editorial
…y continuaremos meditando… La actividad organizada recientemente por Cuadernos de budismo con Khensur Jampa Tegchok, en la que se reunieron un grupo de personas de distintas tradiciones y experiencias muy diversas, ha resultado muy valiosa para comprobar que, allí donde nos encontremos en nuestro periplo existencial, el darma siempre resulta eficaz para cuestionar opiniones, investigar principios y poner en entredicho enraizadas creencias sobre lo esencial y también, ciertamente, sobre lo mundano. Fueron dos días para reflexionar y meditar sobre la vacuidad. En un lama de la vieja escuela como Rimpoché, que ya ha superado los ochenta años, nos encontramos frente a un ejemplo vivo del darma más genuino. Podríamos decir que todo en él es darma; no hay otra cosa, interés o curiosidad, ni alegría o sensación que no sea experimentada desde la perspectiva del darma. Educado primero en los monasterios de Tíbet, y después en los campos de refugiados tibetanos habilitados en la India, desde muy pronto sobresalió por su comprensión, entusiasmo y dedicación a las enseñanzas, hasta convertirse más tarde en maestro de otros monjes y lamas. Rimpoché ha pasado muchos años de su vida entre nosotros, en Europa, y viene visitando España desde finales de la década de los setenta, habiendo dejado a su paso alumnos y discípulos, algunos de ellos incondicionales. Nadie osaría poner en entredicho la gran erudición de los gueshes tibetanos, su saber en relación con las escrituras, su pulcritud dialéctica y su probada habilidad para verbalizar y exponer conceptos, ideas y principios filosóficos de gran alcance y hondura, y ello tanto intelectual como emocionalmente pues llegan hasta la esencia del ser y de todo lo que nos rodea. Pero acaso debamos dudar de nuestra capacidad para entender los complejos y exigentes razonamientos o el verdadero sentido de enseñanzas tales como la de la vacuidad, y su relevancia a corto y a largo plazo en nuestras vidas, las de las personas corrientes. No podemos tampoco olvidarnos de que se precisa un buen bagaje de conceptos y símbolos precisos, y también de simple terminología técnica: el uso cotidiano y habitual de las palabras, preocupado sólo por la funcio-
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nalidad inmediata, no nos sirve cuando en el contexto de un curso sobre filosofía budista las palabras buscan expresar lo inexpresable. Teniendo en cuenta además que se requería de una traducción simultánea que apenas puede evitar el simplificar o resumir e incluso, en ciertos casos, traicionar el espíritu del mensaje, nada tiene de extraño que la comprensión resultante pueda ser deshilvanada y hasta en ocasiones separada de sus verdaderos referentes. Lama se esforzó una y otra vez en aclarar los problemas planteados, para arrojar luz sobre los significados ocultos en las palabras mismas: la cuestión estriba en saber diferenciar entre ellas y aquello a lo que señalan o tratan de expresar. Luego hay que reflexionar sobre lo escuchado y tratar de entenderlo con las palabras propias, para, por último, comprenderlo sin ellas: una tarea realmente creativa y experimental, que es justamente lo que supone meditar. En consecuencia, continuaremos en ello. Asistir a las enseñanzas de un lama en el contexto de un curso de meditación también nos da cierta perspectiva sobre la situación actual del budismo entre nosotros. Aunque regularmente se impartan cursos y decenas de personas asistan a meditaciones en grupo, aunque maestros fidedignos impartan enseñanzas en muchas ciudades y se celebren puyas, y se programen y organicen conferencias, cursos y retiros, aunque se traduzcan y editen libros y algunas personas, muy pocas, se decidan a probar con los hábitos, y aunque se enseñe meditación en algunas cárceles y se realicen actividades en las escuelas, la influencia del budismo, junto al desarrollo de sus muchas posibilidades, continúa siendo muy escasa… Los medios sólo lo citan cuando se encuentra unido a cierto glamour. Los intelectuales y contertulios de nuestro país muestran poco o ningún interés por él, como por todo lo que tenga que ver con la tradiciones contemplativas en general. Y aún menos nuestros dirigentes, nuestros políticos y las personas de influencia. La práctica del darma tiene lugar en la base, en pequeños grupos aquí y allá que tratan de ver más claro y más lejos, siendo en realidad una forma más de asociacionismo. Debemos dar las gracias al darma por señalarnos la dirección y deseo daros las gracias a todos vosotros por seguir buscando el sentido a las cosas allí donde os encontréis. XAVI ALONGINA – EDITOR
es una publicación trimestral de: EDICIONES DHARMA: Elías Abad, 3 bajos - Aptdo. 218 - 03660 Novelda (Alicante) - Tel. 96 560 32 00 E-mail: dharma@edicionesdharma.com – www.edicionesdharma.com DIRECTOR: Xavi Alongina • HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO: Aurora García, Valentín Mencía, Luz A. Manzaneda, Eduardo GarcíaArévalo, Javier Agenjo, Alexi Alongina, Marc Alongina y Santiago Aguado. SUSCRIPCIONES: M.ª Carmen Pérez - Tel.: 609 632 932 (de 9 a 14 horas) - maricarmen@edicionesdharma.com IMPRESIÓN: Aguado Impresores, S.L. · Novelda • Depósito Legal: A-1027-87 · ISSN: 1886-1067 • IMPRESO EN PAPEL RECICLADO 100% DISEÑO PORTADA: AGUADHARMA Cuadernos de budismo no comparte necesariamente las opiniones de sus colaboradores. NUESTRO OBJETIVO: presentar la esencia del budismo de una manera no sectaria e integrada a la cultura occidental. SUSCRIPCIÓN: se inicia siempre con el número de primavera de cada año. Al suscribiros recibiréis los números ya aparecidos en el año. El precio de la suscripción para el 2010 es de 20 €. 25 € para el extranjero. Por respeto al medio ambiente, a los textos e imágenes que contiene, no tiréis a la basura los ejemplares viejos de Cuadernos. Pasadlos a alguien o juntadlos con vuestro papel para reciclar. EDICIONES DHARMA ESTÁ ASOCIADO A LA FPMT
Índice
2 Editorial 4 De otras revistas y de la red 6 Lama Zopa Rimpoché responde...
24 Tras las huellas del Buda 26 Pasaje al mandala del Buda Las tres joyas I
Lama Zopa Rimpoché
Ven. Aigo Seiga Castro
8 Integrar la vacuidad en el día a día
31 Dipankara Srijaña Atisha 34 Volver a la Tierra Pura
Lama Thubten Yeshe
10 Entrevista de Canal Central a Ringu Tulku Rimpoché
Miguel Ángel León
36 Total libertad o liberación...
T. Tamchö
Antonio Pascual
13 La meditación budista.
37 Aprender a profundizar
Ringu Tulku Rimpoché
Anila Jamyang Wangmo
15 Errando y errando recorremos el camino infalible
38 Maneras de vivir José Alias
40 Libros 46 Imágenes del despertar.
Dzogchen Ponlop Rimpoché
21 El río y el barco. Tenkei Coppens Roshi
Portada Las huellas del Buda (Buddhapala). Bodhgaya. Existen dos formas de buddhapalas, las naturales que se pueden hallar en rocas y las artificiales, básicamente decorativas. Muchas de las
Contraportada Tangka de 108 manifestaciones de Manyusri, pintada en tinta de oro por el Tibetan Treasure House de Kathmandú. Original de 40 x 65cm. Colección de Ediciones Dharma.
Partimos de peregrinaje al
Kailash el 17 de julio ¿Te vienes?
Infórmate en: cuadernos@edicionesdharma.com
Cartas para esta sección a cuadernos@edicionesdharma.com
En la nueva sección Canal Central se plantea nuevamente el asunto de la ausencia o poca armonía entre diferentes tradiciones budistas. Khandro Rimpoché pone el dedo en la llaga al decir “… que no es tanto un problema de la gente, sino más bien de los líderes, que pueden ser los directores de los centros, los profesores, pueden ser rimpochés…”. También me congratulo de la importancia que da Rimpoché a que se hable y dialogue más sobre esto… Muchos mencionan la grandeza del movimiento Rime; importantes lamas confiesan ser sus admiradores, pero
no veo experiencias prácticas en ninguna parte. Cada grupo budista, no solo tibetano, también zen, vipásana o de otra denominación, sólo barre para su casa. No sugiero que se mezclen pero sí que no se eviten y mucho menos que se hagan la zancadilla. Definitivamente se podrán hallar formas de colaboración para bien de todos. Y de nuevo y citando a Rimpoché “…todos estamos conectados con el darma del Buda”. El Buda es nuestro común denominador. Shantikirti (Alicante)
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Cartas al director
“naturales” no son huellas de los pies del Buda sino réplicas o representaciones que pueden considerarse como reliquias y representaciones del mismo Buda. Habitualmente tienen la Rueda del Darma o las 32, 108 ó 132 marcas auspiciosas del Buda grabadas o pintadas sobre ellas. Según la leyenda el Buda dejó sus huellas en muchos otros países donde sus enseñanzas serían reconocidas. Las huellas son reconocidas como reliquias y los devotos suelen tocarlas con su frente y colocar flores, frutas y otras ofrendas sobre ellas.
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de otras revistas
y de la red
¿Cómo te encuentras? Dzogchen Rimpoché sugiere que tal vez no importe mucho. En Occidente se nos dice a menudo que la llave de nuestro bienestar es comprender nuestras emociones, que el equilibrio interior puede lograrse estando continuamente en contacto con nuestras sensaciones y sentimientos. Pero su eminencia el séptimo Dzogchen Rimpoché, cabeza de un antiguo linaje de dzogchen, no está de acuerdo. Él explica que este acercamiento en realidad puede causarnos más daño que beneficio. Rimpoché expone que puede resultar peligroso abandonarse en exceso al análisis emocional. “En Occidente se nos anima continuamente a supervisar nuestras emociones. A menudo, cuando mantenemos una conversación, alguien nos pregunta, o nosotros mismos preguntamos ¿cómo estás? o ¿cómo te sientes?”. “En la cultura asiática, especialmente la cultura tibetana, “¿cómo estás?” no es una pregunta habitual, dado el conocimiento de que las emociones son inestables y continuamente cambiantes. Así es que no se les presta excesiva importancia; por el contrario, se hace más hincapié en la observación atenta y compasiva de la realidad”. “En el budismo tibetano y particularmente en la tradición dzogchen, decimos que las emociones no tienen una existencia independiente;
puesto que no podemos señalar de dónde proceden, en dónde están o adónde se van”. “No obstante, la experiencia que tenemos de nuestras emociones es a menudo intensa y nos hace creer que son reales. Pero esto es simplemente un engaño de la mente, y podemos ser arrastrados sin quererlo, igual que las polillas son atraídas hacia la luz de una llama fatal, y sufrir de esta manera”.
Dzogchen Rimpoché
“Por otra parte, cuando descansamos nuestra mente, podemos reconocer nuestras emociones como lo que realmente son y experimentar la sabiduría que reside más allá de ellas”. Este acercamiento se ve confrontado con la psicología occidental po-
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Mantén la polilla lejos de la llama
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Cuando trates de ayudar a alguien, es mejor que lo hagas con sentido del humor, humor genuino; ten la polilla en tu mano y no permitas que se acerque a la llama. Esto es lo que significa ayudar a los demás. Damas y caballeros, tenemos una gran responsabilidad. Hace mucho tiempo, la gente se ayudaba mutuamente de esta manera. Ahora la gente sólo habla, habla y habla. Leen libros, escuchan música, pero en realidad nunca ayudan a nadie. Nunca, sencillamente, usan sus
manos para evitar que alguien se vuelva loco. Tenemos esta responsabilidad. Alguien tiene que hacerlo. Resulta que somos nosotros. Tenemos que hacerlo y lo podemos hacer con una sonrisa y no con caras largas.
Helping others, de Chogyam Trungpa Rimpoché en GREAT EASTERN SUN: THE WISDOM OF SHAMBHALA, pág. 180. Shambhala Publications.
pular, que sugiere que debemos examinar repetidamente nuestros pensamientos y sentimientos en busca de alguna clave perdida en el enigma de nuestro bienestar. Pero como explica Rimpoché, las emociones son las causantes de nuestra insatisfacción, los ladrones que de hecho nos engañan y roban nuestra paz interior. Así pues, ¿cómo podemos reconocer y transformar el sufrimiento que nos crean las emociones? Rimpoché ofrece una solución muy sencilla, pero profunda, que se basa en la tradición meditativa del antiguo dzogchen. “Cuando dirigimos nuestra observación hacia dentro y descansamos, podemos experimentar una estabilidad que va más allá de las euforias o descalabros de nuestras emociones, una paz espontánea que está más allá de la mente”. “Cuando hacemos del reposo de la mente un hábito, ya no continuaremos siendo engañados por nuestras emociones y podremos experimentar un bienestar genuino”. Para más información sobre Dzogchen Rimpoché y su gira europea de esta primavera, visitar www.dzogchen.org.in. Artículo de Gemma Keogh aparecido en el último Snow Lion Newsletter.
Chogyam Trungpa Rimpoché
Camino de fe, camino de la razón Podemos examinar cualquier tradición filosófica, religiosa o espiritual para entender el papel que conceden al camino de la fe y el que conceden al camino de la razón. En una tradición en la que se da más importancia al camino de la fe, el practicante cree, en primer lugar, en la autenticidad del maestro que expone esta tradición. Como resultado de esta confianza, uno cree en las palabras del maestro. En esas tradiciones el maestro es lo más importante. En contraste, en una tradición que enfatiza el camino de la razón, la enseñanza que se imparte es en sí misma más importante que el maestro que la muestra, quien quiera que éste sea. Las personas que siguen este camino usan su propia inteligencia para examinar las explicaciones del maestro. En el proceso de dicho examen, uno se cuestiona: “¿Son estas enseñanzas realmente un an-
tídoto para mi sufrimiento? ¿Me ayudan para aliviar las emociones destructoras que experimento? ¿Me sirven para aclarar mi confusión?”. Si se examinan con inteligencia las enseñanzas y se responde a estas preguntas afirmativamente, entonces la persona confía en la enseñanza y puede tener en alta estima a quien la expone. Así pues, adquirir confianza en la enseñanza (y como resultado, desarrollar fe en el maestro) es el camino de la razón. El Buda enfatizó la importancia del camino de la razón, de reflexionar sobre lo que se enseña. Él indicó a sus estudiantes que la confianza en las enseñanzas y en él mismo, debían ser producto del análisis crítico de sus palabras. Les dijo que si al analizar sus enseñanzas las encontraban beneficiosas, debían practicarlas, en el caso contrario debían dejarlas de lado. (…)
Khempo Tsultrim Gyamtso
Del artículo Camino de fe, camino de la razón: diseccionar la devoción. De Khempo Tsultrim Gyamtso aparecido en la BUDDHIST REVIEW, trycicle de la primavera del 2010.
Nuestro verdadero hogar no está en el pasado. Nuestro verdadero hogar no está en el futuro. Nuestro verdadero hogar es ahora. La vida está disponible solamente aquí, aquí y ahora, y este es nuestro verdadero hogar. La atención plena es la energía que nos ayuda a reconocer las condiciones de la felicidad que ya están presentes en nuestras vidas. No es necesario esperar 10 años para experimentar esta felicidad. Está presente en cada momento de tu vida diaria. Estamos vivos, pero no somos conscientes de ello. Pero al inspirar y ser consciente de tu inspiración, tocas el milagro de estar vivo. Esta es la razón por la que la atención plena es fuente de felicidad y dicha. La mayoría de la gente se olvida; no están realmente presentes la mayor parte del tiempo. Su mente queda atrapada en sus preocupaciones, sus miedos, en el enfado y los re-
mordimientos, y no tienen una atención plena en el estar presentes. Este estado de ser se llama olvidar; estás ahí pero sin estar real-
Thich Nhat Hanh
mente. Estás atrapado en el pasado, en el futuro. No estás presente en cada momento, viviendo tu vida en profundidad. Esto es olvidar. Lo opuesto al olvido es la atención plena. La atención plena es cuando estás realmente presente. Con todo tu cuerpo y mente, inspiras y espiras con atención, haces que tu mente permanezca cerca de tu cuerpo y tú permaneces justo ahí. Cuando tu mente está ahí con tu cuerpo, te estableces en el momento presente. Entonces puede reconocer las muchas condiciones de felicidad que están en ti y a tu alrededor y la felicidad se vuelve algo natural. (…)
En La atención plena es una fuente de felicidad de Thich Nhat Hanh que aparece en Shambhala Sun de marzo del 2010.
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Nuestro verdadero hogar
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Lama Zopa Rimpoché responde...
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Lama Zopa Rimpoché
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Del nuevo libro de Lama Yeshe Wisdom Archives Freedom Through Understanding.
Pregunta: Cuando la mente transmigra de una vida a otra, ¿qué es lo que continúa y qué es lo que se queda atrás? ¿Qué propensiones, como la memoria, el conocimiento y sabiduría, pasan a la vida próxima? Rimpoché: Lo que realmente continúa es la mente que lleva las improntas que le han sido proporcionadas por las acciones del cuerpo, del habla y de la mente. Las improntas son el potencial latente de las acciones; son como las semillas plantadas en la tierra. Así pues, las acciones graban las improntas en la mente, y de este modo son arrastradas de una vida a otra. Esto es por lo que advertimos que los niños, incluso los de los mismos padres, tienen diversos niveles de inteligencia y diferentes intereses y capacidades y esto es debido a que han traído distintas propensiones de otras vidas anteriores. Por ejemplo, cuando la gente estudia el darma, hay algunos que encuentran ciertos temas más fáciles de comprender que otros. Esto es porque han estudiado y entendido perfectamente estos temas en vidas anteriores. Por ejemplo, debido a las impresiones que quedaron en su mente, una persona que se ha entrenado en las enseñanzas de la realidad última en vidas anteriores, puede encontrar mucho más fácil entender la vacuidad en esta vida que alguien que no ha experimentado tal entrenamiento. Estas impresiones emergen de la experiencia, igual que las semillas plantadas en la tierra brotan cuando las condiciones son adecuadas. Algunas personas pueden incluso comprender ciertas enseñanzas simplemente leyéndolas, y no necesitar a un maestro que las explique, la comprensión surge automáticamente de su mente. En Tíbet había muchos grandes lamas que renacían con conocimiento del darma en su mente como resultado de su entrenamiento anterior. Incluso durante la niñez,
podían leer o recitar oraciones sin ser instruidos. Podían explicar las enseñanzas sin estudiarlas. Estas personas tienen más control y menos contaminación de ignorancia en su mente que la gente normal, y puesto que nacen con conocimiento no tienen ninguna necesidad de un maestro. Debido a que no poseen la ignorancia profunda de la gente corriente, pueden recordar su última vida, a pesar del intervalo de tiempo y el paso a través del canal de nacimiento de su madre, que es mayormente la causa por la que la gente corriente e ignorante olvida su vida anterior, no digamos lo que aprendió a lo largo de ella. Además, en lugar de poseer el conocimiento instintivo de los lamas reencarnados, lo que le surge a la gente corriente espontáneamente sin ninguna necesidad de instrucción es la ira, el orgullo, los celos, el aferramiento y otras falsas ilusiones, que pueden manifestarse incluso en la infancia. Pregunta: Yo pensaba que el budismo expone que no existe un yo permanente, pero parece ser que lo que está diciendo es que existe un yo permanente o alma que no cesa en la muerte y continúa de una vida a otra. Rimpoché: Es verdad, puesto que la continuidad de la mente no tiene ningún principio, la continuidad del yo permanente tampoco lo tiene. Tras la muerte en nuestra vida anterior, a medida que la continuidad de nuestra mente prosiguió a esta vida, también prosiguió la continuidad de nuestro yo. El yo no cesa en la muerte; a medida que la mente continúa, el yo continúa; en el estado intermedio y a continuación a la vida próxima. Si la mente cesara no habría ninguna forma en que el yo existiera. Pero la mente nunca cesa; continúa eternamente. Pregunta: Entonces, ¿no significa esto que el yo es autoexistente?
Las improntas son el potencial latente de las acciones; son como las semillas plantadas en la tierra.
Detalle de la Rueda de la Vida
sucesivamente. Sin embargo, aunque la palabra negativa utilizada es “no”, lo que realmente significa es que no hay un yo autoexistente, persona autoexistente, sentido u objeto autoexistente. También, cuando las enseñanzas del darma hablan sobre la no autoexistencia, no están diciendo que no existas, de hecho, sí que existes. No es así. Cuando las enseñanzas del darma dicen que no existe algo están refiriéndose a algo que pensamos que está ahí pero en realidad no está; algo que vemos que existe pero no existe como lo concebimos. Vemos los objetos de nuestros sentidos, las cosas que vemos, que oímos y que sentimos, como autoexistentes pero no vemos su naturaleza real, su naturaleza absoluta. Por ejemplo, cuando estamos viendo la televisión, la gente actúa de una cierta manera y nosotros respondemos emocionalmente como si esas situaciones fueran verdaderas… como si creyéramos que lo que estamos
viendo es real. O cuando estamos en el cine y se ve un derrumbamiento de tierra en la pantalla y conseguimos asustarnos y nos movemos en nuestros asientos como intentando esquivarla; como si hubiera un peligro real. Realmente, no hay ninguna razón para asustarse; es solamente una película, únicamente una imagen en la pantalla; pero algo en nosotros cree que es verdadero, así que intentamos apartarnos. Éste es un ejemplo de la forma en que vemos los objetos de los sentidos. La avalancha de la montaña, la ola gigantesca que viene hacia nosotros en el teatro no está realmente ahí… No hay ninguna roca ni agua en la pantalla, no hay peligro, pero todavía reaccionamos como si lo hubiera. Lo que nos aparece, lo que creemos, no existe en absoluto; lo que consideramos como autoexistente, independiente, es completamente opuesto a la realidad de la naturaleza del objeto.
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Rimpoché: Ah, ya entiendo lo que estás preguntando. Estás pensando que, cuando describí la meditación analítica de examinar la mente nuevamente dentro de la matriz de la madre y a continuación en la vida anterior, mencioné la continuidad del yo, que es permanente e incluso autoexistente, y que todo esto es contradictorio porque los textos de darma hablan generalmente de un yo no existente o de ningún yo. Bien, la primera cosa a entender es lo que significan las palabras en los libros realmente. Hay que ir más allá de las palabras y entender las razones detrás de esas palabras y por qué son utilizadas de la manera que lo son. Así pues, cuando lees un yo inexistente, puede que suene como si el yo no existiera, pero esto no es lo que significa; que no exista. Si las enseñanzas indicaran que no existe el yo, no habría ninguna razón para practicar el darma o para meditar, porque si no existiera un yo, no habría ninguna persona; ninguna persona que experimentara el sufrimiento; ninguna persona atrapada en el sufrimiento; ninguna persona para seguir el camino; ninguna persona para alcanzar la liberación, la libertad completa del sufrimiento; ninguna persona para lograr la iluminación. Entonces, si el darma expusiera que no existe ningún yo, por lo tanto, ninguna persona para meditar, ¿cuál sería la necesidad de la meditación? El darma estaría sugiriendo no practicar el darma, y no meditar. Pero no es así. Hay muchas otras enseñanzas que hablan de no forma, de no nariz, de no lengua, de no cinco sentidos y así
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