editorial Aprender y practicar Practicar sin aprender es como un impedido intentando escalar una montaña. Aprender sin practicar es como un ciego perdido en una vasta llanura. Tradición oral tibetana
Por alguna razón siempre he tenido muy presente una cita que escuché muy pronto, al comienzo de mi periplo dármico: “lo importante es practicar”, poner en marcha las enseñanzas, actualizar la experiencia de la meditación, llevar el estudio y la reflexión a la práctica. Acaso podamos referirnos en este sentido a dos aspectos del practicar. Por un lado está la acción dármica propiamente dicha, que consiste en estudiar, meditar, realizar las diferentes sadhanas, de acuerdo a los compromisos personales e idiosincrasias particulares, y aplicar nuestra comprensión del darma a la forma en que vivimos. Pero, por otro lado, también podríamos referirnos a la idea de poner en práctica, es decir, a la manera en que llevamos a la acción todo aquello que hemos aprendido: la atención, la templanza, la paciencia, analizar las cosas antes de actuar, saber mirar detrás de la apariencia de las cosas y recordar que la compasión es la esencia de nuestra relación con los demás cuando interactuamos con el entorno. Estamos hablando de la disciplina de la moderación y la corrección y de la responsabilidad de aplicar nuestra visión más profunda, no sólo como un principio filosófico e intelectual sino como un elemento esencial de todas nuestras actividades y comportamientos. Lama Yeshe sintetizaba la práctica del darma diciendo que suponía observar el karma y actuar en consecuencia. De nuevo encontramos aquí, por un lado, la necesidad de prestar atención a nues-
tras acciones para no dejarnos llevar por impulsos, tendencias y patrones habituales de conducta pero, a la vez, tenemos que considerar lo que este mismo planteamiento implica en el sentido de que es uno mismo quien toma sobre sus espaldas la responsabilidad de su futuro. Sentarse a meditar diariamente, en el marco de una sesión bien estructurada es, sin duda, un aspecto de la práctica, como lo es leer o escuchar enseñanzas, reflexionar sobre ellas y ponderarlas, hacer postraciones, recitar mantras, llevar a cabo retiros o cursos y colaborar en centros que se dedican altruistamente a dar a conocer el darma o a ayudar a los demás. Pero además practicar significa utilizar las enseñanzas para transformar nuestras mentes y algunos de sus rasgos perniciosos más característicos. Así, debemos cuestionar continuamente la preponderancia de la actitud de mirar sólo por uno mismo, estudiándola y analizándola hasta que pierda fuerza y se disuelva en la gran mente del amor incondicional. Practicar es intentar mantener una conciencia clara durante el día y la noche, en los momentos de euforia y los de zozobra. Y quizá tendría que incluir también elegir a los dirigentes más adecuados, defender las causas justas, contrarrestar la ignorancia que nos rodea, viviendo más conscientemente, y denunciar todos los abusos e injusticias que vemos a nuestro alrededor. Es evidente que el campo de acción del darma es inabarcable.
Cuadernos de budismo
XAVI ALONGINA – Editor
es una publicación trimestral de: EDICIONES DHARMA: Elías Abad, 3 bajos - Aptdo. 218 - 03660 Novelda (Alicante) - Tel. 96 560 32 00 E-mail: dharma@edicionesdharma.com – www.edicionesdharma.com DIRECTOR: Xavi Alongina • HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO: Agustín Araque, Isabel Vidarte, María Jesús Hervás, Aurora García, Valentín Mencía, José Alias, Eduardo García-Arévalo, Jianhong Liu, Javier Agenjo, Carlos Cirugeda, Marc Alongina y Santiago Aguado. SUSCRIPCIONES: M.ª Carmen Pérez - Tel.: 609 632 932 (de 9 a 14 horas) - maricarmen@edicionesdharma.com IMPRESIÓN: Aguado Impresores, S.L. · Novelda • Depósito Legal: A-1027-87 · ISSN: 1886-1067 • IMPRESO EN PAPEL RECICLADO 100% DISEÑO PORTADA: AGUADHARMA Cuadernos de budismo no comparte necesariamente las opiniones de sus colaboradores. NUESTRO OBJETIVO: presentar la esencia del budismo de una manera no sectaria e integrada a la cultura occidental. SUSCRIPCIÓN: se inicia siempre con el número de primavera de cada año. Al suscribiros recibiréis los números ya aparecidos en el año. El precio de la suscripción para el 2011 es de 20 €. 25 € para el extranjero. Por respeto al medio ambiente, a los textos e imágenes que contiene, no tiréis a la basura los ejemplares viejos de Cuadernos. Pasadlos a alguien o juntadlos con vuestro papel para reciclar. EDICIONES DHARMA ESTÁ ASOCIADO A LA FPMT
Índice 2 4 7 8
Editorial De otras revistas y de la red Estado de las cosas Lama Zopa Rimpoché contesta... Lama Zopa Rimpoché
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Las mejores respuestas se encuentran en la meditación. Lama Thubten Yeshe La esencia de la compasión Dilgo Khyentse Rimpoché
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En busca del maestro El monasterio de Pelkor Chode Aquí y ahora. James Low La experiencia del cojín… o cómo contemplar la realidad sentadito cómodamente. Antonio Pascual
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Cansado y con dolor de piernas Miguel Ángel León
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La práctica budista. Anila Jamyang Wangmo abc Maneras de vivir. José Alias Federación Budista Española Los ocho símbolos auspiciosos. El loto Libros Estatua de Lama Thubten Yeshe Imágenes del despertar Portada: Imagen de Manyusri pintada sobre una piedra esculpida en la base del Potala en Lhasa. A lo largo del camino que rodea el Potala los peregrinos levantan pequeñas capillas en las mismas paredes del palacio casi a modo de arte callejero. Foto: Carlos Cirugeda Contraportada: Tangka de Vajrasatva. Por cortesía de Surendra’s Tibetan Thangka Treasure House. Nepal (Kathmandu)
“Dicho de una persona: De especial virtud y ejemplo”. Esta es la tercera acepción del diccionario de la RAE de la palabra santo. Desde que supimos hace unas semanas del ictus cerebral que ha sufrido Lama Zopa he estado buscando el adjetivo que quería utilizar para escribir esta breve nota. Los otros términos más técnicos y “budistas” de yogui, bodisatva o incluso buda me parecía que se alejaban de lo que quería decir. Santo es, a su vez, un término confuso pero permitidme que lo emplee. Yo conozco a un santo, es el pensamiento que me vino cuando supe sobre su reciente achaque. Él representa la verdadera devoción, práctica y dedicación. Autenticidad al cien por cien. Exagerado e incluso excéntrico en sus comportamientos iluminados, Lama Zopa está dotado de un sentido del humor fuera de toda medida. Lama Zopa enseña el darma sin concesiones, sin endulzar. Es en esto un maestro que exige un esfuerzo excepcional por parte del practicante, que tiene que hacer frente a los crudos datos de la realidad samsárica expresados por alguien que ve las cosas como son. Sus inacabables sesiones de enseñanzas que ponen a prueba a sus oyentes. Su forma de enseñar en bucles; dando explicaciones de un concepto repetidamente, hasta conseguir transmitir el significado, son bien conocidos. Después sentí cierta incertidumbre, incomodidad e incluso desazón. Si Lama Zopa puede tener un derrame cerebral entonces estamos perdidos… Después del acaloramiento y el golpe emocional que supone enterarse de la enfermedad de tu maestro hemos de referirnos a la opinión budista al respecto: un maestro cuando muestra la enfermedad no lo hace por causas contaminadas sino por compasión, para enseñarnos algo. En suma, para guiarnos. Viendo a Lama Zopa en el vídeo colgado de YouTube (http://www.youtube.com/watch?v=baixwZYmpRw) intentando tomarse su medicación descubres que es un hombre libre. Es de alabar la actitud de la FPMT de dar a conocer el estado de Lama sin esconder nada y casi en tiempo real. Afortunadamente hay miles de personas en todo el mundo que están rezando por él. Gracias Lama Zopa por, siquiera considerar, quedarte con nosotros por muchos más años. Lama Zopa es también un ejemplo en la enfermedad. Lo es como practicante, como maestro y ahora como enfermo.
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Un santo entre nosotros
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de otras revistas y de la red Sabiduría viva “La enfermedad de mirar solo para el propio beneficio es la raíz de cualquier intención de dañar a otros; no es algo saludable. Por lo tanto, un bodisatva refrena dicha actitud. ¿Qué significa mirar sólo para el propio beneficio? No hablamos de olvidarnos de nosotros mismos por completo porque, con el fin de alcanzar la budeidad, un bodisatva debe desarrollar una fuerte confianza en sí mismo. Pero tenemos que distinguir claramente entre ésta y una clase inferior de mirar solo por el provecho personal. Esto se puede lograr practicando las diez acciones virtuosas”. Su Santidad el Dalái Lama El Dalái Lama
Las 10 acciones virtuosas del Dalái Lama 1. Protege y defiende la vida. 2. Sé generoso y no tomes lo que no se te da. 3. Trata a tu pareja con respeto, respetando tus votos de compromiso. 4. Habla con sinceridad. 5. Habla con el fin de lograr la armonía entre los seres. 6. Habla con amabilidad. 7. Abstente del hablar por hablar. 8. Siéntete feliz por los logros de los demás. 9. Sé cordial con todos. 10. Mantén una visión que contemple el karma y la comprensión del camino medio entre los dos puntos de vista extremos del eternalismo y el nihilismo, junto con los dos tipos de acumulación (de mérito y sabiduría). De un correo electrónico de la Oficina de la FPMT. Adaptado de Living Wisdom with His Holiness The Dalai Lama. Audio de Sounds True, 2006.
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Transmisión e integración
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Es algo que resulta evidente en las propias prácticas. Al crear rituales, personas como Longchenpa y Jigme Lingpa integraron muchas dimensiones humanas y las incorporaron en las prácticas. Por contra, hay una tendencia entre los occidentales de pecar en exceso de intelectualismo o llevar a cabo los rituales de una forma que no permiten al practicante recibir un impacto emocional. La práctica trata realmente de comprometerse totalmente con cuerpo, palabra y mente; se trata de abrir el ser entero. (…) Recuerdo que mi primer mala me lo presentó Gueshe Wangyal en una casa de retiros de New Jersey; fue un momento especial para mí. Cuando me lo dio me dijo “usa hilo rojo y amarillo para enhebrar las cuentas”. Por lo general se emplea un hilo de un solo color. Varios años después de que empezara a estu-
diar y realizar las prácticas preliminares en la tradición Ñingma, recordé la instrucción de Gueshela y me di cuenta de que, al menos para mí, eso era un símbolo de integración. (…) En nuestra cultura, a menudo pensamos que nuestro objetivo principal es aprender budismo de un modo intelectual. Aun cuando el estudio se realice con la motivación de beneficiar la práctica, puede ser difícil saber cómo digerir una enseñanza de forma experimental en nuestro cuerpo, sentimientos y emociones además de con nuestro intelecto… Por ejemplo, una enseñanza tan simple y profunda como la transitoriedad es fácil de asumir intelectualmente; tan fácil que uno no quiere dedicarle demasiado tiempo porque no resulta intelectualmente interesante. (…) Sin embargo, impregnarse de un
Anne Rigzin Drolma
concepto tan simple como el de la transitoriedad puede requerir décadas. (…) Hay diferencia entre entender algo de forma intelectual y después experimentarlo para finalmente realizarlo completamente. Este tipo de espectro de desarrollo requiere madurez y tiempo para poder integrarlo con claridad. (…)
Camina como un buda; llega al aquí y ahora
La práctica es una experiencia del ser entero; tradicionalmente se define como una experiencia de cuerpo, habla y mente. El habla incorpora la idea de energía o corrientes sutiles y cada práctica impacta en nuestros cuerpos energéticamente. A medida que estemos más presentes en nuestros cuerpos, seremos más capaces de “conectar” con nuestros sentimientos y darnos cuenta de dónde están bloqueadas nuestras emociones. Algunas prácticas eficaces son las que suponen hacer un barrido mental cuidadoso por el cuerpo; tanto si se trata de la
Thich Nhat Hanh
un experto en ordenadores, aparece y dice “Déjame sitio, yo me encargo de eso”. Y tan pronto como se sienta, todo se arregla. Es así de sencillo. Cuando encuentres algo difícil, deja espacio y permite que el buda tome tu lugar. Debes tener fe en el buda interior, y permite que sea el buda el que ande, y también permite que otras personas queridas por ti anden también. (…) Andamos continuamente pero casi siempre se trata más bien de correr. Nuestros apresurados pasos imprimen tristeza y ansiedad a la Tierra. Si podemos dar un paso en paz, podemos dar dos, tres, cuatro y, a la sazón, cinco pasos por la paz y felicidad de la humanidad. (…) “Walk like a Buddha” es un artículo de Thich Nhat Hanh adaptado de su libro From Buddha Mind, Buddha Body: Walking Towards Enlightenment, de Parallax Press (2007), tal y como aparece en el número de verano de Tricycle: The Buddhist review.
meditación vipásana del teravada o prácticas como la de Vajrasatva, en donde “permites que todo se llene”, llenando cada poro y célula con luz. Esto supone y precisa ser consciente en y de cada parte de tu cuerpo. En nuestra cultura se hace mucho hincapié en la presencia del cuerpo, en cómo nos mostramos ante los demás. Hay muy poca información que nos invite a sentir nuestro cuerpo desde el interior; descubrir cómo sienten nuestros cuerpos. Tradicionalmente las culturas del mundo conocen la importancia de permanecer conectado con el cuerpo y ésta
es una forma en la que la práctica budista proporciona un vínculo que los occidentales hemos perdido. Los tibetanos no hablan de estar en tu cuerpo, porque lo hacen instintivamente… y estar en el cuerpo lleva a conectar con las emociones y sentir lugares (en donde te sientes muerto). (…) Extracto de una entrevista de Jeff Cox a la profesora Anne Rigzin Drolma, autora de Heart Essence of the Vast Expanse: A story of Transmission. Publicado en la revista Snow Lion: The Buddhist Magazine de primavera del 2011.
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En El Sutra del loto, al Buda se le describe como la criatura más respetada y querida que anda sobre dos pies. Era tan querido porque sabía cómo disfrutar de un buen paseo. En el budismo, caminar es una técnica de meditación importante y puede ser una práctica profundamente espiritual. Cuando el Buda caminaba lo hacía sin esfuerzo, simplemente disfrutaba con andar. No tenía que esforzarse, porque cuando caminas con atención plena estás en contacto con todas las maravillas de la vida, dentro y alrededor de ti. Esta es la mejor forma de práctica, con la apariencia de la no práctica. No realizas un esfuerzo, no te esfuerzas, simplemente disfrutas del paseo, pero es algo muy profundo. (…) Cuando practicas la meditación de andar despacio solo, intenta lo siguiente: Inspira y da un paso y centra toda tu atención en la suela de tu pie. Si no has llegado completamente al aquí y ahora, al cien por cien, no des otro paso. Dispones del lujo de hacerlo. Seguidamente cuando estés seguro de haber llegado al cien por cien al aquí y ahora, tocando la realidad en profundidad, entonces sonríes y das un paso más. Cuando andas de esta forma, imprimes tu estabilidad, tu solidez, tu libertad, tu alegría en el suelo. Tu pie es como un sello. Cuando pones un sello en un trozo de papel, el sello crea una impresión. Al mirar tus huellas, puedes ver la señal de la libertad, la señal de solidez, la señal de felicidad, la señal de la vida. Puedes dar un paso semejante porque en ti hay un buda; la naturaleza de buda, la capacidad de ser consciente de lo que está sucediendo. Hay un buda en cada uno de nosotros y debemos permitir que el buda ande. Incluso en las circunstancias más adversas puedes caminar como un buda. El año pasado visité Corea y hubo un momento en que mi grupo se vio rodeado por cientos de personas. Cada uno de ellos tenía una cámara y se iban acercando más y más a nuestro grupo. No había camino por donde pasar y todo el mundo dirigía sus cámaras hacia nosotros. Era una situación muy difícil para llevar a cabo una práctica de meditación andando, de modo que dije: “Querido Buda, me rindo, camina por mí”. Y enseguida el buda llegó y caminó, con total libertad, y la multitud hizo espacio para que el buda pudiera andar; no se realizó ningún esfuerzo. Si te encuentras con alguna dificultad, detente un momento, y da la opción a que el buda tome tu lugar. El buda está en ti. Esto funciona en todas las situaciones, lo he experimentado. Es como encontrarse con un problema con el ordenador. No consigues salir del embrollo. Pero entonces el hermano mayor, que es
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de otras revistas y de la red
Los budas de Bamiyan eran de vivos colores Las dos monumentales estatuas de Buda del valle de Bamiyan (Afganistán), fechadas en el siglo VI y destruidas por los talibanes en 2001, empiezan a desvelar sus secretos a los científicos que están estudiando sus fragmentos desde hace un año y medio. En origen y antes de la conversión de la región al islam, los dos budas eran de colores brillantes (uno de ellos, el mayor, en tonos rojizos y el otro en blanco) y se repintaron varias veces, con diferentes colores en el interior y el exterior de los ropajes, según han averiguado los científicos europeos y japoneses que están examinando los restos. También han logrado una datación exacta de las
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Estatuas pintadas
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estatuas mediante espectrometría de los materiales orgánicos intercalados en las capas de arcilla, determinando que la estatua más pequeña (de 38 metros de altura) fue construida entre 544 y 595, mientras que la más alta (de 55 metros), entre 591 y 644. “Los budas estuvieron durante un tiempo intensamente coloreados”, explica Erwin Emmerling, de la Universidad Técnica de Munich (TUM). Sus investigaciones han permitido desvelar que, antes de la conversión de la región al islam, las estatuas fueron pintadas y repintadas, probablemente porque los colores se iban desvaneciendo. Las túnicas estaban pintadas de azul oscuro en su interior y rosa y naranja brillante por fuera. Al final el buda gran-
de estaba pintado de rojo y el pequeño de blanco, con el interior de la ropa en azul pálido en ambos casos. Estos detalles de los análisis confirman los relatos del siglo XI, que hablaban de un buda rojo y un monje blanco. (…) Las dos estatuas (la grande, de 12 metros de fondo, y la pequeña, de 2) fueron esculpidas directamente en la roca del acantilado, quedando encajadas en nichos. Pero los adornos se hicieron separadamente y se añadieron con diferentes técnicas. Eran adornos de arcilla aplicados en dos o tres capas con una maestría que asombra a los científicos actuales: “Las superficies están perfectamente lisas, algo que solo encuentras en materiales elaborados al horno, como la porcelana”, explica Emmerling. Dentro de la arcilla hay paja que absorbe bien la humedad, pelos de animales que estabilizan el material y cuarzo y otros aditivos que evitan el agrietamiento. La capa de abajo está sujeta con cuerdas amarradas a estaquillas de madera. Esta técnica permitía al artesano aplicar capas gruesas, de hasta ocho centímetros de grosor, “que han sobrevivido no solo 1.500 años, sino incluso a los efectos de las explosiones, en algunos fragmentos”, dice Emmerling. (…) La cuestión de la conservación y posible reconstrucción in situ de las dos piezas es controvertida. Se está preparando una simulación por ordenador, en tres dimensiones, de todo el acantilado con las estatuas en su posición original. Emmerling es escéptico acerca de las posibilidades de rehacer la grande, la de 55 metros con 12 de fondo, mientras la pequeña tiene más posibilidades. La idea, en cualquier caso, es recomponer los fragmentos más que intentar una reconstrucción. La misma conservación de los trozos es complicada y la restauración de las figuras podría chocar incluso con obstáculos políticos. (…) El País. Alicia Rivera. Madrid - 01/03/2011
A ver... Entre otros múltiples y terribles sucesos, demasiado cotidianos para ser casuales, se produce una hecatombe económica planetaria hace unos 3 años y lo único que se les ocurre a los diferentes gobiernos del mundo mundial es volver a dar dinero a los causantes de dicho desastre que, por supuesto, se sienten my contentos y les dicen a los que les han dado el efectivo que para que no vuelva a ocurrir semejante cosa lo que se tiene que hacer es despedir personal, bajar sueldos, subir los impuestos... Y todos tan felices, ellos, mientras el 80% de la población de este planeta Tierra se muere de hambre o por armas de fuego, bombas y demás inventos, por no hablar del daño ético y moral que conlleva la indiferencia y el desprecio de los poderes que realizan una y otra vez este tipo de acciones. Algo muy alejado del ejemplo del Buda, que en su esencia no es un ser, sino ese estado tan escondido que apenas reparamos en él, cuando habla de la interrelación y la compasión que empieza por uno mismo, por la pequeña llamita que titila en el corazón de todos y cada uno de nosotros y que, si no puede iluminar el mundo, sí puede iluminar el pequeño lugar que ocupamos y aquello que está a nuestro alrededor a cada cambiante momento. Al mismo tiempo, los que administran, muy mal, el dinero público siguen sin cortarse un pelo y gastándose lo suyo y lo de todos en una imparable carrera de a ver quién miente más y peor, es más sinvergüenza y tiene que pagar la fianza más alta en los innumerables procesos judiciales que conlleva su “buen hacer”... Y luego, cuando nos quejamos, nos llaman de todo menos ciudadanos. Se ha caído el sistema, ya no funciona, Thich Nhat Hanh lo adelantaba hace algún tiempo: Debemos aprender a aceptar el fin de nuestra civilización. Igual que aceptamos nuestra propia
Estado de las cosas Movimiento 15-M • Citas vistas en Sol
muerte, aceptemos la muerte de nuestra civilización. Sabemos que otra civilización nacerá mas tarde... Toquemos la verdad de la transitoriedad y seguidamente tendremos paz. Cuando tengamos paz, de nuevo habrá esperanza... Un cambio colectivo de conciencia traerá consigo una nueva forma de vida, una forma consciente de vivir. Viviendo conscientemente el momento presente, no precisas consumir o correr detrás de los objetos de apego para ser feliz. La enseñanza de Buda es muy clara, muy definitiva y fácil de entender. Tenemos el poder de decidir el futuro de nuestro planeta... Si despertamos a nuestra verdadera situación, habrá un cambio colectivo en nuestra conciencia. Entonces la esperanza será posible (“Cuadernos de budismo”, otoño 2008). Y en un plano relativo, cotidiano, ya no nos vale, por ejemplo, con depositar un voto cada 4 años en una urna –vaya nombrecito– y esperar con los ojos cerrados, callada la boca y el trasero pegado al sillón, los ojos anegados por las televisivas imágenes del deseo, sin escuchar realmente, qué nuevos desmanes se les ocurren a los mandatarios del momento.
Y no hay que salirse del sistema para cambiar algo que se puede hacer con los medios que se dispone a nivel legal; se trata más bien de usar esa legalidad para generar empleo y derechos que nos incluyan a la mayoría, no sólo a unos cuantos privilegiados. Y no hay que salirse de uno mismo para encontrar todos estos problemas y sus soluciones; pararse y observar, mirar y ver, oír y escuchar... y, desde esa conciencia, actuar pacíficamente y con claridad. De esto, entre otras cosas, es de lo que se está hablando en plazas y asambleas, de lo que se habla en la calle, aunque algunos se empecinen en culpar al enemigo, al del “otro partido”, de los males que nos aquejan y asolan –la cosa de la derecha y la izquierda, ya no es la cosa– y no quieran ver que todos estamos en el mismo barco y que o cuidamos la casa y sus habitantes, nuestro mundo relativo, o se va todo al traste. Se acabó el tiempo, no va más, el futuro es ahora... o no será. Ver también: http://www.youtube.com/watch?v=Vr9BTyug4FA&feature=share José Alias 15/05/2011
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No nos vamos, nos mudamos a tu conciencia. Te oigo quejarte en casa, sal a la calle a que te oigan. Violencia es mentir. Gracias por habernos llegado al corazón. ¡Abre los ojos de dentro, es la hora! No + insultos a la inteligencia. El engaño más grande de la historia tendrá la respuesta más grande de la historia. Más propuestas en siete días que en el parlamento en 15 años. La revolución no necesita violencia.
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