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EN ALTRUISMO

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Humanos digitales en la era de la economía digital

ARTURO LÓPEZ VALERIO EMPRESARIO TECNOLÓGICOO PRESIDENTE DE LA CÁMARA TIC

La economía digital mantendrá la respiración en 2021. Cuando la COVID-19 llegó a los mercados el año pasado, a todos nos tomó un tiempo comprender cómo sería la nueva realidad. Los mercados internacionales se desplomaron, las inversiones se retiraron, el desempleo aumentó y las previsiones se volvieron pesimistas.

Entonces la economía digital comenzó a adaptarse –cual luz que brilla al amanecer luego de una noche oscura– como es su propia naturaleza. Los modelos comerciales cambiaron, los enfoques digitales demostraron ser más sólidos de lo previsto y se utilizaron soluciones tecnológicas para superar los desafíos de la pandemia en casi todos los sectores.

El digital human es el individuo que ha comprendido los cambios y ha podido ajustar su comportamiento de consumo de manera particular en términos de adopción de las plataformas digitales. Eso también ha impactado el comportamiento laboral y ha potenciado un cambio inesperado a largo plazo –no visto desde 2005– con impacto en la economía.

En este contexto, en la cuarta edición de Digital Economy Report, –publicado por la firma Tabuga– se arroja luz por primera vez sobre los desafíos clave que la COVID-19 planteó a la economía global. Luego se embarca en comprender los cambios en el comportamiento del consumidor que la pandemia impuso a todos, transformándolos en lo que son hoy: humanos digitales.

Para tener una idea concreta del fenómeno, el consumo en los hogares influyó en todo el ecosistema digital, lo cual se reflejó en un incremento del 44 % en el consumo de redes sociales, 67 % empezó a consumir más contenido noticioso y 70 % de los encuestados ha pasado más tiempo utilizando su smartphone o móvil.

Igualmente se registró un crecimiento del 28 % en las suscripciones de videostreaming en la región, que se suma a la tendencia en el incremento del 80 % en sitios de video como YouTube. La industria de los videojuegos no se quedó atrás, puesto que las ventas de juegos/descargas crecieron un 39 % en Estados Unidos.

El consumo y el interés en línea aceleraron la adopción de los “supermercados digitales” para brindar un nuevo oxígeno a la llama de los medios de información. Según el Índice Top 100 de sitios web nacionales que realiza la firma Tabuga, para febrero de 2021 los medios de información solo representaban el 19,5 % del consumo de tráfico en dicho grupo.

Cuando observamos el grupo Top 1000, el consumo de medios decrece a un 8,8 %, mientras que los servicios públicos online mantienen una participación promedio entre 25 % y 30 %. Llama la atención observar que los sitios de comercio electrónico solo tienen una participación del 1 %, pero ninguno clasifica en el Top 100.

Este hallazgo nos hace considerar que el humano digital dominicano es un consumidor social. Por tanto, su interacción a la hora de realizar transacciones digitales depende de las redes sociales. La capa social complica más la adopción del consumo digital, porque todo comerciante digital tiene un intermediario pero que no le permite al comerciante desarrollar una audiencia propia.

Dicho de otra forma, sin las redes sociales, estas personas no tienen clientes. Por esta razón usted puede escuchar los gritos y las rasgaduras de vestiduras cuando WhatsApp o Instagram tienen algún inconveniente técnico. ¡Se genera una parálisis nacional!

El Top 100 y el Top 1000 nos muestran cada día que el ecosistema digital nacional está descansando en plataformas transversales de terceros y no enfoca estrategias para la construcción de capacidades locales. Sin ese enfoque los recursos nacionales con capacidad técnica –también humanos digitales– no tienen una razón para asistir técnicamente a este mercado.

El reto actual de las organizaciones es poder servir bien a los humanos digitales –unos cuatro millones de dominicanos–, pero al mismo tiempo convertir a aquellos que son considerados ciudadanos de a pie. Este cambio producirá un impacto en la calidad de vida de los ciudadanos y a la vez generará más clientes al ecosistema digital nacional.

El humano digital dominicano es un consumidor social. Por tanto, su interacción a la hora de realizar transacciones digitales depende de las redes sociales.

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