Nuestra época pide a gritos la siguiente. El deseo desmedido y la autogratificación han crecido como maleza indócil sobre las ruinas del humanismo, y donde debiera imperar la reflexión crítica reina ahora un consumismo naturicida que se deleita en lo superfluo y lo banal. Los más grandes filósofos de la antigüedad, que fueron los griegos y los hindúes, vivían en concordancia con lo que pensaban. Hoy, futbolistas y comediantes ocupan los espacios estelares en los medios de comunicación, y la masa ignara se niega a reconocer que el ruido exterior y el culto irracional a la velocidad opacan irremediablemente nuestra luz interior.
Leonardo Da Jandra