRIMERA PARTE: APRENDER Hace mucho tiempo existió un pirata que recorría los siete mares en busca de riqueza y tesoros, Cuando llegaba a un país lo primero que hacía, era preguntar dónde estaban escondidos los tesoros, luego lucha ferozmente por ellos hasta conseguirlos los escondía en una isla secreta a la cual sólo él y su tripulación sabían cómo llegar. Un día cuando el pirata al llegar a un país lejano, en busca de los tesoros que tanto quería, se encontró con un anciano que sentado a la orilla del mar observaba el horizonte. ¿Oye tu grito!, grito el pirata, sabes donde se esconde los tesoros de este paísEl anciano en lugar de contestar le hizo otra pregunta ¿Tú sabes todo acerca del mundo verdad, claro que sí , yo conozco todos los mares contesto el pirata , yo sé cuando miro al cielo cuando va a llover y cuando va a ser sol, conozco todas las joyas y puedo distinguir cuando son verdaderas y cuando son falsas. ¿Por qué me preguntas eso anciano? Acompáñame, le dijo el anciano. Los dos empezaron a caminar por la playa y poco a poco se fueron acercando a la ciudad, al entrar en ella el anciano le mostro como vivían las personas dentro de la ciudad, le mostro el esfuerzo que tenían que hacer para conseguir el alimento, como las mujeres y los niños trabajaban y como en medio de tantas necesidades los que menos tenían recibían la ayuda de sus vecinos. Tú debes aprender algo le dijo el anciano, no solo debes saber si va a llover o hacer sol, tampoco es suficiente saber si una joya es falsa o verdadera, lo más importantes es aprender a valorar el esfuerzo que las personas hacen para alcanzar sus sueños, lo necesitados que somos los unos de los otros de otros y lo injusto que es quitar en lugar de compartir.
rompió regando toda la semillas, el pirata intentó recogerlas semillas, pero las aves se lanzaron sobre las semillas y se las comieron. Al tercer día, el pirata volvió nuevamente el campo, donde el dueño le dijo: tampoco eres bueno para sembrar; ayudarme hoy a colocar una cerca nueva en aquel campo. El pirata tomó las herramientas y se fue con otros campesinos al campo, al llegar le dijeron primero que debía que hacer era abrir los hoyos para colocar los postes. El pirata fácilmente cavó uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho hoyos, ese día, ocho más al día siguiente y diez más el siguiente, esto causó gran admiración entre los demás campesinos, lo que lo hizo sentir muy feliz al pirata, pues habían logrado hacer su trabajo bien. UN TESORO QUE CRECE. SEGUNDA PARTE: ESFUERZO Durante el largo viaje de vuelta a su isla, el pirata no dejó de pensar en las palabras de aquel anciano: “lo más importantes es: aprender a valorar el esfuerzo que las personas hacen para alcanzar sus sueños, lo necesitados que somos los unos de los otros de otros y lo injusto que es quitar en lugar de compartir”. Pasaron los días y el pirata sentado en la orilla de la playa no dejaba de pensar en esas palabras, hasta que un día decidió quitarse su traje de pirata y vestirse de campesino, luego subió a un pequeño bote y remo hasta llevara al pueblo más cercano. Al llegar al pueblo, pensó que la mejor forma de aprender de las personas, era trabajar junto a ellos. Fue entonces de un lugar a otro buscando trabajo hasta que el dueño de un campo lo acepto como su trabajador. El primer día lo enviaron a pastar orejas, es decir llevarlas al campo a comer hierba, mientras los demás campesinos lograban llevar las ovejas sin ningún problema, él pirata corría detrás de ellas para que no se alejaran, pero al volver a la casa del dueño, descubrió que había perdido una y que estaba en el rebaño de otro campesino. El segundo día el pirata fue al mismo lugar pero el dueño de las ovejas le dijo: no eres bueno llevando las ovejas, más bien ve hoy a sembrar con ese grupo de campesinos; el pirata aceptó y se fue con ellos. Al llegar al campo le entregaron una vasija llena de semillas y le explicaron que debía ir detrás del arado regando las semillas: El pirata al meter la mano en la vasija para sacarlas, no se dio cuenta tropezó, con lo cual la vasija cayó al piso y se
Al terminar el último día de la semana el pirata llegó a recibir su paga; él pensaba que luego de perder una oveja, de romper la vasija y que las aves se comieran las semillas, el dinero que recibiría sería poco. Pero cuando llegó su turno de hablar con el dueño, éste le entregó una bolsa de monedas, el pirata sorprendido preguntó: ¿por qué me das todo este dinero?, yo no he hecho un buen trabajo. El dueño dijo: es muy difícil ser bueno en todo lo que hacemos, fue difícil para ti llevar las ovejas, pero regresaste al día siguiente para intentarlo de nuevo, no te fue bien con las semillas, pero regresaste al día siguiente para volver a intentarlo. Ya no solamente saben escarbar hoyos sino también aprendiste a llevar ovejas y sembrar. Por eso te doy esta bolsa de dinero, porque es más valioso el deseo de aprender y esfuerzo que hacemos para superar nuestras limitaciones que cualquier otra cosa.
Al llegar la casa de la anciana, ella lo invito a entrar y conocer a sus esposo, charlaron mucho tiempo Y ya entrada la noche, los ancianos, invitaron al pirata a cenar y quedarse a dormir en su casa. Esa noche mientras intentaba dormir, el pirata pensaba en lo vivido durante ese día, recordó los rostros de las personas con las que pudo compartir, la sensación que le generó ver sus caras de alegría, el escuchar sus historias y sobre todo sentir que encontrando cosas tan valiosas y bonitas dentro de él. UN TESORO QUE CRECE. SEGUNDA PARTE: COMPARTIR Luego de recibir su paga el pirata decidió caminar por el pueblo y observar las personas que allí vivían. Al recorrer el pueblo se dio cuenta que eran muchas las personas que necesitaban ayuda, y recordó las palabras que les dijo el anciano: Todos necesitamos unos de otros y es muy injusto quitar en lugar de compartir. Esto hizo pensar al pirata en la necesidad de ayudar a otras personas y compartir con ellos no solamente su dinero, sino también las cosas que él sabía hacer, es decir sus talentos. Vio entonces a una anciana que intentaba cargar un paquete muy pesado, corrió hacia ella, lo tomó en sus brazos y le dijo: a dónde quieres llevar este paquete, la anciana señaló el camino y juntos fueron caminando y hablando. La anciana le contó que vivía en una pequeña casa con su esposo, que hace mucho tiempo sus hijos se habían ido a un país muy lejano y que desde entonces sólo ella y su esposo vivían en esa casa trabajando y cultivando la tierra. Esto hizo que el pirata recordara a su familia, pues desde que se había convertido en pirata, no sabía nada de su papá y su mamá. Por el camino la anciana y el pirata, vieron como un niño corría detrás de una carreta llena de frutas, si poderla alcanzar. El pirata dejo el paquete de la anciana en el suelo y corrió hasta lograr detener la carreta, el niño cansado y con lágrimas en los ojos, le dio las gracias al pirata y le dijo que de haber perdido las frutas de la carreta, no la habría podido vender y comprar el alimento y las medicinas para su mamá que estaba muy enferma. El pirata pensó en cuantas veces él no tuvo en cuenta a las otras personas y sus necesidades por su deseo de tener más oro y joyas, así que tomo la bolsa de dinero y compró una gran cantidad de frutas, las cuales luego fue entregando a las personas que por el camino se encontraba.
Me alegra, porque has dejado de ser un pirata que de manera egoísta, le quita a los demás lo que ellos necesitaban, veo que has aprendido lo que significa amar. Ésa es la mayor recompensa que una persona puede tener en la vida, ahora ve y has de tu vida una oportunidad para aprender, esforzarse, compartir y amar a los demás. El pirata desde ese día, empezó a viajaba por todo el mundo y a cada país al que llegaba, no lo hacía con la intención de robando, sino de ayudar y compartir con todas las personas. UN TESORO QUE CRECE. CUARTA PARTE: AMAR En la mañana el pirata se levantó muy alegre, agradeció, se despidió de los ancianos e inicio el viaje de vuela a su isla. Durante el viaje no dejada de pensar que existía un tesoro que era aún más valioso que el que había enterrado en su isla, pensaba que no era suficiente todo el oro del mundo que se pudiera comparar con el tesoro que cada persona guarda en su interior.. Al llegar a su isla , no podía olvidar el rostro de todas las personas de las que había aprendido, de los hombres , mujeres y niños que lo motivaron a esforzarse y que lo llevaron a descubrir la alegría que genera compartir. Por ello decidió volver aquel país donde vivía el anciano que le había ayudado a descubrir este nuevo tesoro. Al llegar a este país, busco al anciano y lo encontró sentado a la orilla del mar. El pirata le dijo: he entendido que lo más valioso no es la materia sino aquello que está en nuestro interior y que podemos ofrecer a las otras personas. El anciano lo miró y le preguntó: ¿Cómo te sientes con este nuevo descubrimiento? Me siento lleno de alegría, contestó el pirata. No puedo sacar de mi mente a las personas con las que he vivido estos días, me siento alegre y a la vez preocupado por lo que a ellas les pueda ocurrir, me siento comprometido y por eso deseo volver, para brindarles mucha más cosas y recibir de ellos su cariño, aprecio y comprensión. El anciano volvió a mirar al pirata y le dijo: veo que has descubierto que el verdadero tesoro es aquel que exige esfuerzo, que te sirve para aprender todos los días y que te lleva a compartir lo mejor de ti de manera desinteresada.
LA SILLA Había una vez un chico llamado Mario a quien le encantaba tener miles de amigos. Presumía muchísimo de todos los amigos que tenía en el colegio, y de que era muy amigo de todos. Su abuelo se le acercó un día y le dijo: - Te apuesto un bolsón de palomitas a que no tienes tantos amigos como crees, Mario. Seguro que muchos no son más que compañeros o cómplices de vuestras fechorías. Mario aceptó la apuesta sin dudarlo, pero como no sabía muy bien cómo probar que todos eran sus amigos, le preguntó a su abuela. Ésta respondió: - Tengo justo lo que necesitas en el desván. Espera un momento. La abuela salió y al poco volvió como si llevara algo en la mano, pero Mario no vio nada. - Cógela. Es una silla muy especial. Como es invisible, es difícil sentarse, pero si la llevas al cole y consigues sentarte en ella, activarás su magia y podrás distinguir a tus amigos del resto de compañeros. Mario, valiente y decidido, tomó aquella extraña silla invisible y se fue con ella al colegio. Al llegar la hora del recreo, pidió a todos que hicieran un círculo y se puso en medio, con su silla. No os mováis, vais a ver algo alucinante. Entonces se fue a sentar en la silla, pero como no la veía, falló y se calló de culo. Todos se echaron unas buenas risas. - Esperad, esperad, que no me ha salido bien - dijo mientras volvía a intentarlo. Pero volvió a fallar, provocando algunas caras de extrañeza, y las primeras burlas. Marió no se rindió, y siguió tratando de sentarse en la mágica silla de su abuela, pero no dejaba de caer al suelo... hasta que de pronto, una de las veces que fue a sentarse, no calló y se quedó en el aire... Y entonces, comprobó la magia de la que habló su abuela. Al mirar alrededor pudo ver a Jorge, Lucas y Diana, tres de sus mejores amigos, sujetándole para que no cayera, mientras muchos otros de quienes había pensado que eran sus amigos no hacían sino burlarse de él y disfrutar con cada una de sus caídas. Y ahí paró el numerito, y retirándose con sus tres verdaderos amigos, les explicó cómo sus ingeniosos abuelos se las habían apañado para enseñarle que los buenos amigos son aquellos que nos quieren y se preocupan por nosotros, y no cualquiera que pasa a nuestro lado, y menos aún quienes disfrutan con las cosas malas que nos pasan. Aquella tarde, los cuatro fueron a ver al abuelo para pagar la apuesta, y lo pasaron genial escuchando sus historias y tomando palomitas hasta
reventar. Y desde entonces, muchas veces usaron la prueba de la silla, y cuantos la superaban resultaron ser amigos para toda la vida. Pedro Pablo Sacristán