3 minute read
Bohío 221
from Bohío 221
Tras la huella religiosa de los africanos en América
La huella africana es innegable en laformación de la identidad de los pueblosamericanos. Como fruto de la colonizacióneuropea al llamado Nuevo Mundo, unos 12millones de africanos fueron sacados por lafuerza de sus tierras y traídos como esclavosa este lado del Atlántico.
De ese encuentro de etnias y culturas surgió el mestizaje que hoy nos distingue. Escapémonos a estos tres destinos donde religión, folclor y tradición convergen como una gran manifestación de la cultura y donde sobreviven leyendas, prácticas y creencias que constituyen atractivos en sí mismas. Empecemos con Brasil, que fuera del continente africano, es el país con más población negra del mundo.
Salvador, Bahía, Brasil
En el estado de Bahía se concentra el mayor número de afrodescendientes del gigante sudamericano. En Salvador, su capital y primera capital del Brasil colonial, el 80 % de la población desciende de esclavos. Los portugueses encargados de la evangelización en tiempos de la conquista tuvieron que enfrentarse a las religiones de los esclavos.
Sin embargo, el candomblé, prohibido durante cuatro siglos, ha sobrevivido en la clandestinidad y a través del sincretismo (fusión y asimilación de elementos diferentes). Para conocer más de esta práctica lo ideal es asistir a una ceremonia de candomblé, en la compañía de un guía local que nos explique los cultos a los orixas, inquices y voduns. A través de rituales, canciones, ritmos, reverencias, comida y colores veremos cómo los devotos invocan a los dioses.
Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos
Entre las ciudades de Estados Unidos con mayor mezcla de razas, culturas y religiones destaca Nueva Orleans. Sus fundadores, francocanadienses que llegaron navegando desde Ontario por el río Mississipi, la cedieron luego a los españoles pero Napoleón Bonaparte no tardó en recuperarla para el poderío francés; sin embargo, terminó vendiéndola a Estados Unidos, junto con todo el estado de Luisiana.
Colonos franceses y españoles y esclavos provenientes de África –y posteriormente de Haití y Martinica– conformaron la amalgama que sentó las bases de la identidad local. De ahí que a nadie le extrañe la fuerte presencia del vudú, que muchos relacionan con brujería. Esta especie de corriente sobrenatural tuvo su rostro más reconocido en Marie Laveau, que llegó a ganarse el sobrenombre de “reina del vudú”. No deje de visitar su casa, en el Barrio Francés, convertida hoy en museo y santuario.
San Pedro de Macorís, República Dominicana
La Semana Santa en República Dominicana va más allá de las tradicionales procesiones cristianas. Aunque muchos las ignoren, otras manifestaciones religiosas tienen cabida y constituyen un atractivo adicional para los visitantes que quieren tener un mejor entendimiento de la identidad nacional. El gagá, llegado desde Haití cuando el auge de la industria azucarera en el siglo XX, tiene sus orígenes en África.
Para el sociólogo y cantautor Roldán Mármol, al igual que para otros expertos, el gagá desciende de su pariente haitiano rará y se puede definir como una mezcla de catolicismo y vudú. Los rituales y recorridos en los bateyes comienzan a prepararse el Martes Santo con un baño de protección (con hierbas recogidas en los bosques, agua con variadas propiedades y otros elementos) y cantos devocionales a los seres y santos; prosigue la noche del jueves con la participación de los personajes típicos: mayores, reinas, músicos, presidente, padrinos y bailadores, al ritmo de la música de instrumentos de viento y percusión; y continúan hasta el Domingo de Resurrección.