EL DALAI LAMA; LA POLÍTICA DE LA BONDAD
EL DALAI LAMA; LA POLÍTICA DE LA BONDAD UNA ANTOLOGÍA DE ESCRITOS DEL Y SOBRE EL DALAI LAMA
RECOPILADO Y EDITADO POR
SIDNEY PIBURN
EDICIONES DHARMA
Título original: “The Dalai Lama, A Policy of Kindness”
© 1990 Sidney Piburn Por cortesía de Snow Lion Publications, Inc, Ithaca N. Y. USA
Traducción del inglés: Ven. Jampa Chokyi y Lucas Bono. © 1994, Ediciones Dharma Aptdo, 218 03660 Novelda (Alicante) © Edición de bolsillo, 1997 © Tercera Edición, 2006
Foto de la portada: Tara Verde de la Tibetan Thanka Treasure, Kathmandu, Nepal
ISBN: 84-96478-05-X Depósito Legal: A-203-94 Impreso por Aguado Impresores, S.L. • Novelda (Alicante) Impreso en España. Printed in spain
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ÍNDICE Prefacio Introducción 1. Discurso del Premio Nobel de la Paz 2. El Buda viviente de Tíbet 3. Su vida, una entrevista con John Avedon 4. Un día en la vida del Dalai Lama 5. Bondad y compasión 6. Cooperación entre las diferentes religiones del mundo 7. Razón, ciencia y valores espirituales 8. Meditación 9. Una charla con budistas occidentales 10. Vivir sanamente 11. Derechos humanos y responsabilidad universal 12. Un acercamiento ético hacia la protección del medio ambiente 13. El Discurso del Premio Nobel 14. Desde el corazón del Dalai Lama 15. La compasión y el individuo 16. Comunicado sobre el uso del dinero del Premio Nobel de la Paz Agradecimientos Bibliografía
11 13 17 29 37 47 51 59 67 75 87 99 109 113 117 127 135 149 151 154
“Con la cabeza inclinada hacia atrás y los ojos cerrados y apretados, estalla en una carcajada... Como la mayoría de los tibetanos está dotado de un profundo sentido del humor y cuando ríe, lo hace con todo su cuerpo. Tiene una risa maravillosa y espontánea, que empieza con una profunda resonancia y se desvanece con un tono agudo, como si todas sus previas trece reencarnaciones se le unieran. El hecho de que sea capaz de reir frente a la adversidad después de todo lo que ha experimentado durante las tres últimas décadas indica que es un hombre que ha encontrado la paz interior”. Michael Goodman
“Es mi esperanza que la traducción al castellano de este libro permita a los lectores de habla española conocer más sobre Tíbet y el pueblo tibetano, que ha sufrido –y continúa sufriendo terriblemente bajo el dominio chino–. También espero que todos aquellos que lean este libro puedan beneficiarse de la filosofía de la compasión que intento propagar”. Su Santidad el Dalai Lama
PREFACIO
El 10 de Diciembre de 1989, el Comité Noruego del Premio Nobel otorgó el Premio Nobel de la Paz al decimocuarto Dalai Lama, líder espiritual y político del pueblo tibetano. Este reconocimiento me complace particularmente, ya que me encontraba entre aquellos que nominaron al Dalai Lama para este prestigioso galardón. Es mi esperanza que el alto significado moral del Premio Nobel con el reconocimiento del prestigio del Dalai Lama, pueda inspirar y facultar al pueblo tibetano y al pueblo chino, a seguir la propuesta del Dalai Lama, un “Camino Medio” hacia la paz, rechazando la violencia y adoptando una resolución pacífica a través del diálogo. Además, espero que este reconocimiento dirija la atención internacional sobre las condiciones y aspiraciones del pueblo tibetano y atraiga el apoyo mundial a sus esfuerzos para salvar la amenazada cultura tibetana. Durante los ochenta y ocho años de existencia del Premio Nobel, nadie lo ha merecido más que el Dalai Lama, cuya filosofía de la vida se fundamenta sobre el concepto de responsabilidad universal y veneración por todas las cosas vivas. Su defensa no se ha limitado a los derechos humanos. En su visión de un mundo mejor, la naturaleza también tiene sus derechos, algo que ni los chinos ni cualquier otra potencia puede moralmente quebrantar.
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El pasado año (1988) hemos sido testigos del despliegue de unos acontecimientos que muchos creíamos improbables en nuestra vida. Hemos visto la democracia en naciones en donde las libertades humanas habían sido totalmente denegadas. Hemos visto encresparse la poderosa expansión de agitación popular, exigiendo reformas y derribando gobiernos en Polonia, Alemania del Este, Checoslovaquia, Bulgaria y Hungría. Pero las terribles escenas de libertad aplastada en Tíbet y China, nos recuerdan que el avance de la democracia se ha puesto en marcha con paso desigual. China sobrevivirá a estos días de represión y política retrógrada. Sin embargo, no podemos estar tan seguros sobre Tíbet, aislado por las políticas restrictivas y bajo la ley marcial desde marzo de 1989, y según muchos informes, amenazado por el traslado masivo de población china. Nuestra vigilia por la paz, la razón y la libertad en Tíbet es algo de lo que nunca debemos desistir. Podemos tener una gran esperanza en la certeza de que el Dalai Lama continuará proporcionándonos un pozo de sabiduría y activos consejos por muchos años. Cuando volvemos la vista atrás, hacia los asombrosos acontecimientos de 1989, no es nada increíble que Su Santidad, el XIV Dalai Lama, un día conceda audiencias en Lhasa. Yo personalmente espero que nos encontremos allí y ver el Premio Nobel de la Paz de 1989 reposando magníficamente en los estantes del palacio del Potala. Senador Clairborne Pell Presidente del Senado de los Estados Unidos de América Comité de Relaciones Extranjeras
INTRODUCCIÓN
En 1989 el Premio Nobel de la Paz fue concedido al Dalai Lama. Con este prestigioso premio, Su Santidad el Dalai Lama ocupa su lugar entre otros líderes cuya visión les ha llevado a lo más intenso de la lucha social. Aunque declara ser sólo un sencillo ser humano, es conocido en todo el mundo como un infatigable trabajador por la paz, un gran maestro espiritual y un hombre con un don para expresar grandes verdades de una forma comprensible para todos. La combinación de una genuina calidez y contagioso sentido del humor, penetrante intelecto y encantadora humildad, le ha ganado muchos amigos y admiradores por todo el mundo. El Dalai Lama es una persona polifacética y enormemente carismática. Aunque es un erudito perspicaz y competente, es también capaz de dirigirse a una audiencia general con una sencillez y franqueza que son profundas en su intimidad, conmoviendo el corazón de los que le escuchan. La historia de su vida, así como sus conferencias y escritos, son presentados aquí para mostrar una amplia descripción de este hombre extraordinario. Tensin Guiatso nació en una familia campesina de Amdo, al Este de Tíbet, en 1935, y fue reconocido a la edad de dos años por un grupo de búsqueda del gobierno y de eminentes lamas, como la decimocuarta encarnación en el linaje de los Dalai Lamas. A la edad de cuatro años, fue llevado a Lhasa y reconocido oficialmente como el Dalai Lama.
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Siguiendo a la invasión y ocupación de Tíbet por China en 1950 y la subsiguiente sublevación popular en gran escala contra los invasores chinos en 1959, el Dalai Lama, junto con cien mil refugiados tibetanos, huyó a través de los Himalayas hacia India y otros países vecinos. En India redactó una constitución democrática, formó el gobierno tibetano en el exilio y empezó a establecer las instituciones que formarían las bases para la nueva sociedad tibetana: escuelas, hospitales, orfanatos, cooperativas de trabajo, comunidades agrícolas, instituciones para la preservación de la música y el teatro tradicionales e instituciones monásticas. Actualmente y bajo su dirección, los tibetanos son uno de los grupos de refugiados mejor asentados que se conoce en el mundo. La cultura tibetana está ahora mejor preservada “fuera” que “dentro” de Tíbet. Según el informe de la Comisión Internacional de Juristas, en el interior de Tíbet los chinos han llevado a cabo un genocidio cultural en masa. En 1959 había en Tíbet más de seis mil monasterios. En 1980 sólo quedaban intactos doce. Más de un millón de los seis millones de tibetanos han muerto como resultado directo de la ocupación china; según cálculos chinos, sólo en Lhasa, unas 87.000 personas murieron, durante la sublevación popular de 1959. A pesar de todo esto, el Dalai Lama no ha perdido ni su esperanza ni su determinación de conseguir justicia para su gente. Durante más de treinta años ha luchado con este gigante –China–, no con ira, sino con compasión, de un modo no violento, armado sólo con la verdad. Su estrategia ha sido atraer la atención mundial hacia la crisis tibetana en la creencia de que la justicia de su causa provocará los cambios en la política china hacia Tíbet. Mucho antes de los sucesos de la plaza de Tiananmen, el ejército chino disparó repetidas veces sobre los manifestantes tibetanos desarmados. Después de uno de estos brutales ataques, en marzo de 1989, donde cientos de tibetanos murieron, la ley marcial fue proclamada en Lhasa, unos tres meses antes del su-
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ceso de Tiananmen. Sin embargo, incluso durante la tragedia de Tiananmen, los boletines informativos y los políticos ráramente mencionaron Tíbet. Incluso ahora la ley marcial está todavía en vigor en Lhasa. Aunque Tíbet es aproximadamente del tamaño de la Comunidad Europea, el mundo no ha hecho caso del sufrimiento que ha tenido lugar allí. Muchos líderes políticos mundiales son reacios a entrevistarse públicamente con el Dalai Lama, por miedo a ofender al gobierno chino. Los tibetanos de dentro y fuera de Tíbet han considerado por largo tiempo al Dalai Lama como su líder y como la personificación de sus esperanzas de supervivencia como pueblo. Debido a su extraordinaria firmeza de carácter y defensa de los valores humanos básicos, independientemente de una política particular o ideología religiosa, ahora emerge no sólo como líder del pueblo tibetano, sino como figura mundial. Durante los últimos años, ha trabajado incansablemente para reformar las actitudes en pro de una mejor sociedad, fomentando la importancia de la bondad y la compasión, así como la comprensión de nuestra común humanidad como base del diálogo en la resolución de los conflictos personales y políticos. Esta selección de discursos, entrevistas y ensayos biográficos tienen el propósito de dar una imagen de la vida personal del Dalai Lama, sus amplios y variados intereses y sus pensamientos sobre cuestiones de interés global. Esperamos que este conjunto de a los lectores que no están familiarizados con él, una comprensión más profunda de este hombre de paz. El Dalai Lama emerge como un hombre altamente pragmático, consagrado a establecer soluciones no violentas a los problemas humanos en las esferas personales, del medio ambiente y la política. Este libro ciertamente es de una índole introductoria. Muchos de los temas presentados aquí son expuestos con mucho más detalle y profundidad en otros libros del Dalai Lama. Quiero dar las gracias al notable autor Andrew Harvey, que en un principio me sugirió la idea de este libro, exhortándome a
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emprender el proyecto. También quiero darle las gracias a mi amigo Jeffrey Cox por su comprensión y estímulo; a Christine Cox y Susan Kyser por su amable y perspicaz ayuda editorial; a Calvin Smith y muchos otros amigos que leyeron el manuscrito e hicieron sugerencias útiles y a mi esposa Yvonne, la cual me animó a pesar de mis largas horas de trabajo y mi descuido doméstico. También estoy muy agradecido a la ayuda de la Fundación Nobel y de los muchos editores que amablemente me dieron permiso para utilizar el material incluido en esta antología. Especialmente, doy las gracias a Tenzin Tethong, representante personal de Su Santidad el Dalai Lama, por ayudarme a conseguir las copias de las diferentes charlas, y a Tensin Geyche de la oficina de Su Santidad el Dalai Lama. Pero en especial quiero expresar mi profunda gratitud a Su Santidad el Dalai Lama, Tensin Guiatso, por ser un ejemplo para todos nosotros, mostrándonos el camino hacia un mundo mejor por medio de sus acciones desinteresadas y su pensamiento. Sidney Piburn
1 DISCURSO DEL PREMIO NOBEL DE LA PAZ
Hermanos y hermanas; Es un honor y un placer estar hoy entre ustedes. Me alegro realmente de ver muchos viejos amigos que han venido de diferentes rincones del mundo y de poder hacer nuevos amigos, a quienes espero encontrar de nuevo en el futuro. Cuando me encuentro con gente de diferentes partes del mundo, siempre recuerdo que todos nosotros somos básicamente iguales: todos somos seres humanos. Posiblemente vistamos ropas diferentes, nuestra piel sea de color diferente o hablemos distintos idiomas. Pero esto es superficial, en lo básico, somos seres humanos semejantes y esto es lo que nos vincula los unos a los otros. Además, es lo que hace posible que nos entendamos y que desarrollemos amistad e intimidad. Pensando sobre lo que podía decir hoy, he decidido compartir con ustedes algunos de mis pensamientos sobre los problemas comunes con los que todos nosotros, como miembros de la familia humana, nos enfrentamos. Puesto que todos compartimos este pequeño planeta, tenemos que aprender a vivir en armonía y paz entre nosotros y con la naturaleza. Esto no es solamente un sueño, sino una necesidad. Dependemos los unos de los otros en tantas cosas que ya no podemos vivir en comunidades aisladas, ignorando lo que ocurre fuera de ellas. Cuando nos encontramos con dificultades necesitamos ayudarnos los unos a los otros, y debemos compartir la buena fortuna que gozamos. Les hablo solamente como otro ser humano,
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como un sencillo monje. Si encuentran útil lo que digo, espero que intenten practicarlo. Hoy también deseo compartir con ustedes mis sentimientos con respecto a la difícil situación y las aspiraciones del pueblo de Tíbet. El Premio Nobel es un premio que ellos bien merecen por su valor e inagotable determinación durante los pasados cuarenta años de ocupación extranjera. Como libre portavoz de mis compatriotas cautivos, hombres y mujeres, siento que es mi deber levantar la voz en su favor. No hablo con un sentimiento de ira u odio contra aquellos que son responsables del inmenso sufrimiento de nuestro pueblo y de la destrucción de nuestra tierra, nuestros hogares y nuestra cultura. Ellos también son seres humanos que luchan por encontrar la felicidad y merecen nuestra compasión. Sólo hablo para informarles de la triste situación que atraviesa mi país y de las aspiraciones de mi pueblo, porque en nuestra lucha por la libertad, sólo poseemos como única arma la verdad. La comprensión de que somos básicamente seres humanos semejantes que buscan felicidad e intentan evitar el sufrimiento, es muy útil para desarrollar un sentido de fraternidad, un sentimiento cálido de amor y compasión por los demás. Esto, a su vez, es esencial si queremos sobrevivir en él, cada vez más reducido, mundo en que vivimos. Porque si cada uno de nosotros buscamos egoístamente sólo lo que creemos que nos interesa, sin preocuparnos de las necesidades de los demás, acabaremos no sólo haciendo daño a los demás, sino también a nosotros mismos. Este hecho se ha visto claramente a lo largo de este siglo. Sabemos que hacer una guerra nuclear hoy, por ejemplo, sería una forma de suicidio; o que contaminar la atmósfera o el océano para conseguir un beneficio a corto plazo, sería destruir la base misma de nuestra supervivencia. Puesto que los individuos y las naciones están volviéndose cada vez más interdependientes, no tenemos más remedio que desarrollar lo que yo llamo un sentido de responsabilidad universal. En la actualidad, somos realmente una gran familia mundial. Lo que ocurre en una parte del mundo puede afectarnos a todos. Esto,
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por supuesto, no es solamente cierto para las cosas negativas, sino que es igualmente válido para los progresos positivos. Gracias a los extraordinarios medios de comunicación tecnológicos, no sólo conocemos lo que ocurre en otra parte, sino que también nos vemos afectados directamente por los acontecimientos de sitios remotos. Nos sentimos tristes cuando hay niños hambrientos en el Este de África. Del mismo modo, nos alegramos cuando una familia se reúne, después de una separación de décadas debida al Muro de Berlín. Cuando ocurre un accidente nuclear a muchos kilómetros de distancia, en otro país, nuestras cosechas y ganado se contaminan y nuestra salud y sustento se ven amenazados. Nuestra propia seguridad aumenta cuando la paz irrumpe entre las facciones que luchan en otros continentes. Pero la guerra o la paz, la destrucción o la protección de la naturaleza, la violación o el fomento de los derechos humanos y libertades democráticas, la pobreza o bienestar material, la falta de valores espirituales y morales o su existencia y desarrollo y la ruptura o desarrollo del entendimiento humano, no son fenómenos aislados que pueden ser analizados y abordados independientemente. De hecho, están muy relacionados a todos los niveles y necesitan ser tratados con ese entendimiento. La paz, en el sentido de ausencia de guerra, es de poco valor para alguien que se está muriendo de hambre o de frío. No eliminará el dolor de la tortura inflingida a un prisionero de conciencia. Ni tampoco consuela a aquellos que pierden a sus seres queridos en inundaciones causadas por la insensata deforestación en un país vecino. La paz sólo puede durar allí donde los derechos humanos se respetan, donde la gente está alimentada y donde los individuos y naciones son libres. La verdadera paz con nosotros mismos y con el mundo a nuestro alrededor, sólo se puede lograr a través del desarrollo de la paz mental. Los otros fenómenos mencionados anteriormente están igualmente relacionados. Así, por ejemplo, comprendemos que un medio ambiente limpio, riqueza o democracia tienen poco valor frente a la guerra, especialmente la guerra nu-
Tensin Guiatso XIV Dalai Lama Nacido en Takster (Tíbet) en 1935, en el seno de una familia campesina. Fue reconocido a la edad de dos años como la reencarnación del XIII Dalai Lama. Comenzó sus estudios a la edad de seis años y obtuvo a los veinticinco el título de Gueshe Lharampa (Doctor en Filosofía Budista). Desde su exilio en 1959 en Dharamsala (India), ha realizado numerosos viajes por todo el mundo comunicando su mensaje de paz. Reconocido mundialmente como una de las mayores autoridades en el budismo teórico y práctico, personifica las cualidades de la mente totalmente despierta, siendo, por tanto, un ejemplo vivo de las enseñanzas de Buda. En 1989 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz, en reconocimiento a su labor humanitaria.
Un retrato fascinador del Dalai Lama cuya filosofía de la vida se funda sobre el concepto de la responsabilidad universal y veneración por todos los seres vivientes.
¿Quién es el Dalai Lama y por qué le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz? Empezando con el discurso del Nobel que presenta su táctica de la bondad, este libro ofrece una visión comprensiva de su vida personal, su amplio campo de actividades y sus pensamientos sobre los problemas de interés mundial. Estos discursos, entrevistas y ensayos biográficos revelan a un hombre pragmático de alta talla, dedicado a establecer soluciones no-violentas a los problemas humanos en el campo personal, político y del medio ambiente. Surge una imagen atractiva el Dalai Lama, cuya buena voluntad, comprensión y espíritu practico le han granjeado el respeto de muchos líderes mundiales y la aclamación de millones de personas en todo el mundo. “Si bien es difícil tratar de producir paz por medio de una transformación interna, éste es el único medio de conseguir una paz mundial duradera. Aunque durante el tiempo que viva ésto no se consiga no me importa. Muchos más seres humanos vendrán en las próximas generaciones, uno después de otro, y el progreso continuará. Creo que a pesar de las dificultades prácticas y del sentimiento de ser considerada como una perspectiva poco realista, merece la pena intentarlo. Por lo tanto, a donde quiera que voy, expongo estas ideas. Me anima el hecho de que gente de todas las esferas generalmente las acogen bien”.
ISBN: 84-96478-05-X
9 788496 478053